Capitulo 10

                                    La oración

Recuerdo que por primera vez en mi no-existencia senti frio. El mismo frio, la misma soledad que habia sentido cuando estaba tirada en el suelo de Notre Dame, tanto tiempo atrás. Mi unica compañía era el goteo incesante y monótono del agua que se filtraba por los humedos subsuelos de la carcel, y el desagradable olor a carne quemada que llegaba desde alguna parte de aquel lugar, posiblemente de las rejas de la ventana.

La luz del amanecer comenzaba a filtrarse por ellas, iluminando un par de ladrillos del suelo, pero dejando el resto de la estancia a oscuras. La puerta estaba cerrada, Indra en manos de los Tremere, el que tenia todas mis respuestas era ya un monton de cenizas, y el agotamiento fisico y mental comenzaba a inundarme. Sin poder hacer nada mas, me deje caer pesadamente en el suelo en una esquina oscura, espantando a las ratas que corrieron en todas direcciones, y cerre los parpados, perdiendo toda consciencia.

Cuando abri los ojos estaba en una estancia sorprendentemente rica, y lo primero que vi ante mi era la cara de Ninette, como mi primer despertar tras mi renacimiento. Pero esta vez las cosas eran diferentes. En sus ojos no habia bondad, sino la mas absoluta frialdad, y al mirar a ambos lados, vi que estaba sentada en la silla de un oscuro despacho, con dos guardias junto a mi y un tenso silencio que me hizo sentir turbada.

-Por fin has despertado, petit- dijo ella, friamente.

Trague saliva e imagine que aquella actitud se debia a mi actuación ayudando a los infractores de la Mascarada.

-No exactamente, pero es una buena explicacion, cherie- murmuro la Toreador- Parece que últimamente estas muy despierta, demasiado para nuestro gusto.

Senti una extraña rabia surgiendo de mi interior.

-¿Qué hago aquí?- pregunte, dispuesta a no aguantar tanta palabreria-

-Supongo que ese devorador de almas indeseable te revelo la verdad, y ahora sabes que Filippe era tu autentico Sire, y que el era el traidor chiquillo de Abel.

Afile la mirada.

-Imagino que igualmente sabras que tu misma fuiste abrazada con el fin ultimo de destruir a Abel...

-Lo se- dije, desafiante- ¿Qué ocurre? ¿Acaso me teme?

Ninette se sento tras la mesa de la alcoba.

-Sin duda eres un monstruo sin sentimientos como tu indeseable Sire. Abel, aun sabiendo cual era tu misión, te recogio y te llevo a su palacio, te lleno de tesoros y te dio una educación, y tu se lo pagas huyendo con los aliados del ambicioso chiquillo que anteponia sus ambiciones a la prosperidad de Francia...

-¡Basta!- grite, poniéndome en pie- ¡Estoy harta de que todos le veais como un Dios! ¡Ninguno habeis visto mas alla de su preciosa cara, no habeis visto el abismo que habita en lo mas hondo de su negra alma!

Ninette arqueo una ceja.

-Abel me llevo con el porque sabia que educandome a su modo podria hacerme manejable. ¡Todos me habeis tratado como una niña tonta, me habeis criado para ser hipócrita y malvada, y me siento como una fiera atrapada en una muñeca de porcelana! –me adelante hacia la mesa- Pero estoy harta de que me reprendais y me reprimais, de que me digais como soy y como debo ser, y a quien tengo que amar y a quien debo odiar... no pienso entrar en la Yihad... ¡No quiero mas juegos de corrupción! ¡Quiero ser libre! –plante las palmas de las manos sobre su mesa-¿Me ois? ¡Quiero decidir por mi misma!

Ninette, sentada ante mi, no se altero lo mas minimo. Me escucho sin variar su expresión mientras la hable, y cuando termine, esbozo una sonrisa helada.

-Nuestra pequeña cherie es toda una ancilla rebelde, por lo que veo... y como todo adolescente insolente, necesita que se le bajen un poco los humos, aprendiendo de otros con mas experiencia...

Abrio un cajon, y tomo algo, que dejo envuelto en un pañuelo frente a mi, sobre la mesa. Desafiante, lo tome, le quite el pañuelo, y observe el contenido.

El pañuelo se me cayo de las manos. Era el tercer ojo de....

-Indra..-murmure, horrorizada y terriblemente dolida.

Senti como los ojos se me inundaban de lagrimas de sangre, y me apoye con una mano sobre la mesa, poniéndome otra sobre la frente, mientras el tercer ojo de mi unico amigo entre los cainitas me observaba impertérrito desde el suelo. Senti ganas de vomitar pero mi estomago muerto no respondio a mi deseo. Fallándome las rodillas cai al suelo y comence a lanzar gemidos lastimeros que no lograba vocalizar.

-Ahí tienes lo que queda de los que siguen el camino del bien... –murmuro despectivamente la Toreador- No supo comprender que vivimos en un mundo que depende de la supervivencia del mas fuerte, y tu tambien deberias comprenderlo antes de acabar como el, cherie..

Eleve la mirada con odio, observándola entre mi despeinado cabello castaño, que me velaba toda la cara.

-Sois todos unos monstruos hipocritas... me habeis utilizado desde el principio.. nunca me habeis tenido el menor afecto... pero me habeis controlado... porque.. –me puse en pie, lentamente, tan fria y calculadora como el peor de los asesinos- ...porque me teneis miedo.. porque sabeis que podria destruiros...

A Ninette le temblo una ceja pero aun pudo elevar la cabeza al hablar y mirarme a los ojos.

-¿Asi que quieres saber a que nivel juegas? ¡Pequeña ingrata! Pusimos una venda ante tus ojos, te dimos una vida facil a condicion de que no nos opusieras resistencia... pero si has decidido elegir el camino mas difícil, el del idealismo trasnochado y esteril, tendras lo que pides.-levanto la mirada- ¡Guardias!

No pude reaccionar porque les tenia literalmente encima, asi que me tomaron por los brazos y me sentaron en la silla. Entonces fue ella la que rodeo la mesa en la que estaba sentada hasta darle la espalda y situarse frente a mi. Sonriendo cínicamente con los labios llenos de carmin y los gelidos ojos amatista, se agacho y me tomo del menton, fijando su mirada en la mia.

-Ah, cherie, cherie... nunca debiste meterte en los asuntos del Circulo Interior... hay tantas cosas que no comprendes... ¿cómo podiamos explicarte que yo era la Justicar Toreador y Blake un secretario del Circulo Interior? Ah, como ibamos a decirte que Abel, impulsor de la influencia de los Malkavian en el fin de Cartago, manipulador de Camila Banes y autentico fundador Malkavian de la Camarilla, ahora estaba oculto entre las filas del Sabbat con el objetivo de evaluar los poderes de la Dementacion y considerar como afectaria en el futuro sus consecuencias si fuera extendida por todo su clan... tu no entiendes esas cosas de política, petit...

Parpadee. Entonces, fue el el que utilizo Obtenebracion en aquella ocasión en que alguien destruyo brutalmente al Tremere Bahaus... queria comprender y extender la Dementacion entre la Camarilla para que pudieran hacer frente al Sabbat en igualdad de condiciones.. y como miembro del Sabbat por encima de DelaVega, posiblemente habia mandado aquel ataque del que se responsabilizo el Tzimisce, con el motivo de destruir a Mirage y Filippe...

-¿Por qué odiaba tanto a mi Sire?- murmure.

Ninette sonrio.

-Porque Filippe se negaba a ser manipulado como tu, en su caso para ser el sucesor en el ducado de Abel, ya que el no podria mantener la tapadera de su juventud eterna por mucho tiempo mas... –giro los ojos- Firmo su sentencia de muerte el dia que supo que Abel estaba infiltrado en el Sabbat espiando por el bien de la Camarilla, y quiso destaparle ante la Mano Negra... el Circulo Interior le dio carta blanca al Fundador Malkavian para hacer lo necesario para destruir a su malogrado chiquillo... y le resulto mas difícil de lo que esperaba, pero al final lo consiguio. Es una pena, hubiera sido un Justicar prometedor, de no haber creido en esos estupidos supuestos anarquistas...

-Le matasteis... "Por el bien de la Camarilla"...- escupi, conteniendo una risa ironica.

-Asi es- contesto Ninette- Luchamos, cueste lo que cueste, por mantener la cultura de la civilizacion y la educacion, y no podemos permitir que la corrupcion y el salvajismo se extiendan por nuestra sociedad.

¿Corrupcion? ¿Cómo podia hablar de corrupcion alguien que devoraba criaturas inocentes? La Camarilla no era peor que el Sabbat. No era la sociedad idilica que me habian inculcado, sino un nido de sierpes que se silbaban amistosamente. Sentia odio, impotencia, desesperación. Me sentia zarandeada por los planes y las ambiciones de todos, como un trofeo inanimado por el que todos pelean y al final dejan olvidado en medio de las discusiones. Y aun habia una respuesta que me quemaba por dentro, lo que supondría el nihilismo absoluto en mi existencia. Pero tenia que saberlo. La mire fijamente a los ojos.

-¿Por que no me ha destruido a mi tambien?

Ninette me observo fijamente a los ojos, durante unos instantes, como si estuviera evaluando mi fuerza y mis sentimientos. Entonces solto el aire contenido, y dejo escapar aquellas palabras como una derrota.

-Porque te quiere.

Eleve la vista, mire directamente a los ojos de la Toreador, y por primera vez comprendi que habia en ellos. Habia amargura, un rencor oculto, un odio insufrible bajo aquellos modales maternales y aquellos diminutivos dulces.

-Blake y yo insistimos en que te destruyera desde el momento en que supimos de tu existencia, pero el, por algo que ocurrio en tu abrazo y que nunca supimos, se nego. Te llevo al castillo, y nos pidio que te diésemos la mejor educación... que te apartasemos de la verdad.. y después.. –sus ojos se entornaron por el odio- .. después encontre aquel cuadro... el solia retratar a los que consideraba unicos y diferentes a todos los demas, tratando de encontrar la valia que ocultaban al definir sus rostros y sus almas en los cuadros... jamas hizo ninguno nuestro.. y al ver el tuyo, yo...- las lagrimas de sangre inundaron de pasion las amatistas de hielo- Yo le amaba porque el no era como nadie que hubiera conocido, su arte era tan enigmático, y su rostro era tan perversamente hermoso... ni Blake ni yo conseguimos mas que beber de su sangre porque se lo rogamos mil y una veces, pero el nunca nos mostro ningun sentimiento que nos esperanzara.. hasta que llegaste tu...  

Entreabri los labios. Un sueño... un cuadro... mi cuadro... ¿acaso fue real? Senti un extraño alivio, a la par que una acuciante inquietud. No podia distinguir lo real de lo irreal. No podia asegurar que aquello hubiera sido cierto...

Los ojos de Ninette estaban rojos de dolor.

Negue involuntariamente con la cabeza. Ella le amaba, como le amaba Blake, como le apreciaba Anatole... como le adoraban todos los que le veian. Y el unico que se opuso claramente a el, yacia muerto, convertido en cenizas humeantes. Entonces... yo.. Dios Santo, comprendi que yo era la unica que habia escapado a su influjo, que habia podido abandonar aquel palacio... y que aun seguia viva... pero a pesar de eso, Ninette se equivocaba. Fuera lo que pensara el Sire de mi Sire sobre mi, no era amor. No lo era porque Abel ni siquiera era un vampiro normal; era un cuarta generacion, como habia dicho Filippe antes de morir. Y un ser asi no podia tener restos de humanidad en su interior. Pero Ninette nunca me comprenderia, porque solo podia ver un rostro hermoso y una presencia fascinante, y no podia leer en la amargura del corazon del ser al que adoraba. Entonces senti compasion al ver a una imponente Justicar y terrible vampira herida de tal modo por una simple chiquilla, por un encantamiento que ella tampoco podia dominar. Y, por un momento, me senti hermanada con ella en el dolor.

-Ninette.. –susurre, compasivamente.- 

Pero cuando sus ojos se clavaron en los mios, contestando a mi llamada, supe que no habia nada que hacer. Me confundia al creer que quedaba algo de humanidad en aquella antigua vampira, en la misma que me habia hablado de la cruel moral vampirica al llegar a Marsella, la que me odiaba hasta en lo mas hondo de su alma por robarle involuntariamente la atencion del ser al que adoraba, la que habia visto como liberaba a los culpables de la mayor quebrantacion de la Mascarada hasta el momento. Estaba acabada.

Ninette sonrio desdeñosamente.

-Has sido una alumna mas adelantada de lo que esperaba, cherie- dijo la Toreador, acariciando sensualmente mi mejilla- Es una pena que no tenga tiempo de mostrarte todos los placeres que hubiera deseado- paro la caricia en mi cuello, y lo apreto con una fuerza descomunal para su fragil aspecto, haciendo que me retorciera de dolor- pero eres un peligro para la Camarilla, una futura competidora por el poder y un molesto obstaculo entre Abel y yo. Lo lamento más que tu, creeme.

Agarre las manos de Ninette mientras ella se ponia en pie y me elevaba por encima de su cabeza. Su mirada era fria, ni siquiera tenia su habitual sonrisa desdeñosa, y los guardias nos observaban como si se estuviera llevando a cabo una simple formalidad. Recorde que una de las formas de destruir un vampiro es arrancandole el cuello, y senti que iba a alcanzar al fin la Muerte Definitiva que tanto habia deseado.

Y mientras sentia como las vertebras de mi convaleciente cuello comenzaban a ceder, comenzaron a atravesarme multitud de imágenes.

Senti ahogo, y recorde los insultos velados de las arpias, la mirada inquisitoria del Principe Mirage, evaluandome, transformandose todo en multitud de colores y sonidos y despues un ambiente nocturno y calmado, turbado por las risas de un hombre demacrado y lunatico, cuyas palabras tenian ahora tanto sentido. Filippe... el, eligiera el bando que eligiese, murio en definitiva por buscar su libertad, por negarse a la proteccion opresora del hechicero Abel... sus carcajadas desencajadas inundaron mi mente hasta hacerla temblar de dolor.

La risa de mi sire fue borrandose y la noche se difumino en unos ojos negros, brillantes como estrellas, mientras la luna creciente se transformaba en una sonrisa malevola y seductora. Entonces, escuche una voz masculina a la cual no supe dar dueño. Plague Bride... La media luna de sangre sera uno de ellos, la ultima hija de Eva.

La cabeza comenzaba a palpitarme por la presion, y otee de nuevo en la oscuridad.

Deyanira me observaba burlonamente con sus ojos ardientes y su sonrisa helada, impidiéndome ir en ayuda de Indra, segura de que haria lo que ella quisiera, sin importarle mis motivaciones, porque ella entendia la vida, o la no-vida, como un intercambio de favores, llena de medios y vacia de fines. Junto a ella estaba Kuarig´Hattan, miradome con curiosidad, como si quisiera estudiarme a mi o a mi actitud, porque quizas para el todo, hasta el amor, era explicable o carente de sentido, y desee que sintieran el fuego para hacer vivir a sus muertos corazones. Entonces senti calor, y observe que habian desaparecido, dejando paso a un fuego azul y extraño, y cuando las yemas de mis dedos lo tocaron, atravesandolo como si fuera una ilusion, escuche un grito desgarrador, y vi como un hombre encapuchado se giraba y abandonaba el palco, siendo vigilado por la gelida mirada de Blake.

Entonces vi a Anatole junto a mi, murmurando palabras en un idioma desconocido, y vi como me tendia algo, un corazon vivo; senti un sudor frio al ver el vacio en mi pecho y tome conciencia de que se trataba del mi propio corazon, goteando sangre en mis manos, palpitando cada vez mas debilmente. Me pregunte si se debia a que mis sentimientos o mi ilusion en la vida se estaban apagando, pero algo me hizo recordar que era la presion de las manos de Ninette y mi sentimiento de derrota fisica y psicologica, lo que estaba matandome lentamente. Todo se volvia cada vez mas oscuro...

Y la oscuridad se trasfomo en un ojo, unos ojos que me observaban con una tristeza extraña, y observe los largos cabellos de Indra velando su oscura mirada, su voz severa y su corazon recto, diciéndome sin palabras que aun no estaba corrupta y que haria lo posible por salvarme.

La sangre inundo de fuerza mis manos frias.

Entonces una habitacion oscura, una suave brisa entrando por el balcon, un sueño... un hombre encapuchado que se giraba, y entre las sombras se mostro la sonrisa velada de Abel.. una sonrisa ambigua, como en sus cuadros, y una mano tendida hacia mi...

Por eso te he elegido.

Lanzando un grito desgarrador, agarre las manos de Ninette y las retorci, haciendo que los brazos se le salieran de los hombros, regando la alfombra persa de sangre. Los guardias ghoul reaccionaron rapidamente, tratando de abatirme al clavarme sus espadas, pero la celeridad que aprendi de Blake y mi frenesi bestial hizo que me situara tras ellos y usara sus propias espadas para atravesarles, destruyendo facilmente su fragilidad humana. Cuando me gire Ninette aun seguia gritando y lamentandose vanamente por el desarreglo que habia hecho en su belleza, pero al verme sus ojos se inyectaron en sangre y trato de utilizar Presencia. Fallo, porque no estaba concentrada, pero ahora yo estaba en mi campo, en el de la locura caotica, y no fue dificil mirarla a los ojos y dementarla.

Ninette rugio, tratando de llevarse las manos a su recien dementada cabeza, pero no pudo, lo que la hizo gritar aun mas. Era lamentable el espectaculo de verla dar vueltas en torno a si sin saber que hacer. Toda una Justicar de la Camarilla.

Sintiendo vergüenza ajena por un ser tan deplorable decidi acabar rapidamente con su dolor y deje caer una de las espadas de los guardias sobre ella, pero no cesaba de moverse y solo consegui cortarle una pierna. Entonces, incapaz de moverse, me miro con sus gelidos ojos inundados de terror.

-¡Yaira! ¡Por el amor de Dios, no lo hagas!-suplico.- ¡Fui una madre para ti!

Maldita sea. Estaba indefensa, humillada, al borde de la muerte eterna. Mi frenesi comenzaba a apagarse y regresaba a mi la parte humana. En contra de mis deseos comence a recordar aquellas imágenes en que trenzaba mis cabellos y me decia una y otra vez lo linda que era, lo que le gustaria a Abel, y lo bien que habia sabido comportarme. Pero aquellos pensamientos, mas que calmarme, volvieron a enfurecerme. Volvi a recordar la opresion, las mentiras, la frialdad de su mirada mientras apretaba mi cuello. Volvi a recordar como me dijo que tenia que ser un vampiro, y lo nimias que eran la vida de los plebeyos y el ganado. Y entonces senti que no era como ella, no queria ser como ella.

Tire la espada.

Apenas la vi caer. Solo recuerdo que no toco el suelo, y que de algun modo Ninette consiguio sujetarla y golpearme con ella, sin que lograra esquivarla completamente, clavandola sobre mi pierna, y haciendome caer al suelo junto a ella. Alli se lanzo sobre mi cuello, tratando de beber mi sangre para recomponerse, y me vi gritar, un amasijo de sangre y dolor, y despues tantee el suelo, encontre la espada... las manos me fallaban por la perdida de sangre... pero cerre los ojos, y de repente vi la expresion sorprendida de Ninette... y la cabeza cayendo sobre mi cara y rodando por el suelo, separada de su cuerpo.

-Lucha contra tu sangre... cherie.. -murmuro, esbozando una leve sonrisa mientras su delicada piel blanca comenzaba a convertirse en polvo. Lo ultimo que se deshizo fueron sus ojos amatista, que se quedaron mirandome fijamente, hasta que fueron cenizas, y fueron acompañados por el ojo encantado de Indra, que se transformo en nada cuando el cuerpo de la vampira se convirtio en polvo.

Inmediatamente despues comence a beber la sangre de los dos guardias muertos, sabiendo que ya no podria vincularme, y cuando termine, comence a llorar por lo que habia hecho.

La habitacion se quedo en silencio y a oscuras, iluminada tan solo por un leve candil. Me senti sucia, y me di cuenta de que estaba sentada sobre la alfombra llena de sangre. Intente moverme pero mi pierna sangraba, y cai de nuevo al suelo, empapandome de sangre y cenizas. Entorne los ojos, pensando en todo lo que habia ocurrido. Ninette, en sus ultimos momentos, quizas por el trastorno o por la vision de los que miran a la muerte a los ojos, me pidio que fuera libre. Que me liberara del vinculo y prision que todos tenian, la sangre. La sangre que corrompia, la sangre que dañaba, que valia todo, incluso la vida y los sentimientos, como el dinero y el egoismo humanos. Quizas ella fue buena alguna vez, o en lo mas profundo de su alma sentia algun afecto real hacia mi. O quizas solo eran explicaciones que me daba a mi misma para tratar de evitar el horrible dolor que sentia al haber tenido que destruir a la que fue una madre para mi. Y no podia darme tiempo para el dolor. Tenia que ser fuerte, tenia que serlo.. nadie lo seria por mi.

Llorando lagrimas de sangre, me puse en pie, soltando un gemido por el dolor de la pierna, y aprovechando la noche y el silencio, abandone la silenciosa planta baja del palacio de justicia.

Sabia que no aguantaria mucho en ese estado. Percibiendo que no quedaba mucho para el amanecer, me arrastre como pude hasta una iglesia cercana. Pense que alli me recibirían y me darian cobijo o muerte, pero al empujar la puerta de la iglesia vi que no habia nadie. El altar estaba iluminado por algunas velas, y desde alli vi una imagen de la virgen, que me sonreia candidamente. Por un momento recorde otra sonrisa calida, en un convento, una vez, hace mucho tiempo..

Mi pasado.

Sintiendo que quizas aquella noche encontraria la eternidad, ande a pasos entrecortados hasta el altar, dejando un reguero de sangre, y me desplome a los pies de la maternal imagen.

Alli comence a llorar desesperadamente, escuchando mis propios gemidos largos y dolientes, sintiendo como mi desesperación se perdia en las mudas paredes del templo, haciendo un altar al sufrimiento.. humano. Estaba cansada, cansada de luchar contra mis fantasmas internos, contra mis trastornos, mi pasado, mis sentimientos, la moralidad de mis acciones enfrentadas a mis deseos mas oscuros... no creia en Dios, ni tenia derecho a dirigirme a el siendo una Condenada, pero la terrible y angustiosa soledad que experimentaba, la sensación de que estaba completa y absolutamente sola y que nadie podria ayudarme en este mundo si yo no lo hacia por mi misma, me hizo buscar un poco de calor, una sonrisa amiga, un gesto sincero...una... esperanza, que me hiciera sentir que alguien me acompañaria siempre, que siempre estaria ahí para darme fuerzas cuando ya solo viera el abismo ante mi... y, aun sabiendo que ni yo podia esperar el ultimo consuelo, el divino, uni las manos ante los labios, y eleve la vista hasta el rostro de la estatua que representaba a la virgen, creyendo que alguien podia escucharme a traves de aquellos ojos de piedra, como los de los cainitas que habia visto...  

-Nunca he rezado, ni se como hacerlo... –baje la mirada, derramando lagrimas de sangre- Solo me hablaron de Dios para decirme que me habia abandonado, y se que es cierto... pero... –senti como como mi voz se cortaba- nadie me hablo nunca del amor, y a pesar de que todos reniegan de su existencia, yo puedo sentirlo, puedo sentirlo muy dentro, sincero aun... –mis ojos brillaron por la humedad- Creo.. creo en los sentimientos puros, aunque apenas queden en este mundo... creo que merece la pena luchar por los que aun prefieren el amor al odio, los que siguen creyendo que el ser una buena persona es una valentia y no una debilidad...

Mire a los ojos de la imagen.  

-Se que he hecho cosas horribles y que solo soy una condenada, pero si el mundo no es mas que el cristal con el que se percibe, no es el cristal oscuro el que yo quiero elegir... quiero el camino por el que mas sufrire, pero en el que encontrare mas recompensas y afecto sincero, en el que aun podre contar con alguna compañía, o al menos alguna sensación de orgullo propio por saber que hago lo que siento y no soy un ser consumido por su ambicion y su odio, quiero elegir la via en la que me apartare de la Bestia, aunque acepte su existencia y se que siempre luchare con ella dentro de mi... y se que si caigo, si me siento sola, sacare fuerzas de mi interior, aprendiendo a convivir con la oscuridad de mi alma y encontrando la luz en ella... Y me juro a mi misma...-murmure, entornado, los ojos- que nunca, jamas, me rendire.

Senti como las fuerzas me fallaban, y mi mente se nublaba, creyendo percibir la presencia complacida de Indra, la aprobación de Ninette, el orgullo de Filippe y el asentimiento de Anatole, apoyándome con su aura divina, pero saque fuerzas de alguna parte de mi, y eleve las manos hacia la estatua, clavando los ojos en ella, como el naufrago que se aferra desesperadamente a su tabla de salvación.

-Si mi existencia aun merece la pena por alguna razon, si aun puedo hacer algo por este mundo, si aun puedo luchar contra mi propia corrupción... dame una oportunidad...-negue con la cabeza, serena pero triste- Sea quien sea, si alguien me escucha... ampárame en la oscuridad eterna.

Agotada, pero en paz, me desplome sobre las escaleras ante el altar y destense todos mis musculos, sintiendo como la oscuridad me invadia y la Muerte Definitiva se acercaba.

Y cuando cerre los ojos, soñe que se acercaban los pasos de un ligero corcel en las afueras de la iglesia, y que un caballero de rasgos angelicales me tomaba en brazos con una sonrisa velada.