Days of our Lives
Capitulo IV: Dreams
El día relucía normal, de hecho, todo lo era.
Caminé solitaria a través de la avenida principal. Observé las nubes y sonreí ante mi derrota. Por donde buscara, Gohan no estaría.
Me senté un momento en el paradero de buses más cercano a dejar que el día transcurriera normalmente, pero era imposible.
Ayer, luego de hablar con Ireza, llegué a casa con intenciones de llamar a Gohan a su celular, pero nuevamente me contestó Maho para darme las disculpas de Gohan, que se encontraba ocupado… Trabajando.
Suspiré para tranquilizarme, ahora no podía hacerme la indiferente al tema. Odiaba que Maho estuviera interesada en Gohan. Pero, odiaba aún más el hecho de sentirme totalmente impotente.
Me puse de pié y volví a caminar por la avenida, recordé que necesitaba algo de dinero para comprar un obsequio a Papá, que por estas fechas estaría de cumpleaños. Lo más fácil sería ir al Banco más cercano, y ver si podía hacer algo en el cajero automático.
Una de las ventajas de vivir en un siglo avanzado, era que podías encontrar un banco en cada esquina, así pues, 'Satan City Bank' quedaba a la vuelta de esta larga avenida. Caminando hacia él, pude darme cuenta de algo que no recordaba hace años.
En esta misma avenida había conocido a Gohan.
'Satan City Bank' estaba mucho más cambiado que antes, poseía un segundo piso, nuevos colores, pero aún mantenía su entrada principal intacta... O al menos de eso pude darme cuenta.
"¿Quién ha hecho esto? No creo que haya sido la policía…"
"No sé… Yo no le he visto…"
Sonreí ante los recuerdos, ese mismo día me había enterado del Guerrero Dorado y habría comenzado una larga persecución para encontrarlo, luego sería con el Great Saiyaman, ambos… La misma persona. Creo que… Me costaba mucho el creer que hubiera alguien más poderoso que mi padre… Valla ironía.
El cajero automático de la parte exterior tenía un letrero con letras grandes: 'En reparación', lo que me obligó a entrar para retirar el dinero por mí misma.
La fila era muy larga, pasé bastante tiempo en el mismo lugar, observando a padres impacientes junto a sus niños aburridos de la espera, algunos clientes molestos, discutiendo o simplemente cor cara de amargados, pensando en asuntos sin importancia. La espera terminó y pude finalmente ser atendida por una señora fría y molesta.
Contando el dinero y dirigiéndome a la salida, pude vislumbrar algo en la entrada que cambió mi rostro instantáneamente.
Tres hombres con capuchas en sus rostros, acercándose con velocidad a la puerta.
En una milésima de segundo giro buscando algún guardia cercano, pero no encuentro a nadie que pueda auxiliar mis pensamientos, pues ya presiento lo que viene. Vuelvo a girar mi cabeza para encontrar a unos metros de mí a los mismos hombres, ya adentro del recinto, y mi cuerpo tiembla al sentir un grito profundo con palabras que no escuchaba hace años.
"¡¡Este es un asalto, todos al suelo!!"
Reacciono instintivamente, caigo al suelo con la cabeza entre mis manos mientras escucho cómo una metralleta automática es disparada sin razón más que de implantar el terror en el banco. Miro a mi alrededor y no hay nadie, comienzo a respirar con velocidad y a buscar algún sitio en el cual pueda ocultarme sin ser vista, me arrastro y llego a una esquina en el momento exacto en que un individuo comienza a disparar a la nada, me sobresalto y me apoyo en la pared tapándome los oídos, toco mi pecho y siento cómo mi corazón amenaza con salirse, estoy muy nerviosa pues nunca esperé esto.
"¡¡Entrega el dinero, Ahora!!"
Hace un buen tiempo atrás, Gohan y yo acordamos alejarnos de la gran tarea de mantener la paz en Satán City, debíamos dedicarnos también a otras cosas cómo estudios, algunos trabajos, y también a nuestra propia relación de pareja, aunque sabíamos perfectamente que el crimen seguiría, pues los humanos somos así, no sabemos valorar los tiempos de paz.
"¡¡RAPIDO!!"
El grito ahuyenta mis pensamientos de un golpe mientras la gente vuelve a gritar con desesperación. No puedo quedarme aquí. Soy la hija de Mr. Satán, debo hacer algo.
Miro fugazmente hacia donde se encontraban los asaltantes y alcanzo a ver a 5 hombres a la derecha, luego de un nuevo intento, veo a 3 a la izquierda y a un mar de gente tirada en el suelo, protegiendo sus cabezas y suplicando por su vida.
Ocho. Son muchos y todos cargados hasta los dientes. Sería imposible hacer algo... Quizás pueda derrocar a unos tres, pero de todas maneras estaba fuera de mi alcance, sería imposible. Solo estaba yo...
"¡¡Dije que no te movieras!!"
El sonido de la ametralladora automática me impacta, pero aún más el sonido desgarrador de una persona asesinada, tapo mi boca para no gritar y ser descubierta mientras que oigo a personas llorar y aún más disparos. Ahora tiemblo, sé que no me enfrentaré a seres humanos, sino a unos desgraciados sin ningún motivo de vida más que el dinero y la diversión urbana. Cierro mis puños y tomo una bocanada de aire, vuelvo a mirar y estudio cada posición posible, tal vez sea un error, pero nunca en mi vida dejaré que alguien asesine a personas a su antojo en mi presencia.
Siento que uno de ellos pasa por al frente de mí y se queda allí por un rato sin advertir mi presencia. Es mi oportunidad, sudo frío, lo pienso una vez más y lo ataco con un fuerte y rápido golpe en la espalda que lo deja inconsciente mientras cae al suelo, todo estaba bien hasta que veo su arma caer al suelo, emitiendo un disparo.
Demonios. Me alejo lentamente observando a mi alrededor velozmente por algún escape rápido, mientras sobo mi puño que duele por el golpe que le he dado al individuo, hace mucho que no golpeaba a alguien...
"¡¿Tetsuo?!" Grita el líder, mientras siento que varios pasos se acercan hacia acá.
Comienzo a temblar nuevamente y me percato que la única salida era saltar al segundo piso que se encontraba al otro extremo de mi lugar. Siento el sonido de un arma cargada y comienzo a respirar agitadamente.
"¡¿Tetsuo?!" Insiste.
No hay otra salida, me alzo unos metros atrás y corro velozmente hacia mi objetivo, ya en un punto aceptable salto y me impulso un poco más volando hacia el piso superior mientras todos los asaltantes quedaban sorprendidos.
"¡Es una chica!, ¡Dejó inconsciente a un compañero!"
Caigo bruscamente al piso, chocando con escritorios y computadoras. Me es dificultoso volar, el recinto es muy bajo. Me siento justo detrás de un escritorio y trato de calmarme, ya han advertido mi presencia y todo se ha tornado aún más complicado.
"¡¡Está en la planta superior, mátenla!!"
Siento subir los escalones con velocidad, no tengo otra salida más que enfrentarlos y esperar a que llegase la policía.
"¡¡Allí está!!"
Alguien logra ver mi cabeza y reacciono a arrastrarme hacia otro lugar en el mismo instante que siento cómo las ametralladoras hacen polvo al escritorio y sus disparos me siguen el paso. Me incorporo y logro correr un poco más antes de que alguna de las millones de balas que disparan me alcance. Mientras me escondo en uno de los varios escritorios, veo cómo uno de ellos pasa a mi lado sin sentir mi presencia. Actúo rápido poniéndome de pié a sus espaldas, éste, reacciona y gira junto con su arma apuntándome. De una patada logro quitársela de las manos antes de que apretara el gatillo.
"¡¡La he encontrado!!" Grita fuertemente antes de sentir uno de mis puños en su cara.
Le he abofeteado bastante fuerte, pero no lo justo, toma mi muñeca y me hace perder el equilibrio con él, cayendo directo al piso. Caímos de tal manera que el individuo toma mi cabeza entre sus brazos para intentar asfixiarme.
"Estúpida Chica" Masculla en mi cara.
En el segundo intento de aprieto logra sacarme un grito mientras siento que comienzo a ahogarme lentamente, en un momento de desahogo, alzo mi brazo izquierdo y lo entierro en su estómago velozmente, pudiendo liberarme. Sobo mi cuello e intento respirar, pero todo se interrumpe cuando siento unos balazos a mi lado derecho sin interrupción. Me arrastro nuevamente en el piso con mi cabeza entre las manos hasta un punto en donde me quedé quieta mientras las balas acababan con todo lo que había en mi alrededor. Cae un polvo a mi cabeza y cierro los ojos fuertemente mientras aguanto el sonido estrepitoso de la balacera. Era totalmente desesperante.
Si tan solo Gohan estuviera aquí…
Los disparos acaban y luego de que el polvo disminuyera logro visualizar la ametralladora del sujeto anterior, ahora tirada en el suelo.
"¡¡Parece que está muerta!!" Grita uno de ellos, cercano a mi ubicación.
Tomo la ametralladora por su cañón superior, muerdo mis dientes y en un movimiento veloz, salto sobre uno de ellos golpeándolo con el arma en el rostro. Cerré mis ojos y lo hice de la manera más fuerte posible, sentí cómo el sujeto caía abruptamente al suelo y en un parpadeo momentáneo vi cómo corría un hilo de sangre por su boca.
El otro sujeto, luego de contemplar tal golpe, reacciona antes que yo y me apunta directamente a la sien.
"¡MUERE!"
Aprieto mis ojos y endurezco mi cuerpo, preparada para sentir el disparo.
Gohan...
Sentí apretar el gatillo, pero el único sonido que oí, fue el de una ametralladora descargada.
"¡MIERDA!" Exclamó mientras apretaba el gatillo de una forma desenfrenada sin efecto alguno.
Abrí mis ojos y contemplé la situación, un rápido escalofrío me hizo reaccionar saltando sobre él, para plantarle una agresiva patada en su rostro y luego un fuerte golpe en la espalda. Esta vez al parecer fue lo suficiente.
Caí por un momento de rodillas al suelo, jadeaba y sudaba. Tenía ganas de llorar y gritar pero sabía que no era el momento, al parecer había logrado acabar ya con 3, ahora faltaban los otros cinco de la planta baja. Inhalé fuertemente y caminé hacia la escalera en busca de una vista mejor. Me dolía un poco el cuerpo y la cabeza me daba vueltas en señal de confusión, todo esto era tan increíble y a la vez tan imposible... Hace poco estuve a punto de perder la vida, tengo un miedo enorme y los nervios me atacan.
Cogí el arma descargada y me asomé por la baranda. Todo estaba en las mismas condiciones, la gente aún estaba en el suelo, aterrorizada. Tres de ellos seguían recogiendo el dinero en bolsas, uno estaba de guardia en la puerta y el líder observaba hacia arriba.
Sin pensar más y en un movimiento veloz le apunto a la cabeza y le grito. "¡¡Hey!!"
El tipo gira hacia mí en una actitud relajada, yo avanzo hasta la escalera y él me observa con un rostro tranquilo. Su mano derecha sostiene un arma y la otra la apoya en su cadera.
"¡¡Suelta el arma!!" Exclamo fuerte. Una parte de la muchedumbre en el suelo me observa con actitud esperanzada, yo intento mantenerme firme aunque siento cómo mis manos tiemblan en conjunto con el arma.
"Pero si es nada más y nada menos que la hija de Mr. Satán." Dice acercándose a la escala.
"¡QUE LA SUELTES!" Grito una vez más.
"Está bien, está bien..." La ametralladora cae al suelo y el sujeto alza sus manos. Bajo un escalón mientas sudo frío y mis manos aprietan aún más el arma. Su actitud es muy sospechosa y me saca de mis cavilaciones por sorpresa cuando comienza a reír a carcajadas. Yo, respiro rápidamente pues desconozco totalmente lo que vaya a ocurrir.
Termina de reír y me observa con ojos victoriosos. "Estúpida"
Siento cargar un arma a mis espaldas, giro mi cabeza y contemplo al sujeto que había intentado asfixiarme anteriormente con una sonrisa en su cara y un arma apuntando a mi espalda. En una fracción de segundo suelto el arma descargada y trato de bajar la escalera lo más rápido posible para huir del disparo.
Uno... Dos... Tres escalones... Y un disparo que resuena en mi cabeza agresivamente.
El disparo cegó mis ojos cómo también mis oídos, todo transcurrió muy lentamente en mi consciente hasta el momento en que sentí en mi brazo derecho, justo en la parte superior al codo, un dolor parecido al de miles de agujas penetradas a unísono en mi piel que se expandía violentamente, ramificándose por todo mi brazo, desde los hombros hasta la punta de mis dedos, el dolor era completamente desgarrador.
Una mueca de dolor, seguido del grito y de la perdida del equilibrio, me hizo caer hacia adelante a una velocidad suficiente para rodar por las escaleras y llegar al suelo de una forma seca, pero milagrosamente conciente.
Abrí mis ojos e intenté pararme de forma inmediata pero mi cuerpo se sentía completamente bloqueado y adolorido. Mi brazo derecho no reaccionaba a las órdenes de mi cerebro y con mi brazo izquierdo toqué el sector del impacto y comprobé rápidamente que la bala había finalizado su destino allí. Luego de un dolor profundo que repercutió hasta mi espalda, pude comenzar a mover unos dedos de mi mano derecha.
"Mierda..." Mascullé de dolor, observando la blusa de mi brazo ensangrentada.
Súbitamente, se vino a mi memoria todo lo que había ocurrido hasta ahora, sólo atiné a girar mi cabeza hacia uno de los asaltantes que supuestamente se encontraba en la planta inferior, en efecto, ahí estaba al frente mío apuntándome a la cabeza con una pistola automática.
"Ni si quiera. Lo intentes."
Intenté nuevamente levantarme, pero por segunda vez, me fue imposible.
"Vaya, la hija de Mr. Satán nos hace una visita..."
"Desgraciado..." Murmuré dolorosamente.
"Será la última vez que jodas con nosotros, estúpida chica."
Acercó aún más la pistola a mi sien, volví a cerrar mis ojos y a ponerme tensa, pensé en el error que había sido meterme en todo esto, pensé en lo tonta que había sido al atreverme y arriesgar mi vida, pero por sobretodo pensé en cuanto necesitaba a Gohan, todo hubiese sido más fácil si hubiera estado conmigo.
Un quejido salió de mis labios justo en el momento en que uno de ellos gritó fuertemente. "¡¡La policía ha llegado!!"
"Maldición." Exclamó mi verdugo "¡¡Empaquen todo y larguémonos por la puerta trasera!!"
Casi todos los asaltantes comenzaron a huir, yo seguía en el suelo a merced del líder y su arma, éste ya al ver que todos sus compañeros habían huido, me lanza una mirada despreciable y deja de apuntarme para salir corriendo.
Vuelve a disparar a los aires, pero esta vez los disparos poco a poco disminuyeron totalmente, ya todo había acabado. Algunas personas se acercaron al hombre que yacía asesinado por el líder de la banda, cómo se venía venir, éstas lloraron y gritaron en busca de justicia.
De un golpe en la puerta central entraron varios policías gritando por los asaltantes y cosas que no entendí, unas cuantas personas salieron huyendo de inmediato mientras otras recurrían a la calma. Intenté ponerme de pié, pero sólo pude sentarme sosteniendo mi brazo derecho que volvía a palpitar, respiraba agitadamente, tenía ganas de llorar, pero el dolor me lo impedía. Me sentía desesperada. Apoyé mi espalda en una pared cercana observando cómo los policías inspeccionaban el lugar. Observé fugazmente mi herida y una mueca de desagrado apareció en mi rostro. Nunca antes había sido herida de esta manera, me dolía profundamente mi orgullo. Lo sentía totalmente acabado.
"¡¡Hay alguien muerto!!" Grita uno de los policías atendiendo al cuerpo inerte que yacía a unos varios metros de donde yo me encontraba.
Apreté mis dientes e intenté ponerme nuevamente de pié, mis piernas se negaban rotundamente y mi vista comenzaba a debilitarse. Estaba perdiendo mucha sangre, tenía conciencia de ello, necesitaba ir urgentemente a un hospital.
Inspiré una bocanada de aire y logré dificultosamente levantarme, apoyada aún en la pared intenté caminar normalmente, pero un mareo repentino me hizo tener que apoyarme continuamente en la muralla mientras caminaba. Avancé lentamente por unos segundos, luego me atreví a ir donde se encontraba el policía.
A un metro de distancia intenté hablar, pero me era muy dificultoso, sentía que me desmayaría en cualquier momento.
El policía cubrió con una manta al hombre recién asesinado sin sentir mi presencia.
"Le disparó uno de ellos..." mascullé
Cuando todo comenzaba a darme vueltas, el hombre se percató de mi presencia, giró violentamente hacia mí y se incorporó al frente mío, pálido y con un rostro sorprendido.
"Oh dios..." murmuró antes de salir corriendo hacia la puerta. "¡Tenemos un herido de bala!, ¡Es la hija de Mr. Satán!"
El dolor había llegado a su extremo, cada nervio de mi cuerpo se sentía afectado, caí sentada mientras sentía arder la carne viva, antes de caer completamente pude vislumbrar cómo se acercaba el mismo policía junto con otros y una camilla entre sus manos.
Y como era de esperar, no pude evitar el pensar en Gohan.
***
...Perdió mucha sangre desde el lugar del asalto hasta aquí, tuvimos que extraerle la bala. Fue muy dificultoso, algunos tejidos le fueron dañados y eso le impedirá la movilidad por un tiempo...
Lentamente intenté abrir los ojos, la cabeza me daba vueltas, todo era muy confuso. Respiraba con dificultad y me sentía mareada, tragué saliva y un sabor amargo recorrió mi garganta. Tenía una sed terrible y aún no podía abrir totalmente los ojos. Sólo veía sombras entre la oscuridad de mi vista, moví lentamente mis piernas, todo indicaba que mi cuerpo sufría las consecuencias de algo parecido a la anestesia.
Me sentía muy débil, sentía técnicamente que podía desmayarme nuevamente en cualquier momento.
...Tendrá que permanecer hospitalizada durante un tiempo. Para ver cómo continua su recuperación.
Hospital...
Comencé a recordar lentamente, aunque tenía una noción del tiempo muy confusa. El banco, los ladrones y el disparo. Todas las imágenes pasaban velozmente por mi mente.
La angustia llegó lentamente, mi garganta picaba y comencé a respirar agitadamente. En medio de mi desesperación repentina, giré levemente mi cabeza, encontrándome con la silueta de un hombre alto, sentado a mi lado.
Gohan... Había venido.
Estiré mis dedos de la mano izquierda y topé con una mano. La tomé despacio y luego la apreté fuerte. Sentí cómo la tranquilidad recorría mi cuerpo, ya me sentía más segura. Increíblemente, la calma se sobrepuso a todo lo que sentía en esos momentos.
No pude asegurarme de esto, pero sé que sonreí.
***
Nos dirigimos a la limosina que se encontraba en la parte exterior del hospital, después de una semana y media en el recinto, se me hacía bastante grato salir a la luz. Observé hacia el exterior, a través de un gran ventanal, divisé la limosina en las afueras y me extrañé al no ver a nadie más que el propio chofer. Giré mi rostro hacia Papá y agradecí silenciosamente que no hubiera ningún reportero o alguien desconocido por los lugares.
Papá se acercó a mi lugar lo suficiente para notar una sonrisa en su rostro. "Ya está, vamos a casa"
Me levanté y lo seguí sin reclamo, por la puerta automática de vidrio alcancé a vislumbrar mi rostro, un poco desganado y una cara solitaria, además de ver el cabestrillo blanco que cubría mi brazo derecho.
No emití ningún comentario, más bien hice cómo si no me importara, cómo que había sido un simple mal recuerdo.
Ambos entramos a la limosina en silencio, Papá se sentó a mi lado, serio y levemente… nervioso.
"A casa, Hiro" Opinó antes de dar un largo suspiro y cerrar la puerta del auto.
Mientras íbamos dejando atrás el hospital, miré mi brazo derecho. Todo lucía que había concluido de una manera trágica. Observé a Papá mirando por los vidrios polarizados hacia el exterior y me pareció reconocer la misma silueta que creí ver entre sueños, entre la anestesia. Pues era la misma. Me había confundido a mí misma, aquel hombre sentado a mi lado no era nadie más que mi padre, el primero que acudió a mi visita…
"Videl…" El sonido de su voz me hizo reaccionar nuevamente, lo volví a contemplar lentamente. Era la primera vez en un largo tiempo que no teníamos un tiempo solos, para conversar de algo pendiente. "Hija… ¿En que estabas pensando…?"
Bajé mi mirada y cerré mis ojos, para abrir levemente mis labios. "Lo siento mucho papá… Siento que te hayas preocupado."
Él se acercó a mí, pasando un brazo por mi espalda. Abrí mis ojos para ver los suyos, no dije nada, él me abrazó fuertemente. "Hija… Eres lo único que me queda desde que tu madre murió, lamentaría mucho si algo te pasara, mucho". Me dejé abrazar y apoyé mi cabeza en sus hombros mientras hacía un máximo esfuerzo para recordar algo de mi madre…
Días después de ocurrido el atraco me enteré de la extracción de la bala en mi brazo derecho, la falta de movilidad que tendría por un tiempo corto y otros asuntos sin importancia.
"Llamó Gohan…" Papá pronunció, serio.
Mis sentidos palpitaron al unísono, solamente al pensar que Gohan se había enterado de todo.
"Y no le dije nada de lo ocurrido… Prefiero que lo hagas tú…"
Me libré ligeramente de mi nerviosismo, separándome de su abrazo mientras ordenaba mis pensamientos nuevamente. "Gracias…"
"¿Le hablarás de esto…?"
Callé instintivamente. Esa respuesta aún no la conocía.
