Título: Draco Malfoy y la Leyenda de la Serpiente Plateada
Rating: PG-13 (Aumentará en los siguientes capítulos)
Autor: Youko Gingitsune - Youko_Gingitsune@hotmail.com
ADVERTENCIA: Este fic será SLASH -- Draco/Harry. Lucius/Snape y/o Lupin/Snape. Otras parejas.
Derechos: Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.
Nota: Los significados de algunas palabras que están en itálica, o que no entiendan, están al final del capítulo.
Nota2.- Como ff.net ya no permite poner 'notas' ni esas cosas entonces ellas van a regresar aquí.
Nota3 .- Este capítulo va dedicado a MiauNeko ^^ que fue por su insistencia que Harry aparece toda la mitad de este capítulo, porque eso iba a ir en el siguiente. No se preocupen, ese algo va a ir en el siguiente capítulo.
Nota4.- Las respuestas a sus preguntas en los reviews están al final ^^
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CONTIGO:
Te goleo y tú respondes golpeándome GRUPO: LINKIN PARK |
Capítulo Tres
Era noche de luna nueva, el bosque hubiese estado sumido en la oscuridad si no
fuera por las plantas luciérnagas que alumbraban ligeramente aquí y allá, dando
apenas suficiente luz como para poder crear sombras en el estrecho camino que
formaban.
Cuando al fin se detuvieron, Draco y Blaise se miraron de soslayo, conocían ese
lugar, eran las cavernas subterráneas, lo que quería decir exactamente en medio
del Bosque Prohibido. Pero por qué los estaban llevando ahí?
Cuando entraron tomaron el tercer camino de la derecha. Caminaron por aquel
laberinto de túneles, girando a la derecha e izquierda incontables veces hasta
que al fin los pasajes se hicieron inusualmente anchos hasta que una última
vuelta a la izquierda los llevó a un corredor sin salida.
Antes de que alguno de ellos pudiese hacer una pregunta, Dumbledore pasó a
través de la roca, seguido de los otros cuatro profesores, luego por los alumnos
y al final los demás profesores.
Lo que primero llamó la atención del enorme ambiente en el que se encontraban
era el gran caldero transparente donde hervía un líquido naranja, sobre el
fuego. Los estantes, que tapizaban el lugar, estaban colmados de libros,
pergaminos y recipientes que contenían líquidos, vapores y extrañas 'cosas'…
A Draco le hizo recordar las habitaciones de Snape, sólo que aquellas le
resultaban mucho más acogedoras… Pero al parecer a la mayoría no les agradaba
mucho el panorama, aunque no a todos. Los ojos negros de Snape brillaron con
deleite al igual que el de los de su pupilo, pero su rostro no reflejaba nada
más.
"Ya estamos aquí, Morgana, espero no haberte hecho esperar." Dijo Dumbledore a
nadie en particular.
"Claro que me hiciste esperar, llevo aquí media hora, lo suficiente para
ambientar este lugar, así podremos comenzar de una vez." Una voz suave contestó
tras una puerta que acababa de aparecer en medio de la habitación.
La puerta se abrió y, así como apareció, desapareció. Donde esta había estado,
se encontraba una mujer alta y ligeramente delgada, con cabellos largos y
blancos como la primera nevada de invierno, que le llegaban fácilmente a los
tobillos. Era hermosa en su frágil e imponente figura. Frágil porque la
hermosura siempre da aquella engañosa impresión, pero imponente por el aura que
la rodeaba… Había que recordar que la belleza es peligrosa, especialmente si se
sabe cómo usarla, como un diamante Dragón, la piedra más preciosa, pero también
la más dura y mortífera de todas.
Draco se le quedó mirando a los ojos, lo único en todo ella que salía de la
monotonía del blanco. Sus ojos eran negros, completamente negros, no había
diferencia entre el iris, la pupila y el globo ocular. Eran hermosos, como dos
almendras brillantes… o por lo menos para él lo eran, aunque era un hecho que no
todos pensaban así. Quién sería… Mejor dicho, qué era esa mujer?
"Los profesores quédense cerca de la puerta. No hablen, no interfieran, si es
posible traten de no existir. Me molestan en esto y los echo a todos para estar
a solas con los jóvenes."
"Profesores, por favor, vayamos a la entrada y no interrumpamos."
Los profesores se miraron entre sí, pero todos retrocedieron. Al parecer sólo
algunos de ellos tenían idea de lo que sucedía.
Ella se les acercó y, uno por uno, les entregó un pergamino enrollado. Al tiempo
que los repartía, una mesa aparecía frente a cada uno de los alumnos.
"Sigan las instrucciones. La puerta de la derecha los llevará a diferentes
partes del bosque a cada uno, dependiendo de los ingredientes que están ahí
apuntados. Tienen una hora. Comiencen."
Los ocho jóvenes no se movieron, se quedaron quietos, mirando el pergamino y a
la extraña mujer que parecía poder verlo todo con aquellas almendras negras que
tenía por ojos.
Draco fue el primero en abrir su pergamino y alzó una ceja, en parte asombro, en
parte curiosidad. Volvió la vista a su jefe de Casa. La mirada que compartieron
debió de haber tenido la respuesta que buscaba porque fue el primero en salir de
ahí en busca de los ingredientes de aquella preparación.
Ya había pasado media hora cuando la puerta volvió a aparecer y los ocho
entraron, uno detrás del otro. Se dirigieron a sus respectivas mesas de trabajo,
donde en cada una había un caldero con algo hirviendo dentro de este a fuego
lento y al lado de cada caldero había una esfera de cristal que levitaba sobre
los vapores, del tamaño de una Snitch.
Una vez que todos terminaron de colocar las cosas ella volvió a hablar.
"He de suponer que para estos momentos ustedes ya saben qué es lo que van a
preparar, sólo toquen con su varita la esfera y el último ingrediente aparecerá
ahí. Comiencen."
Hubo unas cuantas expresiones de confusión en algunos de los alumnos, otras de
diversión y otras de sorpresa.
En la esfera de los mellizos, a cada uno les apareció una escama dorada de
Dragón. A ambas chicas de Hufflepuff no les apareció nada, al igual que a
Hermione. A Seamus Finnigan le apareció una garra de hipogrifo
cristalina. En Slytherin, Blaise obtuvo una mariposa marina asesina, y Draco un
huevo de Basilisk.
"Debes estar bromeando… Nos vas a poner a cocinar?" Dijo el chico de cabellos
negros oscuros, tomando la esfera entras las manos y mirando, maravillado, a la
casi invisible mariposa.
"Albus." La bruja dirigió su mirada al director sin hacer caso a las palabras
del muchacho. "Me has traído a una muggle-born y dos half-breeds.
Estamos hablando de algo importante, uno de estos muchachos será mi pupilo, o
pupila, creí que había sido clara cuando te dije que trajeras a lo mejor de cada
Casa. "
"Te traje lo mejor de cada Casa, puedes estar segura de eso."
"Me traes brujas ilegítimas y me dices que eso es lo mejor que tienes? Había
escuchado algo de eso… y pensé que era mejor asegurarse, me alegró haberlo
hecho." Dijo poniéndose de pie. "Mañana, después de la media noche, estos cinco
alumnos estarán nuevamente aquí para comenzar con las pruebas."
"Pupilo?" Murmuró una voz femenina, algo sorprendida, pero su sorprendida
pregunta fue opacada por la fuerte exclamación del chico de su costado.
"Espere un momento," Habló el Irlandés. "No estoy entendiendo. Por qué las
esferas de ellas están vacías…?"
"Qué tiene que ver que mis padres sean muggles con todo esto?" Reclamó Hermione,
pero ahora haciendo su pregunta lo suficientemente fuerte como para que la
escuchase. Ya comenzaba a sentirse algo ofendida por el comentario de 'lo mejor
de cada Casa', pero ignoraba a Malfoy, que le estaba dando una nada sutil
maliciosa sonrisa.
"Esto fue sólo para verificar que todos ustedes fueran Magos o Brujas
pure-blood…"
"Eso es imposible!" Exclamó Seamus, interrumpiéndola. "Mi padre es muggle."
"No lo es," Respondió la bruja, "Sólo puedes ser considerado pure-blood si ambos
padres son magos y, además, por lo menos uno de ellos es un pure-blood. Tu madre
lo es y tu padre es un Squib. Aunque considerado un muggle por los magos,
no es exactamente un muggle."
"Pero… Cómo…?"
"Lo sé porque lo que te tocó es cristalino, no eres el primer mago cuyo padre es
un squib, muchacho…"
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Pero qué día extraño. Había estado despierto cuando la profesora McGonagall
entró al cuarto, no sin antes poner unos cuantos hechizos de silencio, y se
llevó a Seamus. Él se había levantado ni bien volvió a escuchar el ruido de la
puerta cerrarse. Sacó su varita y con un Lumos encendió una pequeña luz para
luego sacar el mapa de los Merodeadores que tenía a un lado de su cama y lo
activó dentro de la seguridad de los cortinajes de su cama. Ahí estaba su jefe
de Casa, avanzando rápidamente con Seamus y Hermione, pero ellos no eran los
únicos que aparecían ahí, otros seis alumnos con sus respectivos profesores
avanzaban hacia la misma dirección
Harry frunció el ceño… Los nombres de esos ocho alumnos eran los de los más
destacados que Hogwarts tenía por Casa. Quizá los estaban reuniendo para algo?
Eso podía ser…. No, se dijo a sí mismo, no era eso, si no por qué sacarlos a
esas horas de la madrugada y de aquella forma?
Cuando iba a levantarse para ver lo que sucedía los nombres desaparecieron del
mapa, justo después de haber entrado a la oficina del Director, lo que había
sido una sorpresa porque casi todos los miembros de la facultad estaban ahí
también cuando todo se puso en blanco. No tuvo más remedio que esperar.
Cuando sus compañeros regresaron las cosas se pusieron aun más raras. Hermione
se levantó tarde, según sus compañeras de cuarto, y luego se había rehusado a
salir, ni para almorzar, ni para comer, ni a la biblioteca… Eso no le daba buena
espina.
Seamus había estado toda la mañana como ido, con la mirada perdida, pensativo,
tranquilo… adjetivos que usualmente no se relacionaban con el alegre Irlandés.
Después del almuerzo desapareció por unas cuantas horas, era Domingo, nadie
preguntó, y cuando regresó… Cuando regresó tenía una sonrisa que no le cabía en
la cara, una de las que le habían estado iluminando el rostro últimamente, desde
el principio del curso.
El rumor había comenzado antes de salir de vacaciones de verano. Seamus estaba
saliendo con alguien, eso era usual, pero después de las vacaciones el Irlandés
siguió saliendo con ese 'Alguien' porque, si bien todavía coqueteaba en cuanto
se le presentaba la oportunidad, nada había pasado además de un guiño y una
sonrisa. Ya era mitad de curso y el muchacho de cabellos color arena seguía
saliendo con 'esa' persona. Cuando alguien le preguntaba por qué no decía quién
era, por lo menos si era un él o una ella, Seamus sólo sonreía como si fuera el
gato que se acababa de comer al canario y respondía: "Porque 'ese' es 'mi'
secreto." Los ojos claros brillando con picardía y contento. Ahora los chismes
decían que estaba enamorado, por la expresión que a veces llevaba en el rostro
cuando pensaba que nadie lo estaba mirando, eso era más que un hecho.
El casanova de Gryffindor había sido 'capturado'! Golpe duro para las chicas, y
chicos, que andaban tras él, un nombre menos para la lista de 'Chicos más
deseados de Hogwarts'. Harry casi gruñe al recordar que él mismo estaba en esa
lista.
Siguió bajando las escaleras y saltó las que estaban cerca del final, que en
esos días solían desaparecer. Se arregló la bufanda, todavía hacía frío, aunque
ya no tanto como antes, el invierno estaba pasando.
Después de varias vueltas en el laberinto que eran las mazmorras encontró la
entrada que había estado buscando. Sacó la varita y, después de murmurar un
conjuro algo largo bajo su lengua, la puerta desapareció, dejando sólo una pared
de piedra como todas las de los pasadizos por esa parte de los calabozos.
Caminó hacia la pared y la pasó como si no estuviera ahí. Aquél era uno de los
pocos lugares donde se sentía realmente seguro. Harry, y la otra persona con la
que él compartía el conocimiento de la existencia de esa habitación, habían
trabajado duro en los encantamientos protectores, ese cuarto ya ni siquiera se
mostraba en el Mapa de los Merodeadores. El hechizo que sellaba puerta era el
más poderoso de todos, sólo dos personas podían abrirla.
"Llegaste temprano." Dijo a la figura que se encontraba repantigada en la gruesa
alfombra, frente a la chimenea encendida.
"Hm…" fue su única respuesta.
Harry tomó la revista que estaba sobre la mesita del lado y se sentó en uno de
los sillones, su mirada clavada en su compañero y en los reflejos del fuego
sobre el cabello platinado y la piel clara.
"Puedes dejar de hacer eso, Potter?" Le dijo el otro, algo irritado, después de
casi quince minutos que Harry no le quitaba la vista de encima.
"Hacer qué?" Preguntó como si realmente no lo supiera.
"Mirarme, Potter, deja de mirarme como si tuviera dos cabezas."
"Eso sería interesante…"
Draco cerró la revista que había estado leyendo y se sentó para mirar a Harry
directamente a los ojos.
"Qué te sucede, Potter? Peleaste con alguno de tus amiguitos y viniste aquí a
quejarte conmigo? Olvídalo, si quieres fastidiar a alguien Myrtle todavía está
en su baño."
"Oh, pero hoy tengo ganas de molestarte a ti." Dijo Harry como si fuera lo más
obvio del mundo, por lo que recibió una mirada que le decía muy claramente que
lo dejase en paz. "Dónde estuviste anoche?" Preguntó mientras abría su revista,
en la portada el último modelo de escobas profesionales de Quidditch mostrando
todos sus 'atributos'.
Draco alzó una ceja, como si no creyera lo que acababa de escuchar. Harry vio
esto y se apresuró a continuar su pregunta.
"Anoche McGonagall entro al cuarto y se llevó a Seamus. Cuando vi en el mapa
Hermione también estaba con ellos, junto contigo y otros cinco alumnos más." Sus
ojos esmeralda estudiaron los grises-azulados que lo estaban mirando con
intensidad.
"A la oficina del director." Respondió Draco con cuidado.
"Y de ahí, a dónde?"
"Eso no es de tu incumbencia, Potter."
"Pues sucede que Hermione se ha encerrado todo el día en su cuarto y no quiere
hablar con nadie! Ni con Ron!"
"Potter," Contestó con una sonrisa maliciosa y a la vez muy divertida en el
rostro, la información que le acababa de dar le era preciosa porque sabía
perfectamente lo que había pasado. "Lo que le suceda a la mudblood me
tiene sin cuidado…"
"No llames a Hermione de esa forma!"
"Yo la llamo como se me da la gana! No fui yo quien la trajo a la
'conversación'," Dijo con sarcasmo. "Si no quieres escuchar entonces no
menciones, ese fue nuestro acuerdo, Potter, o acaso ya lo olvidaste?"
Harry lo miró enojado, pero no dijo nada. Se acordaba perfectamente de eso.
"Claro que lo recuerdas, tan bien como recuerdas por qué estás en estos momentos
leyendo revistas de Quidditch en una habitación muy bien protegida en las
mazmorras conmigo, de entre todas las personas."
Los dos siguieron encarándose el uno al otro, en una lucha de miradas, a ver
quién se daba por vencido primero. Pero ninguno de los dos cedió, como era
usual, así que ambos murmuraron unos cuantos insultos hacia el otro y siguieron
con su lectura, ignorándose completamente.
Harry pasó la página, pero no estaba ocupado leyendo, sino más bien recordando
exactamente cómo fue que, desde comienzos de ese año, había estado viendo a
Malfoy a escondidas una vez cada dos semanas. A finales de su quinto año una de
las más famosas revistas comenzó a mandarle la última edición antes que siquiera
esta fuera publicada, la tenía en sus manos una semana antes que cualquiera!
Cómo había sucedido? En una salida a Hogsmeade, mientras Ron y Hermione habían
estado ocupados en ellos mismos, a Harry lo había reconocido una mujer que
después se había presentado como la publicista de la revista de Quidditch que
Harry acababa de decir adoraba. El resultado fue que a partir de ese momento
recibía la revista una semana antes de su publicación, muy discretamente claro.
En cuanto le llegó la primera había estado muy emocionado y lo primero que hizo
fue mostrársela a Ron… pero no resultó como esperaba. Aunque su amigo trató de
ocultarlo, no tuvo mucho éxito, los celos de que por ser 'Harry Potter' le
llegara la revista por anticipado se mostraron en su rostro aunque lo trataba de
disimular, inclusive mostró estar emocionado y todo, para luego irse con una
excusa tonta. Claro, Harry no dijo nada, se hizo el que no lo notó, el que no le
dolió, no quería que se repitiese lo que sucedió en el cuarto curso…
La siguiente quincena, cuando Hermione le había preguntado si le había llegado
la revista nuevamente, él dijo que no, que la mujer sólo le había dicho que le
enviaría una como muestra. Era mentira, claro, la revista le había llegado esa
tarde.
Su amiga le dio una media sonrisa, como si le estuviera pidiendo perdón por la
actitud de su enamorado, pero Harry sólo le sonrió, como si no importase. Fue la
vez siguiente, cuando recibió su nuevo ejemplar, que notó que no era el único
que recibía misteriosos paquetes en las tardes, Malfoy había llegado a la
lechucería justo después de él, y ambos recibieron diferentes paquetes al mismo
tiempo.
Se miraron por varios segundos, pasando la vista de cuando en cuando a los
paquetes que llevaban. Hasta que el rubio rompió el silencio.
"Qué revista?" Preguntó en un tono desinteresado.
"Te la enseño si tu me enseñas la tuya." Contestó Harry en el mismo tono.
Ambos se quedaron mirando por algún tiempo, ambos pensando qué hacían ahí
parados sin hacer nada y a la vez negligentes en darse por vencidos en ese juego
de miradas.
Sin darse cuenta, ambos abrieron los paquetes al mismo tiempo, sin apartar la
vista el uno del otro para luego bajarlas hasta la revista.
Los ojos verdes se sorprendieron ligeramente al ver otra de las más populares
revistas de Quidditch en las manos del rubio, y también era una edición todavía
no publicada.
Ambos se miraron nuevamente pero no dijeron nada, unos momentos después ambos se
fueron, cada uno a su Casa.
La quincena siguiente se volvieron a encontrar, pero esta vez Harry decidió no
perder la oportunidad.
"Si tú me muestras la tuya, yo te muestro la mía." Propuso antes que Draco
saliese de la lechucería. No podía creer que se había atrevido a proponer eso.
Pero quedó más sorprendido cuando, después de que los ojos claros de Malfoy lo
estudiaron por unos cuantos segundos, le respondiera.
"Mañana, al lado de la armadura que está cerca de la torre de Astrología, a la
media noche." Y con eso se fue.
El ruido de ropas rozando con más telas lo volvió al presente y vio a Draco
poniéndose su túnica oscura. Sabía lo que eso significaba, se iba. Miró al reloj
que colgaba sobre la chimenea y frunció el ceño. Recién iba a ser la media
noche.
"Todavía es muy temprano." Dijo Harry mirando al rubio como si esperara una
explicación.
"Lo sé, pero tengo cosas que hacer, Potter. A diferencia tuya yo sí tengo una
vida."
"Jódete, Mafoy."
"Oh, no, para eso está Blaise, por eso me voy. Deja la revista aquí mismo,
mañana vendré a terminar de revisarla." Sin decir más el rubio salió de la
habitación.
Harry se abrió el abrigo y sacó de ahí el Mapa de los Merodeadores, lo tocó con
la varita y pronunció:
"Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas."
En ese instante el mapa del castillo se formó y el primer nombre que apareció
fue el de Draco Malfoy, que ya estaba bastante alejado de ahí. Harry sabía que
Draco le había mentido, no había ido a ver a Zabini, su 'susodicho amante',
porque ellos obviamente no eran amantes. Claro, Malfoy no sabía que él tenía
conocimiento de esto, que él sabía con quién era que estaba Zabini realmente.
Al principio fue un shock. En una de sus noches de insomnio había escuchado a
Seamus levantarse de la cama y salir del cuarto, como solía hacer… sólo que en
esa ocasión el rumor de su 'amante secreto' estaba candente y a Harry le picaba
la curiosidad. Después de lo que le pareció un tiempo prudente, sacó el mapa y
cuando vio con quién estaba…
Fue después de unos días que se dio cuenta de que Zabini no estaba engañando a
Draco con Seamus, sino que Zabini y Malfoy estaban engañando a todo el colegio
para evitar que siquiera se sospechara con quién era que estaban realmente…
Cuando habían decido hacer ese cuarto el lugar para sus encuentros quincenales,
Harry se había asegurado que quedara bien claro que ese lugar iba a ser un
secreto entre ellos dos y solamente entre ellos, para nadie más, no soportaba la
idea de que Draco usara ese cuarto para sus 'actividades' nocturnas, mucho menos
si él había hecho la mitad del trabajo para tener esa habitación bien protegida,
ni los profesores podrían encontrarla. Había algo de magia negra ahí.
Para su sorpresa el rubio estuvo más que de acuerdo, fue por eso que ambos
trabajaron juntos en el encantamiento que sellaba la entrada y que solamente les
permitiría entrar a ellos dos. A nadie más. Las consecuencias de sólo intentarlo
serían… dolorosas.
Su atención regresó al mapa cuando vio que otros nombres estaban en la oficina
del Director junto con el de Malfoy. Seamus, Zabini y los mellizos Bianchi,
además de los cuatro jefes de Casa. Después de unos momentos los nombres
volvieron a desaparecer justo como había sucedido la noche anterior.
Harry salió del sillón en donde había estado sentado las últimas dos horas y se
echó en la alfombra que todavía estaba tibia en la parte donde Draco había
estado recostado. Tocó la gruesa tela peluda y acarició su rostro en ella, donde
todavía quedaba el aroma de la fragancia que Malfoy siempre usaba.
TBC
^^ Bueno, ahí tienen el primer 'hint' del slash que vendrá ^^ Qué les pareció?
Los comentarios y sugerencias son bien recibidas! ^_^
Basilisk .- Basilisco.
De las muchas bestias pavorosas y monstruos terribles que vagan por nuestra tierra, no hay ninguna más sorprendente ni más letal que el basilisco, conocido como el rey de las serpientes. Esta serpiente, que puede alcanzar un tamaño gigantesco y cuya vida dura varios siglos, nace de un huevo de gallina empollado por un sapo. Sus métodos de matar son de lo más extraordinario, pues además de sus colmillos mortalmente venenosos, el basilisco mata con la mirada, y todos cuantos fijaren su vista en el brillo de sus ojos han de sufrir instantánea muerte. Las arañas huyen del basilisco, pues es éste su mortal enemigo, y el basilisco huye sólo del canto del gallo, que para él es mortal. Fragmento tomado de de Harry Potter and the Chamber of Secrets - capítulo 16: The Chamber of Secrets.
Muggle .- Humanos no mágicos.
Muggle-born .- De padres Muggle.
Half-breed .- Hum... no tengo idea de como se traduce esto directamente al castellano y que suene coherente... Es cuando no es muggle-born pero tampoco es pure-blood.
Pure-blood .- Pura sangre.
Mudblood .- Sangre-sucia
Respuestas a los Reviews:
Kandra .- Críticas constructivas? Claro ^^ Esas son las que te sirven para superarte ^^ Mira, cuando escribo no me fijo mucho en esas cosas, es después, cuando le doy una revisada rápida, que veo ese tipo de cosas y de ahí va donde mi beta, que se encarga de corregir todos mis horrores de ortografía ^^''' y ese tipo de cosas. Los 'revolcones' de los gemelos, Blaise y Draco, no? Bueno, en resumen, Draco y Seamus se divertían hasta que Draco enfocó su atención en los gemelos y Seamus en Blaise ^_^ En cuanto a lo de escoger dos de cada Casa... Ahora ya sabes una parte del por qué.
Yuna .- Jeje ^^ ya vendrá ese slash, no te preocupes, está muy cerca... sobre todo después del pequeño 'hint' que di al final de este capítulo ^_~ En cuanto a Ron y Herminone, sí, son enamorados aquí pero eso sólo lo voy a nombrar, nada más.
PiRRa .- Relaciones entre tíos?? ^^''
Ainaeriniel de Mirkwood .- Sip, Seamus (que se pronuncia 'Siimus') me gusta ^^ y no me lo imagino nada parecido al niño que lo interpreta en la película.
Astartea .- Otro voto para Lupin y Snape ^^ En cuanto al manejo de Draco, esa es más o menos mi perspectiva de él, perfectamente mimado ^^ pero con motivos para serlo.
MiauNeko .- Jojo ^.^ ya sabes, este capítulo va dedicado a ti! =P No eres la única con problemas para las conjugaciones, yo también necesito clases! ^^'' Que bueno que te esté gustando esto. Por lo menos en mi fic te parece que Draco y Harry hacen una interesante pareja? A mí me encantan, y hay un par de muy buenas historias en la net con ellos dos ^.^ solo es tomarse el trabajo de buscarlas entre las toneladas de toneladas de fics de ellos que existen...
