Cap #. 7 "Y el chico rubio no estaba"
La simple imagen de ver allí a Lucius y a Zeke, y el terror que por una fracción de segundo había aparecido en la cara de Draco, me estremeció. Sabía que los dos temíamos que hubieran escuchado algo.
- Draco, ¿qué demonios haces hablando con una sangre sucia? – dijo Lucius con cara de ira - En este lugar. ¿No te he enseñado nada? ¿Y no has aprendido nada de tu hermano?
Y se dio media vuelta haciendo volar su capa. Zeke suspiró, miró a Draco de una manera que nunca habia visto, luego a mi con indiferencia y se marchó también. Me temblaban las manos. Miré a Draco y dejé escapar un gemido de tristeza. Estaba más pálido de lo habitual y sus ojos reflejaban miedo. Sentí lástima por él e intenté hablar sin parecer estúpida.
- Draco, ¿estás bien?
- Mi padre... me va a matar- dijo con voz temblorosa.
- No creo que sea capaz de una cosa así – dije y él dejó escapar una pequeña sonrisa.
- Tú no lo conoces , Hermione - dijo apoyando la cabeza en una de sus manos.
- Draco, tú eres un persona inteligente y muy especial.
- ¿Y porque mi padre no es capaz de verlo? – dijo gritando, agarró la jarra con furia y lo estampó contra la ventana rompiendo la jarra y la ventana para acto seguido marcharse dejándome con la respiración agitada y muy asustada. Todos los clientes me miraban.
*
Salí de "Las 3 Escobas" todavía pidiendo disculpas a Rosmerta por lo ocurrido.
Fuí a buscar a Ron y a Harry y me los encontré en la tienda de chucherías.
- Hola chicos – les dije por la espalda y los dos pegaron un bote.
- ¡Hermione!¡Que ale...!¿Que pasa? – dijo Ron al ver que yo no sonreía.
Les conté lo que acababa de pasar aunque pasando por alto algunos pasajes de la historia.
- Lo sabía – dijo Harry con cara de dictador – Te lo dije.
- Gracias Harry, por tu incondicional apoyo – dijo Ron
- La cuestión es que parecía muy asustado y yo no se si Lucius Malfoy es capaz de algo así – dije yo pensando en la cara que Malfoy padre habia puesto.
- Bueno, mejor para nosotros – dijo Harry y Ron y yo le miramos - Era una broma. Pero nosotros no podremos hacer nada hasta que pase algo.
*
Nadie creía que Lucius fuera capaz de hacerle daño a Draco pero tampoco nadie descartaba una remota posibilidad, lo cual no era de mucha ayuda. A la mañana siguiente me desperté con un terrible dolor de cabeza y apenas había dormido a causa de una horrible pesadilla en la que Harry, Ron y yo encontrábamos a Draco al borde de la muerte en el Bosque Prohibido. Me levanté quizá demasiado pronto porque era domingo. Me miré en el espejo y verdaderamente estaba horrible. Me peiné y bajé a la Sala Común.
Examiné la Sala y observé con una sonrisa que los gemelos habían tenido su fiesta particular anoche. El suelo estaba lleno de bombas fétidas, bengalas del Doctor Filibuster y muñecos de goma.
Salí por el retrato de la Dama Gorda y caminé hacia el Gran Comedor. De repente, noté el destello de un pelo platinado pero no era Draco, era Zeke y venía hacía mí con velocidad. Yo me quedé de piedra porque no sabía cuál sería su postura después de lo de ayer, pero me quedó muy claro cuando rodeó mi cuello con sus manos y me golpeó contra el muro levantándome hacia arriba.
- Escúchame atentamente, asquerosa sangre sucia – dijo dando a conocer su verdadero carácter - Si mi hermano sale mal parado por haber entablado relación contigo, seré yo mismo quién te mate – sentí de veras que me faltaba el aire y me soltó. Me dejé caer hasta el suelo todavía con la espalda apoyada en la pared.
Me quedé inmóbil. Todo esto se estaba complicando demasiado. Escuché pasos y me encogí esperando que no fuera Zeke otra vez.
- ¿Hermione? – dijo una voz y levanté la cabeza mientras Fred Weasley me miraba serio, cosa rara en él y en George.
- Hola Fred – dije con un ligero temblor en la voz.
- Ven, vamos al Gran Comedor, Hermione – me ofreció su mano.
Caminamos un poco más hasta llegar a la enorme sala en la que se reflejaba el cielo del exterior. El cielo estaba despejado.
Algunos alumnos de Hogwarts ya se encontraban allí. Dos chicas Ravenclaw, una castaña y una morena, hablaban entre risas de Draco Malfoy, Crabbe y Goyle parecían ya preparados para engullir y cuatro o cinco Hufflepuff hacían tareas. Fred y yo nos sentamos en la mesa Gryffindor, que estaba vacía.
- ¿Quieres contarme que hacías tirada en el suelo con cara de haber visto un Grim? – dijo Fred.
- Zeke Malfoy... acaba de amenazarme de muerte.
- ¿Porque no me sorprende? – respondió.
- ¿Y porque la toman conmigo? Justin Flint-Fletchey también es muggle, por ejemplo.
- Porque tu desafías la antigua creencia de que los nacidos de muggle no son buenos magos – entonces miró hacia la izquierda y dijo. – Recuerdo que mi padre me dijo una vez que el mayor de los Malfoy dejó Hogwarts para especializarse en Artes Oscuras y seguir las enseñanzas de Voldemort.
- No es algo que me extrañe , pero es que... Zeke no parecía...
- Yo lo haría – la voz de Fred me devolvió a la realidad y lo miré boquiabierta. – Me refiero a que Zeke... seguramente no será así en el fondo – miró alrededor con desconfianza y bajó la voz porque el comedor empezaba a llenarse - Bueno él es el hermano mayor y debe honrar a la familia. Quiere que su padre se sienta orgulloso. Es algo completamente normal.
- Abrázame, Fred – él no se sorprendió aunque, si algo intimidado, rodeo mi cintura con sus manos y yo apoyé los míos en sus hombros. Sabía de sobras que todo los presentes nos miraban pero no me importó. Podría sentir el aliento de Fred en mi nuca y el calor que su cuerpo desprendía.
- ¿Os puedo preguntar que hacéis? – dijo una voz que era de Harry.
Fred y yo nos separamos y cuando vimos la cara de póker de Harry, Ron y Ginny y como nos miraba todo el mundo, incluido Snape que acababa de entrar, no hicimos otra cosa que empezar a reírnos.
- Que guay, por fin una cuñada - dijo Ginny riendo y sentándose.
- Un momento de atencíon, por favor – dijo Albus Dumbledore. Todo el mundo se calló y miró al director – Las chicas de séptimo me han pedido permiso para organizar un baile el sábado. Como me gusta un poco de distracción de vez en cuando, les he permitido hacerlo. Quieren que os comunique que es obligatorio llevar una máscara con la que no se os reconozca y la capa. Lo demás es de vuestra elección. Como ya es costumbre, los estudiantes menores de 4º curso no podrán asistir. Esto es todo. Podéis empezar a comer.
Miré a la mesa de Slytherin buscando a cierto chico rubio y vi que Crabbe y goyle no comían. Y el chico rubio no estaba.
