Days of our Lives
Capítulo VII: You are still you
"Puedes explicarme... ¿Cómo llegamos hasta aquí?, Lo único que recuerdo hasta ahora es el sofá."
¿Solamente el sofá?. Miento.
Lo recuerdo todo... El pasillo, sus palabras, sus deliciosas caricias y besos... Tenerlo tan solo mío en instantes de pasión y lujuria inquietante e incierta, pero, por sobretodo sentir que nuestras capacidades de amar no tenían límite alguno, que nuestra propia manera de querernos mutuamente había superado más allá de los límites físicos, inclusive de nuestra razón... Nos habíamos vuelto a amar, algo que no sentía hace días.
Mis pensamientos se reflejaron en una pequeña sonrisa y mientras mantengo el contacto visual, Gohan me sorprende sacando su brazo derecho de entre las sábanas llegando hasta mi mejilla. Desde el primer contacto de sus dedos con mi piel, hace que me estremezca de pies a cabeza y cierre mis ojos para disfrutar aún más el momento. Me acaricia suavemente, torturándome de una manera lenta y suave; terminando con un suave beso en mi frente. Si no lo conociera, diría que está un poco nervioso...
Se aleja y me observa con ojos brillantes sonriéndome. Siento gran curiosidad por saber que piensa.
"Videl Satán."
"¿Hm?" Le sonrío, curiosa.
Su mano quita suavemente el pelo húmedo de mi frente. "¿Te casarías conmigo?"
...
Mi cuerpo se detiene. Mi sonrisa se congela al igual que mi respiración y mis ojos que se abren abruptamente. Una extraña sensación recorre mi cuerpo desde mis hombros pasando por cada célula de mi ser dando una sensación de inquietud y vulnerabilidad. Todo es confuso y a la vez inquietante, trato de calmarme y bajo mi cabeza. Gohan aún me sonríe levemente y me observa ignorando mi verdadero estado. Lo único que logro sentir es una palabra que palpita fuertemente en mi conciencia.
Compromiso.
Tomo con fuerza las sábanas y muerdo mi labio inferior. Estoy increíblemente nerviosa y para empeorar Gohan se acerca a mí suavemente. La distancia se agota y desconozco que hacer.
*Riiing*
Ambos saltamos del susto que nos ha provocado el timbre del teléfono. Desde que Gohan arrendó este departamento siempre le he regañado por el ruido que hace el aparato a cada momento, por primera vez agradezco que no me haya escuchado. Gohan se da media vuelta y contesta.
¿Y ahora qué?
Me siento en la cama. Sin duda alguna mi destino aún me trae demasiadas sorpresas.
Me senté en un lado de la cama, casi en el extremo, envuelta en sábanas, apoyando los pies en el suelo y mirando en conjunto al piso, justo en el instante en que Gohan colgó el auricular. Él hizo exactamente lo mismo que yo, solamente que al otro lado de la cama. Dándonos mutuamente la espalda sin explicación más que un nerviosismo casual.
No nos movimos, los segundos empezaron a comérsenos despacio. El ambiente se volvió tenso. No podía decir ni una maldita palabra, estaba bloqueada.
"Era el comité, quiere verme ahora..."
Juro que intenté decir algo. Algo simple, un sonido, gesto o afirmación que justificara mi presencia, pero sentía que arruinaría las cosas sin ni siquiera conocer que.
"Iré a ducharme." Lo sentí esperar unos segundos más, pero definitivamente me era imposible hacer notar mi existencia. Luego, le escuché ponerse de pié y caminar en dirección al baño. En el momento que sentí el cierre de la puerta caí abruptamente a la cama mirando hacia el techo.
Matrimonio...
Sonaba una palabra tan distante y extraña.
Giré mi cuerpo levemente, totalmente distraída a la medida que imaginaba a una mujer de edad con más de seis niños a su alrededor en conjunto a un hombre barbudo viendo televisión. Dios mí--o...
Caí abruptamente de la cama sobre la maleta, seguido de un gemido ridículo. Me senté rápidamente, tapando mi boca y deseando que Gohan no hubiera escuchado nada, pero tal parece que el sonido de la regadera evitó que se diera cuenta de algo.
Me levanté despacio sobando mi espalda que dolía por la caída, no deseaba armar más alboroto y por sobretodo no sabía que hacer en el momento que Gohan saliera de la ducha.
Miré a través del ventanal y pude contemplar un día totalmente nublado, pero era un día absolutamente especial pues no hacía frío...
Y Gohan me había propuesto matrimonio.
Observé por unos instantes la maleta que había dado vuelta debido a mi caída, la tomé por los costados y la volví a su posición normal, volví a girar hacia el ventanal pero me di vuelta inmediatamente por el sonido que hizo una pequeña bolsa al caer a mis pies.
Me agaché y la recogí, me senté a los pies de la cama, esta vez, asegurándome de no sentarme en uno de los extremos para no caer y saqué la pequeña bolsa que envolvía una caja de regalo del mismo tamaño y que tenía un papel pegado en la parte superior. Éste tenía por escrito mi nombre y rogué por unos instantes que no fuera el regalo que Maho había insinuado que había escogido para mí. La escritura del papel me indicaba lo contrario, por suerte era un escrito de Gohan. No me pude contener más y abrí el pequeño paquete lentamente, el cual dejó al descubierto una hermosa caja aterciopelada de color azul marino.
Oh Dios...
Mi corazón comenzó a saltar, abrí los ojos mientras una rara sensación recorría mi espalda y di un largo suspiro sin perder de vista la pequeña caja. Pasé mi mano izquierda por la frente y cerré mis ojos, me sentía extremadamente nerviosa y no paraba de sentir escalofríos por el cuerpo. Quitando uno de los dedos de mi frente y en una actitud de timidez, observo nuevamente la caja de terciopelo. Obviamente entendía perfectamente que significado tenía y conocía cual sería su contenido. Esto me hacía sentirme aún más nerviosa, era una situación tan peculiar y única que dudo que vuelva a sentirla de la misma manera alguna vez en mi vida...
Siento una curiosidad enorme y me invaden los deseos de abrir la caja, sé que ingresaré en un terreno minado pero mi condición humana me insiste en que le dé un pequeño vistazo a su interior.
Miro hacia la puerta de la ducha rápidamente y me vuelvo a cuestionar si debo abrirla o no. Decido abrirla rápidamente para que las ansias acaben, acaricio suavemente el borde de la caja con las yemas de mis dedos y en un rápido movimiento oigo el click que me indica que ya la he abierto.
Agudizo mi vista, aunque aún no la he abierto por completo y en un zarpazo la abro momentáneamente para volverla a cerrar debido a que he escuchado algo en el baño. El sonido acaba y sigo escuchando la regadera.
Vuelvo a suspirar y a observar mi pequeña acompañante, pero esta vez, ya decidida la abro con lentitud hasta dejarla totalmente abierta.
Oh Dios...
Mi corazón vuelve a hacer de las suyas en mi cuerpo, pero esta vez siento palpitar cada sentido de mi ser al contemplar un hermoso anillo de oro decorado con un pequeño cristal en la parte superior que resalta aún más el brillo del día.
Kamisama... El anillo es hermoso y su efecto en mí es casi restaurador, me hace recordar cada recuerdo que poseo de Gohan y yo, desde que nos conocimos hasta ahora, siento brillar mis ojos al mismo tiempo que me emociono. Hemos pasado tantas cosas individualmente, pero sobretodo juntos, que no puedo concebir la idea de que hemos llegado hasta aquí.
Me dejé llevar por la emoción y tomé el anillo entre mis dedos. Por unos instantes no pude creerlo. Tenía un anillo de compromiso en mis manos...
Volví a caer de espaldas a la cama. Todo era confuso pero a la vez inquietante. Levanté mi brazo para observar nuevamente el anillo y sin razón concreta comencé a reír, eso definitivamente era increíble.
Mientras reía levemente, tomé el anillo y sin ni siquiera consultar mis pensamientos, lo coloqué en el dedo anular de la mano izquierda, antes de darme cuenta del acto que había cometido pude contemplar mi mano y el anillo juntos, lo cual me asombró y me dio una sensación distinta a las demás, solamente sentía felicidad.
Sentí apagar el flujo de la ducha, seguido del sonido de la cortina de baño. El sonido me bajó a tierra agresivamente, ya era suficiente, guardaría el anillo, lo pondría en su lugar y todo volvería a la normalidad.
O eso al menos creía.
Tomé el pequeño objeto entre mis dedos e hice un leve esfuerzo para que este saliera sin forzarlo. Después de 2 intentos más y los 2 sin efecto comencé a preocuparme. Me senté y suspiré dándome tranquilidad. Por mientras, seguía escuchando a Gohan en el baño, seguramente afeitándose y cosas por el estilo. Volví a repetir el acto despacio, pero luego de otros intentos fallados, olvidé la delicadeza y comencé a forcejear. El anillo se negaba.
Comencé a jadear. Solamente por nervios.
Tiré violentamente del anillo, y no puede evitar soltar un pequeño quejido de dolor. Mi dedo no daba más, otro intento más y seguramente me sacaría el anillo y dedo juntos.
Intenté con diferentes técnicas, giraba el anillo, trataba de volver a forzarlo, pero nada ocurría.
Nada.
Dios...
Me levanté con nerviosismo en rumbo a la cocina, dejé correr el agua del lavadero mientras forzaba el anillo bajo ella, pero todo se me negaba.
En unos minutos Gohan saldría de la ducha y descubriría todo... Fui hasta el dormitorio, mientras pensaba mi siguiente plan, no podía arriesgarme a que Gohan me viera en éste estado. Tomé las prendas de mi ropa que aún lucían desordenadas en la cubierta de la cama, me vestí rápidamente y resolví finalmente ir a casa a tratar de solucionar el asunto que había surgido, con mucha más calma. Cerré la caja aterciopelada y volví a guardarla en su lugar, para luego tomar mis cosas y caminar en silencio hacia la salida.
El ascensor nunca llegó, por lo cual subí por las escaleras y llegué al techo. El día volvía a estar con un sol imponente, la brisa matutina era agradable y todo relucía cómo un perfecto día de verano. Tomé mis cosas con fuerza, eché a correr y me elevé por los aires en rumbo a casa.
Inconscientemente, volví a observar el anillo...
Por alguna razón, creo que pocas veces en mi vida me he sentido absolutamente mejor y, al mismo tiempo en pocas me he sentido peor. Puesto que, la persona que más he querido en mi vida, me ha manifestado que desea pasar el resto de su existencia junto a mí. Y ésa persona ha sido Gohan...
Sin duda, el único hombre de todos los que he conocido y del cual me he enamorado de verdad y por supuesto... El más diferente a todos.
Pero, algo me continúa intrigando ¿Cuál era el verdadero significado del matrimonio...?
Aún necesitaba pensar...
Aterricé en la mi terraza, y agradecí silenciosamente que el ventanal de mi cuarto estuviese abierto. Entré sigilosamente, me senté un rato a los pies de la cama, repasando un poco mis actos, abrí varios cajones y saqué ropa limpia para cambiar de vestimenta. Luego de vestirme busqué por todos los muebles un poco de vaselina, o algo que pudiera ayudarme a sacar el anillo de mi dedo.
Encontré un frasco pequeño con un líquido viscoso, no me tome la molestia de mirar el envase, apliqué un poco sobre mi dedo y casi por inercia comencé a forcejear.
Maldición... No daba resultado alguno.
Dejé el frasco a un lado de la cama y me levanté. Comencé a caminar alrededor de mi pieza, pensando en otra solución... Nunca debí haber abierto la caja aterciopelada... Debí dejar que todo se hubiera dado naturalmente... Debí.
Frustrada, salí de mi cuarto y bajé hacia la cocina, se me antojaba enormemente un vaso de leche, pero más que nada, sólo deseaba distraerme un poco del tema, deseando venir la calma.
Pasando por la sala de estar me logré darme cuenta de que papá se encontraba sólo en el jardín, de espaldas a la casa, en una banqueta, leyendo un diario y con un vaso de vodka a un lado. Se veía bastante tranquilo, y no lo dudaba, el día estaba perfecto. Volteé a la cocina y decidí que más tarde entraría... Tenía algo que hablar con papá, y por alguna razón pensé que éste sería el momento adecuado.
¿Cómo reaccionaría?
De sólo recordar su reacción cuándo se enteró de mi relación con Gohan, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Dudé por unos instantes, pero... Esta vez estaba totalmente dispuesta a que papá se enterara antes.
Avancé lentamente intentando tener una apariencia de normalidad en mis actos, me detuve por última vez y lo observé a unos metros de distancia.
"Buenos Días Papá"
Comienzo a sentirme nerviosa, miro hacia todos lados buscando alguna ayuda, lo único que encuentro es un vaso de vodka a medio tomar.
Sin girar su vista hacia mí, responde con naturalidad. "Buenos días hija..."
De un trago, bebo todo el líquido del vaso. Reacciono violentamente, el líquido es muy fuerte, carraspeo agresivamente dejando fluir nuevamente un escalofrío. Dejo pasar el efecto, cierro mis puños y pronuncio.
"Papá, Gohan me ha pedido matrimonio."
Me asombro de lo directa que he sido, pero ya no deseo andar con rodeos. Ahora, sólo espero su reacción.
Y espero.
Papá envuelve su diario y lo deja a un lado, no me enfrenta a la cara y así evito que vea mi rostro extrañado. Vuelvo a sentirme incómoda, ¿Acaso no lo me habrá oído?.
Se acomoda en la banqueta y toma otro sorbo de vodka con un vaso que no había vislumbrado. "Valla, ¿Así qué fue hoy, uh?... Pensé que tardaría en decírtelo."
¿Qué?
Proceso información lo más rápido que puedo, pero sus palabras me han pillado con sorpresa.
"Cuando vino a pedir tu mano, dijo que te lo haría saber en el momento adecuado... En fin, quién comprende a los jóvenes..."
Mis pensamientos se bloquearon por completo.
Dios... Realmente deseaba casarse conmigo.
Por un momento sentí vergüenza de todo lo que había hecho hasta ahora, el anillo, dejarlo sólo en el departamento donde seguramente estaría despedazándose a sí mismo, auto criticando su modo de pedirme matrimonio, pensando en que se había equivocado, que realmente yo no quería casarme con él...
"Gohan... ¿Vino a pedirte mi mano...?" Pregunté, aún anonadada.
"Un poco antes que viajara."
"T-tú... ¿Lo sabías durante todo este tiempo?"
Papá dio la vuelta para observarme, yo apenas levanté la mirada. Caí en la banqueta más cercana con la cabeza entre mis manos, había sido una estúpida. Quizás cuánto tiempo llevaba practicando todo esto. Sonreí imaginándolo en mi mente, pero así también sonreí para evitar caer en la tristeza. Mi padre emitió un largo suspiro para luego levantarse y acercarse a mí. Se sentó a mi lado izquierdo y acto seguido, con su brazo derecho me abrazó fuertemente.
"¡Ay...!" Reaccioné instintivamente.
"¿Qué ocurre Videl?" Papá me observó extrañado.
Mi brazo.
Gohan desconocía absolutamente todo.
"Papá... Hoy volveré un poco tarde." Dije, levantándome.
No le di tiempo para responder, volví a correr y a emprender el vuelo. Necesitaba verlo.
Seguramente Gohan iría a dar sus excusas personalmente al comité de la OSU, y le darían su esperada evaluación... Posiblemente, después partiría dónde su familia.
Tenía que solucionar todo este problema de algún modo, no debía dejar pasar más el tiempo...
Chichi.
La idea se me cruzó por la cabeza, ella siempre sabía que hacer.
Sin pensarlo más volé lo más rápido posible, toqué mi brazo una vez más… Este dolía agudamente. Seguramente me esperaba muchas cosas que hacer en este día. Debía solucionar el problema de la sortija, cómo también debía contarle lo sucedido aquel día del robo a Gohan. Mordí mis labios, seguramente se enfadaría. Pero debía hacerlo, más aún ahora, que me había pedido matrimonio.
La idea giraba por mi cabeza velozmente. Gohan ya había pedido la mano a papá... y lo más sorprendente... El había accedido.
El viento recorría velozmente me cuerpo, a la vez que las interrogantes seguían cruzando mi cabeza mientras volaba lo más rápido que podía hacia Paozu Yama. Rogaba silenciosamente llegar antes que Gohan. Allí buscaría ayuda de Chichi, en estas situaciones ya no me quedaba nadie, ni siquiera Ireza, que se tomaría unas vacaciones con su novio...
Los minutos pasaron rápidamente, estaba tan concentrada ordenando mis pensamientos que el tiempo se hizo nada. Debía mantener la calma, ya que debía contarle a Chichi tranquilamente todo lo ocurrido, mi motivo de visita y como es de esperar... Debía decirle que Gohan me había propuesto matrimonio.
Aterricé suavemente a unos pasos de la entrada a la casa. Antes de golpear, observé sigilosamente por las ventanas, buscando a Gohan, pero al parecer, éste no se encontraba.
Toqué dos veces la puerta al mismo tiempo que me tranquilizaba, no pasaron más allá de unos segundos cuándo una mujer de sonrisa dulce y cabellos negros abrió la puerta.
"¡Videl!, ¡Que sorpresa!" Sonrió dulcemente.
"Buenas, Sra. Chichi." Dije, entrando precipitadamente al interior de la casa. "¿Gohan está aquí?"
"¿Gohan?, No… aún no me ha venido a visitar. Sé que llegó ayer, pero el muy ingrato no se aparece…"
"Que bien." Afirmé decidida, sin fijarme en el rostro anonadado de Chichi, pero reaccioné instintivamente. "Noooo… Quiero decir, ¡Que mal!"
"¿Te ocurre algo Videl?" Chichi se acercó un poco más para observarme el rostro, sin duda presentía mi estado.
La observé por un momento, preocupada por mí. Suspiré a la vez que pasaba mi mano derecha por el rostro y luego la dejaba caer, permitiéndole ver mi rostro desganado.
"¿Quieres una taza de café?" Preguntó acariciando mi brazo izquierdo con su mano para luego dirigirse la cocina.
"G-gracias…"
Caminamos juntas hacia el siguiente cuarto, observaba a todos lados, ni Goten ni Goku aparecían y la casa seguía tan hogareña cómo siempre. Me senté en la primera silla que estuvo a mi alcance, miré fugazmente la sortija y desee que todo saliera bien.
"Sabes Videl…" Chichi pronunció. Reaccioné instantáneamente a su voz, observando cómo ponía dos tazas en la mesa. "Estoy preocupada por Gohan… Siento que un día de estos los estudios se lo tragarán…"
La observé de cerca, y no dije nada.
"Admito que desde hace años le he inculcado los estudios… Para que años más tarde pudiera sacar a su familia adelante, hacerla feliz de la misma manera que él lo ha hecho con nosotros, y disfrutar aún más su vida, pero… Muchas veces pienso cuándo llegará el día en que Gohan pueda vivir tranquilo, más bien, lo ansío..." Chichi depositó un poco de café en ambos tazones, para luego sentarse a mi lado y mirarme a los ojos.
Sus palabras me llegaron enormemente, bloquearon mis palabras. Chichi era una madre tan esforzada. Ella notó el silencio y me observó de reojo mientras bebía un poco de su taza, yo seguía en la misma posición. "Cuando la batalla de Majin Buu acabó, pensé que por fin estaríamos tranquilos, pero Gohan…" Chichi dejó la taza a un lado. "Gohan no ha dejado de preocuparse ni un segundo por todos nosotros, es un hijo admirable, pero muchas veces pasa por desapercibido su propia vida…"
Hubo un momento de silencio hasta que una leve risa de mi acompañante llenó el vacío. "Valla… Que cosas hablo…" Sonrió amigablemente. "Pero a pesar de todo, me alegra que tu lo apoyes Videl. Y espero que él te valore mucho, aunque no tengo duda."
Volví a concentrarme en mis pensamientos, levemente ruborizada, debía decírselo ahora. "Chichi…" Pronuncié en un tono bajo, para luego mirarle de frente.
"¿Si?" Dijo, mirándome a los ojos a la vez que volvía a tomar otro sorbo de café.
Mordí mis labios, evitando el nerviosismo y me levanté a su lado, mientras ella me miraba perpleja por mí actuar. "Chichi… Debo decirle… ¡Que Gohan me ha propuesto matrimonio!."
Esperando una súbita reacción de su parte, pasé mi mano izquierda por la frente, evitando su mirada.
"Oh…"Escuche, mientras miraba fugazmente la escena. Estaba anonadada, con la taza en una mano por sobre la mesa y una mirada perdida. Fui demasiado directa, pensé.
El reloj hizo sonar que ya era mediodía. Sentí un escalofrío y recordé el verdadero motivo de esta visita. "Chichi, necesito su ayuda." Dije, tomando a Chichi de los hombros esperando que reaccionara, pues aún lucía impactada por la noticia, ella me observó lentamente sin prisa alguna.
Rápidamente pasé por su rostro mi mano izquierda con el anillo. "Después de unos segundos que me propusiera matrimonio, me probé el anillo de compromiso, ¡Y él no lo sabe!, no puedo sacarmelo, necesito que me ayude…"
Chichi posó su vista sobre la sortija y luego me observó a la cara. "¡Oh Kamisama!, ¡¡Gohan se va a casar contigo!!"
"¿¡Videl se va a casar con mi hermano!?" Una voz infantil emergió de la nada, seguido de la caída de un vaso y ambas descubrimos a un somnoliento y sorprendido Goten que nos observaba desde la puerta.
La mujer saltó de la silla hacia Goten, yo me quedé observándolos en la misma posición de antes con la cabeza entre mis manos. Kamisama… ¿Qué he causado…?
"Goten, necesito que vallas al río y me encuentres un gran pescado, ¿Vale?" Por más que Goten hablara y preguntara cosas, Chichi cerró la puerta de la casa, dejándole afuera y para luego apoyarse en ella.
Me levanté de la silla en su dirección, pero un sonido de voces nos hizo a ambas abrir los ojos y hablar al unísono: "¡¡Es Gohan!!"
Chichi se acercó corriendo a mi lugar, me tomó del brazo y abrió la puerta de la bodega. "¡Quédate aquí!" Por inercia entré, mientras ella cerraba la puerta, dejándome en un lugar lleno de traperos, escobas, palas, baldes y otras cosas de limpieza. Volví a lamentar todo lo ocurrido, sin duda este no era un día normal…
"¡Gohan!, ¡Hijo, has vuelto!" Escuché hablar y dejar algunas maletas. Luego de esforzarme un poco más, logré ver la silueta de ambos abrazados. Todo a través de un pequeño espacio entre las tablas.
"Mamá… Te he extrañado mucho…" Su voz me hizo temblar, y volver a pensar en todo lo que debía hacer. Ambos aparecieron por la cocina, Gohan se sentó en la mesa, mientras Chichi retiraba rápidamente las dos tazas de la mesa y volvía a sentarse a su lado. "Hijo… Estoy muy contenta de verte, hay muchas cosas que debes contarme, incluyendo esos lentes…" Terminó apuntándolos, tal cómo pensaba, a ella también le resultaban poco familiares.
"Mamá…" Gohan se puso de pie, en una actitud nerviosa. "Debo contarte algo…"
Chichi volteó hacia él con naturalidad, tal cual cómo si supiera lo que se acercaba. Gohan volvió a sentarse y la miró de frente.
"Deseo… Casarme con Videl."
"Oh…" Fue todo lo que le escuché, pues ella, volvió a palidecer.
"¿Mamá… Qué te ocurre?" Dijo Gohan a la vez que la miraba con extrañeza.
"N-nada…" Chichi habló después de unos segundos de delirio. "Es que… Este día ha sido una locura, eso es todo…"
"Al principio… Todo me parecía muy confuso. Cómo bien sabes Videl es la única mujer con quien he estado en mi vida, y me cuesta mucho reflexionar acerca de todo lo que siento dentro de mí…Pero, unos días antes de comenzar este viaje, mientras caminábamos juntos por las avenidas de Satán City… Me pareció todo tan claro, estábamos allí, los dos simplemente juntos, conversando y riendo de cosas sin importancia, y me di cuenta que eso era lo que realmente quería para mi vida, tenerla junto a mí, cuidarla y amarla. Eso era todo…"
Mi novio acabó sus palabras dando un largo suspiro, pasando ambas manos por su rostro, aún emocionado, ignorando la actitud de su madre que estaba totalmente quieta, con los ojos brillantes y llena de una felicidad a simple vista.
Y a la vez, ignorando mi reacción. Me sentía totalmente estúpida, todos estos cuestionamientos sin sentidos me parecían ahora ridículos. Gohan tenía razón, era todo tan claro… Él daría hasta su propia vida por mí, me amaba de una manera inimaginable y eso… Eso era suficiente.
"Hijo, estoy tan orgullosa de ti…" Chichi se puso de pié para abrazar a su hijo, éste le devolvió el cariño con en mismo gesto y ambos estuvieron así por un largo tiempo.
"Oh… Goten volvió a hacer de las suyas." Gohan comentó para luego separarse de su madre y observar los restos del vaso de jugo y su contenido que se encontraban en el suelo, todo a causa de una gran noticia que impactó a Goten. Ella sólo se limitó a secarse las lágrimas del rostro con un paño, mientras Gohan se acercaba… a mi lugar.
Chichi se dio cuenta a último minuto, al igual que yo, e intentó detenerlo con algunas palabras que no alcancé a escuchar. "No te preocupes, yo lo limpiaré…"
Intenté alejarme de la puerta, e inevitablemente pisé un cubo de agua vacío al mismo tiempo que Gohan abrió súbitamente la puerta.
*¡Crashhh!*
Ambos caímos al suelo sin poder evitarlo entre tarros, escobas y traperos por doquier. Intenté ponerme de pié de inmediato pero sentí un fuerte tirón en mi mano izquierda, y caí aún más fuerte.
"¿Qué Ocurr—?" Gohan masculló.
Abrí mis ojos suavemente y todo lo que pude ver fue… Un cubo sobre mi cabeza.
Me estremecí agresivamente, a la vez que sentía cómo Gohan se ponía de cuclillas frente a mí, pero aún más al sentir algo bajo mi palma izquierda.
El anillo de compromiso por fin había escapado de mi dedo anular.
Agradecí secretamente a mi destino por el cubo… Éste ocultaba mi rubor en las mejillas. Volví a sentirme nuevamente cómo una estúpida, tomé fuertemente el anillo en mis manos y alcé mi mano hacia Gohan.
"Lo siento, vi el anillo en tu apartamento y no pude resistir la tentación de ponérmelo, fui una estúpida"
Gohan se acercó aún más a mí, el silencio en el lugar era horrible y Chichi, al igual que yo se había bloqueado. Cerré levemente mis ojos para escuchar algo hiriente, pues lo presentía oír. Pero, en un gran contraste de mis pensamientos sentí cómo Gohan lentamente levantaba el cubo de mi cabeza con su dedo índice, a la altura suficiente para verme los ojos entrecerrados. Abrí mis ojos con suavidad y pude contemplar su rostro… tranquilo y sonriente.
"Videl… ¿Qué haces aquí?"
Tal fue mi humillación que le pasé el anillo en sus manos, me puse de pie e intenté huir. Pero, en contradicción, volví a aterrizar en el suelo.
Con ambas palmas en el suelo, pero esta vez sin el cubo en la cabeza y completamente humillada, intenté con calma ponerme de pié.
Ya en tal posición, por primera vez me atreví a mirarlo a la cara, ruborizada completamente. "No pude sacármelo y vine hasta acá para que tu madre me ayudara. Lo siento, fui una torpe." Insistí.
"Pensé que habías ido a otro lugar, Videl…" Volvió a hablar, entre pequeñas risas.
"Valla, creo que iré a ayudar a Goten." Chichi habló repentinamente. "Volveré un poco más tarde"
No presté mucha atención a la ida de Chichi, solamente me limité a observar cómo Gohan sacaba la pequeña caja aterciopelada de su bolsillo, colocando el anillo en su lugar para luego guardarlo en el bolsillo de su pantalón. Se acercó con el rostro confundido hacia mí, y antes de que pudiera reaccionar sentí cómo me abrazaba fuertemente.
"¡Ay!" Salté de sus brazos.
"¿Qué pasa?" Se separó de mí, mientras yo me vi obligada en sobar mi brazo derecho y morder mi labio inferior.
Entonces, en este momento recordé que aún había un gran lío que solucionar.
