Days of our Lives
Capitulo VI: As time goes by
Llegué al aeropuerto, el aire frío de afuera había acabado gracias al aire acondicionado del establecimiento, me dirigí al andén correspondiente, evitando a muchas personas de mi camino, que me observaban y se preguntaban el porqué de tanta prisa, yo mientras, miraba el papel que había escrito ayer, en donde tenía anotado todo, la hora, el lugar, avión, todo. Al llegar, pude observar a varias personas en la misma situación que la mía, todos estaban esperando el vuelo y a la vez el regreso de alguien en especial. Miré de nuevo el papel y comprobé que la hora de llegada ya había sido cumplida hace un buen tiempo.
"¿A que hora llegará el vuelo" Pregunté a una recepcionista.
"Está atrasado por tormenta" Respondió ella, con frialdad.
Miro a mi alrededor y observo miles de rostros perdidos en sus pensamientos, preocupados por la tormenta, me dirijo lentamente a la ventana y observo el cielo, unos goterones se deslizan por ella, y mientras mi palma siente el frío del vidrio, deseo que todo salga bien.
***
"¿Cuándo llegará mamá?"
El sonido de una pequeña a mi lado me hace despertar de un golpe, instintivamente miro a mi alrededor y observo el reloj. Ya han pasado 45 minutos desde que llegué aquí. Me levanto y dejo la manta de alguien desconocido que me cubría a un lado del incómodo asiento. Mi cuello dolía y mi espalda exigía un masaje.
Vuelvo a mirar por el ventanal hacia afuera y el cielo ya despejado deja ver un avión que después de dejar atrás varias nubes, aterriza. Una corazonada me avisa que la espera ya ha concluido.
Corro hacia el baño, que quedaba bastante lejos del lugar de espera y en el espejo compruebo mi aspecto, lamento no haber traído algo de maquillaje para cubrir un poco mis ojeras, pero que va... ya es muy tarde para esto. Junto un poco de agua en mis manos y empapo mi rostro, repito la acción una vez más y seco mi cara con papel de baño. Mojo un poco mi pelo y salgo a enfrentar mi destino.
La gente que se encontraba conmigo en la sala, ahora se trasladaba al pasillo, cuando por fin llegué, me encontré con un mar de personas que venía en dirección contraria que la mía.
Debía ver a Gohan, ya debería haber llegado...
Comencé a desesperarme e intenté buscarlo con mi mirada por sobre la muchedumbre, mientras recibía algunos empujones, todos mis sentimientos palpitaron de excitación al vislumbrar a una persona con una cabellera idéntica a la de Gohan, era él, estaba segura. Me interné en la muchedumbre aún más, sintiendo más presión pero sin perder de vista a Gohan
"¡Gohan!"
Mi grito se ahogó rápidamente en la muchedumbre y súbitamente recibí un empujón en mi hombro que me hizo perder el equilibrio y caer directamente al suelo, solté un quejido, más bien un ansimo de derrota. Mientras las personas seguían pasando a mi lado, intenté incorporarme, me era dificultoso hasta que dos manos me tomaron por la cintura y me ayudaron a levantarme. Seguramente había sido el que me había empujado, pero antes de articularle alguna palabra y mirarle de frente, sentí la caída de una maleta seguido de un fuerte abrazo que me aprisionó por completo.
Respiré apresuradamente y sentí cómo la adrenalina viajaba a través de mi cuerpo. Desde los pies a la cabeza con una velocidad enorme. Sentí la helada piel de su cuello junto a mi mejilla, no era necesario especificar quien era, simplemente lo abracé fuertemente y cerré mis ojos para evitar llorar. Mi boca entreabierta trataba de modular una palabra, pero nada salió de ella, dejé de sentir los empujones de la multitud arrolladora y me hundí en su pecho a disfrutar el encuentro. Sólo éramos él y yo. Nada más.
Luego de unos segundos, Gohan se separó levemente de mí, solamente alzó la mirada mientras yo seguía hundida en su pecho. Me acarició el cabello con suavidad, quitando algunos mechones de mi frente. Me separé un poco y sentí cómo sus labios se posaban en mi frente.
"Ya estoy aquí... Videl..." Me susurró.
Fue en ése mismo instante cuando sentí una profunda y urgente necesidad de besarlo, decirle cuánto lo había necesitado, cuánto lo había extrañado... Levanté lentamente mi mirada para mirarlo de frente, y el ansío terminó en el momento exacto que contemple su rostro.
"Go-ohan..." Fue lo único que alcancé a decir. Tomé su cabeza entre mis manos. Su rostro lucía más tostado que lo normal, sus facciones seguían siendo las mismas de antes, y sus ojos azabaches estaban cubiertos por...
"Tienes Lentes..." Le sonreí débilmente, evitando nuevamente el llorar.
Sin duda ha pasado mucho tiempo...
Tomó mis manos desde su rostro, las juntó en su pecho y las besó manteniendo el contacto visual conmigo.
"Perdóname. Por tardar tanto, amor." Sacó nuevamente el cabello de mi rostro sonrojado y se acercó hacia mí pausadamente tomándome por los hombros. Cuando nuestros labios estuvieron a milímetros de distancia, cerré los ojos. Gohan ya me tenía en lo más profundo de su ser. Me inclino a besarlo decisivamente.
Tantas cosas han pasado...
"¡Videl Satán! ¡Tanto tiempo!"
No...
Fue todo lo que pensé. La fuerza de gravedad hace vuelva a caer en los brazos de Gohan mientras apoyo mi cabeza en sus hombros.
"¿Videl?" Me insiste
No... Vuelvo a pensar. ¿Acaso estoy destinada a fracasar en mis reencuentros...?
"Maho." Suelto a Gohan y la observo de cuerpo entero. Es la misma persona de antes del viaje. "Tienes razón. A pasado mucho tiempo."
Ella se acerca y me abraza efusivamente ignorando mi extrañeza por el acto que acababa de hacer. Luego me toma por los hombros y me observa el rostro haciendo una mueca distinta. "¡Vaya!, ¿Estás Resfriada?, Te ves más delgada y pálida que antes."
Sonrío estúpidamente evitando hacer comentarios sobre su apariencia.
"Trajimos bastantes regalos. Estoy ansiosa por mostrarte los que escogimos para ti, ¿Verdad Gohan?"
Gohan se reduce a poner su mano derecha tras la cabeza, sin ni siquiera sonreír. El ambiente se hace incómodo, más bien, me siento incómoda.
"Gohan, ¿Acompáñame a hacer unos trámites?" Maho toma a Gohan del brazo con intenciones de buscar cierto material que debían presentar aquí en Satán City o algo parecido; solo pude limitarme a escuchar eso mientras caminaban.
Los observo de lejos.
...
Se ven muy bien juntos.
Maldición. Cierro mis ojos fuertemente tratando de espantar los celos que me atacan sorpresivamente, antes de que se hagan aún más presentes. Comencé a caminar hacia ellos cuando el sonido del celular de Gohan me sorprende. Busco con la mirada a Gohan, pero este ya se ha perdido entre la multitud. Indago entre su chaqueta, que tenía entre mis manos, y logro hallarlo. Hace un ruido enorme y la pantalla se ilumina mostrando el nombre de: Comité. Alguna gente gira hacia mí, seguramente preguntándose por qué no lo contestaba.
"Diga." Contesté.
"¿Son Gohan?" Una voz fría me llena de extrañeza.
"En estos momentos no puede atenderle. ¿Desea dejarle un mensaje?" Tapo el oído libre del celular. Tanta muchedumbre hablando a mi alrededor hace que no pueda escuchar con exactitud.
"Eh, sí. Comuníquele que desde ya se le está esperando en la universidad para saber del viaje."
"¿Eh?, ¿Esperando?"
"Le agradecería que se lo informase desde ya. Buenas Noches. *click* "
Antes de que pueda decir alguna palabra siento el corte; suspiro y guardo el celular en un bolsillo de la chaqueta. ¿Lo están esperando...?.
Tengo tantas cosas que hablarle.
Tengo tantas cosas que deseo saber de él.
Tantas cosas.
Que se me hace totalmente inexplicable cual es la razón de la junta.
"¡Videl!" Escucho de lejos. Giro y veo que Maho me hace señas de ir hacia allá en la entrada. Voy, aún confundida.
No puede ser. Se supone que este es tiempo de reencuentro. ¿1 Mes y tantos días no han sido suficientes de trabajo?, ¿Acaso ahora no es tiempo de descanso y familia...? "¿Y Gohan?" Pregunto a Maho que se encontraba junto a las maletas de ambos, ansiosa de hablar con él acerca de esto.
"Viene enseguida, está recogiendo unos paquetes."
Volteo con urgencia para encontrarlo, pero no llega. "Maho. ¿Qué se supone que haremos ahora?" Ella se asombra, es una de las primeras veces que le hablo acerca de un tema indefinido.
"Ahora... Si no me equivoco, tenemos que ir a la universidad a hablar con el comité."
"¿Qué?, P-pero... ¿Porqué?, Ya es muy tarde..." Muevo mis manos sin ningún sentido. Ella advierte que estoy nerviosa.
"Tenemos que mostrarles algunos resultados de este viaje. Como bien sabes, esto no fue gratis. Quieren pruebas."
"¿Acaso no podría haber sido otro día?" Le digo atropelladamente.
"Gohan y yo lo deseamos así."
"E-es... ¡Es Ridículo!, Han pasado 1 mes y 10 días afuera. Acaso no es tiempo que descansen, vean a sus familias y--"
"Ya lo decidimos, Videl." Me mira directamente, cortante.
Y por primera vez, siento que está por sobre mí.
Iba a responder nuevamente, pero ella hace señas efusivas a Gohan que viene cargado de paquetes. Me siento absolutamente desesperada, tengo deseos de gritar. Mi garganta se seca, evitando poder decirle a Gohan alguna palabra en concreto. Esto no puede estar pasando. Se suponía que ya todo había acabado.
Salimos del aeropuerto a un ambiente frío y absolutamente desolador, Gohan hace parar un taxi, mientras Maho le ayuda a cargar la mayoría del equipaje al auto. Todo ocurría rápido, deseaba hablarle, pero me inhibía completamente por todo... Por el ambiente frío que nos perseguía, por Maho, y extrañamente por Gohan. Sin razón suficiente me sentía alejada de ellos dos. Una extraña en su propio mundo.
Cuando todo estuvo arriba del vehículo, entré lo antes posible al asiento trasero. No deseaba que Maho me contemplara con los ojos llorosos, débil. Gohan le abrió la puerta, ella entró y se sentó al lado mío riendo por un chiste al cual no presté atención. Él, apareció por el asiento delantero junto al chofer que echó a andar el motor; intercambiaron unas cuantas palabras y partimos.
Estúpida. Nunca debí venir aquí.
Mientras las calles comenzaban a aparecer rápidamente y los autos pasaban a nuestro lado, sentí que una pequeña lágrima había caído a mi mano sin ninguna advertencia. La observé y rápidamente pasé mi mano izquierda por mis ojos. Comencé a respirar agitadamente, en silencio. Temí que alguno de los presentes me observara, pero un fue innecesario preocuparme de ello, pues hablaban de un tema al cual ni siquiera conocía.
En una fuerte pendiente, el celular cayó a mis pies.
"Por la derecha." Gohan indicó al conductor. "Ya nos deben estar esperando."
Por segunda vez. Otra lágrima.
"Ojalá no lleguemos tarde."
Observé por última vez a mi alrededor, solté fuertemente la chaqueta de Gohan y gemí débilmente. "Deténgase."
Gohan y Maho me miraron al unísono.
"¡Deténgase de una maldita vez!" Antes de que el auto pueda detenerse por completo abro abruptamente la puerta, y salgo sin explicación hacia la calle. Al salir me enfrenté cara a cara con el viento que soplaba bruscamente, consecuencia de la ya acabada tormenta. Cerré la puerta, me arropé rápidamente y comencé a caminar hacia la nada.
"¡Videl!" Me gritó Gohan, saliendo del taxi. Pensé en seguir caminando con indiferencia, pero me hubiera seguido. Giré sorpresivamente y se detuvo a unos pocos pasos de mí; lo suficiente para no observarme de cerca.
"Gohan." Le adelanté sus palabras. "Llamaron a tu celular y los están esperando."
"¡Videl...!" Se acerca.
"Anda, de verdad estaré bien." Giro y evito hablarle y mirarle al rostro, pues estoy comenzando nuevamente a quebrar la voz. Él vuelve a acercarse, yo retrocedo. "Sabes que de esto depende todo. Así que vete..."
Se detiene y me observa. Yo sigo dándole la espalda, evitándolo.
"Entonces nos vemos luego." Gohan espera un largo momento, hasta que da media vuelta, se sube al auto y se marcha sin más.
Se fue.
Y no puedo creerlo.
Comienzo a caminar más rápido. Mi mente se llena de pensamientos y mi conciencia comienza a colapsar. Quiero irme lejos. ¿Pero adónde?. Mis ojos humedecidos dan a conocer una calle a la cual el único destino cercano a ésta es el departamento que ocupa Gohan en Satán City. Maldigo por un segundo el haberle sugerido su arriendo para sus emergencias o estadía en la ciudad, para que evitase los viajes a su casa todos los días.
Me detengo a pensar y antes que el frío y la angustia me consuman por completo resuelvo ir a buscar algo de ropa y otros asuntos que había dejado allí e irme a casa.
Caminé un par de cuadras pensando en cada cosa que había ocurrido hoy, era imposible erradicar esos pensamientos de mi memoria. Mi pecho se oprimía cada vez más haciendo que tuviera una respiración entrecortada. Ya en las afueras del apartamento, corrí los escalones que me dirigían a su habitación para terminar de una maldita vez todo esto.
Al frente de su puerta comencé a buscar las llaves. Me desesperé, y no por no encontrarlas, sino porque mis manos temblaban, gemía fuertemente y las lágrimas aparecían en mis ojos sin dejarme ver con claridad.
Videl, no debes llorar. No debes llorar, eres fuerte.
La llave apareció y la puerta se abrió al quinto intento de dar con el agujero de la cerradura. Entré desenfrenadamente, casi caigo al tropezar con la alfombra y por último, al cerrar la puerta aplasté levemente mi dedo índice con ella.
Lo quité instantáneamente, cómo un reflejo, totalmente asustada... Pero, ni siquiera grité. Apoyé mi espalda en la puerta y lo observé. Este comenzó a hincharse rápidamente, a tomar un color rojizo y a palpitar profundamente de dolor.
No llores. No llores por un hombre. No lo hagas.
Las lágrimas comenzaron a caer desenfrenadamente. Tanto, que al principio no pude darme cuenta que el sweter que llevaba puesto estaba totalmente empapado en el pecho. Observé entre las penumbras a mi alrededor mientras las lágrimas seguían cayendo agitadamente al compás de mi respiración. Tomé aire y desde lo más profundo de mi ser, emergió un fuerte quejido desgarrador que quebró totalmente el silencio de la habitación. Mi rostro se arrugó en una mueca horrible, mordí fuertemente mis dientes y llevé mis dos manos a la frente para emitir un quejido nuevamente.
Me deslicé por la puerta hasta quedar en el suelo. Sin duda alguna, una pena ha crecido por dentro de mí, arañándome por dentro sin compasión.
Comencé a llorar fuertemente. Sin ninguna restricción.
Me sentí totalmente destrozada, desesperada, angustiada y un montón de similitudes más a la vez. La alegría se había marchado, sin poder despedirse de mí. Por más que secaba mis lágrimas con frecuencia, estas aparecían aún más rápido. Tapaba levemente mi boca, pero lloraba con aún más fuerza; apoyé mi cabeza en la puerta y dejé que mis manos cayeran a los lados. Ya no tenía más fuerzas, lloraba y lloraba por cada una de las veces que debí hacerlo. Recién, el nudo que tenía en mi garganta comenzó lentamente a desatarse.
Cómo una niña pequeña comencé a sentir numerosos hipos mientras seguía desahogándome de todo. Las mangas de mi sweter estaban completamente empapadas de tanto secar mi rostro, sin efecto alguno. Seguí sollozando en silencio y llorando fuertemente por largo tiempo hasta que mi alma y pensamiento exhaustos, consideraron que ya era suficiente y caí profundamente dormida sin darme cuenta del tiempo que había transcurrido desde el aeropuerto hasta ahora.
***
Desperté. Y lo hice de una manera sorpresiva, tragando una bocanada de aire y levantando mi cuerpo unos 80º de la superficie. Respiraba agitadamente y mi cuerpo temblaba levemente sin motivo alguno. Reconocí estar en un cuarto y acostada en una cama. Las sábanas lucían revueltas en señal de que había despertado por una pesadilla que no recordaba. Llevando mi mano hacia la frente traté de acordarme de algo, solo recordaba el haber llegado al departamento de Gohan en busca de unas cuantas cosas, cuando no pude más y caí a llorar hasta dormirme. Toqué mi pecho sintiendo su humedad por el llanto y traté de calmarme de algo inexplicable. Me levanté dándome cuenta de que llevaba la misma vestimenta de antes. Aún sentía frío. Un espejo en el velador más cercano reveló mis ojos hinchados por las lágrimas. Estaba confundida. Me levanté con cautela y caminé hacia la puerta de la habitación que se encontraba entreabierta.
La curiosidad se apodera de mis sentidos, necesito aclarar preguntas que se vienen a mi mente. Me siento incómoda. ¿Qué había ocurrido después de quedarme dormida?, presiento un dolor en mi garganta, tengo deseos de dejarme caer nuevamente y gritar, la maldita angustia vuelve a mis entrañas y siento como mis ojos vuelven a humedecerse otra vez. Siento el frío de la cerradura en la palma de mi mano, abro la puerta lentamente y mis ojos se entrecierran al sentir la luz mientras avanzo.
Ya afuera reconozco por completo que he salido del cuarto de Gohan hacia la sala de estar. El sonido de un plato en el lavadero me hace saltar. Avanzo hacia la cocina sin sentirme aún nerviosa, pues puedo sentir a quien voy a encontrar. En efecto, vislumbro a Gohan lavando unos platos. No advierte mi presencia física, pero sé que lo hace a través de mi ki. A unos pocos metros de distancia solo lo observo. Simplemente estoy parada mirando cada movimiento que hace. Su cabello posee la misma forma de antes, ahora sólo un poco más brillante a la luz de la cocina. Sus facciones resaltan aún más y mi vista y pensamiento no puede acostumbrarse a verle con lentes. Su silueta al contraste con la luz me indica silenciosamente de que ya es todo un hombre.
Siento que ha pasado tanto.
Doy un paso torpe y este hace crujir una vieja tabla por debajo de mis pies. Antes de que lo observe de frente, Gohan gira rápidamente en tono de defensa. Advierte mi presencia y su rostro vuelve a la calma. Deja un plato en el lavadero y se acerca.
"Videl, despertaste." Sus facciones resaltan a cada movimiento.
Nuevamente sentí la garganta seca. Me era imposible hablarle. Él se acerca e intenta tocarme el rostro, pero en un reflejo condicionado retrocedo un paso antes de que pueda hacerlo.
"¿Y el recibimiento?" Pregunto indiferente a todo, sus miradas, tacto y habla.
"Volví" Me observa extrañado.
"¿Por qué?" Le pregunto secamente, esta vez mirando a sus ojos directamente.
"Me sentí preocupado por ti, Videl."
Intenta acariciarme una vez más, pero le evito por segunda vez. Mis ojos se humedecen rápidamente y comienzo a desesperarme. Todo a una velocidad increíble y sin detenerme. Siento que todo ya ha llegado a su límite y me siento explotar poco a poco.
"No te creo." Un quejido sale sin advertencia de mi pecho.
"Videl, ¿Qué te ocurre?" Baja su mano a la altura de su cuerpo.
"¿Fue solamente por compasión, verdad?"
"¿Qué?" Gohan intenta procesar información rápidamente, frunce su ceño mirando todo lo que se encuentra a su alrededor.
"Compasión por mí. Pobre Niña Rica." Digo en un tono despreciable. "No puede pasar ningún momento sin la persona que cree quere--"
Mi voz se quiebra y sé que si sigo hablando terminaré en llanto. Tapo mi boca y bajo la vista. Debo irme de aquí. Giro rápidamente y voy hacia el cuarto en busca de mis cosas, Gohan aún permanece en el mismo lugar. Ya en el cuarto tomo unas cuantas cosas y camino rápidamente hacia la salida, todo impetuosamente. Sólo quería escapar, sobo mis ojos sacando unas lágrimas y topo sorpresivamente con Gohan nuevamente en la sala de estar.
"Déjame ir." No le observo y trato de seguir mi camino, pero es imposible. "¡Gohan!"
"Sabes que no lo haré."
Le miro fugazmente a los ojos y me encuentro con su rostro serio y fijo.
"Nunca llegué al lugar, me bajé antes. Maho llevó mis disculpas al comité. Y lo hice porque me sentí preocupado por tu actuar. Al llegar y observarte en el aeropuerto, lo único que pude ver y sentir en tus ojos fue una mirada llena de dolor y angustia. Luego, te bajas súbitamente del taxi sin explicación. Me preocupo y sospecho que has venido acá. Vengo para asegurarme que nada te ha ocurrido y cuando entro te encuentro en el suelo, con tus ojos hinchados y temblando de frío. Videl, ¿Qué te ocurre?" Se acerca hacia mí y pone su mano en mi hombro derecho, me observa preocupado mientras yo miro el suelo buscando algo que me haga sentir tranquila. Respiro agitadamente dejando que varias lágrimas caigan. Y le miro lentamente.
"Todos me lo advirtieron." Comienzo débilmente. "Todos me dijeron lo mismo."
Gohan me observa curioso.
"Los amores a larga distancia no funcionan."
Él se apoya en la pared cerrando sus ojos al unísono del corte de luz que nos dejó solos a la luz de la noche. Ninguno tomó la mayor importancia al asunto.
"De hecho. Tenía un mal presentimiento. Te lo dije antes de tu partida. Pero, en ningún momento le tomé el peso verdadero."
Gohan intenta hablar, pero le interrumpo con la mirada. "¿Sabes?, He pensado tantas cosas desde que te marchaste Gohan..."
"¡Pero estoy aquí!" Me toma de mis hombros y me mira a los ojos. "He regresado Videl, volví, estoy aquí, junto a ti."
Siento cómo si millones de cuchillos se enterraran en mi garganta y cierro mis ojos con fuerza para evitar mirarlo, dejando rodar por mi rostro un par de lágrimas. "No, Gohan. Siento... Que ha pasado tanto tiempo... Me sentí tan, tan sola."
Me suelta de los hombros y vuelve a mirarme directamente sin que yo lo haga.
"¿¡Porqué piensas tan solo en ti!?. También me sentí muy solo. Tuve ganas de abandonarlo todo, pero me fue imposible. Sólo era un tiempo, y YA quedaba poco."
"¡Estoy cansada de esperarte!" Le grito a la cara. "¡Cansada de estar en segundo lugar de todo!"
"Ya veo. Es por Maho." Se da media vuelta bruscamente. Indiferente.
Sigo observándolo y contesto sin bajar el tono de mi voz. "No. Y sabes que esa no es la razón."
"¿¡Cuál es entonces!?" Vuelve a mirarme seriamente.
"¡Durante estos últimos meses solo te has dedicado a tu trabajo!. SOLO a eso. No me he sentido parte de tu vida. ¡Me he sentido triste y sola!, ¡Lo único que deseaba era tenerte aquí, conmigo!"
"¿¡Y cómo quieres que lo supiera, eh!?, ¡Si cuando te llamaba lo único que hacías era evitarme por completo!"
Gohan eleva su voz sorpresivamente cómo yo. Me exalto al oírlo, abriendo mis ojos y respirando agitadamente. Lo evito y camino hacia la salida, él me persigue en mi andar aún discutiendo. "¡Nunca oí, ni sentí que me extrañases!, ¡Nunca!" Antes de abrir la puerta me toma fuertemente del brazo, inconscientemente giro tomándolo desprevenido y le grito a la cara.
"¡¡Tenía Miedo!!"
Se oyen levemente nuestras respiraciones agitadas. Todo el ruido que habíamos provocado hasta ahora se resumió en un duro silencio. Ambos hemos perdido el control por completo y aún peor, sólo ahora nos habíamos dado cuenta de ello. Le observo en la penumbra y sé que está tan conmocionado cómo yo. Ambos necesitamos respuestas.
"¿Miedo de qué, Videl?" Baja su voz. Casi en un susurro.
Siento que su mano derecha asciende lentamente, rozando suavemente mi brazo y hombro hasta llegar a mi cuello. Tiemblo en el momento exacto en que las yemas de sus dedos se apoderan de mi piel.
No reacciono aún a responder su pregunta. Aunque sé la respuesta.
Un escalofrío me recorre de pies a cabeza al sentir la tibieza de sus dedos haciendo contraste al hielo de mi piel. Todo ocurre tan rápido que no pude sentir el momento en que sacó de su rostro sus gafas metálicas, dejando al descubierto sus profundos ojos azabaches mirando más allá de mis ojos, justo en mi ser. Trago saliva dejando caer otro par de lágrimas, estas, repercuten en mi piel haciéndome reaccionar nuevamente.
"...Dímelo."
Su susurro me hace sentir de cerca su aliento y nuevamente siento recorrer un escalofrío. Bajo mi cabeza.
"A... A que supieras lo que realmente sentía..."
Me observa, esta vez no extrañado sino con asombro.
"...Que te enteraras de que soy extremadamente débil."
...Que no lloré ningún día hasta tu llegada.
Que supieras que soy una sentimental.
Que tuve celos.
Que he dejado de pintar por la angustia.
Que he memorizado la canción que cantaste antes de tu partida.
Que siento haber olvidado el sabor de tu boca.
Que supieras que no podía conciliar el sueño, si no tenía una prenda tuya a mi lado.
Te he echado tanto de menos, Gohan.
Se aleja unos pocos centímetros de mí. Y abre su boca para responderme, pero le adelanto subiendo mi cabeza, hablándole de frente. "Sabía perfectamente que te haría retroceder."
"¿Saber lo que realmente sentías... Me haría retroceder...?" Me cuestiona aún anonadado.
"Estabas tan decidido. Esta era la oportunidad de tu vida, ambos lo sabíamos. Gohan, tuve miedo, sentí en mi cuerpo y alma sentimientos que nunca había palpitado verdaderamente. Me sentí extremadamente débil. Algo, que hace años atrás, antes de conocerte era un terreno totalmente desconocido--"
"¡P-ero--!" Me interrumpe sosteniéndome de los hombros.
"No te lo dije nunca, pues creía que todo lo que sentía era simplemente algo sin importancia. Además, si te lo hacía saber, hubieras vuelto a mí, dejando todo atrás." Tragué saliva. "Pero, en este tiempo me he dado cuanta de muchas cosas. Necesito que estés junto a mí; necesito que te fijes en mí... Sin duda es algo muy posesivo... Pero no puedo evitar sentirlo..."
Ya esta.
Lo he dicho todo.
Ahora espero sus palabras. Espero lentamente que me haga saber que estuve equivocada, que fui una boba en pensar así. "¿Dios mío... Cuándo dejaremos de discutir?, Estoy tan cansada de todo esto..." Le observo con honestidad, porque es verdad, ya he pasado por demasiado.
Y todo comienza extrañamente, más bien distinto. Él me observa con ternura y me acaricia delicadamente la mejilla, para luego susurrarme. "En este mismo instante..."
Mis sentimientos se contrastan con gran velocidad. Gohan se acerca y me toma por las caderas. "Ven..." Vuelve a susurrarme. Yo, esta vez desisto y me dejo llevar por sus brazos que suavemente rodean mi cuerpo, acercándome a él y dándome el calor que tanto extrañé estos días, este mes. Lo adelanto y apoyo dudosamente mi cabeza en su pecho. Siento mis músculos tensos, aún no me relajo totalmente. Él lo sabe.
Gohan, te extrañé tanto... Que aún no puedo acostumbrarme a ti.
Con las yemas de sus dedos, acaricia mi cabello lentamente mientras que yo comienzo a abrazarlo con lentitud. Mis brazos lo rodean y mis manos tocan su espalda. De alguna manera, necesito saber que realmente está aquí, conmigo. El momento duró una eternidad, en silencio. Todo acabó solamente cuando Gohan se separó unos centímetros, tomó mi cuello entre sus manos y besó cálidamente mi frente.
Sonrío para mí misma, es una sensación tan reconfortante y reparadora. Gohan baja su mentón a la altura suficiente para vernos los ojos durante un rato.
Él observa fugazmente mis labios.
Y yo los suyos.
En silencio comienza a acercarse lentamente mientras mi corazón comienza a palpitar rápidamente. Mantiene el contacto visual y se inclina un poco más llegando a centímetros de mi boca.
"Gohan... Si vuelves a irte... No lo soportar--"
Sin dejar terminar mis palabras, me atrae hacia él y funde completamente sus labios con los míos.
En ése mismo instante logré darme cuenta de que no nos besábamos desde hace más de un mes y diez días. Pero así también, logré darme cuenta de que éste había sido el momento exacto. Le besé con lentitud y torpeza. Mis manos, ahora en su cabeza, acariciaron su cabello. El beso se volvió apasionado, mi mente, trataba de grabar cada sentimiento, cada imagen, cada sabor, cada olor, pero era imposible.
Ignoro el porqué. Pero volví a hacerlo.
Volví a caer, pero esta vez de una manera distinta en los brazos del amor. Esta vez, fue ignorando cada momento en aquellos días.
Fue en ese mismo instante también, en que me di cuenta que había encontrado la respuesta.
Todo volvía a ocurrir velozmente. Simplemente habíamos encontrado la respuesta a todo. No había necesidad de aclarar nada, puesto que todo ya lucía transparente a una verdad que no se había materializado hasta este momento, a una verdad ignorada y mirada con indiferencia.
Solo éramos dos almas que se amaban entre sí.
Y esto había sido la causa de todo. El amor. Un sentimiento que sencillamente había madurado. La respuesta a todo lo que había sentido en estos tiempos de soledad. A todo. Ignorábamos el hecho de estar profundamente enamorados, de pertenecer a un destino que nos había puesto a prueba y que esta misma noche había desvendado nuestros ojos.
Mi espalda, ahora traspasada por sus manos tibias, dejaba atrás ese frío que me acompañó cómo una sombra este largo verano. Después de largos días volví a sentirlo mío, de una manera más profunda e inexplicable.
No podría nunca, ni esta, ni en otra vida amar a una persona cómo Gohan. Y todo se explicaba a que él era la única persona que había logrado romper aquella barrera que aprisionaba todo, la única persona que logró ver más allá la vida de una joven fría, marimacho e inquebrantable. Porque eso era lo que le diferenciaba de los demás. No sus poderes sobrehumanos, su inteligencia, atractivo, su singular inocencia... Gohan era la única persona que había llegado a mi verdadero ser y que había tomado mi alma. Porque yo, ya le pertenecía.
Le besé y le amé hasta que mi cuerpo desgastara cada gota de energía posible. Recordando cada momento en que le quise tener y me fue negado por mi necio pensamiento y sentir. Porque ambos merecíamos el ser queridos, ambos merecíamos el amor.
Ignoré nuevamente el tiempo transcurrido desde su llegada hasta ahora, sentí cómo increíblemente el sueño se apoderaba de mí. Por primera vez en tanto tiempo sentí el cansancio en bruto. Y antagónicamente deseé en ese instante no dormir. Era imposible. Nuestras almas ya habían encontrado la paz y nuestros cuerpos ya yacían agotados.
Sólo le recosté sobre mi pecho y le acaricié la cabellera, haciendo un último esfuerzo sobrehumano para recordar aquella imagen para toda mi existencia y congelar mis recuerdos para siempre.
Indiscutiblemente, en ese mismo instante caí en los brazos de Morfeo.
