"Una versión del futuro".
by amhy potter.
Nota: La adorada Jo, es dueña de todo. Pero, si por pura casualidad, se le da una muy buena vaga idea, y se le ocurre darme los derechos, pues... luego les aviso... Mientras tanto... Harry Potter no es mío, ni tampoco sus personajes. Sólo a Jo la iluminó el sol....
~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~
Hola, hola... ¡Aquí estoy!
Y... eh... gomen nasai, gomen nasai... De veras que lo siento mucho, sou ka. La verdad no esperé que me fuera a tardar tanto con este capítulo. Es decir, sabía de qué se trataría y lo tenía todo en mente, sólo que las palabras llegaban de una forma muy aburrida al teclado. En fin, lo prometido es deuda, y excusarme no va a volver el tiempo... Pero...
¿Mis excusas? Bueno, por el momento no se me ocurre ninguna contundente, pero... ¿ustedes creen que ayudaría si digo que mi gato negro estaba muy, muy quieto la otra noche viendo nada en específico (y pues yo me asusté porque ya ven que dicen que cuando un gato se queda viendo al vacío, un punto fijo en el aire, en realidad es que están viendo un espíritu o algo así), y de repente se transforma en un auror que no sé quién es, y luego saca su varita y corre detrás de un gran perro negro, que se transforma, ¡y aparece Sirius Black frente a mis propios ojos que todo lo oyen y todo lo huelen! Y los dos empiezan a tener un duelo, y Sirius (que no sé de dónde sacó una varita) gana la batalla y me mira (¡me mira!) y luego me apunta, y me dice ¡Obliviate!, y se va y el otro auror se convierte en gato de nuevo y va tras él y me quedo ahí, parada, desconcertada y sin idea de lo que acababa de pasar?
¿Me creerían? Mmmm... creo que no, pues si esto en realidad hubiera pasado, no lo recordaría, lo sé... Y_Y En fin...
Y que no le digan ni le cuenten.... Es mejor verlo todo por usted mismo... Así que... con ustedes, los presentadores de este capítulo...
¡Hermione Granger! ¡La bruja más inteligente de su generación que haya pisado sobre Hogwarts!
Hermione: (sonrojo) Eh... Hola... Tampoco es para tanto... jeje...
¡Y también, con ustedes, el mejor jugador de ajedrez, Ronald Weasley, también novio de Hermione Granger!
Ron: (sonrojo, principalmente en las orejas) Eh... eh... jeje... eh.... h-hola...sí... ejem...
Ron, te ves tan lindo cuando te sonrojas...
Ron: Ejem... no... no era mi intención...
Jejeje... Bien, ¿qué les parece si respondemos los reviews?
Hermione: Hoy estás en un modo rápido, ¿no?
No precisamente, pero bueno, algo... ^_^
Hermione: De acuerdo...
Ron: Bien... ejem... las damas primero...
Hermione: Vaya, Ron... gracias...Ejem...
A Jack Dawson: Hola, ¿cómo estás? ¿Felicidades atrasadas de cumpleaños para la autora? Oh, no te preocupes. En realidad, la autora te agradece hasta el alma, y le alegra demasiado que te hayas tomado la molestia. ^_^ ¿El apodo del Profesor Lupin? Bueno, aún sigue en un "veremos", y por lo pronto, no saldrá hoy. ¿Porqué? ¿Tienes alguna sugerencia?
¿El premio a Harry por el cabello más indomable? Bueno, la autora dice que eso no lo había imaginado, pero ahora que lo piensa...
¿Te gustó el puma? La autora se alegra. Es decir, ese es un animal genial, aunque muchos se decepcionaron de que Harry no sea un ciervo... En fin, gracias por tus comentarios. Nos alegra que esta historia te guste. Gracias.
Ron: Sí, eso...
A Joyce Granger: Hey... Hola.. Oye, ¿eres algo de Hermione? En fin, nos alegra que te haya gustado el capítulo anterior, y también nos gustaron todos tus comentarios... Y eh... supongo que no te gustó la demora con el anterior capítulo, ¿verdad? Jeje... y.. esto... ¿qué te pareció esta demora? Jeje... ¿El capítulo más largo? Pues sí, la autora por eso se tardó tanto... aunque realmente no te parecerá tan largo... ¿Y quieres ver más de Sirius?
[¡Trato hecho, querida amiga! Tú y yo sabemos quién es el único y más guapo de todos los prisioneros que Azkaban haya tenido. Así que, ¡tus deseos son órdenes! ¿Pides Sirius? ¡Sirius tendrás!]
Ron: Eh.. sí, lo que sea que te digo lo autora. Como sea, gracias por la sugerencia del fénix, la autora dice que lo tendrá en mente. ¡Gracias por tu review!
Hermione:
A ana: Hola... Eh... ¿Felicidades a la autora? Bueno, ¡ella te lo agradece mucho, mucho! Y.. eh.. esto... ¿Estamos hablando de la misma Ginny? Es decir, ¿no te agrada? ¿O porqué dices que prefieres que ella hubiera muerto en...
¡No! E-ella no sabe lo que dice... es... es u-una broma... jeje... sí... [¡Y que la estúpida de Ginny se muera en el quinto libro! Jeje... seguro que rezo todas las noches porque eso pase... En fin... no sé exactamente qué se le metió en la cabeza a Jo para inventar ese personaje tan... tan... puaj... tú me entiendes]
Hermione: Eh... La autora dice que verás al Harry de 15 años todavía más adelante, pero te pide paciencia. ¡Gracias por tu review, y escribe de nuevo!
Ron: Oye, como que a mí me pareció muy sospechoso eso de Ginny...
Vamos, Ron... fue sólo una broma...
Ron: Mmmm... bueno, si tú lo dices...
A silverstar: ¡Hola!, ¿cómo estás? ¿Te gustaron los presentadores anteriores? Bueno, eso es una alegría. La autora dice que ella opina exactamente lo mismo.
[¡Sí, sí, sí! ¡Hey! ¿Quieres entrar a la apuesta? ¡Chica, no tienes idea de lo que yo haría por hacer lo mismo! ¡Es una lástima que sólo sean las cazadoras las que puedan intentarlo! ¿Eres pervertida con Sirius? Jeje... ya somos dos... Pero mala suerte que se enoje demasiado si le echamos un ojo a Harry... Como sea, Sirius sigue estando como quiere... Uyy... Oye, la verdad me pides mucho. Es decir, decirle todas esas cosas pervertidas a Sirius sobre él y Harry... ¡Me mata!... Bueno... no es que me moleste que me ponga las manos encima... jeje... ni tampoco morir entre sus brazos... ¿Pero luego cómo voy a hacer algo divertido con él, Remus y Harry si estoy muerta?]
Ron: La autora te agradece por tus felicitaciones... ¿Tienes 19? Vaya, entonces los respetos de todos nosotros y de la autora... Jeje... es broma... ¿Te gustó la forma animaga de Harry? Es interesante eso de tu beta-reader... La autora dice que es muy probable que ella busque esa historia para leerla. ¡Ah! Y la autora te agradece hasta el alma por los nombres del fénix. Dice que están geniales, y te agrdece por las sugerencias... ¡Le salvaste la vida! ¡Muchas gracias! Claro, la autora entiende los derechos reservados, y es obvio que en caso de que haya seleccionado alguno de tus nombres, lo pondrá como derechos reservados de silverstar... ^_^ ¡Gracias, muchísimas gracias por tu review! No sabes lo que significa realmente para la autora. ¡Gracias!
Hermione:
A Renialt: Hola, hey, ¿qué hay? Gracias por escribir, no sabes cómo nos agrada eso. ¿Un beso a los presentadores de parte tuya? Bueno, la autora dice que tengas por seguro que no sólo fue uno... Jeje... Y... ¡ops!, nos tardamos mucho... Y tal vez estés muy, muy enojada... ¿o no? Tal vez no... ¿verdad? ¿Nos perdonas, sí? Bueno, esperamos que sí. Gracias por tu review. ¡Y vuelve a escribir!
Ron:
A La_MaS_PiLLaDa: Hola... ¿te gustó la sonrisa de Sirius? Bueno... como a todas las chicas... De acuerdo, es cierto que me agrade Sirius y todo eso, pero, ¿es que no pueden sobreponerse? Es decir, ¿qué tiene Sirius de especial? Vamos, no es para tanto...
[¡Ah! Weasley no sabe realmente lo que dice... Aunque él también tenga lo suyo, no es razón para insultar a mi... er... nuestro amado Sirius, ¿verdad?*
Ron: ¿Te gustó que Harry tuviera la forma de un puma? Y sí, la autora dice que hay una razón por la cual Harry sea un puma, y que la verás en este capítulo... ¿Extraño que Harry no fuera un ciervo o un fénix? Sí, ¿verdad? Bueno, a nosotros nos alegra mucho, mucho que la historia te esté gustando. Si tú dices que te gusta, a la autora se le suben los humos y comienza a escribir frenéticamente. ¬_¬
¡Hey!
Ron... Jeje... lo siento... ¡Gracias por el review, Laura!
Hermione:
A Arwen Black: ¡Hola! Nos agrada como no tienes idea que te guste la historia... Realmente que sí. De verdad que le sacaste un sonrojo a la autora con tanto halago...
¡Ron! Ejem... [Oye... ¿Te gustan los fics en donde Harry no tiene pareja? ¡Bienvenida al grupo! Sinceramente, he rogado porque en la Secuela de esta historia no me exija alguno de ustedes casar a Harry. ¡Es que no me gusta verlo con nadie! ¿Celosa? Tal vez... Pero quiero decir, prefiero eso a verlo con Cho (¡puaj! ¡Asqueroso!), con Ginny (¡Voy a vomitar!) o con Hermione ( ahí sí... esta chica sí mi agrada... Y me agrada más cuando anda de novia con Ron)].
Hermione: ¿Te gustó la forma animaga de Harry? Bueno, la autora espera que no te vayas a decepcionar por lo que viene a continuación en este capítulo sobre Harry siendo animago... ¿Que si la autora no piensa aclarar que Lucius murió por Narcisa? Bueno, al parecer no... y la verdad, no sé la razón exacta... Como sea... La reacción de Harry (15) se verá más adelante, pero no en este capítulo... ¿Qué cree la autora que fue lo que pasó? Bueno... las reacciones las verás por ti misma más adelante... y prometen ser... eh... interesantes... jeje... ¿Qué fue lo que pasó entre Malfoy y Harry? Sí, la foto es de Hogwarts... Y realmente, no pasó un acontecimiento espectacular que merezca tu atención... Sólo... tiempo... Entre ellos dos hubo tiempo para meditar, aunque más para Malfoy... y con lo de su madre y la pérdida de su madre... pues, esas fueron las tragedias que lo impulsaron a nuestro lado...
¿Aclarar las visitas de verano de tu sevvie-pooh? Bueno, eso lo verás más adelante, tenlo por seguro... aunque desafortunadamente, hoy no.
[En las Sesiones de los Martes, ¿qué si los demás chicos no merecen premios por su físico? Es decir, tú te refieres a Sirius, Remus, Severus, Draco, Ron, Fred, George, y tal vez Bill, Charlie y Percy, ¿no? ¿Merecen premios? ¡Por supuesto! ¡Todos ellos! ¡Claro que sí! Es una lástima que ellos no tengan tanta fama como El Joven que Vivió y Venció... Pero, ¿sugieres algo que los haga aparecer en "Corazón de Bruja"?]
Hermione: No te mueras de impaciencia, que el siguiente capítulo ya está aquí... así que... ¡disfrútalo! ¡Y gracias por tu review!
Ron:
A Consuelo: ¡Hola! ¡Que bueno que te guste tanto la historia! ¡Gracias! ¿Impaciencia? No... ¡el nuevo capítulo ya está aquí! ¡Disfruta! El nombre para el fénix fue muy interesante... ¿Piensas que el nombre debe ser especial y debe tener un truco? Bueno, eso déjaselo de trabajo a la autora, para que se gaste el cerebro pensando eso...
¡Oye!
Ron: Tú solo disfruta este capítulo... Aunque la autora dice que si tienes alguna sugerencia, no dudes en decirla. ¡Gracias por tu review, y vuelve a escribir!
Hermione:
A Cristopher Jacques: ¡Hola! ¿Cómo estás? Es muy amable de tu parte q-....¡Oh, Merlín!
Ron: ¿Qué le pasó?
Hermione: No lo sé. ¿Está bien?
Ron: Eso creo... Eh... ¿porqué crees que se haya desmayado?
Hermione: Eh... no lo sé... Tal vez sea por el reviewer...
Ron: ¿Tú crees?
Hermione: Es lo más probable. Es decir, ya hace mucho ella me había dicho que admiraba mucho a Cristopher Jacques, y que su historia... ¿cuál era su nombre?
Ron: Eh...
Hermione: ¡Una nueva vida mágica! Sí, ese es el nombre. Bueno, que esa historia había sido una de las mejoras que había leído en su vida...
Así que, Cristopher Jacques, de parte de la autora te decimos que eres un gran escritor, y ella te admira pero demasiado. No tienes idea... Ella me dijo que el último review que te mandó al final, fue lo más respetable que pudo. ¡Es que en verdad le fascinaste!
Ron: Oye... ¿no fue esa historia donde Harry es Ministro y pelea con Ya-Sabes-Quién en un reto legal y de repente aparece un grupo musical de rock muggle llamado Li...Liki... likis...
Hermione: Linkin Park, Ron. Sí, esa es.
Ron: ¡Vaya! ¡Genial!
Hermione: Cristopher, la autora –de no haber estado desmayada- te habría agradecido por felicitarla por su cumpleaños. ¿Cumples en abril? ¿Cuántos años tienes? Ah, y respondiendo a tu pregunta si nosotras vemos así a algún profesor... Eh... esto... bueno... (sonrojo)
Ron: (tos) ¡Lockhart! (tos)
Hermione: ¡Ron! Ejem... eh... Cristopher, en realidad, sí... Y no tienes idea de cómo se dan estas cosas. Te sorprenderías de las cosas que generalmente las chicas pensamos sobre esto. Es decir, y en opinión de la autora –yo te lo aseguro-, lo que leíste sobre esa escena, en realidad, fue sólo algo infantil en comparación a lo que realmente es, en serio...
Ron: Bla, bla, bla, bla...
Hermione: ¡Ron! Eh, Cristopher, la despedida que usaste realmente fue extraña. Es decir, la autora es una gran, gran fan tuya. ¡Eres su ídolo! Y definitivamente, ella no lo aceptaría de otra manera...
¡Mi gran celestial caballero! ¡Es un placer tenerlo con nosotros, Milord!
Ron: Oye, ya despertó.
¡Su presencia es bien recibida! ¡Complacidos estamos con su sola existencia! ¡Realmente no merecemos estar frente a usted!
Ron: ¿Sabes? Está empezando a hablar como Dobby.
Hermione: Cállate, Ron.
¡Mil gracias, Milord! ¡Sus palabras son aguardas en nuestros oídos! ¡Mil, mil gracias! ¡Y que Merlín lo bendiga, Milord! ¡Que la suerte y el destino le rocíen con gratitud el alma!
Ron: (risillas) Ji.... Ji... Ji, ji, ji...
Hermione: ¡Ron!
Ron: Lo siento... (risillas)... Ejem...
A Dadaiiro: ¡Hola! ¡Oye, tú eras otra gran ídolo de la autora! Y vaya que ella dice que no tiene muchos ídolos, ¿eh? ¿Te gustó el capítulo? Vaya, nos alegramos. ¿Sabes? La autora casi espera inconscientemente que sus ídolos que siguen esta historia le den el visto bueno a cada capítulo. Y es una inmensa alegría para ella cuando tú se lo das. No tienes idea.
¡Sí, sí, sí! ¡No tienes idea! ¡Genial, genial, genial! ¡Te gustó! ¡Soy feliz! ^_^ ¡Gracias, gracias, gracias!
Ron: Jiji... ¿ves lo que digo? Bien, gracias por tu review, esperamos otro tuyo pronto.
¡Sí, sí, sí! ¡Otro! ^_^
Hermione:
A Eärwen Eresseä: Hola, ¿cómo estás? Oye, la autora tiene una pregunta... ¿De dónde escogiste ese nombre tan raro, original, fantástico y genial? ¡Le encanta! ¿Quieres ver al Profesor Potter? ¿Aquí, como presentador? Bueno, eso tal vez pueda arreglarse. Trataré de convencer a la autora. ¿Y también quieres a Malfoy?
¡Sí, Draco! ¡Próximo capítulo Draco! ^_^
Hermione: ¿Y con quién más?
Eh... no lo sé... ¿Pansy?
Ron: ¡No! Tiene que ser alguien que le rompa el cuello.
¡Oye!
Ron: ¿Qué?
Lo pondré con alguien decente. Además, Draco es una persona súper buena...
Ron: ¿Buena? ¿Estás mal de la cabeza? El bastardo llamó a Hermione "Sangre Sucia".
Eh... bueno, sí. Pero son cosas del pasado... Ahora él es todo un chico guapísimo y...
Ron: ¡Argh! ¡Eso es asqueroso! ¿Quieres cambiar de tema? Voy a vomitar.
Hermione: Bueno, si alguno de ustedes gusta sugerir con quién poner a Malfoy en el siguiente capítulo...
Ron: Con tal que lo mate...
¡Ron!
Hermione: Eärwen Eresseä, los nombres que sugeriste para el fénix son muy, muy interesantes. ¡En serio! ¡Y son en élfico! ¡Wow! Si la autora llega a escoger uno de esos nombres, estate por segura que tendrán derechos reservados como tuyos, no te preocupes. ¡Pero realmente son geniales los nombres! ¡Gracias por tus saludos, te mandamos uno también! ¡Y gracias por el review! ^_^
Ron:
A Edward: ¡Hola! Oh, ¿te equivocaste de historia al mandar el review? (risillas) Jiji... jiji... ¿en...jiji... serio?
Hermione: ¡Ron! ¡Compórtate!
Ron: Ejem... sí, lo siento... Pero no te preocupes, amiga... Que aquí de errores, sólo tenemos que ver a la autora...
¡Ron!
Ron: Sí, bueno... nos alegra que te guste la historia... Aunque una pregunta... ¿tú también estás embobada con Sirius?
¡Ron! [Déjalo, no sabe lo que dice. ¡Amas a Sirius! Me hizo gracia lo que hiciste eso de las coreografías y las pancartas en el estadio con "I love Sirius Black". Eh... oye, ¿puedo participar yo también? Tú mueves la mano derecha y yo la izquierda, y entre las dos atrapamos a Sirius, ¿qué te parece? Jijiji... espera, creo que es mejor que me detenga de mis fantasías... por hoy...
La apuesta... se hará, tenlo por seguro... Ejem... (mira a ambos lados), ¿qué?, ¿tienes alguna "sugerencia" en mente? ¿Sabes? He pensado que tal vez deba subir la clasificación de la historia sólo por esa apuesta. Es decir, ¿de verdad quieres que se ponga tan... ejem... bueno, subida? Ú sugiere, yo soy toda oídos... Por que por mí, no hay ningún problema...]
Ron: ¿Harry cocina? Bueno, averígualo por ti misma más adelante... ¿Y quién es Sean? Bueno, Sean es alguien que... espera, es cierto, ¿quién demonios es Sean?
Hermione: Yo no sé.
Eh... jeje... eh... bueno, cualquiera comete un error, ¿no? Cambiar Seamus por Sean se le puede dar a cualquiera, ¿no?
Ron: No, sólo a ti. ¬_¬
Eh... jeje... qué gracioso, ¿verdad? ^_^U... Ehh... ¿no? ¡Ouch! Y_YU Sí, soy un fracaso, lo sé. Gracias por corregirme, Ed.
Ron: Esto es increíble... En fin... Edward, ¿la forma animaga de Harry un ciervo? Eh... velo por ti misma. La autora te agradece mucho por tus felicitaciones, de veras que sí. ¡Y tú cumpliste 16!
¿Cumpliste años? ¿Sou desu ka?¡FELICIDADES! ¿Cuándo? ¿El 1 de Mayo? ¡Felicidades! ¿Qué me regalaron? Bueno, varias cosas de Harry, ¡y mi fiesta tuvo gorritos de Harry Potter! ¡Obligué a todos mis amigos a ponérselos! Jiji... ^_^
Ron: Eh.. sí. ¿Le podemos dar tu mail a Wood? Bueno, la autora dice que intentará hacerlo...
[... pero que no sé, sí.. ejem.. pueda mantenerme muy lejos de él... eh... ya sabes, eso es imposible... Tal vez no regresa vivo... ¡Porque pueda que me lo coma! Jejeje...]
Ron: Te agradecemos mucho por tus comentarios y también por tu review... ¡Gracias!
Hermione: Sí, y por último, pero no menos importante...
A selene snape: ¡Hola! ¿Te gustó? ¡Qué bueno! Es gratificante oír eso. Todo eso que preguntaste lamentablemente no sucederá o no se resolverá hoy... pero espéralo en próximo capítulos. ¡Gracias por tu review y escribe de nuevo! ^_^
Ron: Bien, fueron todos....
Hermione: Sí... me agradó responderles...
Exacto... Y ahora, ¡el capítulo!
Ron: ¡Genial!
Hermione: Esto será emocionante... No puedo imaginarlo...
Ron: Shh, cállate Hermione, ya va a empezar....
Y, dedicado a Ed, Edward o Padfoot por su cumple en lo que yo calculé fue el 1 de mayo.
¡Felicidades! ^_^
Capítulo 10: "Encuentros, descubrimientos y versiones".
~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~
— ¿Y bien, vas a hablar sí o no? —dijo el mortígafo a cuyo nombre Lucius Malfoy correspondía, en un tono muy, muy cansino y fastidiado. Si por él fuera, el hombre frente a él que todos hacían llamar presa, estaría bajo una deliciosa cruciatus a muerte desde hacía mucho tiempo. Lamentablemente, las órdenes de su Señor son estrictas, y él sabe, las debe cumplir.
No obstante, a pesar del escalofriante tono que Lucius usaba para intimidar, el semi-gigante estúpido guardabosques no cedió ni un poco. El muy idiota seguía haciéndose el valiente, y no dejaba de responder que él nunca traicionaría al viejo ese amigo de los muggles.
Y el único consuelo que Lucius tenía en esos momentos, era que muy pronto, sabía, su Señor terminaría por exasperarse con el idiota ese.
— Ya se los dije. No me importa qué hagan conmigo. Si quieren, me matan, pero de mí, no sale nada —vociferó el semi-gigante muy patéticamente, en lo que él reconoció como orgullo.
— Escucha, estúpido —dijo en voz baja y fría Lucius, acercando su ya normal pálida cara al otro, que yacía de rodillas, sujetado por detrás por las manos por unas potentes cuerdas—, me parece que no estás entendiendo las cosas. Te aseguro... que no te gustará que mi Señor pierda la paciencia.
Y justo en ese momento, un encapuchado salió de entre la oscuridad del bosque, ganándose una pequeña reverencia de los seis mortífagos que estaban en ese lugar.
Y Hagrid se quedó pasmado. ¡El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado estaba ahí, frente a él! ¡Imposible! El color natural de su piel se escapó, y le llegó una profunda palidez, pero Hagrid no se dio cuenta de ello.
Moriría. Eso ya lo estaba empezando a aceptar.
¡Pero los malditos no sacarían nada de él! ¡Le sería fiel a Dumbledore y a Hogwarts hasta el final!
¡Hasta la tumba!
— No me importa —comentó con la voz más valiente que pudo encontrar, a pesar del infinito terror que circundaba por sus venas con una inmensa rapidez dolorosa—, no les diré nada. ¡Antes muerto que hacer eso!
— ¡Maldito estúpido! —gritó Lucius exasperado dándole un puñetazo muy fuerte en la mandíbula, que hizo que el semi-gigante se tambaleara y cayera de lado, con sangre saliendo de su labio. Enseguida, en un intento de dejar su frustración en algún otro lugar, Lucius le propinó una patada demasiado fuerte en el estómago, que hizo que Hagrid apretara los dientes con fuerza para no gimotear.
Tal vez alguien pudiera tener razón al decir que la condición física de Lucius no ayuda mucho al tratar de atacar a Hagrid, puesto que éste es mucho más grande y resistente; pero, si se toma en cuenta de que Hagrid ya había recibido ya tres hechizos aturdidores, uno de desarme para quitarle la carabina, y un cruciatus, se lograría ver el anterior resultado.
Entonces, como consecuencia, Hagrid ahora no tenía suficiente fuerza para soportar las palizas que esos idiotas tuvieran para él, y ahora se empeñaba sólo en permanecer en equilibrio.
Hagrid suspiró tratando de recobrarse. Sabía que hoy sería su noche, que ellos serían los que acabarían con su vida. Nadie iría a ayudarlo. En Hogwarts era imposible que alguien supiera qué estaba pasando, incluso para Dumbledore. Y en el bosque... pues... lamentablemente, el lugar en el que se encontraban ahora, era muy escaseo de animales que le pudieran ayudar.
Así que... hoy sería su último día de vida... Bueno, entonces, que así sea.
— Lucius... — mencionó una escalofriante, fría, cruel, vacía y maléfica voz, que Hagrid sabía era de Quién-Tú-Sabes—, déjalo ya... Iremos a atrapar a algún alumno por otro método, no te preocupes: tengo algo en mente. Mátalo ya..., y lo utilizamos con la poción multijugos.
Lucius aceptó con una sonrisa exactamente como lo haría el hombre más feliz del mundo. Ahora mataría al hombre... perfecto.
Mientras, Hagrid se aterró por lo que pasaría. No por su vida, sino por lo que pasaría si ellos utilizaban la poción multijugos para engañar a Dumbledore, ¡a los estudiantes! ¡NO! Debía haber una manera de detener todo esto: siempre la hay. Tiene que haberla. Y Hagrid no se rendiría tan fácilmente. Lucharía por los estudiantes, por Hogwarts, por Dumbledore.
Pero sus pensamientos y esperanzas fueron destruidos cuando la voz de Lucius resonó por todo el lugar, en un tono gustoso de Avada Kedavra.
Su fin. Era su fin. Esta vez, sería la última vez... la última... sin oportunidad de despedirse de nada, de nadie. Sin oportunidad de advertir a Hogwarts, sin oportunidad de salvar a los chicos.
Sin nada. Moriría sin nada.
Esperó con los ojos cerrados a que su destino le llegara al pecho y le destruyera el alma, en lo que le pareció una eternidad. Todo moviéndose a cámara lenta, y sintiendo la luz verde avanzar hacia él.
Un sonido rompió en sus oídos y lo sintió como la señal de la muerte... Pero... ¿esto era la muerte? El sonido no era nada parecido a lo que él pensaba sería su muerte... Esperen... ¿y el Avada?
Hagrid se permitió abrir los ojos ante la curiosidad, y encontró con asombro que Malfoy estaba tirado en el suelo, visiblemente herido. Algo lo salvó, Hagrid llegó a la conclusión... pero, ¿qué o quién fue? Hagrid observó a los demás mortífagos y halló entre ellos al causante de su salvación, al que había detenido milagrosamente el Avada.
Un puma, un hermoso puma negro saltaba con agilidad sobre los mortífagos y los atacaba con una infinita elegancia. Hagrid lo observó con desconcierto y apenas notó a Quién-Tú-Sabes hablar.
—¿Qué les pasa, idiotas? ¡Es un maldito gato! ¡Mátenlo de una vez y no pierdan tiempo! —gritó desesperado ante la impotencia de sus mortífagos, que por más que trataran de quitarse al puma de encima, les era imposible.
Y el sonido volvió de nuevo a los oídos de Hagrid, y ahora pudo reconocerlo: era un rugido, un tremendo rugido intimidante lleno de potencia que pareció una hermosa melodía para Hagrid.
El puma ya habiendo noqueado a tres mortífagos, y con otros dos sangrando incesantemente, se apresuró a atacar al resto, cuidándose extrañamente de Quién-Tú-Sabes.
El hermoso animal se acercó con rapidez sigilosa al mortífago, y saltando sobre él, lo derribó haciendo que el otro cayera al suelo con el pecho sangrando debido a las filosas garras del puma. El hombre gritó y trató una faena para recoger su varita y matar al animal, pero no fue lo suficientemente rápido, y, después de un rugido estruendoso de advertencia el animal se lanzó de nuevo sobre él esta vez poniendo en acción su hocico hacia el hombro del otro.
El hombre gritó de nuevo gracias al dolor, y el puma no esperó más para irse sobre los otros mortífagos que intentaban levantarse y recobrar el equilibrio. Con una última rasguñada a la cara de Lucius, y después de morder su mano para que no tomara su varita, el puma se dirigió con una sorprendente rapidez al último encapuchado de pie, que observaba la escena atónito, y hasta cierto punto exasperado por la torpeza y obvia debilidad de sus mortífagos, pero de igual modo, apacible..., o eso era lo que trataba aparentar.
— Nada mal, gatito..., nada mal —susurró Voldemort preparando su varita por debajo de la túnica, y mostrando una sonrisa maliciosa sobre el gato.
El puma se puso en posición de ataque con los ojos verdes aún fijos en el encapuchado y gruñó débilmente en son de ataque inesperado, en son de advertencia.
Voldemort se preparó para combatir con el estúpido animal también, mientras Hagrid observaba interesado en la escena, con ambas manos aún atadas. El semi-gigante se mostraba atónito, apenas capaz de asumir todos los hechos sucedidos y por suceder. El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado lo había capturado, y justo cuando iba a matarlo, apareció este hermoso puma de quién sabe dónde (porque de esos lugares no podía ser. Es decir, un puma no figura entre los animales normales y comunes que habitan a este bosque. Y, con la experiencia de Hagrid se constataba esto: él jamás había visto a algún puma ahí) a salvarlo y derrotó fácilmente a todos los mortífagos. ¡Y ahora iba a iniciar una batalla contra El Innombrable!
Un rayo de la varita de Quién-Tú-Sabes le hizo a Hagrid salir de sus cavilaciones. Hagrid por un momento temió por el bienestar del puma, pero este temor se disolvió cuando vio al animal esquivar con facilidad los rayos que Quién-Tú-Sabes enviaba.
Mientras todo esto pasaba, Hagrid notó que Quién-Tú-Sabes estaba exasperándose cada vez más y más.
— ¡Maldito animal estúpido! —gritó lleno de frustración. Estaba por dar otro ataque, cuando el puma se le adelantó y saltó arriba de él, derribándolo.
Voldemort, viendo tan cerca el hocico del animal, y reconociendo interiormente y para su vergüenza, que llevaba las de perder frente a un estúpido gato, se apresuró a llamar a sus mortífagos y ordenarles la retirada.
— Esto no terminará así, ¿me oíste, gatito? ¡Te juro que volveré y te mataré! —gritó Voldemort al tiempo que sus mortífagos comenzaban a Desaparecer, y después él se preparó para hacer lo mismo—. Lo mismo te digo, estúpido —le dirigió la mirada a Hagrid, intimidante y amenazadoramente —. ¡Te mataré! ¡Lo juro! —y con eso, él también Desapareció, dejando solos a Hagrid y al puma, en medio de un silencio antes perturbado.
Hagrid permaneció enmudecido por la impresión de todo lo visto, y se limitó sólo a mirar al precioso animal que avanzaba con paso erguido, pero lento, con sus ojos verdes fijos en él.
"¿Un puma negro de ojos verdes? Qué extraño", pensó Hagrid, pero de igual manera observando al puma con gratitud.
— Me salvaste la vida —remarcó el semi-gigante, viéndolo agradecidamente, mientras el puma permanecía ignorando su voz y continuaba con paso lento hacia él, aunque Hagrid no tenía miedo: el puma se había ganado su confianza—, te lo agradezco —comentó Hagrid con voz suave, viendo ahora la razón de que el puma se acercase a él: estaba tratando de morder sus cuerdas.
Hagrid observó en silencio al puma, y, cuando sintió sus manos libres, estuvo a punto de echarse a llorar por el puma. Pero se contuvo y puso lentamente una mano sobre la cabeza del puma, empezando a darle palmaditas. El puma ronroneó amigablemente y Hagrid se sintió con mucha más confianza hacia él.
— Bien... como recompensa por salvarme, ¿qué te parece si te llevo a mi cabaña y te doy algo de comer? —preguntó Hagrid levantándose e invitando al animal que viniera con él. El animal comenzó a moverse, pero muy lentamente, y Hagrid notó porqué—. ¡Estás herido! ¡Por Merlín! ¿Porqué no me dijiste algo? —exclamó con preocupación observando la pata izquierda del puma seriamente lastimada y con una herida grave. Hagrid ignoró por completo la mirada que el puma le envió a la última exclamación del gigante, dándole una respuesta mental de que los pumas no podían hablar, y observó la sangre que fluía lentamente de la pata y también de detrás de la oreja izquierda.
— ¿Sabes qué? Esto es grave. Creo que primero te curaré —comentó Hagrid mientras se volvía a levantar de nuevo—. Iremos a la cabaña y... ¡Oh! Espera... ¡tengo que avisarle a Dumbledore! —gritó repentinamente el guardabosques provocando un sobresalto en el puma.
— ¡Haaaagrid! —se oyó de repente una voz decir a la distancia. Hagrid se inclinó un poco para escuchar mejor, y, al reconocer la voz con mucha alegría, correspondiéndole a Remus, Hagrid llamó de vuelta.
— ¡Aaaaquííííííí! —gritó a todo pulmón.
— ¡Hagrid! ¿Eres tú? —llamó de nuevo Remus, con la voz acercándose cada vez más.
Sintiéndose ahora mucho más a salvo, Hagrid decidió continuar con lo suyo: ayudar al puma. Se volteó y se encontró con que su amigo salvador ya no estaba. Ni rastro de él.
Remus llegó enseguida con una cara preocupada seguido de un perro negro y poco después, Severus con Albus con las varitas fuera, listos para la acción.
— ¿Qué pasó, Hagrid? —preguntó Albus viendo al semi-gigante.
— Mortífagos. Y Ya-Saben-Quién —dijo Hagrid en una voz calmada, pero no pudiendo evitar un escalofrío por su espalda a la mención de ese monstruo—. Querían que yo les dijera cómo derribar las barreras de protección de Hogwarts —dijo, en un tono bajo y casi, casi, triste—. ¡Pero yo no les dije nada! ¡Primero muerto que hacer eso! —gritó con voz orgullosa.
— Me alegro, Hagrid, y lamento que esto se haya visto afectado en tu seguridad —comentó Albus—, pero... ¿después qué pasó?
— ¡Oh! ¡Llegó un hermoso puma y me salvó! ¡Fue sorprendente! ¡Se enfrentó contra todos los mortífagos y hasta con el mismísimo Ya-Saben-Quién! —exclamó entusiasmado—. Pero se fue hace unos momentos...
— ¿Se fue? —preguntó Remus.
— Sí. Estaba herido y yo pensaba llevarlo a la cabaña a curarlo, pero en cuanto lo perdí de vista, desapareció.
A la sola mención de la palabra "herido", el perro soltó un extraño sonido rayando entre el gruñido y el gemido. Remus posó una mano sobre su cabeza para calmarlo, y continuó mirando a Hagrid.
— ¿Estaba muy herido? —preguntó con preocupación.
— Oh, bueno... no tanto. Pero yo quería cuidarlo... tal vez adoptarlo —mencionó el guardabosques en un lamento infantil.
— Oh, Hagrid, por favor... —murmuró Severus sarcásticamente sintiendo lo patético golpear en su estómago.
— Bien... será mejor que nos vayamos... Hagrid, ¿estás bien? —preguntó el director viendo al guardabosques.
— Oh, perfectamente. Sólo unos cuantos rasguños: nada de qué preocuparse.
— Bien, entonces... en ese caso, será mejor que vayamos todos al castillo. Hagrid, creo que lo mejor es que pases la noche en la enfermería al cuidado de Poppy, y ya mañana veremos la protección de tu cabaña. Será mejor que nos vayamos —dijo Albus comenzando a encaminarse, mientras Hagrid hacían lo mismo.
El perro lanzó un ladrido en son de queja y Remus volvió a ponerle la mano en la cabeza.
— Tranquilo, Snuffles... —dijo calmando al perro, y luego se volvió a Albus—. Albus, no pensarás dejar la situación en esas condiciones, ¿verdad? —preguntó con suspicacia y preocupación.
— No, claro que no. Tenemos que asegurarnos de la seguridad, primero. Estará bien... todo estará bien —comenzó con su normal brillo en los ojos.
Casi contra su propia voluntad, Remus se vio forzado a salir del Bosque Prohibido sin idea de cómo Harry estaría afrontando la situación. Arrastró al perro que se veía en el mismo aprieto mental que él, y se apresuraron a llegar al castillo, para luego dirigirse con demasiada rapidez a la enfermería.
Remus se vio en la necesidad de mantener sujetado a Snuffles, puesto que éste se rehusaba a quedarse sin hacer nada, mientras su ahijado estaba afuera, lastimado y a la merced del Bosque Prohibido.
Tras haber dejado a Hagrid en la enfermería al cuidado de Madame Pomfrey, los cuatros magos se dirigieron al pasillo desolado que llevaba al despacho de Harry en un silencio incómodo, preocupado y desesperado y Snuffles aprovechó enseguida para transformarse.
— ¡No podemos dejar a Harry ahí! —gritó aún antes de terminar su transformación, con voz verdaderamente frustrada y preocupada.
— Cálmate, Sirius —dijo Albus—, lo primero que quiero, es cerciorarme si él no ha vuelto a su despacho.
— Tiene razón, Sirius. Lo más probable es que Harry haya salido del Bosque mientras nosotros acompañábamos a Hagrid, y ahora esté en su despacho, con Ron y Hermione, esperándonos —comentó Remus tratando de confiarse de esa suposición.
— Es cierto.. Potter sería un verdadero tonto si todavía permaneciera en el Bosque. Aunque eso no me sorprendería tanto —comentó Severus burlonamente.
— ¡Cállate, Snape! ¡Harry está herido, ¿qué no entienden?! —gritó el animago con frustración.
— Por favor cálmate, Sirius —gritó Remus tratando de sonar seguro a su amigo.
Sirius ignoró su comentario, y apresuró el paso al despacho, casi echando a correr, lo que hizo en los últimos metros.
Entró gritando con rapidez la contraseña y azotó la puerta con fuerza, asustando a los que estaban dentro de la habitación.
— ¡Sirius! —gritó Hermione con una sonrisa de alivio y guardando su varita previamente sacada, lista para la acción, y noquear al primer mortífago que tuviera enfrente.
— ¿Qué pasó? ¿Hagrid está bien? —preguntó Ron a su lado, también guardando su varita y mostrando preocupación en su rostro.
Sirius ignoró sus preguntas por completo y recorrió la habitación rápidamente con la mirada esperanzado de poder encontrar lo que buscaba. Los únicos seres vivientes que había en la habitación, Sirius llegó a la conclusión, eran sólo Ron, Hermione y ese gato negro que apenas Sirius había notado Hermione traía en brazos.
— ¿Dónde está Harry? —preguntó Sirius con desesperación, sintiendo pasos detrás de él, obviamente de Remus, Albus y Snape.
Los chicos parpadearon confundidos, y Ron se atrevió a preguntar.
— ¿Harry? Pero él... fue al Bosque Prohibido, ¿recuerdas? No lo hemos visto desde entonces.
— Esperen... ¿le pasó algo a Harry? ¿Y qué pasó con Hagrid? —preguntó Hermione con una mirada de suspicacia, acariciando inconscientemente ahora con una mano mucho más tensa al gato, que dormía entre sus brazos.
— Hagrid está bien —intervino Remus—. ¿Están seguros que no han visto a Harry? Es que creíamos que estaba aquí.
Los chicos negaron con la cabeza lentamente, y la tensión de nuevo volvió a aparecer por la habitación.
— Entonces sigue en el bosque —alcanzó a decir Sirius en un tono apagado, y comenzando a palidecer de nuevo. Pero antes de que los demás pudieran apreciar a la baja del tono de su piel, Sirius se irguió con expresión decidida—. Voy a ir por él —y viendo la mirada de Albus, enseguida agregó—, y más les vale que no traten de detenerme. Iré por él, y punto.
Sirius se dio media vuelta y apenas notó el maullido débil que vino detrás de él. Escuchó a Hermione emocionarse porque había despertado el gato y después explicar a los demás.
— Entró por la puerta —dijo la joven señalando hacia Sirius—, supongo que debió quedarse abierta —dijo alzándose de hombros—, y estaba muy débil y lastimado. Pensamos llevarlo con Hagrid o con Madame Pomfrey después de... esto. Suponemos que es de algún estudiante —dijo la joven mientras Ron asentía fervientemente con la cabeza. Enseguida, la joven volvió a prestarle atención a Sirius—. Sirius, iremos contigo. Iremos a buscar a Harry nosotros también —dijo con voz decidida.
Ron asintió de nuevo con determinación y Sirius volvió a hacerles frente.
— No —dijo con un tono severo y autoritario—, no, ustedes no van. No irán. Es muy peligroso, no los dejaré.
— ¡Pero Sirius! —exclamó Ron frustración.
— Sirius, iremos contigo —advirtió la joven decidida, mientras el gato se lamía la herida de una de sus patas delanteras débilmente—. Harry es nuestro amigo, y no lo dejaremos solo —dijo mientras Ron asentía con determinación y el gato ahora miraba a ambos jóvenes con una débil mirada esmeralda.
Sirius fijó su mirada en la chica mientras Albus decidía tomar cartas sobre el asunto.
— Escuchen... —comentó el director fijándose en los jóvenes—, esto es muy peligroso y no los podemos dejar ir. Nosotros nos encargaremos de esto, no hay nada de qué preocuparse —dijo con una severa mirada que les hizo a los muchachos aceptar contra su voluntad—. Bien —dijo, volviéndose a los tres adultos—, es mejor que nos vayamos de una vez.
Severus comenzó a encaminarse hacia la puerta junto con Remus seguido de Albus, pero extrañamente, Sirius permaneció inmóvil.
Remus fue el primero en notarlo, y se desconcertó por la actitud de su amigo.
—¿Sirius? —llamó el licántropo con desconcierto, ganándose que los otros se detuvieran. El animago siguió sin moverse y permaneció con una mirada tan fija en Hermione, que empezó a asustar a Remus— ¿S-Sirius? Va-vamos, tenemos que buscar a Harry... —dijo tratando de traer de vuelta a la realidad a su amigo.
Y es que la verdad no entendía qué estaba pasando. Es decir, ¿porqué Sirius actuaba así?
— Harry... —repitió Sirius en voz baja aún con la mirada fija en la chica, provocando que ella comenzara a sentirse incómoda.
Pero fue exactamente en ese momento que Hermione se percató de que Sirius no la estaba viendo a ella.
— Sí, Sirius: Harry. Tenemos que buscar a Harry, ¿recuerdas? —preguntó Remus viendo a su amigo fijamente.
Hermione cruzó una mirada de confusión con Remus y el licántropo entendió parte de la situación. Éste permaneció en silencio y también fijó la mirada donde Sirius la tenía fijada.
Unos ojos esmeraldas intensos le devolvieron la mirada débilmente pero con fijeza. Remus ahogó una exclamación mientras Hermione sujetaba con más fuerza al felino entre sus brazos.
—¿Ha-Harry? —preguntó Sirius sin despegar los ojos del gato. Al mismo tiempo, Albus y Severus se acercaron para captar algo de entendimiento de la situación y Ron dio un paso atrás al entender las palabras de Sirius pero sin dejar de mirar al gato.
El pequeño animal maulló débilmente mientras sus ojos parpadeaban cansinos listos para volver a un largo, largo descanso. Sirius dio un paso adelante y, sin despegar su vista del gato, se dirigió a Hermione.
— Hermione, ¿podrías dejar al gato en el piso? —preguntó consternado, a la vez que preocupado.
La chica asintió y dejó al gato suavemente en el piso, viendo con preocupación que éste ni siquiera permanecer en pie podía.
Sirius se adelantó hacia ella y se arrodilló ante el gato. Utilizando sus manos para ayudar al felino a mantenerse en pie, Sirius trató de descifrar al animal por debajo de la piel.
Era Harry...
Definitivamente, ese era Harry.
Aunque su cicatriz no estaba ahí, sus ojos verdes esmeralda intensos permanecían con fiereza.
Era Harry, sin duda alguna...
— Ha-Harry..., ¿p-puedes t-transformarte? —preguntó Sirius en voz suave y baja, mirando con preocupación al que fuera su ahijado.
Ignorando las exclamaciones por parte de Snape, Albus y Ron, y sintiendo a los dos primeros acercarse con cautela hacia él, Sirius recibió la mirada débil del felino junto con un débil maullido de dolor.
— Espera un momento, Black —interrumpió Severus escéptico—. ¿Estás diciendo que éste gato es Potter?
— P-pero... se supone que Harry es un puma, ¿no? —preguntó Ron extrañado.
— Sí, todos lo vimos. Pero es imposible —comentó Hermione con la vista aún en el gato—. Es decir, jamás había escuchando de que alguien tuviera dos formas animagas... bueno, excepto por Merlín, Slytherin y Gryffindor, pero...
Podría ser posible, se dijo Albus. Podría ser muy posible. Es decir, Harry es un extraordinario mago, eso ya lo había constatado incluso desde el cuarto año de Harry, o antes... Y ahora que tiene 21 años, Harry debe ser un mago muy, muy poderoso y experimentado.
Además, Albus sospechaba, e incluso estaba seguro de que Harry no les había comentado todo con respecto a la batalla entre él y Voldemort. Harry siempre ha sido muy modesto, y no es de extrañar que no haya habido ni un solo cambio.
Así es que, volviendo al punto, a Albus le parecía muy probable que Harry tuviera dos formas animagas... e incluso más...
— Harry, ¿puedes intentarlo? —preguntó Sirius ignorando a todos los demás y preocupándose por la salud de su ahijado.
Recibió un nuevo maullido y el gato trató de ponerse en pie por su cuenta con dificultad cerrando a la vez los ojos para mayor concentración.
Todos guardaron silencio y se pusieron atentos al ver al gato esforzarse supuestamente por transformarse.
No tuvieron que esperar mucho, pues el gato pareció tener resultados en lo que trataba con tanto afán hacer. Un esfuerzo más, y el gato se había transformado en un Harry jadeante que permanecía de rodillas, difícilmente permaneciendo consciente.
Todo esto fue en un parpadear y los presentes en la habitación se sorprendieron al ver que lo tanto se predicaba ahí, al fin era cierto.
Harry tenía dos formas animagas.
El joven auror abrió los ojos con cansancio y se encontró con las miradas de todos puestas en él. Afortunadamente, Sirius no había quitado sus manos del auror durante la transformación y Harry se sostenía en ellas para no caer. Teniendo el brazo izquierdo claramente herido y sangrando gravemente, así como también una grave herida en la cabeza por el lado izquierdo, con gruesas gotas de sangre corriendo por su mejilla, Harry trató hasta lo imposible por permanecer consciente.
Le dolía todo el maldito cuerpo, y hasta apenas unos momentos había sido por fin consciente de que estaba preocupando a Remus y a Sirius.
Apenas había oído que Hagrid había sido encontrado, corrió a esconderse y vigilar al guardabosques por su seguridad. Viendo que ya había sido rescatado, Harry se fue por entre la oscuridad hacia las afueras del Bosque Prohibido, transformándose al momento en algo más pequeño, ágil, que no asustara a nadie en caso de que algún alumno estuviera rondando por el castillo a estas horas, y útil. Entonces, decidió que lo mejor sería convertirse en gato.
Así fue como corrió por los pasillos desolados de Hogwarts mientras Hagrid era llevado a la enfermería en forma de un gato negro. Y la verdad, Harry no se detuvo a pensar en el color. Siendo el color del puma negro, pues, le parecía más fácil hacerlo así. Además, estaba muy agotado para detenerse por eso.
El cansancio de todo un día, que ya de por sí era normal, las heridas y el agotamiento que la batalla con los mortífagos le dejaron (esas heridas consecuencia, claro está, de su anterior cansancio matinal. Porque de haber estado en perfectas condiciones y salud, Harry no hubiera tardado tanto en deshacerse de esos mortífagos), y agréguesele a eso, el cansancio de la transformación. Es decir, mientras más grande y útil sea el animal escogido, más fuerzas requiere para lograrse. Un gato no era tan cansado como un puma, por supuesto, pero aún así era agotador.
Y ahora que alguien se imagine lo que pasaría si Harry necesitara un dragón. ¡Un inmenso y poderoso dragón! Claro, que en estos precisos momentos a Harry le era imposible hacer esa transformación.
En fin, el punto es que llegando en sus últimos momentos de conciencia y coherencia a su despacho, Harry muy vagamente notó la reacción que Ron y Hermione tuvieron al verlo, así que ni cuenta se dio cuando la chica lo cargó en brazos y examinó sus heridas con preocupación.
Sólo supo que se desmayó. Y que la oscuridad avanzó sobre él cada cuando trayendo palabras de la realidad que le golpeaban en alguna parte de su coherencia. Cuando logró permanecer despierto de nuevo, le tomó algún tiempo el percatar de Sirius, Remus, Albus y Severus estaban ahí, y que precisamente, hablaban de él.
Lo demás, es historia ya conocida.
Ahora, viendo que había logrado con éxito regresar a su forma humana, Harry luchó con todo su ser para no desmayarse en los brazos de Sirius. Era lo último que le faltaba.
Es extraño cómo siempre sus ideas y pensamientos vuelan sobre el tiempo de esa manera. Cuando le ha parecido que ha permanecido una eternidad volando junto con su mente, regresa a la realidad y se da cuenta de que apenas míseros segundos ha perdido.
Y eso es una inmensa ventaja.
Y más en este preciso momento.
Viendo frente a sí a Sirius con preocupación en sus ojos azules, le hace sentir una sacudida en el estómago que le llena de náuseas. Una sacudida en su corazón.
Siempre le ha partido el alma que Sirius comience a preocuparse de esa manera por él. Le ha partido el alma y le ha asustado la vida.
Cuando Remus se preocupa, no es lo mismo que cuando Sirius lo hace. Y Harry prefiere un millón de veces ver a Remus preocupado que a Sirius.
¡Es que ver a Sirius preocupado, la aterra la vida! ¡El hombre se convierte en un verdadero monstruo aterrador cuando se preocupa por Harry! Y conste que nada más por Harry. Si es cualquier otra persona en el mundo, el ex-convicto no se saca de quicio como lo hace tratándose de la salud de su ahijado.
Y son muchas las veces que Harry ha comprobado todo esto.
Viendo el azul de Sirius fijo en él con inmensa preocupación, logra sacarle un escalofrío a Harry.
Exactamente en la misma posición hace un par de años que Harry constató una de estas conclusiones.
Harry de rodillas, jadeante, sostenido por los brazos de Sirius por los lados, que le ayudan a permanecer en equilibrio, mas no despierto, es una escena más agregada a la vida de Harry. Su padrino, viéndolo con inmensa e infinita preocupación en ese azul. Preocupación interminable que Harry está seguro, durará para toda la vida aún después de la muerte, y que le provoca un igual escalofrío.
Detrás de Sirius, y Harry apenas siendo consciente de esto, pero recordándolo con coherencia después de revivir el momento en su memoria, se encuentran Remus y Severus, los dos con preocupación en sus rostros, pero no tan peligrosa como la de Sirius. ¡De hecho, es completamente indefensa!
— Harry, ¿me escuchas? —había preguntado Sirius, poniendo ambas manos en la cabeza de su ahijado, para forzarlo a mirarlo, logrando ver un preocupante vacío en Harry que le asegura, todo esto no está bien. ¡Está más que mal!
Harry no respondió, y solo siguió mirando un extraño azul hipnotizante, que le decía que cerrara los ojos, sino para siempre, por lo menos para un largo, largo rato.
— Severus, maldita sea. ¡Esto es tu culpa! —exclamó Sirius con furia tratando lo imposible para que su ahijado permaneciera despierto.
— Oye, no me culpes de todo esto. Tal vez el entrenamiento fue algo duro, pero también fue tu idea —comentó el que una vez fue Profesor de Pociones, mirando al joven debilitado con preocupación.
— ¡¿Algo duro?! ¡¿Sólo algo?! ¡Maldita sea! ¡Mira cómo lo dejaste! ¡El pobre ni siquiera nos oye! —gritó volteándose a ver a Severus, que le sostuvo la mirada con frialdad.
Remus suspiró cansado.
Vivir con Sirius y Severus en la misma caso durante esos años había sido un tormento, y él apenas podía sobrevivir.
Cualquiera que los viera a simple vista, diría que ellos no tienen absolutamente nada en común, y Remus habría aceptado, de no ser por su experiencia en la relación de ellos dos durante los años pasados.
Hoy, Remus podía decir, que ellos sí tenían algo en común, aunque fuera sólo una sola cosa... hasta ahora.
Y eso era, Harry.
Era increíble que el antiguo Profesor de Pociones realmente mantuviera una muy extraña pero estrecha relación con el último de los Potter.
Era increíble cómo Severus había llegado a estimar al chico conforme el paso de los años en Hogwarts. Y era increíble la forma en que se preocupaba realmente por él.
Jamás expresado por palabras, muy cierto. Pero Remus sabía, e incluso Sirius. De no haber sido por eso, Sirius jamás hubiera aceptado que Severus fuera a vivir en la misma casa que él y que Harry.
Incluso Harry lo sentía, pero Remus no estaba muy seguro si Harry estaba consciente de que lo sabía. Es decir, Harry es una persona muy compleja, y el chico la mayoría de las veces sentía e intuía, pero casi nunca se percataba de todo esto.
En resumen, el chico era alguien extraordinario, pero Harry no lo sabía. Era demasiado denso para esas cosas.
— Sirius, te digo que jamás imaginé que Harry pudiera llegar a tanto. ¡Él insistió, maldita sea! —gritó de vuelta Severus, defendiéndose ante el ex-convicto.
Era el turno de Severus para entrenar a Harry este mes. Se habían divido por turnos, así Harry aprovecharía mucho mejor las cualidades que cada uno de ellos tuviera.
Pero Harry siempre se convertía en una persona diferente durante los entrenamientos. Determinado, y poderoso.
Un nuevo conjuro, que Severus estaba seguro Harry tendría problemas para realizar, le hizo quedarse con la boca abierta, por milésima... ¿o millonésima? vez.
¡El maldito lo hizo sin ningún problema! ¡Sin ninguno!
Y el chico Potter había insistido en que, ignorando por completo (en todo el sentido de la palabra) de la impactante sorpresa de su entrenador en turno, un hechizo más complicado le serviría pues su entrenamiento había ido muy lento, según él.
¡Muy lento! ¡Estúpido mocoso! ¡El maldito era mucho más fuerte que Albus!
Y realmente, no hubo nada que Severus pudiera hacer para evitarlo. Después de todo, no dio permiso, pero tampoco lo negó... Aunque Harry no le dio tiempo para hacerlo.
Y de nuevo, por enésima vez, el joven Potter había subestimado sus verdaderos poderes.
¡Ni siquiera él sabía qué tan fuerte era!
Y, el hechizo fue mucho más potente de lo que Harry y, por demás, Severus esperaban.
— ¡Pero sabes que no debes dejarlo hacer cualquier tontería! ¡Lo sabes! ¡Él estaba a tu cuidado! —gritó Sirius mandando a matar a Severus con la mirada.
Mirada que le fue regresada.
— S-S-Si-Sirius... no... no fue... no fue su... su... culpa.. —trató de hablar Harry, con voz demasiado débil, para el aumento de la preocupación de Sirius, ganándose tres miradas en la habitación—... Fue... fue mía.... Yo... in-insistí... yo...
— Shhh, Harry, está bien. No fue su culpa. No te preocupes. Está bien —dijo Sirius en voz suave y baja, en una mentira que él ya tenía planeado arreglar. Porque Severus no se iría a ningún lado sin antes pagar por lo que le hizo a Harry.
— Bien... creo que lo mejor es que dejemos esta discusión para más tarde —dijo Remus mirando significativamente a los dos adultos—. Lo primero es curar a Harry.
Sirius asintió y cargó a Harry en sus brazos, con toda la dignidad y paternidad posible y la venganza dulce en sus venas. Sirius sabía cómo disgustaba esto a Severus: que Sirius cargara de esa manera a Harry.
Pero Sirius en realidad sabía poco, puesto que a Severus no le disgustaba esta escena ya tan común. ¡Le enfurecía hasta el alma! ¡Maldito estúpido Black!
— Iré por las pociones curativas —dijo Severus entre dientes, apretando los puños para no golpear ahí mismo a Sirius, mientras Remus suspiraba nuevamente con resignación. Estos suspiros se estaban volviendo ya parte de su vida. Es que era imposible que uno de esos suspiros no saliera por lo menos cinco veces diarias de su boca.
— De acuerdo. Te acompaño, Sirius —dijo el licántropo ahora regresando su atención a Harry.
Su Harry. El Harry que cada uno de ellos reclamaba, ya sea externa o internamente, expresado con palabras, con hechos o con silencio, como suyo. Cada uno de los tres lo reclamaba así, sin saber, que en realidad, compartían el sentimiento... compartían a Harry.
Ya estando en brazos de Sirius, a Harry le fue imposible permanecer consciente, y dejó que el sueño lo dominara, por milésima vez en el año.
Cuando Harry despertó, gimió en son de protesta al ver que su médico en turno, era, de nuevo, Sirius.
Su padrino le leyó la cartilla enseguida. ¿Porqué siempre le tenía que pasar esto a Harry? ¿Porqué?
La recuperación le costaría por lo menos un mes entero contando con que dormiría su cansancio de nuevo por las noches, y así aprovecharía los días, pero Sirius, rotundamente, y como siempre hacía, se lo prohibió.
Y Harry gimió de nuevo en protesta, poniendo una de sus almohadas sobre su cabeza para acallar el sonido de la maldita estricta voz de Sirius que le decía qué no iba a hacer, qué no iba a comer, y cuánto iba a permanecer en esa cama.
Y Harry gimió de nuevo, siendo este sonido acallado por la almohada.
Una semana entera, con todo el maldito y santo día en la cama. ¡Todo el día! ¡No!
— Y escúchame bien, jovencito... No toleraré verte por la casa caminado o yéndote de escondidas, escapándote por la ventana para que vayas a casa de los Weasleys... Esto es una advertencia, ¿me oíste?.... Te castigaré y no dudes que no lo haré... Fuiste muy irresponsable al tratar de hacer ese complicado y peligroso hechizo... ¡Pudiste morir!...
Otro gemido. ¡Que alguien lo calle, por favor! ¡Que alguien le quite al hombre de encima!
— De ahora en adelante, los entrenamientos serán de una muy diferente manera... Yo personalmente me encargaré de ello... Y ni creas que esto volverá a pasar... Mucho menos que saldrás tan fácilmente de ésta... En ésta ocasión estoy siendo suave... No te castigaré... Pero vas a...
¡Suave! ¡El hombre está siendo suave! ¡Auxilio!
¡Por favor, que alguien reviva a Voldemort! ¡Incluso Voldie sería mucho, mucho mejor que su padrino en estas condiciones!
Harry, por una vez en su vida, se alegró de haber estado tan cansado. No supo cuándo se quedó dormido de nuevo. Es que la voz de Sirius, en medio de todos esos sermones, le pareció muy, muy arrulladora...
No obstante, gracias a la constante presencia de Sirius, esa semana fue una maldita pesadilla. Sobretodo después de que, faltando tres días para su completa recuperación, y aún estando sumamente cansado, los chicos aprovecharon de su debilidad para atraparlo en Otra. Maldita. Sesión. De. Un. Maldito. Martes. Estúpido.
— Harry, ¡se enteraron de que estás enfermo! ¿Qué te parece? —preguntó Fred emocionado.
— No estoy enfermo. Largo —contestó de mala manera, viendo la puerta de su habitación con tanto anhelo. Si tan sólo pudiera llegar a ella.
Sin embargo, en las Sesiones de los Martes no sólo se tratan temas sobre la revista "Corazón de Bruja"..., afortunadamente para Harry.
— No lo sé. Estamos esperando todavía a que el tiempo adecuado llegue, y yo lo acepto, así que no me preocupo por ello —mencionó Draco, cuando el tema de su relación con Virginia Weasley salió a flote, refiriéndose al futuro matrimonio de ambos.
Todos oían atentos, e incluso Harry, que aunque sus párpados le imploraban cerrarse, el tema era muy importante como para dejarlo pasar. Esto era por lo único que Harry no odiaba por completo esas Sesiones.
Es decir, siendo uno de los magos más poderosos que hayan pisado la Tierra, le era absolutamente fácil escapar de ahí, y liberase de las cuerdas que a menudo sobre él caían. Aunque hoy esa no era la ocasión.
Pero los demás sabían que Harry jamás usaba sus poderes en nada que no fuera estricta y severamente necesario. Nunca, nunca era visto que Harry hiciera uso de sus poderes sin razón concreta alguna.
Si tenías algún tipo de relación con Harry Potter, El Joven que Vivió y Venció, era casi imposible que lo vieras como el mago sorprendente y extraordinario, imposible pero ciertamente poderoso que todos aclamaban. Si tenías algún tipo de relación jamás lo verías como Harry Potter. Lo verías como... Harry.
Así que, aprovechando todo esto, de que Harry sería incapaz de usar sus verdaderos y sorprendentes poderes en ellos, no importa cuánto le incomodara la situación, los demás hombres lo obligaban a quedarse en las Sesiones.
Y sorprendentemente, Harry nunca, en todas estas veces, se ha comportado como Harry Potter, aquél que supera por demás los poderes de Albus Dumbledore, y que es comparado con Gryffindor y Slytherin, que están solo un paso abajo que Merlín.
Pero a pesar de que la gente había sido hecho poseedora del falso argumento de que Harry Potter sólo sobrepasaba los poderes del Albus Dumbledore por una milésima, eran muy pocos los conocedores de la verdad... de la única y hasta cierto punto atemorizante verdad.
El mismo Albus Dumbledore, siendo el principal mentor de Harry, era uno de esos pocos que sabían la verdad. Él, junto con los tres guardianes y tutores legales de Harry Potter, algunos de los amigos de la persona en cuestión, refiriéndose a todos los Weasleys, Hermione Granger, Draco Malfoy, Rubeus Hagrid, y algunas otras pocas personas del Ministerio de Magia, incluyendo al Ministro, eran los únicos que sabían la verdad que les había sido constatada con palabras o algunos, hasta con hechos...
Y la verdad, aunque el modesto de Potter no aceptara frente a cámaras, e incluso a sus amigos, era que había sobrepasado los poderes de Lord Voldemort por mucho, y después por Albus Dumbledore. Siendo tan joven, y con eso magníficos y significativos entrenamientos, el joven Potter, dejaba a Albus Dumbledore muy, muy atrás, para orgullo inmenso de éste.
Gryffindor y Slytherin hacía un par de años que fueron superados por mucho. Harry Potter, Albus sabía, estaba a la par de Merlín, el mago más poderoso que en la historia haya existido..., y eso fue reconocido por el director de Hogwarts apenas hace algunos meses.
Y contando con que el chico Potter avanzaba considerablemente cada entrenamiento, era posible que Merlín ya haya quedado atrás.
Pero Albus no se atrevía a preguntar, aunque había discutido el tema con viejos y sabios amigos suyos, que habían acordado con él sin duda alguna. ¿Porqué no se atrevía a preguntar? Pues... simplemente, porque el chico Potter jamás aceptaría que había superado al mismísimo Merlín, y mucho menos tomaría la prueba para medir sus poderes, puesto que realmente, él no deseaba ser tan poderoso como Merlín.
Cielos..., el chico ni siquiera aceptaba que había sobrepasado a Albus. Simplemente, se rehusaba a creerlo. Y de igual manera, se rehusaba a tomar esa prueba para comprobarlo. No quería creer y no lo haría. Punto final.
— Hicimos un nuevo producto muy bueno... Todavía estamos poniéndolo a prueba, y está bajo supervisión, pero no se preocupen... dentro de poco lo verán en acción —mencionó George, cuando se les preguntó a él y a su hermano cómo iba el progreso de su ya muy famosa compañía.
— Excelente... —mencionó Sirius frotándose las manos con malicia pensando en alguien que pudiera usar bajo esas deliciosas bromas. Actualmente, Sirius era uno de los compradores principales de Sortilegios Weasley, y, contando con un descuento de 23% por esto, Sirius no se medía al ir a esa tienda, o al encargar algún... o algunos artículos.
— Ni siquiera lo pienses, Sirius... —amenazó cortante Severus, que ya sabía en quién tenía en mente Sirius. Y ahora, especialmente que Sirius está enfadado con él por el entrenamiento de Harry, era mucho más probable que la broma... iba a ser definitivamente desagradable.
— ¿Qué? No sé de qué me estás hablando, Sev —mencionó Sirius con voz fingida y una expresión en la cara de una muy, muy peligrosa inocencia, logrando que los gemelos, Ron y Draco soltaran algunas risillas...
— Sirius, más vale que te comportes... —amenazó Remus levantando su dedo índice, advirtiéndole al ex-convicto que más le valía no meterse en problemas. ¡Era un pésimo ejemplo para Harry!
Y ciertamente, Remus era el mejor ejemplo que Harry tenía para guiarse, aunque ni el licántropo ni el joven auror lo notaran.
El chico, resultó ser una excelencia en Pociones, cuando Severus realmente se empeñó a enseñarle. Ya teniendo experiencia con los Dursley en la cocina (n/a: Respondiendo a tu pregunta, Padfoot, sí, Harry cocina, y muy bien... jeje ^_^), y siendo muy bueno en esa área, Pociones no resultó ser tan complicado después de todo.
Incluso, hubo una vez, en que Severus, por algún motivo, dejó a Harry con una poción trabajando solo por un momento. Creyendo, y esperando que el chico no creara un desastre para cuando regresara, Severus se sorprendió al encontrar y descubrir lo que Harry finalmente había hecho.
Una nueva poción.
— Es que creí que era mejor si le ponía 2.4 gramos de piel de dragón en vez de 3.2 y tres ojos de escarabajo en vez de dos de sapo —dijo el chico agregando ahora una gota de sangre de hipogrifo, muy concentradamente. Pero al ver la cara de impresión y desconcierto que puso Sev, pronto se retractó rápidamente—. Pero de seguro me equivoqué. Lo siento. No volverá a pasar, lo prometo.
Y eso fue todo lo que pasó. Harry no le tomó mucha importancia a la poción y volvió a lo suyo. Severus, tuvo que fingir lo mismo. Habiendo acabado la clase, se pasó la mayoría de la tarde, bajo la fingida y falsa excusa de que trabajaba en un nuevo proyecto, escudriñando esa nueva poción.
Y los resultados, le impresionaron tanto como pocas cosas lo hacen en su vida.
Un frasco de un cuarto de litro de esa poción, el equivalente a una lágrima de fénix. Toda esa sustancia, para tener el mismo efecto que una pequeña gota del llanto de un fénix.
¡Pero maldita sea! ¡Jamás, nadie, nada, había sido capaz de hacer esto!
¡Era absurdamente posible! ¡Era sencillamente loco y descabellado que alguien lo intentara!
La información llegó rápidamente a la Orden del Fénix, sorprendiendo a todos, entre ellos a Arthur Weasley, Albus, Remus y Sirius.
Costó trabajo que comprendieran realmente qué significaba esto, claro, después de una hora entera de tratar de asumir las nuevas.
No se le mencionaría a Harry, se llegó a la conclusión. Sin embargo, poner en práctica y aprovechar esa cualidad en el joven mago se decidió sería conveniente, siempre y cuando él no se diera por enterado.
Y así, Severus probó varias veces más esta cualidad. El chico hizo pociones realmente admirables.
Sirius, a ejemplo a seguir de Harry no resultaba muy bueno. Incluso, y en opinión de muchas personas, Severus era mucho mejor candidato a ejemplo a seguir que Sirius. Pero que nadie se lo diga a Sirius... No queremos ningún accidentado...
No obstante, el joven Potter, inconscientemente adoptó alguna que otra cualidad de Sirius. Aunque como cualidad, se menciona a una interminable pasión por las bromas y una gran sentido del humor. Lo que era en parte algo bueno. Cuando antes a Harry se le veía sonreír muy poco y rara vez, ahora era lo más común del mundo.
Y no hay quién no amara ver sonreír a Harry. Aunque había quién odiara ver los resultados de las bromas de Harry. No serán metidos detalles particulares sobre las situaciones correspondientes, pero son anécdotas que prometen ser divertidas.
Además, Harry se convirtió en un excelente animago debido a las influencias de Sirius. Su primer forma, fue un hermoso ciervo para orgullo de Harry y de Remus y Sirius.
Aunque a Sirius casi le da un ataque cardiaco cuando vio que el ciervo se transformaba en un precioso fénix de ojos verdes..., sorprendiendo a los espectadores que había en ese momento... Pero aguantar la respiración tanto tiempo no les ayudaría en nada, puesto que al verlo convertirse en un inmenso dragón, hizo a uno que otro casi pasar a la inconsciente, por la imponencia de este animal, aunque a otros este no fue el caso.
— ¡Vaya! ¡Un dragón! ¡Harry, es una de las razas más hermosas que he visto en mi vida! ¡Es precioso! ¡Genial! Oye, ¿puedo montarte? —preguntó Charlie emocionado, admirando al vista desde el cielo, cuando el dragón despegó del suelo, llevando a Charlie sobre él.
Una gran ventaja que la cicatriz pudiera ser escondida con facilidad. En el dragón, la cicatriz permanecía en su forma y tamaño original, pero se desplazaba a la parte inferior del cuello, quedando casi en el hombro derecho del animal, siendo apenas casi perceptible. En el gato, la cicatriz se deslizaba a la axila derecha, donde permanecía oculta de los demás. En el fénix, se deslizaba al cuello, a su mediación, del lado derecho. Y en el puma, se conservaba en la frente, extrañamente, pero se deslizaba hacia la oreja derecha, siendo casi imperceptible.
Era extraña la forma animaga que dejara al descubierto por completo su cicatriz, signo de reconocimiento mundial.
Severus y Sirius eran grandes magos, cierto, pero no tan buenos ejemplos para Harry como lo era Remus. El hombre le daba clases de Defensa Contra las Artes Oscuras, como podría llamarse, y era el mejor entrenador que Harry podría tener. Claro, esto jamás se lo diría ni a Sir ni a Sev.
Rems era una persona que parecía tranquila, pero entre más lo conocías, más admirado te quedabas de su personalidad. Y Harry lo admiraba, exactamente como admiraba a Sir y a Sev.
Cuando Harry tenía problemas o cuando una de esas silenciosas, imperceptibles y desgarradoras depresiones llegaban, al primero que acudía, era a Rems. No era que lo notara, porque nadie lo hacía, nadie podía. Las depresiones que Harry tenía eran cubiertas y escondidas por esas alegres sonrisas que animaban a cualquiera y arrebatan de vuelta una sonrisa.
Era imposible que alguien supiera que Harry estaba deprimido. Y era aún más raro que el chico hablara de ello. Generalmente, solo esperaba a que esa etapa terminara, para seguir con sus típicas sonrisas, pero ahora siendo completamente verdaderas.
Pero había ocasiones en que esas depresiones era demasiado fuertes para él... demasiado fuertes para el mago más poderoso que haya existido sobre la Tierra.
Era ahí, cuando Harry desistía y acudía a la ayuda de Rems. Pláticas superficiales, Rems siendo ignorante al verdadero motivo de la plática y de la cual Harry nunca decía la única y triste verdad, pero que, inconscientemente, el licántropo le transmitía ánimos y esperanzas por entre las palabras superficiales de Quidditch y de qué broma harían el siguiente día.
Y Harry, incapaz de agradecérselo externamente, lo hacía internamente, sintiendo cada vez más respeto y admiración por Rems, más estimación.
En el que cada día que pasa, Harry se siente la persona más feliz del mundo por tener a Sir a Sev y a Rems con él, para él y por él...
Claro, cada uno de ellos tenía sus defectos, y éstos se mostraban con más frecuencia para Harry, de nuevo... en las malditas Sesiones de los estúpidos Martes.
— Leí la otra vez una carta que esa admiradora secreta le dio a Harry... y no saben la sorpresa que me llevé... —mencionó Remus, que, a pesar de parecer serio, en los malditos Martes, esto se contradecía por completo.
¡El hombre era un fastidio esos días, junto con Severus y Sirius!
Harry parpadeó varias veces. ¿Se quedó dormido? Es que no había escuchado el cambio de tema...
Oh, genial... sencillamente genial... genial, genial, genial... El tema de las malditas admiradoras de Harry estaba volviendo a flote.
Harry gimió y se cubrió con la almohada la cabeza, tratando de no escuchar lo que sea que pudieran decir.
Todo esto, sacando algunas risillas de los muchachos.
— ¿Cuál de todas? —preguntó George interesado, mientras que Harry volvía a gemir y se ganaba más risas.
¿Cuál. De. Todas? ¿Cuál de los cientos y cientos de admiradores que tenía por todo el mundo?
¡Esto es un maldito desastre! La vez pasada, Harry abrió una carta que proponía matrimonio (claro, como muchas veces antes), y decía que Harry tendría una casa en las montañas, lejos de las cámaras, de la vida famosa social, que tendría dinero, comida, compañía, diversión, amor, y que le aseguraba vivirían felices para siempre. Sólo ellos dos, amándose hasta el último de sus días con infinita pasión y...
Y un poema muy apasionado y muy, muy fuerte... Ejem...
En fin, el caso, es que a Harry le interesó mucho eso de vivir lejos de las cámaras y de la fama... No era que fuera a aceptar, porque nunca lo hacía, pero simplemente fue... interesante leerlo.
Claro, la cosa fue algo vergonzosa para Harry cuando sintió su cara sonrojarse al leer que la otra persona era muy buena dando besos franceses y haciendo mil y un cosas que Harry prefirió saltarse y no leer.
Algunas veces había quien le ayudaba con las cartas, aunque él era el único que las leía y las respondía, pero ese día, estaban absolutamente todos, debido a una reunión especial, y, mientras los demás hablaban de cualquier cosa, esperando un rato en la sala de estar, para disfrutar unos momentos de galletas y té, Harry se tomó la libertad de leer una que otra carta, para ganar tiempo.
Un silencio se formó en la sala cuando Harry palideció por completo con los ojos fijos en la carta color rosa, con un perfume integrado y un beso dibujado que, como muchas otras cartas, volaba directo a Harry y se plantaba en una mejilla o en los labios, según sea el caso, dejándole una mancha roja en forma de beso.
Cuando vio el beso salir, Harry lo miró con una cara de terror que sólo se comparaba cuando en sus días de lucha contra Voldemort, se encontraba con su presencia.
A Harry jamás se le vio palidecer de esa manera durante mucho tiempo... bueno, hasta hoy.
— ¿Harry? ¿Qué pasa? —preguntó Sirius preocupándose yendo hacia su ahijado.
El beso iba hacia él, y Harry en un ataque de pánico, gritó desperado, tiró la carta y corrió por su vida, desconcertando y asustando a los demás.
Antes de ir a ver qué le pasaba a su ahijado, Sirius recogió la carta, y la leyó en voz alta, provocando que los demás se sonrojaran a lo atrevido de la carta. Aún así, eso no era problema tan grave como para reaccionar así, ¿verdad?
Los demás, junto con Sirius, descubrieron pronto la razón de este ataque.
Firmado, con todo mi apasionado amor y siempre tuyo...
Francis...
— Harry, nos ofrecieron una gran cantidad de dinero por verte hacer un striptease, y ¿sabes?, la oferta es muy tentadora. Harry, ¡son 3,500 galeones! Eso es demasiado, amigo... —mencionó Fred tratando de ocultar una sonrisa, sino una carcajada.
— Ya cállate, Fred —dijo Harry fastidiado y tratando de mandar a Fred al otro mundo por medio de la mirada. Lamentablemente, eso jamás funcionaba.
— ¿3,500 galones? Wow, eso es mucho. Oye, Moony, ¿ahorita cómo andamos de economía? —preguntó Sirius muy serio y pensativo, meditando la propuesta.
— No lo sé, Padfoot, no lo sé... Pronto se acabarán todos nuestros ahorros —mencionó con preocupación fingida, sabiendo todos de antemano que esto no era para nada cierto.
Harry, Sirius, Remus y Severus contaban con mucho, mucho dinero excluyendo el dinero que James y Lily le dejaron a Harry.
Aún así, con todo esto, Harry no podía evitar palidecer levemente.
— Harry, ¿no crees que deberías hacer un "pequeño" sacrificio por tu familia? —preguntó Ron sonando serio, y haciendo todo lo humanamente posible por ocultar una sonrisa.
La palidez de Harry aumentó y los demás soltaran sus carcajadas instantáneas.
Severus estaba por decir algo, cuando la puerta se abrió sin lentamente.
— Buenos días a todos. Oh, Harry... ¿Cómo te sientes? —preguntó la chica, preocupándose por su amigo.
— ¡´Mione! —exclamó Harry en un hilo de voz con un tono de un inmenso alivio, queriendo besar a la chica ahí mismo.
— ¡´Mione! ¿Qué haces aquí? Hoy es martes, ¿recuerdas? Se supone que no debes pisar esta casa este día —comentó Ron un poco disgustado por el hecho de que su novia haya interrumpido en la parte más importante del juego.
— Sí, lo sé. Se supone que no debo hacerlo. Pero —remarcó la chica viéndolo fijamente y yendo hacia la cama de Harry—, Harry está enfermo, y vine a verlo —dijo en un tono severo, que todos los presentes sabían, no aceptaba una contradicción como respuesta—. ¿Cómo te sientes, Harry?
— Bien, ´Mione... Oh, bueno... algo cansado, ¿sabes? —los demás abrieron los ojos como platos al escuchar decir a Harry que no se sentía bien. Él nunca aceptaba que no se sentía bien—. Tengo mucho, mucho sueño... Estoy muy cansado... —dijo Harry fingiendo voz débil y poniendo cara de enfermo.
— Maldito... —murmuró en voz baja Draco sabiendo el porqué de la actuación de Harry, al igual que los demás.
Harry, no obstante, les regresó una sonrisa maliciosa cuando Hermione no lo estaba viendo, y en cambio, los veía a ellos.
— Harry necesita descanso. Todos van a tener que salir, y no acepto "no" como respuesta. Harry está muy débil.
Los demás maldijeron a Harry en silencio. Hermione siempre que venía por accidente, rescataba inconscientemente a Harry mientras Harry aprovechaba por completo la situación.
— ¡Pero ´Mione! —gritó Ron fulminando con la mirada la sonrisa maliciosa de Harry.
— ¡Pero nada! ¡Fuera, fuera! ¡Me quedaré aquí, cuidando de Harry hasta que se recupere! ¡Ustedes sólo no lo dejan descansar! —gritó Hermione aventando a todos del cuarto, y dándoles un portazo pegándole a alguien en la nariz.
— ¡Ouch! ¡Mi nariz! ¡Hermione! —gritó una voz detrás de la puerta.
— Lo siento, ¡pero es tu culpa, Draco! —gritó Hermione furiosa, y volteándose para ver a Harry.
Y en cuanto lo hizo, se sorprendió de ver a Harry profundamente dormido.
Se preguntó si estaría tan cansado para quedarse dormido de esa manera. Se sentó en una silla que había junto a la cama, y tomó la revista que estaba sobre la cama, algo arrugada.
¡Vaya! ¡Qué suerte! Justo ese día Hermione tenía pensado comprar "Corazón de Bruja", y ahora, ya no tendría que hacerlo.
Comenzó a hojearla mientras Harry soñaba con algo, que afortunadamente, no tenía nada que ver con esa estúpida revista.
Harry fue traído de vuelta a su realidad y al presente cuando vio que los labios de Sirius se movían pero el sonido no llegaba a sus oídos.
Rayos... en verdad deseaba con todo su ser que esto no estuviera pasando. Es decir... Harry no quería preocupar a Sirius, y aún cuando no sabía si éste era un Sirius de su presente o de su pasado, y cuando no sabía dónde estaba, Harry sencillamente no quería preocupar a Sirius.
Perro tenía que hacer algo antes de desmayarse. Es decir, si Harry dejaba que la inconsciencia le ganara, era probable, que, bueno, según las condiciones de su cuerpo y su debilidad, que no despertara sino hasta dentro de algunos meses, y no podía darse el lujo de hacer eso.
En realidad, no sabía porqué debía hacerlo, pero sólo tenía un presentimiento, y con eso siempre bastaba.
— ¿Harry? ¿Harry? ¿Me estás escuchando? —preguntó Sirius preocupado al ver el vacío en los ojos de su ahijado. El vacío del aturdimiento.
Preocupado por él, Sirius pensó en llevárselo a la enfermería de inmediato, pero cuando notó que su ahijado levantaba con infinita dificultad su brazo derecho y lo posaba sobre su pecho, cerrando sus ojos al momento, Sirius se obligó a detenerse y ver qué pasaba.
A Harry le pareció una eternidad que su mano llegara a su pecho. Una distancia infinita. Y cuando al fin lo logró, estuvo a punto de desmayarse sin haber logrado la misión.
Se obligó a permanecer consciente y forzó su mente a trabajar sólo con su mano derecha. Todo, todo ahí.
Sentir cómo se drenaba la poca energía que le quedaba era algo muy, muy debilitante, y hasta cierto punto doloroso. Pero sentir que esta energía regresaba de nuevo a su cuerpo en una calidez a través de su mano por su pecho, era muy, muy... muy... cansado... y... y relajante... y... y...
Sirius sintió que el peso completo de su ahijado cayó sobre su pecho y brazos y con eso, no perdió tiempo. Lo cargó en brazos, y se dirigió con rapidez a la enfermería, siendo consciente de que los demás lo seguían de cerca.
— ¡Madame Pomfrey! —gritó desesperado, abriendo bruscamente las puertas de una fuerte patada y entrando a la enfermería con su ahijado desmayado en sus brazos.
~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~
¿Y bien? ¿Qué les pareció?
Hermione: Interesante, realmente interesante. Es muy impresionante que Harry tenga incluso más de dos formas animagas. Es decir, ¡al menos tiene cinco!
Ron: ¡Sí, es genial! Me pregunto qué forma tendré yo dentro de seis años...
Hermione: Sí. A mí me gustaría ser un gato, o tal vez una lechuza...
Bueno, no se preocupen: dentro de algún tiempo veremos también sus formas animagas. Así que gente, ¡hagan sugerencias!
Ron: ¡Genial!
Sí, y tampoco se olviden de lo siguiente: Mandar sugerencias sobre:
a) Cuál creen ustedes que sería la mejor raza de la forma animaga dragón de Harry...
b) Cuáles desean que sean las características esenciales de la forma animaga fénix de Harry. Es decir, sus ojos son esmeraldas, cierto... Pero, ¿su plumaje?
Cualquier otra cosa, siéntanse libres de decir...
Hermione: Sí, eso sería genial...
Ron: Sí... así que ya saben...
Bien, creo que eso será todo por hoy. ¡Gracias por estar aquí!
Hermione: Sí, fue muy divertido venir. Procuraremos volverlo a hacer.
Ron: Ajá... Nos vemos luego... ¡Adiós!
Hermione: ¡Un placer!
Y, yo también los dejo... Les agradezco infinitamente su gesto en perder el tiempo conmigo, y los espero la próxima...
¡Bye!
