"Una versión del futuro".

   by amhy potter.

Nota: La adorada Jo, es dueña de todo. Pero, si por pura casualidad, se le da una muy buena  vaga idea, y se le ocurre darme los derechos, pues... luego les aviso... Mientras tanto... Harry Potter no es mío, ni tampoco sus personajes. Sólo a Jo la iluminó el sol....

Capítulo 1: "La Llegada".

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— Vamos, Hermione, ¿no creerás que voy a meterme todo eso en la cabeza?

— No seas testaduro, Ron. Los exámenes están muy próximos y yo no te pienso ayudar.

— Pero, Hermione...

Harry suspiró. Otra típica pelea de sus dos mejores amigos. Ya sabía que se gustaban, y que les encantaba estarse peleando, pero a él ya lo tenían fastidiado. Ya ni siquiera se molestaba en tratar de calmarlos, ellos solos se contentaban.

Estaban desayunando en el Gran Comedor, y dentro de 20 minutos tendrían su clase favorita con su adorado profesor, y Harry no se sentía con humor suficiente para estar aguantando a Snape. Además, ese día tenía un extraño presentimiento que no lo dejaba en paz. No había probado bocado, y todo porque la garganta se le cerraba gracias a esa extraña sensación. Harry sentía que le avisaba, que le predecía que algo iba a suceder, pero no sabía qué.

— Ron, deberías ser más considerado con tus deberes.

— Hermione, no me arruines la vida.

— Perfecto, como quieras, pero después no vengas a quejarte conmigo cuando hayas reprobado los exámenes.

Otro suspiro cansado. Ese día sería muy largo. Tal vez, ese presentimiento no le dejaría concentrarse en clases, y eso le puede afectar. Aunque desde hace un momento, había sentido unos extraños pero ligeros mareos que iban en aumento.

"No has comido, Harry" —se dijo—. "Tal vez por eso son los mareos. Y es mejor que comas si no quieres desmayarte y preocupar a Hermione y Ron, ¿verdad?"

Y justo cuando iba a probar otro bocado, unas terribles náuseas le vinieron, y dejó la batalla por la paz, apartando su plato. Suerte que sus mejores amigos estaban muy ocupados peleándose, sino ya le hubieran obligado a comer preocupados.

Pero esto ya era algo serio: los mareos aumentaron terriblemente, provocando que Harry viera borroso, y sintiendo una gran desorientación. Por un momento, le pareció que todo se volvió mortalmente silencioso, y que la oscuridad se apoderaba de él. Sacudió la cabeza rápidamente para deshacerse de esa debilidad, y afortunadamente, esa sensación cesó considerablemente, pero aún persistiendo débilmente.

Volteó a su alrededor, y vio que nadie lo había notado. Suspiró de alivio. No quería que todos se preocuparan por él, ni tampoco armar un gran escándalo. Pero ese presentimiento se hizo mucho más fuerte. Sabía que algo pasaría en ese momento, y se preguntó si tendría que ver con Voldemort. No, no le dolía la cicatriz, y todo parecía normal, excepto ese extraño presentimiento.

¿Le avisaría a Dumbledore? Volteó a ver a la mesa de los profesores, y encontró a su director sonriendo, y platicando con otro maestro. No, no le arruinaría el día sólo por sus estúpidas ideas. Tal vez lo del mareo era porque no había comido ni dormido bien el día anterior, y ese presentimiento, era tan sólo producto de su imaginación... Sí, sólo eso... sólo eso...

— Harry, apresúrate, tenemos Pociones.

— Ya voy, Hermione.

Harry se paró siguiendo a sus amigos, que continuaban discutiendo, cuando tuvo una extraña sensación en el pecho que le impidió caminar. Sentía que algo le oprimía el pecho, y ese extraño presentimiento en su corazón, hacía que éste latiera más rápido de lo normal, casi al punto de salirse. Harry se asustó, algo estaba pasando. Sintió un escalofrío recorrerle por todo el cuerpo, al tiempo que la visión se le oscurecía, y el silencio se internaba en él.

— ¡Harry, Harry!... —esos gritos lejanos fue lo último que alcanzó a oír. Quería decirle a sus amigos que no se preocuparan, pero ya no sentía su cuerpo, ya no sentía nada...

Abrió los ojos, sintiendo nuevamente su cuerpo, en una sensación que le pareció muy rápida y brusca, haciéndolo tambalearse por la desorientación. Cuando cayó de rodillas, notó que el piso no era el mismo de Hogwarts, dándose cuenta al levantar la mirada, que realmente no estaba en Hogwarts...

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 — Te digo que no es cierto, Hermione.

— Pero, Ron.... de acuerdo, no voy a discutir contigo sobre esto —enseguida se volteó a ver a su mejor amigo, y le sorprendió verlo tan absorto en sus pensamientos, obviamente ausente de la realidad—. Harry, apresúrate, tenemos Pociones.

Hermione lo vio salir de su ensimamiento, y se tranquilizó un poco cuando éste le respondió normalmente:

—Ya voy, Hermione.

Trató de no darle mucha importancia, y siguió su camino a las mazmorras aún discutiendo con Ron. Éste, que por casualidad vio de reojo a su compañero, se extrañó al verlo de pie, sin moverse. Frunció en entrecejo, y Hermione, siguió la mirada de Ron. Ambos iban a preguntarle por qué se detenía, cuando vieron su rostro. La expresión que tenía era de desconcierto, preocupación, miedo, y dolor, mezclándose con la palidez que pronto lo cubría. Se asustaron, y tanto Ron como Hermione, corrieron a su amigo desesperados.

Al armar tanto escándalo, se produjo un gran silencio, y la mayoría de los maestros se pusieron en pie, incluido Dumbledore, preguntándose el motivo de tal situación. Al ver a Ron y Hermione correr desesperadamente hacia Harry, y a éste paralizado de pie, Dumbledore se asustó y se dirigió velozmente hacia ellos preocupado.

Estaban casi con Harry, cuando notaron que éste cerró los ojos inconsciente. Estaba cayendo al suelo, cuando una luz cegadora lo rodeó, expandiéndose por todo el comedor, ocasionado que todos se cubrieran los ojos ante tal destello deslumbrante.

— ¡Harry, Harry! —Hermione se asustó, y con los ojos cerrados, sintió una gran vibración, al igual que Ron, y todos los presentes ahí.

Pasados varios minutos que a los amigos les pareció eternos, la luz cesó por completo, provocando al final, una gran temblor por el comedor. Cuando Ron pudo ver mejor, se echó a correr, y se dirigió hasta donde estaba su amigo, siendo imitado por Dumbledore, Hermione, y varios profesores. Pero Ron se detuvo a un metro de distancia, y observó entre aterrado y extrañado lo que sus ojos veían. Hermione se detuvo detrás de él, y ahogó un grito de impresión. Dumbledore llegó apresurado, pero se detuvo también a unos cuantos pasos. Finalmente, tratando de descubrir qué estaba pasando sin muchos resultados, Dumbledore se acercó.

En donde antes debería estar Harry, ahora se encontraba un muchacho que aparentaba alrededor de 20 años, vistiendo una túnica oscura, con el cabello negro azabache, y gafas idénticas a las de Harry.

Dumbledore se acercó con cuidado, y tomó su pulso precavidamente.

— Disculpe... —dijo ante el silencio que se encontraba en ese momento en el comedor. Los profesores ya habían sacado la varita por si acaso, y Dumbledore no era la excepción—. Disculpe... —volvió a repetir, y se preguntó si ese muchacho realmente estaría tan débil como para no poder despertar... Pero a todo caso, ¿quién era?

Saliendo de sus cavilaciones, notó que el joven empezaba a reaccionar, y dando pequeñas muecas y gemidos de dolor, el muchacho abrió los ojos, haciendo notar que eran verdes esmeralda, y sentándose sobre el suelo, sobándose la cabeza obviamente adolorida.

Cuando el joven se recuperó de su aturdimiento, y permaneciendo sentado, observó extrañado a su alrededor, clavando sus ojos en Dumbledore, en Ron, Hermione, y algunos cuantos alumnos, alzando las cejas sorprendido con cara que veía. Trató de hablar, pero sólo balbucía, y fijó sus ojos de nuevo en Dumbledore, que era el más cercano a él.

— ¿Profesor Dumbledore? —se animó a decir, con voz juvenil, pero dándole un tono grave y maduro.

— Sí, ese soy yo. Ahora, ¿podría decirme quién es usted, por favor? —dijo Dumbledore extrañado y tratando de permanecer calmado.

El joven iba a responder, aunque sólo abrió la boca para no decir nada. Se veía sorprendido, y miró nuevamente el comedor, como cerciorándose en qué lugar estaba. En el trayecto, Ron pudo divisar en su frente, una cicatriz en forma de relámpago...

¡Imposible! Seguramente, algo andaba mal... Eso no era posible.

— ¿Harry? —preguntó con voz temerosa, a la vez que sentía que todos lo miraba a él, por hacer esa pregunta. Siguiendo su mirada, los demás posaron sus ojos en el joven. Éste, al escuchar el nombre, volteó para ver quién hablaba. Alzó aún más las cejas, y exclamó sorprendido:

— ¿Ron, eres tú?

El aludido se sorprendió y asintió con el entrecejo fruncido.

— ¡No puedo creerlo! —dijo el joven levantándose de un golpe, asustando a todos, y ocasionándole un sobresalto a Dumbledore—. ¿En verdad eres tú? —y enseguida volteó con una gran sonrisa a Hermione—. ¡Hermione! —la chica asintió sorprendida y desconcertada—. ¡Es increíble! —el joven se detuvo, y frunciendo el entrecejo, dijo:— Profesor... —enseguida tomó el semblante serio, dirigiéndose al director —. Por favor, ¿podría decirme qué año es este?

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Hey, ¿qué piensas de esto?... ¿aburro?... ¿me callo?.....tú dices.

Sugerencias y howlers, siempre son bienvenidos...

Hasta la próxima, y gracias por leerlo.