Cap. # 3. ¿Miedo?

...nunca creí que se transformara en Draco Malfoy. Todos me miraban con creciente curiosidad y Draco Malfoy mostraba una enorme sonrisa en su cara. Yo me empecé a poner nerviosa. La gente intentaba reprimir la risa hasta que Draco y Pansy estallaron en carcajadas y sucesivamente toda la clase empezó a reírse. Quería morirme allí mismo. Corrí y salí al pasillo dando un portazo. Me senté en la escalera y dos lágrimas resbalaron por mis mejillas. Pero le siguieron dos más, dos más y dos más... Había echo el ridículo. Hermione Granger, la perfecta, humillada. Todavía se oían con fuerza las risas. ¿O sería solo en mi cabeza?

La puerta se abrió y estaba apunto de lanzarme a los brazos de Harry cuando salió Draco sonriendo todavía. El odio hacia hervir la sangre de mis venas.

- ¿Así te doy miedo, eh? ¿Granger?- dijo con voz burlona-. Me encanta provocarte ese sentimiento - me susurró al oído.

Le miré con odio intenso. Cuando vio que estaba llorando sus ojos perdieron su frialdad por un momento. Pero no me importó porque yo estaba demasiado enfadada para darme cuenta. Y estallé:

- Malfoy, no se porque eres lo que más miedo me da porque el único sentimiento que eres capaz de provocarme es asco. Eres la persona más repugnante que he conocido jamás – y entonces me acordé de la nota que había recibido, lo que me puso mucho más furiosa.- Cuando un día te des cuenta de que estás complemente solo, te arrepentirás de todo el daño que hiciste. Te levantarás una mañana siendo un asqueroso mortífago sin poder decidir sobre tu vida, solo guiado por las órdenes de tu padre- y me callé.

Había dado en el blanco. En su cara se reflejaba que había dicho la verdad. Pero no me importaba porque quería que se sintiese como yo me había sentido todos estos años. Me levanté y me dirigí a la sala común. Draco Malfoy seguía allí sentado.

Aquella misma noche, no podía dejar de pensar en Malfoy y era incapaz de conciliar el sueño. Había dado mil vueltas en la cama sin poder dormir. Me levanté y bajé por las escaleras hasta la sala común. Parecía que Harry también sufría insomnio porque estaba sentado en un sillón junto al fuego.

- Harry, ¿qué haces aquí?- le pregunte mientras me sentaba en el sillón continuo.

- Lo mismo podría preguntarte yo a tí- respondió, haciendo notar su enfado.

- No podía dormir- dije.

- Oye, Hermione, ¿tú estás segura de que sientes algo por mí?

- ¿No lo dirás por lo de hoy?- dije sorprendida.

- Llevamos un día saliendo y has pasado más tiempo con Draco que conmigo.

- Oh, Harry- le dije, aunque tenía razón.

Me levanté y le hice que se levantara. Lo miré, lo abracé y le susurre´ "Te quiero". Pero en mi mente todavía estaba Draco Malfoy.

A la mañana siguiente, bajábamos Harry y yo por las escaleras en actitud cariñosa. Cuando nos dirigíamos al Gran Comedor, Pansy Parkison pasó por nuestro lado haciéndose notar con un fuerte codazo.

-¡Buscaos un motel, pareja!- gritó-. Dais asco.

Harry y yo reaccionamos de la misma manera: pasando de ella. Entonces recordé que debía ir a la biblioteca.

- Cariño, voy a la biblioteca- le dije a Harry-. Nos vemos después del almuerzo.- Le dí un beso y él me guiñó un ojo.

Al llegar a la biblioteca no había nadie, como de costumbre.

- Hola, señora Pince- dije cordialmente.

- Ah, hola Hermione- dijo mientras revolvía nerviosa unos pergaminos- ¿Tan pronto aquí?

- Si, debo hacer una redacción para el profesor Binns sobre Grindelwald.- y me alejé perdiéndome en aquel montón de libros.

Me encantaba sentir la sensación de que aquellos libros intentaban decirme tantas cosas... Mi oído capto unos murmullos provenientes del siguiente pasillo.

- Nadie lo ha visto desde ayer después de Defensa Contra las Artes Oscuras - era la voz de Pansy.

- Estoy preocupado- y reconocí la voz de Zeke Malfoy.- No sé dónde esta ni sí esta bien.

- Esta tarde vamos a buscarlo por todo Hogwarts - dijo Pansy.

- Espero que mi hermano sepa cuidarse bien. –dijo Zeke-. Gracias por todo, Pansy.

Al escuchar pasos me escondí tras un tomo de "Historia de la Magia, el libro más gordo del mundo mágico". Zeke pasó de largo sin advertir mi presencia.

"¿Dónde estará Malfoy? ¿Es que estas preocupada, Hermione?- pensé-. No, dios mío. ¿Yo preocupada por ese imbécil?""

Me puse a hacer la redacción intentando apartar a Draco de mi cabeza. Pero fui incapaz y me levante de golpe, arrastrando la silla con un ruido tremendo. Debía encontrar a Draco Malfoy.

Ni siquiera sabia por donde empezar a buscar. Pero si no lo habían encontrado es que no estaba en el castillo. Así que abrí las pesadas puertas y salí fuera. El frío me despejo la cabeza y me abrigue bien. Empece a andar bordeando el lago y mirando al suelo fijamente.

"Esto es una locura, Hermione. ¿A ti que te importa lo que le pase a Malfoy? Además, si lo encuentras, seguro que no se alegra de verte."

Fue entonces cuando vi a un muchacho de pelo platinado tumbado sobre la hierba. Cerré los ojos, respiré profundamente y eche a andar hacia él.