2. El encuentro:

- Qué hora es? Así...ya es muy tarde y me muero de frío, exactamente las 3:30 am, wouw! De veras que el castillo se ve muy diferente de noche... auch! Estúpida armadura, estúpida, estúpida!- dijo Cedric después de tropezarse con una en la esquina de un pasillo.

¡BRUM!

De repente se escuchó un ruido fuerte, seguido por ruidos más pequeños. A Cedric le pareció como si alguien tirara varias cosas al piso. Corrió hasta hallar la habitación de dónde había venido el ruido, y escucho unas voces, la primera era de Loackhart, justo como lo había pensado...

- Si que eres atrevida niña...- decía con un tono entre miedo y diversión- se ve que te gusta hacer todo deprisa- (Niña???, debe ser ella, la de los ojos, la que me está haciendo daño). Cedric esperó una respuesta de la "niña" pero no la hubo, supuso que habría asentido o negado con la cabeza. - Bien me lo suponía, a si que quieres la calificación perfecta en el examen verdad???- dijo Loackhart en tono meloso- eso se puede arreglar, según tu me lo has contado...ya has arreglado varios exámenes. Se escuchó una leve y pícara risita, pero Cedric no supo de quién era, sin embargo al igual que la nota se le era sumamente familiar. - Veo que tiraste todas mis cosas que estaban encima de mi escritorio, jejeje -dijo- bueno, no perdamos más tiempo. Otro ruido, pero esta ves de dos personas que se tiran encima de una mesa, se empiezan a escuchar besos, respiraciones cada vez más rápidas, palabras sin sentido de parte del profesor y de repente... - Veo que ha estado haciendo ejercicio profesor- dijo la voz de una chica, la voz de aquella chica que Cedric habría esperado menos, una voz que como un chispazo se le apareció en su rostro y de repente todo tenía sentido, era la voz de la chica que él quería, la voz de la chica que supuestamente lo quería, aquella con los ojos más lindos del mundo para él, aquella que era su enamorada, aquella en quien confiaba... - No lo creo...- dijo en voz baja, no de miedo a ser descubierto sino de rabia. En ese segundo o fracción de segundo Cedric pudo sentir de todo, ira, decepción, odio, temor de él mismo y sobre todo una sed insaciable de venganza. - NO LO ACEPTO!!!!!!!!!!- grito en el mismo instante que tumbó la puerta del despacho del profesor. Atrapados. Por unos desesperantes e inquietantes momentos se hallaron los tres en la misma habitación. Encima del escritorio estaba Loackhart con su pijama rajada y desabrochada, sus rizos rubios ya no tenían los ruleros bien puestos, muchos estaban en el piso y otros colgados en su cabello, tenía la cara más pálida que un muerto. Abrazado a él se encontraba la chica que le rompió el corazón, Cho- Chang, con los botones de la blusa sueltos y el cabello desatado, mirándolo, sin dar crédito a sus ojos, tenía la cara más blanca que la tiza, inmóvil de la impresión. Y luego estaba él, Cedric, mirándolos a ambos con furia en los ojos, sintiendo ganas de hacerlos desaparecer, de acabar con todo eso. Muy lentamente deslizó su mano hacia el bolsillo de su bata de dormir y empuñó su varita. - Se lo que debes estar pensando- se atrevió a decir Cho con voz calmada al percatarse que aferraba su varita- pero yo te puedo explicar todo, Cedric, te quiero, no lo olvides. - ¡Cállate puta! No tienes derecho a dirigirte a mi ahora y menos decirme que me sigues queriendo ¡Por favor! dile a otros tus cuentos baratos! Tan baratos como tú- grito, sin poder controlarse, sacó su varita y la empuñó en frente de ellos. Cho pudo imaginar la atrocidad que Cedric haría después a si que pensó rápido (obviamente su mente era tan rápida como ella) Loackhart estaba petrificado, sentado ahí, sin hacer nada, por lo menos eso parecía. Seguía abrazado a Cho y temblaba de miedo. - Cedric por favor - volvió a decir Cho en tono suplicante - baja la varita, me asustas. -Por qué? Por qué, Cho? Yo pensé que eras, eras diferente- - Lo soy, créeme, me siento profundamente apenada por lo que casi hago, es que necesitaba aprobar el curso- Ante esto, Cho obtuvo exactamente lo contrarío que pensaba que obtendría, Cedric se enfureció más aún, estaba rojo por la ira. - Es así como apruebas en todos los cursos?!- dijo frenético- me repugnas, Cho, me das asco, eres una perra!-

De repente Cho empuñó su varita enfrente de él, Loackhart se la había pasado mientras hablaba con Cedric, se veía en su rostro completamente distinto y lleno de hipocresía una sonrisa leve pero malvada.

- De verdad pensaste que podrías, Cedric?, pues te equivocaste, no sabes cuanto. Lo que yo hago me gusta y pregúntale a cualquiera si lo hago bien, si quieres hasta puedes preguntarle a tu padre... - De que me hablas, maldita bastarda?!- - No sólo lo hago por las notas o favores, si no porque tu NO ERES LO SUFICIENTE PARA MI Y ME A-BU-RRES...- -¡EXPELLIARMO!- Grito Cedric y la varita de Cho salió volando de sus manos. - Y ahora ¡Cruccio! Cho se retorcía en el piso gimiendo de dolor, parecía que se le habían roto las costillas, no podría estar sufriendo más. - Tu bastarda, mereces lo peor del mundo, te desprecio, eres una inmundicia, me repugnas, me das asco- al decir esto Cedric le escupió en la cara- no mereces vivir ¡Cruccio!- gritó de nuevo, este dolor fue incluso superior al anterior, Cho se retorcía en el piso gritando desenfrenadamente y de pronto como si lo hubiera previsto Cedric se tiró al piso impidiendo que una luz verde muy potente lo alcanzara. Esta sin embargo dio a parar en el cuerpo adolorido de Cho dejándola inmediatamente sin vida, con una expresión en su rostro de terror y dolor. Loackhart había querido matar Cedric pero sin embargo había matado a su amante, a Cho.

SORRY POR NO HABERLO PUBLICADO ANTES, PERO ES QUE NO TUBE TIEMPO PROMETO QUE EL PROXIMO CAPITULO SERA MEJOR.