Deseo

- "Al ver que nuestro invitado se retiraba sin avisar a nadie, salí a buscarlo como corresponde a un buen anfitrión, y he sido recompensado con la más hermosa vista de la Tierra Media", dijo Haldir mientras se acercaba.

Legolas se sobresaltó, había estado tan perdido en sus pensamientos que no oyó aproximarse a Haldir. Ruborizado por sus palabras, solo atinó a decir:

- "Sólo vine a tomar un baño, pero ya he terminado"

- "Entonces esperaré a que te vistas y te escoltaré a tu alojamiento", respondió Haldir, sentándose sobre una de las piedras, sin dejar de observarlo.

- "Gracias, pero no es necesario. Conozco el camino".

Legolas se sentía atraído por el guapo elfo, pero su amor por Aragorn lo hacía dudar.

- "Un guerrero élfico que combate orcos y trasgos sin inmutarse, siente temor de alguien de su propia raza", canturreó Haldir en son de burla.

- "Te equivocas", replicó airado Legolas, y para demostrar que no sentía temor, se puso de pie y avanzó hacia la orilla para tomar sus vestiduras.

Sin embargo, Haldir fue más rápido, y antes de el arquero se diera cuenta de lo que pasaba, lo aprisionó entre sus brazos.

- "Eres la criatura más hermosa que ha visto la Tierra Media", susurró Haldir en su oido.

Legolas trató de resistirse, pero Haldir era más fuerte. Sintió su boca buscando la suya, mientras sus manos le acariciaban todo el cuerpo. Poco a poco dejó de luchar y dejó que Haldir lo bese, entreabriendo los labios que antes habia mantenido obstinadamente cerrados. Pronto la lengua de Haldir entró en su boca, explorándola. Legolas se relajó en esos fuertes brazos. Entonces un pensamiento llenó su mente: "ARAGORN".

- "No puedo hacerlo", gritó Legolas, poniéndose tenso nuevamente y tratando desesperadamente de apartar a Haldir.

- "¿Qué pasa, principito?. No voy a lastimarte", dijo preocupado Haldir. El repentino cambio de actitud de Legolas lo desconcertó por completo. Además, no estaba acostumbrado a ser rechazado por nadie.

- "Lo siento. Amo a otro", respondió Legolas, tratando desesperadamente de contener las lágrimas.

Haldir lo tomó por los hombros, con delicadeza, luego miró sus ojos azules y preguntó con un susurro:

- "¿Estás seguro?"

- "Sí", fue la respuesta.

- "El humano te romperá el corazón", dijo Haldir mirándolo a los ojos. Luego lo soltó lentamente y se alejó sin mirar atrás.

Legolas se cubrió el rostro con las manos. De pronto se sintió tan perdido que necesitaba desesperadamente consuelo. Pero acababa de rechazar a Haldir, por un amor irrealizable.

Se sumergió en la laguna, quería quitar de su cuerpo la sensación de Haldir tocándolo. Nadó durante un largo rato, tratando de calmar su espíritu.

Aragorn, que había estado observándolo todo, creyó morir de celos cuando Haldir había tomado entre sus brazos a Legolas, pero cuando Legolas respondió a esas caricias, supo lo que era el verdadero infierno. Sólo cuando vio que "su" elfo se soltaba de aquel abrazo, despidiendo a Haldir, se dio cuenta que había estado apretando los puños tan fuerte que estuvo a punto de sacar sangre de las palmas de sus manos.

No entendía que había pasado, pero deseaba desesperadamente estar junto a su amigo y consolarlo. Las lágrimas en el rostro de Legolas lo conmovían.

Se acercó a la orilla del lago, justo cuando Legolas sacaba la cabeza fuera del agua y lo miraba con asombro.

- "¿Puedo acompañarte?", preguntó Aragorn.

- "Claro", fue la rápida respuesta, y Legolas se sumergió nuevamente para ocultar su nerviosismo. Hacía algún tiempo le sucedía eso cuando estaba cerca de Aragorn. Eso y la sensación de alegría que lo invadía cuando estaban juntos, había sido el primer indicio de que quizá sus sentimientos hacia Aragorn fueran más allá de una simple amistad.

Aragorn se despojó de sus vestiduras y entró en el agua, pero Legolas había desaparecido. De pronto, algo lo arrastró dentro del agua, cuando logró salir, oyó la risa cristalina de Legolas. Entonces lo persiguió por el lago hasta sumergirlo también, riendo. La tensión había desaparecido, jugaron largo rato así, hasta un momento en que quedaron cara a cara.

Aragorn lo miró a los ojos, volviendo a su seriedad habitual

- "Te vi con Haldir", fueron sus únicas palabras.

- "¿Desde cuando el heredero de Isildur se convirtió en espía?", preguntó Legolas, con ironía, tratando en vano de ocultar su vergüenza.

- "Desde que su preocupación por un amigo llega al extremo de abandonar el banquete de nuestros anfitriones, para ver si éste se encuentra bien"

- "Vine aquí para estar solo. El me siguió sin que me diera cuenta", dijo sencillamente Legolas.

- "Lo rechazaste. ¿Por qué?", sus ojos castaños miraban los azules de Legolas, tratando de descifrar esa mirada.

El bello elfo bajó la mirada, y respondió simplemente:

- "Amo a otro", retrocediendo para salir del lago.

Aragorn lo detuvo, tomándolo del brazo, y de un tirón lo puso de nuevo frente a él.

- "Dime quién es" - exigió, cogiéndolo de la barbilla y obligándolo a mirarlo a los ojos - "Tengo que saberlo".

Pero entonces vio en la mirada de Legolas el mismo amor que creyó ver en Moria, mezclado con pena y desesperación. No pudo evitar que sus labios buscaran los del elfo, con ternura. Las manos que lo habían sujetado con fuerza, se suavizaron para acariciarlo. Jamás le haría daño a Legolas, juró Aragorn, sin saber que rápido rompería su juramento.

Legolas se sintió aterrorizado cuando Aragorn le exigió revelar su secreto. En pocos segundos pasaron por su mente muchas cosas: Aragorn jamás, en todo el tiempo que llevaban de conocerse, lo había tratado así; quizá sospechaba de sus sentimientos y lo odiaba por eso; Haldir también lo sabía, pues se lo había dicho, y ahora lo despreciaba por su amor a un humano; pero la Dama Galadriel le había dicho que no temiera a ese sentimiento. Fue en ese instante en que sus ojos mostraron a Aragorn sus verdaderos sentimientos, temeroso de ser golpeado e insultado, pero lejos de esto, su amado lo besó, con una ternura de la que nunca lo habría creído capaz.

Legolas se dejó llevar por las caricias, maravillado de cómo esas manos ásperas por la vida al aire libre, podían ser tan delicadas a la hora del amor. Entonces un pensamiento lo asaltó:

- "Arwen", susurró entre besos, buscando la mirada de Aragorn.

- "Ella no está aquí, tu sí", fue poco tranquilizadora respuesta. Él había esperado las ansiadas palabras de amor que no llegaron y eso le hizo daño, pero ya no podía detenerse, estaba decidido a romper todas las barreras con tal de estar con su amado. Por eso, confesó ruborizado su inexperiencia y Aragorn lo tomó nuevamente entre sus brazos mientras lo conducía a la orilla del lago, susurrándole que no temiera, que jamás lo lastimaría.

Se amaron lentamente. Aragorn lo llenó de tiernas caricias y besos y suavemente lo poseyó. Por un momento olvidaron la pena por Gandalf, los juramentos hechos, Arwen, incluso el anillo. Sólo existían ambos y nada más importaba. Finalmente, exhaustos, se durmieron abrazados en el lecho que Aragorn había improvisado entre los árboles, cubriéndose con su capa.

Aragorn fue el primero en despertar, besó los cabellos dorados del elfo, con cuidado de no despertarlo. Los acontecimientos de la noche anterior le parecían un sueño, pero el hermoso elfo dormido en sus brazos era la prueba de que había sido real. Sintió una punzada de culpabilidad por Arwen, y despacio, se levantó sin despertar a su compañero. Tomó un rápido baño en el arroyo, se vistió y se dirigió en busca de los otros.

Legolas despertó después de un rato. Buscó a Aragorn, pero no lo vio ni a él ni a sus ropas. El corazón le dolió, había soñado despertar en los brazos de su amado y éste había desaparecido. Lentamente se vistió y caminó en dirección a los talens, desde donde se oían canciones élficas.

********* RIVENDEL *********

Arwen despertó en medio de la noche, el vínculo que la unía a Aragorn a través del Evenstar, casi se había roto. Supo que Aragorn le había sido infiel, y no le fue difícil adivinar con quién.

- "Es solo para aliviar la soledad, no tendrá importancia para él", se dijo, pero algo en su interior sabía que esto no era cierto.

Ella amaba a Aragorn, no como montaraz, sino como el Heredero de Isildur, y había renunciado a su inmortalidad para estar con él como reina, y Aragorn la amaba y por ella se convertiría en rey.

Pero Legolas lo amaba incondicionalmente, ella lo había podido notar por la forma en que lo miraba, el día que lo defendió en el Concilio. Un rival así era peligroso.

TBC