¡Hola! Gracias a todos los que han empezado a leer mi historia. En este
capítulo la cosa se pone un poco más triste. Aún así, espero que les guste.
***Harry Potter, personajes, libros, películas y todo lo que conlleva no me
pertenece. Sólo hago esto por diversión, no gano nada.***
*********
No fue tu culpa, Mione
Capítulo 2: En un centro comercial
Tanto Hermione como su madre estaban agotadas. Habían recorrido tantas tiendas que los pies les iban a explotar. Pero al menos Hermione tenía ahora bastante ropa nueva y algunos libros interesantes.
"¿Nos paramos a tomar algo? Me muero de sed" dijo la señora Granger a su hija. Se encontraban en un centro comercial, y se sentaron en un bar, dónde pidieron un refresco cada una.
"¿Y entonces? ¿con Ron ya nada?" Hermione escuchó la pregunta que sabía que iba a tener que responder, pero que no quería.
"No sé mamá, es un buen amigo, pero como chico da pena. Siempre pensando en lo mismo, si ni siquiera se dio cuenta de que era una chica hasta hace poco" dijo Hermione con cara de resignación.
"Bueno, tu ya sabes que yo le prefiero. No tengo nada contra ese Krum, pero vive muy lejos, es famoso, su trabajo... No sé Herm, creo que es mejor Ron, al menos antes te gustaba"
"Ya mamá, pero..." Hermione no pudo continuar, se acababa de oír una explosión allí mismo, en el centro comercial, muy cerca de dónde se encontraban. Pero no podían ver lo ocurrido, ya que el bar se encontraba en un lateral de un pasillo, y la explosión se había producido al final de ese mismo pasillo.
La multitud empezó a gritar, y del lugar de la explosión venía gente corriendo, desesperada. En un momento se había formado un caos tremendo.
Aunque su madre intentó llevarla con ella, Hermione tenía que comprobar algo. Conocía ese tipo de explosiones, alzó un poco la cabeza y comprobó lo que se imaginaba. Un grupo de mortífagos tenían a unos chicos y chicas jóvenes y muggles haciendo cosas raras. Evidentemente habían sido sometidos a un Imperius y ahora estaban siendo humillados por diversión.
"No, aquí no..." se murmuró Hermione. Ella no podía hacer nada, ni siquiera se había traído la varita. Entonces se dio cuenta de que corrían peligro, tanto su madre como ella "¡Vamos mamá!" Hermione cogió a su madre de un brazo y la arrastró hacía la puerta. Las dos salieron corriendo, pero algo las detuvo y las hizo mirar atrás.
El grito de un hombre las había alertado. Era una voz conocida para ambas, el padre de Hermione debía estar con los mortífagos.
"¡Paul!" gritó angustiada la madre de Hermione, mirando para atrás. Entonces algo empeoró más. Aparte de su padre, también se debía encontrar allí su hermano, había oído un grito suyo también.
Esto fue demasiado para Hermione, quién se libro de la mano de su madre y se lanzó contra la masa de gente, hacía dónde se suponía se encontraban los mortífagos. Su madre la siguió muerta de miedo, aunque sin saber qué pasaba.
La escena destrozó a la chica. Al final del pasillo de tiendas se encontraban cuatro encapuchados, de los cuales uno de ellos tenía agarrado en el aire a su hermano pequeño por la camiseta, y lo zarandeaba ante los demás.
Pero lo peor ni era eso. Hermione giró su cabeza hacía la izquierda, y lo que vio la rompió el alma. Su padre se retorcía en el suelo de dolor, y al mismo tiempo intentaba alcanzar a su hijo. Un mortífagos que se encontraba al lado lo señalaba con su varita. Había utilizado un cruciatus.
Aunque la escena la había dejado en sock y no tenía su varita, se lanzó contra el dementor que estaba lanzando el hechizo a su padre. Pero no lo alcanzó.
Alguien la había detenido y la había llevado a un lado en pocos segundo. Cuando Hermione abrió los ojos se encontraba en un sitio oscuro. Una luz que entraba por algún lado le indicaba que se encontraba dentro de un cuartito, todavía cerca de los mortífagos. Además, todavía oía gritar a su padre.
"Creo que no te han visto. Escúchame, no te muevas de aquí, salvaré a tu familia, o al menos lo intentaré. Pero sobretodo no salgas, es a ti a quién quieren" El hombre que la había salvado parecía asustado y nervioso, y apenas le veía con tan poca luz "Por si acaso me aseguraré. Siento lo que voy a hacer, créeme. ¡Nonforzus!" ese hombre acababa de lanzarle un hechizo. De repente Hermione se sintió muy débil, no podía mover nada de su cuerpo.
Acto seguido el hombre salió de la sala y cerró la puerta. Él no quería que hiciera nada, pero no podía quedarse de brazos cruzados.
Intentó moverse, pero era muy difícil. Empezó a arrastrarse por el suelo, con el pelo castaño medio suelto, impidiéndola la visión. No tenía fuerzas. No podía. Cada centímetro era como diez kilómetros. Pero sus padres y su hermano la necesitaban. Ellos no sabían qué hacer con los mortífagos, aunque ella tampoco...
Por fin, después de unos minutos que parecieron horas, Hermione alcanzó la puerta, se apoyó en unas cajas y la abrió.
Cayó al suelo de nuevo, pero ahora podía ver a través de la puerta. Y deseó no haberla abierto y no haber visto eso. Su padre y su madre se hallaban tirados en el suelo, sin moverse. Su hermano... No lo veía. Pero tampoco veía a los mortífagos. Volvió a fijarse en sus padres.
"Despertad" susurró Hermione sin fuerzas. Una lagrima resbaló por su mejilla "Despertad por favor..." No dijo ni vio nada más. Había caído rendida. No tenía fuerzas para nada, ni siquiera para llorar. Y hasta mucho rato después no despertaría.
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¿Qué les pareció? Sólo hay una manera de que me entere: los famosos REVIEWS
Besos
Kaly
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No fue tu culpa, Mione
Capítulo 2: En un centro comercial
Tanto Hermione como su madre estaban agotadas. Habían recorrido tantas tiendas que los pies les iban a explotar. Pero al menos Hermione tenía ahora bastante ropa nueva y algunos libros interesantes.
"¿Nos paramos a tomar algo? Me muero de sed" dijo la señora Granger a su hija. Se encontraban en un centro comercial, y se sentaron en un bar, dónde pidieron un refresco cada una.
"¿Y entonces? ¿con Ron ya nada?" Hermione escuchó la pregunta que sabía que iba a tener que responder, pero que no quería.
"No sé mamá, es un buen amigo, pero como chico da pena. Siempre pensando en lo mismo, si ni siquiera se dio cuenta de que era una chica hasta hace poco" dijo Hermione con cara de resignación.
"Bueno, tu ya sabes que yo le prefiero. No tengo nada contra ese Krum, pero vive muy lejos, es famoso, su trabajo... No sé Herm, creo que es mejor Ron, al menos antes te gustaba"
"Ya mamá, pero..." Hermione no pudo continuar, se acababa de oír una explosión allí mismo, en el centro comercial, muy cerca de dónde se encontraban. Pero no podían ver lo ocurrido, ya que el bar se encontraba en un lateral de un pasillo, y la explosión se había producido al final de ese mismo pasillo.
La multitud empezó a gritar, y del lugar de la explosión venía gente corriendo, desesperada. En un momento se había formado un caos tremendo.
Aunque su madre intentó llevarla con ella, Hermione tenía que comprobar algo. Conocía ese tipo de explosiones, alzó un poco la cabeza y comprobó lo que se imaginaba. Un grupo de mortífagos tenían a unos chicos y chicas jóvenes y muggles haciendo cosas raras. Evidentemente habían sido sometidos a un Imperius y ahora estaban siendo humillados por diversión.
"No, aquí no..." se murmuró Hermione. Ella no podía hacer nada, ni siquiera se había traído la varita. Entonces se dio cuenta de que corrían peligro, tanto su madre como ella "¡Vamos mamá!" Hermione cogió a su madre de un brazo y la arrastró hacía la puerta. Las dos salieron corriendo, pero algo las detuvo y las hizo mirar atrás.
El grito de un hombre las había alertado. Era una voz conocida para ambas, el padre de Hermione debía estar con los mortífagos.
"¡Paul!" gritó angustiada la madre de Hermione, mirando para atrás. Entonces algo empeoró más. Aparte de su padre, también se debía encontrar allí su hermano, había oído un grito suyo también.
Esto fue demasiado para Hermione, quién se libro de la mano de su madre y se lanzó contra la masa de gente, hacía dónde se suponía se encontraban los mortífagos. Su madre la siguió muerta de miedo, aunque sin saber qué pasaba.
La escena destrozó a la chica. Al final del pasillo de tiendas se encontraban cuatro encapuchados, de los cuales uno de ellos tenía agarrado en el aire a su hermano pequeño por la camiseta, y lo zarandeaba ante los demás.
Pero lo peor ni era eso. Hermione giró su cabeza hacía la izquierda, y lo que vio la rompió el alma. Su padre se retorcía en el suelo de dolor, y al mismo tiempo intentaba alcanzar a su hijo. Un mortífagos que se encontraba al lado lo señalaba con su varita. Había utilizado un cruciatus.
Aunque la escena la había dejado en sock y no tenía su varita, se lanzó contra el dementor que estaba lanzando el hechizo a su padre. Pero no lo alcanzó.
Alguien la había detenido y la había llevado a un lado en pocos segundo. Cuando Hermione abrió los ojos se encontraba en un sitio oscuro. Una luz que entraba por algún lado le indicaba que se encontraba dentro de un cuartito, todavía cerca de los mortífagos. Además, todavía oía gritar a su padre.
"Creo que no te han visto. Escúchame, no te muevas de aquí, salvaré a tu familia, o al menos lo intentaré. Pero sobretodo no salgas, es a ti a quién quieren" El hombre que la había salvado parecía asustado y nervioso, y apenas le veía con tan poca luz "Por si acaso me aseguraré. Siento lo que voy a hacer, créeme. ¡Nonforzus!" ese hombre acababa de lanzarle un hechizo. De repente Hermione se sintió muy débil, no podía mover nada de su cuerpo.
Acto seguido el hombre salió de la sala y cerró la puerta. Él no quería que hiciera nada, pero no podía quedarse de brazos cruzados.
Intentó moverse, pero era muy difícil. Empezó a arrastrarse por el suelo, con el pelo castaño medio suelto, impidiéndola la visión. No tenía fuerzas. No podía. Cada centímetro era como diez kilómetros. Pero sus padres y su hermano la necesitaban. Ellos no sabían qué hacer con los mortífagos, aunque ella tampoco...
Por fin, después de unos minutos que parecieron horas, Hermione alcanzó la puerta, se apoyó en unas cajas y la abrió.
Cayó al suelo de nuevo, pero ahora podía ver a través de la puerta. Y deseó no haberla abierto y no haber visto eso. Su padre y su madre se hallaban tirados en el suelo, sin moverse. Su hermano... No lo veía. Pero tampoco veía a los mortífagos. Volvió a fijarse en sus padres.
"Despertad" susurró Hermione sin fuerzas. Una lagrima resbaló por su mejilla "Despertad por favor..." No dijo ni vio nada más. Había caído rendida. No tenía fuerzas para nada, ni siquiera para llorar. Y hasta mucho rato después no despertaría.
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Besos
Kaly
