Days of our Lives
Capitulo V: For once in my Life
Dile de una buena vez. Dile.
No... No puedo.
Sabes que es el momento.
No puedo...
Dile que lo amas.
...Yo... No lo amo.
"¿Que ocurre Videl?"
Interrumpí abruptamente mis discusiones con mi inconsciente debido a la voz masculina de mi acompañante.
"¿Eh?, Yo... Estaba pensando en cómo resolverlos... Eso es todo."
"¿Sí?" Gohan movió su ceja de tal manera que ignoraba que ese movimiento era característico de su madre. "Me pareció que estabas pensando en otra cosa..."
Estaba pensando en ti.
Cerré mis ojos fuertemente. Mi inconsciente me estaba jugando muy chueco el día de hoy. Gohan, se me acercó curioso y puso su mano en mi hombro. "¿De veras te encuentras bien, Videl?"
Abrí lentamente mis ojos, tratando de no escuchar una nueva sorpresa, desgraciadamente me encontré directamente con la cara de un Gohan que lucía preocupado frente a mis ojos. "R-realmente..., creo que es hora de irme a casa..."
"¿Tan luego?" Exclamó Gohan. "Pensé que podríamos pasar más tiempo estudiando juntos..."
"Yo... Yo también." No le dirigí ninguna mirada, pero siento fuertemente que está preocupado. "P-pero mi padre ya me quiere tener en casa a estas horas, de eso estoy segura."
"Está bien." Me dice alejándose, desilusionado.
Empaqué mis cosas rápidamente, ya me sentía algo cansada y exhausta.
Quédate
Miro el rostro de Gohan. Aun está tratando de resolver algunos ejercicios. Serio y concentrado. Hace resaltar a la luz sus ojos negros y sus facciones masculinas. Se ve tan...
Endemoniadamente Sexy.
Siento subir la temperatura y mi rostro se sonroja sorpresivamente. ¿¡Que demonios estoy pensando!?. Respiro hondo y pronuncio. "Cualquier otro problema te notifico, ¿Eh?"
No me dice nada. Suelta el lápiz y me observa. "Iré a dejarte afuera."
Salimos del cuarto, hacia la salida principal. El día estaba maravilloso y más aquí en Paozu Yama dónde todo era muy distinto a la ciudad. "Nos vem--"
"¿Sabes?" Me interrumpe sorpresivamente. "Me hubiera gustado que te hubieses quedado más tiempo."
Termina sus palabras con su mano tras la cabeza. Me quedo mirándole un rato y pienso cuanto debe haberle costado sacar esa frase de sus labios. Un silencio nos atrapa unos segundos. Sin saber cómo despedirnos. Era algo muy usual pues Gohan ocurría a ponerse nervioso cuando estaba junto a mí. Especialmente estos días.
Bésalo.
Vuelvo a sonrojarme, sobo mis ojos rápidamente. Mi inconsciente lucha contra la realidad para salir a la luz. Él me observa nuevamente extrañado. Maldita sea... ¿Cómo puedo ponerme tan nerviosa?, ¡es ridículo!. Rápidamente me acerco y le beso la mejilla, lo pillo desprevenido pues se queda en el mismo lugar sin moverse. Subo a la aeronave y disimulando nuevamente un sonrojo, vuelvo a casa.
***
Despierto. El sonido de una rama golpeando el vidrio me ha traído de vuelta hacia la realidad. Observo rápidamente el reloj del mesón. 11:30pm. Me levanto hacia el ventanal y sobo mis ojos que aún pican de sueño. Está lloviendo de una manera impresionante. Los árboles se doblan a merced del viento, haciendo que toda la gente entre a sus casas a refugiarse. Pude alcanzar a ver a una pareja que entraban juntos a una casa.
Estaba soñando con él. Con las paranoias que tuve un corto tiempo antes de que fuéramos pareja. En cierta parte un poco parecido a la realidad, más bien todo se notó real.
Extraño a Gohan.
Ya habían pasado casi 1 mes y tantos días desde que se fue. Mañana llegaría, con ella. Mi cuerpo se endurece y me produce un frío insoportable. Mis nudillos ya comienzan a crujir y mi cabeza se envuelve en mis tontos pensamientos sobre Maho.
Al momento de partir lucía tan perfecta. Un vestido hermoso, un rostro refinado y su pelo castaño cayendo por sus hombros. Me maldije por un momento... Maldije el haber tenido que estudiar arte. Si hubiera estudiado medicina cómo Gohan, yo misma lo hubiera acompañado en su viaje. Y esa 'mujer' no habría tenido que ir con él.
Lo extraño mucho.
Me levanté a buscar una manta. No tenía ni la más mínima intención de dormir. Me senté en el sofá, esperando que los segundos se llevaran mis pensamientos a otro lugar. Pero en una jugada eterna de mi destino, el tiempo se me hizo interminable... Subí a mi alcoba esperando el sueño que jamás llegaría. Sólo pude escuchar cómo el viento soplaba cruzando a través de los árboles. Miré alrededor de mi pieza y no pude evitar recordar el momento en donde sus labios, su boca y su voz con una entonación y movimiento perfecto me dijeron 'Te amo.'. El resto es algo que solamente me reservo para mí...
Prendí la radio en busca de una distracción que me alejara de esta angustia. Y escuché la única canción que mis oídos no hubieran querido escuchar en este momento. Esa canción que me susurró al oído, la mañana en que viajaría hacia Tokugawa y que siguió cantando, aunque me hiciera la que no me importara.
Dios, moriría por escucharla ahora de sus labios.
Todo este ambiente hace que mire hacia mi bolso. En él, se encuentra el número de teléfono de su hotel, en donde supuestamente se hospedaría. Es fácil, tomar el auricular, marcar, y decirle cuanto me ha costado vivir estos días sin su presencia.
Desvío mi vista hacia la radio. Creo que si no la apago en este mismo instante, acabará matándome sentimentalmente. Pero me es imposible hacerlo. Un aire fresco llena mis pulmones, lentamente la angustia que llevo en mi interior parece deslizarse a través de mis labios entreabiertos.
La canción ha terminado.
Vuelvo a sentirme vacía en este momento. Cierro los ojos llamando al sueño, pero este no llega haciendo que mis sentidos sientan la profunda soledad que habita en la habitación. Sentí que Bee ladraba a nadie en particular, y otros perros respondían cerca. Pero nada de todo eso me hacía olvidar, solamente por unos instantes a Gohan.
Giro levemente mi cabeza hacia el teléfono. Me cuestiono nuevamente el llamarlo, inconscientemente saco el papel de mi bolso.
Parpadeo y ahora lo veo de nuevo. Un escalofrío me recorre la espalda pensando en su voz...
Basta.
Me pongo de pié, tomo el teléfono y marco apresuradamente, trago saliva al pensar en su respuesta.
Oigo el sonido del auricular que indica que está llamando.
"...¿Aló?"
Me sobresalto una vez más, violentamente... Golpeada por la extraña sensación que me acaba de atacar y que me asusta a muerte.
"Gohan, soy yo, Videl." Río estúpidamente. "Te llamaba para saber cómo estabas y además---.."
"Lo siento Srta. Está equivocada. *Click*"
Cuelgo y vuelvo a sentarme en el sofá. Miro por un corto rato el teléfono y sin darme cuenta lo dejo caer sonoramente al suelo. Un quejido sale sin motivo alguno ni concreto de mis labios. Tengo un único deseo. Solamente uno.
Y es librarme de esto.
Estoy vacía, cansada y angustiada.
Y muy sola.
Siento ganas profundas de llorar. Mi garganta arde agudamente cada vez que respiro y mis ojos se humedecen mientras doy un leve suspiro.
*RIIIIING*
Me sobresalto nuevamente y miro el teléfono, aun tirado en el suelo. Avisando a través de una pequeña luz parpadeante junto al sonido que alguien intenta comunicarse conmigo.
*RIIIIING*
Cierro mis ojos y cojo automáticamente el auricular.
"DEMONIOS, ¿¡QUE DESEA?!"
Pasa un momento en silencio. Debe ser algún llamado anónimo con el único afán de molestar, me enfurezco seriamente y voy a gritarl--
"...Videl...?"
"..."
Luego de escuchar, mis ojos se abren de par en par, siento cómo mi pecho se encoge y un leve tono rojizo hace de las suyas en mi rostro. Inhalo pausadamente liberando la tensión de un pequeño escalofrío que acaba de dejarme. La última voz que hubiera pensado en escuchar, ahora se encuentra al otro lado de la línea.
"¿Videl?" Repite.
Tirito y reacciono lentamente. "¿Gohan...?"
Escucho un suspiro. "Dios... Pensé que me había contestado el vecino..."
Sus palabras logran sacarme una pequeña carcajada. "Yo... simplemente."
"...¿Te desperté?..." Me interrumpe, ansioso.
"No... Estoy en la sala de estar... No puedo volver a conciliar el sueño, eso es todo. ¿Dónde estás?"
"Estoy en mi cuarto. Arreglando las últimas cosas para mañana."
"¿Te ha ido bien...?" Pregunto impaciente.
"Sí... Estoy muy feliz con los resultados de este viaje... Solamente estoy un poco agotado por tanto trabajo que hemos tenido."
"..." Miro hacia fuera. "¿Qué tal ha estado Maho?"
"¿Maho?... Pues, me ha sorprendido cómo trabaja. Es una mujer muy esforzada."
Mala respuesta. Siento deseos de colgarle debido a los celos que me recorren de pies a cabeza. Sé que puede presentirlo por mi silencio.
"¿Qué tal el tiempo por allá?" Me cambia el tema antes que pueda responderle lo anterior.
"Llueve a cántaros."
"¿Eh?, ¿Lloviendo?... La lluvia siempre me ha traído buenos recuerdos de nosotros..." Me sonrojo ante su comentario. "Hemos pasado muy buenos momentos juntos mientras llueve."
"..."
La angustia me atrapa nuevamente. Tomo el auricular aún con más fuerza
Gohan... Me siento sola. Te extraño. Y es algo inquietante. Algo que no puedo abandonar ni dejar. Una sed sin solución. ¿Necesito algo más?, no, sólo a ti.
"Videl..." Lo escucho suspirar.
"Gohan, yo--"
"No vas a creer cuanto te he extrañado."
A pesar de separarnos miles de kilómetros de distancia, de sentir su voz a través de un medio electrónico, juro, juro que pude sentir cariño en sus palabras.
Escucho una especie de interferencia. Todo indica que la llamada a larga distancia acabaría en los próximos segundos. Mis manos sudan ligeramente y sujeto con aún más fuerza el auricular.
"No puedo esperar más a que sea mañana para vernos."
"¡Gohan!, Debes saber que yo--" Mis ojos se agrandan, estoy realmente desesperada, la interferencia aumenta y mi voz se quiebra al hablar. "Gohan. Te he extrañado cada día. Necesito volver a verte. Me he sentido desesperada."
Y mi única respuesta es el silencio.
Desconozco si me escuchó. Cuelgo lentamente el teléfono y coloco mi cabeza entre mis manos.
Dios… Cuánto lo extraño.
Por primera vez en mi vida, después de tanto tiempo sentí la necesidad de tener a un hombre a mi lado, de tener a Gohan, de acariciar su cuerpo desnudo, de decir te quiero, me gustas, no te vayas, por favor, mírame, no me abandones. Necesitaba rogar, suplicar, y que me rogaran y suplicaran con ternura. Necesito escucharlo, necesito besarlo y escuchar que me ama y miles de cosas más.
Todo esto parecía tan irreal, pero deseaba enormemente que se acabara.
Así, incapaz de llorar y pensar sobre todo lo ocurrido éste día, fui al baño del piso superior, abrí la pequeña caja que aguardaba al lado del espejo, buscando entre miles de cajas y botellas algo que me hiciera dormir profundamente. Cuando, luego de varios minutos, pude encontrar lo que necesitaba, cerré mis ojos y tragué dos pastillas para dormir.
Me observé un par de segundos en el espejo y pude alcanzar a vislumbrar mi herida en el brazo.
Habían tantas cosas que hablar… Tantas.
