Capítulo 2 - Los Callejones.

La comida fue una comida bastante tranquila, con excepción de la ambientación creada por lo gemelos con unos pocas bengalas fabulosas del Doctor Filibuster. Después de la comida la señora Weasley los reunió a Harry, Ron, Hermione, Ginny y los gemelos para el viaje al Callejón Diagon. Antes de que se fuesen por la red flu Harry mencionó el sueño que había tenido unas semanas antes. Le contó a los Weasley sobre los mortífagos que supuestamente estaban esperando a que fuera por sus útiles escolares. Fue a Hermione a la que se le ocurrió la solución más simple.

"Podríamos ponerle un hechizo glamour. Así no le reconocerían."

La señora Weasley sacó su varita y la ondeó sobre el Niño Que Vivió. Segundos más tarde un chico de quince años rubio con brillantes ojos azules estaba en su lugar. Las gafas rechonchas redondas fueron remplazadas por finos marcos de plata bastante elegantes, y lo más importante de todo, su cicatriz se había ido. Sonriendo abiertamente en agradecimiento, cogió una pizca de polvos flu. Antes de que tuviera oportunidad de marcharse, Ginny mencionó el problema obvio.

"Todo está bien y Harry adecuadamente disfrazado, pero si hay mortífagos esperando, y entonces seis de nosotros aparecen con un chico extraño, lo descubrirán. Pueden ser malos, pero dudo que sean estúpidos."

Un rápido hechizo de impercepción ( N/T: es la traducción más cercana que he logrado, no me matéis.) se encargó de solucionar los últimos problemas, y antes de que se diera cuenta Harry estaba delante de la chimenea principal de la Madriguera. Espero no ir a dar al lugar equivocado otra vez, pensó cuando tiró los polvos flu en la reja y dijo, tan claro como pudo, "Callejón Diagon."

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El Caldero Chorreante estaba tan lleno como siempre. El nivel de ruido descendió por el recién llegado pero rápidamente volvió a subir cuando comprendieron que no era nadie interesante. Harry se alegró por su disfraz. Finalmente, no tengo a todo el mundo clavándome la mirada. Esto debe ser parecido a ser normal.

Segundos más tarde, el fuego se volvió verde cuando Ron salió fuera de la red y cayó sobre Harry. Ambos se derrumbaron sobre el suelo. Fue cuando se levantaban que Ron notó una figura oscura con cabello rubio platino intentando pasar inadvertido en la esquina. El pelirrojo picó a su amigo y señalo con la cabeza en dirección al hombre.

"Lucius Malfoy."

"Mejor tenemos cuidado, podría reconocerte."

Demasiado Tarde, pensó cuando la comprensión se extendió por la cara del Malfoy mayor cuando el resto de los Weasley salieron girando de la chimenea. Aún con los encantamientos los había reconocido. Echando una rápida ojeada a los alrededores, comprendió que si quería dejar su fachada 'respetable' intacta no podría moverse. Solamente espero que el otro mortífago, el de fuera de Gringotts, pueda coger al chico, pensó.

La señora Weasley, por ese tiempo, había comprendido lo que los chicos miraban y rápidamente entendió. Con una facilidad nacida de muchos años de practica reunió al grupo de niños fuera del bar y delante de la pared que conducía al Callejón Diagon.

"Ahora, os quiero en grupos de por lo menos dos, y os quiero aquí en dos horas. No más. Si tengo que ir a buscaros, entonces estaréis castigados durante el resto de las vacaciones. Y Fred, George, ninguna visita al Callejón Knockturn. Es peligroso. ¿Hablo claro?"

Una ronda de "Sí, señora" pudo oírse cuando los seis estudiantes desaparecían entre el animado gentío.

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Cuando los seis entraron en Gringotts, Ginny agarro el brazo de Harry y le llevó a un lado. Comprobando que nadie estaba escuchando; rápidamente murmuró, "pienso que deberías sacar más dinero de lo normal."

Harry le dio una mirada divertida y le preguntó, "¿qué te hace pensar eso, Gin?"

La joven pelirroja se encogió de hombros y masculló, "Tengo el presentimiento que necesitarás sacar bastante dinero extra. No lo puedo explicar. Solamente creo que lo necesitarás. No necesariamente ahora, pero tal vez pronto."

Harry sólo la miró confundido, asintió y entro en la vagoneta. Cuando finalmente alcanzaron su cámara de seguridad, cogió varios montones de Galeones de oro en lugar de la usual media pila. Si Ginny pensaba que lo necesitaría, no haría ningún mal sacarlo. Mientras tuviera cuidado para no perderlo, él no vio problema alguno.

Después d que los Weasley habían sacado su dinero y Hermione había cambiado su dinero muggle salieron del banco. Los gemelos rápidamente se fueron corriendo a una tienda de bromas, dejando a Hermione y Ginny contando su dinero, Ron estudiando atentamente la lista de la escuela, y Harry mirando alrededor. Podía sentir una punzada en la nuca, como si estuviese siendo vigilado. Finalmente, Harry localizó el par de ojos fijos en él. Una pequeña rata estaba sentada en una cuneta al lado del banco. Una rata con una pata de plata. Harry comenzó a aterrorizarse, no porque había un mortífago observándole, sino porque supo que si podía atrapar al pequeño roedor de alguna manera, podría liberar a Sirius. Haría cualquier cosa por tener una familia y una casa propia. Con la seguridad de que él, Ron y Hermione habían recibido permiso para hacer magia durante las vacaciones, avanzó disimuladamente tras la chica del pelo espeso y le murmuró al oído, "conjúrame un frasco irrompible. Tengo que atrapar una rata."

Tan pronto como Hermione asintió con la cabeza él se alejó de los demás. La mirada fija de Colagusano no le había seguido, así que supo que no le había reconocido. Moviéndose por detrás del traidor, murmuró un rápido ' Desmaius ' y convocó la rata a su mano. Corriendo hacia sus amigos dejó caer la rata en el tarro recién conjurado y cerró la tapa de un golpe. Antes de que nadie se diera cuenta, encogió el envase y lo metió en una de sus bolsillos. Ante la mirada de los demás lo aclaró.

"Quiero mantenerle a salvo. Si le entregamos al señor Weasley o le llevamos al Ministerio nosotros mismos, Fudge lo cubrirá por completo. No quiere pruebas de que Voldemort ha vuelto. Le retendré hasta que lleguemos a Hogwarts y se lo entreguemos a Dumbledore."

Ginny todavía parecía confundida. Ella no estuvo al tanto de lo que sucedió en el tercer año de Harry, así que no sabía de Pettigrew. Después de una explicación rápida se alejaron del banco para hacerse con sus suministros para el colegio.

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Recorriendo rápidamente el callejón pronto lo reunieron todo. Su última parada fue Flourish y Blotts, donde Harry escogió unos pocos libros adicionales. Trataba de encontrar un libro que hablara sobre el amuleto que Hermione le había regalado por su cumpleaños. No podía encontrar nada en la tienda de libros e intentaba pensar donde podría encontrar información sino en un libro sobre el tema. Su mente vagó de regreso al verano después de su primer año. Había una librería en el Callejón Knockturn...

Mirando alrededor, vio que Ron y Hermione estaban teniendo una acalorada discusión sobre el repaso para los TIMOS, y Ginny estaba sentada en una esquina absorta en un libro sobre Videntes. ¿Se darían cuenta realmente? Él lo dudó. No es como que esté desobedeciendo a la señora Weasley. Ella les dijo a los gemelos que no fueran allí. Y estoy disfrazado...

Antes de que nadie pudiera enterarse, Harry estaba de regreso en el abarrotado callejón y en camino a la zona de los magos Oscuros. Una vez que llegó al Callejón Knockturn sólo vaciló un momento antes de avanzar entre los grupos de individuos sospechosos. Pronto localizó la librería que quería y se dirigió hacia ella, manteniéndose alerta sobre cualquiera que pudiera conocer. No sería bueno encontrarse con Hagrid otra vez. Una vez que llegó a la tienda entró por la puerta con una última mirada tras él.

La tienda era muy oscura, y tuvo problemas para ver los artículos de los estantes. Justo cuando pensaba encender su varita una mano huesuda cayó sobre su hombro. Dándose la vuelta con rapidez, el chico vio la cara ojerosa de un viejo. Parecía tener como mínimo cien años de edad. Antes de que Harry pudiera emitir ningún sonido el anciano le preguntaba si necesitaba alguna ayuda. Soslayando al hombre, tartamudeó que quería un libro de amuletos. Siguiendo al hombre se movió a una esquina polvorienta, donde el Niño Que Vivió vio un estante entero para amuletos y sus propiedades. Dejándole para que escogiera, el dueño de la tienda desapareció de vuelta a las sombras. Harry dio un estremecimiento involuntario antes de hojear rápidamente los libros hasta que encontró un dibujo de su amuleto en uno. Recogiéndolo, se apresuró en la dirección por la que el dueño se había ido. En su camino pasó un estante que atrajo su mirada. Un libro en particular que sobresalía entre los demás. El titulo que leyó era 'Útiles y no tan útiles hechizos realizados con serpientes'. Intrigado, Harry recogió el libro y le echó un vistazo. Dentro vio cierta cantidad de cosas realmente interesantes. Atraído, puso el libro bajo su brazo y fue hacia el escritorio a pagar. El viejo examinó rápidamente sus elecciones, sonriendo abiertamente cuando vio el libro de serpientes.

"¿Puedes leer eso, ey?" Dijo, y Harry le miró confundido.

"Sí, ¿por qué? ¿Usted no puede?"

"Claro que no, muchacho," el hombre sonrió abiertamente, "eso está en Pársel."

Harry miró el libro, alarmado. No se había dado cuenta. Para él las palabras parecían inglés. Desentendiéndose del asunto, pagó al hombre y salió con rapidez. Encogiendo la bolsa y poniéndola en su bolsillo con el resto de sus encogidos suministros de la escuela, fue de vuelta al más familiar Callejón Diagon.

Cuando estaba casi fuera del Callejón Knockturn su mirada cayó sobre una tienda de mascotas. En lugar de las usuales lechuzas, crups y Kneazles encontrados en el Emporio de las Lechuzas, había muchas más criaturas oscuras en exhibición. Lo que atrapó su mirada fue el cartel que decía 'Serpientes de calidad dentro'. Yendo a la tienda, siguió el sonido de voces siseantes hasta encontrarla exposición de serpientes. Pues bien, si quiero hacer los hechizos del libro, entonces voy a necesitar una serpiente, pensó cuando consideraba las diferentes razas. Un pequeño deposito apartado atrajo su atención. Haciéndose a un lado, pudo ver dos serpientes de brillante colorido trenzadas juntas. Se giró y fue a encontrar alguna ayuda. Regresando al deposito, indicó al dueño que quiso una de las serpientes. Mirando al jovencito extrañamente, el dueño dijo bruscamente, "Tendrás que llevártelas a las dos. Son raras Corales Mágicas. Algunas personas dicen que son telepáticas. Una vez que han encontrado un compañero, no los puedes separar mucho o morirán. La roja, negra y amarilla es la hembra, y el rojo, negro y blanco es el macho."

Después de un momento de indecisión, Harry decidió comprar ambas. Por qué no, pensó, serpientes telepáticas podrían ser útiles. Cuando el dueño fue a buscar el cambio, el chico se volvió hacia el deposito y les siseó quedamente.

* Soy Harry, vuestro nuevo dueño. ¿Cómo os llamáis? *

La hembra miró hacia arriba y clavó los ojos en Harry.

* ¿Un humano que nos habla? Somos honrados por encontrarte, amo. Soy Nirah, y mi compañero se llama Simbi. *

* Por favor, no me llaméis amo, pequeños, llamadme sólo Harry.* Le respondió antes de que el dueño regresara. Dándole una mirada extrañada, el hombre le dio el cambio. Harry metió ambos brazos en el deposito, y cada serpiente se rizó alrededor de una muñeca, para el gran asombro del mago vigilante. Sin mirar atrás, se abrió paso fuera de la tienda y regresó a la seguridad del Callejón Diagon.

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De vuelta en Flourish y Blotts, Ron y Hermione habían terminado su discusión y, habiendo recogido a Ginny en la sección de Adivinación, estaban buscando enérgicamente a su amigo descarriado. Cuando Harry volvió caminando por la puerta fue asaltado por dos chicas frenéticas y un mejor amigo deslumbrante.

"Dónde te has metido, compañero. ¡No te podíamos encontrar, y creímos que los mortífagos te habían cogido!"

Harry tuvo el buen gusto de parecer avergonzado. No había tenido intención de preocuparlos. Sin decir nada se subió las mangas y mostró las muñecas. Los tres jadearon cuando vieron a las dos serpientes enrolladas allí muy felizmente.

"Quise comprarme una serpiente por mascota. Creí que me daría alguien con quien hablar cuando estoy de vacaciones en casa de los Dursley. No me fue bastante. Tuve que comprar las dos porque son pareja y no pueden sobrevivir separadas. Son Corales Mágicas."

Los ojos de Hermione se iluminaron con eso. Antes de que pudiera iniciar su inevitable conferencia sobre las Corales, Ginny boqueó ruidosamente.

"Es hora de reunirnos con Mamá. Mejor regresamos. No quiero pasar encerrada el resto de las vacaciones."

Dándose cuenta de que no querían enfadar a la señora Weasley, salieron precipitadamente de la tienda y volvieron al Caldero Chorreante.

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*-------* Pársel

Pensamientos

"------" Conversación normal ~____~ Conversación telepática.

Nota de la traductora: mmm al pasado se irán pronto, a mí personalmente Salazar me encanta, aunque el pobre Godric nos ha salido un poco debilucho. Les pasarán cosas MUY interesantes. Ya veréis. Muchas gracias por los Reviews y haber si algunos más se animan a dejarlos que me deprimo.