Capítulo 2:
Vacaciones de Verano

No podía creer que me habían comprometido a cargar a Richie hasta el hospital, era el colmo, yo solo deseaba luchar con Ash, primero se presentó todo ese público que ni conocíamos y luego apareció Joy con eso de que lo lleváramos, y como estaba allí me obligaron también a mi. Y lo peor es que ya estaba a punto de ganarle y no pudimos terminar. Por suerte Richie no era para nada pesado, al contrario, creo que le hacía más peso los yesos que su propio cuerpo. A veces se hacía más dificil porque Pikachu se quería subir a su amo como si fuera una camilla, que Pokémon tan poco oportuno. En un poco más de 2 horas llegamos a un inmenso hospital de color blanco con amplias puertas que se abrieron solas cuando nos paramos frente a ellas. Entramos y una sonriente secretaria nos dijo que fuéramos a la sala de urgencias, ya que Joy le había llamado con anterioridad explicando el caso. Eso hicimos. Había poca gente delante de nosotros, un niñito acompañado de su madre con una servilleta atada alrededor de su dedo y un hombre bastante golpeado, que parecía haber estado en una grave pelea. Con el niño no tardaron nada, en unos pocos minutos ya estuvo fuera con un vendaje bien hecho, pero con el hombre tardó más, aunque por suerte todas las heridas eran superficiales y no formó mucho trabajo para el doctor. Cuando entramos él nos miró con cara de asombro y nos preguntó si no veníamos con un adulto, Ash explicó que estábamos en nuestro viaje Pokémon y el doctor suspiro y dijo algo en voz muy baja que sonó a "como siempre". Acostamos a Richie en la camilla del doctor y él le quitó la camiseta y la puso a un lado, fue quitando muy lentamente todos los vendajes que cubrían su pecho y todos sus cortes fueron saliendo a la luz. Nosotros dos que somos fuertes, bueno, al menos yo, nos quedamos impresionados de la cantidad, profundidad y longitud de los cortes que Richie tenía por todo su cuerpo. Y lo más extraordinario fue cuando el doctor dijo ¿Te duele? Apoyando su dedo suavemente sobre uno de los cortes, y aunque su cara mostró una sombra de dolor Richie dijo decidido "no". Luego el doctor tomó el sobre que nos había dado Joy, donde estaban las radiografías de la pierna quebrada de Richie, y las miró apoyándolas sobre una pantalla, la cual tenía un pequeño tubo fluorescente de color blanco detrás, miró hacia su paciente, luego la radiografía y luego a nosotros y no sabía que decir. Nos pidió de hablar a solas con nosotros pero Richie dijo que por más terrible que fuera la noticia él quería saberla. Con Ash decidimos rápidamente que si ese era su deseo así debía hacerse y el doctor no pudo acotar nada. Nos explicó con muchos términos científicos que su rótula se había astillado al girar hacia el lado contrario, y que era dificil que el joven Richie volviera a jugar fútbol, correr o siquiera caminar. Este, por suerte, lo tomó mucho mejor que nosotros, ya que a los dos nos quedó un nudo en la garganta, en cambio a él se lo veía tranquilo y despreocupado. Quizás estaba sufriendo por dentro, pero por fuera tenía la misma apariencia de siempre. Entonces me di cuenta que yo no tenía nada que hacer allí, golpeé fuertemente en el hombro a Ash y le dije con palabras firmes mi decisión de irme, el no acotó nada, ya que no había sido suya la decisión de que yo los acompañase sinó de Joy. Richie me dijo adiós con la mano sana mientras yo me iba de la habitación. ---------------------------------------------------------------------------- ----------------------------------
No entendía como era posible que Gary se hubiese ido justo en el momento en que Richie más atención necesitaba, pero bueno, nadie lo podía obligar a permanecer en el lugar, ya que en toda su vida apenas si habían cruzado 2 o 3 palabras antes de eso.
Richie me miraba, o quizás no, tenía la vista como perdida en mi cara y no la movía para nada. El doctor me dijo que comenzaría a colocar los puntos para los cortes que tenía mi amigo Richie, pero que primero debía aplicar una anestesia local en su pecho, lo cual era apenas peligroso. Divisé una silla sin respaldo en una esquina de la habitación y la arrastré hasta junto a la camilla, tomé la mano sana de Richie con fuerza y le dije que yo estaba a su lado, que no se preocupara recordando lo sucedido la noche anterior. Él me sonrió por toda respuesta y esa sonrisa le quedó en el rostro por un largo rato. Luego me dijo que no tenía nada de miedo y volví a sentir que él era tan maduro a comparación mía. Decididamente. Hizo una pequeña mueca de dolor al sentir el pinchazo pero como la anestesia expandió rápidamente su efecto los puntos ni los sintió. El doctor hacía todo muy despacio y con mucho cuidado. Richie no apartaba su vista de mi cara, creo que mi presencia lo tranquilizaba. Cuando el doctor terminó, el dijo que deseaba dormir y le preguntó en tono amable si podía hacerlo. Este le respondió que si, que era eso lo que debía hacer.
El doctor desplegó una camilla con pequeñas ruedas en la parte baja de sus patas, me pidió mi ayuda para pasar al chico a esta camilla, nos costó un poco ya que no había de donde sostenerlo, pero cuando por fin lo logramos me dijo que lo llevara a la habitación 22 que estaba desocupada.
Empujé la camilla suavemente por los pasillos del hospital y no podía encontrar la habitación, ya que cuando llegamos a la habitación 21 el pasillo terminaba. Fuimos hasta donde estaba la secretaria y nos dijo que la habitación 22 se encontraba en el segundo piso y nos miró con algo de asombro. Nos preguntó si el doctor nos había mandado allí y nosotros le respondimos que si, nos dijo que debería de habernos dado una habitación en el primer piso ya que las camillas no cabían en el ascensor, pero al revisar una pequeña planilla en la computadora se dio cuenta que todas las del primer piso se encontraban ocupadas. Entonces nos dijo que deberíamos ver como hacer para subir al segundo piso y continuó con su trabajo.
Llevé la camilla hasta junto al ascensor y me quedé mirando, como esperando una solución. Richie me dijo que quizás él podía pararse, pero le negué eso rotundamente ya que no podía apoyar por nada del mundo su pierna o el daño sería aún peor. Pero el tiempo pasaba y no aparecía una solución, y ya estabamos pensando en las cosas más locas como hacer que Pidgeot nos lleve volando hasta la habitación y meternos por la ventana, y tuve que aceptar que Richie se pusiera de pie, pero le prohibí apoyar su pierna herida.
Metí la mitad de la camilla en el ascensor y ayudé a Richie a sentarse, el fue bajando su pierna sana hasta el piso del ascensor y se recargó en mi para no apoyar la otra, se lo veía algo rojo y yo me apené un poco al pensar que él estaría muy ofuscado por tener que valerse de otros para hacer las cosas. Empujé con el pie la camilla fuera del ascensor y apreté el botón del piso 1.
Cuando abrió la puerta yo coloqué un pie para trabarla y que no se cerrara y me quedé quieto ya que no sabía como haríamos para caminar. Entonces miré a Richie, él me estaba mirando desde antes, me agaché apenas y lo levanté con los dos brazos, pasando uno por detrás de su cabeza y el otro por las rodillas sosteniendo con fuerza su pierna herida. Se puso aún más rojo y yo salí con él del ascensor. Era un piso muy pequeño con solo 3 habitaciones, de la 22 a la 24. La 22 se encontraba a la derecha y la 23 y 24 a la izquierda. Todas estaban desocupadas.
Tuve que abrir la puerta con el pie y luego entré. Era una habitación muy bonita, amplia y bien iluminada por el sol que entraba por la gran ventana de cortinas blancas, ya era mediodía. Me acerqué a la cama y dejé suavemente a Richie sobre esta. Solo tenía la sábana de abajo y me dispuse a buscar algo con que cubrirlo, pero me dijo que no hacía falta, que hacía calor.
Sentí rugir mi estómago y le dije que iría por algo de comer a la máquina que había visto abajo y le pregunté si quería que le trajera algo. Me pidió de favor que le subiera un sándwich y una gaseosa. Me despedí de él y salí de la habitación cerrando la puerta suavemente. Bajé en el ascensor y me acordé del lío que fue subir. No quería admitirlo, pero me había divertido. También cuando tuve que cargarlo, y se puso todo rojo. Las puertas se abrieron.
Salí del ascensor y fui directamente a la máquina, conté el dinero que llevaba en los bolsillos apartando todo lo que no fuera monedas (tapitas de gaseosa, muñequitos, llaves que no eran mías) y me di cuenta que me sobraba bastante, compré 2 sándwichs de 4 partes cada uno y 2 gaseosas de naranja, y aproveché de comprar un chocolate inmenso, luego de tantas cosas malas se merecía un postre así de dulce. Fui a la cocina del hospital y pregunté si me podían dar 2 vasos y dos platos de favor, me dijeron que si, que no había problema con tal que luego los devolviera.
Subí en el ascensor otra vez y volví a pensar en lo mismo, de veras me había divertido mucho para recordarlo tan intensamente. Entré a la habitación y fui junto a Richie, estaba profundamente dormido. Había en el único armario de la habitación una mesita para cama, la desplegué y coloqué en ella un plato y un vaso. Decidí no abrir la comida hasta que despertara o esta se calentaría. Me dirigí a la ventana y descorrí la cortina, la vista era hermosa, estábamos rodeados por todo el bosque y se podían ver los distintos tipos de árboles, noté a mis espaldas la voz de mi amigo que me llamaba. No me había dado cuenta, pero los rayos de sol que no eran interrumpidos por mi cuerpo le daban justo en los ojos y se tapaba con la mano sana.
Le acerqué la mesa a la cama y le abrí la comida. Coloqué las 4 partes de su sándwich en el plato y llené el vaso de gaseosa. Me miró y me preguntó donde comería yo, entonces le dije que en la misma mesa que él, me senté en la cama y me acomodé muy bien para no acercarme a su pierna y en un movimiento impensado golpearlo. Coloqué las partes de mi sándwich en el mismo plato ya que otro no cabía pero si puse mi propio vaso ya que eso si podía entrar en la mesita. Como es habitual en mi, comí muy rápido y cuando ya había terminado mis 4 partes a Richie aún le quedaba 1. Me pidió que la tomara y yo le dije que era mejor que él lo hiciera. Ninguno de los dos hacía nada hasta que en un momento los dos hicimos exactamente lo mismo, dijimos que estaba bien y quisimos tomar el pedazo. Richie se puso muy rojo y me pidió perdón, yo le sonreí, tomé el trozo de sándwich y lo dividí en dos. El tomó su parte y yo la mía.
Luego de comer y junto con el calor de la habitación sentí algo de sueño, entonces recordé el chocolate y me levanté de la cama para buscarlo. Lo había guardado en el armario para que el calor no lo dañara. Se lo mostré y el sonrió muy feliz diciendo que ya hacía tiempo que no comía. Lo dividí en dos y le di la mitad a él. El comenzó a comerlo con cara de felicidad como si nunca hubiera comido chocolate antes en su vida. Increíblemente terminó él antes que yo y lo miré con cara de asombro lo cual volvió a ponerlo colorado. Le dije que no había problema alguno con que él comiera rápido.
Cuando terminé sentí aún más sueño que antes y le dije a Richie que deseaba dormir. El me miró con los ojos muy grandes y sonrojándose se hizo con mucho esfuerzo a un lado y me dijo que durmiera junto a él, con el sueño que sentía no me hice de rogar. Le pedí de antemano que me perdonara si llegaba a golpearlo y que si lo estorbaba de alguna manera me despertara. ---------------------------------------------------------------------------- ---------------------------------- Se durmió casi enseguida, seguro que tenía muchísimo sueño entre que yo lo mantuve despierto hasta tarde en la noche y luego que Gary lo despertó temprano y más tarde tuvo que cargarme, debía de estar exhausto.
Aún sentía el sabor del chocolate en la boca, estaba tan feliz, me había hecho un regalo. Y yo solo le ocasionaba problemas. Por mi culpa no había podido terminar su pelea con Gary y yo estaba seguro que ya iba a ganar. Además le estaba haciendo perder los primeros días de las vacaciones de verano y lo había arrastrado lejos de sus amigos ya que ellos no deseaban ir al hospital junto con nosotros. Pero él no se quejaba, así que no podía decir nada de que le molestase estar a mi lado. Y ahora estaba junto a mí, dormido, parecía un ángel. Estuve mirándolo por mucho tiempo y en un momento determinado se despertó, diciendo que sentía mucho calor. Se quitó la campera y la camiseta y las tiró por el piso, se dio cuenta que aún llevaba las zapatillas y se las sacó también, junto con las medias. Suerte que estaba medio dormido mientras hacía todas esas cosas y luego se volvió a dormir tan rápido que parecía que no había despertado porque me puse muy rojo al ver su pecho desnudo. Empecé a sentir sueño, el calor que producía el sol que entraba por la ventana en la habitación era muy fuerte. Me acomodé un poco por las dudas que me quedara dormido, y de una manera u otro terminé algo cerca de él, me importó poco y nada, cerré los ojos y pensé en su cara dormida, eso fue lo último que recuerdo. ---------------------------------------------------------------------------- ----------------------------------
No se que fue lo que me despertó, pero cuando lo hice vi que estaba justo al lado del cuerpo de Richie, quien aún se hallaba dormido. Pensé que me había movido mucho mientras dormía y que debía de haberle molestado, pero si él continuaba dormido quizás no fue tanto. Ya eran las 5, al menos esa hora marcaba el reloj de pared de la habitación. Me coloqué la camiseta tomé los platos y los vasos y bajé a comprar algo de tomar, tenía mucha sed. Aún me quedaba bastante dinero, lo cual era muy extraño en mi, ya que siempre lo tenía contado. Quizás me había puesto los pantalones de otro pensaba bromeando. En la máquina ya no quedaban ni gaseosas ni jugo, así que me fui a la cocina a devolver la vajilla.
Un muchacho se acercó y me preguntó en que habitación me encontraba y yo le dije que en la Nº 22. Me preguntó porque había bajado y le dije que a comprar algo de tomar, pero que no había nada en la maquina. Me preguntó si quería unas naranjas, yo lo debo haber mirado con una cara muy rara porque me dijo que podía hacer jugo con ellas y luego beberlo, como si yo no lo supiera.
Le dije que muchas gracias, y lo seguí hasta unos inmensos cajones repletos de naranjas de gran tamaño. Me dijo que tomara las que quisiera ya que los doctores siempre recomendaban la vitamina C para sus pacientes, tuvieran lo que tuvieran. Comencé a cortar naranjas por la mitad y a preparar jugo, pregunté si tenían azucar y me acercó un pequeño tarro que decía grande en la etiqueta "Azucar", que a pesar de que estaba casi enfrente mío no lo había visto.
Puse un par de cucharas de azucar en una jarra y luego el jugo. Tomé dos vasos y le di las gracias nuevamente al muchacho prometiendo que traería todo más tarde. Subí a la habitación y apenas entré noté que Richie también había despertado. Volví a colocar la mesa en la cama y le serví un vaso muy lleno de jugo diciendo que le haría bien, me serví otro para mi y me lo bebí de un trago. Su cara oscilaba entre la tristeza y la alegría, finalmente hizo una gran sonrisa, me miró y tomando el vaso de jugo me dijo en un tono muy alegre "gracias"