15 Decisiones
Disclaimer: Todo esto pertenece a Tolkien, con excepción de Finw? que es una humilde creación mía.
A/N: He usado algunos diálogos del libro, modificados para adaptarlos a mi historia. La música es de U2 (me encanta, que puedo hacer!)
*** And if the darkness is to keep us apart / y si la oscuridad nos separa
And if the daylight feels like it's a long way off / y si la luz del día se siente como un largo camino
And if your glass heart should crack / y si tu corazón de cristal se rompe
And for a second you turn back / y por un segundo retrocedes
Oh no, be strong / oh no, sé fuerte Walk on / continúa
Walk on / continúa
What you got, they can't steal it / lo que tienes, ellos no te lo pueden robar
No they can't even feel it / no, ellos ni siquiera pueden sentirlo (U2 - Walk On)
*** La cabalgata continuó durante lo que quedaba de la noche. Finalmente, en la madrugada, llegaron a Cuernavilla, donde decidieron descansar y reflexionar.
Finw? había despertado con el ruido de los jinetes. Haldir no se encontraba allí, pues desde que lo hiriera con sus palabras, no se había vuelto a acercar. El elfo se puso de pie, se sentía muchísimo mejor y la herida estaba casi cerrada. Se acercó a la ventana y se asomó para ver a los recién llegados. Eran unos jinetes extraños, no se parecían a los hombres de Rohan, pues eran más altos y morenos. Entonces reparó en dos elfos idénticos que cabalgaban detrás de Aragorn. Sus cabellos eran negros y tenían la belleza y arrogancia de los señores elfos. Se preguntó quiénes serían.
Elladan miraba la fortaleza en la que tres días atrás se realizara la batalla que Aragorn le había referido mientras cabalgaban. Sus ojos recorrieron una de las torres y se detuvieron en una ventana, donde se veía una figura, con cabellos como el fuego que flotaban libremente al viento, pues Finw? se había deshecho las trenzas. Por un momento quedó extasiado con esa visión, pues había notado que se trataba de un elfo.
El rey hizo preparar habitaciones para los dos elfos de Rivendel, así como para Halbarad y Merry. Aragorn y sus compañeros ocuparían las mismas habitaciones de su anterior estancia.
Aragorn se retiró a sus habitaciones, ubicadas junto a las demás, en una de las cámaras altas de la villa. Dijo que necesitaba reflexionar y que quería estar solo. Legolas mientras tanto se quedó con Gimli y Merry, ya que por mucho que deseara acompañar a Aragorn, no podía despertar las sospechas de los hermanos de Arwen.
- "¿Dónde está Trancos?", preguntó Merry
- "En una de las cámaras altas de la villa", respondió Legolas. "dijo que deseaba estar solo. Lo noto extraño, tiene una duda oscura o alguna preocupación."
- "Lo que es perfectamente justificable. Se acerca el desenlace", dijo Gimli. - "es una compañía extraña, la de estos recién llegados. A su lado, los hombres de Rohan parecen casi niños; tienen rostros feroces, como de roca gastada por los años casi todos ellos, hasta el propio Aragorn; y son silenciosos".
- "Pero lo mismo que Aragorn, cuando rompen el silencio son corteses", contestó Legolas haciendo reír a Merry.
- "¿Y has observado a los hermanos Elladan y Elrohir?", continuó Gimli, - "visten ropas menos sombrías que los demás y tienen una extraña belleza y arrogancia, lo que no es extraño en los hijos de Elrond".
Legolas suspiró pensativo. Él mismo no sabía a qué habían venido los gemelos, ni Aragorn había podido o querido contárselo. De hecho, apenas llegaron a Cuernavilla, Elrohir no se separaba de Aragorn, mientras Elladan hacía lo mismo con Legolas, con lo que fue prácticamente imposible que los amantes pudieran hablar a solas. Luego Aragorn se había encerrado en su habitación y los gemelos en la suya.
- "¿Por qué han venido? ¿Lo sabes?", preguntó Merry.
- "Fueron convocados por Glorfindel y Elrond según el mismo Elladan me dijo", respondió Gimli.
El enano y el hobbit decidieron entonces ir a sus habitaciones a procurarse algún descanso, mientras que Legolas se dirigía a ver a Finw?, por quien había empezado a sentir bastante simpatía.
Al bajar por las escaleras, fue alcanzado por Elladan, quien le dijo:
- "He sabido que aquí está Haldir de Lórien y deseo verlo, pues es un amigo muy querido, ¿puedes guiarme hacia él?"
- "Precisamente voy a un lugar donde probablemente lo encontremos", contestó Legolas, y ambos continuaron el camino en silencio.
Al llegar a la sala, Legolas abrió la puerta y se sorprendió de que la mayoría de heridos ya no se encontraran allí. El único elfo que quedaba era Finwë, que estaba sentado junto a la ventana dibujando.
- "Mae govannen, amigo mío. Me alegra muchísimo ver que casi te has recuperado", dijo Legolas con afecto. - "me acompaña Elladan, hijo de Lord Elrond de Rivendel, quien ha venido con los dunadan a prestarnos ayuda"
Finwë hizo una pequeña reverencia al elfo de Rivendel, después de todo, era el hijo del señor de aquel lugar. Elladan sonrió mientras sus ojos recorrían al elfo pelirrojo, sin dejar escapar un solo detalle.
- "Veo que eres un elfo del Bosque Mágico, ¿hay otros como tú en este lugar? Pues he oído que son los mejores guerreros en cuanto a fuerza y valentía"
- "Sólo yo estoy aquí, pues vivo en Lórien hace algunos años. En cuanto al ejército que vino del Bosque Dorado, partieron ayer a pie Edoras bajo las órdenes de Rúmil, para la revista de tropas que pidió el rey Théoden. A causa de mi herida, tuve que quedarme, junto con Haldir que deseaba esperar a Aragorn", explicó Finwë.
- "¿Y dónde está Haldir?, pues deseo mucho saludarlo", preguntó Elladan
- ".no lo sé.lo vi antes de que despidiera al ejército de Lórien, ayer en la mañana"
En ese momento se abrió la puerta de la sala y entró Haldir. El elfo había estado inquieto desde el día anterior, sentía que debía disculparse con Finwë por su forma de expresarse, pero el orgullo se lo impedía. Varias veces había estado a punto de entrar a la sala, pero se arrepentía y volvía a su puesto. En una de esas idas vio llegar a Legolas y Elladan, y se acercó a saludar a sus amigos.
El encuentro fue feliz pues hacía mucho que no veía a Elladan. Se abrazaron con afecto. Luego abrazó también a Legolas, interrogándolo sobre lo ocurrido en Isengard con Saruman. No hizo el menor caso a Finwë, que tampoco lo miraba. Esto causó extrañeza a Legolas, pues percibía una tensión en el ambiente, de modo que tomó a Haldir del brazo diciéndole:
- "Ahora, amigo mío, deseo relatarte todo lo ocurrido en Isengard y pedir tu consejo sobre los próximos acontecimientos"
- "Vamos entonces al muro oeste, donde podremos hablar tranquilamente y respirar el aire puro de la mañana. Elladan, ¿nos acompañas?", preguntó Haldir - "Luego los alcanzo. No siempre se tiene la oportunidad de hablar con un elfo del misterioso Bosque Mágico, si no te importa", contestó Elladan
- "Por supuesto que no me importa", dijo Haldir mirando a Finwë, y tomando el brazo de Legolas, salió de allí
Elladan y Finwë se miraron por un momento. El elfo pelirrojo aún llevaba el cabello suelto, pues desde que discutiera con Haldir no había deseado hacerse más las trenzas a la usanza de los elfos de Lórien. Elladan pensaba en ese cabello rojo desparramado libremente en una cama con sábanas de seda.pero no, no podía permitirse distracción semejante.
- "Eres bastante joven para una guerra como esta", observó Elladan
- "Soy joven, pero manejo el arco y flechas como el mejor de los arqueros de Lórien, y no le temo al ardor de la batalla, ni a la muerte", contestó Finwë desafiante.
- "¿Y a qué le temes entonces? Un elfo como tú debe tener quien lo llore si sufre alguna herida en la batalla. La muerte puede no atemorizarnos, mas si lo hace el temor de hacer sufrir a quienes nos aman"
- "No tengo familia que me llore", se apresuró a responde Finwë
- "Pero habrá más de una doncella que llore, extrañando tus caricias", aventuró Elladan
- "No la hay, no la hubo, ni la habrá", contestó el otro elfo.
- "¿No la hay, no la habrá? Es que acaso no has disfrutado nunca de los placeres del amor?", preguntó Elladan
Finwë se ruborizó, el recuerdo de las palabras de Haldir volvió a surgir, lastimándolo. También le recordaron su resolución de eliminar aquel factor que su adorado Haldir despreciaba.
- "He sido despreciado por considerárseme inexperto", Finwë había tomado una gran bocanada de aire antes de decir esto, sin atreverse a mirar a Elladan, pensando que se burlaría de él. En realidad, no sabía ni siquiera por qué le estaba diciendo esto, quizá porque era un perfecto desconocido.
- "¿Y quién se atrevería a despreciar a tan adorable criatura? Si yo estuviera en el lugar de quien te despreció, esa idea jamás cruzaría por mi cabeza", respondió Elladan galantemente.
- "¿De verdad lo harías?"
- "¿Hacer qué?", Elladan sólo deseaba ser cortés, por eso lo sorprendió oír la pregunta del otro elfo.
- "Enseñarme lo que necesito, para no volver a ser despreciado por aquél a quien amo"
Antes de que Elladan pudiera responder, se abrió la puerta y entró Eowyn con la noticia de que partirían en pocas horas. Sin más, Elladan se retiró, ansioso de comentar a su hermano lo que acababa de sucederle. No respondió nada a Finw?, pero le cerró un ojo antes de salir, dejándolo sumido en una gran incertidumbre.
Eowyn y Legolas dedicaron el resto del tiempo a prepararse para el viaje, pues elfo pelirrojo estaba decidido a partir esta vez, ya que se sentía casi recuperado.
***
Aragorn se había encerrado en su habitación, deseando estar solo, pues se sentía atormentado por la responsabilidad que cargaba sobre sus hombros, mezclada con la culpa por Arwen. Tomó asiento sobre la cama y abrió el paquete. Contenía, tal como lo habia imaginado, un estandarte de guerra, bordado con infinita paciencia por las manos de la Dama de Rivendel. En él destacaban los emblemas de la Casa de Elrond y de Gondor y entrelazadas, dos runas élficas que representaban una "A" y una "E", Arwen y Elessar. Una punzada de culpabilidad hizo que doblara el estandarte, notando en la parte posterior, casi oculta por los pliegues de la tela, una inscripción hecha en un lenguaje que desconocía. Los caracteres le eran vagamente familiares, eran runas élficas pero no las podía leer. Luego le preguntaría a Gandalf.
También había un trozo de pergamino, escrito con la letra de Arwen, que simplemente decía:
Una larga sombra se cierne sobre la tierra, y con alas de oscuridad avanza hacia el oeste. La Torre tiembla; a las tumbas de los reyes se aproxima el Destino. Los Muertos despiertan: ha llegado la hora de los perjuros: de nuevo en pie en la Roca de Erech oirán un cuerno que resuena en las montañas. ¿De quién será ese cuerno? ¿Quién a los olvidados llama desde el gris del crepúsculo? El heredero de aquel a quien juraron lealtad. Traído por la necesidad, vendrá desde el norte: y cruzará la Puerta que lleva a los Senderos de los Muertos. La oscuridad se cierne sobre el mundo, los perjuros caminarán de nuevo, mas la luz del Bosque Negro se extinguirá también en la Roca Sagrada.
¿Ese era también el mensaje de Arwen? ¿Una advertencia sobre Legolas? Las dudas atormentaban al dunadan, quien se cogía la cabeza entre las manos, sin saber qué hacer. Entonces recordó el palantir, y lo colocó sobre la mesa, destapando el lienzo que lo cubría. Casi al instante, empezó a brillar con un fuego incandescente que atraía su mirada. El ojo ardiente ocupaba casi toda la esfera, pero fue reemplazado pronto por visiones de enormes ejércitos, la Torre Blanca, las batallas que se libraban y se librarían, y luego la visión de su sueño. Aragorn contempló con el corazón encogido una figura rubia cubierta de sangre en medio de un bosque. No pudo contener un grito, y la piedra se llenó de nuevo del ojo incandescente. Sintió la presencia del enemigo y supo que él había sentido la suya. Logró dominarse y tomar la empuñadura de Andúril, sacándola lentamente de su vaina, al tenerla en sus manos pareció recobrar la fuerza y la empuñó desafiante frente a la piedra. - "Esta es la espada que volvió a ser forjada", dijo. Luego cogió el lienzo y cubrió la esfera, para derrumbarse luego en la cama, sollozando.
Al cabo de un rato, se levantó. Había tomado una determinación y debía comunicarla a sus hombres enseguida.
*** Era ya mediodía. Éomer y el rey se encontraban en la explanada, donde se empezaban a reunir los jinetes para partir a Edoras. En Cuernavilla quedaría solamente una pequeña guarnición. El día anterior habían partido ya un millar de hombres acompañados por los arqueros de Lórien, hacia El Sagrario, donde se estaban reuniendo todos los hombres de La Marca antes de dirigirse a Gondor. Allí Aragorn se reunió con él. Venía en compañía de Halbarad, que llevaba el estandarte bordado por Arwen cubierto con un lienzo negro, y de los dos elfos cabellos oscuros. Detrás de ellos iban Legolas y Gimli.
El montaraz parecía haber envejecido en esas pocas horas, su rostro estaba sombrío y fatigado. Se dirigió al rey entonces:
- "Me siento atribulado, señor. He oído palabras extrañas, y veo a lo lejos nuevos peligros. He meditado largamente para tomar la decisión que ahora les comunicaré. Se que viajaréis al Sagrario por el camino de la montaña, reclutando a los hombres de Rohan a vuestro paso. Este viaje tomará al menos tres días, por lo que no puedo acompañaros. El tiempo apremia, debo partir con los míos tomando el camino más corto por el Este y cabalgaré por los Senderos de los Muertos".
- "¡Los Senderos de los Muertos!", exclamó Théoden - "si en verdad hay tales senderos, la puerta está en el Sagrario; pero ningún hombre viviente podrá franquearla".
Los jinetes se estremecieron al oír estas palabras, mas los hombres de Aragorn permanecieron impasibles.
- "Ese será, sin embargo, mi camino. La hora se acerca y las profecías deben ser cumplidas".
El rey meditó un momento, luego dijo:
- "Harás lo que te parezca mejor, mi señor Aragorn. Es tu destino tal vez transitar por senderos extraños que otros no se atreven a pisar. Esta separación me entristece y me resta fuerzas; pero ahora tengo que partir, y ya sin más demora, por los caminos de la montaña. ¡Adiós!"
Se despidieron así, y el rey partió con Éomer, Eowyn y sus jinetes. Aragorn los siguió con los ojos hasta que no fueron más que una nube de polvo. Luego se volvió hacia Halbarad.
- "Esta separación me causa pena, pues son amigos muy queridos, mas debo cumplir mi destino. Tomaré un bocado y entonces nos apresuraremos a partir. ¡Legolas y Gimli, Merry, vengan!, deseo hablar con ustedes mientras como".
Volvieron juntos al Fuerte. Durante un rato Aragorn permaneció silencioso, sentado a la mesa, tratando de escoger las palabras que lastimarían menos a su amado.
- "!Veamos!", dijo el elfo, "¡Habla y reanímate y ahuyenta las sombras! ¿Qué te ha pasado desde que regresamos en la mañana gris a este lugar siniestro?"
Aragorn trató de sonreír, conmovido por la actitud del elfo, pues sabía que estaba sufriendo por dentro, pero se mostraba alegre para reanimarlo.
- "He recibido un símbolo de la promesa que hice, y un mensaje que refiere una profecía largo tiempo olvidada, pero eso no me preocupa tanto como la visión que tuve al escrutar la Piedra de Orthanc", contestó Aragorn
Legolas palideció, sin comprender del todo esas palabras.
- "¿Has escrutado esa piedra maldita y embrujada?", exclamó Gimli con cara de miedo y asombro. - "¿Lo has visto? Hasta Gandalf temía ese encuentro".
- "Olvidas que soy el Heredero de Isildur", respondió Aragorn, - "soy el dueño legítimo de la piedra, y usé este derecho para mirar en su interior. La voluntad me alcanzó a duras penas. Primero me mostró una visión aterradora, de la que aún no puedo hablarles, pero no me doblegué, y entonces lo vi y él me vio. No se si hice mal, pero no lo creo, pues él no ha olvidado la espada de Elendil y le mostré la hoja que fue forjada de nuevo. Aún sus poderes no lo hacen insensible al temor, pero el tiempo apremia, pues ahora está sobre aviso. También vi un peligro que llegará del sur hacia Gondor, por eso debemos apresurarnos, o en diez días perderemos esa ciudad".
- "Entonces ya está perdida", dijo Gimli, - "pues ¿qué socorros podríamos enviar y cómo podrían llegar allí a tiempo?"
- "De eso quería hablarles. Debo ir yo mismo con esa ayuda, pero existe un solo camino que puede llevarme a las tierras camino en las montañas que pueda llevarme a las tierras de la costa antes que todo se haya perdido: los Senderos de los Muertos".
- "Un nombre funesto, que atemoriza a los hombres de Rohan por lo que hemos podido ver", dijo al fin Merry, - "¿Qué son, Trancos?"
- "En la Segunda Edad los hombres de las Montañas Blancas construyeron la fortaleza del Sagrario, antes de la llegada de los hombres de Gondor. Y aunque juraron ayudar a Gondor, fueron corrompidos por Sauron y traicionaron a sus aliados. Por quebrantar el juramento, sus espíritus no pudieron descansar, y durante todos estos años, ejército fantasma, conocido como los Muertos de Sagrario, vaga por el Dwiniorberg o Monte de los Espectros, por encima de Sagrario y se le conoce como Senderos de los Muertos. La profecía dice que sólo el heredero de aquél a quien juraron fidelidad, los liberaría de su castigo".
- "Las profecías son oscuras, ¿cómo sabes que se refieren a eso?", preguntó Legolas, pues aunque no le temía a los espectros, sentía que había algo más que Aragorn no les había dicho.
- "El mensaje que recibí de Rivendel, enviado por Elrond y Arwen me trae las palabras del vidente Malbeth, último rey de Fornost", respondió Aragorn, leyendo parte de la profecía, pero omitió los últimos párrafos, que según su interpretación, se referían a Legolas.
- "Sendas oscuras, sin duda alguna", dijo Gimli, - "pero para mí no es más que una leyenda"
- "Si deseas entenderlas mejor, te invito a acompañarme", dijo Aragorn, - "pero no tomo este camino de buen grado, me obliga la necesidad. Por lo tanto, sólo aceptaré que me acompañen si lo desean".
- "Iré contigo aun por los Senderos de los Muertos y a cualquier fin a que quieras conducirme", respondió el enano.
- "Yo también te acompañaré", dijo el elfo, - "pues no temo a los muertos", y agregó, para sopresa de Merry, "y además, te seguiría hasta Mordor si me lo pidieras, mi Señor".
- "Yo también iré, si me lo pides", contestó a su vez Merry.
- "Las decisiones serán tomadas luego", dijo Aragorn poniéndose de pie. - "ahora debemos partir sin demora hacia el Sagrario"
Los demás hicieron lo mismo, y Gimli llevó a Merry por delante, para darle tiempo a sus amigos de hablar a solas.
- "No deseas mi compañía, ¿verdad?", preguntó el elfo, tratando de parecer indiferente.
- "El camino estará lleno de peligros...", comenzó a explicar Aragorn.
- "¡Dímelo entonces claramente! hablas en acertijos que no logro entender...", exclamó el elfo. Deseaba desesperadamente preguntarle a su amado si había decidido honrar su promesa a la Dama de Rivendel, pues no hallaba otra explicación lógica a sus actos. Pero el orgullo lo hizo callar.
- "Solamente quiero tu seguridad, no soportaría perderte", respondió Aragorn poniendo el brazo en el hombro del elfo, atrayéndolo hacia él.
Legolas sintió renacer la esperanza, y se adelantó para echarse en los brazos de su amado, cuando se abrió la puerta y entró Elladan, seguido de Finw?, que caminaba con algo de dificultad. Los amantes se separaron rápidamente, aparentando naturalidad.
- "Todo está listo para partir, futuro hermano mío", dijo Elladan, mirando pensativo a los dos. Había algo raro allí, decididamente, se dijo. Luego trataría de hablar a solas con Legolas, mientras Elrohir lo hacía con Aragorn.
- "¿Partirás tú también?", preguntó Legolas a Finw?
- "Sí. Elladan dice que estoy casi recuperado, e iré a caballo junto con él", respondió el elfo.
Salieron a la explanada, donde los otros montaraces aguardaban encapuchados. Habían traído el caballo de Aragorn, de nombre Roheryn, el cual fue montado por su dueño. Halbarad se puso a su lado izquierdo, mientras Elrohir cabalgaba a su derecha. Detrás de ellos iban Elladan y Finw?, en el mismo caballo, junto a Haldir y Merry, que montaban a Hasufel. Legolas y Gimli cabalgaban junto al elfo de Lórien.
Halbarad tocó entonces el cuerno. Los ecos llenaron el Abismo de Helm, mientras iniciaban la partida a galope, siendo contemplados por los estupefactos hombres que quedaban custodiando el abismo.
TBC
Disclaimer: Todo esto pertenece a Tolkien, con excepción de Finw? que es una humilde creación mía.
A/N: He usado algunos diálogos del libro, modificados para adaptarlos a mi historia. La música es de U2 (me encanta, que puedo hacer!)
*** And if the darkness is to keep us apart / y si la oscuridad nos separa
And if the daylight feels like it's a long way off / y si la luz del día se siente como un largo camino
And if your glass heart should crack / y si tu corazón de cristal se rompe
And for a second you turn back / y por un segundo retrocedes
Oh no, be strong / oh no, sé fuerte Walk on / continúa
Walk on / continúa
What you got, they can't steal it / lo que tienes, ellos no te lo pueden robar
No they can't even feel it / no, ellos ni siquiera pueden sentirlo (U2 - Walk On)
*** La cabalgata continuó durante lo que quedaba de la noche. Finalmente, en la madrugada, llegaron a Cuernavilla, donde decidieron descansar y reflexionar.
Finw? había despertado con el ruido de los jinetes. Haldir no se encontraba allí, pues desde que lo hiriera con sus palabras, no se había vuelto a acercar. El elfo se puso de pie, se sentía muchísimo mejor y la herida estaba casi cerrada. Se acercó a la ventana y se asomó para ver a los recién llegados. Eran unos jinetes extraños, no se parecían a los hombres de Rohan, pues eran más altos y morenos. Entonces reparó en dos elfos idénticos que cabalgaban detrás de Aragorn. Sus cabellos eran negros y tenían la belleza y arrogancia de los señores elfos. Se preguntó quiénes serían.
Elladan miraba la fortaleza en la que tres días atrás se realizara la batalla que Aragorn le había referido mientras cabalgaban. Sus ojos recorrieron una de las torres y se detuvieron en una ventana, donde se veía una figura, con cabellos como el fuego que flotaban libremente al viento, pues Finw? se había deshecho las trenzas. Por un momento quedó extasiado con esa visión, pues había notado que se trataba de un elfo.
El rey hizo preparar habitaciones para los dos elfos de Rivendel, así como para Halbarad y Merry. Aragorn y sus compañeros ocuparían las mismas habitaciones de su anterior estancia.
Aragorn se retiró a sus habitaciones, ubicadas junto a las demás, en una de las cámaras altas de la villa. Dijo que necesitaba reflexionar y que quería estar solo. Legolas mientras tanto se quedó con Gimli y Merry, ya que por mucho que deseara acompañar a Aragorn, no podía despertar las sospechas de los hermanos de Arwen.
- "¿Dónde está Trancos?", preguntó Merry
- "En una de las cámaras altas de la villa", respondió Legolas. "dijo que deseaba estar solo. Lo noto extraño, tiene una duda oscura o alguna preocupación."
- "Lo que es perfectamente justificable. Se acerca el desenlace", dijo Gimli. - "es una compañía extraña, la de estos recién llegados. A su lado, los hombres de Rohan parecen casi niños; tienen rostros feroces, como de roca gastada por los años casi todos ellos, hasta el propio Aragorn; y son silenciosos".
- "Pero lo mismo que Aragorn, cuando rompen el silencio son corteses", contestó Legolas haciendo reír a Merry.
- "¿Y has observado a los hermanos Elladan y Elrohir?", continuó Gimli, - "visten ropas menos sombrías que los demás y tienen una extraña belleza y arrogancia, lo que no es extraño en los hijos de Elrond".
Legolas suspiró pensativo. Él mismo no sabía a qué habían venido los gemelos, ni Aragorn había podido o querido contárselo. De hecho, apenas llegaron a Cuernavilla, Elrohir no se separaba de Aragorn, mientras Elladan hacía lo mismo con Legolas, con lo que fue prácticamente imposible que los amantes pudieran hablar a solas. Luego Aragorn se había encerrado en su habitación y los gemelos en la suya.
- "¿Por qué han venido? ¿Lo sabes?", preguntó Merry.
- "Fueron convocados por Glorfindel y Elrond según el mismo Elladan me dijo", respondió Gimli.
El enano y el hobbit decidieron entonces ir a sus habitaciones a procurarse algún descanso, mientras que Legolas se dirigía a ver a Finw?, por quien había empezado a sentir bastante simpatía.
Al bajar por las escaleras, fue alcanzado por Elladan, quien le dijo:
- "He sabido que aquí está Haldir de Lórien y deseo verlo, pues es un amigo muy querido, ¿puedes guiarme hacia él?"
- "Precisamente voy a un lugar donde probablemente lo encontremos", contestó Legolas, y ambos continuaron el camino en silencio.
Al llegar a la sala, Legolas abrió la puerta y se sorprendió de que la mayoría de heridos ya no se encontraran allí. El único elfo que quedaba era Finwë, que estaba sentado junto a la ventana dibujando.
- "Mae govannen, amigo mío. Me alegra muchísimo ver que casi te has recuperado", dijo Legolas con afecto. - "me acompaña Elladan, hijo de Lord Elrond de Rivendel, quien ha venido con los dunadan a prestarnos ayuda"
Finwë hizo una pequeña reverencia al elfo de Rivendel, después de todo, era el hijo del señor de aquel lugar. Elladan sonrió mientras sus ojos recorrían al elfo pelirrojo, sin dejar escapar un solo detalle.
- "Veo que eres un elfo del Bosque Mágico, ¿hay otros como tú en este lugar? Pues he oído que son los mejores guerreros en cuanto a fuerza y valentía"
- "Sólo yo estoy aquí, pues vivo en Lórien hace algunos años. En cuanto al ejército que vino del Bosque Dorado, partieron ayer a pie Edoras bajo las órdenes de Rúmil, para la revista de tropas que pidió el rey Théoden. A causa de mi herida, tuve que quedarme, junto con Haldir que deseaba esperar a Aragorn", explicó Finwë.
- "¿Y dónde está Haldir?, pues deseo mucho saludarlo", preguntó Elladan
- ".no lo sé.lo vi antes de que despidiera al ejército de Lórien, ayer en la mañana"
En ese momento se abrió la puerta de la sala y entró Haldir. El elfo había estado inquieto desde el día anterior, sentía que debía disculparse con Finwë por su forma de expresarse, pero el orgullo se lo impedía. Varias veces había estado a punto de entrar a la sala, pero se arrepentía y volvía a su puesto. En una de esas idas vio llegar a Legolas y Elladan, y se acercó a saludar a sus amigos.
El encuentro fue feliz pues hacía mucho que no veía a Elladan. Se abrazaron con afecto. Luego abrazó también a Legolas, interrogándolo sobre lo ocurrido en Isengard con Saruman. No hizo el menor caso a Finwë, que tampoco lo miraba. Esto causó extrañeza a Legolas, pues percibía una tensión en el ambiente, de modo que tomó a Haldir del brazo diciéndole:
- "Ahora, amigo mío, deseo relatarte todo lo ocurrido en Isengard y pedir tu consejo sobre los próximos acontecimientos"
- "Vamos entonces al muro oeste, donde podremos hablar tranquilamente y respirar el aire puro de la mañana. Elladan, ¿nos acompañas?", preguntó Haldir - "Luego los alcanzo. No siempre se tiene la oportunidad de hablar con un elfo del misterioso Bosque Mágico, si no te importa", contestó Elladan
- "Por supuesto que no me importa", dijo Haldir mirando a Finwë, y tomando el brazo de Legolas, salió de allí
Elladan y Finwë se miraron por un momento. El elfo pelirrojo aún llevaba el cabello suelto, pues desde que discutiera con Haldir no había deseado hacerse más las trenzas a la usanza de los elfos de Lórien. Elladan pensaba en ese cabello rojo desparramado libremente en una cama con sábanas de seda.pero no, no podía permitirse distracción semejante.
- "Eres bastante joven para una guerra como esta", observó Elladan
- "Soy joven, pero manejo el arco y flechas como el mejor de los arqueros de Lórien, y no le temo al ardor de la batalla, ni a la muerte", contestó Finwë desafiante.
- "¿Y a qué le temes entonces? Un elfo como tú debe tener quien lo llore si sufre alguna herida en la batalla. La muerte puede no atemorizarnos, mas si lo hace el temor de hacer sufrir a quienes nos aman"
- "No tengo familia que me llore", se apresuró a responde Finwë
- "Pero habrá más de una doncella que llore, extrañando tus caricias", aventuró Elladan
- "No la hay, no la hubo, ni la habrá", contestó el otro elfo.
- "¿No la hay, no la habrá? Es que acaso no has disfrutado nunca de los placeres del amor?", preguntó Elladan
Finwë se ruborizó, el recuerdo de las palabras de Haldir volvió a surgir, lastimándolo. También le recordaron su resolución de eliminar aquel factor que su adorado Haldir despreciaba.
- "He sido despreciado por considerárseme inexperto", Finwë había tomado una gran bocanada de aire antes de decir esto, sin atreverse a mirar a Elladan, pensando que se burlaría de él. En realidad, no sabía ni siquiera por qué le estaba diciendo esto, quizá porque era un perfecto desconocido.
- "¿Y quién se atrevería a despreciar a tan adorable criatura? Si yo estuviera en el lugar de quien te despreció, esa idea jamás cruzaría por mi cabeza", respondió Elladan galantemente.
- "¿De verdad lo harías?"
- "¿Hacer qué?", Elladan sólo deseaba ser cortés, por eso lo sorprendió oír la pregunta del otro elfo.
- "Enseñarme lo que necesito, para no volver a ser despreciado por aquél a quien amo"
Antes de que Elladan pudiera responder, se abrió la puerta y entró Eowyn con la noticia de que partirían en pocas horas. Sin más, Elladan se retiró, ansioso de comentar a su hermano lo que acababa de sucederle. No respondió nada a Finw?, pero le cerró un ojo antes de salir, dejándolo sumido en una gran incertidumbre.
Eowyn y Legolas dedicaron el resto del tiempo a prepararse para el viaje, pues elfo pelirrojo estaba decidido a partir esta vez, ya que se sentía casi recuperado.
***
Aragorn se había encerrado en su habitación, deseando estar solo, pues se sentía atormentado por la responsabilidad que cargaba sobre sus hombros, mezclada con la culpa por Arwen. Tomó asiento sobre la cama y abrió el paquete. Contenía, tal como lo habia imaginado, un estandarte de guerra, bordado con infinita paciencia por las manos de la Dama de Rivendel. En él destacaban los emblemas de la Casa de Elrond y de Gondor y entrelazadas, dos runas élficas que representaban una "A" y una "E", Arwen y Elessar. Una punzada de culpabilidad hizo que doblara el estandarte, notando en la parte posterior, casi oculta por los pliegues de la tela, una inscripción hecha en un lenguaje que desconocía. Los caracteres le eran vagamente familiares, eran runas élficas pero no las podía leer. Luego le preguntaría a Gandalf.
También había un trozo de pergamino, escrito con la letra de Arwen, que simplemente decía:
Una larga sombra se cierne sobre la tierra, y con alas de oscuridad avanza hacia el oeste. La Torre tiembla; a las tumbas de los reyes se aproxima el Destino. Los Muertos despiertan: ha llegado la hora de los perjuros: de nuevo en pie en la Roca de Erech oirán un cuerno que resuena en las montañas. ¿De quién será ese cuerno? ¿Quién a los olvidados llama desde el gris del crepúsculo? El heredero de aquel a quien juraron lealtad. Traído por la necesidad, vendrá desde el norte: y cruzará la Puerta que lleva a los Senderos de los Muertos. La oscuridad se cierne sobre el mundo, los perjuros caminarán de nuevo, mas la luz del Bosque Negro se extinguirá también en la Roca Sagrada.
¿Ese era también el mensaje de Arwen? ¿Una advertencia sobre Legolas? Las dudas atormentaban al dunadan, quien se cogía la cabeza entre las manos, sin saber qué hacer. Entonces recordó el palantir, y lo colocó sobre la mesa, destapando el lienzo que lo cubría. Casi al instante, empezó a brillar con un fuego incandescente que atraía su mirada. El ojo ardiente ocupaba casi toda la esfera, pero fue reemplazado pronto por visiones de enormes ejércitos, la Torre Blanca, las batallas que se libraban y se librarían, y luego la visión de su sueño. Aragorn contempló con el corazón encogido una figura rubia cubierta de sangre en medio de un bosque. No pudo contener un grito, y la piedra se llenó de nuevo del ojo incandescente. Sintió la presencia del enemigo y supo que él había sentido la suya. Logró dominarse y tomar la empuñadura de Andúril, sacándola lentamente de su vaina, al tenerla en sus manos pareció recobrar la fuerza y la empuñó desafiante frente a la piedra. - "Esta es la espada que volvió a ser forjada", dijo. Luego cogió el lienzo y cubrió la esfera, para derrumbarse luego en la cama, sollozando.
Al cabo de un rato, se levantó. Había tomado una determinación y debía comunicarla a sus hombres enseguida.
*** Era ya mediodía. Éomer y el rey se encontraban en la explanada, donde se empezaban a reunir los jinetes para partir a Edoras. En Cuernavilla quedaría solamente una pequeña guarnición. El día anterior habían partido ya un millar de hombres acompañados por los arqueros de Lórien, hacia El Sagrario, donde se estaban reuniendo todos los hombres de La Marca antes de dirigirse a Gondor. Allí Aragorn se reunió con él. Venía en compañía de Halbarad, que llevaba el estandarte bordado por Arwen cubierto con un lienzo negro, y de los dos elfos cabellos oscuros. Detrás de ellos iban Legolas y Gimli.
El montaraz parecía haber envejecido en esas pocas horas, su rostro estaba sombrío y fatigado. Se dirigió al rey entonces:
- "Me siento atribulado, señor. He oído palabras extrañas, y veo a lo lejos nuevos peligros. He meditado largamente para tomar la decisión que ahora les comunicaré. Se que viajaréis al Sagrario por el camino de la montaña, reclutando a los hombres de Rohan a vuestro paso. Este viaje tomará al menos tres días, por lo que no puedo acompañaros. El tiempo apremia, debo partir con los míos tomando el camino más corto por el Este y cabalgaré por los Senderos de los Muertos".
- "¡Los Senderos de los Muertos!", exclamó Théoden - "si en verdad hay tales senderos, la puerta está en el Sagrario; pero ningún hombre viviente podrá franquearla".
Los jinetes se estremecieron al oír estas palabras, mas los hombres de Aragorn permanecieron impasibles.
- "Ese será, sin embargo, mi camino. La hora se acerca y las profecías deben ser cumplidas".
El rey meditó un momento, luego dijo:
- "Harás lo que te parezca mejor, mi señor Aragorn. Es tu destino tal vez transitar por senderos extraños que otros no se atreven a pisar. Esta separación me entristece y me resta fuerzas; pero ahora tengo que partir, y ya sin más demora, por los caminos de la montaña. ¡Adiós!"
Se despidieron así, y el rey partió con Éomer, Eowyn y sus jinetes. Aragorn los siguió con los ojos hasta que no fueron más que una nube de polvo. Luego se volvió hacia Halbarad.
- "Esta separación me causa pena, pues son amigos muy queridos, mas debo cumplir mi destino. Tomaré un bocado y entonces nos apresuraremos a partir. ¡Legolas y Gimli, Merry, vengan!, deseo hablar con ustedes mientras como".
Volvieron juntos al Fuerte. Durante un rato Aragorn permaneció silencioso, sentado a la mesa, tratando de escoger las palabras que lastimarían menos a su amado.
- "!Veamos!", dijo el elfo, "¡Habla y reanímate y ahuyenta las sombras! ¿Qué te ha pasado desde que regresamos en la mañana gris a este lugar siniestro?"
Aragorn trató de sonreír, conmovido por la actitud del elfo, pues sabía que estaba sufriendo por dentro, pero se mostraba alegre para reanimarlo.
- "He recibido un símbolo de la promesa que hice, y un mensaje que refiere una profecía largo tiempo olvidada, pero eso no me preocupa tanto como la visión que tuve al escrutar la Piedra de Orthanc", contestó Aragorn
Legolas palideció, sin comprender del todo esas palabras.
- "¿Has escrutado esa piedra maldita y embrujada?", exclamó Gimli con cara de miedo y asombro. - "¿Lo has visto? Hasta Gandalf temía ese encuentro".
- "Olvidas que soy el Heredero de Isildur", respondió Aragorn, - "soy el dueño legítimo de la piedra, y usé este derecho para mirar en su interior. La voluntad me alcanzó a duras penas. Primero me mostró una visión aterradora, de la que aún no puedo hablarles, pero no me doblegué, y entonces lo vi y él me vio. No se si hice mal, pero no lo creo, pues él no ha olvidado la espada de Elendil y le mostré la hoja que fue forjada de nuevo. Aún sus poderes no lo hacen insensible al temor, pero el tiempo apremia, pues ahora está sobre aviso. También vi un peligro que llegará del sur hacia Gondor, por eso debemos apresurarnos, o en diez días perderemos esa ciudad".
- "Entonces ya está perdida", dijo Gimli, - "pues ¿qué socorros podríamos enviar y cómo podrían llegar allí a tiempo?"
- "De eso quería hablarles. Debo ir yo mismo con esa ayuda, pero existe un solo camino que puede llevarme a las tierras camino en las montañas que pueda llevarme a las tierras de la costa antes que todo se haya perdido: los Senderos de los Muertos".
- "Un nombre funesto, que atemoriza a los hombres de Rohan por lo que hemos podido ver", dijo al fin Merry, - "¿Qué son, Trancos?"
- "En la Segunda Edad los hombres de las Montañas Blancas construyeron la fortaleza del Sagrario, antes de la llegada de los hombres de Gondor. Y aunque juraron ayudar a Gondor, fueron corrompidos por Sauron y traicionaron a sus aliados. Por quebrantar el juramento, sus espíritus no pudieron descansar, y durante todos estos años, ejército fantasma, conocido como los Muertos de Sagrario, vaga por el Dwiniorberg o Monte de los Espectros, por encima de Sagrario y se le conoce como Senderos de los Muertos. La profecía dice que sólo el heredero de aquél a quien juraron fidelidad, los liberaría de su castigo".
- "Las profecías son oscuras, ¿cómo sabes que se refieren a eso?", preguntó Legolas, pues aunque no le temía a los espectros, sentía que había algo más que Aragorn no les había dicho.
- "El mensaje que recibí de Rivendel, enviado por Elrond y Arwen me trae las palabras del vidente Malbeth, último rey de Fornost", respondió Aragorn, leyendo parte de la profecía, pero omitió los últimos párrafos, que según su interpretación, se referían a Legolas.
- "Sendas oscuras, sin duda alguna", dijo Gimli, - "pero para mí no es más que una leyenda"
- "Si deseas entenderlas mejor, te invito a acompañarme", dijo Aragorn, - "pero no tomo este camino de buen grado, me obliga la necesidad. Por lo tanto, sólo aceptaré que me acompañen si lo desean".
- "Iré contigo aun por los Senderos de los Muertos y a cualquier fin a que quieras conducirme", respondió el enano.
- "Yo también te acompañaré", dijo el elfo, - "pues no temo a los muertos", y agregó, para sopresa de Merry, "y además, te seguiría hasta Mordor si me lo pidieras, mi Señor".
- "Yo también iré, si me lo pides", contestó a su vez Merry.
- "Las decisiones serán tomadas luego", dijo Aragorn poniéndose de pie. - "ahora debemos partir sin demora hacia el Sagrario"
Los demás hicieron lo mismo, y Gimli llevó a Merry por delante, para darle tiempo a sus amigos de hablar a solas.
- "No deseas mi compañía, ¿verdad?", preguntó el elfo, tratando de parecer indiferente.
- "El camino estará lleno de peligros...", comenzó a explicar Aragorn.
- "¡Dímelo entonces claramente! hablas en acertijos que no logro entender...", exclamó el elfo. Deseaba desesperadamente preguntarle a su amado si había decidido honrar su promesa a la Dama de Rivendel, pues no hallaba otra explicación lógica a sus actos. Pero el orgullo lo hizo callar.
- "Solamente quiero tu seguridad, no soportaría perderte", respondió Aragorn poniendo el brazo en el hombro del elfo, atrayéndolo hacia él.
Legolas sintió renacer la esperanza, y se adelantó para echarse en los brazos de su amado, cuando se abrió la puerta y entró Elladan, seguido de Finw?, que caminaba con algo de dificultad. Los amantes se separaron rápidamente, aparentando naturalidad.
- "Todo está listo para partir, futuro hermano mío", dijo Elladan, mirando pensativo a los dos. Había algo raro allí, decididamente, se dijo. Luego trataría de hablar a solas con Legolas, mientras Elrohir lo hacía con Aragorn.
- "¿Partirás tú también?", preguntó Legolas a Finw?
- "Sí. Elladan dice que estoy casi recuperado, e iré a caballo junto con él", respondió el elfo.
Salieron a la explanada, donde los otros montaraces aguardaban encapuchados. Habían traído el caballo de Aragorn, de nombre Roheryn, el cual fue montado por su dueño. Halbarad se puso a su lado izquierdo, mientras Elrohir cabalgaba a su derecha. Detrás de ellos iban Elladan y Finw?, en el mismo caballo, junto a Haldir y Merry, que montaban a Hasufel. Legolas y Gimli cabalgaban junto al elfo de Lórien.
Halbarad tocó entonces el cuerno. Los ecos llenaron el Abismo de Helm, mientras iniciaban la partida a galope, siendo contemplados por los estupefactos hombres que quedaban custodiando el abismo.
TBC
