N/A: Supongo que ya sabréis que los personajes de este fic no son míos, sino del brillante director Aaron Spelling (excepto algunos que ya irán saliendo, que sí son míos). Ésta es mi continuación de la maravillosa serie Embrujadas (Charmed). Me decidí a empezar a escribirla al ver que todos los fans de esta gran serie tendríamos que esperar tanto para conocer la continuación de manos de sus directores. Solo deciros que espero que os guste.

Este capítulo... va dedicado a internet (¿¿¿¿¿¿¿¿?????????). Vale, me explico un poquillo mal... Pero es que en cierto modo es así. Le dedico este capítulo a internet ya que gracias a este servicio he conocido a cuatro chicas, Mar, Pirra, Paige y Alice,  y la verdad es que ahora no se que haría sin ellas: sin los cariños de Mar, sin las conversaciones de Pirra (y sin sus historias), sin las subidas de autoestima de Paige, y sin los ánimos y el apoyo de Alice. En resumidas cuentas, no se que haría sin ellas. Mil o mejor dicho, millones de besos para las cuatro.

Y para ellas cuatro (ya que por desgracia para mi son las únicas que estan pendientes de esta historia), decirles que espero que este capítulo les guste mucho. Ahí va...

-------Cuidado Morris------

          Capítulo 1:

          Piper estaba estirada en su cama. El día anterior unos poderosos demonios (demonios Renaxus) les habían atacado. Aun estaba un poco débil porque esos malditos demonios habían ido a por ella; querían matar a su bebé. Pensaban que sería una amenaza para ellos cuando el niño naciera... Bueno, eso a Piper ya no le importaba. Habían eliminado a esos demonios. Acababa de llegar del médico, con Paige, y este les había dicho que el bebé  no corría ningún peligro. Eso era lo único que le importaba a Piper.

          Estaba realmente cansada. Nada más llegar del médico, se había estirado en la cama. El médico le había recetado unas pastillas para que recuperara las fuerzas perdidas, pero Piper sabía que no le harían efecto después de un ataque demoníaco tan poderoso. Por eso había enviado a  Paige a que le hiciera alguna poción revitalizante, y ahora su hermana estaba en la cocina.

          Tenía muchísimas ganas de ver a Leo; ayer, cuando todo el ataque hubo acabado, sus jefes le habían llamado, y ahora aun no había vuelto a casa.

          En cuanto a Phoebe, estaba muy feliz por ella. Había decidido estar con Cole. La verdad es que realmente él la quería, Piper se había dado cuenta, pero la decisión de Phoebe había sido muy difícil... Piper le estaba muy agradecido a Cole; realmente él le había salvado la vida, saltando encima del jefe de los Renaxus. Ahora estaba paseando, buscando algo para ponerse aquella noche en su cena con Phoebe, o quizá buscando un nuevo trabajo. Todo sería mucho más fácil para él, ahora que no existía ninguna Fuente, y en consecuencia no había caza recompensas detrás de él.

          Piper se estaba agobiando. Llevaba casi una hora estirada en la cama, y aunque sabía que le convenía descansar, pensó que un paseo hasta la cocina no le haría ningún mal. Se levantó y bajó al primer piso, hacia la cocina, donde estaba su hermana.

          -¡Piper!, ¿Que haces? - le dijo Paige, aunque sin ninguna malicia. Seguía tan contenta por haber desarrollado sus poderes de esa manera...

          Un pequeño "¡Boom!" salió de la olla que Paige estaba utilizando.

          - Aquí tienes tu poción, vamos, te acompañó arriba. Estaré contigo mientras te la tomas.

          - Vamos a la sala,  Paige... Me encuentro mucho mejor - Piper conocía cada rincón de su habitación, y le apetecía salir de allí. Su hermana asintió y una vez en la sala se sentaron en el sofá.

          - ¡Esto apesta! - dijo Piper después de coger el vaso donde Paige había puesto la poción. Dentro del vaso había un liquido espeso, de un color verde oscuro, y olía verdaderamente mal -. ¿Estás segura de que lo has hecho bien?

          - ¿Estás dudando del poder de esta súper-bruja? - Paige extendió sus dos manos hacia Piper, haciéndolas girar levemente, como si estuviera mirando a través de una bola de cristal -. Total, como mucho puede que te transformes en rana...

          - ¡Poca broma! - Piper le dio un golpe amistoso a Paige -. ¡Cómo me convierta en una rana, te haré beber a ti también de este líquido apestoso, y al final seremos las "Embru-ranas"!

          Las dos hermanas rieron. Piper, aun con un poco de miedo, se acercó el vaso a sus labios, y lo probó. Nada más empezar a tragar ese extraño líquido, se sintió mucho mejor. Justo cuando el líquido empezó a circular por su garganta, sonó el timbre. Paige se levantó a abrir la puerta. Era Morris.

          - ¡Morris! - Piper se levantó cuando Morris entró en la sala, y le dio dos besos.

          - Paige me ha llamado y me ha explicado lo ocurrido, ahorrándose detalles que yo no entendería - una leve sonrisa se dibujo en su cara -. ¿Cómo estas?

          - Mucho mejor, gracias. La verdad es que estos ataques son algo molestos, no te los recomiendo... - dijo Piper en un tono gracioso.

          - Por cierto, felicidades... - Morris se acercó y le acarició la barriga -... por lo del nuevo miembro de la familia.

          Piper sonrío, feliz. Realmente ella era feliz. Estaba segura de que todo iría muy bien. Abrazó a Morris, dándole las gracias por todo lo que había hecho por ellas. De repente la puerta se abrió.

          - ¡Hola chicas, subo arriba, a cambiarme! ¡No quiero llegar tarde a la cena con Cole! - era Phoebe.

          - No digas tonterías,  Cole tiene que venir aquí a cambiarse de ropa. Además... ¡Ha venido Morris!

          Phoebe, que ya estaba subiendo las escaleras, se giró, y al ver a Morris, bajó rápidamente. Le dio un par de besos en las mejillas, y de repente sufrió un mareo, o eso es lo que creyó el policía, ya que las dos hermanas supieron que había tenido una premonición.

          La visita de Morris acabó al cabo de unos minutos. Piper le volvió a agradecer su visita, y le dijo que viniera cuando quisiera. Una vez se hubo ido, las dos hermanas miraron a Phoebe, buscando una respuesta.

          - ¿Y bien... ? - dijo Piper.

          - Morris, junto a Leo, muerto, después de decir sus últimas palabras.

          Capítulo 2:

          Las tres hermanas seguían hablando sobre la premonición de Phoebe, intentando entenderla.

          - A ver, repasemos. ¿Me estas diciendo que Morris muere y Leo, que esta a su lado, no hace nada por evitarlo? - Paige no entendía lo que pasaba.

          - Esto nos ha pasado más veces, Paige - explicó Piper -. Leo no es capaz de salvar a todo el mundo que esta a punto de morir. Quizá sea la hora de Morris...

          Las tres hermanas estaban realmente afectadas. ¿Que podían hacer?

          -  Hay algo que se nos escapa... ¿Por qué, si es realmente la hora de Morris,  he tenido una premonición de lo que ha pasado? Siempre tengo premoniciones de los inocentes que tenemos que salvar...

          - Quizá Leo no pueda hacer nada, solo nosotras podamos ayudarle - dijo Piper -. ¿No nos has visto en tu premonición?

          - No.

          - Espera un momento - Paige había estado unos minutos  callada, sumida en su silencio, y ahora, de repente, parecía alarmada -. ¿Por que no le has avisado?

          - ¿Quieres que le diga que va a morir? Si no vamos a poder hacer nada por él,  ¿de qué servirá avisarle de su muerte?

          - Tienes razón, pero... ¿crees que es seguro haberle dejado marchar?

          Phoebe se quedó meditando un momento.

          - ¡Es verdad! Puede estar en peligro, pero... -  volvió a quedarse callada, y se miró sus manos -. Es extraño, pero es como si ellas me estuvieran diciendo que no hay nada que temer aun.

          - ¿A que te refieres? -  dijo Paige.

          - Algo dentro de mí, indicado a través de mis manos... Es como si me indicara el momento en que sucederá lo que he visto... Y sé que aun no va a pasar nada.

          - No es tan extraño, tus poderes aumentan, como los nuestros - dijo Piper, después de reflexionarlo -. ¿Pero te fías realmente de ese mensaje?

          - Sé que aun no va a morir, pero quizá ya esté en peligro... Será mejor que vayamos a vigilarle - Phoebe vio que su hermana Piper se levantaba -. No, Piper, quédate. Aun estas muy débil. No creo que te necesitemos, y si es así Paige orbitará y vendrá en tu búsqueda.

          - ¿Crees realmente que sea algo demoníaco? No sé, quizá un disparo de algún criminal sea lo que hiera a Morris... - Piper estaba destrozada. Temía por la vida de su amigo, pero también por la vida futura de su bebé. El día antes habían sido atacadas, y ahora otra vez las envolvía algo mágico. ¿Siempre sería así? Quizá no debería de tener a su bebé... Solo quería felicidad para él, y... ¿aquello era felicidad? Intentó olvidar esos pensamientos, lo importante era salvarle la vida Morris.

          - Sí, Piper. He tenido una premonición, Morris es mi inocente. Tengo que salvarle - Phoebe se acercó a su hermana, le cogió una mano y se la acarició. Después acarició su barriga y dijo -. No te preocupes, todo saldrá bien.

          - Estate tranquila - dijo Paige -. Si no sabes que hacer, mira en el libro de las Sombras, quizá encuentres algo, aunque ni siquiera sé que tendrías que buscar...

          Después de que sus dos hermanas le dieran un beso en la mejilla a Piper, fueron a coger sus abrigos. De repente unas diminutas lucecillas blancas aparecieron en el vestíbulo, Leo estaba allí. Pero su aspecto espantó a las hermanas: ojos completamente rojos, y con una cara que reflejaba absoluta tristeza.

          - Me han cortado las alas - dijo, antes de caer desmayado al suelo.

          Capítulo 3:

          Las tres hermanas llevaron a Leo al sofá, y le estiraron en él.

          - Paige - dijo Phoebe - orbita donde está Morris. Te informaremos de todo,  espero que puedas seguir sintiéndonos. Vuelve cuando puedas, pero estate segura de que Morris no se queda solo.

          - De acuerdo.

          Paige se fue dejando un pequeño rastro de lucecitas blanca, que fue desapareciendo. Phoebe fue a por una manta para tapar a Leo, y a por un trapo con agua fría para intentar disminuir la fiebre que tenía. Cuando volvió, se dio cuenta que su hermana Piper estaba totalmente desmoronada.

          - Piper, estate tranquila. Seguro que esto tiene una explicación, debe de haber algún malentendido - dijo, mientras tapaba a Leo.

           - No, Phoebe. Le han cortado las alas. Esta muy débil, igual que nosotras las veces que nos han despojado de nuestros poderes. Y ha estado llorando, por eso tiene los ojos rojos.

          - Debe haber algo que se nos escapa. Seguro que podemos ayudarle. No te preocupes... - Phoebe no sabía que podía decir para animar a su hermana.

          - No, Phoebe, no intentes buscarle una solución a algo que no la tiene - Piper estaba cada vez más dolida. Primero Morris y ahora Leo...

          Fue pasando el tiempo. Cada segundo se hacía interminable, como si el siguiente no quisiera llegar. Al fin, Leo consiguió despertarse.

          - Piper... - dijo, después de coger la mano de su esposa.

          - ¿Cómo estás? ¿Que ha pasado? - Piper estaba muy nerviosa.

          Leo no dijo nada. Podía hablar, y la fiebre había bajado considerablemente, pero él consideró que lo mejor era quedarse callado. De repente, casi inexplicablemente, Piper se levantó y subió rápidamente las escaleras.

          Phoebe miró a Leo, indicándole que empezara  hablar, y a éste se le llenaron los ojos de lágrimas antes de empezar a mediar palabra.

          - Dicen que me lo habían advertido,  pero no es así... - dijo, y después volvió a callarse.

          - Tranquilízate, Leo. Intenta explicarte desde el principio.

          - De acuerdo - Leo se limpió las lágrimas de sus mejillas y empezó a narrar su historia -. ¿Recuerdas a Sam, el luz blanca de tu madre? Como ya sabes es el padre de Paige. Él nos mintió, no quiso cortarse las alas al creer que había fracasado después de la muerte de vuestra madre, sino que ellos se las cortaron, ya que es  lo que hacen siempre cuando una bruja y un luz blanca tienen un hijo... - volvió a ponerse nervioso, e intentó calmarse -. Dicen que Sam debió hablar conmigo, y decírmelo, que ellos también me avisaron, ¡¡pero no es así!!

          Phoebe estaba realmente sorprendida.

          - Pero ya hace casi un mes que Piper esta embarazada, y durante toda esta semana hemos estado hablando de ello constantemente... ¿Por qué te han quitado tus poderes ahora?

          - Ya os he dicho que ellos no están espiando constantemente - Leo se había sentado,  y parecía que estuviera mucho mejor. La fiebre debía de haber bajado -. Pero ayer, después del ataque de los Renaxus, ellos me llamaron, y al preguntarme porque nos habían atacado... Les dije que creían que peligraba su vida y a partir de ahí se enteraron de todo.

          Phoebe estaba realmente sorprendida. Piper tenía razón, no podían hacer nada... De repente se dio cuenta que su hermana mayor estaba bajando otra vez hacía el salón.

          - Siento haberme ido de sopetón. Sentí un mareo, nauseas... Cosas del embarazo - dijo, divertida -. Subí al baño, ahora ya me siento mejor - hizo un silencio, y después de coger la mano de su marido dijo completamente seria -. ¿Que ha pasado, Leo?

          Éste solo pudo mirar primero a Piper, y luego a Phoebe, pero no sabía como hablar, sabiendo que las palabras que iba a decir iban a ser tan dolorosas.

          Piper le dio un beso en una mejilla, dándose cuenta que nadie le explicaría nada, al menos de momento, y dijo:

          - ¿Que va a querer mi maridito que le prepare de comer?

          - Ya me encuentro algo mejor. Vamos a la cocina, que quiero ver como mi cocinera predilecta me prepara para mi solito - remarcó divertidamente estas últimas tres palabras - cualquiera de sus manjares.

          - Bueno, os dejo solos - dijo Phoebe -. Voy a mi habitación. Tengo la impresión de que hoy no cenaré con Cole. Por cierto, tiene que estar a punto de llegar...       

          Capitulo 4:

          Phoebe subió a su habitación y Leo y Piper fueron a la cocina. Esta última le dijo a su marido:

          - Leo, sé que algo ha pasado. Confío en ti, y sé que tienes tus motivos para no explicármelo, supongo que incluso solo es para no hacerme daño, pero aun así, por favor, no sufras.

          -De acuerdo, cariño - Leo se acercó a Piper y la besó -. Ahora soy un simple mortal, he perdido mis poderes, he dejado de servirle al bien... - a Leo se le quebró la voz. Paró durante un instante de hablar y luego retomó sus palabras -. Pero aun así voy a seguir queriéndote.

          Piper volvió a besarle.

          - ¿Pero que ha pasado? - la pregunta se había escapado inintencionadamente de los labios de Piper, pero aun así no disimuló su curiosidad.

          A Leo le costó mucho contestar. Sabía que Piper no intentaba incomodarle, ni en ningún caso estaba forzándole. Era normal que su mujer buscara una respuesta.

          - A todo luz blanca que tiene un hijo con una bruja, se le cortan las alas. Eso es lo que pasó con Sam, el luz blanca de tu madre. Le cortaron las alas al enterarse de que iba a nacer Paige.

          Piper se quedó sin habla.

          - ¡¡Gracias por avisar!! - dijo la bruja al fin, mirando hacia arriba.

          A Leo se le escapó una pequeña carcajada.

          - No creo que te oigan. Además, en estos momentos deben estar buscándoos una nueva luz blanca que me substituya...

          - ¿Quién va a poder hacerlo mejor que tu, Leo? Conseguiremos que vuelvas a ser una luz blanca, mejor dicho, nuestra luz blanca.

          - Eso espero,  Piper, eso espero. Les va a costar mucho encontrarme un substituto - volvió a sonreír -. Sois las embrujadas, y tendrán que coger a alguien que este totalmente cualificado. Conociéndoles, van a tardar algún tiempo.

          Piper y Leo se abrazaron.

          - Todo saldrá bien - dijo ella.

          En esos momentos Paige orbitó en la cocina.

          - Hay un problema - dijo. Parecía cansada.

          - ¿Un problema? ¿Nosotras? ¡Pero si siempre nos va todo de maravilla! - dijo Piper irónicamente. Sin poder remediarlo, volvió a pensar en su hijo. ¿Era aquella la vida que Piper quería darle? Eso volvió a preocuparle.

          - No encuentro a Morris por ninguna parte.

          - Lo que faltaba... - Piper no salía de su asombro. ¿Todo tenía que salir mal hoy? - ¿Has buscado bien? ¿En su oficina, en su apartamento?

          - Sí, y no esta en ninguno de esos sitios. Será mejor que las tres vayamos a buscarle.

          - ¡¡Phoebe!! ¡¡Baja!!

            En breves instantes se oyó el ruido que hacían los pies de Phoebe al bajar por la vieja escalera de madera de la mansión. La cabeza de la bruja apareció por la puerta de la cocina.

          - ¿Qué pasa?

          - No he encontrado a Morris. No está en ninguna parte. Es como si hubiera desaparecido nada más salir por nuestra puerta... - dijo Paige, intranquila.

          Aquella frase hizo pensar a Phoebe.

          - Quizá sea eso lo que a pasado. Seguidme.

          Phoebe fue hacia la puerta de entrada, seguida de Leo y de sus hermanas. La hermana mediana abrió la puerta y dijo:

          - ¡Bingo! Su coche está aquí, es decir que él no ha ido a ningún lado... solo. Alguien a tenido que llevárselo.

          Phoebe iba a entrar en la casa cuando le pareció oír su nombre, auque de una forma casi imperceptible. Bajó poco a poco cada uno de los escalones de su portería, hasta llegar a la acera. Miró a la derecha, y vio algo que no le gustó en absoluto. Allí estaba Cole, sentado apoyado en la pequeña pared, sangrando por el costado derecho.

          - Phoebe... Me han disparado...

          Capítulo 5:

          Entre los cuatro entraron a Cole a la casa. Él sentía su lado derecho totalmente dolorido. Phoebe ayudó a su chico a sentarse en el sofá, mientras Paige iba por unas gasas, y Piper iba a la cocina a por algo que pudiera ayudarles.

          - Leo... Cúrame... - dijo Cole, con una voz que casi parecía un susurro.

          Leo se sentía impotente. ¿Por tenía que haber pasado aquello?

          - No puedo - dijo al fin.

          A Cole casi se le salen los ojos por las órbitas. En esos momentos apareció Paige con desinfectante y algunas gasas.

           -¡Paige! ¿Para que queremos eso? ¡Somos brujas! - dijo Phoebe, casi histérica, mientras Piper volvía de la cocina.

          - Pensé que Leo ya le habría curado... - dijo la hermana pequeña. Se dio cuenta de que había metido la pata, y le dijo mirando a Leo -. Lo siento.

          - No te preocupes, Paige - Leo estaba realmente enfadado, pero con ella, sino con él mismo -. ¡La culpa es mía! ¡No sirvo para nada!

          Piper le cogió la mano a su marido, pero éste, sin mala intención, se la soltó. Miró la escena, y realmente se sintió inútil. Salió de allí, y rápidamente su mujer le siguió.

          - Siento interrumpir... - dijo Cole forzosamente -. Pero ¿podríais ayudarme?

          Paige asintió, contenta de volver a mostrar sus poderes, y colocó sus manos sobre la herida de Cole. Consiguió sacar la bala, pero aun así la herida no sanaba.

          - ¡Paige, concéntrate! - dijo Phoebe.

          Paige deposito toda su energía en la herida, se concentró y deseo con todas sus fuerzas curar la herida aun sangrante de Cole, y al final lo consiguió. Se sintió estúpida, había dado por sentado que podría hacerlo, pero ahora se dio cuenta de que tendría que practicar... algo más.

          - ¿Que ha pasado? - dijo Cole, ya recuperado. Aun seguía pensando en Leo.    - Eso es lo que queremos saber nosotras. ¿Que te ha pasado?

          Cole se tocó la herida. Piper y Leo entraron por la puerta. Parecía que éste estaba mejor. Realmente Piper sabía como alegrar a su marido.

          - Estaba volviendo a casa, cuando vi que en la entrada había un hombre apoyando el torso de su mano derecha sobre la sien de Morris. Por lo que sé, debía estar leyéndole la mente. Ahora sabe lo que antes sabía Morris.

          - Eso no es bueno... - dijo Paige.

          - No, no os favorece - paró un instante su relato, como para tomar aire para seguir, y prosiguió -. Bueno, al verlo me lancé automáticamente sobre ese hombre. A este le dio tiempo de verme y abrió una especie de campo de fuerza que me empujó rápidamente a unos metros de allí sin que le tocara. Me levanté rápidamente y volvió a acercarme a ellos, y ese demonio le quito la pistola a Morris, que estaba inconsciente, y me pegó un tiro. Creo que la pistola llevaba puesto el silenciador, ya que sino habríais oído el tiro.

          -  Tenemos que buscar a Morris, rápido. Puede estar en peligro - dijo Piper . Voy a buscarle en el mapa. Buscaremos cualquier tipo de actividad mágica.

          Mientras Piper iba en busca del mapa y todos los utensilios para buscar a Morris, Cole siguió hablando:

          - Nunca había visto esa criatura... - pensó un instante -. Si no me equivoco, habéis creado el completo caos en el submundo, y ahora están apareciendo nuevos demonios, que no dudaran  en acabar con vosotras, ya que eso hará sin duda que se conviertan en la nueva Fuente.

           Piper pasó la cuerda con el cristal por encima del mapa, poco a poco. Cole siguió.

          - Vuestras cabezas son lo más preciado en el submundo - sin darse apenas cuenta, Paige se palpó la cabeza y luego el cuello; no quería que estas dos partes de su cuerpo estuvieran separadas. Cole sonrió al verla.

          - ¡¡Eeehhhh!! - gritó de repente Piper -. ¿Que pasa?

          El cristal que había estado usando Piper estaba haciendo unas cosas muy raras: en vez de pararse en un punto en concreto, estaba dibujando círculos. Unos círculos, que en un perímetro real ocuparían demasiado espacio.

          - ¡No podemos rastrear toda esta zona buscando a ese demonio! - dijo Phoebe.

          - Esta jugando con vosotras - dijo Cole.

          -  Sí - siguió Leo -, no entréis en su juego.

          - Tenemos que encontrar a Morris sea como sea - dijo Phoebe.

          -  ¿Pero como esta haciendo eso? - preguntó Paige.

          - Es difícil de decir. Seguramente habrá colocado algún tipo de artilugio mágico en muchos lugares, lo que hace que el cristal no sepa a cual dirigirse -  dijo Cole.

          - Sería muy difícil encontrarles buscando en un espacio tan grande... - dijo Piper -. Un momento.  ¡Ya lo tengo! Phoebe, tienes que intentar tener una premonición tocando el coche de Morris. ¡Vamos!

          Los cinco se dirigieron fuera. Phoebe intentó abrir la puerta del coche,  pero estaba cerrada.

          - Intenta tocando la maneta - dijo Leo.

          Phoebe lo hizo. Colocó sus manos, y rozando lentamente el pomo con las palmas, y manteniendo los ojos cerrados tuvo la premonición: Morris intentaba pegar a ese monstruo, pero cada vez la protección de éste lo expulsaba hacia otra parte. Todo sucedía alrededor de viejos coches...

          - Vamos. No se como pero se que ese monstruo está torturando a Morris con ese campo de fuerza - dijo Phoebe.

          - ¿Dónde sucedía todo? - preguntó Piper.

- En el vertedero de coches abandonados.

          Capitulo 5:

          - Ya hemos llegado  -  dijo Phoebe.

          Estaban a puertas del vertedero. Habían ido en coche, y ella conducía. Piper había querido conducir, pero los demás no la habían dejado; aun estaba débil.

          -  ¿Que hacemos ahora? - dijo Paige

          - Tendríamos que empezar a recorrer la zona para...

          De repente Piper se cayó para atrás. Leo consiguió cogerla, y después de un par de segundos ella volvió a ponerse en pie, aunque repentinamente parecía cansada.

          - No pasa nada, tranquilos... - les dijo Piper a todos, que la miraban preocupados.

          - No, Piper. Tú no vas a ningún sitio. Tú y Leo os quedareis aquí, en el coche. Nosotros tres acabaremos con ese apestoso demonio.

          - Nada de eso, Phoebe. Puede saber alguna forma para vencernos, recuerda que le leyó el pensamiento a Morris. Quizá sin el poder de tres no podamos vencerlo. Tengo que ir.

          Los cinco se miraron. Piper tenía razón, pero no podían dejar que luchara estando tan débil,  y además estando embarazada. Al final decidieron que Cole y Leo irían uno a cada lado de Piper.

          - ¡¡Eeeehhhh!! - dijo ésta, un poco enfadada -. Que no necesito guardaespaldas... - pero no dijo nada más, ya que en el fondo aquello la hacía sentirse más segura.

          Fueron caminando poco a poco por el vertedero. No veían nada inusual, hasta que oyeron el grito de un hombre: era Morris.

          - ¡¡Corred!!

          Fueron en busca del punto donde surgió la voz. Al fin vieron, a lo lejos, la figura de Morris, que volvía a levantarse, magullado y con las ropas rasgadas. Volvió a intentar golpear a ese monstruo, pero otra vez ese campo de fuerza volvió a expulsarle, y esta vez lo estampo contra un coche. Morris expulsó un grito de dolor, y cayó al suelo.

          - ¡¡Noooo!!  - dijeron las hermanas. Leo, cuando el grupo ya estaba cerca de la escena, fue corriendo hacia el policía.

          - Hombre, si están aquí mis brujas... - ese monstruo sonrió -. ¿Listas para ser vencidas? Dentro de poco seré la propia Fuente, al fin... - hablaba bajo, pero se le entendía perfectamente. Hablaba con clara superioridad. De repente dejó de sonreír, y al ver a Cole soltó una gran carcajada -. ¡¡Hombre, si es mi antecesor!! Veo que ya te han curado tus amiguitas... ¡¡Aquí tienes a tu sucesor, Balthasor!! - dijo señalándose a él mismo, triunfal.

          Cole apretó sus puños. En ese momento odió haber perdido sus poderes. Aquella cara de diversión, de gozo... Tenía gana de borrarle esa sonrisa de su rostro. Tenía ganas de eliminarlo...

          Piper vio como su marido intentaba por todos los medios curar a Morris, pero Leo no tenía ya ningún poder. Él pegó un golpe con el puño en el suelo, mientras el policía intentaba levantar su brazo, pero ya sin fuerzas lo dejaba caer.

          Una sensación inexplicable recorrió el cuerpo de la chica, y casi sin darse cuenta Piper intentó hacer explotar a ese demonio. Ese extraño campo de fuerza volvió a aparecer y expulsó el poder de la bruja contra ella. Tuvo tiempo de saltar y apartase, para que explotara el coche que ella tenía detrás, y no ella, pero al caer al suelo la bruja se golpeó en la cabeza y quedó inconsciente.

          - ¿Y este es el poder de las embrujadas? ¡¡Pero si ya he acabado con una!!

          Phoebe y Paige no sabían que hacer. Paige intentó ir hacia Piper para curarla, pero el demonio la apuntó con la pistola de Morris.

          - No te muevas o te disparo. No creas que repararé en ello. Os conozco bien, conozco bien vuestros poderes, y incluso vuestras debilidades. Recuerda que gracias a ese mortal, se de vosotras todo lo que sabía él. Ya me he divertido suficiente con él, tranquilas que ahora os toca a vosotras... - volvió a sonreír, y les miró a todos. -. Os pienso matar uno por uno...

          En ese instante Phoebe levitó  y fue a pegarle una patada en la cara a ese demonio. Pero él volvió otra vez a abrir su campo de fuerza, y la bruja salió disparada hacia atrás,  y también se dio contra un viejo automóvil.

          - ¡¡Otra menos!! Vaya facilidad... - de repente se puso serio -. Pensé que sería más divertido acabar con vosotras...

          Paige no sabía que hacer. Estaba totalmente intranquila, y era como si de su cabeza hubiesen desaparecido todas su ideas. Mientras ella pensaba, Cole se le fue acercando.

          - Agáchate y coge un par de piedras - dijo.

          Paige no entendía nada. Cole y Leo, repentinamente, se miraron de una forma cómplice. Paige se dio cuenta de que Leo ya no estaba sentado junto a Morris, sino que se había levantado.

          - ¡Acabaremos contigo! - dijo Cole. Paige seguía aun sin entender nada, pero puso una cara totalmente contraria a ese sentimiento. Cole siguió gritando -. ¡Si estas piedras te tocan, estas muerto!

          - ¡¡Uuuuuuuuuhhhhhhhhhhhh!! Que miedo - dijo el demonio con un tono totalmente cómico -. Me van a meter una piedrecita en el ojo... - el demonio apuntó a Cole con la pistola, y siguió burlándose de él, Leo y Paige -. Bueno, bueno... Si vosotros me metéis una piedrecita, yo quizá os meta un tirito... - y seguido, apuntó a Paige con la pistola.

          - ¡¡¡Aaaaaaahhhhhhhhhhhhhh!!! - gritó Leo, que empezó a correr rápidamente hacia él -. ¡¡Voy a destruirte!!

          El demonio se giró hacia Leo, y le apuntó a él con la pistola. En ese momento Cole empezó a tirarle las piedras, y Paige hizo lo mismo. Ésta ya empezaba a entender algo...

          Cuando las piedras llegaron a ese monstruo, volvió a aparecer ese campo de fuerza. Y en ese momento el monstruo, sin darse apenas cuenta que su defensa estaba puesta, disparó a Leo.

          Leo se paró en seco, mientras veía como la bala daba en el campo de fuerza, y de rebote penetraba en este demonio. Éste profirió un agudo grito de dolor. Al final, ese monstruo empezó a estallar entre llamas, y acabó por convertirse solo en cenizas.

           Paige miró a Cole, y no pudo menos que abrazarle. Cole le agradeció esa muestra de cariño, y le pidió que ayudara a Phoebe.

          A Paige le resultó muy fácil curar a Phoebe, ya que solo tenía un leve golpe en la cabeza. Pero al intentarlo con Piper, las cosas no fueron tan fáciles.

          Consiguió que ella recuperara la conciencia, pero aun sentía un fuerte dolor. Leo estaba al lado de su mujer, apretándole la mano.

          - Por favor, aguanta, por favor, aguanta... - decía él sin cesar.

          Piper consiguió hablar:

          - ¿Que tal está Morris? - dijo con una voz débil.

          - Cole y Phoebe han ido a buscarlo, para traérmelo para que le cure - dijo Paige.

          Una vez el cuerpo de Morris había sido puesto al lado de la bruja, está intentó curarle. Pero ni siquiera un pequeño destello, ni una pizca de luz surgió de las palmas de sus manos. Volvió a probar, pero no pasó nada.

          Volvió a probar con Piper.  Tampoco conseguía curarla. Paige empezó a preocuparse. ¿Iba a perder a dos de sus personas más queridas? Lágrimas empezaron a caer de sus ojos, y de repente una corriente eléctrica recorrió su cuerpo.

          Capítulo 6:

          Las tres brujas llevaron a Morris a la mansión Halliwell. Piper aun no entendía como podía sentirse tan fuerte. Ese destelló provocado por Paige inconscientemente la había curado por completo.  Es más, no solo la había dejado libre de magulladuras y de dolor, sino que la había hecho recuperar más fuerza aun que antes de que todo aquello empezara. ¡Por suerte no tendría que volver a beber ese extraño líquido verde!

          Por desgracia Morris seguía igual. Leo había intentado reanimarle con alguna de las prácticas médicas aprendidas cuando era médico, pero era inútil. Leo creyó que estaba en coma. Y Paige no podía hacer nada al respeto.

          Las tres hermanas llevaron a Morris al ático. Sabían que aquel era el único lugar donde podrían hacer algo por él. Y lo único que las ayudaría, el Libro de las Sombras.

          Phoebe empezó a  pasar página a página todas las hojas del libro. Iba lo más rápido que podía, pero a la vez estaba muy concentrada. No podían perder a Morris, después del número de veces que él las había ayudado, las había incubierto...

          De repente encontró algo. Quizá fuera descabellado, pero tras llegar a la última página del libro se dio cuenta que era su única opción.

          Leo, al ver su cara de excitación, y a la vez de nervios, fue a ver lo que había encontrado. Al verlo, Leo no aceptó esa idea.

          _ Phoebe, ya lo usasteis una vez, y salió mal. Es más, casi desatáis una catástrofe...

          - Ya lo sé, Leo. Pero aquella vez fue porque lo usamos en una de nosotras, en Piper. Era beneficio personal. Ahora intentamos salvar a un inocente...

          - ¡¡¿¿Queréis utilizar el hechizo que me despertó del coma??!! - dijo Piper enfurecida. De repente se quedó pensativa, y empezó a dudar -. ¿Por que no podemos usar ese hechizo, Leo?

          - Eeemmmmm... - éste también se quedó pensativo -. Teniendo en cuenta de que ya lo usamos una vez y no dio resultado...  Pero bien, creo que si lo usáis con vuestro inocente puede resultar...

          - ¡Me estoy perdiendo! - dijo Paige, intentando no ser ignorada.

          Una vez le explicaron a ésta todo lo sucedido,  la enfermedad de Piper, el hechizo para curarla y la siguiente epidemia creada por usar la magia para beneficio personal, Paige creyó también que esta vez el hechizo funcionaria.

          Le sacaron un poco de sangre a Morris, y después de seguir el ritual empezaron a decir las palabras mágicas. Una vez hubieron acabado, simplemente esperaron, hasta que de repente Morris se levantó sobresaltado y dijo:

          - ¡Ayudadme, chicas!

          - Ya lo hemos hecho, Morris - dijeron las tres, antes de empezar a reír, mientras Morris les miraba a todos sin comprender nada.

          Capítulo 7:

          Paige estaba en su trabajo. Todo había acabado, Morris estaba ya casi completamente curado, Piper había recuperado todas las energías perdidas y su bebé estaba completamente bien, y Phoebe, que también estaba en su trabajo, estaba completamente feliz porque aquella noche por fin llegaría la esperada cena con Cole.

          Todo había acabado, excepto en ella. Seguía sintiendo esos extraños calambres eléctricos, aunque ahora ya no se podían percibir desde el exterior. Solo ella los sentía, y eran verdaderamente dolorosos. No se lo había querido decir a sus hermanas ya que no quería espantarlas, quizá fuera algo común entre las luces blancas. Si fuera así podría preguntárselo a Leo...

          Mientras, éste estaba en la cocina de la casa.

          Leo se sentía realmente extraño. Era como si estuviera olvidando todo lo ocurrido allá arriba, cuando era luz blanca... No recordaba ya casi nada. Solo se sentía dolido porque ellos estaban borrando de su mente muchos años de su vida.

          Les odiaba, y no solo por eso, sino por todo lo que le estaban haciendo pasar. Todo hubiese sido diferente si hubiese sabido que los luces blancas no pueden tener hijos con brujas...

          Aunque quizá no. Quizá hubiese tenido igualmente ese hijo, lo más seguro es que sí que lo hubiese querido tener, pero al menos hubiese estado preparado...

          Intentó olvidar esos pensamientos cuando Piper entró en la cocina.

          -  Acabó de hablar por teléfono con los paletas del P3. La verdad es que dicen que van a tardar más de lo que creían en agrandar el P3... Aunque en parte, mejor así, necesito tiempo para descansar.

          Piper no se dio cuenta de que Leo no contestaba,  y que su rostro mostraba ansiedad; él tenía que hablar con ella, pero ella no se dio cuenta y siguió hablando.

          - Después he hablado con Morris. Dice que está mejor, aunque no entiende ni la mitad de cosas que ocurrieron... - Piper dibujo una sonrisa -. Pobrecillo, intentaba buscarle una lógica a lo ocurrido...

          Pero Leo ni siquiera sonrió. Tenía que decirle algo a Piper.

          - Piper, tienes que ir con más cuidado - dijo sin más preámbulos.

          - ¿A que te refieres, cariño? - Piper no entendía nada.

          - Nuestro bebé. Sé que tu deber es proteger el mundo, cuidar al inocente, pero...

          - Lo sé, cielo - le cortó ésta -. Tienes toda la razón del mundo. Su supieras las veces el día que pienso en nuestro bebé... Pero cuando hay que salvar a un inocente algo dentro de mí reacciona, no puedo evitarlo. Algo dentro de mí hace que luche para salvarlo...

          - Te quiero - dijo Leo, ya de una manera más dulce. Luego la besó, y le dijo -. Solo te pido un poco de cuidado, ¿de acuerdo?

          - Claro - dijo Piper -. Por cierto, a partir de ahora, nada de "nuestro bebé". Sé que será un chico, es como si él mismo me lo dijera. Y sé que se llamará Patrick.

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Que os ha parecido? Espero que os haya gustado mucho la historia... Si esta os ha gustado, los siguientes episodios os gustaran aun más... Gracias por seguir a mi lado.

Y aunque quede algo triste, sí, voy a contestar los reviews, sé que son pocos,  pero así se empieza... Al menos ellas leen la historia, los demás... haya ellos!!!!!! (falso subidón de autoestima,  pero es que si no digo esto... me derrumbo...). Ahí van las contestaciones,  como agradecimiento por estar siempre ahí:

Mar: sí, dejaste el primer review, pero anda q no costó ni ná... yo convenciendo a todo quisqui (donde han leído "todo quisqui" también podrían haber leído "Pirra y Paige") para q no dejaran review hasta q no dejaste uno tú... Para q luego digas q no te quiero... Por cierto, como va ese dedo? Un besazo para una chica q quiero un montón.

Paige: como tu dices, Julian abandona la serie. A mi no me da penilla, ya que a si Mar... quiero decir... las chicas en general se fijaran menos en él y más en mi... quiero decir... en Leo. Me alegro de que te guste la historia, eso de que podría pasar los castings de guionistas... Me gustaría pensar que sí, la verdad es que no es tan fácil. Espero q te haya gustado mucho este capítulo, te garantizo al 99% q el siguiente te gustara aun más... Un beso.

Pirra: una vez aclarado q no es q no me importes una mierda, sino q con lo q te quiero como vuelvas a decir eso te mato, simplemente decirte q espero q la historia te haya gustado mucho. Sé q he tardado un "poquillo" desde q colgué  el primer capítulo, pero espero q tú no tardes tanto en colgar los siguientes capítulos de tus fics "en vez de "tus fics" podría haber escrito "Tio Lucius" o "Sexo en Hoggwarts"), q tengo muchas ganas de leer más y más. Gracias por leerme, y estar siempre a mi lado. Un beso.

Alice: hola!!!!!!!!!!! Aunq nos conocemos de poco, me hacen mucha ilusión tus reviews (no uno, no, DOS!!!) la verdad es q cuando leí el segundo, en el q me pedías más de la historias, me emocioné... (snif snif). Eso sí, he echado en falta tu review en la otra historia, pero espero q simplemente no lo hayas dejado porq no has podido. Gracias por acordarte de mi, un beso.

Bueno, ya os dejo aquí, solamente espero q el capítulo os haya encantado, y q esperéis ansiosas el próximo. Ah, y no olvidéis mi otra historia, q esa, aunq parezca mentira, si q la lee más gente!!!!!!!!!! (jo, pobre de mi, la gente no lee está historia ni a la de tres... Un momento... estas leyendo esto y no pretendes dejar review??????? No me hagas eso!!!!!!! Yo, q estoy desesperaico por tener algún review más... Venga... Gracias!!!!).

"El poder de tres nos hará libres"