Capitulo 1, Ego (Yo)
"Yo, ¿Quién soy yo? Nadie. Sólo una cubierta, una mascara, un títere…"
-Amo Draco, la cena está servida.
El muchacho rubio se giró y le dirigió una mirada ausente.
-Claro Puncy, vete.
El elfo domestico hizo una rápida reverencia y se marchó.
Draco Malfoy gruñó, cómo detestaba a esos malditos elfos, siempre dispuestos a hacer lo que uno quisiera. Le recordaban a su vida antes, a la relación con su padre, a todo lo que había pasado.
-Potter…
En ese mismo instante, muy lejos de allí, Harry Potter se encontraba sentado en el marco de su ventana. Eran muchas las noches que se sentaba allí para mirar las estrellas y recordar.
-Marte está muy brillante esta noche…
Tantas veces le habían dicho eso. Suspiró, si sólo Marte no hubiera estado tan brillante, si no hubiera existido esa estupida guerra.
-Malfoy…
Dumbledore siempre había dicho que era increíble como la gente recordaba lo mismo al mismo tiempo. Era como una cadena de recuerdos, alguien se ponía a pensar en algo que había pasado y pensaba especialmente en una persona, entonces esa persona también se ponía a pensar en lo que había pasado y pensaba en otra persona y así sucesivamente. Esas cadenas de recuerdos podrían llegar a ser circulos viciosos, sin final. Sólo recordando y recordando. Pero no lo eran. Siempre llegaba alguien que cortaba la cadena, por fortuna. Pero todavía no se había cortado esa cadena y Draco estaba recordando cómo había empezado todo…
Todo había empezado al final de cuarto año. El Torneo de los Tres Magos acababa de terminar y Harry Potter había sido declarado ganador. Pero, además de eso, había pasado algo muy terrible; Lord Voldemort había revivido y, por si fuera poco, Colagusano, uno de sus vasallos, había matado a Cedric Diggory, el otro participante de Hogwarts en el Torneo de los Tres Magos. Draco Malfoy se sentía alegre. Después de todo, su padre era vasallo de Voldemort y él pronto lo sería. Pero agregada a esa alegría, sentía una intensa preocupación. No sabía por qué, sólo sabía que la sentía. Preocupación no era algo que los Malfoy solieran sentir, al menos no de esa manera, así que Draco temía mencionárselo a cualquiera.
Trataba de tragarse todo lo que sentía, temía constantemente que alguien lo viera a los ojos y supiera lo que pasaba en su interior. Porque esa preocupación no era por sí mismo o por sus planes, sino por otra persona. La persona que más odiaba en el mundo, la que arruinaba su vida, la causa de que Draco se peleara con su padre; Harry Potter.
"Cómo puede ser que esté preocupado por el idiota de Potter? Quiero decir, se supone que lo odio, ¿No?, se supone que debería estar feliz de que le pasaran cosas malas" pensaba todo el tiempo, reprochándose a sí mismo. Tan ocupado estaba pensando en su súbita preocupación por Potter, que se mostraba ausente y había dejado de insultar y enfadar a los demás.
-¿No te parece que Malfoy se estuvo comportando muy extraño últimamente?- le había preguntado Ron en ese entonces.
Y sí. Claro que le parecía que Malfoy se estaba comportando extraño. Si (¡Por Dios!,) desde que había terminado el torneo de los Tres Magos que no los insultaba. En realidad, no insultaba más a nadie. ¿Qué le habría pasado a ese idiota? Tal vez por fin se había vuelto normal, aunque Harry lo dudaba ya que su padre nunca le hubiera dejado hacer eso. Por otro lado Malfoy siempre había disfrutado insultar a la gente. ¿Quién sabe? Probablemente volvería pronto a las andanzas. Quizás el cerebro se le había fundido y estaba pensando insultos mejores. Después de todo, recién empezaba el año.
