"Una versión del futuro".

   by amhy potter.

Nota: La adorada Jo, es dueña de todo. Pero, si por pura casualidad, se le da una muy buena  vaga idea, y se le ocurre darme los derechos, pues... luego les aviso... Mientras tanto... Harry Potter no es mío, ni tampoco sus personajes. Sólo a Jo la iluminó el sol....

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¡Hola! Vuelvo de nuevo. Pero lamento la demora. Me tardé algunos días en actualizar pero prometo que haré todo lo posible porque no vuelva a pasar.

Como podrán ver, el capítulo anterior no fue borrado, y en este capítulo, se ven las reacciones en versión de la seriedad. No salió cómico, y espero que les guste.

Además, en este capítulo agregué el Flash Back, espero que también les guste.

(Ah, por cierto. Aquí salen algunos nombres de profesores. No tenía los libros a la mano, así que espero me perdonen por cualquier falta en algún nombre.)

Ahora, los introducidores de este capítulo son:

----: Que yo sepa, y no es por parecer Hermione..., pero....

------: ... la palabra "introducidores" no existe...

¿Y si yo quiero que exista?

----: No se puede.

¿Porqué?

------: Por que no, y punto.

Bueno, ya, ya. Da igual de todas maneras. Bien, los pre.sen.ta.do.res....

----: Mejor, mucho mejor.

------: Pero yo preferiría locutores.

----: Eso suena mucho a esos de la cosa muggle que tiene papá, ¿no?

------: ¿Esa cosa que habla sola?

----: Sí, esa.

------: Ah.

Oigan, estoy aquí.

----: ¿En serio?

------: ¿Y porqué?

¡Ah! ¿Se van a presentar, o no?

----: Qué genio.

------: Ya cásate.

----: Si quieres te recomendamos a nuestro hermano Percy, sería muy buen prospecto para ti.

Sus. nom.bres.

------: Ya déjala, no queremos que le vaya a dar de genio y nos eche de aquí.

----: Es cierto, todavía tenemos muchas bromas qué hacer.

¡Nombres!

------: Ya, pues. Mira que le vamos a hablar a nuestro hermano Charlie para que te controle.

----: Estudia dragones...

¡..........!

----: Creo que ya le dio taquicardia.

------: Da igual..... Ejem.... ¡Señoras y señores!

----: Bueno, si tú dices..... ¡Con ustedes, los magníficos, únicos, extraordinarios....

------: ...magos traviesos encargados de ayudar a otros magos traviesos yendo en su ayuda....

----: ... y perseverando así la generación de los magos traviesos....

------: ... dignos seguidores de los únicos, incomparables, admirables, e ídolos honorables:

---- y ------: (ta ta ra, ta ta ta ra ta ta ta..... ta ta  ta ta ta ta........) ¡Los MERODEADORES!

----: (aplausos) y haciendo honor a tan ilustres magos, claramente merecedores del más alto prestigio en la comunidad mágica...

------: con ustedes, y como sus fieles y fervientes servidores...

----: ...Gred...

------: ...Feorge...

Fred: ... ambos miembros de la gran ayuda técnica y práctica...

George: ... de la gran y  honorable compañía...:

Fred: ... SORTILEGIOS...

George: ... WEASLEY!

(aplausos)

¿Saben? Debieron irse a un circo y convertirse en payasos.

Fred: ¿Qué es eso?

George: No lo sé. Para que lo diga ella, seguro nada bueno.

Fred: Ah.

Bueno, como sea. ¿Quieren contestar los reviews, por favor?

George: Con una condición.

¿Cuál? ¡Sólo conque no sea alguna broma en mí!

Fred: No, ¿cómo crees? Nosotros somos incapaces de hacer eso.

Ajá.

George: En serio.... Mira, lo que queremos que hagas...

Fred: Es que nos dejes hacer una muy buena broma en tu historia...

Ah... ¿Y a quién va a afectar?

Fred: ¿Cómo puedes decir eso? Nuestras bromas nunca afectan a nadie.

¿En serio?

George: Sí... Bueno, sólo a ciertos Slytherins, pero de ahí no pasa...

Ah, bueno. Hubieran dicho eso desde un principio. Si es a los Slytherins..., ¿cómo negarme?

Fred: ¡Genial!

Pero, tendrán que esperar a capítulos posteriores, lo siento.

George: No hay problema. Así tendremos más tiempo para planear.

De acuerdo. Entonces, ¿trato hecho?

Fred: Trato hecho.

Entonces, ahora contestamos los reviews.

George: Sí, ahora contestamos los reviews.

Fred: Sí, le decimos a....:

George: a 

Shagy Sirius: Te agradecemos mucho por tu review, y realmente lamentamos dejar el suspenso de esa manera, pero a la autora le gusta hacer mucho eso, y pues... Ahí no hay cómo evitarlo...  Nos halaga mucho que te guste tanto la historia, y no tienes idea cuánto. Es gracias a tus comentarios que actualizamos más seguido.

Fred: Sí, ahora, debido a tus sugerencias, la autora quiere agradecerte personalmente....

Hey, sí.... Hola! En verdad que necesito avisar al cielo que perdieron un ángel... ¡y lo acabo de encontrar! ¡Por Merlín! No tienes idea cuánto me ayudaron tus sugerencias. De veras que sí, y te agradezco hasta el alma. La mayoría yo ni me las imaginaba, pero  encajaron a la perfección con la personalidad de cada uno. Una que otra se me había ocurrido antes, pero te juro que me caíste del cielo. Las pondré, te juro que pondré todas tus sugerencias, sólo espero que entiendas que hoy no. Y tampoco creo que las vaya a poner todas en el siguiente capítulo. Irán poco a poco, pero de que las pongo, las pongo. ¡Gracias! Te lo agradezco mucho. Por favor, si tienes más ideas, no dudes ni por un segundo en mandarlas. Ahora, este fic en un capítulo no muy lejano, llevará gran colaboración de tu parte, y, por lo tanto, este fic también estará hecho por ti.

Es por eso, que este capítulo, va en honor a ti, por tu grandísima y celestial ayuda. ¡Gracias!

George: Creo que se emocionó con el chico.

Fred: Y que lo digas.

George: De acuerdo, ahora a....

Kitiara: Te agradecemos que te haya gustado. El apodo del profesor Lupin no tardará en aparecer, no te desesperes. Le avisaremos al profesor Lupin que te gustó cómo introdujo el capítulo. Gracias, y escribe de nuevo.

Fred: Oye, ¿y tú sabes su apodo?

George: La verdad, no.

Luego lo sabrán.

Fred: ¿Hoy?

 No.

George: Bueno... luego lo investigamos de todas maneras. A....

vicu-malfoy: Oye, chica, ¡cálmate! Vas muy aprisa. ¿Segura que no te tomaste alguna poción estimulante, o algo así? Bueno, la autora dice que no hay necesidad de raptarla, que ella continuará la historia hasta el final, y sí, ella dice que sí hay final... Lo siento.

Pero no te preocupes. Si el tiempo alcanza después de que salga la Orden del Fénix, y si mi historia concuerda con el quinto libro, pues.... tengo pensado hacer una secuela. Sí, tal como lo oyes. Todavía faltan muuuchos capítulos para que esta historia termine. Pero, la secuela será sobre la época de Harry, seis años al futuro. No es definitivo, sólo lo tengo pensado. Avisa si quieres que pase.

George: Sí, eso. Y gracias por tu review.

Fred: A...

La_MaS_PiLLaDa: Nos alegra que te haya gustado, y que te hayas reído tanto. Alegrarte la vida, nos hace sentir muy bien. Como ya lo dijimos, el apodo del profesor Lupin se verá más adelante, pero lamentablemente, no en este capítulo. Lo sentimos. Haciendo tus deseos realidad, hemos puesto el Flash Back, y esperamos que lo disfrutes. Gracias.... George: A... lolo: Nos agrada que te guste la historia, y a nosotros también nos parece interesante el que Harry venga del futuro. Si tenemos suerte, nos dirá grandes avances sobre las bromas de su tiempo. La autora nos informa, que sobre cómo está Harry de 15, si te fijas en este capítulo, sabrás algo sobre él. Gracias por el review.

Fred: A....

Linda Potter: Te agradecemos por tu review. La autora te quiere decir algo:

¿Conocerme personalmente? Wow, estoy halagada. En verdad lo estoy. Pero creo, que debido a la distancia, imposible será. No sé de dónde seas, pero te aseguro que vivo muy lejos de ti. Créeme. Aún así, me informaré al respecto. Gracias por tu review.

George: A...

Silverstar: Nos alegre que te alegre. No tienes idea. A nosotros también nos pareció muy divertido, y por poco, gracias a eso, nos pasa una desgracia, pero... ejem... en fin. Lo que pasará en el futuro, pronto lo sabrás. Y la versión de qué le pasa a Harry de 15, pronto se verá. No en este capítulo, ni en el próximo, pero luego. Ya verás porqué.... Sobre la magia sin varita de Harry, a nosotros también nos gusta, y la autora dice que más adelante se verá mucho más de eso.

Sobre el rollo de decirles a los de aquí lo que pasará, no te preocupes, que sí lo tomé en cuenta, por eso, he de decirles a ti y a los demás lectores, que lean con sumo cuidado la Nota 90°, ángulo recto, que está al final.  

Tu fic, la "Orden del Fénix" está muy buena. Sigue adelante, que me gusta mucho.

Fred: A...

Arix: Te agradecemos tus cumplidos. Como ves, el capítulo anterior no fue borrado. Las reacciones ahora son en versión seria, pero, esta vez no se pudo agregar, desgraciadamente, una versión aún cómica. Gracias, y escribe de nuevo.

George: A...

Renialt: Oye, cálmate. Te agarró un ataque. Y eso que no usamos ninguno de nuestros productos. Te agradecemos tu review, y te decimos que pusimos el Flash Back, gracias a ti. Escenas divertidas, en este capítulo, son muy escasas, lamentamos eso, pero es que la autora acaba de llegar de un funeral.

Oye, eso no es cierto.

George: Muchas gracias por tu review. La autora dice que le gustaron mucho tus fics, y que sigas adelante, porque no puede soportar la espera.

^_^

Fred: A...

eva: Oye, a ti también te dio una ataque. Nos agrada que te haya gustado tanto.  La autora dice que pronto verás lo de Malfoy y Harry. Dice que no lo viste antes, y que no lo verás en este capítulo, porque es algo muy confidencial, y que espera que te vaya a gustar. Gracias por tu review.

George: A...

Vegetto: Muchas, gracias te agradecemos tu review, y aunque te haya comido la lengua Scabbers, no te preocupes, aún así apreciamos tu review.

¡George!

George: ¿Qué?

No seas así. Hay que ser respetuoso.

Fred: ¿Y ahora a esta que le pasa?

Nada. Es sólo que deben aprender a respetar a los demás.

George: ¿Y lo dices tú?

Fred: ¿Sabes?, somos más grandes que tú....

¿Y?

George: Debes respetar a tus mayores.

Tonterías. Si no lo hago con Fudge, menos con ustedes.

Fred: Sí, pero Fudge es un tonto.

¿Y ustedes no?

George:....

Fred:...

George: Oye, Fred ¿Gas rictus?

Fred: ... Bueno....

Esperen... ¿Qué diablos es eso?... ¿Qué es...?

Esperen, ¡no!........ ¡NOOOOOOOO!............

Capítulo 5: "Reacciones II".

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Flash back.

― Pero eso no es imposible; no puede ser posible.

― En este tiempo no puede ser posible, pero en 6 años, creo que se puede dar la probabilidad.

― Yo sigo pensando que son patrañas.

― ¿Quieres calmarte, Argus? Esto es algo muy, muy serio. Además, yo le creo.

Se hizo un silencio. Algunos no creían que eso fuera verdad, pero si el director, Albus Dumbledore confiaba en que el chico fuera Potter, pues...

Llevaban casi una hora discutiendo. Por poco más y le echaban en cara a Dumbledore el no haberles dicho antes de avisarles a los estudiantes; pero ahora, en la sala de los profesores, estando sólo ellos, se habían puesto a discutir sobre el tema.

Todo el personal estaba ahí, y dado que hoy era domingo y no había clases, tenían la completa libertad para hablar sobre el asunto. Dumbledore ya les había explicado lo necesario sobre cómo y porqué fue el suceso del chico, y aún así, con la palabra de Dumbledore, era difícil creer.

Ni siquiera la comunidad mágica es capaz de manejar el tiempo, y, si por miles de años, nada ni nadie a podido controlarle, es obvio que en míseros 6 años menos.

Pero, si Dumbledore decía que era cierto, no les hacía daño fingir tantito que le creían al chico. Es que en Dumbledore confiaban al cien porciento, sí; pero ese chico, es otra cosa. Un impostor tan fácilmente pudiera ser. Existen cientos de hechizos para crearse apariencias diferentes, no veían el porqué no el chico podía ser un fraude.

Pero dale de nuevo: Dumbledore confiaba en el muchacho...

― Pero, ¿está completamente seguro de que es él? Digo, Albus... bien podría ser un impostor...

― Minerva, ayer durante toda la tarde estuvimos platicando sobre esto. Dijo cosas que me sorprendieron, que me asustaron y que me convencieron. Algunas yo ya las sabía; otras, jamás pensé que pudieran pasar... Pero le creo. Y te aseguro con mi vida que le creo.

Minerva pareció meditar, y junto con ella, los demás profesores. Todos y cada uno de los profesores que trabajaban en este colegio se encontraban ahí; incluso el conserje y la enfermera estaban. El único que faltaba, y que por obvias razones no podía estar presente era el joven futuro profesor en cuestión. Dumbledore les había dicho que había regresado muy cansado del "viaje" y que ahora mismo se encontraba durmiendo en su habitación.

― ¿Está seguro, entonces? ―preguntó la profesora Sprout cuestionándolo. Si él decía que era cierto, ella le creería.

― Hay una mínima posibilidad de que sea cierto ―argumentó la profesora Sinistra convenciéndose.

― ¡Noooooo! ¡Nooooooooo-ooooo-ooo! ¡Son mentiras! ¡Engaños! ¡Patrañas! ¡Fraude! ¡Impostooooooor! ―gritó obviamente desesperada y angustiada la profesora de adivinación, Trewlaney―. ¡Les digo que es falso, completamente falso! ¡Yo ya lo habría previsto! ¡Ese es un engendro del demonio!

― Sybill, querida, ¿quieres calmarte? Tal vez tus dotes no te permitieron ver la extraña aparición de este joven, pero pudo haber sido por la poderosa magia que iba implicado en ello.

Sybill pareció pensar. ―Tal vez tengas razón. Pero aún así pienso que es un fraude.

― Yo aún tengo mis dudas sobre ese joven; algo no me convence sobre él ―comentó la profesora de vuelo, Hootch.

― ¡Pero es imposible! ¡No puede ser cierto! ¡Que Harry tenga 20 años y venga del futuro! ¡Infamia! ―comenzó a gritar el guardabosque exaltándose.

― Hagrid ―comenzó el director―, primero: Harry tiene 21; segundo: yo le creo, le debes creer. ¿Porqué no hablas con él tú mismo cuando despierte?

Rubeus alzó las cejas sorprendido. ― ¿Ha-hablarle? ―el director asintió―. P-pero...

― Yo le creo, Albus.

Silencio. Minerva había dado su punto de vista y estaba consciente de que muchas miradas incrédulas se posaban en ella. Entre esas miradas, Albus la miraba con una sonrisa.

― Es bueno contar con tu apoyo, Minerva.

― Es-está bien. Si usted lo dice, director... ―dijo Hagrid no muy convencido.

― A mí me parece que debemos aceptar que se pueda dar la posibilidad de que eso haya pasado. Al fin y al cabo, hay que estar siempre abiertos a nuevas experiencias ―mencionó el bajo profesor Flitwick.

Albus sonrió abiertamente con sinceridad.

Y eso, definitivamente rompió las barreras más fuertes de los profesores. La mayoría, después de una larga plática que les costó casi dos horas, terminaron aceptando al joven junto con esa identidad que él decía tener. Otros, a regañientes tuvieron que fingir de su acuerdo. Aunque, entre ellos Argus, se prometió que vigilaría muy de cerca al mocoso. 

Albus suspiró con cansancio. Le había costado mucho trabajo convencer al personal, y aunque se ganó muchas advertencias (entre ellas la de Hagrid, que le dijo que comprobaría hasta el fondo la veracidad del chico; y Argus, que prometió no quitarle el ojo de encima por si las dudas...) y consejos (como no confiarle muchas cosas de suma importancia al muchacho; ni tampoco tenerle favoritismos), al final, y después de dos largas horas que le trajeron una fuerte jaqueca, pudo lograr su objetivo.

Pero esto todavía no acababa aún...

Albus se hallaba en su despacho y esperaba impaciente a que sus próximas visitas llegaran.

Severus, Remus y Sirius.

Severus estaba trabajando como espía y se había internado en el círculo de los allegados de Voldemort para confirmarle de sus planes al viejo director. Ya le había mandado una lechuza, con un mensaje lo más secretamente que pudo, para avisarle que debía venir lo antes posible. No le informó el motivo (Albus no podía darse el lujo de que a su único espía le diera un ataque cardíaco...), pero sí le hizo saber de la urgencia del asunto. Albus suponía que en estos momentos ya debía estar en camino.

Sirius se estaba quedando con Remus, y eso le ahorraba tiempo. A ellos tampoco les dijo más que a Severus. No tardarían en llegar.

A ninguno de los tres les mencionó nada que se refiriera a Harry, y le pareció que esa, fue la mejor opción.

Albus se preguntó cómo tomarían este asunto. Conociéndolos...

Suspiró de nuevo.

― ¿Y tú qué piensas de todo esto, Fawkes? ―se dirigió sonriente al fénix. Éste, que no le había despegado la vista desde que el director había llegado a su oficina, sólo se limitó a fijar más intensamente sus ojos en él.

Seguido de una hermosa canción reconfortante y relajante, Albus cerró los ojos y dejó que la tensión se fuera de su cuerpo sin ninguna oposición. Sus músculos se relajaron, y su mente quedó totalmente despejada y clara... Sin jaqueca... Nada... sólo tranquilidad.

El director sonrió y abrió los ojos. ― Gracias, Fawkes. En realidad lo necesitaba.

Y el fénix cantó otra canción de alegría respondiendo al elogio de su dueño. Pero no pudo terminarla: una interrupción en la puerta llamó la atención de ambos seres.

Un ¨noc, noc¨ se escuchó, y, seguido de la concesión del permiso de Albus, un hombre encapuchado se dejó ver. Caminó sin prestarle atención al fénix (lo cual le molestó mucho, pero, como hacía cada vez que ese hombre venía, se mostró indiferente) y se sentó en una de las tres sillas frente al escritorio del director.

Suspiró y miró al director fijamente. Sus ojos expresaban cansancio, y por el brillo oculto que traía, Albus podía deducir que no había nuevas buenas ni malas.

― Hola, Severus. Me alegra que hayas podido venir tan rápido ―dijo el director―. Dime, ¿cómo te fue?

Después de un pequeño silencio, Severus se animó a hablar. ― No muy bien, en realidad, no conseguí absolutamente nada importante.

― Ya veo. Pero ¿no te ha sospechado, verdad?

― No, no creo. Él es muy listo, y, si es cierto que me puso a prueba después de su desconfianza con lo de Quirrel, pero ahora confía plenamente en mí.

― Muy bien. Eso es bueno, esperamos que continúe así.

― ¿Para qué me mandaste llamar? ―dijo viéndolo fijamente. El director le sostuvo la mirada y, mientras escogía cuidadosamente las palabras, finalmente se decidió a hablar.

― Ha sucedido algo, Severus..., algo con lo que no contábamos.

― ¿Qué ha pasado? ―preguntó con curiosidad y un poco de preocupación.

― Te lo diré hasta que estemos completos: estamos esperando a alguien más.

― Pero... ¿alguien más?

Otro "noc, noc, noc" en la puerta interrumpió a Albus de poder contestar y a Severus de volver a preguntar. Severus se preguntó si ese era el "alguien más" que Albus estaba esperando.

― Adelante ―dijo el mago.

Un hombre de cabello medio castaño y pre-cano con la túnica oscura algo vieja y obviamente descuidada de la misma edad que Severus se dejó ver por entre la puerta junto con un gran perro negro.

― Buenos días..., Albus, Severus ―dijo con voz entre alegre y formal.

¡¿Qué?! ¿Qué demonios hacían el licántropo y ese convicto en el colegio? Bueno, por razones obvias se trataba de Voldemort y la misión que cada uno de ellos tenía, pero, ¿era necesario que él estuviera presente cuando esos estúpidos Gryffindors vinieran al colegio?... ¡Puaj! Asqueroso.

― ¡Ah, Remus! ―dijo Albus sonriente, mientras incitaba al hombre sentarse frente a su escritorio.

Habiendo ya cerrado la puerta, el hombre caminó hasta el asiento que se le había ofrecido. Albus, con todas las precauciones dispuestas, procedió a hablar:

― Sirius, ¿podrías por favor transformarte?

El animago gruñó en son de desconfianza y disgusto a la dirección de cierto Slytherin en la habitación, pero, contando con que Albus tenía su plena confianza, se limitó a resignarse y obedecer.

Un cruce de miradas llenas de odio, y saltos de chispas al contacto de éstas, se presentó cuando el animago se mostró ahora como un humano. Omitiendo esta incómoda situación entre los hombres, Albus le pidió al ex-convicto tomar asiento. Éste, por su parte, decidió olvidar (pero sólo momentáneamente) los rencores pasados debido a la seriedad del asunto.

El ex-convicto tenía una mirada cansada, mas sin embargo no vencida; su túnica estaba desgastada, y su cuerpo ya había recuperado algo de su anterior peso y salud, pero aún así, el hombre necesitaba unas merecidas vacaciones.

― ¿Y bien, Albus? ¿Para qué nos llamaste? ―preguntó el ex-profesor tratando de tomar una posición neutral ante la situación que daba presagio a una riña entre cierto Slytherin y cierto Gryffindor, ambos a sus lados.

El director suspiró y retomó de nuevo el semblante serio. Era necesario para estas circunstancias. Sería difícil, muy difícil comentarles esto.

― Ha pasado algo, algo que, debido a su trascendental importancia, deberá detener todas las misiones y trabajos que teníamos planeado.

― ¿Qué? ¿Porqué?

― Albus, ¿qué ha pasado? ―preguntó el Slytherin, no teniendo buenos resultados al tratar de conservar la paciencia.

Otro suspiro, que provocó, claro, miradas que se aterraban a la probable advertencia, de que la noticia no era para nada placentera.

― Ayer por la mañana, sucedió un incidente, y... ―Albus se detuvo. No sabía cómo continuar. Especialmente, si la situación se relacionaba con cierto joven que era muy apegado, a la mayoría de las personas en esta habitación. Y aún más, si cierta persona ahí sentada guardaba cierta relación con el susodicho, y se mostraba como su padrino―... Bueno, mientras estábamos desayunando, el joven Potter sufrió un inconveniente, y...

Fawkes se estremeció un poco al sentir un eco resonar por la habitación y golpear las paredes, a la vez que regresaba y golpeaba de nuevo los mismos lugares. Producía una onda de sonido, que para sus oídos, le era muy sensible. Misma razón, por la cual Albus no había podido continuar.

Cierto hombre, un ex-convicto por cierto, ahora se hallaba de pie, y, si sus pulmones se lo hubieran permitido, las ventanas hubieran estallado con la intensidad del sonido, o bueno, grito...

― ¡¡¡¡¡¿QUÉ?!!!!! 

― ¿Quieres calmarte, por favor, Sirius? Harry está bien, no le pasó na... ―Albus no tuvo tiempo de terminar.

― ¿¡¡PERO QUÉ PASÓ!!? ¿CÓMO PASÓ? ¿ÉL ESTÁ BIEN? ¿DÓNDE ESTÁ?... Él está... ¿bien? ―dijo por fin reaccionado y comprendiendo las palabras que hacían muchos segundos habían entrado en sus oídos.

― Sí, él está bien ―dijo el director mientras veía a Remus volverse a acomodar en una silla. Es que, ciertos gritos a pocos centímetros de su oído le hicieron perder el equilibrio, y, de haber estado de pie, no tan desorientado, y sin una repentina pero pasajera sordera, también hubiera exigido a Albus una respuesta por la condición del muchacho.

― ¿Estás seguro que está bien? ―preguntó ahora Remus con interés.

― Sí, sí..., completamente. Ahora, cálmense. Enseguida les contaré qué pasó.

Severus sólo giró los ojos con apatía. Era cierto que le interesaba un poco saber qué le pasó al muchacho (pero sólo un poco, lo suficiente para saber si está muerto o no, sólo eso), pero tampoco era para que esos Gryffindors se comportaran así. ¡Merlín, no es el fin del mundo! Además, si el mocoso se tiene que morir, que lo haga, nadie se lo va a impedir. ¿Para qué tanto problema?

― ¿Y, qué pasó? ―preguntó Sirius aún preocupado, pero ahora más calmado al saber del bienestar de su ahijado. Aún así, no se volvió a sentar.

― ¿Sirius? ―preguntó el director insinuándolo que tomara asiento. Éste, queriendo escuchar lo sucedido, no se tomó mucho tiempo en hacer lo que le pedían.

― Bien..., ahora déjenme decirles... ―dijo mientras él volvía a su asiento respectivo. Respiró hondo, y comenzó a contar... a contar absolutamente todo.

Después de haberles pedido que no lo interrumpieran, y habiendo terminado su relato, Albus guardó silencio, esperando alguna reacción en especial de sus interlocutores.

Pero el silencio permaneció; pero no se preocupen, que Albus no se aburrió. Una muy interesante pero extraña combinación de expresiones se vio en los rostros de cada uno. Y Albus se tomó su tiempo para analizar cada una de las caras.

Severus, aunque no muy extraño en él, y ya de por sí común, se mostró pálido, pero esta vez la exageración se imponía en él. No es que le interesara el muchacho, y Albus lo sabía, pero esto podría significar muchas cosas, e incluso para él. Harry podría traerle información sobre algo que quisiera saber, y, dado que Albus ya les había informado, que Harry les informaría de todo lo posible para después imponerles un obliviate, era obvio que Severus estaba muy interesado en el chico. Pero, independientemente de eso, el Slytherin se mostraba sin habla, y conservaba en sus ojos desconcierto y, por insólito que parezca, también terror. ¿Porqué, Severus se mostraba en estas circunstancias aterrado?

Un brillo en los ojos de Albus indicaba que él suponía que Severus tenía algo que ocultar, y, seguramente, Harry ya lo sabía.

Remus, no obstante, permanecía con la tranquilidad que siempre lo ha caracterizado, aún en las situaciones más difíciles. Albus siempre lo ha admirado por eso, el hombre nunca se desesperaba, ni dejaba que la razón se fuera de su lado... nunca. Sin embargo, una mirada asombrada, ambas cejas levantadas, la mudez ahora por demás intranquila, y un balbuceo silencioso mostraban que le era difícil permanecer... tranquilo. Miraba a Albus fijamente esperando que éste dijera que la broma ya había terminado, pero, eso nunca llegó. Además, el licántropo, como los demás en esta oficina confiaban plenamente en su palabra, y no se les ocurría, aunque lo desearan posible, que el director hubiera podido cometer alguna equivocación.

Sirius, por su parte, permanecía igual de quieto que los demás. Paralizado aún hasta los párpados, mantenía su boca abierta a una distancia que Albus no consideraba posible. Ambas cejas levantadas y una dilatación a sus ojos, le hacía creer a Albus que era el primer hombre en la historia de la humanidad en abrir a ese grado los párpados. Su mirada mostraba confusión y terror; pero un terror muy diferente al de Severus. Albus se preguntó a qué se podría deber.

― ¿Q-qu-qué... qué? ―dijo Remus cuando por fin encontró su voz, pero manteniéndola en hilo, tan suave como si de eso dependiera su vida. Pareció salir de un trance y le lanzó una mirada de desconcierto a Albus.

― Sí, todo lo que dije es cierto. Yo también creí que era algo imposible de pasar, pero ya ven...

― P-pero... ―Severus también descubrió su voz. Pero él reaccionó de manera diferente a sus ex-compañeros. Volteó la mirada y frunció el entrecejo. Algo extraño pasaba con él, Albus pensó.

― ¿H... Ha... Harry.. e-es-taá..., él... está... bie-en? ―preguntó el otro explorador, capaz de conseguir su voz. Albus sonrió cuando lo vio batallando mentalmente por decidir si esto era realidad o fantasía. Todo esto, evidencia de que se pellizcó un brazo con fuerza.

― Sí, él está bien. En estos momentos está durmiendo. Como ya les expliqué, vino muy cansado del viaje. Pero aún así, yo creo que es muy impresionante que pueda dormir su cansancio. Jamás había sabido que eso existía siquiera, pero me parece muy interesante...

― No, no... no ―interrumpió Sirius aún consternado, pero haciendo un ademán negativo en son de detener la explicación de Albus. Éste, al no entender a qué se refería, frunció confundido el entrecejo―. Me refiero a... a que si... si Harry..., nuestro Harry... si él está... si está bien...

Albus comprendió de inmediato.

― Según lo que este Harry me dijo, el que nosotros conocemos fue transferido a 6 años al futuro. Harry me dijo que no tiene forma de comunicarse con su tiempo, ni de saber la situación exacta del chico, pero él insistió que está bien.

― Pero... ¿co-cómo... cómo... sabe?

― Bueno, dijo que en su época ya no hay peligros culminantes. Él les explicará porqué, igual que conmigo. Dijo que hay mucha protección ahí, y que incluso estará mucho mejor protegido que aquí. Con eso de que aquí Voldemort empieza a ascender de nuevo, creo que lo mejor para su bienestar, es que esté ahí. Además, Harry dijo que estaría rodeado sólo de nosotros, gente que él confía.

― ¿Estás seguro? ―preguntó ahora Remus―. Quiero decir, dices que él no tiene contacto allá, y bueno...

― Sí, él dijo que no puede comunicarse, o al menos por ahora. Como está muy débil no puede intentarlo. Pero dijo que hay una forma, y espera que nosotros, bueno, los del futuro, se pongan en contacto con él en cuanto sepan lo que ha pasado.

― ¿Qué quieres decir? ―dijo Severus quien ahora había encontrado el hilo del razonamiento.

― El tiempo, en diferentes épocas, no transcurre igual. Harry dijo que un mes aquí bien podría ser un día allá.

― ¿Qué? ―dijo el mismo, al tiempo que atraía aún más la atención de los otros dos.

― Así como lo oyes, Severus. Y me aseguró que eso era lo más probable que está pasando. Eso quiere decir, que tal vez ni siquiera Harry se ha dado cuenta de nada. Aquí sólo ha pasado un día, y allá, supongo que ni siquiera una hora.

― ¿Entonces...? ―preguntó Sirius mirando fijamente al director.

― Harry está bien, Sirius. Eso te lo puedo asegurar ―dijo sonriendo―. Pero, ¿porqué no te cercioras por tí mismo? Vayamos a preguntarle a Harry.

Sirius miró aún más sorprendido al director. Mismas miradas se mostraron en sus compañeros viendo fijamente al director.

Albus se levantó y se encaminó a la puerta decidido. Sabía que aún ya abierta la puerta los hombres seguían sentados y sin moverse, pero siguió con la misma idea.

― ¿No vienen?

Tomó algo convencerlos, pero al final decidieron aceptar. Tres hombres y un gran perro caminaban ahora por los pasillos más alejados y desolados del castillo. Aún así, las precauciones se tenían qué dar. Dos de los hombres aún permanecían con una extraña mirada, entre aterrados y consternados por lo que verían, y de poder dar una mucha más observadora y detallada vista a la expresión del perro, se hubiera visto exactamente lo mismo.

Un silencio muy nervioso se produjo, aunque en Albus no se dio, los otros permanecían en un estado de alerta a cualquier cosa. Una noticia así no se recibe todos los días, y era obvio que ellos no sabían cómo tomarlo. Pasando varias extrañas puertas y algunos que otros pasadizos, que, según Albus era un atajo para llegar mucho más rápido a su destino, el director le notificó al animago, que si lo deseaba, podría transformarse de nuevo.

El perro, ya habiendo sido avisado que la seguridad para él en este preciso lugar era la suficiente, y que nadie pasaría por ahí, volvió a su forma humana. Después de otro largo silencio, decidiendo que no podía soportar más, Sirius sacó a flote todas sus preguntas.

― ¿Cómo es?

― ¿Perdón? ―preguntó Albus viendo fijamente a Sirius, al igual que los otros dos. La confusión en su cara le dijo a Sirius que no formuló bien la pregunta.

― Él..., quiero decir, Harry... ¿Cómo es?... ―preguntó con mucha ansiedad que pudo ser notoria.

― Ah..., bueno ―dijo Albus sonriendo, mientras miraba al frente de nuevo―. Es muy diferente a lo que hoy es...

― ¿En serio? ―preguntó Remus ahora interesado.

― Sí, sí: Tanto física como mentalmente. Ayer que estuve platicando con él, me sorprendió mucho su actitud, y también su personalidad. Su manera de hablar y actuar es muy extraña...

― ¿Extraña? ―preguntó Sirius temiendo que eso fuera malo.

― Sí, pero no pienses mal, Sirius. Digo extraña porque no es común, o al menos yo no la había visto. Cuando habla, un momento está actuando muy seriamente, y al otro se está riendo por algún chiste. No digo que está loco, o mal de la cabeza, no ―dijo cuando vio la expresión de los Gryffindors―; es sólo que puede combinar muy bien sus emociones. Vaya, no soy ningún psicólogo ni nada de eso... ― mientras Sirius se preguntaba mentalmente qué rayos era "sigóloco", Albus continuó―, pero sí se me da mucho eso de poder observar las características de las personas ―dijo ahora con orgullo―. Bueno, el caso es que si no me dijeran que ese es Harry, nunca lo sabría.

― ¿Tan así es? ―preguntó Remus con las cejas levantadas.

― Sí. Ha madurado mucho, demasiado diría yo. Ya no parece tener ningún tipo de problemas en su vida, y se ve que en su época, vivía completamente feliz.

Sirius sonrió con alegría sabiendo lo que el futuro le deparaba a su ahijado. Feliz, Harry sería feliz...

― También ha cambiado mucho físicamente. Es alto, aunque no tanto para su edad. No sé qué haya estado haciendo allá, pero parece que ha ejercitado su cuerpo. Ya no está tan pálido como solía estar, y no sé a qué se deba. Se ha convertido en un hombre muy apuesto, y me supongo que tendrá varias chicas persiguiéndolo en su época. Cuando lo presenté como profesor, no pude evitar notar que varias jóvenes dieron uno que otro suspiro por él ―dijo al tiempo que reía divertidamente. Remus rió junto con él, imaginándose una escena de esas tan divertidas. Severus, por su parte, sólo volvió a girar los ojos pensando que todo esto era tan patético.

Sirius, sin embargo, pareció extrañamente, no alegrarse por esto. Una clase de desprecio y enfurecimiento se mostró en él. Indiferente a los comentarios de Albus, y las risas de Remus (sin contar que no notó la actitud de Severus), comenzó a caminar más aprisa para liberarse de esa plática, que obviamente le parecía incómoda.

Sin más contratiempos, llegaron a una pequeña puerta, al que cuidaba una pequeña gárgola de piedra. Albus se adelantó, y sintiendo los nervios de los demás, se apresuró a decirle la contraseña.

(n/a: De acuerdo. Se preguntan cómo Harry pasó a la habitación la noche anterior, si no dijo la contraseña.... Eh, bueno... Sí la dijo, sólo que no se dio cuenta, ¿recuerdan?)

"Rictusempra"

Pretendiendo no sentir las miradas de extrañeza en él debido a la contraseña, Albus entró en la habitación cuando la gárgola se hubo movido.

Decorada de colores rojos, Severus se asqueó sólo de estar ahí. Sólo una gran oficina con un escritorio y un amplio estante de libros antiquísimos se mostraba ante ellos. Una pequeña puerta a un lado, les notificaba que conducía a su dormitorio. Albus se dirigió a ésta, y tocó en espera de respuesta.

Nada.

Intentó de nuevo.

Nada.

― Mmm... Tal vez está dormido. Anoche lo noté muy cansado. Supongo que tendremos que esperar ―dijo Albus decepcionado.

― ¿Esperar? ¿Porqué no entramos y lo despertamos? ―preguntó Severus sintiendo ganas de vomitar con los colores.

― No se puede, Severus. Ya les dije lo que él me dijo: cuando duerme, no hay qué o quién lo despierte. No hay nada que podamos hacer.

― Y yo que quería verlo ―dijo Sirius suspirando resignado.

― ¿Y cuál es el problema?

― Severus, él está dormido. No podemos entrar ahí nomás así como así. Él necesita privacidad ―dijo Remus en son de regaño.

― Tonterías ―dijo mientras se dirigía hacia la puerta y la abría antes de que alguien pudiera hacer algo. Se internó a la habitación tan ágil como pudo para no ser detenido.

― ¡Severus! ¿Qué estás haciendo? ―exclamó Remus mientras iba a detenerlo.

― ¡Snape! ¡No lo molestes! ―gritó Sirius corriendo a ayudar. Albus por su parte permaneció en silencio, y mientras los Gryffindors detenían al Slytherin por la túnica, se internó en la habitación evadiendo el alboroto.

Más colores en honor a Gryffindor se mostraron en el dormitorio. Albus, a pesar de sugerirle al chico esta habitación, nunca había estado aquí. Seguro que Harry no la decoró, porque, como él ya sabía, esta era una de las pocas habitaciones del castillo, que se autodecoraban dependiendo del gusto de su dueño.

Una puerta al otro lado, que dirigía al baño. La cama ocupaba el centro y algunos otros muebles más hacían más acogedora la habitación. La chimenea se encontraba justo delante de la cama, y la ventana que estaba al lado derecho de la cama, daba la vista al lago. Las cortinas de la cama estaban corridas, pues eso hacen por sí solas cuando hay alguien durmiendo.

― ¡Suéltame! ¡Que me sueltes, Black!

Y la pelea continuaba. Albus, decidió llamar su atención antes de que se mataran.

― ¿Disculpen? ―preguntó con voz fuerte. Al notar que las tres miradas se dirigieron hacia él, Albus señaló con la cabeza la cama.

Sirius fue el primero en reaccionar, y corrió lo más rápido que pudo a la cama. Se detuvo a un paso, y, viendo fijamente las cortinas, dudó por un momento en hacer lo que iba a hacer. Con una mirada de consternación, al final se decidió. Recorrió las cortinas con rapidez, y, al ver la figura en la cama, sostuvo la respiración al igual que los otros dos.

Albus notó que Harry había estado muy cansado, pues no se había quitado ni la túnica ni las gafas. El joven permanecía con los ojos cerrados tan quieto como nunca lo habían visto. Respiraba lenta y silenciosamente, aunque, al momento de producirse un silencio en los demás, eso fue sólo lo que se pudo escuchar. El cabello rebelde definitivamente no había cambiado, y claramente se mostraba en él la cicatriz en su frente, signo de reconocimiento.

― ¡Cielo santo! ―alcanzó a exclamar Remus en un hilo de voz inaudible para los demás.

Los tres hombres consternados por lo que veían permanecieron en silencio y en un completo estado de shock. Así por varios minutos, en los que la vista de aquellos no se despegaba del joven, hasta que el director decidió que había pasado el tiempo suficiente para poder intervenir.

― Ejem... ―se aclaró sonoramente la garganta, produciendo el mayor ruido posible. El acometido, por suerte, dio resultado. Los tres hombres salieron del trance, pero siguieron permaneciendo inmóviles.

Albus al ver que no daba resultado, se acercó para hacer un intento, que él ya consideraba fallido, de despertar al chico. Rodeando la cama por el otro lado, se acercó al joven y se sentó en el borde de la cama.

― ¿Harry?

Nada.

Albus intentó de nuevo.

Nada.

El director suspiró.

― Les dije que no lo podríamos despertar ―mencionó a los hombres que seguían sin despegar la vista del joven. Albus se levantó de la cama y se dirigió a uno de los sillones que se encontraba en una esquina―. ¿Bien? ¿No creen que sería más prudente si nos fuéramos?

No hubo respuesta, y Albus tuvo que resignarse a esperar a que el trauma para los hombres se fuera. Supuso que tendría que esperar mucho, así que se acomodó lo más que pudo en su asiento. Sin embargo, después de varios minutos, Albus vio a Sirius dar un paso con cautela, como si estuviera decidiéndose si ir o no.

― Adelante, Sirius. No te va a morder ―dijo divertido, mientras veía al animago decidirse y dar otro paso tras otro.

Sirius, sin poder despegar los ojos del joven, sintió una mano en el hombro y se sobresaltó.

― ¿Sirius? ―preguntó su amigo, ahora medio saliendo del shock. Sirius notó en la voz de su amigo, y en la mirada que este tenía cuando lo volteó a ver, que él estaba tan asustado y consternado tanto como él. Remus quería transferirle confianza y seguridad a su amigo, y Sirius en menos de un segundo lo identificó, pero se dio cuenta de que Remus también pedía la viceversa.

Sirius asintió lo más seguro posible a su amigo, pero aún así mostró temor en sus ojos. Ambos con cautela (y dejando por completo en el olvido a cierto Slytherin (Que, a pesar de su apariencia, se mostraba por completo consternado y paralizado. Prefirió no aventurarse a tener una vista más de cerca con la muerte, sólo por si acaso) detrás de ellos) caminaron hacia el chico con el estómago hecho nudos. Al llegar a la cama, Sirius se sentó con cuidado y tan despacio como pudo para no despertar al chico (pero olvidándose de su razonamiento en ese momento. Que cierta persona le haya dicho que cierto chico no podía despertarse hasta lo que serían unas horas, no se le venía a la mente por ningún lado.). Permaneció así, con Remus al lado de pie, por lo que fueron varios minutos. No se atrevía a tocarlo, y al parecer tampoco Remus. No podía...

El chico estaba muy cambiado, muy cierto. Pero la esencia de Harry, su Harry aún estaba ahí. Sirius podía sentirlo. El chico que estaba el cama, definitivamente, y sin lugar a dudas, era Harry.

Horas, pasaron varias horas en los que los hombres permanecieron en la habitación viendo cómo el joven dormía sin inquietarse ni moverse un poco. Albus, que ya había visto a Harry gran parte del día anterior, empezó a dormitar debido a las circunstancias: discutir con los hombres y hacerlos razonar sobre irse de ahí (especialmente ahora que no contaba con la ayuda los Gryffindors), y dejar descansar al muchacho en paz, no iba a dar ningún resultado. Además, ese sillón estaba muy tentador para una cómoda siesta.

Severus aún permanecía en el mismo lugar, y no se atrevía a articular palabra. Al igual que él, los Gryffindors no hablaron por lo que fue mucho tiempo para Albus. Pero para lo que Albus fue una eternidad, para los hombres fueron tan sólo algunos segundos (contados sólo los de completo razonamiento y coherencia) y no notaron cuando el mediodía se acercaba.

La ventana tenía la cortina abierta y la luz comenzó a avanzar por el suelo conforme pasaba el tiempo. Cuando le dio al chico en la cara, éste ni siquiera se inmutó, cosa que Sirius pensaba pasaría todo lo contrario.

Algunos minutos pasaron de otra larga espera para Albus. ¿Porqué rayos mejor no se iba y dejaba a los hombres  con el chico ahí? Si lo más que iban a hacer, era verlo todo el día sin decir siquiera una mísera palabra, ¿cuál era su razón de estar ahí?

Sirius y Remus contuvieron la respiración y Severus se inquietó un poco. Esto le avisó a Albus que los hombres habían visto al chico apretar los párpados obviamente siendo molestado por la luz, y se levantó de su asiento cuando oyó al chico gemir por ello.

Final Flash Back.

― Ejem.... –se aclaró la garganta sonoramente Harry, mientras Albus y Remus permanecían con una sonrisa (ataque de risas sería la expresión correcta, pero no creo que el estómago de Albus lo pueda soportar. Y tampoco queremos volver a bajar la cámara 2...) viendo divertidos la escena―. Por lo que veo, Severus, la falta de madurez aún sigue en ti –dijo con una gran sonrisa y una ceja levantada.

Harry vio divertido a Severus mientras éste se quedaba sin hacer otra más que balbucear.

― No es gracioso, Potter –dijo mientras veía al chico ahogar una risa.

Sirius vio cómo Harry falló al tratar de ocultar una sonrisa, y se alegró, de ver por primera vez en toda su vida, a su ahijado disfrutar realmente algo. Los ojos verdes intensos que antes ocultaban cansancio y dolor constantes, ahora se hallaban llenos de vida tan intensos como nunca los había visto... tan intensos como los de.... Lily.

Cielo Santo, tenía ahora los mismos ojos que su madre. No es que nunca los hubiera tenido, pero a Sirius siempre le pareció que a su ahijado le faltaba la fuerza y esperanzas de vivir que a Lily siempre acompañaban. Ahora, en este preciso momento, su ahijado los tenía.

Suspiró feliz, y deseó, que por un momento, James y Lily pudieran estar vivos para ver esto. Su hijo disfrutar la vida como cualquier otra persona. Si tan sólo ellos estuvieran vivos.

No soportó más. Simplemente, Sirius no soportó más. Había resistido desde que entró a la habitación, y de eso habían pasado muchas horas; pero ahora definitivamente sus fuerzas de voluntad se fueron.

Sirius caminó hasta su ahijado que aún permanecía viendo divertidamente a Severus, mientras éste mantenía una mirad desafiante en el chico; y Remus y Albus veían divertidos la escena. Sin esperar más ni avisar, abrazó lo más fuerte y suave que pudo al chico.

La sonrisa de Harry se fue de inmediato, y la de los otros también. Severus incluso bajó el nivel de intensidad de su mirada. 

Sirius siguió en esa posición sintiendo las lágrimas venir en sus ojos. Sabía que estaba de espaldas a los demás, y eso le ayudaba mucho, pero, a pesar de no querer llorar en ese momento, la situación se lo estaba provocando. Apretó más sus brazos contra el cuerpo de su ahijado y deseó más que nunca en toda su vida que James y Lily estuvieran vivos...

Sólo un minuto, sólo eso... Lo suficiente para que vean a su hijo y se sientan orgullosos de él.... Sólo eso.

― Sirius... –escuchó decir a Harry muy cerca de su oído. Sintió cuando los brazos de su ahijado lo rodearon con fuerza y deseó que este momento durara para siempre.

― Harry... Es increíble en lo que te has convertido... –dijo murmurando sintiendo que las lágrimas se le salían. Ya no importaba, no importaba si había alguien más en la habitación, no importaba si había miles de personas o sólo tres más ahí―... Seis años, seis años y ya eres todo un hombre... Estoy orgulloso de ti ―una lágrima salió y rodó por su mejilla, pero él estaba orgulloso de su ahijado. Y quería que lo supiera, quería gritarle al mundo cómo se sentía en ese momento, y lo feliz que estaba de verlo así, ahí.

Sintió los brazos de su ahijado apretar más fuerte contra él. – Gracias, Sirius.... Y yo de ti.

Sirius cerró los ojos a medida que otro lágrima salía despacio. "Y yo de ti" .... Sólo eso. Encerrado en Azkaban por doce años, y sintiéndose culpable de la muerte de sus dos mejores amigos. Culpabilidad de no poder cuidar a su ahijado, y llevarlo a vivir una vida normal...  "Y yo de ti"... Sólo eso era lo que necesitaba escuchar. No más.... sólo eso. Esas únicas palabras significaban tanto... demasiado para él.

Era demasiado para él. ¿Cómo puede Harry estar orgulloso de él?

― ¿De mí? ¿Porqué? –preguntó tratando de ahogar su temor y frustración. Pero era cierto: ¿de qué podría estar orgulloso Harry?

― ¿Qué clase de pregunta es esa? –preguntó Harry con un tono suave a su oído― ¿Es que acaso lo dudas? –mientras sintió los brazos de su padrino tensarse, el chico continuó― Sirus, estoy orgulloso de ti, y no importa qué –dijo con voz tan baja que sólo su padrino pudo llegar a escuchar―. Por ser mi padrino, por ser lo que ahora eres. ¡Sirius! Estuviste doce años en Azkaban y sobreviviste. Eres la persona más fuerte que conozco; lo más cercano a un padre que tengo, eres un gran amigo, y eres la mejor persona que conozco en todo el mundo. Estoy orgulloso de que seas Sirius –dijo tratando de evitar que algunas lágrimas salieran de él. Mientras sintió su hombro por completo empapado, Harry se animó a continuar sin empezar a llorar― Sirius, siempre estuviste ahí para mí, y nunca, nunca me fallaste –los brazos de su padrino se volvieron a tensar. Harry sabía que en esa época Sirius se culpaba terriblemente por la muerte de sus padres y por dejarlo abandonado, según él―; ni tampoco les fallaste a mis padres. Lo sé, Sirius, lo sé. Nada de eso es tu culpa.

― ¡Sí lo es! –dijo con voz quebrada, tratando de hacerle entender a su ahijado lo equivocado que estaba.

Harry miró a los presentes en la habitación, que lo miraban fijamente completamente mudos, y les pidió que salieran con la mirada a Albus y Severus. Cuando ambos lo hicieron en silencio, Harry se despegó de su padrino y lo miró a los ojos.

Tristeza... Profunda tristeza y dolor que lo perseguían constantemente.

Obligó a su padrino a mirarlo a los ojos, aún cuando éste no quería hacerlo avergonzado de que su ahijado lo viera llorar. Varias lágrimas habían dejado un camino de rastro por ambas mejillas. Pero al verlo a la cara, Sirius se dio cuenta de que de su ahijado también salían lágrimas.

Remus por su parte permanecía callado, decidiendo cuándo debía intervenir, y preocupado por su amigo, sintiéndose abrumado por no poder hacer algo.

― Mírame, Sirius –dijo Harry serio―. No es cierto, no lo es. No es tu culpa.

Harry vio otra lágrima salir de los ojos de Sirius al tiempo que su mirada se entristecía más.

― No entiendes, Harry. Sí lo es.

― Sirius, he vivido contigo más de cinco años –dijo mientras Sirius y Remus lo veían sorprendidos―, contigo y con Remus y... bueno –dijo arrepintiéndose de decir algo al último momento―, el caso es que te conozco lo suficiente para decirte que no fue tu culpa. Sirius, me platicaste todo lo que pasó, todo lo que sufriste en Azkaban, y las razones por las que hiciste lo que hiciste. Te lo digo yo, con mi propio juicio, que lo que hiciste fue lo correcto. No te culpo por la muerte de mis padres. Nunca lo hice... bueno, nunca lo hice cuando te conocí como realmente eras...  –dijo cuando se acordó de lo de la Casa de los Gritos.

― ¿Ves? ¿Ves, Harry? Tú mismo me lo dijiste esa noche, en la Casa de los Gritos. Soy culpable de la muerte de James y Lily, y de todo lo que te pasó. Por mi culpa tuviste que vivir con los Dursley... es mi culpa... ¡Todo es mi culpa!

― ¡Sirius! ¡No lo es! ¡Nunca lo fue ni lo será! Sirius, tú dijiste que estabas orgulloso de mí, y todo lo que hoy soy se lo debo a Remus y a ti. Solo a ustedes dos...

Sirius lo miró fijamente y mudo, mientras Remus permaneció inmóvil.

― ¿Qué? –habló por primera vez el licántropo.

― Sí, lo que oyen –dijo Harry sincerándose―. Cuando me fui a vivir con ustedes, me enseñaron todo lo que no sabía y cosas tan hermosas que nunca imaginé. Ustedes me dieron lo que siempre había deseado y que nunca había recordado tener.

― ¿Qué? –preguntó Sirius deseando saber.

Harry sonrió gentilmente – Una familia –dijo mirando a los dos hombres―. Una familia que me ama, y en la que en verdad me siento feliz.

Remus sonrió y se limpió con la mano las comisuras de los ojos. Parecía que le había entrado una basurita.

― ¿En serio? –preguntó Sirius mirándolo fijamente no creyendo lo que oía.

Harry asintió con la cabeza. –Sí, Sirius. Ustedes dos son lo mejor que me ha pasado en toda mi vida, y no sé qué haría sin ustedes. Ustedes son mi vida.

Sirius sintió más lágrimas salir de él, pero siguió sin importarle. Esto ya era demasiado para él. Lo que deseaba escuchar, lo que nunca pensó escuchar y lo que sabía que nunca escucharía. Todo eso Harry se lo había dicho en sólo unos minutos. Sintió otra lágrima resbalar por su mejilla, y, por primera vez, en muchos, muchos años, sintió que un gran peso y una gran parte de su frustración se fueron junto con esa lágrima. Otra le siguió y el dolor disminuyó considerablemente.

Harry volvió a abrazar a Sirius y viendo a Remus fingir que le había entrado una basura en ambos ojos, sonrió divertido.

― Remus, ven acá ―dijo con un tono entre divertido y ahogado por sus lágrimas.

Estando entre el abrazo de las personas que más quería en el mundo, Harry se sintió de nuevo en casa, de nuevo con su familia.

― Los quiero mucho ―dijo con una gran sonrisa al tener a cada lado a sus mejores amigos y sustitutos de padres.

No obtuvo respuesta, pero sabía que sentían exactamente lo mismo que él. Harry suponía, por la humedad de sus hombros, que ambos hombres estaban llorando, y que sus voces se habían ido muy lejos, junto con sus problemas y frustraciones. Lo bueno de esto, y Harry sabía, es que sólo sus voces volverían de ese lejano lugar....

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Ah!!!! JAJAJAJA.... Tráigan... me un...... JAJAJAJA..... Kleneex........ Snif...... Que me.... JAJAJAJA... me hizo llorar, qué..... JAJAJAJA.... ¡qué lindo!

Fred: ¿Quién la entiende? Primero hace un capítulo que te hace llorar de la risa...

George: Y ahora hace otro que te hace llorar pero de cursilerías.

No es..... JAJAJAJA.... cursi....... A mí...... JAJAJA.... me pareció muy..... JAJAJAJA...... bonito.

Fred: Sí, si. Lo que digas.

George: Aún así sigue siendo cursi.

Fue muy.... JAJAJAJA .... sentimental, sí.... Pero.... JAJAJAJAJA.... pero..... JAJAJAJAJA... JAJAJAJAJA....... pero.... JAJAJAJAJAJAJAJAJA JAJAJAJA.... ¡ya, piedad!.. JAJAJAJAJA.... les juro que no..... JAJAJAJA..... que no vuelvo a insultarlos...... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA JAJAJAJA JAJAJA.

Fred: Oye, George, ¿no crees que nos pasamos un poquito con el gas?

JAJAJAJAJAJAJA JAJAJAJAJAJA JAJAJAJAJAJAJA

George: Pues.... nomás un poquito.

JAJAJAJAJAJA... ¡piedad!... JAJAJAJAJA

Fred: Bueno, mientras a ella se le pase el ataque de risas, nosotros les diremos, que aquí hay una nota que deben leer.

JAJAJAJAJAJAJAJAJA JAJAJAJAJAJA.......

George: Sí, que deben leer. La autora lo escribió en sus ratos de coherencia, y ahora sólo ponemos lo que ella redactó.

Atención, esta es una Nota 90°, ángulo recto, y requiere que sea leída:

De acuerdo. Se preguntarán porqué Harry les dice o les dirá a los demás su futuro. Les explicaré eso: Harry (21), les explicará a TODOS lo que pasará en el futuro, primero, porque sería muy aburrido si no viéramos sus reacciones, y segundo, porque de tal forma, la historia sería más aburrida que todo un día de pura Historia de la Magia.

Entonces, ponte en el lugar de uno de los personajes. Eres uno de ellos, viene Harry del futuro, y te dice lo que serás y lo que harás durante seis años. Es obvio, que la historia cambiaría sabiendo tú esto.

Pero, Harry les hará un obliviate cuando se vaya. Con eso no recordarán nada de lo que pasó.

Aún así, es insuficiente.

 Harry verá a Voldie de este tiempo, no se preocupen. Se verán cara a cara, de eso me encargo yo; y no, no lo derrotará.

Sigo insistiendo, un obliviate no es suficiente, yo lo sé, y ahora ustedes también. No les daré más información, pero les aseguro que la historia no cambiará. Al final, verán a lo que me refiero. Mientras tanto, deberán ser pacientes.

JAJAJAJAJAJAJA..JAJAJAJAJA....... ¡piedad!...... ¡por favor!...... JAJAJAJAJAJA..

Fred: Ahora, contando con que la autora no está en disposición de despedirse, les diremos nosotros un ¡hasta pronto!

George: Sí, y recuerden solicitar a nuestra compañía productos bromistas que son siempre de buena calidad.

Fred: Mayores informes, a los felétonos aquí ya dados.

JAJAJAJAJAJA......... JAJAJAJAJA........

George: ¿Qué demonios es eso?

Fred: No lo sé; papá siempre dice que así son los coremciales.

JAJAJAJAJA......... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA...........

George: ¿Los qué?

Fred: Esos que salen en la letevisón

JAJAJAJAJAJAJAJA...... ¡ah, ya, ya....!.......... JAJAJAJAJA........

George: Ah.

Fred: Bueno, la autora antes había dicho, que si quieren sugerir a los próximos presentadores, pueden hacerlo.

George: Sí, sólo no se olviden de nosotros.

JAJAJAJAJA......JAJAJAJAJA.........JAJAJAJA

Fred: Nos veremos la próxima.......

George: Dice la autora que sólo aceptará howlers, y que no manden ninguna clase de cumplido o halago.

JAJAJAJA......... ¡no......JAJAJAJA........ no es cierto!.......... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

Fred: Por lo visto, ella no pude tomar nada con seriedad.

George: Es cierto, joven hermano.

Fred: ¡Adiós......!

George: ¡Hasta pronto!

Fred: Y vivan.......

JAJAJAJAJA...... JAJAJA.....JAJAJA

George y Fred: ¡¡¡¡¡LOS SORTILEGIOS WEASLEY!!!!!

JAJAJAJA.....JAJAJAJA

¡espe.....esperen!........... JAJAJAJAJAJA........ ¿cómo de......demonios me...... JAJAJAJA....... me quito esto?......... JAJAJAJAJAJA....... ¡basta, en el nombre de Merlín, basta!............ JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA  JAJAJAJAJA JAJAJAJAJA JAJAJAJAJAJA.............