¡Hola a todos! ¡Aquí Carscard otra vez! Ya se podría decir que estoy libre pero me la he pasado con mi hermano todos estos días. Estoy tratando de convencerlo de que hagamos una historia juntos. Quiero que sea en serio, no como todas las veces que me ha abandonado.
Por otro lado, mi primo Bud Ballack Belmont desea empezar a escribir por su cuenta (aquí entre nos es que quiere impresionar a una chica que le gusta la página). Aún no sabe como se maneja la página pero le enseñaré como y lo apoyaré. Después de todo es como mi segundo hermano...
Con respecto a lo que decía Saint Mew de lo de inteligencia artificial en su review, debo decir que lo que dije previamente con respecto a la razón de porqué 30 años y lo que mi amigo comenta es exactamente lo mismo mas visto desde distinto ángulo; la mente de un reploid debe madurar porque empieza en estado infantil y podemos suponer que dicha mente puede asemejar o ser una red neuronal (por red no entiendan aquí a algo físico como la que ven en sus centros de cómputo, las redes neuronales pueden ser hechas por puro software o dentro de un hardware determinado). El método que la IA utiliza para que los sistemas aprendan es como mencioné al final del pasado documento y es la forma con que 'maduran'.
Ya basta de tanta palabrería y pasemos al último capítulo del presente libro. Recuerden que los personajes de Mega Man y Mega Man X pertenecen a la Capcom, aunque la trama sea de la gran Red Draco.
-Hey... amigo... ¿vas a pagar por eso?
Zero ignoró esta pregunta mientras guardaba en su bolsillo una lata de energía.
El robusto robot verde y amarillo detrás del mostrador de la popular tienda de accesorios para robótica conocida afectuosamente como 'Big Eddie's' inclinó su cabeza y frunció el ceño ante el alto robot escarlata que miraba libremente su mercancía. El extraño desconocido levantó algo que Auto no pudo identificar desde su punto de vista. Sin embargo tuvo una perfecta vista de que el extraño estaba examinando el objeto, encogiendo los hombros, y descartando el item sobre su hombro. Auto casi enloqueció, que era muy extraño por su naturaleza humorística.
-¡Hey, vamos!- Auto exclamó mientras anadeaba desde su puesto para ver que daño había causado el robot al objeto. -¡No arrojes las cosas como pescado! ¿Crees que los empalmes nucleares crecen en los árboles?
-Al diablo contigo, gordo.
-Eso no es muy agradable.
-Pregúntame si me importa.- Zero guardó otro pequeño objeto para puntualizar su frase.
Auto suspiró. Usualmente, casi nada podía intimidar su buena naturaleza. Este recién llegado, sin embargo, estaba haciendo un buen trabajo en deshacerse del aire de felicidad que rodeaba al dueño de la tienda. Se dio cuenta que Eddie personalmente iba a tener que encargarse de este perdedor...
Zero arrastraba los contenidos de otro estante. Enfado dominaba el interior de sus sistemas al hacer esto. Basura, basura, basura. Esta tienda barata no tenía lo que estaba buscando, pese a que Zero no tenía idea qué era lo que ESTABA buscando. Para desahogar su frustración, Zero tomó algunas cosas del estante y las deslizó hasta el suelo. Sintió un poco de satisfacción cuando escuchó el sonido del impacto.
Al estar Zero parado hasta el tobillo en el producto de su destrucción, pensaba sobre cómo se había arruinado su vida desde que Bass había muerto. Sin su hermano negro para dirigirlo, Zero estaba muy perdido. Seguro. Se desactivaría automáticamente en cuatro meses... ¿pero qué hacer hasta entonces? ¿Comer pastel de frutas rancio? ¿Correr desnudo por las calles de la ciudad, gritando que Big Bird venía a matarlo? Obviamente no. Bass le había pedido que se comportara. Pero sólo siete días habían pasado desde que Zero había dejado el Skull Castle, y ya lo estaba estropeando todo en grande.
Una cosa era cierta: Zero se había vuelto más desagradable desde su partida. La perdida de su padre y hermanos no había sido algo bueno para su salud mental. Además que, ahora que andaba por las calles de la ciudad, se encontró rodeado por humanos. Humanos. La sola palabra penetraba lentamente sus circuitos y lo viciaba con odio. Nunca olvidaría esa misteriosa y envolvente entidad que había andado a su alrededor como un presagio sin forma. Nunca olvidaría la voz de la entidad, que sonaba como un ser de grava sacudido en un balde de madera, diciéndole que los humanos eran malos. Y ahora que realmente tenía contacto con ellos, Zero los odiaba. Odiaba su temeridad, su traicionera naturaleza, y la forma en que se tornaban en un gran problema gritando. Zero descubrió que cada día que pasaba, era un poco más difícil evitar enloquecer y presentarle a algunas docenas de humanos la feliz punta de su disparador. Pero el sentido común siempre estaba ahí, molestándolo y regañándolo. No podía matar de esa forma... no aún.
Zero fue sacado a la realidad cuando un delgado y desagradable sentimiento de cortada lo atravesó. Era un sentimiento que todos tenemos tarde o temprano: Zero sintió que estaba siendo OBSERVADO.
¿Pero observado por qué? Zero miró arriba, abajo y alrededor y finalmente a sus botas. Ahí, parado, no más alto que la rodilla de Zero, estaba la más extraña criatura en la que había puesto sus ojos.
-Hey. Dueño. Tienes ratas.- La voz monótona de Zero traicionó sus verdaderos sentimientos de sorpresa.
-Eso no es una rata, amigo.
Y, en verdad, probablemente no lo era. La pequeña criatura era de un brillante color rojo encendido. Su cabeza ostentaba un emblema que era casi en forma de maleta y lucía hueco. Mientras que la cosa no tenía brazos, tenía dos piernas. Continuamente se balanceaba en esas piernas en un ritmo que era tan constante como la marea misma. Sus grandes ojos parpadeaban en una forma que conservaba perfectamente su ritmo. Esos ojos estaban ahora mirando directamente a Zero, observándolo con una mirada amenazadora. Zero se sintió un poco sorprendido. Zero no sabía de muchas piezas de equipaje bailarinas de una rodilla de alto que pudieran enviar una 'mirada maligna' como ésta lo hizo.
-Hey tipo grande... ¿quién es este pequeño fenómeno y qué quiere?
-Eso,- Dijo Auto. -,es Eddie, robot 72080 de la raza Flip - Top. Te está pidiendo que regreses los materiales que robaste.
-¿Qué hará si no lo hago? ¡¿Parpadear hasta que muera?!- Zero se rió mientras apuntaba una suave patada a la pequeña aparentemente indefensa forma ante él. Para su sorpresa, la maleta esquivó el ataque y respondió enviando un cabezazo a la rodilla de Zero. El reploid carmesí cayó cuando su rodilla se rindió y se desparramó en el piso cubierto por items. Todos los items que había escondido en su armadura salieron y se perdieron en el desastre.
Arriba de él, Auto estalló en carcajadas. Le ofreció una de sus grandes manos a Zero. Zero a regañadientes la aceptó y se paró. Entonces, sin titubear, apuntó su cañón hacia Eddie.
-¡Hey!- Dijo Auto rápidamente, golpeando el cañón de Zero lejos de su amigo. -¡Eso no es agradable! Ahora, vamos. Tengamos un poco de conversación. Tengo el presentimiento que necesitas una.
Zero bajó su cañón, sorprendiéndose a sí mismo. Se sintió un poco tranquilizado por el tono amigable de Auto, así que aceptó la oferta. Se sentía perdido y confundido, y necesitaba a un amigo a quien hablar, aún si era un robot grande, tonto y gordo que estaba pintado de los colores de la mucosidad. Sin embargo fue sabiamente selectivo sobre lo que le dijo al gran robot.
-Mi nombre es Zero. No sé realmente quien soy. Mi creador me abandonó y sólo he estado vagando por aquí desde hace poco.
Los normalmente inexpresivos ojos de Auto repentinamente brillaban de arrepentimiento. -Oh, qué triste... eres un huérfano.
-Sí, supongo que se puede decir eso.
Auto golpeó a Zero en la espalda, sacándole el aire al reploid. -¡Bueno, es suficiente de ti! ¡Soy Auto, y la tienda en que estás es llamada Big Eddie's! ¡No es por presumir, pero somos muy reconocidos! ¡Abastecemos al mismísimo Dr. Light con una gran cantidad de materiales!
Los circuitos de Zero se helaron con odio. Dr. Light. Había escuchado ese nombre antes pero ¿dónde? -¿Dr. Quién?
-¿Oh, no has escuchado del Dr. Light? ¡Es famoso! Es el creador de Rock, Roll, Tango, Beat...
Desconocido para Zero pero conocido para nosotros, Rock era el verdadero nombre de Mega Man. Pero debido a que Zero no sabía que había alguna relación entre los dos nombres, sonrió, la primera vez que lo hacía en mucho tiempo. -Eso suena a menos 'Creaciones del Dr. Light' y más como 'Ópera del Sr. Holland'.
Auto gritó como si hubiese escuchado el mejor chiste del mundo, y golpeó a Zero en la espalda otra vez. Esta ocasión, Zero fue casi volando por media tienda.
-¡Me agradas, amigo! Y también a Eddie.
Zero se recuperó. -¿Eddie? ¿Esa maleta danzante que casi disparo? ¿Habla?
-Bueno, no realmente. Pero es mi mejor amigo...
-¿Eres el mejor amigo de una maleta muda de una rodilla de altura?- Zero lentamente comenzó a acercarse a la puerta en caso de que hubiese roto el buen ambiente en que se encontraba.
-Sí, Eddie me ayuda con la tienda.- Auto dijo animadamente. -¡Aún si no puede hablar, le entiendo todo lo que trata de decirme!
La curiosidad de Zero finalmente dominó su intranquilidad. -¿Cómo puedes comunicarte con él?
-Un pestañeo significa sí, dos quieren decir no.
Zero no podía creer lo que estaba oyendo.
Auto se movió hacia Zero otra vez y colocó su grueso brazo alrededor de los hombros del reploid. -Puedo decir que te estoy asustando, amigo. Puedes irte ahora si quieres, pero antes de que te vayas, ¿pudieras por favor ayudarme a limpiar el desastre que hiciste con tu explosión de temperamento?- Auto indicó el estante que Zero había tumbado.
Disgustado, Zero se quitó el enorme brazo de Auto. -¿Por qué te mantienes haciendo contacto físico conmigo, Auto? ¿Estás insinuando algo?
El estallido de risa de Auto tomó lugar. Zero se volvió un poco molesto. ¿Este tipo no se siente ofendido por NADA? Zero se dio cuenta que podía probablemente lanzarle un palo a la cabeza de Auto, y el tipo todavía estaría riéndose. Era altamente irritante.
Zero acordó en ayudar a Auto a limpiar. Eddie se mantuvo cerca de los talones de Zero como un cachorro mientras el reploid colocaba los artículos de vuelta a sus respectivos estantes. Obviamente se estaba asegurando de que nada fuese roto otra vez. Zero contemplando entre si la pierna debería o no 'accidentalmente' retroceder hacia atrás y patear a Eddie en la cara, cuando un objeto cercano que tenía un lustre brillante le llamó la atención. Zero dejo el manojo de artículos que tenía amontonado y caminó en un trance hacia ese objeto brillante como una mariposa a la luz. Parecía estar llamándolo por su nombre. Cuando se acercó al objeto, vio que era un mango cilíndrico de algún tipo de espada que carecía de una hoja. Muy inusual, pero Zero todavía estiró una mano tentativa y acercó el objeto hacia él. Se sentía bien al tocarlo, y era de un peso saludable. La mano de Zero parecía hacerse una con eso, pero todavía no sabía que era...
-Hey Auto - Man. ¿Qué es esto?
Auto miró sobre su hombro. Cuando vio lo que tenía Zero, lo rodeó . Todos los instintos de vendedor en él despertaron en venganza.
-¿No es eso algo bueno? Es el arma más nueva del mercado y es el único que poseo. Fueron recientemente construidos en honor a 'Lucas', el gran dios que se dice que existió por allá del siglo 20. Es llamado sable de luz. ¿Ves ese pequeño botón cerca del mango? Presiónalo.
Zero hizo lo que le dijo, y se sorprendió cuando una hoja pulsante se disparó. La hoja emanaba una luz verde neón. Zero instintivamente blandió la hoja. Había un sonido profundo emanado del sable además de una ligera línea de luz color lima en donde empezaba. Zero estaba maravillado por el arma. Tenía que tenerla.
-¡Es el sable de luz!- Auto dijo como un comercial. -¡Compártelo con tus amigos, asusta a tu abuela con él! ¡Viene con una impresionante funda que es piel genuina! La daré por un ... módico precio.
El rostro de Zero se entristeció. No tenía dinero y sabía que no podía robar esta arma. Obviamente valía mucho y Auto nunca dejaría que Zero sólo saliera caminando con él. Sin embargo, algo debía hacerse. El sable de luz ahora pertenecía a Zero. Lo tenía con su belleza y poder.
-No tengo dinero, tipo grande... pero te diré, que TENGO que tener esto. ¿No hay alguna forma que puedas... dármelo?
Auto frunció el ceño pensante. -Te diré esto. Haremos un trueque. Necesito algo de ayuda aquí en la tienda. Estamos ocupados últimamente. Ayúdame en la tienda por algunos meses, y te permitiré que tengas el sable. ¿Trato?
Zero consideró esto. Todavía faltaban cuatro meses antes de que se apagara. Si trabajaba con Auto, podría pasar el tiempo y ganar el sable de luz que amaba. Dos pájaros de un solo tiro. ¿Contras? Zero sabía que iba a tener que invocar cada fracción de voluntad que poseía para mantener su cordura mientras trabajara con Auto.
Aún así, los pros dominaban a los contras, y Zero aceptó.
Auto golpeó a Zero en la espalda una vez más. Lúgubremente, Zero se dio cuenta que si el extravagante comportamiento de Auto no cesaba, iba a tener que golpear algo por su cuenta.
-¡Grandioso, Zorro! ¡Me agrada tenerte a bordo!- Auto bromeó.
-Mi nombre es Zero.
-Oh, como sea.
Y así, el tiempo fue pasando, y Zero agarró gusto por cómo era trabajar. No le importaba particularmente la labor, pero diablos, le daba algo que hacer. Cargaba su nuevo sable de luz consigo donde quiera que iba. Auto le dio la funda de piel que había mencionado previamente, y el sable ahora tomaba lugar en la espalda de Zero.
Un buen día, cerca de tres meses después de que empezó su vida de trabajo, Zero se encontraba cargando una gran mesa en su espalda. Estaba enojado y cansado bajo la carga mientras Auto estaba parado en plan pensante, pensando donde poner la sencilla pieza de mobiliario.
-Okay, gran tipo.- Zero jadeó entrecortadamente. -Esto no es exactamente ligero. Dime donde ponerla.
-En un segundo. ¿Crees que esa mesa luciría mejor por la puerta o cerca de la ventana?
Zero pudo sentir palabras ácidas subiendo por su garganta y cubriendo su lengua, sólo rogando por ser liberadas, pero Zero sabiamente las tragó. -Ésta no es exactamente una decisión de vida o muerte, Auto. Por favor apresúrate y decide antes que mis hombros se rompan.
-Bien.- Auto dijo repentinamente. -Ponla por la puerta.
Zero rápidamente hizo lo que se le dijo, agradecido de deshacerse del peso.
-No... espera... He cambiado de opinión. Ponla por la ventana.
El temperamento de Zero comenzó a surgir. ¡No era una maldita bestia de carga! Apretando sus dientes, le puso una correa a su enojo y lo contuvo, una acción que al trabajar con Auto se había forzado a practicar. Y estaba mejorando al respecto. Sin palabras, Zero colocó la mesa sobre sus hombros otra vez y la colocó por la ventana.
-No, espera... cambié de opinión. Ponla por la puerta otra vez.
-¡AUTO! ¡¡DECÍDETE DE UNA VEZ!!
-Lo siento. ¡No puedo evitar ser indeciso!
Zero suspiró y levantó la mesa otra vez. Se tambaleó hasta la puerta y la colocó cuidadosamente mientras miraba a Auto con una mirada fría. -Aquí está, su Majestad. ¿Está bien?
Auto sonrió. -¡Es perfecto! ¡Gracias Zippo, has sido una gran ayuda!
Zero se había cansado de corregir a Auto cuando el gran robot daba su nombre mal, que era casi siempre. -Me agrada estar al servicio.- Suspiró. -Ahora, voy a mi cuarto a recoger algo. Regresaré.
Auto asintió y agitó su brazo.
Zero fue a su pequeña habitación y tomó su sable de luz y su funda. Había sido forzado a removerlos cuando tuvo que mover la mesa. Tarareaba contento cuando se dirigió de vuelta a la tienda principal. Auto era un tonto, pero era agradable, y la vida no era tan mala después de todo. Aún Eddie había sido agradable últimamente, olvidando las diferencias que había tenido con Zero varias semanas atrás.
Cuando Zero vio el cliente que estaba ahora en la tienda, se quedó quieto. Expertamente se ocultó en las sombras de la boca del corredor que daba con el cuarto principal. Cubierto parcialmente por la obscuridad, se sintió un poco mejor. No podía permitir que este cliente lo viera... no si el plan de Bass seguía suavemente.
El cliente era Mega Man. El pequeño robot azul había entablado una aparentemente pesada conversación con Auto. Zero no pudo escuchar las palabras que se intercambiaban los dos, pero Mega parecía ser portador de malas nuevas, al juzgar por la inusual triste mirada en los ojos de Auto. Repentinamente, Auto le dio a Mega un enorme abrazo del oso. Zero sonrió sin humor. El pequeño cuerpo de Mega retorciéndose en los enormes brazos de Auto le recordaron a Zero a un conejo atrapado en una trampa para osos.
Mega finalmente partió cerca de quince minutos después, sus brazos cargados con materiales de apariencia compleja. Zero dejó que un suspiro lo tranquilizara. Salió del corredor y miró hacia la puerta casualmente. Ignorando el hecho de que su corazón todavía estaba golpeteando contra sus costillas, se las arregló para mantener su voz en un tono neutral. -Así que ése era...
-Mega Man.- Auto terminó tristemente. -Uno de mis mejores amigos. Asesinó a un malvado tirano llamado Wily por accidente.
-¡No fue un accidente!- Casi grita Zero. Afortunadamente, se contuvo antes de hacerlo. En cambio dijo. -Sí, he escuchado de Wily. Por lo que me han dicho, se lo merecía.- Zero inmediatamente se mordió la lengua.
-Los medios no han dejado al pobre Bombardero Azul en paz desde entonces.- Auto suspiró. -Él... en cierta forma se está yendo. No me dijo exactamente que pasa, sin embargo.
-Buena despedida.- Zero pensó.
-Pero sí me dio algunas buenas nuevas. El Skull Castle ha sido recientemente demolido.
El mundo de Zero se rompió silenciosamente. Su cara se drenó de todo color. Afortunadamente, Auto no lo estaba mirando cuando pasó. Por su propia seguridad, Zero puso de vuelta su gesto casual. -Bueno, me... agrada escuchar eso. ¿Qué supones que haya pasado con todos los robots de Wily que estaban ahí?
Auto encogió lo hombros. -Ésa es la parte graciosa. Todos estaban desactivados cuando los reporteros llegaron ahí. Incluso Bass y su perro.
Bass. La sola mención estrelló una ola de soledad sobre él.
-Las únicas cosas vivientes que fueron encontradas en el castillo fueron un gran cuervo y un extraño pitón. No sé que pasó con esos dos.
Zero interiormente suspiró cuando una oleada de recuerdos lo empapó. Flagg y Monty. -¿Pero qué pasó con los robots? ¿Dónde están ellos ahora?
-Uhm... Mega mencionó que fueron enviados al Robot Museum, creo.
Un pedazo de hielo atravesó el corazón de Zero. Qué destino para sus hermanos. Zero había estado una vez en el Robot Museum. No fue una agradable experiencia... ver a sus familiares y ancestros posicionados rígidamente en exposición con expresiones fijas puestas en sus rostros por la eternidad le había dado a Zero escalofríos por mucho tiempo después de eso. Sus cristalinos e insustanciales ojos estaban por siempre fijos en un reto invisible. Zero lo odiaba.
-¿Pasa algo malo, Zilcho?- La voz de Auto sanaba preocupada.
-Zero.- Zero corrigió automáticamente. -Y no, nada malo pasa. Sólo estoy un poco... cansado.
-Hm. Descansa un poco. ¡Por qué no!
Sin pronunciar palabra, Zero obedeció y regresó a su habitación como un miembro de los muertos vivientes. En su camino, sólo un pensamiento ahora pesaba dolorosamente en su mente: si el Skull Castle había caído, ¿dónde iba a hibernar cuando el tiempo llegara? Sus últimos días se estaban acercando.
-Bueno... Supongo que eso es todo, Rockster.
-Sí.- Mega suspiró pesadamente.
Mega, Proto y el resto del desanimado clan miraban a la cápsula azul marino que esta ante ellos, exactamente 8 por 14 pies.
Mega tragó saliva. Sabía que tenía que entrar a esta cápsula por su propio bien y por el bien del futuro, pero parte de él se resistía. Malditas nuevas emociones. Mega se miró así mismo. Ahora era un reploid. Su mente y su cuerpo ahora tenían un poder sin límite, que podía prácticamente sentir que fluía por él. Un poder sin nombre que era extremadamente peligroso.
Mega miró la cápsula otra vez con ojos entrecerrados. Una vez que entrara a esa cosa, sería sumergido en un sueño de 30 años, durante el cual la mayoría de su memoria sería eliminada. ¿Realmente quería pasar por esto?
Light dio unos golpecitos al aturdido Mega. -Vamos, Rock. Párate en la cápsula. Ya te has despedido.
Mega dio un paso titubeante hacia la abierta boca de la cápsula. Dio una mirada rápida hacia Proto, quien le ofreció a su hermano una aprobación con el pulgar. -¡No te preocupes, Rocky Horror! Cuidaré de la ciudad mientras estés durmiendo. Sólo espero no arruinarla en grande. ¡Estoy bromeando! ¡Je je je!
Mega regresó la sonrisa, y finalmente reunió el suficiente valor para pararse dentro de la cápsula. Light cerró la puerta calmadamente, si no un poco apesadumbrado.
-Y eso es todo.- Roll suspiró cuando el sonido hidráulico de la puerta cesó. -Sólo espero que nadie lo vaya a molestar en los 30 años. ¿Qué le diremos a los reporteros cuando descubran que Rock está ausente?
-Podemos decirles que huyó.- Light dijo tristemente mientras presionaba algunas teclas en su computadora. -No muy noble, pero es lo mejor que puedo pensar en este momento.
-¡Oh no!- Roll casi grita. -Entonces todos pensarán que sí asesinó a Wily a propósito.
-Todos ya piensan eso.- Murmuró Light. -¡Ahora, silencio por favor! Tengo que terminar esta advertencia en caso de que alguien encuentre la cápsula antes de que los 30 años pasen.- Light regresó al tipeado, dictándose lo que escribía. -'X' es el primero de una nueva generación de robots que contienen una nueva característica innovadora... la habilidad de pensar, sentir, y tomar sus propias decisiones...
Cubierto en la obscuridad de la noche sin luna, Zero le dio una última mirada a la tienda que había servido como su hogar por cuatro meses. Big Eddie's. Zero definitivamente iba a extrañar a Auto, pese que difícilmente lo admitía a sí mismo: el gran robot era único en su clase.
Zero se encontró en el corazón de la ciudad. El lugar estaba tranquilo. No había rastros de las rocas que usualmente cubrían las calles. Sólo algunos carros susurraban cada cinco segundos.
Las señales luminosas eran suaves islas anaranjadas en la calle negra. Zero esquivó cada una, dirigiéndose hacia su destino. Dentro de unos minutos, estuvo ante él.
La estación subterránea.
Seguramente, este lugar podría proveerle algo de recogimiento por treinta años. Esperanzado, Zero se introdujo en la estación y miró alrededor. Algunos humanos pasaban adormilados, ninguno de ellos prestaba atención a Zero.
Zero se encaminó hacia los trenes. El recolector de boletos estaba en un pequeño banco, leyendo una revista que parecía mantener todo su interés. Por lo tanto, no hubo problema para que Zero se deslizara desapercibido.
Conforme se acercaba a las rutas, Zero vio un tren a la carrera y exhalando como un mamut en estampida. Esperó pacientemente mientras el tren llegaba, se vaciaba de pasajeros, cargaba algunos cuantos, y regresaba a su pesado curso. El lugar estaba desierto. Zero se preparó para hacer su movimiento.
Asegurándose que su sable de luz estaba atado firmemente, Zero saltó en las vías y se introdujo en el túnel por donde el tren había entrado. Viajó por el lodoso cuarto, sus ojos buscaban un sitio apropiado para dormir.
¡Ahí! ¡Un rincón! Zero se recargó en la pared mientras se adentraba en él. Repentinamente, el sueño llegó a sus circuitos. En pánico, Zero comenzó a acelerar su jornada.
El rincón tenía una forma de 'L'. En la obscuridad, Zero cayó por la pared, volteó en la esquina y finalmente se colocó. Éste iba a ser su hogar por los próximos 30 años o más. Murmuró una corta plegaria, esperando de que el rincón en el que descansaba fuera realmente sin uso como aparentaba.
Zero recordó que Bass le dijo que, sin la cápsula, Zero no despertaría exactamente en 30 años. Pudiera ser un poco más. Pudiera ser un poco menos. El chip que Wily había implantado en Zero en su nacimiento se encargaría de ponerlo en un largo sueño: con suerte, sus sistemas serían inteligentes y le despertarían en el momento apropiado.
Esta preocupación estaba aún en la mente de Zero cuando sucumbió a la influencia del chip en su interior. Cerró sus ojos. Los únicos que atestiguaron el inicio de su larga hibernación era una familia de ratones que ahora tenían un gran robot rojo compartiendo su rincón, muy para su disgusto.
Espero que les haya gustado como terminó el Libro Uno. Estoy pensando reiniciar la cuenta de capítulos a partir del Libro Dos, que como ya mencioné tiene otra temática.
En el original el Libro Dos empieza en el capítulo 12 pero aquí podría tornarse confuso. Mejor denme su opinión. ¿Debo empezar con "Capítulo 1 del Libro Dos" o con "Capítulo 12" o, por qué no, "Capítulo 1 (12)"? Por supuesto se aceptan propuestas.
Por si les interesa el primer capítulo del siguiente libro será:
"El Día de los Dracos"
Cualquier comentario o queja a carscard@yahoo.com.mx o a carscard77@hotmail.com
¡Sonrían! ^O^
