La Sombra de Tomoyo
"Descubriendo la verdad"
Eriol despertó al alba, gracias al frío que recorría su espina dorsal. Pasó uno de sus brazos a su costado inconscientemente, esperando encontrarse con aquel cuerpo agraciado que había aparecido a su lado la noche pasada, gracias a su propio anhelo.
La cama estaba vacía. Abrió los ojos en la oscuridad, tratando de enfocar su vista a su lado, tratando de cerciorarse que no estaba más con él. Las sabanas blancas de seda le enviaron su respuesta. Vacías. Frías como la noche anterior. Como si nada hubiera pasado por ese lugar para calentar aquel lugar.
Sin embargo, Eriol estaba casi seguro de lo que había visto la noche anterior, de lo que había sentido tan próximo a su ser. Aun tenía esa tersa sensación en las manos. Aun tenía impregnado en sus ropas, el suave y fragante aroma de rosas que ella había llevado consigo la mayor parte de la noche.
¡Claro que había estado con él! Todavía podía recordar las dulces palabras que le había susurrado en aquella noche tormentosa. Como había pronunciado su nombre en un susurro anhelante, poco antes de caer dormida entre sus brazos.
Su deseo era tener a alguien a su lado, y lo había conseguido, trayendo de regreso a Tomoyo Daidouji, una noche nada más.
¿Porque a ella? ¿Porque no había invocado en su desesperación a Kaho Mizuki la mujer que amaba? ¿Porque en lugar de ella había deseado con tanta esperanza a la chica ametista? Muchas personas desean más a su lado a la persona amada, no a una querida amiga.
No era que Tomoyo jamás se le hubiera hecho atractiva, claro que no. Hasta él mismo se podía pasar horas solo admirando su belleza. Tenía además esa personalidad única, esa sonrisa hermosa, esos misteriosos ojos ametistas... si, todo en ella era perfecto, incluso el simple hecho de querer esconder sus sentimientos, detrás de una mascara de falsa felicidad. Cualquier persona normal caía ante aquel aparente gozo, porque ella sabía construir su protección perfectamente.
Sin embargo, a los ojos de él, ella no había sido feliz, después de que su padre falleciera. Ocultando sus sentimientos, tragándose su amargura, y sustentando todo aquel pesar con las penas ajenas...todo había contribuido a la Tomoyo que en esos momentos se debatía entre la vida y la muerte.
No era que ella no pudiera regresar, era solo que no lo deseaba.
Y con gran razón. Estaba viviendo en un mundo casi mágico, sola, pero rodeada de sus recuerdos felices. Las sombras que ella veía como personas reales a su lado, no eran más que memorias en su mente. Pero así era feliz. O eso era lo que decía.
Si, ella era feliz...muy contrario a lo que él sentía...
La noche que había pasado a su lado, había sido una experiencia sublime. Podía decir que por un momento en muchos años, había sido feliz él también. Aunque sea por unos momentos, pero lo había sido. Ella había logrado lo que nunca nadie había hecho antes, ni siquiera Kaho...había llenado ese vacío en su corazón y en su alma.
Antes de cerrar los ojos, acarició la sabana de nuevo...pretendiendo que Tomoyo estaba ahí...
Momento...¡Tomoyo debía estar ahí!
Eriol abrió los ojos rápidamente, y se sentó en su cama de un salto. Alcanzó sus lentes de un lado de su cama, y los coloco sobre sus ojos ahora muy bien abiertos.
¿En donde estaba Tomoyo-chan? Había estado tan concentrado en su contraparte adulta, que se había olvidado completamente de ella. La pequeña estaba a su lado antes que la mujer, pero después había desaparecido para poder cederle su puesto.
No podía haberse esfumado así nada más.
Se levantó de su cama, y salió de su habitación, dirigiéndose hacia la de la pequeña.
Abrió la puerta cuidadosamente...
Ahí estaba.
Eriol soltó un suspiro al verla recostada en su cama, abrazando a su osito, profundamente dormida. Quien sabe como había llegado hasta ahí. Talvez se había levantado después de que la tormenta terminara...si, esa era la explicación más lógica.
Se acostó a su lado cuidadosamente para no despertarla, la rodeo con uno de sus brazos.
-Regresaras Tomoyo. Te lo prometo-
La besó dulcemente en la frente, y cerró sus ojos, tratando de dormir, aunque sea un poco hasta el amanecer.
Esta vez Eriol pudo dormir tranquilamente hasta pasadas las diez de la mañana. Parecía que Tomoyo había caído en un sueño hermoso después de un cansancio inusitado, olvidándose completamente de su madrugada diaria para contemplar el amanecer.
Las cortinas estaban corridas de par en par, dejando ver la antigua presencia de Nakuru. Un olor delicioso provenía de la cocina, el desayuno seguro estaba listo.
Eriol se sentía contento. No tenía que asistir a la escuela. Sus deberes los podría realizar al final de las vacaciones, en esos momentos solo se tendría que preocupar por cierta persona a su lado. Tenerla como una adulta de nuevo, sería de los mejores regalos de navidad que le pudieran obtener.
-Buenos Días Eriol-kun-
La niña se había sentado a su lado, con el cabello despeinado, frotándose los ojos arduamente, intentando escabullir el poco sueño que le quedaba en sus adormecidos párpados.
-Buenos Días Tomoyo-chan. ¿Como estuvo tu sueño?-
-Muy bien.- la niña miró a su alrededor -¿Que hacemos en mi cuarto?-
-Pensé que tu podrías explicármelo. Cuando desperté ya no estabas a mi lado. ¿Te levantaste en la noche y regresaste a tu habitación?-
-No que yo recuerde.-
-Que extraño...pero bueno, Nakuru debe tener casi listo el desayuno. ¿Porque no te preparas para que comamos juntos?-
Tomoyo-chan asintió. Se bajo de un salto de la cama, y corrió hacia el cuarto de baño, cerrándolo tras de sí.
Eriol sonrió y también se levantó. Mejor que ya estuviera listo cuando Tomoyo terminara, ó tendría que escuchar sus gritos fuera del baño...
-¿En donde estará Eriol?- Sakura Kinomoto se había encontrado con su novio en una de sus citas casuales, en una de esas exposiciones de osos que a ella tanto le gustaban.
-¿Que importa?- al castaño no le gustaba hablar mucho de su antecesor.
-Ayer no fue con Tomoyo. No responde ninguna de mis llamadas.-
-¿Lo has estado llamando?-
-Si, pero Nakuru siempre me dice que esta muy ocupado.- sus ojos alegres se nublaron por un momento.
-Él está bien. Es la reencarnación de Clow ¿no? Sabe como cuidarse solo.-
-Pero...-
-Esta bien, si tanto te preocupa podemos ir a verlo a su casa. ¿Eso te haría feliz?-
-¡Claro que si Shaoran!- la chica se arrojó a sus brazos, causando un sonrojo hasta las orejas por parte de su novio.
-Si, como sea- contesto, tratando de simular indiferencia, sin mucho éxito.
-Eriol-kun, quiero salir a dar un paseo.- la niña había terminado su desayuno. Imploraba jalando del suéter a Eriol, para que la llevara al parque a jugar.
-Pero Tomoyo-chan...-
-Por favor Eriol-kun, por favor...prometo que seré buena niña ¿Si?- sus ojos se tornaron grandes y cristalinos, esa mirada de borreguito que nadie podía resistir.
El ojiazul suspiro. -Esta bien.-
-¿En serio? ¡¡Gracias Eriol-kun!! ¡Iré por un suéter!-
Esa niña si que tenía poder de convencimiento. La iba llevar al parque, aun con el riesgo de que alguien la viera y la reconociera. Con razón Tomoyo siempre conseguía que la acompañara en las primeras citas de Sakura y Shaoran cuando trataba de grabar cada detalle, nadie le podía decir que no...
Tomoyo-chan se veía más feliz que nunca, corría entre los árboles de cerezo agitando las manos felizmente, dirigiéndose hacia los juegos, mientras se le unía a un grupo de niños que no paraba de reír entre sus juegos infantiles.
Eriol se sentó en una de las bancas cercanas, observando como la pequeña reía divertida con sus nuevos amigos. Parecía que tenía mucha facilidad para hacerlos. Se había ganado la suya en muy poco tiempo...Y se estaba ganando su afecto también.
Era grandioso tener a una pequeña que iluminara la solitaria y oscura mansión en la que vivía, con su encanto y carisma, había vuelto a alegrar su corazón. Junto a ella, ya no se sentía solo. Claro, siempre había tenido a su lado a Spinnel-Sun y Ruby-Moon, pero ellos eran una creación suya. Tomoyo-chan, estaba ahí, porque ella le había dado esa oportunidad.
Ya varias veces se había imaginado el como sería tener una hija. Saber que hay una persona que está ahí para ti, con una sonrisa en su rostro.
Eriol sonrió ante esa idea. Si, los planes que antes había tenido para su vida, se había esfumado con la repentina llegada de la niña. No quería ya estar solo el resto de su vida. No se podía imaginar el poder ser feliz de esa manera después de las cosas que había pasado esos días. Deseaba poder formar una familia.
Su mirada se perdió de nuevo en la niña sonriente frente a él. Sin pensar nada más. Por eso a pesar de su magia, no se dio cuenta de las personas que tenía detrás de él.
Una mano se posó en su hombro, tomándolo por sorpresa. Volteó para encontrarse con un par de ojos esmeraldas que lo miraban divertidos.
Eriol dio un salto, y se levantó de su asiento, al reconocer a las dos personas. Sakura y Shaoran...
El ingles palideció. Mientras ellos sonreían ante su actitud de asombro.
-H-Hola. ¿Que hacen aquí?-preguntó nerviosamente. Poniéndose enfrente de ellos, tratando de obstruirles la vista.
-¿Que parece que hacemos?-contestó Shaoran un poco enojado.
-Venimos a verte Eriol, nos dirigíamos a tu casa. Te e llamado varias veces, pero nunca contestas.- dijo Sakura dulcemente.
-Es que..e estado muy ocupado y...-
-¿Estas bien?- Por primera vez, Li se veía un poco preocupado por su antecesor, el pobre estaba pálido y sudaba frío.
-Si, estoy muy bien, de maravilla.-
Los dos se le quedaron viendo. Pocas veces veían a la reencarnación del mago Clow sonriendo estúpidamente.
-¿Que haces aquí Eriol?-
-Estaba solo dando un paseo, y decidí detenerme.-
-Pero si a ti no te gustan los niños.- Sakura notaba cada vez más el cambio en su amigo, y eso que ella no era muy perceptiva.
-Entonces supongo que podemos acerté compañía.-
-Eh si, claro.- ¿Como decirles que no? Tampoco podía llevárselos se ahí así nada más, no podía dejar a Tomoyo-chan sola. Ni siquiera podía utilizar su magia, los dos eran muy fuertes en ese aspecto, y no caerían tan fácil ante un hechizo de sueño o algo así...
Sakura fijó los ojos en los niños que jugaban frente a ella. Le encantaba escuchar sus risas y ver las sonrisas que ponían en sus rostros. Muchas veces había pensado en ser educadora.
Entonces la distinguió, una pequeña que salía a relucir a simple vista, por lo diferente de su aspecto. Era una niña preciosa. Pero de una belleza anormal, casi misteriosa. Sabía que en algún lado había visto a otro ser igual que ella. Pero no recordaba muy bien donde.
Parecía que Li también se había fijado en la misma niña, pero no en como se veía. Notaba que esa pequeña no tenía un aura, su presencia no se podía sentir como la de los demás niños. Su presencia era débil como de una moribunda. Pero ella estaba ahí, sonriendo y jugando, como cualquier persona normal.
¿Como podía ser posible que un niño con esa energía, tuviera la presencia de una moribunda?
Eriol miró nervioso a los dos jóvenes, que se habían quedado callados de pronto, mirando a un punto fijo en los juegos. Volteó la vista, y se horrorizó. ¡La veían a ella!
Antes de que pudiera hacer algo, los dos abrieron la boca asombrados.
-¿Que dem...?- las pupilas de Li se dilataron.
-No puede ser...- Sakura se cubrió la boca con la mano, sin dejar de ver a la niña.
Sin decir nada los dos corrieron en dirección a ella, dejando a Eriol detrás, con aire de resignación.
Vio como se acercaban a la niña y la miraban asombrados. La pequeña no supo que hacer, los miró un momento con una mezcla de confusión y miedo, y después corrió llorando hacia los brazos de Eriol.
-¡¡Eriol-kun!!-
El joven la recibió entre sus brazos, y acarició su cabello intentando consolarla.
-No te preocupes Tomoyo-chan, ellos son amigos míos, no te van a hacer daño.-
Sakura y Li se acercaron corriendo a ellos, sin dejar de verlos. No cabían en si de asombro.
-¿Que sucede aquí Eriol? Creo que nos debes una explicación.- Ya sabían quién era la niña, no le quedaba más remedio que explicarles todo...
Continuara...
Hola, hola!! Por fin!! pude acabar otro capitulo!! Espero que sea de su agrado, yo digo que serán otros tres, y la historia termina, ya lo tengo todo planeado, así que espero no tardarme tanto para la próxima, mientras tanto, gracias por su apoyo, a todos los que dejan review, y a los que no, gracias por leer de todos modos. De nuevo a exámenes!! Deséenme suerte...u_u
Hasta la próxima!!
Tiff.
"Descubriendo la verdad"
Eriol despertó al alba, gracias al frío que recorría su espina dorsal. Pasó uno de sus brazos a su costado inconscientemente, esperando encontrarse con aquel cuerpo agraciado que había aparecido a su lado la noche pasada, gracias a su propio anhelo.
La cama estaba vacía. Abrió los ojos en la oscuridad, tratando de enfocar su vista a su lado, tratando de cerciorarse que no estaba más con él. Las sabanas blancas de seda le enviaron su respuesta. Vacías. Frías como la noche anterior. Como si nada hubiera pasado por ese lugar para calentar aquel lugar.
Sin embargo, Eriol estaba casi seguro de lo que había visto la noche anterior, de lo que había sentido tan próximo a su ser. Aun tenía esa tersa sensación en las manos. Aun tenía impregnado en sus ropas, el suave y fragante aroma de rosas que ella había llevado consigo la mayor parte de la noche.
¡Claro que había estado con él! Todavía podía recordar las dulces palabras que le había susurrado en aquella noche tormentosa. Como había pronunciado su nombre en un susurro anhelante, poco antes de caer dormida entre sus brazos.
Su deseo era tener a alguien a su lado, y lo había conseguido, trayendo de regreso a Tomoyo Daidouji, una noche nada más.
¿Porque a ella? ¿Porque no había invocado en su desesperación a Kaho Mizuki la mujer que amaba? ¿Porque en lugar de ella había deseado con tanta esperanza a la chica ametista? Muchas personas desean más a su lado a la persona amada, no a una querida amiga.
No era que Tomoyo jamás se le hubiera hecho atractiva, claro que no. Hasta él mismo se podía pasar horas solo admirando su belleza. Tenía además esa personalidad única, esa sonrisa hermosa, esos misteriosos ojos ametistas... si, todo en ella era perfecto, incluso el simple hecho de querer esconder sus sentimientos, detrás de una mascara de falsa felicidad. Cualquier persona normal caía ante aquel aparente gozo, porque ella sabía construir su protección perfectamente.
Sin embargo, a los ojos de él, ella no había sido feliz, después de que su padre falleciera. Ocultando sus sentimientos, tragándose su amargura, y sustentando todo aquel pesar con las penas ajenas...todo había contribuido a la Tomoyo que en esos momentos se debatía entre la vida y la muerte.
No era que ella no pudiera regresar, era solo que no lo deseaba.
Y con gran razón. Estaba viviendo en un mundo casi mágico, sola, pero rodeada de sus recuerdos felices. Las sombras que ella veía como personas reales a su lado, no eran más que memorias en su mente. Pero así era feliz. O eso era lo que decía.
Si, ella era feliz...muy contrario a lo que él sentía...
La noche que había pasado a su lado, había sido una experiencia sublime. Podía decir que por un momento en muchos años, había sido feliz él también. Aunque sea por unos momentos, pero lo había sido. Ella había logrado lo que nunca nadie había hecho antes, ni siquiera Kaho...había llenado ese vacío en su corazón y en su alma.
Antes de cerrar los ojos, acarició la sabana de nuevo...pretendiendo que Tomoyo estaba ahí...
Momento...¡Tomoyo debía estar ahí!
Eriol abrió los ojos rápidamente, y se sentó en su cama de un salto. Alcanzó sus lentes de un lado de su cama, y los coloco sobre sus ojos ahora muy bien abiertos.
¿En donde estaba Tomoyo-chan? Había estado tan concentrado en su contraparte adulta, que se había olvidado completamente de ella. La pequeña estaba a su lado antes que la mujer, pero después había desaparecido para poder cederle su puesto.
No podía haberse esfumado así nada más.
Se levantó de su cama, y salió de su habitación, dirigiéndose hacia la de la pequeña.
Abrió la puerta cuidadosamente...
Ahí estaba.
Eriol soltó un suspiro al verla recostada en su cama, abrazando a su osito, profundamente dormida. Quien sabe como había llegado hasta ahí. Talvez se había levantado después de que la tormenta terminara...si, esa era la explicación más lógica.
Se acostó a su lado cuidadosamente para no despertarla, la rodeo con uno de sus brazos.
-Regresaras Tomoyo. Te lo prometo-
La besó dulcemente en la frente, y cerró sus ojos, tratando de dormir, aunque sea un poco hasta el amanecer.
Esta vez Eriol pudo dormir tranquilamente hasta pasadas las diez de la mañana. Parecía que Tomoyo había caído en un sueño hermoso después de un cansancio inusitado, olvidándose completamente de su madrugada diaria para contemplar el amanecer.
Las cortinas estaban corridas de par en par, dejando ver la antigua presencia de Nakuru. Un olor delicioso provenía de la cocina, el desayuno seguro estaba listo.
Eriol se sentía contento. No tenía que asistir a la escuela. Sus deberes los podría realizar al final de las vacaciones, en esos momentos solo se tendría que preocupar por cierta persona a su lado. Tenerla como una adulta de nuevo, sería de los mejores regalos de navidad que le pudieran obtener.
-Buenos Días Eriol-kun-
La niña se había sentado a su lado, con el cabello despeinado, frotándose los ojos arduamente, intentando escabullir el poco sueño que le quedaba en sus adormecidos párpados.
-Buenos Días Tomoyo-chan. ¿Como estuvo tu sueño?-
-Muy bien.- la niña miró a su alrededor -¿Que hacemos en mi cuarto?-
-Pensé que tu podrías explicármelo. Cuando desperté ya no estabas a mi lado. ¿Te levantaste en la noche y regresaste a tu habitación?-
-No que yo recuerde.-
-Que extraño...pero bueno, Nakuru debe tener casi listo el desayuno. ¿Porque no te preparas para que comamos juntos?-
Tomoyo-chan asintió. Se bajo de un salto de la cama, y corrió hacia el cuarto de baño, cerrándolo tras de sí.
Eriol sonrió y también se levantó. Mejor que ya estuviera listo cuando Tomoyo terminara, ó tendría que escuchar sus gritos fuera del baño...
-¿En donde estará Eriol?- Sakura Kinomoto se había encontrado con su novio en una de sus citas casuales, en una de esas exposiciones de osos que a ella tanto le gustaban.
-¿Que importa?- al castaño no le gustaba hablar mucho de su antecesor.
-Ayer no fue con Tomoyo. No responde ninguna de mis llamadas.-
-¿Lo has estado llamando?-
-Si, pero Nakuru siempre me dice que esta muy ocupado.- sus ojos alegres se nublaron por un momento.
-Él está bien. Es la reencarnación de Clow ¿no? Sabe como cuidarse solo.-
-Pero...-
-Esta bien, si tanto te preocupa podemos ir a verlo a su casa. ¿Eso te haría feliz?-
-¡Claro que si Shaoran!- la chica se arrojó a sus brazos, causando un sonrojo hasta las orejas por parte de su novio.
-Si, como sea- contesto, tratando de simular indiferencia, sin mucho éxito.
-Eriol-kun, quiero salir a dar un paseo.- la niña había terminado su desayuno. Imploraba jalando del suéter a Eriol, para que la llevara al parque a jugar.
-Pero Tomoyo-chan...-
-Por favor Eriol-kun, por favor...prometo que seré buena niña ¿Si?- sus ojos se tornaron grandes y cristalinos, esa mirada de borreguito que nadie podía resistir.
El ojiazul suspiro. -Esta bien.-
-¿En serio? ¡¡Gracias Eriol-kun!! ¡Iré por un suéter!-
Esa niña si que tenía poder de convencimiento. La iba llevar al parque, aun con el riesgo de que alguien la viera y la reconociera. Con razón Tomoyo siempre conseguía que la acompañara en las primeras citas de Sakura y Shaoran cuando trataba de grabar cada detalle, nadie le podía decir que no...
Tomoyo-chan se veía más feliz que nunca, corría entre los árboles de cerezo agitando las manos felizmente, dirigiéndose hacia los juegos, mientras se le unía a un grupo de niños que no paraba de reír entre sus juegos infantiles.
Eriol se sentó en una de las bancas cercanas, observando como la pequeña reía divertida con sus nuevos amigos. Parecía que tenía mucha facilidad para hacerlos. Se había ganado la suya en muy poco tiempo...Y se estaba ganando su afecto también.
Era grandioso tener a una pequeña que iluminara la solitaria y oscura mansión en la que vivía, con su encanto y carisma, había vuelto a alegrar su corazón. Junto a ella, ya no se sentía solo. Claro, siempre había tenido a su lado a Spinnel-Sun y Ruby-Moon, pero ellos eran una creación suya. Tomoyo-chan, estaba ahí, porque ella le había dado esa oportunidad.
Ya varias veces se había imaginado el como sería tener una hija. Saber que hay una persona que está ahí para ti, con una sonrisa en su rostro.
Eriol sonrió ante esa idea. Si, los planes que antes había tenido para su vida, se había esfumado con la repentina llegada de la niña. No quería ya estar solo el resto de su vida. No se podía imaginar el poder ser feliz de esa manera después de las cosas que había pasado esos días. Deseaba poder formar una familia.
Su mirada se perdió de nuevo en la niña sonriente frente a él. Sin pensar nada más. Por eso a pesar de su magia, no se dio cuenta de las personas que tenía detrás de él.
Una mano se posó en su hombro, tomándolo por sorpresa. Volteó para encontrarse con un par de ojos esmeraldas que lo miraban divertidos.
Eriol dio un salto, y se levantó de su asiento, al reconocer a las dos personas. Sakura y Shaoran...
El ingles palideció. Mientras ellos sonreían ante su actitud de asombro.
-H-Hola. ¿Que hacen aquí?-preguntó nerviosamente. Poniéndose enfrente de ellos, tratando de obstruirles la vista.
-¿Que parece que hacemos?-contestó Shaoran un poco enojado.
-Venimos a verte Eriol, nos dirigíamos a tu casa. Te e llamado varias veces, pero nunca contestas.- dijo Sakura dulcemente.
-Es que..e estado muy ocupado y...-
-¿Estas bien?- Por primera vez, Li se veía un poco preocupado por su antecesor, el pobre estaba pálido y sudaba frío.
-Si, estoy muy bien, de maravilla.-
Los dos se le quedaron viendo. Pocas veces veían a la reencarnación del mago Clow sonriendo estúpidamente.
-¿Que haces aquí Eriol?-
-Estaba solo dando un paseo, y decidí detenerme.-
-Pero si a ti no te gustan los niños.- Sakura notaba cada vez más el cambio en su amigo, y eso que ella no era muy perceptiva.
-Entonces supongo que podemos acerté compañía.-
-Eh si, claro.- ¿Como decirles que no? Tampoco podía llevárselos se ahí así nada más, no podía dejar a Tomoyo-chan sola. Ni siquiera podía utilizar su magia, los dos eran muy fuertes en ese aspecto, y no caerían tan fácil ante un hechizo de sueño o algo así...
Sakura fijó los ojos en los niños que jugaban frente a ella. Le encantaba escuchar sus risas y ver las sonrisas que ponían en sus rostros. Muchas veces había pensado en ser educadora.
Entonces la distinguió, una pequeña que salía a relucir a simple vista, por lo diferente de su aspecto. Era una niña preciosa. Pero de una belleza anormal, casi misteriosa. Sabía que en algún lado había visto a otro ser igual que ella. Pero no recordaba muy bien donde.
Parecía que Li también se había fijado en la misma niña, pero no en como se veía. Notaba que esa pequeña no tenía un aura, su presencia no se podía sentir como la de los demás niños. Su presencia era débil como de una moribunda. Pero ella estaba ahí, sonriendo y jugando, como cualquier persona normal.
¿Como podía ser posible que un niño con esa energía, tuviera la presencia de una moribunda?
Eriol miró nervioso a los dos jóvenes, que se habían quedado callados de pronto, mirando a un punto fijo en los juegos. Volteó la vista, y se horrorizó. ¡La veían a ella!
Antes de que pudiera hacer algo, los dos abrieron la boca asombrados.
-¿Que dem...?- las pupilas de Li se dilataron.
-No puede ser...- Sakura se cubrió la boca con la mano, sin dejar de ver a la niña.
Sin decir nada los dos corrieron en dirección a ella, dejando a Eriol detrás, con aire de resignación.
Vio como se acercaban a la niña y la miraban asombrados. La pequeña no supo que hacer, los miró un momento con una mezcla de confusión y miedo, y después corrió llorando hacia los brazos de Eriol.
-¡¡Eriol-kun!!-
El joven la recibió entre sus brazos, y acarició su cabello intentando consolarla.
-No te preocupes Tomoyo-chan, ellos son amigos míos, no te van a hacer daño.-
Sakura y Li se acercaron corriendo a ellos, sin dejar de verlos. No cabían en si de asombro.
-¿Que sucede aquí Eriol? Creo que nos debes una explicación.- Ya sabían quién era la niña, no le quedaba más remedio que explicarles todo...
Continuara...
Hola, hola!! Por fin!! pude acabar otro capitulo!! Espero que sea de su agrado, yo digo que serán otros tres, y la historia termina, ya lo tengo todo planeado, así que espero no tardarme tanto para la próxima, mientras tanto, gracias por su apoyo, a todos los que dejan review, y a los que no, gracias por leer de todos modos. De nuevo a exámenes!! Deséenme suerte...u_u
Hasta la próxima!!
Tiff.
