Bueno, ya, es el penúltimo capítulo, escribo en la Windows 92 de mi mamá (jo, jo, pero es lo único que hay en mi casa, casa ~ ~')... Este fic, que ya casi llega a su término, que espero que lo hayan disfrutado más que yo escribiéndolo XD, les está muy agradecido por todas sus atenciones, por sus reviews, por sus intentos de asesinato en contra de su autora y sus allegados (snifff...), por sus frases de apoyo y sobre todo, por leer, que es lo mejor que hay (claro también está la tele, que me encanta y el Internet, pero nada como un buen libro) y, ya que nuestra ilustrísima sensei J.K. Rowling-sama va a sacar su quinto libro ya este año va a haber mucho que comentar ^^U. Suerte y a leer, disfrútenlo. ¡Por fin! El prendedor, el prendedor hace su aparición, extra, extra, el tan esperado prendedor de rosa hace su aparición (je, je, lo necesitaba ñ_ñ').
Ah, y quiero comentar esto también... ¿que fabuloso-súper-fántastico-nadie-lo-puede-superar-porque-es-muy-inteligente-perfecto-y-guapo-además-Draco no es un mal alumno? Ja, ja, ja... ¡no puedo creer que también hayan caído XD! Así notamos que, en efecto, todo lo que dicen de Draco es cierto n_n.
Atte: Kini-chan
PD: Por algo se llama igual que mi maestro :P
Harry Potter no me pertenece, es de la genial escritora J. K. Rowling, (ya quisiera yo escribir así ._.') y de cualquier otro que haya comprado parte de los derechos (creo que la Warner, pero no sé ñ_ñ).
EL PRENDEDOR DE ROSA
8.- La serpiente y la rosa
Draco y Hermione entraron en la casa del primero, nunca la había dejado de asombrar como los Malfoy vivían con tanta riqueza mientras la mayoría de las personas no tenían nada. Pero eso no era importante ahora... ahora lo único que quería era descifrar la mente de Draco, de la persona que caminaba junto a ella y que tímidamente pero con firmeza sujetaba su mano.
"¿Qué está mal, Draco?...".
Lucía tan nervioso... ¿por qué no se concentraba en las clases? ¿por qué no entendía nada de lo que ella trataba de explicarle?... ¿O era ella el problema?
La muchacha bajó la mirada, todavía pensando, reflexionando todo lo que había vivido en estas casi dos semanas... pronto se tendría que ir, pronto se iría... Al menos vería a sus padres, a Ron... a Harry... Iría con Krum, sí, a visitar a Krum como lo tenía previsto... eso haría, todavía quedaban vacaciones...
- ¿Hermione?
No respondió... nada...
El chico soltó su mano, no se había dando cuenta de que la había tomado de la mano... fue un gesto tan natural, sólo, quiso hacerlo.
Pero ahora ya no estaba seguro, porque ella ya no estaba segura. Lo sabía, Hermione no estaba segura en su casa. No lo estaba.
- Draco...
- Sí, dime.
- ¿No te enseño bien?
La observó unos instantes.
- Hermione, mira... la verdad es que yo...
- ¡Draco Malfoy!
Ambos se separaron al escuchar la voz tan grave que venía desde el fondo de la habitación.
Lucius Malfoy los veía con un gesto totalmente desaprobatorio, Hermione sintió enormes escalofríos... no hacía más que ver a Draco, quien estaba tan asustado como ella... ¿razones?
- Draco Malfoy, explícame lo que estás haciendo con esa sangre su...
- ¡Ella es mi asesora! Mi... maestra....
El señor Malfoy frunció el ceño.
- ¿Maestra? ... ¿Necesitas asesoramientos, Draco?
¿No lo sabía? ¿¡Cómo su padre no lo sabía!? ¡Si la vió ahí cuando llegó!
- Así es, Hermione es mi asesora.
Lo retaba con la mirada, el hijo retaba al padre con la mirada... por ella, todo era demasiado increíble... y terrorífico, sin duda...
De nuevo esos ojos llenos de desprecio, Hermione ahogó un gemido de dolor al ver a Draco apretar sus puños con fuerza.
- ¿Hermione? ¿Se llama Hermione la pequeña san...?
- Sí, ese es su nombre y ya basta, no te permito que le faltes el respeto...
Ella no decía nada, no podía. Estaba aterrada, inmóvil... pero nunca había visto a Draco tan enojado... ¿qué significaba todo esto...?
- ¡Draco!
Los tres voltearon, sin poder evitarlo.
Era Narcisa Malfoy, quien entraba en escena sin ser invitada.
Le dirigió una mirada a Hermione. Indefinida. Pero la chica no se sintió incómoda con ella...
- Draco, quiero que me ayudes con algo, vamos hijo - dijo la señora Malfoy.
- ¡Pero madre!
Draco la observó fijamente... luego vió a Hermione... a su Hermione. No estaba segura aquí, no lo estaba... Tal vez era mejor... sólo... dejarla ir...
- Sí, mamá.
El muchacho caminó en silencio al lado de su madre, mientras Hermione no le quitaba los ojos de encima, no podía evitar que sus ojos se empezaran a llenar de pequeñas lágrimas al no entender el por qué de esta angustia en Draco...
- Dime, niñita...
Hermione se volvió hacia el señor Malfoy, procurando antes limpiar su rostro con la manga de su camisa.
- ... ¿De verdad te consideras digna de entrar en esta familia...? ¿de estar con Draco?
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- Oh, vamos, Draco, no le ocurrirá nada.
- ¿Nada? ¡¡Madre!! Mi padre no se detendrá ante nada para...
- ¿Probarla? Ella lo hará bien, si es la indicada, claro...
Narcisa tomó un sorbo de su té e invitó a su hijo a sentarse, pero él declinó la invitación, poniéndose a dar vueltas en círculos...
- No deberías de dudar tanto de la capacidad de la chica a la cual escogiste, Draco - dijo Narcisa, como si tal cosa.
- No se trata de eso - suspiró Draco y sonrió un poco - ella tiene mucho potencial...
- ¿Entonces?
- Gracias por dejarme cargar sus maletas...
Narcisa parpadeó, luego sonrió levemente...
- ¿De verdad pensaste que ese sería tu único acercamiento con ella?
Draco negó suavemente con la cabeza.
- No puedo creer que tú me ayudes con esto...
- No sólo soy yo, también tu C.B. ...
- Sí, mi "C.B." - Draco se pasó un mechón de su cabello hacia atrás - Me ha ayudado bastante, demasiado, él ha montado todo y... tampoco puedo creer que me esté ayudando...
- Je, así es él, supongo - suspiró Narcisa, para tomar otro sorbo de su té.
- Sí...
Un silencio, bastante largo...
- Nada me impide a ayudarla, ¿no?
Sonrisa.
- Claro que no, ella es tu elección, y tú puedes hacer lo que sea para retenerla... Lucha por ella.
Asistir. Haría lo que fuera, lo que fuera por ella. Incluso retar a su propio padre.
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- Me considero apta para... estar con Draco, señor - Hermione lo miró, desafiante.
Él, para extrañeza de la chica, sonrió.
- Entonces, harás la prueba de la serpiente...
- ¿La serpiente...?
El señor Malfoy dijo algunas palabras que Hermione no alcanzó a escuchar, pero al instante frente a ella se mostraron algunas imágenes. Reconoció que eran de la misma mansión de los Malfoy, pero no se había percatado de lo laberíntico que podía ser.
- ¿Ves ahí?
Hermione agudizó la vista.
Justo arriba de la torre más alta que se encontraba un resplandor extraño. Era una espada, o así le pareció.
- Esa es la espada de la serpiente... es sólo una pequeña prueba... ¿te consideras capaz de alcanzarla y traerla hacia acá? Todo está lleno de retos, probarás tu condición como bruja, niña.
La chica frunció el ceño y observó detenidamente la espada verde plateado de la imagen que le era mostrada.
- Claro que estoy segura de poder traerla.
Lucius Malfoy sonrió con malicia.
- ¿De verdad planeas entrar en la familia Malfoy, no es así, pequeña?
- Esto es por mi honor... - dijo ella, en voz alta, pero su corazón murmuraba otra cosa... lo haría por Draco. Por Draco Malfoy.
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Levantó la cabeza y se cubrió levemente los ojos. La luz del Sol la lastimaba después de todo el tiempo que estuvo en la mansión oscura y húmeda de los Malfoy.
La mazmorra era altísima, pero sabía que en la punta, en la habitación final estaba la espada que tenía que traer frente a Lucius Malfoy para... probarse...
No sabía por qué demonios lo estaba haciendo, o, más bien, lo sabía a la perfección y eso la ponía totalmente nerviosa... pero a la vez le daba el valor que necesitaba para seguir.
Entró al edificio, no estaba lejos de la mansión, pero, sin embargo estaba separada, aunque de inmediato se notaba que pertenecía a los Malfoy, ya que lo primero que Hermione se encontró fue una puerta adornada con unas serpientes doradas, siguiendo las paredes el mismo patrón.
- Hasta ahora... no está tan mal... digo... se parece a todo lo que hay en la casa de Draco... - sonrió nerviosamente la chica, aunque luego un grito se formuló en su garganta.
Era un dragón... pero, no, espera... es un dragón de piedra... bastante real, por cierto...
- Ufff.... ¿cómo demonios se le ocurre a esta familia tener adornos así? Y con tan escasa luz... ¡ah! Es cierto... ¡Lumos!
Hermione encendió su varita, después de todo, nunca se le prohibió usar la magia, después de todo.
Caminó de nuevo, al menos ya no está tan oscuro.
- ¿Dónde están Draco y su mapa cuando los necesitas? - suspiró Hermione.
Al ver las escaleras se supuso que por ahí tenía que ser... ¿era hacia arriba, no?
Empezó a subir las escaleras, sorprendida de que fuera en realidad tan sencillo. Llegó hasta una puerta negra. Sonrió. Tras esa puerta estaba la espada. La espada que le otorgaría "el permiso oficial" de estar con Draco.
... De estar con Draco...
Abrió la puerta lentamente, la cual hizo un crujido, obviamente, no había sido abierta en mucho tiempo.
Ahí estaba, tan luminosa, con brillos en verde y en dorado, por aquí y por allá. Hermione estaba embelasada, no podía dejar de ver tal obra de arte. Como tal... pertenecía a la familia Malfoy.
Se acercó, despacio. Rozó con sus dedos el arma, aún sorprendida por su belleza. Esta prueba la dejaría estar con Draco... con el permiso del padre de éste. Ya no molestaría.
La tomó.
Pero...
- ¡¿Qué pasa?!
No todo podía ser tan sencillo...
Un temblor gigantesco se disperzó por todo el lugar. Granger se aferró a la hermosa espada y vió hacia afuera de la torre. Lo que vió no la tranquilizó para nada...
- No es posible...
Sí, el dragón de piedra estaba ahí, pero ahora no era precisamente de piedra...
Hermione gritó cuando el dragón lanzó un rugido al verla.
- No pude ser, no puede ser... ¡solamente a los Malfoy se les ocurre tener como mascota a un dragón! - gritó desesperada, tratando de encontrar coherencia en el hecho... o al menos un hechizo que la ayudara a salir de ahí.
De nuevo, gritó.
El dragón se asomaba por la ventana y estaba a punto de romperla con su gran fuerza.
"Huye, huye, huye..." pensaba ella, pero seguía abrazando la espada como si su vida dependiera de ello.
Finalmente, el dragón rompió la ventana y trataba de alcanzar a Hermione.
Ella cerró los ojos.
"O sea que así acaba... Rayos... Ni siquiera pude graduarme..."
Pero...
Sólo sintió como alguien la tomaba por la cintura y se elevaba rápidamente en el cielo.
Muy apenas logró levantar la vista cuando su rostro se encontró con otro que lo miraba dulcemente.
- ¿Estás bien?
- Draco...
Él le sonrió. Hermione no se lo podía creer... esta vez sí tenía que ser un sueño. Pero el revoloteo apresurado del dragón le hizo entender que no era un sueño.
Que Draco realmente la había salvado de morir y que ahora estaba en el regazo de su querido Malfoy... volando sobre la escoba de éste.
- Esto es algo que sí sabes hacer muy bien, ¿no? - dijo Hermione, tratando de tranquilizarse, pero Draco no contestó, sólo la acercó más a él y se aferró a la escoba. No la dejaría ir, por nada del mundo.
Granger observó el gesto preocupado de Draco... ¿era por el dragón que los venía persiguiendo, no?
- ¿Algo te preocupa?
- Hermione... yo...
- ¡¡Ahh!! ¡¡Cuídado con esa pared!!
Draco subió la mirada apenas. Y casi sin pensarlo...
- ¡¡Diffindo!!
La pared se dividió en dos, déjandoles pasar hacia el otro lado sin problemas mientras seguían huyendo del dragón. Hermione se quedó sin habla.
- Pero, Draco... ¿cómo aprendiste a usar esa magia...? Si tú no...
Malfoy no dijo nada. Apretó su varita fuertemente. Tenía que concentrarse en la huída, en defender a Hermione... a su príncesa, después vendrían todas las explicaciones...
- Draco, Draco... ¡mira! ¡¡Draco!!
El majestuoso dragón estaba justo frente a ellos. Hermione gritó y se aferró con fuerza al cuello de Draco. Pero la bestia aleteó con fuerza, separándolos a ambos.
- ¡Draco! - Hermione cayó de la escoba.
- ¡Hermione, no!
La chica traía aún la espada... la espada de la serpiente... la espada de los Malfoy. Abrió los ojos.
- ¡Draco! ¡Convoca la espada!
El muchacho asistió.
- ¡¡Accio!!
La espada se elevó rápidamente de las amorosas manos de Hermione, quien sonreía. Se posó en las manos de Draco, quién, tomándola rápidamente, se enfrentó al dragón. No lo dudó un instante y enterró la brillante espada en el corazón del dragón.
Hermione seguía sonriendo.
"Sí, lo logramos... los dos, juntos..."
Sentía que seguía cayendo... pero lejos de tener miedo, se sentía profundamente bien...
Pero, luego sintió unos fuertes brazos alrededor de su cuerpo. Una gran cálidez. De nuevo, abrió los ojos.
- Draco...
- Está bien, Hermione, todo está bien - Draco le sonrió... ya le había sonreído varias veces en ese día, esto estaba muy raro...
- ¿Y el dragón?
- Allá.
Granger vió la estatua. Era sólo eso, una estatua.
- ¡¡Ah!! - gritó ella de pronto.
- ¡¿Qué?! ¿Qué pasa? ¿Por qué gritas otra vez?
- ¡¡La espada!! ¡¡La espada!! ¡¿No me digas que la perdí?! ¡¡No puede ser!!
Draco rió suavemente al ver la desesperación de Hermione.
- ¡Oye! ¡No te burles de mí!
- Je, no me burlo. Aquí está, no te preocupes por eso... - se la mostró, tan brillante como la había visto desde el principio - y, aunque no estuviera... no la necesitas... No necesitas probar nada.
- Mjm... lo sé, pero quería hacerlo - Hermione hizo un puchero de niña pequeña.
Draco le dirigió una mirada indefinida y se puso de pie. Le extendió la mano para ayudarla a hacerlo.
- Draco...
- ¿Sí?
- ¿Cómo aprendiste a hacer todos los hechizos de manera tan perfecta...? ... Ahora mismo sostienes tu varita hacia mí para hacerme un Obliviate... - Hermione tenía los ojos perdidos en el horizonte... se veía bastante sombría...
- Hermione...
- ¿Sí, Draco? Dime qué ocurre, por favor... No me digas que de repente aprendiste a hacer todo...
Draco miró el suelo unos instantes y luego negó suavemente.
- Yo... yo... yo ya sabía todo eso, Hermione...
- ¿Entonces?... ¿Entonces para qué necesitas una asesora? ¿Para qué me hiciste venir, Draco?
- Este... yo...
Draco dudaba... ¿por qué dudaba...?
- Entiendo, Draco... ¿sabes? Mañana me voy... y está bien...
Hermione se puso de pie sola y caminó a paso rápido...
Malfoy la miró alejarse.
"¿Por qué no se lo dijiste, Malfoy? ¡¿Por qué es tan díficil para ti?!"
A pesar de que era verano... Draco sintió un viento helado jugando con su cabello, burlándose de su indesición.
Y con mucha razón...
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Harry, Ron y Sirius vieron como Remus sacaba una pequeña cajita de su cuarto.
La trataba con mucha delicadeza.
Harry supuso que se trataba de algo sumamente peligroso como para que Remus lo manejara con tanto cuidado, aunque era una caja tan pequeña que realmente lo empezaba a dudar... pero ya había visto tantas cosas en el mundo de los magos que ya nada lo sorprendería.
Qué equivocado estaba.
Remus abrió la cajita... adentro había una pequeña rosa... un prendedor con forma de rosa.
Los otros tres lo miraron asombrados... e incrédulos.
- ¡¡LUNÁTICO ¬¬'!!
- Mande, Canuto n_n.
- ¡¿Esa es tu gran arma secreta T__T?!
- Es... - Remus sonrió meláncolico - un prendedor de rosa.
- Ehh... ¿y qué haremos con él? ñ_ñ' - preguntó Harry, temeroso de que Sirius en cualquier rato fuera a tratar de estrangular a Remus, otra vez...
- Pongan esta pequeña rosa en el cuarto de Malfoy... y esta "gran arma secreta" hará el resto...
- ¿En serio? ¡¿Y qué le hará?! - preguntó Ron, ansioso - ¿Salvará a Hermione?
- Estoy seguro de ello.
De nuevo, Remus dejó mostrar una sonrisa mística....
Continuará ====
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Buuuaaaaa!!!! Perdón por el enorme retraso X_X Pero estoy muy ocupada (estoy, mañana tengo examen de Herbo... ¡digo! Botánica, pero, tenía que acabar ya ¬¬). Lo siento a todas las personas que están en mi msn... ¡No me he podido conectar ._.! He estado muy, pero muy ocupada, exámenes finales ... Lo siento, SoraIshida... (o como te pongas ahora, querida ñ_ñ' la verdad estoy bien perdida :P). Oh, a la chica que recuerdo que me dijo que no le gustaba mucho el Draco x Hermione y que por mi fic le gustaba más o menos, ¡gracias! Eso es un gran honor ñ_ñ', espero que este capítulo haya sido de su agrado n_n, el próximo es el final y ya se aclara TODO... (espero poder meter a Severus por ahí, ay, es que me encanta ^^UU) Ah, por cierto, saludos a mi querida Anairb Black, que... leyó mi fic, qué pena ^^- ... y a mi Sheccid-kun, quien es el único que ha tenido que soportar todo lo que este fic conlleva (gracias... qué cosas... ñ_ñ)
Hasta el próximo capítulo, espero subirlo antes de vacaciones ñ_ñ', nos vemos ^^U.
Ah, y quiero comentar esto también... ¿que fabuloso-súper-fántastico-nadie-lo-puede-superar-porque-es-muy-inteligente-perfecto-y-guapo-además-Draco no es un mal alumno? Ja, ja, ja... ¡no puedo creer que también hayan caído XD! Así notamos que, en efecto, todo lo que dicen de Draco es cierto n_n.
Atte: Kini-chan
PD: Por algo se llama igual que mi maestro :P
Harry Potter no me pertenece, es de la genial escritora J. K. Rowling, (ya quisiera yo escribir así ._.') y de cualquier otro que haya comprado parte de los derechos (creo que la Warner, pero no sé ñ_ñ).
EL PRENDEDOR DE ROSA
8.- La serpiente y la rosa
Draco y Hermione entraron en la casa del primero, nunca la había dejado de asombrar como los Malfoy vivían con tanta riqueza mientras la mayoría de las personas no tenían nada. Pero eso no era importante ahora... ahora lo único que quería era descifrar la mente de Draco, de la persona que caminaba junto a ella y que tímidamente pero con firmeza sujetaba su mano.
"¿Qué está mal, Draco?...".
Lucía tan nervioso... ¿por qué no se concentraba en las clases? ¿por qué no entendía nada de lo que ella trataba de explicarle?... ¿O era ella el problema?
La muchacha bajó la mirada, todavía pensando, reflexionando todo lo que había vivido en estas casi dos semanas... pronto se tendría que ir, pronto se iría... Al menos vería a sus padres, a Ron... a Harry... Iría con Krum, sí, a visitar a Krum como lo tenía previsto... eso haría, todavía quedaban vacaciones...
- ¿Hermione?
No respondió... nada...
El chico soltó su mano, no se había dando cuenta de que la había tomado de la mano... fue un gesto tan natural, sólo, quiso hacerlo.
Pero ahora ya no estaba seguro, porque ella ya no estaba segura. Lo sabía, Hermione no estaba segura en su casa. No lo estaba.
- Draco...
- Sí, dime.
- ¿No te enseño bien?
La observó unos instantes.
- Hermione, mira... la verdad es que yo...
- ¡Draco Malfoy!
Ambos se separaron al escuchar la voz tan grave que venía desde el fondo de la habitación.
Lucius Malfoy los veía con un gesto totalmente desaprobatorio, Hermione sintió enormes escalofríos... no hacía más que ver a Draco, quien estaba tan asustado como ella... ¿razones?
- Draco Malfoy, explícame lo que estás haciendo con esa sangre su...
- ¡Ella es mi asesora! Mi... maestra....
El señor Malfoy frunció el ceño.
- ¿Maestra? ... ¿Necesitas asesoramientos, Draco?
¿No lo sabía? ¿¡Cómo su padre no lo sabía!? ¡Si la vió ahí cuando llegó!
- Así es, Hermione es mi asesora.
Lo retaba con la mirada, el hijo retaba al padre con la mirada... por ella, todo era demasiado increíble... y terrorífico, sin duda...
De nuevo esos ojos llenos de desprecio, Hermione ahogó un gemido de dolor al ver a Draco apretar sus puños con fuerza.
- ¿Hermione? ¿Se llama Hermione la pequeña san...?
- Sí, ese es su nombre y ya basta, no te permito que le faltes el respeto...
Ella no decía nada, no podía. Estaba aterrada, inmóvil... pero nunca había visto a Draco tan enojado... ¿qué significaba todo esto...?
- ¡Draco!
Los tres voltearon, sin poder evitarlo.
Era Narcisa Malfoy, quien entraba en escena sin ser invitada.
Le dirigió una mirada a Hermione. Indefinida. Pero la chica no se sintió incómoda con ella...
- Draco, quiero que me ayudes con algo, vamos hijo - dijo la señora Malfoy.
- ¡Pero madre!
Draco la observó fijamente... luego vió a Hermione... a su Hermione. No estaba segura aquí, no lo estaba... Tal vez era mejor... sólo... dejarla ir...
- Sí, mamá.
El muchacho caminó en silencio al lado de su madre, mientras Hermione no le quitaba los ojos de encima, no podía evitar que sus ojos se empezaran a llenar de pequeñas lágrimas al no entender el por qué de esta angustia en Draco...
- Dime, niñita...
Hermione se volvió hacia el señor Malfoy, procurando antes limpiar su rostro con la manga de su camisa.
- ... ¿De verdad te consideras digna de entrar en esta familia...? ¿de estar con Draco?
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- Oh, vamos, Draco, no le ocurrirá nada.
- ¿Nada? ¡¡Madre!! Mi padre no se detendrá ante nada para...
- ¿Probarla? Ella lo hará bien, si es la indicada, claro...
Narcisa tomó un sorbo de su té e invitó a su hijo a sentarse, pero él declinó la invitación, poniéndose a dar vueltas en círculos...
- No deberías de dudar tanto de la capacidad de la chica a la cual escogiste, Draco - dijo Narcisa, como si tal cosa.
- No se trata de eso - suspiró Draco y sonrió un poco - ella tiene mucho potencial...
- ¿Entonces?
- Gracias por dejarme cargar sus maletas...
Narcisa parpadeó, luego sonrió levemente...
- ¿De verdad pensaste que ese sería tu único acercamiento con ella?
Draco negó suavemente con la cabeza.
- No puedo creer que tú me ayudes con esto...
- No sólo soy yo, también tu C.B. ...
- Sí, mi "C.B." - Draco se pasó un mechón de su cabello hacia atrás - Me ha ayudado bastante, demasiado, él ha montado todo y... tampoco puedo creer que me esté ayudando...
- Je, así es él, supongo - suspiró Narcisa, para tomar otro sorbo de su té.
- Sí...
Un silencio, bastante largo...
- Nada me impide a ayudarla, ¿no?
Sonrisa.
- Claro que no, ella es tu elección, y tú puedes hacer lo que sea para retenerla... Lucha por ella.
Asistir. Haría lo que fuera, lo que fuera por ella. Incluso retar a su propio padre.
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- Me considero apta para... estar con Draco, señor - Hermione lo miró, desafiante.
Él, para extrañeza de la chica, sonrió.
- Entonces, harás la prueba de la serpiente...
- ¿La serpiente...?
El señor Malfoy dijo algunas palabras que Hermione no alcanzó a escuchar, pero al instante frente a ella se mostraron algunas imágenes. Reconoció que eran de la misma mansión de los Malfoy, pero no se había percatado de lo laberíntico que podía ser.
- ¿Ves ahí?
Hermione agudizó la vista.
Justo arriba de la torre más alta que se encontraba un resplandor extraño. Era una espada, o así le pareció.
- Esa es la espada de la serpiente... es sólo una pequeña prueba... ¿te consideras capaz de alcanzarla y traerla hacia acá? Todo está lleno de retos, probarás tu condición como bruja, niña.
La chica frunció el ceño y observó detenidamente la espada verde plateado de la imagen que le era mostrada.
- Claro que estoy segura de poder traerla.
Lucius Malfoy sonrió con malicia.
- ¿De verdad planeas entrar en la familia Malfoy, no es así, pequeña?
- Esto es por mi honor... - dijo ella, en voz alta, pero su corazón murmuraba otra cosa... lo haría por Draco. Por Draco Malfoy.
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Levantó la cabeza y se cubrió levemente los ojos. La luz del Sol la lastimaba después de todo el tiempo que estuvo en la mansión oscura y húmeda de los Malfoy.
La mazmorra era altísima, pero sabía que en la punta, en la habitación final estaba la espada que tenía que traer frente a Lucius Malfoy para... probarse...
No sabía por qué demonios lo estaba haciendo, o, más bien, lo sabía a la perfección y eso la ponía totalmente nerviosa... pero a la vez le daba el valor que necesitaba para seguir.
Entró al edificio, no estaba lejos de la mansión, pero, sin embargo estaba separada, aunque de inmediato se notaba que pertenecía a los Malfoy, ya que lo primero que Hermione se encontró fue una puerta adornada con unas serpientes doradas, siguiendo las paredes el mismo patrón.
- Hasta ahora... no está tan mal... digo... se parece a todo lo que hay en la casa de Draco... - sonrió nerviosamente la chica, aunque luego un grito se formuló en su garganta.
Era un dragón... pero, no, espera... es un dragón de piedra... bastante real, por cierto...
- Ufff.... ¿cómo demonios se le ocurre a esta familia tener adornos así? Y con tan escasa luz... ¡ah! Es cierto... ¡Lumos!
Hermione encendió su varita, después de todo, nunca se le prohibió usar la magia, después de todo.
Caminó de nuevo, al menos ya no está tan oscuro.
- ¿Dónde están Draco y su mapa cuando los necesitas? - suspiró Hermione.
Al ver las escaleras se supuso que por ahí tenía que ser... ¿era hacia arriba, no?
Empezó a subir las escaleras, sorprendida de que fuera en realidad tan sencillo. Llegó hasta una puerta negra. Sonrió. Tras esa puerta estaba la espada. La espada que le otorgaría "el permiso oficial" de estar con Draco.
... De estar con Draco...
Abrió la puerta lentamente, la cual hizo un crujido, obviamente, no había sido abierta en mucho tiempo.
Ahí estaba, tan luminosa, con brillos en verde y en dorado, por aquí y por allá. Hermione estaba embelasada, no podía dejar de ver tal obra de arte. Como tal... pertenecía a la familia Malfoy.
Se acercó, despacio. Rozó con sus dedos el arma, aún sorprendida por su belleza. Esta prueba la dejaría estar con Draco... con el permiso del padre de éste. Ya no molestaría.
La tomó.
Pero...
- ¡¿Qué pasa?!
No todo podía ser tan sencillo...
Un temblor gigantesco se disperzó por todo el lugar. Granger se aferró a la hermosa espada y vió hacia afuera de la torre. Lo que vió no la tranquilizó para nada...
- No es posible...
Sí, el dragón de piedra estaba ahí, pero ahora no era precisamente de piedra...
Hermione gritó cuando el dragón lanzó un rugido al verla.
- No pude ser, no puede ser... ¡solamente a los Malfoy se les ocurre tener como mascota a un dragón! - gritó desesperada, tratando de encontrar coherencia en el hecho... o al menos un hechizo que la ayudara a salir de ahí.
De nuevo, gritó.
El dragón se asomaba por la ventana y estaba a punto de romperla con su gran fuerza.
"Huye, huye, huye..." pensaba ella, pero seguía abrazando la espada como si su vida dependiera de ello.
Finalmente, el dragón rompió la ventana y trataba de alcanzar a Hermione.
Ella cerró los ojos.
"O sea que así acaba... Rayos... Ni siquiera pude graduarme..."
Pero...
Sólo sintió como alguien la tomaba por la cintura y se elevaba rápidamente en el cielo.
Muy apenas logró levantar la vista cuando su rostro se encontró con otro que lo miraba dulcemente.
- ¿Estás bien?
- Draco...
Él le sonrió. Hermione no se lo podía creer... esta vez sí tenía que ser un sueño. Pero el revoloteo apresurado del dragón le hizo entender que no era un sueño.
Que Draco realmente la había salvado de morir y que ahora estaba en el regazo de su querido Malfoy... volando sobre la escoba de éste.
- Esto es algo que sí sabes hacer muy bien, ¿no? - dijo Hermione, tratando de tranquilizarse, pero Draco no contestó, sólo la acercó más a él y se aferró a la escoba. No la dejaría ir, por nada del mundo.
Granger observó el gesto preocupado de Draco... ¿era por el dragón que los venía persiguiendo, no?
- ¿Algo te preocupa?
- Hermione... yo...
- ¡¡Ahh!! ¡¡Cuídado con esa pared!!
Draco subió la mirada apenas. Y casi sin pensarlo...
- ¡¡Diffindo!!
La pared se dividió en dos, déjandoles pasar hacia el otro lado sin problemas mientras seguían huyendo del dragón. Hermione se quedó sin habla.
- Pero, Draco... ¿cómo aprendiste a usar esa magia...? Si tú no...
Malfoy no dijo nada. Apretó su varita fuertemente. Tenía que concentrarse en la huída, en defender a Hermione... a su príncesa, después vendrían todas las explicaciones...
- Draco, Draco... ¡mira! ¡¡Draco!!
El majestuoso dragón estaba justo frente a ellos. Hermione gritó y se aferró con fuerza al cuello de Draco. Pero la bestia aleteó con fuerza, separándolos a ambos.
- ¡Draco! - Hermione cayó de la escoba.
- ¡Hermione, no!
La chica traía aún la espada... la espada de la serpiente... la espada de los Malfoy. Abrió los ojos.
- ¡Draco! ¡Convoca la espada!
El muchacho asistió.
- ¡¡Accio!!
La espada se elevó rápidamente de las amorosas manos de Hermione, quien sonreía. Se posó en las manos de Draco, quién, tomándola rápidamente, se enfrentó al dragón. No lo dudó un instante y enterró la brillante espada en el corazón del dragón.
Hermione seguía sonriendo.
"Sí, lo logramos... los dos, juntos..."
Sentía que seguía cayendo... pero lejos de tener miedo, se sentía profundamente bien...
Pero, luego sintió unos fuertes brazos alrededor de su cuerpo. Una gran cálidez. De nuevo, abrió los ojos.
- Draco...
- Está bien, Hermione, todo está bien - Draco le sonrió... ya le había sonreído varias veces en ese día, esto estaba muy raro...
- ¿Y el dragón?
- Allá.
Granger vió la estatua. Era sólo eso, una estatua.
- ¡¡Ah!! - gritó ella de pronto.
- ¡¿Qué?! ¿Qué pasa? ¿Por qué gritas otra vez?
- ¡¡La espada!! ¡¡La espada!! ¡¿No me digas que la perdí?! ¡¡No puede ser!!
Draco rió suavemente al ver la desesperación de Hermione.
- ¡Oye! ¡No te burles de mí!
- Je, no me burlo. Aquí está, no te preocupes por eso... - se la mostró, tan brillante como la había visto desde el principio - y, aunque no estuviera... no la necesitas... No necesitas probar nada.
- Mjm... lo sé, pero quería hacerlo - Hermione hizo un puchero de niña pequeña.
Draco le dirigió una mirada indefinida y se puso de pie. Le extendió la mano para ayudarla a hacerlo.
- Draco...
- ¿Sí?
- ¿Cómo aprendiste a hacer todos los hechizos de manera tan perfecta...? ... Ahora mismo sostienes tu varita hacia mí para hacerme un Obliviate... - Hermione tenía los ojos perdidos en el horizonte... se veía bastante sombría...
- Hermione...
- ¿Sí, Draco? Dime qué ocurre, por favor... No me digas que de repente aprendiste a hacer todo...
Draco miró el suelo unos instantes y luego negó suavemente.
- Yo... yo... yo ya sabía todo eso, Hermione...
- ¿Entonces?... ¿Entonces para qué necesitas una asesora? ¿Para qué me hiciste venir, Draco?
- Este... yo...
Draco dudaba... ¿por qué dudaba...?
- Entiendo, Draco... ¿sabes? Mañana me voy... y está bien...
Hermione se puso de pie sola y caminó a paso rápido...
Malfoy la miró alejarse.
"¿Por qué no se lo dijiste, Malfoy? ¡¿Por qué es tan díficil para ti?!"
A pesar de que era verano... Draco sintió un viento helado jugando con su cabello, burlándose de su indesición.
Y con mucha razón...
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Harry, Ron y Sirius vieron como Remus sacaba una pequeña cajita de su cuarto.
La trataba con mucha delicadeza.
Harry supuso que se trataba de algo sumamente peligroso como para que Remus lo manejara con tanto cuidado, aunque era una caja tan pequeña que realmente lo empezaba a dudar... pero ya había visto tantas cosas en el mundo de los magos que ya nada lo sorprendería.
Qué equivocado estaba.
Remus abrió la cajita... adentro había una pequeña rosa... un prendedor con forma de rosa.
Los otros tres lo miraron asombrados... e incrédulos.
- ¡¡LUNÁTICO ¬¬'!!
- Mande, Canuto n_n.
- ¡¿Esa es tu gran arma secreta T__T?!
- Es... - Remus sonrió meláncolico - un prendedor de rosa.
- Ehh... ¿y qué haremos con él? ñ_ñ' - preguntó Harry, temeroso de que Sirius en cualquier rato fuera a tratar de estrangular a Remus, otra vez...
- Pongan esta pequeña rosa en el cuarto de Malfoy... y esta "gran arma secreta" hará el resto...
- ¿En serio? ¡¿Y qué le hará?! - preguntó Ron, ansioso - ¿Salvará a Hermione?
- Estoy seguro de ello.
De nuevo, Remus dejó mostrar una sonrisa mística....
Continuará ====
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Buuuaaaaa!!!! Perdón por el enorme retraso X_X Pero estoy muy ocupada (estoy, mañana tengo examen de Herbo... ¡digo! Botánica, pero, tenía que acabar ya ¬¬). Lo siento a todas las personas que están en mi msn... ¡No me he podido conectar ._.! He estado muy, pero muy ocupada, exámenes finales ... Lo siento, SoraIshida... (o como te pongas ahora, querida ñ_ñ' la verdad estoy bien perdida :P). Oh, a la chica que recuerdo que me dijo que no le gustaba mucho el Draco x Hermione y que por mi fic le gustaba más o menos, ¡gracias! Eso es un gran honor ñ_ñ', espero que este capítulo haya sido de su agrado n_n, el próximo es el final y ya se aclara TODO... (espero poder meter a Severus por ahí, ay, es que me encanta ^^UU) Ah, por cierto, saludos a mi querida Anairb Black, que... leyó mi fic, qué pena ^^- ... y a mi Sheccid-kun, quien es el único que ha tenido que soportar todo lo que este fic conlleva (gracias... qué cosas... ñ_ñ)
Hasta el próximo capítulo, espero subirlo antes de vacaciones ñ_ñ', nos vemos ^^U.
