TEMORES

Por: SAKURA LI

Capítulo 3

Pesadilla o Realidad

Kenshin se había ido para siempre, ahora sólo quedaba su lado oscuro. Battousai. ¿Por qué volvió?, ella no lo sabía y no quería saberlo. Todo lo que le importaba ahora, era que ese sujeto de mirada fría había asesinado a sus pequeñas amigas. Ayame y Suzume habían muerto producto de una estocada de su sakabatou, lo suficientemente fuerte para que murieran casi al instante. El pequeño estanque estaba teñido de escarlata y en el ambiente predominaba ese repugnante olor. Sangre. Gotas de la misma caían del frío metal del arma asesina y lo único que se escuchaba alrededor era silencio. Una que otra vez se escuchaba las copas de los cerezos agitándose por el viento, o un leve trineo de pájaros.

La única testigo del acontecimiento, yacía de pie en la puerta sin efectuar un movimiento, mirando estupefacta la escena. ¿Por qué lo hizo? Era la pregunta que rondaba su mente. Estaba tan sumida en sus cavilaciones, que no notó la mirada del asesino sobre ella. Los pensamientos de Kaoru fueron interrumpidos cuando sintió un leve escalofrío subir por su espalda, en seguida sintió como era observada y desvió la mirada al lugar de procedencia. Dorados se encontraron con azul zafiro. Kaoru sintió como la penetrante mirada de Battosai le producía un extraño sentimiento en su interior.

Por su parte, Battousai no dejaba de verla, aquella chica había hecho surgir en su interior un sentimiento mucho más grande que el que sintió por Tomoe desde la primera vez que la vio a través de los ojos de Kenshin. Pero había algo en la mirada de ella, algo que lo hizo darse cuenta de su error. Ella lo miraba fríamente, con odio. Esa mirada jamás la había visto en ella y le dolía que esa mirada fuera destinada a él. Kaoru había sido la causa por la que el vagabundo dejó de vagar y la nueva razón para no matar. Sin darse cuenta, la espada resbaló de sus manos provocando un ruido sordo al chocar contra el piso, pero en ningún momento hubo cambios en la postura de ambos jóvenes. En aquél momento, los recuerdos de su vida con Tomoe aparecieron. Recordó cada vez que ella le decía que matar estaba mal, que no tenía caso hacerlo. Y fue entonces que pudo recordar la razón por la que había dejado de matar. Tomoe. Se lo había prometido a ella, y no sólo a ella, sino a Kaoru también, y ahora había roto su promesa. ¿Cómo había sido capaz de hacerlo? En todo caso ya no podía retroceder el tiempo y cambiar lo sucedido. Si alguna vez se sintió merecedor del amor de Kaoru, ya no lo hacía. Ahora toda la culpa que sentía Kenshin, la podía sentir él también. Bajó la cabeza ocultando su rostro bajo su rojo cabello, actitud que sorprendió a Kaoru, apretó fuertemente los puños y nuevamente miró a Kaoru. Pero era una mirada diferente, no era una mirada con sed de sangre, sino más bien una llena de ternura. Era la mirada de el vagabundo, de Kenshin su vagabundo.

Kenshin esbozó una amarga y forzada sonrisa, mientras lágrimas luchaban por salir de sus tristes ojos violetas.

Lo siento mucho... Kaoru... sólo espero... que algún día... puedas perdonarme. – dijo en un tono casi audible.

Lágrimas corrieron por rostro de Kaoru al ver a Kenshin de esa manera. Ella sabía que lo ocurrido no había sido culpa de él, pero, ahora no había nada que lo hiciera cambiar su decisión. Kenshin se iría, la dejaría. No quería dejarlo ir, pero aún quedaba el temor de que, algún día, él le hiciera el mismo daño a Yahiko y Sanosuke, y no sólo a ellos, sino a ella misma. Kaoru sintió como sus piernas empezaban a ceder, y con sus temblorosas manos cubrió su rostro humedecido por las lágrimas. Quería decirle que no se fuera, que ella lo perdonaba, que no la dejara de nuevo; pero su voz no transmitía sonido alguno más que leves sollozos. Esto tenía que ser un sueño, de ninguna manera podría ser verdad, porque, de ser así, ella no lo soportaría.

Aishiteru Kaoru... gomen… nasai...

Aquella frase fue lo único que pudo salir de la entrecortada voz de Kenshin, y bajando la cabeza nuevamente le dio la espalda a su única razón de vida y cruzó el umbral de la puerta del dojo Kamiya. Su silueta desapareció en las ahora oscuras calles de la ciudad de Tokio. Definitivamente Kenshin se iría para nunca más regresar.

Un grito de dolor se escuchó rompiendo el silencio de la noche, clamando por un hombre de rojos cabellos y ojos violetas....

¡¡¡KENSHIN!!!

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Kenshin estaba al borde de la locura. Llevaba casi cuatro horas buscando a Kaoru y ni rastro de ella. Ya era casi media noche, estaba cansado. Definitivamente los años no habían pasado en vano, cada vez estaba más viejo, él lo sabía, pero eso no sería un impedimento para continuar su búsqueda. Siguió caminando en silencio, tratando de pensar en qué lugar podría estar Kaoru y a la vez, evitando pensar que por culpa de uno de los fantasmas de su pasado, su ángel podría estar en peligro. Sin darse cuenta, llegó al dojo nuevamente. Decidió entrar para ver si por casualidad Kaoru había regresado, pero en vez de eso encontró al pequeño Yahiko dormido en la entrada de la casa.

Si Kaoru hubiera regresado Yahiko no estaría aquí. – pensó.

Sin hacer ningún ruido, se acercó al chico, lo levantó en sus brazos y lo llevó a su habitación. Al acostarlo en su futón, pudo notar el rastro de lágrimas en su rostro. Sonrió tristemente y pasó su mano por el alborotado cabello del niño.

La encontraré, Yahiko, lo haré... – le susurró colocándole las cobijas al chico y sonriendo tristemente salió de la habitación. Iba con destino a su habitación cuando vio la habitación de Kaoru.

Kaoru... – murmuro.

Algo en su interior le dijo que entrara a esa habitación, así que lo hizo. Al abrir la puerta, el olor a jazmines característico de Kaoru, impregnó todo su ser. Todo estaba en orden, tal y como ella lo había dejado esa mañana, excepto una cosa, la bata de dormir estaba en el piso. Se acercó a ella y la recogió con sumo cuidado como si fuera una joya de gran valor. Luego caminó hacia una de las esquinas de la habitación, se apoyó en la pared y se dejó caer sentándose en el piso, abrazó contra sí la prenda envolviéndose en el suave aroma y cerró los ojos.

No te perderé Kaoru... ¿dónde estás? – se repetía mentalmente y entre sollozos se quedó dormido.

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Aproximadamente media hora después Yahiko despertó asustado. Había escuchado unos gritos provenientes de la habitación contigua. Se levantó rápidamente del futón y salió dispuesto a averiguar qué era lo que estaba ocurriendo.

Esos gritos vienen del cuarto de la busu – pensó.

Abrió rápidamente la puerta y vio a Kenshin acurrucado en una de las esquinas de la habitación. Se veía alterado y a juzgar por su expresión, no tenía un sueño muy agradable.

¡¡KAORU!!

Yahiko se acercó a él con cuidado, lo tomó por los hombros, y lo sacudió de una manera un poco brusca.

¡¡Despierta!!... ¡¡Kenshin!!... ¡¡Despierta!!

Kenshin abrió los ojos sobresaltado, su respiración era bastante agitada y sudaba frío.

¡KAORU!

Tranquilo Kenshin... fue una pesadilla. – dijo Yahiko un poco nervioso de ver a su amigo en ese estado. – Ya todo pasó.

Cuando finalmente estuvo más tranquilo, Kenshin se sentó y cerró los ojos dándole gracias a Kami porque todo fue un sueño, luego se puso de pie y se paró en la entrada de la habitación. Vio sus manos y observó la bata de dormir de Kaoru. Jamás se hubiera perdonado que ese sueño se hubiera convertido en realidad.

//////////////////////////////////////////////////////////SUEÑO////////////////////////////////////////////////////////

Kenshin y Kaoru se encontraban en un bosque lleno de árboles de cerezo. El lugar era hermoso, las flores de cerezo caían libremente con la brisa vespertina y justo frente a sus ojos, un pequeño lago en el que levemente se reflejaban algunos rayos del sol, hacía mucho más encantador el paisaje.

Kaoru se sentó bajo uno de los cerezos y Kenshin le hizo compañía. Ambos disfrutaban el estar juntos. Por fin había paz en sus vidas. Hasta que Kenshin sintió que había alguien más en ese lugar. En seguida se puso de pie y se colocó frente a Kaoru de manera protectora.

¡MUÉSTRATE QUIEN QUIERA QUE SEAS! – exclamó Kenshin.

En fracción de segundos un hombre de blancos cabellos se apareció frente a él. Kenshin no pudo esconder su asombro. Ese hombre era...

Enishi...

Kenshin, ¿qué sucede?- preguntó Kaoru. - ¿quién es este sujeto?

¿Qué quién soy? – ríe cínicamente - ¿Por qué no le dices Battousai?. Dile que soy el hermano de Tomoe, tu primera esposa. La mujer que mataste con tus propias manos.

Kaoru no podía creer lo que estaba escuchando. Miró a Kenshin para ver si el mismo negaba lo sucedido, pero este sólo bajó la cabeza tristemente y apretó los puños. Kaoru se llevó las manos al rostro y empezó a negar con la cabeza.

¿No lo puedes creer chiquilla? Pues así mismo sucedió. ¡ESTE MALDITO BASTARDO MATÓ A MI HERMANA! – dijo alzando la voz – ¡Y AHORA DEBE PAGAR!

Kaoru miraba a Kenshin y Enishi sin poder creer lo que estaba ocurriendo, siempre había dicho que no le importaba el pasado de Kenshin pero esta revelación iba más allá de todo lo que ella pensó. Enishi desenfundó su espada listo a atacar, su expresión era fija y su mirada estaba llena de odio y sed de venganza.

Vete de aquí Kaoru, este lugar es muy peligroso para ti. – dijo Kenshin. Pero Kaoru no se movió, estaba demasiado impresionada como para efectuar movimiento alguno. Kenshin  optó por alejarse de Kaoru pero nunca le dio la espalda a su enemigo. Se colocó en posición Battou y esperó que el contrincante realizara su ataque.

Unos instantes después Enishi se lanzó contra Kenshin efectuando un ataque a alta velocidad, tan rápido que Kenshin sólo tuvo tiempo de saltar para poder esquivarlo. Así fue sucediendo este combate, a medida que iba pasando el tiempo ambos contrincantes mostraban múltiples heridas, la mayoría leves y una que otra seria. Esta pelea iba para largo y Kaoru pudo notar que Kenshin se estaba dejando llevar, poco a poco estaba volviendo a ser Battousai sin darse cuenta. Ella sabía que si Battousai lograba apoderarse de Kenshin, Enishi ya tenía un destino trazado: La muerte.

Ya empezaba a oscurecer y seguía la misma situación hasta que Kenshin, ahora Battousai, decidió terminar la lucha. Se colocó en posición Amakakeru Ryuno Hirameki y esperó a que Enishi lanzara su ataque. Pasados 5 segundos, tal vez menos, Enishi atacó....

¡¡¿¿POR QUÉ??!!

Un mar de sangre teñía el área, las víctimas: Kaoru Kamiya y Enishi Tsukishiro. Kenshin sostenía a Kaoru en brazos, lloraba desconsoladamente. Había sucedido lo mismo que con Tomoe, Kaoru moriría a causa de él. Kaoru acarició el rostro de Kenshin haciendo que la mirara. Ella sonrió. Aún así se veía hermosa. La abrazó contra sí y cerró los ojos.

Ai... shite... ru Ken…Sayo…

¿Kaoru?... – la sacudió levemente - ¿Kaoru?... ¡¡KAORU!! ... ¡¡¡KAORU!!!

/////////////////////////////////////////////////FIN DEL SUEÑO//////////////////////////////////////////////////

Kenshin  ¿estás bien?- le preguntó tímidamente Yahiko.

Sí Yahiko, estoy bien. Es mejor que vayas a dormir, yo seguiré buscando a Kaoru. No te preocupes la encontraré, ya verás que mañana estará aquí con nosotros.

Yahiko sonrió aprobando las palabras de Kenshin y se dirigió a su habitación. Por su parte, Kenshin colocó la bata de Kaoru en su lugar y salió del dojo a seguir con su búsqueda. Él no sabía por qué tenía el presentimiento de que Kaoru se encontraba en un lugar similar al de su sueño, de ser así, Kaoru se encontraba en un bosque parecido al que estaba cerca del dojo de Kyosuke-sensei. Apresuró su marcha, al llegar al lugar miró a su alrededor pero no había rastro de Kaoru hasta que escuchó un grito proveniente de los más profundo del bosque.

¡¡¡KENSHIN!!!

Fin del tercer capítulo.

Notas de Autora: Gomen por la tardanza, sé que les prometí actualizaciones más rápidas debido a que estoy de vacaciones, pero tuve un severo bloqueo de escritora y no pude escribir nada que me gustara hasta ahora. Con decirles que este capítulo lo rescribí. Pero bueno... nunca es demasiado tarde jejejejejeje n_nU. Sólo espero que haya sido de su agrado.

Quiero dedicar este capítulo a todas aquellas personas que lo esperaron pacientemente. Nuevamente muchas gracias.

Una última petición: podrían dejarme un REVIEW?? (pucheritos). No les cuesta nada, sólo tiene que hacer un click en la barrita de abajo que dice "Submit review" y listo!! ONEGAI dejen reviews ^_^

Por ahora me despido hasta el próximo capítulo.

Ja ne!!