Yusuke hojeaba rápidamente los canales en la televisión. No había nada
interesante. Ya habían pasado casi tres horas desde que Kurama se fue y
empezaba a impacientarse. Kurama tenía que avanzar posiciones hacia Hiei
antes de que fuera demasiado tarde o nunca acabarían juntos. El amor podía
ser tan estúpido a veces. Estaban dando vueltas el uno alrededor del otro y
ninguno de los dos lo sabía. Ahora que lo pensaba, era como una patética
telenovela. Excepto que afectaba dos chicos, un poco divertido si se
pensaba.
No podía olvidar la cara de sus amigos cuando vieron a Kurama besar a Hiei. Los ojos de Hiei se habían ensanchado y mostraron pura emoción. Deseaba a Kurama y eso era evidente. Y Kurama siempre era un libro abierto. El dolor en sus ojos fue tan visible cuando Hiei le empujó. Todos quienes estuvieron presentes vieron las emociones en los dos. Todos menos Kuwabara, pero Yukina se lo había explicado.
Yusuke se rió entre dientes. Entonces oyó llamar a la puerta y fue a abrir. Frente a él estaba Kurama, apoyado en el marco de la puerta. Se veía mucho mejor que esa mañana. Sin embargo, había algo extraño en su cara.
"Hola, Yusuke." - dijo simplemente, sin moverse.
"Hey Kurama, ¿qué pasa?"
"Bueno," - empezó Kurama - "seguí tu consejo e hice un movimiento hacia Hiei."
Los ojos de Yusuke se abrieron sorprendidos. - "¿De verdad? Entra, podemos hablar de ello."
"Realmente no hay mucho que decir." - pero se dejó llevar a dentro. Se sentó en el sofá. Yusuke le ofreció te, pero él lo rechazó educadamente.
Yusuke se sentó a su lado. - "Bueno, empieza."
"Como ya sabes, estaba un poco desorientado cuando me fui de aquí." - Yusuke asintió. - "Mi cabeza me estaba matando y estaba atrapado en mis emociones. Estaba caminando por la calle cuando sentí la energía espiritual de Hiei. Le llamé, pero él corrió. Yo, no queriendo perderle otra vez, le perseguí. Al final conseguí que se parase." - Kurama hizo una ligera pausa.
"Entonces exploté, dejando salir todos mis sentimientos, todo lo que había reprimido dentro. Y entonces le besé."
Yusuke se movió hacia delante un poco, completamente interesado.
"Hiei también me besó. Oh, fue maravilloso, Yusuke. Parecía que todo lo que había soñado se estuviera haciendo realidad. Él me respondió. Todo estaba bien." - Kurama se detuvo entonces y no continuó.
"¿Eso es todo?" - preguntó Yusuke.
"No realmente. Quiero decir, una cosa llevó a la otra y ahora estamos juntos."
"¿Lo hiciste?" - exclamó Yusuke. - "¡Sabía que podías hacerlo! Lo ves, tenía razón después de todo. ¡Felicidades!"
Kurama todavía tenía esa extraña expresión. No mostraba ninguna emoción, casi perdido. - "Sí, es genial. De todas maneras, la verdadera razón por la cual he venido aquí es para invitarte a la boda."
"¿La qué?" - Yusuke se dio cuenta de que su voz había subido de tono.
"Sí, la celebraremos dentro de dos semanas."
"Kurama, no puedes estar hablando en serio." - Yusuke no podía borrar la sorpresa de su cara.
"Tienes razón. No estoy hablando en serio." - Kurama estaba actuando muy diferente a lo que Yusuke había visto hasta entonces. - "Nada de lo que he dicho era en serio."
"¿Qué?"
"Hice caso de tu consejo, Yusuke. Fui, le confesé mis sentimientos a Hiei y le besé. Entonces, Hiei me dejó. Me odia, me odia completamente."
"Espera." - Yusuke se levantó y empezó a pasearse de un lado a otro. - "Eso no puede ser verdad, Kurama."
"Todo esto es increíblemente estúpido. ¡Mírame! ¿Es este el Kurama que conoces? ¿Soy la misma persona de la que te hiciste amigo? ¿Aún soy ese perfecto estudiante? ¿Soy todavía ese valeroso Youko?" - Kurama permaneció apático, sólo miraba a Yusuke con sus brillantes verdes ojos.
"Kurama, tú..."
"¡No!" - le interrumpió Kurama. Se levantó y se acercó a Yusuke. Sus ojos desprendían ira. - "No puedes saber quién soy. Yo no sé quién soy. ¡Él me arruinó! Tú me hiciste creer que había una posibilidad, Yusuke. Y no la había. Ahora, mi corazón está roto, yo estoy roto. No volveré a ser el mismo otra vez." - se giró y se metió las manos en los bolsillos. - "Voy a intentar encontrarme otra vez. Voy a alejarme de Hiei."
Yusuke se quedó sin palabras y vio a Kurama salir de la casa. Lentamente, se dejó caer al suelo. Eso había sido espeluznante. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? No podía haber provocado este lío. No podía ser culpa suya... ¿o sí? Todo lo que sabía era que Kurama no se había comportado con él de esa manera antes. Vagamente, mientras se perdía en sus pensamientos oyó el sonido de la televisión.
~^*^~
Desde un gran árbol, Hiei miraba a Yukina. Era tan delicada, tan inocente. Estaba dando de comer a los pájaros fuera del templo de Genkai con una hermosa sonrisa en su cara, engañándolos dulcemente a comer. Ella era muy feliz y Hiei lo sabía. Por eso, él no rompería es felicidad diciéndole que él era su hermano. Ella continuaría esa búsqueda imaginaria. No quería herirla.
Antes que pensar en su relación con Yukina, Hiei se encontró preguntándose si ella sabría lo que era el amor. Sus sentimientos hacia ese estúpido y ruidoso ningen, Kuwabara, no podían ser amor, ¿o sí? Ella definitivamente se preocupaba por él y él por ella, ¿pero estaba el amor involucrado?
De todas formas, ¿qué era el amor? Hiei no estaba seguro de saberlo. Hace mucho tiempo, Hiei se prometió que nunca se enamoraría. Porque el amor fue lo que le llevó al mundo. Y el amor causó que él fuera el niño prohibido, condenado a estar solo. Se prometió a sí mismo que nunca se encerraría en tal trampa. Nunca.
Kurama cambió todo eso. Entró en su vida con esa actitud vanidosa de zorro tan suya, tomándole el pelo y tentando. Kurama cuidó de él y se hizo su amigo, derrumbando algunos de los muros que Hiei pasó tanto tiempo formando. Haciendo así que Hiei se sintiera seriamente atraído hacia él. Kurama era hermoso, pero no fue sólo la belleza lo que le gustaba, había algo más profundo. Algo que conducía a Hiei hacia él, algo que hacía sufrir su corazón. Era eso lo que dejaba a Hiei terriblemente confundido.
Ese beso había sido maravilloso. Hiei inconscientemente acarició sus labios, el recuerdo del sabor de Kurama todavía persistía. ¿Kurama le quería? El zorro se había emborrachado por él, ¿pero eso realmente significaba algo? Kurama le había besado, abrazado fuertemente. Había habido algo allí, Hiei estaba seguro de ello, pero ¿Kurama le quería?
Todavía más, ¿Hiei quería a Kurama?
'Maldito seas, zorro. Por confundirme.' - pensó Hiei. Miró hacia abajo para mirar a Yukina otra vez, pero se había ido. Estaba tan envuelto en sus pensamientos que no se había dado cuenta.
Necesitaba hablar con él. No había manera de que pudiese evitar esto. Su corazón le dolía más a cada minuto. Necesitaba averiguar que era lo que Kurama sentía de verdad por él. Sólo entonces sería capaz de descubrir sus propios sentimientos.
Se marchó del templo de Genkai hacia la casa de Kurama. Se sentó en el árbol de fuera y examinó la casa en busca de la energía espiritual de Kurama. Nada. Suponiendo que Kurama había salido, Hiei decidió que esperaría un rato.
Dos horas pasaron y seguía sin haber rastro de Kurama. Hiei empezaba a impacientarse, así que decidió buscarlo él mismo. Buscó por todas las calles, pero no pudo encontrarlo en ningún sitio. - 'No puede estar en ese estúpido lugar ningen donde siempre va. Kurama me dijo que sólo iba en verano.' - pensó Hiei. Entonces, ¿dónde estaba Kurama?
Mientras Hiei buscaba, vio a Kuwabara que se dirigía hacia el templo de Genkai. Aunque no quería, Hiei le preguntó si había visto a Kurama.
Kuwabara frunció el ceño, pensando. - "No desde esa fiesta que hicimos para Yusuke y Keiko. Pero no era Kurama del todo, es..." - pero Hiei ya se había ido. - "Enano estúpido." - masculló Kuwabara y continuó su camino.
Hiei corrió hacia casa de Yusuke y entró deprisa una vez Yusuke abrió la puerta. Yusuke sonrió, un poco nervioso, pero le saludó.
"¿Dónde está Kurama?" - preguntó Hiei, ignorando las preguntas de Yusuke sobre cómo estaba y que había de nuevo.
"Uh, Hiei, creo que será mejor que te sientes. Tenemos que hablar de muchas cosas."
Hiei le miró. - "Tan sólo habla."
Yusuke asintió y le explicó todo lo que sabía, desde la confesión de Kurama, su plan del beso, hasta Kurama borracho. - "Él continuó hablando de lo mucho que tú le odiabas y dijo que tenía que encontrarse a sí mismo o algo así. Hiei, él de verdad te quiere."
"Yo... yo no quería decir..." - empezó Hiei, no sabiendo qué decir. Kurama realmente le quería y él le había hecho pensar que le odiaba. - "¿Dónde está?" - preguntó Hiei, avergonzado por sus acciones. No quería actuar como lo hizo, pero todo había pasado demasiado deprisa.
"No lo sé. Le pregunté a su madre, pero me dijo que se había ido de viaje para continuar estudiando o algo así. Me dijo que volvería antes de que las clases empezaran." - dijo Yusuke encogiéndose de hombros.
Hiei frenéticamente buscó en su mente una idea de donde localizar a Kurama. Entonces se le ocurrió. - "¡Koenma!" - se marchó sin decir nada más.
Kurama debía haberle dicho a Koenma dónde podrían encontrarlo. Si Koenma necesitaba a los detectives espirituales por alguna emergencia, él tenía que saber donde localizar a Kurama. Hiei se dio prisa y llegó a su oficina. Entrando bruscamente, inmediatamente le preguntó dónde estaba Kurama.
"Hiei, qué te trae por aquí?" - preguntó Koenma.
"Te he preguntado dónde está Kurama. Ahora dímelo."
Koenma se encogió en su asiento, intentando esconderse detrás del montón de papeles de su escritorio. - "Lo siento, pero le dije que no se lo iba a decir a nadie. Parecía muy disgustado."
Hiei gruñó y se abalanzó hacia delante. - "Dímelo, a no ser que te guste la idea de ser quemado vivo."
"Le aseguré que no..."
Fue interrumpido por Botan, quien entró en la habitación diciendo. - "Koenma, ¿Kurama dijo cuándo volvería de Nueva York?" - Koenma se golpeó la cabeza con el escritorio. Entonces, Botan vio a Hiei y ahogó un grito. Hiei mostró una ligera sonrisa y se fue.
"Lo... lo siento, Príncipe Koenma. No sabía que él estaba aquí." - tembló Botan.
Koenma suspiró profundamente. - "Bueno, puede que esos dos puedan finalmente arreglar las cosas."
~^*^~
Cinco lugares. Hiei había estado en cinco diferentes lugares de esa zona llamada 'Nueva York' y aún no había encontrado a Kurama. La zona donde estaba ahora era la peor, había demasiados ningen en todas partes. Era muy difícil concentrarse con todo su jaleo. Y había desechado la idea de caminar entre ellos definitivamente. Se empujaban unos a otros, gritando dentro de esas pequeñas máquinas y corrían a todas partes donde iban. Hiei sabía que tenía que encontrar a Kurama pronto o perdería la paciencia.
Por fin, cuando estaba a la mitad de un gran parque y el sol se estaba poniendo, Hiei captó en el viento la energía espiritual de Kurama. Le llevó a un edificio muy alto donde había muchos ningen. Hiei rápidamente subió por el edificio, más rápido de lo que el ojo humano podía ver, y aterrizó en el alféizar del piso número diecisiete. La ventana estaba abierta y Hiei entró, asegurándose de no hacer ruido.
Del lavabo salió Kurama, vestido sólo con un albornoz y su pelo mojado. No vio a Hiei y estaba demasiado perdido en sus pensamientos para notar su energía. Con un suspiro se dejó caer en la cama y empezó a leer un libro. Hiei le observó por un momento. Kurama parecía tan triste. No estaba sonriendo y el brillo de sus ojos había desaparecido. Parecía tan... solo.
"Kurama." - la voz de Hiei rompió el silencio.
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Y así se acaba la tercera parte. ¿Qué tal ha estado? Espero que os haya gustado. Ahora ya sólo queda la cuarta y ya estará acabado.
Muchísimas gracias a todos los que me han dejado un review! ^_^
Cualquier cosa: HKKKY2003@yahoo.es
(Supongo que no hace falta que os diga nada de los reviews, os lo sabréis de memoria ^^U)
Hasta pronto!
No podía olvidar la cara de sus amigos cuando vieron a Kurama besar a Hiei. Los ojos de Hiei se habían ensanchado y mostraron pura emoción. Deseaba a Kurama y eso era evidente. Y Kurama siempre era un libro abierto. El dolor en sus ojos fue tan visible cuando Hiei le empujó. Todos quienes estuvieron presentes vieron las emociones en los dos. Todos menos Kuwabara, pero Yukina se lo había explicado.
Yusuke se rió entre dientes. Entonces oyó llamar a la puerta y fue a abrir. Frente a él estaba Kurama, apoyado en el marco de la puerta. Se veía mucho mejor que esa mañana. Sin embargo, había algo extraño en su cara.
"Hola, Yusuke." - dijo simplemente, sin moverse.
"Hey Kurama, ¿qué pasa?"
"Bueno," - empezó Kurama - "seguí tu consejo e hice un movimiento hacia Hiei."
Los ojos de Yusuke se abrieron sorprendidos. - "¿De verdad? Entra, podemos hablar de ello."
"Realmente no hay mucho que decir." - pero se dejó llevar a dentro. Se sentó en el sofá. Yusuke le ofreció te, pero él lo rechazó educadamente.
Yusuke se sentó a su lado. - "Bueno, empieza."
"Como ya sabes, estaba un poco desorientado cuando me fui de aquí." - Yusuke asintió. - "Mi cabeza me estaba matando y estaba atrapado en mis emociones. Estaba caminando por la calle cuando sentí la energía espiritual de Hiei. Le llamé, pero él corrió. Yo, no queriendo perderle otra vez, le perseguí. Al final conseguí que se parase." - Kurama hizo una ligera pausa.
"Entonces exploté, dejando salir todos mis sentimientos, todo lo que había reprimido dentro. Y entonces le besé."
Yusuke se movió hacia delante un poco, completamente interesado.
"Hiei también me besó. Oh, fue maravilloso, Yusuke. Parecía que todo lo que había soñado se estuviera haciendo realidad. Él me respondió. Todo estaba bien." - Kurama se detuvo entonces y no continuó.
"¿Eso es todo?" - preguntó Yusuke.
"No realmente. Quiero decir, una cosa llevó a la otra y ahora estamos juntos."
"¿Lo hiciste?" - exclamó Yusuke. - "¡Sabía que podías hacerlo! Lo ves, tenía razón después de todo. ¡Felicidades!"
Kurama todavía tenía esa extraña expresión. No mostraba ninguna emoción, casi perdido. - "Sí, es genial. De todas maneras, la verdadera razón por la cual he venido aquí es para invitarte a la boda."
"¿La qué?" - Yusuke se dio cuenta de que su voz había subido de tono.
"Sí, la celebraremos dentro de dos semanas."
"Kurama, no puedes estar hablando en serio." - Yusuke no podía borrar la sorpresa de su cara.
"Tienes razón. No estoy hablando en serio." - Kurama estaba actuando muy diferente a lo que Yusuke había visto hasta entonces. - "Nada de lo que he dicho era en serio."
"¿Qué?"
"Hice caso de tu consejo, Yusuke. Fui, le confesé mis sentimientos a Hiei y le besé. Entonces, Hiei me dejó. Me odia, me odia completamente."
"Espera." - Yusuke se levantó y empezó a pasearse de un lado a otro. - "Eso no puede ser verdad, Kurama."
"Todo esto es increíblemente estúpido. ¡Mírame! ¿Es este el Kurama que conoces? ¿Soy la misma persona de la que te hiciste amigo? ¿Aún soy ese perfecto estudiante? ¿Soy todavía ese valeroso Youko?" - Kurama permaneció apático, sólo miraba a Yusuke con sus brillantes verdes ojos.
"Kurama, tú..."
"¡No!" - le interrumpió Kurama. Se levantó y se acercó a Yusuke. Sus ojos desprendían ira. - "No puedes saber quién soy. Yo no sé quién soy. ¡Él me arruinó! Tú me hiciste creer que había una posibilidad, Yusuke. Y no la había. Ahora, mi corazón está roto, yo estoy roto. No volveré a ser el mismo otra vez." - se giró y se metió las manos en los bolsillos. - "Voy a intentar encontrarme otra vez. Voy a alejarme de Hiei."
Yusuke se quedó sin palabras y vio a Kurama salir de la casa. Lentamente, se dejó caer al suelo. Eso había sido espeluznante. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? No podía haber provocado este lío. No podía ser culpa suya... ¿o sí? Todo lo que sabía era que Kurama no se había comportado con él de esa manera antes. Vagamente, mientras se perdía en sus pensamientos oyó el sonido de la televisión.
~^*^~
Desde un gran árbol, Hiei miraba a Yukina. Era tan delicada, tan inocente. Estaba dando de comer a los pájaros fuera del templo de Genkai con una hermosa sonrisa en su cara, engañándolos dulcemente a comer. Ella era muy feliz y Hiei lo sabía. Por eso, él no rompería es felicidad diciéndole que él era su hermano. Ella continuaría esa búsqueda imaginaria. No quería herirla.
Antes que pensar en su relación con Yukina, Hiei se encontró preguntándose si ella sabría lo que era el amor. Sus sentimientos hacia ese estúpido y ruidoso ningen, Kuwabara, no podían ser amor, ¿o sí? Ella definitivamente se preocupaba por él y él por ella, ¿pero estaba el amor involucrado?
De todas formas, ¿qué era el amor? Hiei no estaba seguro de saberlo. Hace mucho tiempo, Hiei se prometió que nunca se enamoraría. Porque el amor fue lo que le llevó al mundo. Y el amor causó que él fuera el niño prohibido, condenado a estar solo. Se prometió a sí mismo que nunca se encerraría en tal trampa. Nunca.
Kurama cambió todo eso. Entró en su vida con esa actitud vanidosa de zorro tan suya, tomándole el pelo y tentando. Kurama cuidó de él y se hizo su amigo, derrumbando algunos de los muros que Hiei pasó tanto tiempo formando. Haciendo así que Hiei se sintiera seriamente atraído hacia él. Kurama era hermoso, pero no fue sólo la belleza lo que le gustaba, había algo más profundo. Algo que conducía a Hiei hacia él, algo que hacía sufrir su corazón. Era eso lo que dejaba a Hiei terriblemente confundido.
Ese beso había sido maravilloso. Hiei inconscientemente acarició sus labios, el recuerdo del sabor de Kurama todavía persistía. ¿Kurama le quería? El zorro se había emborrachado por él, ¿pero eso realmente significaba algo? Kurama le había besado, abrazado fuertemente. Había habido algo allí, Hiei estaba seguro de ello, pero ¿Kurama le quería?
Todavía más, ¿Hiei quería a Kurama?
'Maldito seas, zorro. Por confundirme.' - pensó Hiei. Miró hacia abajo para mirar a Yukina otra vez, pero se había ido. Estaba tan envuelto en sus pensamientos que no se había dado cuenta.
Necesitaba hablar con él. No había manera de que pudiese evitar esto. Su corazón le dolía más a cada minuto. Necesitaba averiguar que era lo que Kurama sentía de verdad por él. Sólo entonces sería capaz de descubrir sus propios sentimientos.
Se marchó del templo de Genkai hacia la casa de Kurama. Se sentó en el árbol de fuera y examinó la casa en busca de la energía espiritual de Kurama. Nada. Suponiendo que Kurama había salido, Hiei decidió que esperaría un rato.
Dos horas pasaron y seguía sin haber rastro de Kurama. Hiei empezaba a impacientarse, así que decidió buscarlo él mismo. Buscó por todas las calles, pero no pudo encontrarlo en ningún sitio. - 'No puede estar en ese estúpido lugar ningen donde siempre va. Kurama me dijo que sólo iba en verano.' - pensó Hiei. Entonces, ¿dónde estaba Kurama?
Mientras Hiei buscaba, vio a Kuwabara que se dirigía hacia el templo de Genkai. Aunque no quería, Hiei le preguntó si había visto a Kurama.
Kuwabara frunció el ceño, pensando. - "No desde esa fiesta que hicimos para Yusuke y Keiko. Pero no era Kurama del todo, es..." - pero Hiei ya se había ido. - "Enano estúpido." - masculló Kuwabara y continuó su camino.
Hiei corrió hacia casa de Yusuke y entró deprisa una vez Yusuke abrió la puerta. Yusuke sonrió, un poco nervioso, pero le saludó.
"¿Dónde está Kurama?" - preguntó Hiei, ignorando las preguntas de Yusuke sobre cómo estaba y que había de nuevo.
"Uh, Hiei, creo que será mejor que te sientes. Tenemos que hablar de muchas cosas."
Hiei le miró. - "Tan sólo habla."
Yusuke asintió y le explicó todo lo que sabía, desde la confesión de Kurama, su plan del beso, hasta Kurama borracho. - "Él continuó hablando de lo mucho que tú le odiabas y dijo que tenía que encontrarse a sí mismo o algo así. Hiei, él de verdad te quiere."
"Yo... yo no quería decir..." - empezó Hiei, no sabiendo qué decir. Kurama realmente le quería y él le había hecho pensar que le odiaba. - "¿Dónde está?" - preguntó Hiei, avergonzado por sus acciones. No quería actuar como lo hizo, pero todo había pasado demasiado deprisa.
"No lo sé. Le pregunté a su madre, pero me dijo que se había ido de viaje para continuar estudiando o algo así. Me dijo que volvería antes de que las clases empezaran." - dijo Yusuke encogiéndose de hombros.
Hiei frenéticamente buscó en su mente una idea de donde localizar a Kurama. Entonces se le ocurrió. - "¡Koenma!" - se marchó sin decir nada más.
Kurama debía haberle dicho a Koenma dónde podrían encontrarlo. Si Koenma necesitaba a los detectives espirituales por alguna emergencia, él tenía que saber donde localizar a Kurama. Hiei se dio prisa y llegó a su oficina. Entrando bruscamente, inmediatamente le preguntó dónde estaba Kurama.
"Hiei, qué te trae por aquí?" - preguntó Koenma.
"Te he preguntado dónde está Kurama. Ahora dímelo."
Koenma se encogió en su asiento, intentando esconderse detrás del montón de papeles de su escritorio. - "Lo siento, pero le dije que no se lo iba a decir a nadie. Parecía muy disgustado."
Hiei gruñó y se abalanzó hacia delante. - "Dímelo, a no ser que te guste la idea de ser quemado vivo."
"Le aseguré que no..."
Fue interrumpido por Botan, quien entró en la habitación diciendo. - "Koenma, ¿Kurama dijo cuándo volvería de Nueva York?" - Koenma se golpeó la cabeza con el escritorio. Entonces, Botan vio a Hiei y ahogó un grito. Hiei mostró una ligera sonrisa y se fue.
"Lo... lo siento, Príncipe Koenma. No sabía que él estaba aquí." - tembló Botan.
Koenma suspiró profundamente. - "Bueno, puede que esos dos puedan finalmente arreglar las cosas."
~^*^~
Cinco lugares. Hiei había estado en cinco diferentes lugares de esa zona llamada 'Nueva York' y aún no había encontrado a Kurama. La zona donde estaba ahora era la peor, había demasiados ningen en todas partes. Era muy difícil concentrarse con todo su jaleo. Y había desechado la idea de caminar entre ellos definitivamente. Se empujaban unos a otros, gritando dentro de esas pequeñas máquinas y corrían a todas partes donde iban. Hiei sabía que tenía que encontrar a Kurama pronto o perdería la paciencia.
Por fin, cuando estaba a la mitad de un gran parque y el sol se estaba poniendo, Hiei captó en el viento la energía espiritual de Kurama. Le llevó a un edificio muy alto donde había muchos ningen. Hiei rápidamente subió por el edificio, más rápido de lo que el ojo humano podía ver, y aterrizó en el alféizar del piso número diecisiete. La ventana estaba abierta y Hiei entró, asegurándose de no hacer ruido.
Del lavabo salió Kurama, vestido sólo con un albornoz y su pelo mojado. No vio a Hiei y estaba demasiado perdido en sus pensamientos para notar su energía. Con un suspiro se dejó caer en la cama y empezó a leer un libro. Hiei le observó por un momento. Kurama parecía tan triste. No estaba sonriendo y el brillo de sus ojos había desaparecido. Parecía tan... solo.
"Kurama." - la voz de Hiei rompió el silencio.
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Y así se acaba la tercera parte. ¿Qué tal ha estado? Espero que os haya gustado. Ahora ya sólo queda la cuarta y ya estará acabado.
Muchísimas gracias a todos los que me han dejado un review! ^_^
Cualquier cosa: HKKKY2003@yahoo.es
(Supongo que no hace falta que os diga nada de los reviews, os lo sabréis de memoria ^^U)
Hasta pronto!
