ficción

Historias de Albert y Candy

presenta

Quédate Conmigo

Por Mayra Exitosa

En los Ángeles, California, un Administrador muy asombrado por ver al nuevo personal enviado por la dirección del corporativo Andrew, se molestaba con justificada razón, todo porque Anthony se había empeñado en investigar a su organizadora, ahora que estaba incapacitada, tenían que hacerla ir a firmar un contrato nuevo y para colmo su información era confidencial, por lo que Archie se hallaba que no lo calentaba ni el sol, miraba a las tres mujeres contratadas, realmente atractivas, más con todo y eso no eran su Candy, porque al final debían reconocer que él la había contratado y por lo tanto tenía derecho a reclamarles ya que era suya, duela a quien le duela, nadie le quitaría que él había traído la mejor adquisición y con ello había llenado las fechas de todo el año colmado de eventos, peleándose hasta por llevarlos a cabo en los días lunes y martes, con tal de tener en su hotel aunque fuera la celebración más sencilla, así como la más elaborada fiesta, como ese evento que ella implementó sobre los baby shower en el área de restaurante, en el turno matutino saber si era niño o niña en la hora de la merienda, incluyendo el secretismo de los detalles en colores ya fuera en globos, pasteles o regalos que se les incluía dentro del festejo, hasta la despedida de soltera con show solo para chicas, eran ideas fantásticas las que la rubia había ido incluyendo de manera sana y elegante a pesar de tener que colocar muñecos como parte de la decoración para figurar que era solo para mujeres.

Con los contratos que ella había realizado, se habían compensado los gastos que le dijeron que se sobre limitaron cuando él estuvo a cargo, ahora los cobros que Candy había realizado superaban con creces su anteriores perdidas, eso fue porque la dama era una muñequita de las que ya no existían para el deleite del mundo, ese tipo de mujeres eran atrapadas de forma inmediata y él la había logrado conseguir, así incomodo por el recibimiento de Laura, Lorena y Luisa, a cambio de Candy, no se los iba a justificar, enviaba un memorándum a su tío William, con copia a recursos humanos, al corporativo e incluso al área legal, exigiendo la devolución de su organizadora de eventos, ya que él tenía la primicia de haberla traído primero, no iba a cederles ni a él ni a nadie la joya más hermosa que había logrado contratar, así fuera Alistar o Anthony quienes reclamaran, tenía que valorar que él la había adquirido y tuvo a bien prestarla con los otros hoteles, cuando ya estaba arrepentido de habérselos permitido.

Mientras que en la mansión de la montaña, la rubia escuchaba a Albert decirle lo sincera y honesta que era para con él, ella no pudo soportar más, así sus lágrimas salieron a flote, él la abrazaba para trasmitirle el calor que le hacía falta, estaba helada y su llanto al sentirse descubierta de un engaño que el rubio sabía que fue tramado por el mismo Raymond Legan, el cual había organizado todo con tal de salir bien librado de la petición y ahora sabía que también a ella le había hecho creer que era su padre. La rubia ya calmando su llanto imparable comentaba,

- Sabes, un par de días antes de casarnos conocí a los Legan, mi nuevo Padre me llevó a presentar a su esposa e hijos, me dijo que mi abuelo había dejado escrito que tenía que casar a la mayor de sus nietas contigo y… - Ese es otro detalle, Elizabeth es mayor que tu por varios meses. Así que también en eso te mintieron. - ¡que! ¡No lo sabía! ni siquiera te conocía y… - ¿y ahora si? porque según me he enterado que el administrador de un hotel en los Ángeles, California, esta planeando robarme a mi esposa, además en otro hotel en Miami, Florida un hombre de mantenimiento asegura que serás suya y en New York supe que compraron cientos de rosas para ti. Candy sintió como si la cama se la fuera a tragar, le dio tal sorpresa al saber que Albert estaba enterado de todo y que ella pensaba que la había dejado libre, para deshacerse de ella, por lo que se sintió ofendida al mencionarle a esos tipos de inmediato se defendía,

- ¡Oh por Dios! Te juro que nunca les di pie para que se tomaran tales atrevimientos, esos hombres son incorregibles, ¡soy una mujer casada! es solo que… no quería que lo supieran porque pensé que… que… tu… estabas avergonzado de mis orígenes y yo soy… una hija ilegítima, - ¿avergonzado de ti? Para nada, al contrario, no he dejado de pensarte y cada día que hemos estado separados, te he buscado sin descanso, fue hasta que te vi en un periódico anunciaba que estabas trabajando para todos esos hombres como organizadora de eventos; ¡soy tu esposo! ¡No tienes necesidad de trabajar! para eso me tienes a mí. - ¿Dejándome sin alimentos? Sola, sin saber si volverías en una o en dos quizás tres semanas… - ¡Perdóname! No fue esa mi intención, ¿Qué querías que hiciera? me sentía engañado y… - ¿Crees que yo no? Qué si salía embarazada tenía que alejarme de ti porque no te gusta la idea de tener hijos conmigo.

- ¿Quién dijo que no me gustaría tener hijos contigo? - Tú, en el avión cuando llegamos a Chicago, te disgustaste por no habernos cuidado y si quedaba embarazada... ¿querrías que abortara? Pues entérate, ¡Jamás lo haría! - Eso no es verdad, solo quería que esperáramos un poco más, quería tenerte solo para mi, que viajáramos, no tener que esperar meses para estar contigo tantas veces como lo deseáramos, ya sabes amarnos, pasar el tiempo haciendo el amor sin los síntomas de un embarazo. La rubia lo escuchaba con tal asombro, él quería pasar más tiempo juntos a solas, solo atinó a cuestionarle, - ¿los síntomas? ¿Era eso lo que te preocupaba? - ¡sí! los malestares que les dan a las mujeres cuando van a ser madres. Bueno con esa posibilidad, para mí sería un regalo si tuviera una hija tan bonita como tú. - ¡eh! ¿Quieres una hija? - ¡o un hijo! Qué más da, muchas parejas tardan años para ser padres, podríamos tardar mucho y estaría más que dispuesto de practicar en todos los intentos necesarios hasta lograrlo, sería un padre muy activo, ¡lo juro! - ¡activo! - Si, hasta que tuviéramos la dicha de lograrlo y después traerle muchos hermanos, no quisiera que sea hijo único como nosotros.

Ella se apenaba y cerraba los ojos como meditando si decirle o no que ya esperaban un hijo, así que él insistía, - Solo que tenemos que legalizar nuestro matrimonio, porque ahora tú firma y ese nombre adoptivo que no es real, nos hace estar viviendo en amasiato. Ella se asustaba, pues eso era lo más vulgar visto para sus amigas, era como robar el hombre de alguna mujer o vivir en el pecado. - ¡Amasiato! - ¡sí! eso no sería bueno para mi familia, mucho menos para nuestros futuros hijos.

Candy estaba asombrada, pues su marido no se quería deshacer de ella como creía, le dijo que la había estado buscando hasta persiguiendo y ella ni enterada de todo eso; todo lo que creía resultaba ser porque pensaba que se estaba burlando de él, cuando ella realmente pensaba que no la amaba y que todo había sido forzado.

Continuara...


Gracias por dejar sus comentarios en cada capítulo espero sea de su agrado y sigan comentando para continuarla más seguido.

Agradecida también por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.

Con sincero aprecio,

Un abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa