Notas de la autora:

Este fic no toma en cuenta a OotP (aún no lo leo) así que puede que algunas cosas varíen en forma de que la historia vaya tomando sentido. Espero que no se haga muy aburrido el comienzo ni que los personajes cambien mucho su forma de ser. Harry Potter y Co. pertenecen a Rowling.





Seremos Felices






Capítulo I





Era un día 1° de Septiembre. Todos los jóvenes magos se encontraban en el anden 9 ¾ y , entre ellos, se encontraba Harry Potter 'el niño que vivió'.Pero no se encontraba solo, sino que estaba con sus dos mejores amigos: Ron Weasley y Hermione Granger, quienes habían cursado con él los años anteriores y, además, vivido grandes aventuras y peligros para ellos.



Este sería su sexto curso en Hogwarts y, por ende, su última oportunidad para que Cho Chang, una chica un año mayor de Ravenclaw, supiera de sus sentimientos. Confiaba que podría hacerlo en el transcurso del año, en algunos de los tantos bailes que el colegio organizaba para celebrar las festividades pero, aún así, dudaba algunos segundos sobre lo que sentía hacia ella.



El tren hizo sonar su familiar pitido y comenzó a moverse. El trío de amigos se apresuró y entro antes de que aumentara de velocidad. Buscaron por los vagones uno que estuviera vacío y entraron en él para charlar de cosas sin importancia. Desde hacía 2 años sus amigos eran prefectos y, de vez en cuando, debían dejar el lugar para ponerse de acuerdo con los demás encargados. A principios se sentía desplazado pero ya se había acostumbrado, sin embargo, ellos se preocupaban de no dejarlo solo e iban en forma alternada, agradeciendo ese gesto.



- Ron, te toca – dijo una voz femenina



- Ya sé, ya sé – el aludido se paró con desgano y salió por la puerta del compartimiento



- Parece que ser prefecto es muy pesado – Harry pensó en voz alta



- Y lo es, hay veces que llega a aburrir, enserio Harry, no te pierdes de nada



- Pero tienes más libertades que muchos



- Y con eso, más responsabilidades… tener a cargo a los 1° todos los años, caminar por los pasillos a media noche, quitar y dar puntos e informar por ellos, organizar bailes y fiestas… - Hermione comenzó a enumerar todo lo que tenía que hacer como prefecta y Harry dejó de desear el puesto de sus amigos y soltó una carcajada.



- ¿De qué te ries? – preguntó interrumpiendo su discurso



- De nada… ¿tantas cosas deben hacer? – preguntó tratando de desviar la atención de su amiga.



- Sí, y en poco tiempo. El año se nos hace muy corto y muy pesado, ya no puedo estudiar como es debido – Hermione era una de las mejores alumnas de Hogwarts, a cada pregunta de cualquier profesor, se ve su mano alzada para responderla, ganando mas que perdiendo puntos, por el profesor Snape que todos odiaban, para su casa.



- Eso no es problema para ti, Hermione. Ya te sabes los libros de memoria – Se burló Harry



- No es cierto. Aún así no creo que este año me vaya muy bien – dio un suspiro – y bien Harry ¿Qué cuentas?



- ¿Yo?... Nada. Como siempre mis vacaciones son estropeadas por las personas que tengo como tíos



- ¿Te siguen tratando mal? – preguntó sorprendida lo que sorprendió, valga la redundancia, a Harry



- ¡Claro que sí! – aclaró – A ellos no les puede hacer más feliz eso y darían cualquier cosa por seguir haciéndolo o sacarme de su casa.



- Vaya… pensé que estando más grande sería diferente, más que mal, pronto serás mayor de edad – opinó la muchacha



- No creas, eso a ellos no les importa. Eso sí, cuando sea mayor me iré de esa casa lo antes posible…




La puerta del vagón se abrió de golpe y se asomó quién Harry más odiaba. Draco Malfoy. El era un Slytherin y una persona muy molestosa, especialmente con el trío de Gryffindor, a quienes su odio era recíproco. Con él estaban Crable y Goyle, los cuales eran como sus 'guardaespaldas'




- Miren a quien tenemos aquí, el cara rajada y la sangre-sucia – escupió



- Vete Malfoy y deja de molestar – respondió Hermione sin tomar en cuenta el apodo que le puso - ¿o quieres que te quite puntos?



- ¿Tu quitarme puntos a mi? - mientras hablaba se acercaba a la chica con aires superiores – Yo podría quitártelos a ti – le susurró ya en el oído



- Aléjate de ella, Malfoy – objetó Harry mientras se ponía entre ambos



- ¿Con que derecho me dices eso, Potter? Puedo sacarte 5 puntos por molestar a un prefecto



- Y yo 10, por molestarnos, así que márchate – dijo seriamente la prefecta



- A la próxima no te librarás tan fácil de mi, Granger – dijo amenazadoramente – te veo en la reunión, a menos que me tengas miedo – cerró con un portazo el compartimiento



- ¿Estas bien, Herm? – preguntó preocupado el joven que estaba con ella



- Si lo estoy, este año se ha puesto muy cargante, ya no lo soporto – declaró



- Lo sé. ¿te fijaste que te pescó a ti en vez de a mi?



- Si – respondió levemente



- Debes tener cuidado, ya me imagino si te encuentra sola en esas revisiones nocturnas, es capaz de cualquier cosa




La puerta se abrió rápidamente y entro un muchacho con cabellera rojiza muy apresurado




- ¿Te hizo algo ese estúpido, Herm?



- No te preocupes, Ron ¿Cómo supiste que me había atacado a mí? - cuestionó.



- El imbécil paso por todo el pasillo comentando sobre ti, algo de que le tenías miedo – se quedó un rato en silencio – además me contaron que fue muy pesado contigo en la junta anterior.



- Algo se trae entre manos ese idiota, no le hagas caso por nada en el mundo. Nosotros trataremos de averiguar que quiere – dijo Harry muy seriamente.



- No se preocupen, se cuidarme sola. Además, no creo que haga nada raro.



- Viniendo de él, creo que haría de todo – murmuró el pelirrojo




El viaje, luego de esa interrupción, fue placentero. Cuando comenzaron a llegar al colegio Hermione salió para ponerse su uniforme mientras el par de chicos hacía lo mismo en donde se encontraban. Al rato después la chica regresaba, ya cambiada, para continuar la conversación; más cuando la terminaron el tren comenzó a detenerse y los alumnos salían de sus vagones dispuestos a bajar.




- Los de primero por aquí – se escuchó una voz familiar en la lejanía. Sin pensarlo dos veces se acercaron a la fuente y vieron a Hagrid rodeado de niños.



- Hola Hagrid – saludaron



- Hola Harry, Ron y Hermione – respondió sin mirarlos pero, al fijar su vista en ellos su cara hizo una mueca de sorpresa – Wow! Han crecido bastante.



- Claro, no creías que nos quedaríamos para siempre como llegamos en primero – respondió Ron



- Y nos tenemos que ir antes que los carruajes se llenen –recordó Hermione – Adiós Hagrid



- Cierto, cierto. Adiós entonces, y cuidense – dijo sonriente el gigante




Los chicos imitaron a su amiga y la siguieron a un carro que estaba semi-vacio, ocupado solo por un chico, al que no conocían. El camino a Hogwarts fue silencioso. De cierta manera la presencia de alguien más les incomodaba de sobremanera y no se arriesgaron a conversar de cosas de relevancia, mas bien la conversación fue, posiblemente, la más superficial de sus vidas.




Al entrar al castillo se sintieron como en casa, olvidando el viaje recientemente pasado. Fueron directamente al comedor, el cual los esperaba, como cada año, con un gran banquete de bienvenida.




Se sentaron un poco alejados del resto y comenzaron comentar lo sucedido en el carruaje.




Luego de intercambiar un par de mensajes se silenciaron para ver el comienzo de la selección de alumnos que ocurría cada año. El Sombrero Seleccionador era el que definía en que casa de Hogwarts debía estar cada niño, pero antes, cantaba una canción alusiva a ellas, hablando de sus calidades en particular.




Esta vez Griffindor reunió la segunda mayoría de alumnos, superado solamente por Raveclaw. Cada uno de los jóvenes magos era recibido por Hermione, quien tuvo que acercarse a cada uno a medida que llegaba. Cuando terminó el sorteo ella volvió donde sus amigos, exhausta.




- Bien Ron, es tu deber llevarlos a todos a la sala común – dijo en tono autoritario mientras se servía una papas asadas – ya me entregaron la contraseña



- ¿Y porqué tu no? No creo que recibirlos fuera tanto trabajo – contestó enojado el pelirrojo



- Oh! ¿Quieres que te recuerde quién los llevó el año pasado? – ahora dejando las papas a un lado lo miraba fijamente -… a menos que quieras recoger mañana los horarios



- Bien, yo los llevo a los dormitorios, pero tu te ocupas de las chicas



- Eso está claro, iré detrás de ti junto con Harry – dijo esta vez mirando al aludido



- Seguro – respondió este sin querer meterse en la discusión de sus amigos. Ya tenía experiencia con esas típicas peleas y sabía que entrometerse en ellas era un pleito seguro. Es más, podrían dejar de hablar durante meses y, por ningún motivo quería que sucediera eso.



- Eh… Herms, el prefecto de Ravenclaw te llama – dijo Harry mirando como un hombre y una mujer, quien era prefecta de Hufflepuff, le hacían gestos desde la puerta del comedor.



- Seguramnte es otra de sus 'juntas' – se quejó a medida que se levantaba – ya vuelvo




Ambos jóvenes miraban como se alejaba y se dirigía con ellos al corredor. De pronto, vieron que Malfoy también iba al sector en el que se encontraba su amiga.




- Malfoy… - susurró Harry



- Su excusa es que también es prefecto – dijo Ron entre dientes – si le hace algo a Hermione, lo mato.



- Lo matamos – corrigió el muchacho de lentes.



- Exacto, primero le cortamos ese pelo engominado que tiene y le torcemos un brazo – empezó el penúltimo de los Weasley.



- Luego le pegamos en la cara horrenda que tiene dejándola peor – continuó el primogénito de los Potter




Ambos comenzaron a reirse descontroladamente imaginando a Draco Malfoy de manera humillante. Sin embargo no se fijaron en que los prefectos de Ravenclaw y Hufflepuff volvían a sus respectivamente a sus mesas y dejaban a Hermione junto con el rubio prefecto de Slytherin; hasta que una sonora bofetada sonó, dejando al comedor entero en silencio. Ella le había pegado a Malfoy.




Él estaba con semblante tranquilo, sin hacer más le dijo algo a la Griffindor y fue a su mesa a continuar su banquete. Al verlo sentado Hermione se traslado a la mesa y sus amigos vieron que tenía la cara roja. Poco a poco volvió el ruido al ambiente y la normalidad de las cosas.




- ¿Qué pasó, Hermione? – Le preguntó Neville Longbottom. Harry y Ron también miraban interesados



- Na… nada, Neville. Traten de olvidar todo ¿Está bien? – dijo mirando a todos los curiosos que habían llegado.



- No creo que por nada le hayas pegado a Malfoy con tal fuerza – pensó en voz alta Harry



- ¿Qué importa lo que me hizo Malfoy, ehh? – dijo algo disgustada pero su sonrojo no disminuía.



- ¡¿Malfoy te hizo algo?! – Ron reaccionó con lo que había dicho Hermione - ¿Lo matamos, Harry?



- Creo que con el golpe que le dio Hermione, tiene para rato – dijo esta vez Dean Thomas



- ¡Ya cortenla! – gritó la aludida. Por suerte para ella, nadie más que los que la rodeaban escucharon.




Dumbledore dio por finalizada la comida y pidió a los prefectos que llevaran a cada alumno a la casa que le correspondía. Ron se levanto.




- Gryffindor, siganme – gritó con fuerza




Todos los alumnos comenzaron a seguirlo. Tras el iban Harry y Hermione y sus otros compañeros. Al llegar, Ron fue con los chicos a las habitaciones de ellos mientras que Hermione hacía lo mismo con las chicas.




Terminaron, bajaron a la sala común y se sentaron en los sillones. Harry ya estaba ahí.




- Hermione – dijo Harry seriamente - ¿Qué rayos te hizo Malfoy?



- Nada, ya lo dije – respondió en voz baja



- Eso es mentira – dijo, esta vez, Ron – No te irás de aquí hasta que nos digas – pensó sus próximas palabras – lo decimos muy enserio



- Solo te tratamos de ayudar, Herms – habló el otro joven en un tono más suave, sabiendo que su amiga no tardaría en responder de manera agresiva – Esperaba que nos tendrías confianza con todo lo que hemos pasado los tres, en estos últimos años.



- Bueno – suspiró – les diré. Al fin y al cabo no es la gran cosa – Hermione se arregló graciosamente el pelo hacía atrás y se apoyó en el respaldo del sillón.





Continuará...