Cap.# 4 "A los Malfoy también nos duele"
Andé intentando no hacer ruido. Cuando lo ví allí tumbado con los ojos cerrados y contemplé sus rasgos, finos y marcados, sentí algo que nunca había sentido. Aunque en aquél momento no supe lo que era. Me senté a su lado y miré el paisaje. Él abrió los ojos y me miró pero no dijo nada. Yo hablé:
- Tienes la orden de busqueda y captura. No me ira mal una recompensa- dije sin mirarlo.
- Eres la ultima persona que quiero ver, Granger. – dijo casi sin ningun tipo de tono en la voz.
- Ya me lo imaginaba- y entonces lo miré. Él tambien me miraba.
- ¿Entonces para que has venido?- dijo sin dejar de mirarme.
- Sentia curiosidad por saber que ha hecho que Draco Malfoy desaparezca.- dije apartando la vista.
No podría haber seguido mirando aquellos ojos tan increíblemente hermosos.
- A los Malfoy, la verdad también nos duele- dijo después de unos segundos.
- Yo creí que a ti nada te hacía daño – dije -. Llegué a pensar que no tenias sentimientos.
- No soy de piedra.
- Los demás tampoco, Malfoy – le dije.
Nos miramos fijamente. Me hubiera gustado detener el tiempo en ese instante y perderme para siempre en su mirada.
- Y antes de que tu hermano avise a las autoridades mágicas para que rastreen Hogwarts, será mejor que vuelvas-. Dije y me levanté.
Eché a andar y luego oí como Draco se aproximaba corriendo. Sentí como me agarraba el brazo para que me detuviera. Me giré y me preguntó:
- ¿Porque lo has hecho?
- ¿El qué?- dije yo.
- Creí que me odiabas- dijo mirándome de forma que creí fundirme...
- Y te odio – dije, ya que no estaba dispuesta a reconocer que eso estaba cambiando-. Considéralo un gesto...de compasión.
- Compasión...umm...debo experimentar ese sentimiento- dijo Draco y sonrió de forma muy sexy.
Parecía conocer mis pensamientos.
- Vamos, anda – dije sonriendo.
Entramos en el castillo todavía sonriendo, quizá por el sentimiento mutuo de haber conocido una faceta del otro por ahora desconocida.
- Bueno, creo que debo volver a la sala común- dije, encaminándome hacia la torre Gryffindor.
- Granger – llamó. Me dí la vuelta - Gracias – sonrió y se giró hacía las mazmorras.
Cuando Draco llegó a las mazmorras, todos los Slytherin estaban allí. Pansy fue la primera en acercarse y preguntarle donde había estado. Pero lo único que Draco quería era descansar y pensar... pero parecía que no iba a ser posible porque entonces apareció Zeke.
Draco resopló. Sabía la que se le venía encima. Su hermano lo agarró por el brazo y lo arrastró fuera de la Sala Común.
- ¡¿Se puede saber dónde te habías metido?!- le gritó-. Estábamos preocupados por ti.
- Sólo necesitaba tiempo para pensar – dijo mirando al suelo.
- ¿Y para eso tenías que salir del castillo?
- Si- dijo- ...Además...Granger me encontró.
- ¡¿Qué?!- gritó Zeke-. No hagas tonterías , Draco, o echarás a perder el plan. Recuerdas el plan, ¿no?
- Si- dijo Draco-. Si cae uno, caen todos los "sangre sucia"
- Exacto. Será mejor que no le digas nada a papá, ¿vale?
- Si- repitió.
Zeke lo miró y de repente abrió los brazos y lo abrazó. Draco se sorprendió porque, aunque quería mucho a Zeke, nunca le había dado una muestra de cariño. No sería propio de un Malfoy.
-Dra, - le dijo al oído. Dra era un apodo cariñoso que usaba para llamarlo cuando era pequeño - me alegro de que estés bien. No se que hubiera hecho si te hubiera pasado algo.
Y así, abrazados se quedaron un largo rato.
Llegué a la sala común deseando estar sola para pensar. Pero también fue imposible. Ron me esperaba.
- Mione, ¿puedo hablar contigo?- dijo seriamente.
- Claro. ¿Qué ocurre?- dije preocupada.
- ¿Hay algo que quieras decirme , Hermione?
- ¿A que viene esto?
- Lavender vino a decirle a Harry que te había visto con Malfoy en los jardines cuando se suponía que estabas en la biblioteca- dijo, obligandome a confesar.
- Maldita Lavender... - dije desplomándome en el sillon.
- Cuéntamelo, Mione - dijo Ron-. Somos amigos.
- Es complicado, Ron. Es... muy confuso.
Ron se acercó y me abrazó.
- Malfoy siempre ha sido un idiota - dijo el pelirrojo - No deberías olvidar eso.
Entonces vi a Harry al pie de la escalera del dormitorio de chicos. Su expresión reflejaba tristeza, y decepción. Me separé de Ron ignorando a Harry y fui a mi dormitorio. Solo quería tranquilidad.
Las clases de esa tarde fueron igual que siempre. Quizá el único cambio fue que Harry había decidido ignorarme. No estaba enfadado sino muy dolido. Íbamos a la clase Pociones los tres en silencio, sin pronunciar palabra.
- Oh, que ganas de ver al profesor Nápia- dijo Ron sarcástico.
- Seguro que perdemos al menos 20 puntos - dijo Harry.
Entramos en la clase, y Ron y Harry se sentaron al final. Yo me senté sola deseando que Snape y todos los demás pasaran de mí. Ser invisible por un rato.
- Hoy prepararemos la poción de Melt. Para ello os pondréis en parejas. Que hago yo por supuesto.
Rezé para que no me pusiera con Malfoy. Pero no sirvió de nada.
- Malfoy, Granger ; Potter, Bullstrode, Weasley, Parkinson; ...
Me senté al lado de Malfoy sin mirarlo ni decir nada. Me sentía culpable por sentir algo por él y haberle hecho daño a Harry. Y todo por haber ido a buscarlo.
- Granger, ¿no piensas hacer nada?- dijo.
- Esto...si, estaba...despistada – dije.
Y empecé a cortar los ingredientes. Draco se comportaba como siempre. Con desprecio. Lo cuál demostraba que para él nada había cambiado. Que idiota era, pensar por un momento que Draco Malfoy podía ser amable conmigo.
Salimos de pociones con 15 puntos menos para Gryffindor y la moral por los suelos. No tenia ganas de aguantar las miradas de Harry ni los intentos por solucionarlo de Ron, así que decidí dar una vuelta por el castillo. Tenía la desagradable sensación de que alguien me seguía. Doble una esquina y de repente alguien me tapó la boca y me arrastró...
