Cap.#5 "Un lo siento y tres palabras "
Estaba por ponerme a gritar y a patalear como una loca, cuando un chico rubio puso un dedo sobre los labios indicándome que me callara. Me soltó despacio sin quitar el dedo de sus labios.
-¡Malfoy!¿Se puede saber que haces?!- dije en voz baja.
- Tenía que hablar contigo- dijo Draco y me cogió del brazo haciéndome entrar en una clase vacía.
– Aquí no creo que nos oigan- dijo una vez dentro.
- ¿Que nos oiga quién?¿Que pasa Malfoy?- dije aturdida-. Malfoy estoy empezando a cabrearme.
- ¿De verdad?- dijo Malfoy y sonrió de manera seductora-. Me alegro...cuando te enfadas estás muy sexy...
Yo levanté las cejas incrédula. Draco sonreía abiertamente. El muy idiota disfrutaba provocándome.
- Pues yo no creo que tú estés muy sexy con un ojo morado así que empieza a hablar – dije intentando reprimir la risa.
- Bueno, verás...- volvió de nuevo a su expresión fría y calculadora-. Granger, yo solo quiero advertirte de que algo malo está ocurriendo, que tengas cuidado.
- ¿Tú quieres advertirme?- pregunté.
- Si. Corres peligro – dijo bastante nervioso.
- Creí que tú mismo me matarías cuando llegase la ocasión – repliqué con furia.
- Oh, Granger, no seas estúpida – comenzó a caminar por toda la sala. – Yo...nunca...no sabes de lo que hablas...
- ¿Qué no se de lo que hablo?- dije enfadada - Después de los cinco años que llevo en Hogwarts, y de todos los desprecios por tu parte que he tenido que soportar, ¿te parece que no se de lo que hablo?- dije.
- Tú no lo entiendes, ¿vale? – dijo -. No sé para que he intentado hablar contigo.
- ¿Ahora intentas echarme la culpa a mi? – dije yo.
- Eres tú la que se ha puesto a la defensiva. Te debía una y venía en son de paz. Estaba dispuesto a olvidar antiguas discusiones...
- ¡¿Antiguas discusiones?! – grité- .¡¿Con eso te refieres a todos los insultos que me has dirigido?¿A las miles de veces que me has llamado "Asquerosa sangre sucia"?¡Si parecía que era lo único que sabías decir!
- ¿Y qué esperas? ¿Que te diga que lo siento? No es para tanto.
- Claro... - murmuré sin poder reprimir ya las lágrimas -. Eres...- dije intentando dejar de llorar y me enfadé al no conseguirlo porque era ya la segunda vez que demostraba mi debilidad ante Malfoy. Me senté en una silla, apoyé los codos en la mesa y enterré la cabeza. No podía dejar de llorar-. Vete de aquí, Malfoy – mi voz sonó apagada -. Déjame sola.
Lo miré para que se marchara y él seguía mirándome fijamente. Se me acercó y me acarició la mejilla. Sus ojos parecían intentar ver más allá de los míos.
- Hermione... - dijo y estiró de mi mano para levantarme. Suspiró - Lo siento.
Me bastó rozar su mejilla para saber que sentía por él algo que nunca había sentido. Le besé con ternura. Él me besó de la misma manera pero luego me agarró por la cintura y me atrajo más hacía él. Comenzamos a besarnos con pasión. Igual que el que nunca ha besado. Y en cualquier caso, yo lo sentí como si fuera el primero.
Pero sólo cuatro palabras me bastaron para reaccionar: Slytherin, mortífago y sangre limpia y la impresión de que debía ser un sueño. Lo separé de mí bruscamente.
- Draco...esto es absurdo... - dije -.
- Lo sé – dijo mirando al suelo-.
- Será mejor que...hagamos como si no hubiera pasado.
- Si, será lo mejor – dijo Draco-.
Lo miré reprochándole que estuviera de acuerdo conmigo. Tenía los brazos cruzados y intentaba mostrarse indiferente sin conseguirlo. Respiró hondo y salió de la clase dando un portazo.
Tocaba Herbología y, aunque faltaba todavía media hora, salí para ir al invernadero. Creí que me vendría bien un paseo, aunque mi día a día en Hogwarts cada vez empeoraba más. Andaba por los jardines, aunque casi sin saber por dónde.
- Hola, Srta. Granger -.
- Hola, Zeke – dije al verle andando a mi lado -. ¿Qué haces aquí?
- Bueno, no eres la única a la que le gusta desaparecer un rato- dijo con la mirada fija en el horizonte-.
- Claro... - dije tristemente -.
- ¿Te ocurre algo?- preguntó.
- No me apetece hablar de ello-.
- ¿Sabes? – dijo él-. Yo tenía una amiga incréible. Cuando me encontraba mal y no me apetecía hablar me daba la mano. Y sobraban las palabras porque yo sabía que ella estaba conmigo.
Entonces me cogió la mano. El simple roce de su piel erizó todos los pelos de mi piel. Era una sensación demasiado extraña...o quizá demasiadas emociones fuertes en un solo día. Lo miré. Era tan guapo...
Tenía que hablar con Harry. Aclarar las cosas. Había sido siempre mi mejor amigo y no quería perderlo. Aunque no suele haber vuelta atrás cuando besas a tu mejor amigo, almenos debía intentarlo. Zeke me acompañó hasta el invernadero.
- Gracias por el paseo, Hermione - se despidió.
Dos Malfoys. Justo lo que necesitaba.
Estaba en la sala común esperando a Harry. Después de cenar había desaparecido y ya llevaba un buen rato fuera. Cuando por fin apareció por el retrato, había desgastado el suelo de tanto dar vueltas.
- ¡Harry! Llevo un buen rato esperándote – dije acercándome.
- No tenías porque – dijo con resentimiento -.
- Oye Harry, tenemos que hablar de todo esto.
- Está bien. ¿De quién quieres hablar?¿Del Malfoy Profesor o el Malfoy Estudiante?
- ¿A que te refieres?- dije sorprendida.
- Bueno, Hermione, parece que no tienes bastante con Draco que también necesitas a Zeke.
- ¿Me espiabas?
- Hubiera preferido no verte... Te están tendiendo una trampa, Hermione... ¿es que no lo ves?
Le miré seriamente. Pero es que cabía la posibilidad de que tuviera razón. Entonces bajó Ron.
- ¿Se puede saber que hacéis despiertos a estas horas? ¿Una fiesta de pijamas?- dijo Ron soñoliento mientras se sentaba en un sofá.
- No... – dijo Harry - Intentaba hacerle ver a Hermione que los Malfoy tienen algún plan entre manos.
- Si... - dijo Ron -. Es verdad. Quieren robarte tu poción alisadora del pelo, Mione.
- ¿Para qué? – dijimos Harry y yo al unísono.
- ¿No has visto los pelos que lleva Lucius Malfoy?
Los tres rompimos a reír y tardamos un buen rato en parar porque Ron se estaba poniendo rojo como un tomate. Estuvo a punto de ahogarse.
- Bueno – dijo Ron-, vamonos a dormir porque yo estoy echo polvo. Fred y George me dieron un susto de muerte con...
- ¡¡¡¡AAAAAAAHHHHHHH!!!! – grité cuando una enorme telaraña con su correspondiente araña reina me calló en el hombro. Era tan real...
- A eso me refería – añadió el pelirrojo mientras Harry se reía a carcajadas.
- Ahora verás...- dije yo y le tiré la araña con tanta puntería que fue a parar directamente a su boca.
- Puag... que horror... tiene incluso pelos... - dijo con cara de asco.
- Buenas noches chicos – exclamé y subí al dormitorio sintiéndome algo más feliz. Lo de Harry podía solucionarse y con Draco...ya se me ocurriría algo.
