Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen, son propiedad de Nobuhiro Watsuki. Ya quisiera que fueran míos. Comentarios, críticas, tomatazos, etc, a maricris_d@hotmail.com o a kaoru_himura2003@yahoo.com.
Capítulo 2
Perdida en la oscuridad
"Arigatou Gozaimashita por el favor, Kaoru-sensei"
"No tienes nada que agradecer Kyosuke-san, fue un placer haber venido – la joven kendoka sonrió- bueno me voy, no quiero preocupar a Kenshin. Sayonara"
"Sayonara"
Estas fueron las últimas palabras que había pronunciado Kaoru antes de partir a casa. Al pasar por un bosque cercano decidió sentarse a descansar. El día había sido largo y bastante activo, principalmente por las constantes peleas que había mantenido con los alumnos, tanto verbales como físicas, ya que los "alumnos" no eran más que unos niños. Imagínense 20 niños con la actitud de Yahiko.
'Fue el peor día de mi vida'- pensó.
A pesar de que había salido temprano, ya había oscurecido; la luna reinaba soberana en el cielo en todo su esplendor, pero sólo unos pequeños resplandores atravesaban las copas de los cerezos que florecían en aquella época del año. Las flores de sakura caían libremente movidos por la suave brisa de la noche formando una alfombra rosa sobre el pasto.
"Cómo me gustaría que Kenshin estuviera aquí - dijo casi en un susurro - es una noche perfecta"
De repente un extraño dolor de cabeza la devolvió a la realidad. Dándose cuenta de que empezaba a hacerse tarde, se incorporó para seguir su camino pero fue presa de un terrible mareo que hizo que sus piernas flaquearan por unos instantes, cayendo de rodillas al piso.
'Kami, ¿qué me estás pasando?'
Nuevamente se puso de pie dando unos pocos pasos tratando de no caerse, todo daba vueltas a su alrededor y su estómago empezaba a dolerle. Sus intenciones eran regresar al dojo de Kyosuke, pedir ayuda y que le avisaran a Kenshin de su condición, pero había perdido el sentido de la orientación y en vez de salir, cada vez más se internaba en el bosque.
Con cada paso que daba, la energía se le escapaba: sentía como su vista se nublaba y ese dolor que le taladraba la cabeza no la dejaba continuar. Sólo su fuerza de voluntad y el deseo de ver a su vagabundo la mantenían en pie hasta que ya no pudo más: todo se volvió oscuridad y sintió como su cuerpo caía desfallecido sobre el manto rosa de los pétalos de sakura.
**********************************************************************
Más de dos horas habían pasado desde ese momento, y ella todavía yacía acostada en el suelo sin haber despertado. El viento frío de la noche surgía efecto en ella, previniendo lo que sería un fuerte resfrío. Su cuerpo temblaba, su rostro sonrosado había pasado a un color más pálido en inconscientemente empezaba a llamar a su madre.
El agotamiento físico, el hecho de que no había comido nada desde el día anterior, y el resfriado que se avecinaba, habían provocado su estado actual. Si nadie pasaba por esos lares de día, mucho menos lo harían de noche. Kaoru estaba perdida, enferma y sola... La noche apenas comenzaba...
*************************************************************************
Este olor a jazmín... no hay duda estoy en mi habitación. Quizás todo fue un sueño, menos mal' – suspira- ' Me quedaré un rato más, después de todo merezco descansar.
Siento que tocan a la puerta ¿quién será? ¿podrá ser...?
"¿Kaoru-dono? – se escucha a través de la puerta
Sí, lo suponía. Abro los ojos lentamente y le digo que pase, me siento en el futón y puedo ver como se sienta junto a mí. Puedo sentir su mirada sobre mí, no puedo evitar sentir como un escalofrío sube por mi espalda cada vez que lo hace. Es como si me estuviera examinando, como si quisiera ver lo que pasa dentro de mi mente... aunque a veces creo que sí lo hace.
"¿Daijoubu desu ka?" – me pregunta.
"Hai"- le respondo, pero mantengo la mirada en las sábanas que cubren mis piernas.
"¿Estás segura?" – me pregunta nuevamente, ¿por qué siempre tendrá que ser tan insistente? Levanto la mirada y le dedico una sonrisa para ser más convincente.
"Hai"- Ahora él estás sonriendo, al parecer me ha creído, pero me siento mal por engañarlo, sólo es que no quiero preocuparlo.
"Bueno Kaoru-dono... – él se pone de pie y se detiene junto a la puerta – Voy a servir el desayuno, sólo estaba esperando por ti."
"¿Eh? - siento como mis mejillas se tornan un poco rojas y el nerviosismo me ataca otra vez, entonces desvío la mirada un poco y me pongo de pie para arreglar el futón – No debiste hacer eso, Yahiko debe estar furioso. Anda ve y sírvanse, yo los alcanzaré."
"Yahiko no está en casa Kaoru-dono, está en el Akabeko. Se fue desde muy temprano porque iba a ayudar a Tae y a Tsubame el día de hoy. Estamos solos, por eso decidí esperarte."
"¿Solos? – No puede ser, ¿será algún plan de Yahiko y Sano? Agarro una cola y me recojo el cabello, entonces siento otra vez ese escalofrío, efectivamente Kenshin estaba mirándome... Espera un momento ¿por qué me mira así? Esta vez es diferente. ¡Ay Kami! Esos ojos... ¿por qué me mira de esa forma? ¿será que...?
"¿Sucede...algo... Kenshin?" – fue lo único que me salió del nerviosismo de aquella mirada. Fue entonces que él pareció haber salido de un estado de shock.
"I.. ie ... Kaoru-dono, la espero en el comedor" – dijo mientras sonreía algo nervioso.
Salió y tras sí, cerró la puerta. Sólo atiné a sonreír después de tan extraño momento. Por un momento me sentí feliz hasta que recordé el mal presentimiento con el que desperté. Luego tomé un baño, me cambié y me dirigía al comedor cuando... allí estaba él, esperándome, sentado en el pasillo junto a la puerta que da al patio, mirando con una infinita paciencia el despejado cielo azul. Entonces volteó su mirada a mí, me dirigió una sonrisa, que por supuesto hizo que me ruborizara, y se puso de pie.
"Vamos a desayunar" – me dijo sonriendo y a la vez me extendía su mano. Mou! Si esto es un sueño no quiero despertar. Es como si todo estuviera a mi favor...
***********************************************************************
El desayuno transcurrió algo silencioso, cosa muy incómoda para mí, aunque debo admitir que la paz que reinaba en el lugar era algo sumamente agradable. Un rato después llegó el doctor Genzai con Ayame y Suzume para dejarlas a nuestro cuidado ya que él tenía que regresar a la clínica. Las risas de las niñas inundaban el lugar de alegría, Kenshin lavaba la ropa y yo sólo los observaba sentada en el pasillo. En ese momento una idea cruzó por mi mente. Al principio pensé que era otra de mis absurdas ideas, pero después todo estuvo claro. Después de tanto tiempo de estar sola, tenía nuevamente una familia. Yahiko, Sano, Kenshin, el doctor Genzai, las niñas, incluso la bruja de Megumi, todos ellos eran mi nueva familia y, la verdad, no podía pedir una mejor.
"Ken- nii llévanos a casa" – la voz de Suzume me sacó de mis cavilaciones, mejor dicho, de mi sueño porque al parecer me quedé dormida, y fue entonces que pude darme cuenta del tiempo que había pasado en realidad; ya empezaba a oscurecer. Kenshin aparentaba estar dormido bajo el cerezo, entonces me incorporé para arreglarme, no iba a dejar que las niñas molestaran a Kenshin cuando por fin podía descansar.
"No me molesten" – mis pasos se detuvieron al escuchar esa fría y tétrica voz, que a pesar de haberla escuchado sólo una vez, la conocía muy bien. Giré sobre mis pasos, y vi aquellos ojos color ámbar sedientos de sangre. Sangre que haría brotar de la primera persona que se encontrara en su camino.
Lo primero en que pensé fue en las niñas, pero mi cuerpo no me respondía, estaba paralizada. De pronto, una sonrisa macabra surgió de sus labios. Cerré los ojos del miedo.
"Vamos Kenshin, llévanos a casa"
Esta vez fue Ayame la que habló y temiendo lo que iba a suceder si las niñas seguían de esa manera, armé el valor suficiente y me disponía a enfrentarlo cuando repentinamente escuché un grito ahogado y el ruido sordo de "algo" cayendo al suelo. Abrí los ojos, conociendo de alguna manera lo que había sucedido. Lo que vi me hizo quedar pasmada, todo estaba cubierto de sangre y al ver el rostro de la persona que estaba frente a mí, supe que el adorable vagabundo del que me enamoré, se había ido. Había desaparecido.
Notas de Autora: Por fin el segundo capítulo!!! La verdad no me gusta para nada como quedó porque siento que le falta "algo", pero ni modo ya se quedó así. Ya salí de vacaciones y eso significa actualizaciones más rápidas. Así que esperen el próximo capítulo que llegará pronto.
Dedicatoria: Este capítulo se lo dedico a Meiko-sensei (o T-chan), Yahiko-chan, Saitou-san (mi querido padre y amigo), y para Fernando que me estuvo molestando hasta el final.}
Agradecimientos especiales a: Mer, Hitokiri Lady, Kenji Himura Kamiya, Aki, Kaily el ángel diabólico, Aya-chan, Kaori, Tomoe Himura, Kary, Gaby-chan, White Plum, Laie Himura de Fanel, y a todas las personas que han leído esto y por alguna razón no me han dejado un review.
Bueno, nos vemos en el próximo capítulo.
Sakura Li
