Con el tercer capítulo de esta historia me declaro feliz ^^. Bueno, esta historia no la hago por reviews, la hago por el cumpleaños de mi amiga SoraIshida (felicidades, cualquier edad es hermosa, sólo es cuestión de saber vivir la vida), aunque si alguno de ustedes les gusta mi historia me pueden dejar un pequeño mensaje ^^.
Eleni, si estás leyendo esto... please, don't kill me! It's a gift to a friend, it's all... thanks for your compassion ñ_ñ'.

Atte: Kini-chan

Harry Potter no me pertenece, es de la genial escritora J. K. Rowling, (ya quisiera yo escribir así ._.') y de cualquier otro que haya comprado parte de los derechos (creo que la Warner, pero no sé ñ_ñ).




EL PRENDEDOR DE ROSA

3.- Ayuda de un... ¿profesional?

Cuando Harry recibió el correo esa mañana se llevó un gran susto por la carta de Hermione.

- ¡¡¿Cómo que en la casa de Malfoy?!! - su grito fue tan fuerte que hasta Dudley tuvo curiosidad de saber por qué Harry gritaba, pero fue el tío Vernon quién se animó a investigar.

Era suficiente. De por sí todo el curso anterior había sido lo bastante traumático como para estarse preocupando por pequeñeces como Draco Malfoy... pero, era una casa de mortífagos y Hermione corría peligro.

- ¡Eh, Potter! ¡¿Qué es todo ese alboroto?! - gritó el señor Dursley, azotando la puerta fuertemente, pero Harry lo ignoró.

¿Qué podía hacer? ¿A quién podía acudir? Primero, tal vez podía escribirle a Ron y ponerlo al tanto, pero... ¿de qué servía? Aunque el padre de Ron trabaja en el Ministerio de Magia, realmente no puede hacer nada en contra del poderío de los Malfoy. Sin embargo, era bueno que Ron se enterara... después de todo, ellos tres son un equipo. Un equipo que debe permanecer unido a pesar de todo.

Escribió con prisa el mensaje y se lo entregó a Hedwing para que se lo hiciera a llegar a Ron...

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La respuesta llegó relativamente pronto... dos días... Harry solamente podía rezar para que nada malo le pasara a Hermione.

Recibió a Hedwing afectuosamente, pero con rápidez, por lo que la lechuza se sintió algo enfadada, pero Harry la ignoró.

La carta de Ron decía:


~.~.~.~


"¡¿Malfoy?! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Era una mala idea eso de las asesorías!

Eh, hola, Harry:

¿Ya se lo has dicho a alguien? Mmm... veamos... ¿a Dumbledore? ¡No! ¡Mejor dícelo a Hocicos! Él ha de saber qué hacer, además, no piensa como Dumbledore... los Malfoy no merecen compasión.... ¿tú sabes a dónde escribirle, ¿no?, espero que sí...

Vamos por ti para llevarte a La Madriguera... ¡Al diablo con los muggles, esto es importante!

Ron"


~.~.~.~


Harry estaba de acuerdo con casi todas las palabras de Ron. Era arriesgado, pero tal vez era la única manera. Además... sí sabía en dónde estaba su padrino... en la casa del profesor Lupin...

Y... algo sonaba muy bien... ¡al diablo con los muggles!

El único pendiente que le quedaba era si Ron vendría por él en un auto volador (lo dudaba bastante dado a como había terminado ese asunto la otra vez) o si irían a La Madriguera usando los polvos flu.

Pues, efectivamente, lo segundo era lo acertado, ya que el estridente grito de la tía Petunia y todo el escándalo de la planta de abajo lo comprobaban.

Harry de inmediato acomodó todas sus cosas y bajó de inmediato para cerciorarse.

Como era obvio. Ahí, en la sala de los Dursley estaban Ron, Fred y George.

Dudley de inmediato corrió atrás del tío Vernon al renocer a sus "torturadores". Y el obeso hombre no podía hacer nada más que temblar y tartamudear...

- U-U-Ustedes... ¡monstruos! ¡De... De nuevo aquí! Les... ¡Les advertí que no volvieran!

- Venimos por Harry, señor, ¿está él aquí? - preguntó Ron, tratando a toda costa de no hacer enfadar a los muggles.

Pero el señor Dursley parecía no querer cooperar mucho, y la paciencia de Ron se estaba a acabando... además, los gemelos Weasley no podían estar quietos un segundo más. En ese momento Harry bajó por las escaleras.

- ¡Harry! ¡¡Qué bueno que ya llegas!! - exclamó Ron, sonriente - ¡Mientras más pronto dejes a éstos muggles mejor!

Harry asistió, riendo suavemente. Entonces volteó a ver a Fred y a George, quienes murmuraban algo en una esquina de la casa, lanzó un pequeño suspiro y se dirigió a su amigo.

- ¿Podemos irnos ya?

- Claro. ¡Eh, Fred, George!

Los dos voltean al instante. Asisten, y luego se dirigen hacia los Dursley y hacen una reverencia muy elaborada y caballerosa.

- Muy bien, nos vamos. Pero vamos a traer las cosas de Harry a su habitación.

- A que se traen algo entre manos - le susurra Ron a Harry, mientras él asiste, divertido. Realmente no le importaba que George y Fred practicaran un rato sus bromas con los Dursley... la sola idea le parecía sin duda emocionante... y graciosa.

Al poco rato, los gemelos Weasley bajaron con las cosas de Harry, aún murmurando cosas y riéndose.

- ¿Ya están listos? - preguntó Ron, ya impaciente, era obvio que se habían ido sin permiso.

- Ya, ya, Percy Jr. - bromeó Fred, sonriente.

- Ja, ja - Ron rió sin ganas y tomó la bolsita en donde tenía los polvos flu - ¿Nos vamos, Harry?

- Lo más pronto posible.

Cada uno tomó un poco de los polvos y se dirigió a la chimenea de los Dursley. Al pronunciar el destino ("La Madriguera") y el hechizo (Incendio) los mandó uno por uno a la casa de los Weasley... dejando a los parientes muggles de Harry con un problema un poco molesto...

- ¡¿Polvos pica pica?! - gritó Ron.

- Sí - dijo George, entre las risas de Fred y las propias - un artículo muggle interesante...

- ... Sobre todo si lo hechizas para que dure el resto de las vacaciones de verano y está regado por toda su casa, ja, ja - estrechan sus manos en señal de una victoria.

- Ay, chicos, siempre me sorprenden - dice Ron, suspirando.

Harry sólo sonríe.

- Ah, conque jugando con los muggles de nuevo... ustedes nunca aprenden la lección.

Los Weasley claramente palidecieron al escuchar la voz de Molly Weasley. Se veía enfadada, aunque su reacción cambió como muchas otras veces al ver a Harry.

- Harry, cariño. ¿Estás bien? ¿No te has hecho daño?

- No, señora Weasley, estoy bien - sonrió Harry, amablemente - perdón por no avisarle antes, espero que me permita quedarme hasta el inicio de las clases, por favor.

- Claro, claro, quédate todo el tiempo que quieras - dijo la mujer, muy feliz - aunque... no crean que ustedes se han escapado del castigo...

Los hermanos detienen la huída...

- Ya te he dicho que si quieres invitar a Harry puedes hacerlo, Ron. Pero siempre te quieres meter en problemas...

- Lo siento, mamá - Ron la miró con su carita más tierna.

- Está bien, está bien...

- Mamá... Harry y yo estaremos ocupados unos días...

La señora Weasley dejó salir un suspiro.

- No quiero que se metan en problemas. Ron, recuerda que las cosas están un poco díficiles ahora...

- Sí, lo sé... Vamos a mi cuarto, ¿está bien?

La mujer asistió, sin poder ocultar un gesto de preocupación.

- Vamos, Harry.

Al llegar al cuarto de Ron, Harry pudo notar que algunas figuras habían desaparecido (como la figura de Viktor Krum, por ejemplo), pero eso no era lo importante ahora...

Ron se aseguró que la puerta estuviera bien cerrada, sólo por precaución, ya que, por lo que concierne a la familia Weasley, ya todos sabían sobre la situación del padrino de Harry.

- ¿Sabes en dónde localizar a Sirius, cierto? - preguntó Ron, ansioso.

- Sí, está con el profesor Lupin, ¿lo olvidaste?

- Je, es cierto... ¿y sabes en dónde está el profesor Lupin?

- Le he escrito a Sirius algunas veces, pero, sus contestaciones son...

- Me imagino... "Aléjate del peligro, Harry" "No te metas en problemas" "Ya sé que odias a los muggles pero ahí es el único lugar en donde estás a salvo".

- Ja, ja, sí... ¿quién lo hubiera dicho? ¿El "Rompecorazones Black"?

- ¿"Rompecorazones Black"?

- Me lo dijo el profesor Lupin.

- Ja, ja, mejor vamos con ellos... creo que tenemos que caerle a Malfoy de sorpresa... pero necesitamos el consejo de los mayores.

- Sí... amigo Ron... ¡destrocemos a Malfoy!

- ¡Brindo por ello, amigo Harry!

- ¿Con qué?

- ¿Quieres cerverza de mantequilla?

- Claro ^^.

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La sorpresa fue para dos que estaban tranquilamente leyendo (sí, leyendo) en la sala, mientras la cálida flama de la chimenea disfrazaba un poco el olor a humedad.

Luego, un sonido fuerte los hizo levantar la vista y poner atención a la llama...

- ¿¡Qué demonios...!? - exclamó uno de ellos.

En menos de un dos por tres, la pequeña sala estaba hecha un desorden mientras dos chicos salían de la chimenea, habían usado los polvos flu, obviamente.

- ¡¿Harry?! ¡¿Ron?! ¿Pero qué...

- ¡¡¿¡¡Qué diablos les pasa!!?!!

- Se ve que no estás de humor, Sirius - murmuró Harry, bajando la mirada.

- No, no es por eso... es que... perdón, es que yo - Sirius buscó apoyo moral en Remus con la mirada y este asistió con una sonrisa - ... es peligroso que andes por aquí sin protección...

- Lo siento, Sirius...

- Nada, nada, déjame abrazarte - dijo, rodéandolo con sus brazos, provocando un pequeño sonrojo en las mejillas de Harry, así como una risita en Ron, que Lupin de inmeditato calló un un gesto.

- Y bien - comentó finalmente su ex-profesor, sentándose en uno de los gastados sofás - ¿a qué han venido de esa forma tan amable a mi casa?

- Je, no fue nuestra intención, profe...

- Por favor, llámame Remus.

- Bueno... Remus - dijo Ron, algo inseguro, ya que, después de todo, lo habían tenido como profesor (¡y qué profesor! Agh... lo siento ._. nunca me desvarío así ñ_ñ) y le era díficil llamarlo con tanta familiaridad - se trata de Hermione...

- ¿Qué pasa con Hermione? - Remus se inclinó hacia adelante, angustiado, a la par que Sirius se interesaba en el tema.

- Es que... ella... - Ron volteó a ver a Harry.

- Está en casa de los Malfoy.

- ¡¿Qué?! - gritó Sirius de repente, mas Remus parecía sereno.

- ¿Pero y eso que tiene de malo?

- ¡¿Que qué tiene de malo?! - esta vez Black se enfrenta a Remus - ¡¡Son una familia de mortífagos!!

- Sí, pero no creo que Dumbledore deje que algo le pase a Hermione... además... ¿qué hace ella en casa de los Malfoy?

- Pues...

- ... Asesora...

- ¿Sí?

- ... Le enseña cosas a Draco - bufó Ron, enfadado.

- ¿Cosas de la escuela?

- ...Sí - dice Harry, en voz baja.

- Entonces... ¿cuál es el problema...?

Silencio total en la sala.

Se suponía que ellos iban a pedir ayuda para destrozar a Draco... y se encontraban conque uno de sus mayores creía, no sólo que no era necesario, si no que la cosa estaba bien y perfecta.

Definitivamente... no podía ser cierto...

Remus tenía que estar bajo un hechizo o algo así...




Continuará ===
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¡Ah! ¡Qué bien! Remus, Sirius, estoy feliz ^^. ¿De verdad creen que Remus está bajo un hechizo? Je, je, o tal vez no piensa que Draco sea tan, tan malo ñ_ñ... (aunque a mí me gusta Draco como sea, ja, ja ^^). En el siguiente capítulo, veremos qué pasa en la mansión de los Malfoy mientras Harry y Ron se están rompiendo la cabeza por salvar a su amiga (ja, ja, pobres ñ_ñ).

Hasta el próximo capítulo, chicos. SoraIshida ^^, espero que te esté gustando.

Reviews, please ^^, que tendré que pensar mucho para mi próximo capítulo (el romance no es lo mío... la verdad. no sé que lo es ñ_ñ')

Chao ^^.

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Una posdata gigantesca: GUAU, de verdad, GUAU

Oigan, jamás de los jamaces, me imaginé que les gustaría tanto esta historia, pero si les ha gustado tanto, con todo el placer del mundo les invento más cosas para cada día del que Hermione y Draco estarán en la casa del último (porque la verdad este fic iba a terminar en dos capítulos más ñ_ñ), nada más les voy a pedir una cosita: ya sé que estos capítulos los publiqué muy seguiditos, pero era porque aún estaba de vacaciones y todavía no entraba a la Uni... ya entro esta semana ._.', ¡pero le voy a seguir escribiendo! ^.~, nada más necesito PACIENCIA.

Gracias por todas las flores y los consejos que me han dado, absolutamente a todos los que me han dejado reviews, a SoraIshida por pedirme el fic (es tuyo, no me quedo con el credito ^^).

Bueno, es todo... ¡nos seguimos leyendo ^^!
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