A la Alegría!
-Primer Día-………
Capitulo uno: Comienzo………
{Ninguno de los personajes me pertenece, son de Watsuki-san}
- ¿Por qué hizo eso?- Pregunto una joven de hermosa caballera negra que colocaba cuidadosamente su lápiz en su libro de biología.
La joven, Megumi, sonrío picaramente. Hay!Que . Que belleza tenia. Se dio cuenta que una vez mas estaba sola y recogió sus cosas. Se fue caminando hacia su casa. Algún compañero de su clase de biología le pidió ayuda, ya que ella era una de las mejores calificaciones, pero parece que se le olvido. Hizo que perdiera su tiempo!
Al salir de la cafetería ella pudo observar al compañero que le pidió ayuda filtrando con una niña de secundaria. Que vergüenza!
Dando la vuelta a la esquina penso que podía ir al hospital de su padre. Pero no sentía ganas de ayudar a nadie hoy, el trabajo en el hospital podía hacer muy pesado a veces. Después tuvo otra opción, ir de comprar. Pues podría pero no trajo el carro y además hoy era un día muy hermoso para estar adentro de un centro comercial y gastar el dinero cosas triviales.
Se sentía un poco mareada y estresada. Seguramente la presión de los exámenes semestrales la estaban volviendo loca. Siempre era muy responsable con sus estudios pero de pronto ese era el problema...siempre estaba estudiando!
Sin darse cuenta estaba en una heladería. Pequeña heladería, especialmente para parejas. Un suspiro se le escapa, como extrañaba tener un acompañante. Primero era lo primero los estudios. Al demonio!
-Se te apetece este helado, ¿cierto?-
Con que era el... Curioso....Era Sanosuke Sagara!!
Él era su antiguo novio. Al verlo se devolvió. Se dio cuenta que él estaba acompañado por una jovencita. Pero no era ese el problema, ella dejaba que él la tomara en sus brazos y le susurrara en el oido, no es exactamente una cosa de amigos. No pudo evitar sentir celos.
No debía dejar que esto la detuviera, ella era muy fuerte! Ella continuo su camino como si no hubiera visto absolutamente nada.
Sansouke y su acompañante siguieron jugando 'inocentemente' sin darse cuenta que Megumi estaba pasando.- Sano! No puedes hacer cosquillas hay! Mejor vamos a ver una película, hay una muy buena en los cines... - Ella pauso.
El guió su mirada donde la de su acompañante también estaba. -¿Qué hace ella aquí?- Parpadeo una vez mas a ver si estaba correcto.
-Si es Takani-san- Dice Magdaria remarcando lo demasiado obvio. - Creo que por lo menos deberías ir a saludar y no pasar por mal educado, Sano-
-Como si me importara-
El realmente no quería enfrentarla. Siempre que la ve algo malo pasa. Lo único que aun quería recordar de ella es su eterno agradecimiento al salvar la vida de su hermano menor, Yahiko.
-Por favor no seas grosero. Debes comportarte como un caballero siempre, no importa que sea aun con ella-
-Como quieras, pero si se me sale algo no tomo responsabilidad-
Antes que Megumi pudiera darse cuenta estaba cara a cara con el hombre que detesta y una vez amo.
-Hola- Que simple fue decir eso. Observo como los ojos de Sano se posaban en ella de una forma muy dolorosa.
-¿Viniendo de los exámenes o del trabajo Takani-san?- Pregunto Magdaria.
-Exámenes-
- Es obvio! Al trabajar temes de romperte una uña, que el pelo se te desordene, o peor aun que tu ropa se arrugue! ¿O me equivoco?- Que comentario mas sarcástico. Al terminar esto sintió como Magdaria le dirigía una mirada de furia.
- Equivocado como siempre cabeza de pollo. Primero no es exactamente un trabajo si no es como ayudar a la comunidad, y segundo conseguiría un trabajo mucha mas rápido que tu. Así que sigue soñando con verme sufrir- Ellos siempre peleando.
-Lo que quiera zorra endemoniada-
Megumi dio media vuelta y se marcho diciendo: -Que tengas un buen día Magdaria. Por favor toma este consejos, habla la voz de la experiencia, no desperdicies tu tiempo. No quiero que veas lo peor de el y pases lo mismo que yo pase.-
Hizo lo mejor que pudo alejarse de la situación, alejarse y alejarse, era como tan común para ella. Pero pudo escuchar las palabras de Sansouke, : - Aun recuerda como dañar mi día, mi felicidad, mi tranquilidad- Esas palabras eran espinas para su, ahora, frágil corazón.
Él la odiaba. Ella odiaba ser odiada, no era digno de ella. Realmente no era tan mala para que alguien, como él, la tratara como si fuera una basura. Ser odiada la lastimaba, le lastimaba hasta la esquina más remota de su inmenso orgullo. Rápidamente lagrimas se deslizaron de sus ojos, recorriendo su blanca piel. Pronto este sufrimiento tendría que terminar, nada es para siempre.
Al ver como Megumi se marchaba Magdaria miro a Sano a ver con que le salía ahora. - Pues... Fuiste muy grosero! No puedes olvidar lo sucedido simplemente?-
Sanosuke inmediatamente desvió su mirada, la de ella era muy pesada para soportarla. -Me dijiste que me comportara, y eso hice. Solo le di emoción a la platica-
-En todas formas Sano fuiste un poquito grosero. No puedes ser rencoroso-
-Te quiero y te respeto en todas las formas pero quiero que entiendas algo no me llevo bien con ella ni planeo en llevarme bien con ella. Me perdonaras por esto que te voy a decir pero si no te gusta te tocara lidiar con eso, yo soy así, yo soy Sanosuke Sagara.-
-No te entendí nada- dice una totalmente cambiada de animo Magdaria.
-Mejor que ni lo hagas. Corre y vamos al cine, ¿eso es lo que quieres cierto?-
Sin mas discusiones se dirigieron al cine contentos como si nada hubiera pasado.
****
º!º
****
Kaoru por fin salió del trabajo. Al ver sus entornos una vez más se sintió totalmente, y dolorosamente, fuera de lugar. El glamour no era lo suyo, o por lo menos eso pensaba ella. Kaoru trabajaba de Viernes a Sábado en un restaurante donde solamente venia las personas que sabían el verdadero significado de tener clase. Siempre se pregunta ¿Como consiguió el trabajo?
Al salir tuvo que caminar unas cuatro o cinco cuadras abajo para tomar su bus. Rezo para que la espera no fuera tan larga como en otras ocasiones.
Hoy, tampoco, tuvo suerte. Maldición! Fue forzada por ella misma a sentarse y esperar. No podía gastar ni un centavo en un taxi. En estos días todo estaba demasiadamente caro y la situación cada vez más difícil.
Se mordió el labio inferior al ver como la iluminosa tarde se convertía en la tormentosa tarde. ¿ Y ahora que haría? Tenia que preparar la cena para Enishi y Tetsuya, los cuales la paciencia no eran su don. Recordó que su amiga Misao vendría con Aoshi a hospedarse unos días en su casa...Simplemente no tenia tiempo para una lluvia!
Las gotas cada vez fueron mas y más. Pronto la iban a mojar por completo. Por emergencia tuvo que ir corriendo hacia el techo más cercano. En donde estaba seguramente ya tuviera lagunas en sus zapatos.
Se queda debajo el techo de un dojo japonés nativo. Era extraño ver uno todavía, la tecnología iba avanzando y arrasando con algunas tradiciones. El dojo inmediatamente le recordó a su querido, difunto, padre. El solía mandar uno el cual lastimosamente no pudo manejar por falta de recursos y cayo. Cuanto le dolía todo eso.
-Perdóname señorita pero no quisiera esperar adentro mientras la lluvia desea calmar?- Ofreció un hombre el cual parecía ser dueño del dojo.
Kaoru no tuvo tiempo de responder cuando este ya había abierto las grandes puertas. El señor llamo la atención de la joven. Ese cabello rojo, no es que era muy común entre la gente nativamente japonesa.
No pudo hacer mas nada que observarlo. Sintió que no-tenia palabras para agradecerle.
-Podrías comenzar por decirme gracias o tu nombre. - comento él mirando directamente a los ojos de la joven. Que centellantes eran! -
- Gracias. - Le responde Kaoru, aun sin decirle su nombre.
-Himura Kenshin- dice Kenshin esperando que ella si le respondiera esta vez.
-Mucho gusto Himura san, Kamiya Kaoru-
Ella lo observa. Nada mal, por lo menos algo diferente a los demás. -Bueno Kamiya san me puede llamar Kenshin, no soy ningún animal. - le dice Kenshin viendo como ella lo miraba. Esa mirada lo hacia sentir profundamente incomodo.
-Si ha si lo quiere. A mi me puede llamar Kaoru.- Kaoru nunca fue muy buena con las conversaciones y menos las que implicaba hablar con un perfecto extraño.
- Kenshin- se sonrojo a utilizar su nombre tan libremente- usted trabaja aquí?- pregunto con mucha curiosidad.
-Si. Aunque pueda que parezca algo aburrido para usted ahora. No es para parecer descortés pero a los jóvenes de ahora en día se les olvidan las tradiciones-
Kaoru se lo quedo mirando como si tuviera un bicho raro en cara. No pudo con al risa y la soltó. Hablaba como un anciano! Kenshin parecía de su misma edad, bueno tal vez dos o tres años mayor pero hasta allí!.
-¿Que le causa tanta risa Kaoru dono?-
De donde diablos saco el Kaoru dono? -Kenshin, hablas como si fueras un viejito- Dice ella con un leve rubor en sus mejillas.
-Perdona?- el se fue obligado acompañarla con la risa. Pauso, el aire entre cortante- Kaoru dono soy un hombre de 28 (N.de.Scoring: 27,28,29,30, la edad que tenga el pobre Kenshin!), no es que sea tan viejo, pero es muy obvio como cambia las generaciones.-
-Oh!- No lo podía creer... 28 años, se veía muy, pero muy, bien para su edad.
-Mil disculpas entonces. Pensé que eras menor- se disculpo Kaoru escondida entre hombros.
-Entonces que halagado me siento. Gracias Kaoru dono-
-Le pregunte porque los dojos y las artes marciales siempre me han llamado la atención. Mi padre solía manejar uno.- Decía Kaoru con una inmensa melancolía.
- Me sorprendes, verdaderamente. - Él encontró la fascinación de ella en es a frase.
A las dos horas pasadas la lluvia quiso parar. Esta vez había terminado su trabajo con resultados muy notarios. Kaoru y Kenshin acordaron salir un día así que intercambiaron teléfonos.
Lastimosamente cuando Kaoru llego a su casa halló el desastre en el que se fue. El teléfono descolgado, la ropa sucia de hace un mes regada por todo el piso de la sala, la comida chatarra tirada por la mesa. Echo totalmente un basurero. No se comparaba con el restaurante donde ella trabajaba.
-Kaoru que bien has llegado temprano hoy. - daba una poco calurosa bienvenida Enishi recostado al marco de la puerta del cuarto de la muchacha.
-¿qué quieres que haga?- pregunto amargamente Kaoru. Enishi nunca la saludaba al menos que algo él necesitaba. Como le encantaría irse lejos de el.
-Tetsuya llegara tarde, el tiene un asunto ,supuestamente, pendiente . Misao llego y se fue, dijo que tenia que llevar a su nuevo muñeco a conocer la ciudad...Así que nadie se digno a prepararme una cena. -
-¿Y no pudiste prepararte comida tu?-
-Yo soy un hombre ocupado querida, y tu no. -
-Por lo menos yo sudo mi trasero trabajando-
-Para eso y hacerme la comida estas-
No podía responderle a eso. Le sacaba un nervio siempre que se lo recordaba y no se atrevía a contestarle a Enishi con rabia él era mucho peor. Jamás podrá olvidar lo que casi le hace al pobre Tetsuya.
-Así me gustas mas Kao-chan- y terminando esa ultima frase se acerca a Kaoru y deja que sus enfadados labios se fundan en los inocentes de Kaoru. Un beso para morirse, uno detestable.
Pobre Kaoru todo lo que hacia para librarse de esas golpizas.
****************
Continuara...º!º
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-Primer Día-………
Capitulo uno: Comienzo………
{Ninguno de los personajes me pertenece, son de Watsuki-san}
- ¿Por qué hizo eso?- Pregunto una joven de hermosa caballera negra que colocaba cuidadosamente su lápiz en su libro de biología.
La joven, Megumi, sonrío picaramente. Hay!Que . Que belleza tenia. Se dio cuenta que una vez mas estaba sola y recogió sus cosas. Se fue caminando hacia su casa. Algún compañero de su clase de biología le pidió ayuda, ya que ella era una de las mejores calificaciones, pero parece que se le olvido. Hizo que perdiera su tiempo!
Al salir de la cafetería ella pudo observar al compañero que le pidió ayuda filtrando con una niña de secundaria. Que vergüenza!
Dando la vuelta a la esquina penso que podía ir al hospital de su padre. Pero no sentía ganas de ayudar a nadie hoy, el trabajo en el hospital podía hacer muy pesado a veces. Después tuvo otra opción, ir de comprar. Pues podría pero no trajo el carro y además hoy era un día muy hermoso para estar adentro de un centro comercial y gastar el dinero cosas triviales.
Se sentía un poco mareada y estresada. Seguramente la presión de los exámenes semestrales la estaban volviendo loca. Siempre era muy responsable con sus estudios pero de pronto ese era el problema...siempre estaba estudiando!
Sin darse cuenta estaba en una heladería. Pequeña heladería, especialmente para parejas. Un suspiro se le escapa, como extrañaba tener un acompañante. Primero era lo primero los estudios. Al demonio!
-Se te apetece este helado, ¿cierto?-
Con que era el... Curioso....Era Sanosuke Sagara!!
Él era su antiguo novio. Al verlo se devolvió. Se dio cuenta que él estaba acompañado por una jovencita. Pero no era ese el problema, ella dejaba que él la tomara en sus brazos y le susurrara en el oido, no es exactamente una cosa de amigos. No pudo evitar sentir celos.
No debía dejar que esto la detuviera, ella era muy fuerte! Ella continuo su camino como si no hubiera visto absolutamente nada.
Sansouke y su acompañante siguieron jugando 'inocentemente' sin darse cuenta que Megumi estaba pasando.- Sano! No puedes hacer cosquillas hay! Mejor vamos a ver una película, hay una muy buena en los cines... - Ella pauso.
El guió su mirada donde la de su acompañante también estaba. -¿Qué hace ella aquí?- Parpadeo una vez mas a ver si estaba correcto.
-Si es Takani-san- Dice Magdaria remarcando lo demasiado obvio. - Creo que por lo menos deberías ir a saludar y no pasar por mal educado, Sano-
-Como si me importara-
El realmente no quería enfrentarla. Siempre que la ve algo malo pasa. Lo único que aun quería recordar de ella es su eterno agradecimiento al salvar la vida de su hermano menor, Yahiko.
-Por favor no seas grosero. Debes comportarte como un caballero siempre, no importa que sea aun con ella-
-Como quieras, pero si se me sale algo no tomo responsabilidad-
Antes que Megumi pudiera darse cuenta estaba cara a cara con el hombre que detesta y una vez amo.
-Hola- Que simple fue decir eso. Observo como los ojos de Sano se posaban en ella de una forma muy dolorosa.
-¿Viniendo de los exámenes o del trabajo Takani-san?- Pregunto Magdaria.
-Exámenes-
- Es obvio! Al trabajar temes de romperte una uña, que el pelo se te desordene, o peor aun que tu ropa se arrugue! ¿O me equivoco?- Que comentario mas sarcástico. Al terminar esto sintió como Magdaria le dirigía una mirada de furia.
- Equivocado como siempre cabeza de pollo. Primero no es exactamente un trabajo si no es como ayudar a la comunidad, y segundo conseguiría un trabajo mucha mas rápido que tu. Así que sigue soñando con verme sufrir- Ellos siempre peleando.
-Lo que quiera zorra endemoniada-
Megumi dio media vuelta y se marcho diciendo: -Que tengas un buen día Magdaria. Por favor toma este consejos, habla la voz de la experiencia, no desperdicies tu tiempo. No quiero que veas lo peor de el y pases lo mismo que yo pase.-
Hizo lo mejor que pudo alejarse de la situación, alejarse y alejarse, era como tan común para ella. Pero pudo escuchar las palabras de Sansouke, : - Aun recuerda como dañar mi día, mi felicidad, mi tranquilidad- Esas palabras eran espinas para su, ahora, frágil corazón.
Él la odiaba. Ella odiaba ser odiada, no era digno de ella. Realmente no era tan mala para que alguien, como él, la tratara como si fuera una basura. Ser odiada la lastimaba, le lastimaba hasta la esquina más remota de su inmenso orgullo. Rápidamente lagrimas se deslizaron de sus ojos, recorriendo su blanca piel. Pronto este sufrimiento tendría que terminar, nada es para siempre.
Al ver como Megumi se marchaba Magdaria miro a Sano a ver con que le salía ahora. - Pues... Fuiste muy grosero! No puedes olvidar lo sucedido simplemente?-
Sanosuke inmediatamente desvió su mirada, la de ella era muy pesada para soportarla. -Me dijiste que me comportara, y eso hice. Solo le di emoción a la platica-
-En todas formas Sano fuiste un poquito grosero. No puedes ser rencoroso-
-Te quiero y te respeto en todas las formas pero quiero que entiendas algo no me llevo bien con ella ni planeo en llevarme bien con ella. Me perdonaras por esto que te voy a decir pero si no te gusta te tocara lidiar con eso, yo soy así, yo soy Sanosuke Sagara.-
-No te entendí nada- dice una totalmente cambiada de animo Magdaria.
-Mejor que ni lo hagas. Corre y vamos al cine, ¿eso es lo que quieres cierto?-
Sin mas discusiones se dirigieron al cine contentos como si nada hubiera pasado.
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Kaoru por fin salió del trabajo. Al ver sus entornos una vez más se sintió totalmente, y dolorosamente, fuera de lugar. El glamour no era lo suyo, o por lo menos eso pensaba ella. Kaoru trabajaba de Viernes a Sábado en un restaurante donde solamente venia las personas que sabían el verdadero significado de tener clase. Siempre se pregunta ¿Como consiguió el trabajo?
Al salir tuvo que caminar unas cuatro o cinco cuadras abajo para tomar su bus. Rezo para que la espera no fuera tan larga como en otras ocasiones.
Hoy, tampoco, tuvo suerte. Maldición! Fue forzada por ella misma a sentarse y esperar. No podía gastar ni un centavo en un taxi. En estos días todo estaba demasiadamente caro y la situación cada vez más difícil.
Se mordió el labio inferior al ver como la iluminosa tarde se convertía en la tormentosa tarde. ¿ Y ahora que haría? Tenia que preparar la cena para Enishi y Tetsuya, los cuales la paciencia no eran su don. Recordó que su amiga Misao vendría con Aoshi a hospedarse unos días en su casa...Simplemente no tenia tiempo para una lluvia!
Las gotas cada vez fueron mas y más. Pronto la iban a mojar por completo. Por emergencia tuvo que ir corriendo hacia el techo más cercano. En donde estaba seguramente ya tuviera lagunas en sus zapatos.
Se queda debajo el techo de un dojo japonés nativo. Era extraño ver uno todavía, la tecnología iba avanzando y arrasando con algunas tradiciones. El dojo inmediatamente le recordó a su querido, difunto, padre. El solía mandar uno el cual lastimosamente no pudo manejar por falta de recursos y cayo. Cuanto le dolía todo eso.
-Perdóname señorita pero no quisiera esperar adentro mientras la lluvia desea calmar?- Ofreció un hombre el cual parecía ser dueño del dojo.
Kaoru no tuvo tiempo de responder cuando este ya había abierto las grandes puertas. El señor llamo la atención de la joven. Ese cabello rojo, no es que era muy común entre la gente nativamente japonesa.
No pudo hacer mas nada que observarlo. Sintió que no-tenia palabras para agradecerle.
-Podrías comenzar por decirme gracias o tu nombre. - comento él mirando directamente a los ojos de la joven. Que centellantes eran! -
- Gracias. - Le responde Kaoru, aun sin decirle su nombre.
-Himura Kenshin- dice Kenshin esperando que ella si le respondiera esta vez.
-Mucho gusto Himura san, Kamiya Kaoru-
Ella lo observa. Nada mal, por lo menos algo diferente a los demás. -Bueno Kamiya san me puede llamar Kenshin, no soy ningún animal. - le dice Kenshin viendo como ella lo miraba. Esa mirada lo hacia sentir profundamente incomodo.
-Si ha si lo quiere. A mi me puede llamar Kaoru.- Kaoru nunca fue muy buena con las conversaciones y menos las que implicaba hablar con un perfecto extraño.
- Kenshin- se sonrojo a utilizar su nombre tan libremente- usted trabaja aquí?- pregunto con mucha curiosidad.
-Si. Aunque pueda que parezca algo aburrido para usted ahora. No es para parecer descortés pero a los jóvenes de ahora en día se les olvidan las tradiciones-
Kaoru se lo quedo mirando como si tuviera un bicho raro en cara. No pudo con al risa y la soltó. Hablaba como un anciano! Kenshin parecía de su misma edad, bueno tal vez dos o tres años mayor pero hasta allí!.
-¿Que le causa tanta risa Kaoru dono?-
De donde diablos saco el Kaoru dono? -Kenshin, hablas como si fueras un viejito- Dice ella con un leve rubor en sus mejillas.
-Perdona?- el se fue obligado acompañarla con la risa. Pauso, el aire entre cortante- Kaoru dono soy un hombre de 28 (N.de.Scoring: 27,28,29,30, la edad que tenga el pobre Kenshin!), no es que sea tan viejo, pero es muy obvio como cambia las generaciones.-
-Oh!- No lo podía creer... 28 años, se veía muy, pero muy, bien para su edad.
-Mil disculpas entonces. Pensé que eras menor- se disculpo Kaoru escondida entre hombros.
-Entonces que halagado me siento. Gracias Kaoru dono-
-Le pregunte porque los dojos y las artes marciales siempre me han llamado la atención. Mi padre solía manejar uno.- Decía Kaoru con una inmensa melancolía.
- Me sorprendes, verdaderamente. - Él encontró la fascinación de ella en es a frase.
A las dos horas pasadas la lluvia quiso parar. Esta vez había terminado su trabajo con resultados muy notarios. Kaoru y Kenshin acordaron salir un día así que intercambiaron teléfonos.
Lastimosamente cuando Kaoru llego a su casa halló el desastre en el que se fue. El teléfono descolgado, la ropa sucia de hace un mes regada por todo el piso de la sala, la comida chatarra tirada por la mesa. Echo totalmente un basurero. No se comparaba con el restaurante donde ella trabajaba.
-Kaoru que bien has llegado temprano hoy. - daba una poco calurosa bienvenida Enishi recostado al marco de la puerta del cuarto de la muchacha.
-¿qué quieres que haga?- pregunto amargamente Kaoru. Enishi nunca la saludaba al menos que algo él necesitaba. Como le encantaría irse lejos de el.
-Tetsuya llegara tarde, el tiene un asunto ,supuestamente, pendiente . Misao llego y se fue, dijo que tenia que llevar a su nuevo muñeco a conocer la ciudad...Así que nadie se digno a prepararme una cena. -
-¿Y no pudiste prepararte comida tu?-
-Yo soy un hombre ocupado querida, y tu no. -
-Por lo menos yo sudo mi trasero trabajando-
-Para eso y hacerme la comida estas-
No podía responderle a eso. Le sacaba un nervio siempre que se lo recordaba y no se atrevía a contestarle a Enishi con rabia él era mucho peor. Jamás podrá olvidar lo que casi le hace al pobre Tetsuya.
-Así me gustas mas Kao-chan- y terminando esa ultima frase se acerca a Kaoru y deja que sus enfadados labios se fundan en los inocentes de Kaoru. Un beso para morirse, uno detestable.
Pobre Kaoru todo lo que hacia para librarse de esas golpizas.
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Continuara...º!º
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