Harry cayó de rodillas en el suelo encharcado. Total, más agua ya no
importaba: estaba empapado. La ropa le pesaba y se le pegaba al cuerpo, los
zapatos hacían un curioso ruido acuático al caminar. Llevaba las gafas en
un bolsillo, para lo que le servían... Su mundo era ahora más borroso, los
bordes de las cosas se difuminaban, agrandando la figura... pero no podría
decir si era por la falta de sus gafas, el agua o las lágrimas. Seguramente
una mezcla de todo.
Llovía; por eso tanta agua. Era una lluvia fina, triste, sin nada de violencia. Simplemente empapaba de manera lenta pero constante: sin prisa pero sin pausa. Era una lluvia gris.
El cielo también estaba gris. Al igual que la lluvia, no tenía nada de violencia, ni de fuerza. No era una tormenta fuerte, que impresionase, ni un alegre chaparrón que refrescaba y limpiaba todo. No había truenos, ni rayos, ni nubes negras amenazadoras: todo gris. Gris, y aquella lluvia lenta y pesada.
Igual que su ánimo en aquellos momentos. Igual que el color de su futuro.
Era inútil seguir buscando: Draco no aparecía. Cuando el Malfoy no quería ser encontrado, lo hacia bien. Y él lo sabía.
Pero aún así, lo había buscado. No lo habría hecho después de aquel "incidente", por que sabía lo orgulloso que era Draco... pero había recibido, o creído recibir, una orden de su Señor: Ve a buscarlo. Quizás se lo había imaginado... pero había salido ciegamente a buscarlo, con frenesí, por su casa, los lugares que frecuentaban normalmente los dos juntos... incluso había rondado por Malfoy Manor, aunque sabía que Draco también era demasiado orgulloso para volver con su padre.
Ahora la energía que lo había animado en aquella búsqueda había desaparecido, y Harry estaba allí, sentado en el barro, mezclando lágrimas con agua.
Vale, sí, lo sabía: había sido su culpa. Y no tenía excusa. Pero no podía explicarlo, no podía decir por que se había sentido así... Por que su cuerpo había reaccionado de aquella manera, cómo el Dark Lord lo había hecho enloquecer así...
Y es que había sido locura, pasión, deseo... Tom, Voldemort, era intoxicante, fascinantemente oscuro... un misterio sensual, que le había permitido acercarse a él hasta el extremo de unir sus cuerpos. Por probar esa prohibición, esa oscuridad que lo obsesionaba, le había sido infiel a Draco. Y sí, había sido algo diferente, embriagador, y como no, oscuro. Era chocante ver un pelo azabache igual que el tuyo, tener por un momento un flash de que ese al que veías eras tú... también era raro sentirte tan vulnerable, tan entregado, sabiendo que ese mago poseía tu cuerpo, y que no era nada más y nada menos que el renombrado Lord Voldemort: el mago oscuro que podría matarte con magia sin usar la varita, o con sus propias manos si se daba el caso.
Había sentido placer, mucho placer. Sería inútil decir lo contrario. Pero no era como con Draco. De eso se había dado cuenta luego. Había unión, pero solo de cuerpos. No de... almas, esencias... No sabía como explicarlo. Había sido una experiencia única en la que llevo su cuerpo al límite, pues mientras Malfoy era apasionado y brusco, rápido, Tom había sido lento y torturador, haciéndolo desear que el alivio llegara al fin. Pero no estaba esa sensación de sentirse completo, de sentirse acabado. Esa sensación que le invadía al oír a su pareja gritar su nombre y ver sus ojos grises, cálidos, clavados en los suyos. No había... no había habido amor.
Era la unión de dos seres parecidos, unidos por vínculos que los habían atraído irremediablemente hasta chocar. Quizás, con el tiempo, podría haber entregado al Dark Lord también su corazón. Quizás, si Draco no fuera ya su absoluto dueño.
"Genial. Ahora me pongo cursi" Harry abrazó sus rodillas "Soy patético. Parezco un adolescente con las hormonas a tope. Oh, vale, soy solo un poco mayor que un adolescente. Y mis hormonas siguen igual de activas que hace un par de años"
Ya que estaba con las cursiladas, podía confesárselo: si Draco no volvía, su vida no tenía sentido. Lo amaba, amaba a aquel sarcástico y frío Slytherin, a aquel que había empezado como aventura prohibida en el colegio. Maldita sea. ¿Tanto le atraía lo prohibido, que siempre acababa igual? Maldita manía Gryffindor de saltarse normas.
Un ruido lo sacó de sus pensamientos. Una figura negra entró en su campo de visión. Su corazón se aceleró, pero se obligó a rechazar las esperanzas. Hasta que la persona se acercó a él y se quitó la capucha: su brillante pelo rubio platino empezó a oscurecerse al mojarse.
-Draco... -mezcla sollozo, suspiro, súplica.
-Potter, que patético. Levántate, ya no eres un crío.
La rabia ardió dentro de Harry, que se levantó de un salto, para resbalar y tener que ser sujetado por Draco antes de que cayera de nuevo. El rubio suspiró y sin decir palabra lo llevó a un lugar más protegido, donde no se mojaban tanto.
-Draco, lo siento... por favor, de verdad, lo siento, yo...-Harry balbuceaba disculpas una detrás de otra, sin coherencia.
-Sshh, calla, no necesito que me des detalles de nada - sarcasmo.
Estuvieron en silencio un rato.
-Solo dime porqué, Harry. - dijo Draco de pronto. -Sólo eso
-Yo... yo... no lo sé. ¡No sé, Draco, no lo sé ni yo! Lo deseaba, deseaba entregarme a esa oscuridad, emborracharme de su sabor, de lo prohibido... pero no son motivos suficientes... no sé que me pasó, Draco, tienes que creerme...
-Te creo - dijo simplemente el rubio, sin cambiar la expresión vacía de su cara.
-¿Me crees? ¿Cómo...?
-Harry... se lo que quieres decir. Se lo que se siente, esa llamada de lo oscuro que solo sienten algunos, y menos aún son los que el Dark Lord acepta para dejárselo probar... es como saborear la noche, ¿cierto? - Draco susurró la última frase, con cara casi soñadora, recordando...
-¡Sí! Es exactamente es... ¡Draco! ¿¿Tú...y él??
-No te me escandalices ahora, eh- más sarcasmo - Sí, yo y él. Hace tiempo... Por eso te entiendo
Por la mente de Draco pasaron muchas escenas. Con él, el Dark Lord había sido brusco, ardiente, violento. Exactamente como era él, y exactamente diferente de cómo era su amante: Harry era apasionado pero tierno, dulce, demasiado suave para él incluso. Sí, cuando ocurrió ya estaba con Harry, pero eso el chico moreno no tenía porque saberlo. Recordó cómo Tom lo había tomado, con violencia, arañando su espalda, sus jadeos en su oreja, él sintiendo el dolor, tan poco acostumbrado al papel de poseído. Pero sobretodo la sensación enloquecedora de placer, de quemarse con la oscuridad, con el brillo de aquellos ojos casi rojos. Como él había dicho, era como saborear la noche... como dejarse arrastrar por la marea de oscuridad, que inundaba tus sentidos. Imposible de explicar mejor. Y había llegado a su límite, incapaz de aliviarse con las manos porque Tom se lo impedía, su sexo casi aplastado contra el escritorio, sintiéndose usado y amando la sensación. El orgasmo había sido salvaje, una liberación, sus sentidos desbordándose de sensaciones, hasta casi desvanecerse a los pies del Dark Lord, que también llegó al clímax, casi a la vez que él.
Por eso comprendía a Harry. Y por eso lo perdonaba. Era difícil sustraerse a la oscuridad, al poder de la noche.
-Harry.- su interlocutor lo miró con atención.- Lo que él dijo era mentira. Cuando... cuando os vi... no deseé ser tú. -capturó los verdes iris con los suyos de plata - Deseé ser él y poseerte de aquella manera. Solo le envidié a él... porque tu eres mío, Harry. Mío. Y mejor que te vayas haciendo a la idea, porque no te dejaré escapar.
-Draco...-Harry estaba sonrojado ante la vehemencia de su amante - No soportaría que me dejarás; no lo hagas nunca, no me iré de tu lado, nunca... Soy tuyo. Tuyo, Draco...- dijo esto casi de un tirón, ruborizado. Draco sonrió.
-Ooh, que bonito... No esperes que *yo* te regale rosas ni ninguna cursilada por el estilo. Creo que para cursi bastas y sobras tú...-Draco volvía a ser él, con su tono sarcástico y burlón, arrastrando las palabras.
-Espero algo mejor que un ramo de flores... y me lo puedes dar esta noche - susurró Harry, antes de besar a Draco apasionadamente.
Pero de golpe se separaron: Harry estornudó escandalosamente y sorbió por la nariz.
-Bueno... - puso su mejor cara de inocente - Quizás mañana, ¿sí?
-Oh, Harry...
*risita*
*estornudo*
**************************************************************************** ***************
Wenas! Espero vuestors comentarios y criticas en los reviews! Y sip, esto es el final. Lo que se podria añadir seria un tieerno lemon o lime h/d, pero eso se puede imaginar ^_~ Prefiero escribirlo aparte si se me ocurre alguna idea...
Para los que pidieron el D/T, no lo puse despues... sino que ya habia pasado ;P Me parecio mas creible que perdonara a harry asi, porque tenia remordimientos de que el antes tambien y tal, sino con lo orgulloso que es Drakito...
Bueno, como comentario, quiero decir que este fic lo hice contestando a los retos de una lista de correo slash de Hp, Lubricus, en los que habia que usar una determinada palabra. Las palabras son, por orden, augurar, discrepar, grotesco y frenesí ^^
En fin, espero reviews! ^_ -
Tam, www.iespana.es/temployaoi
Llovía; por eso tanta agua. Era una lluvia fina, triste, sin nada de violencia. Simplemente empapaba de manera lenta pero constante: sin prisa pero sin pausa. Era una lluvia gris.
El cielo también estaba gris. Al igual que la lluvia, no tenía nada de violencia, ni de fuerza. No era una tormenta fuerte, que impresionase, ni un alegre chaparrón que refrescaba y limpiaba todo. No había truenos, ni rayos, ni nubes negras amenazadoras: todo gris. Gris, y aquella lluvia lenta y pesada.
Igual que su ánimo en aquellos momentos. Igual que el color de su futuro.
Era inútil seguir buscando: Draco no aparecía. Cuando el Malfoy no quería ser encontrado, lo hacia bien. Y él lo sabía.
Pero aún así, lo había buscado. No lo habría hecho después de aquel "incidente", por que sabía lo orgulloso que era Draco... pero había recibido, o creído recibir, una orden de su Señor: Ve a buscarlo. Quizás se lo había imaginado... pero había salido ciegamente a buscarlo, con frenesí, por su casa, los lugares que frecuentaban normalmente los dos juntos... incluso había rondado por Malfoy Manor, aunque sabía que Draco también era demasiado orgulloso para volver con su padre.
Ahora la energía que lo había animado en aquella búsqueda había desaparecido, y Harry estaba allí, sentado en el barro, mezclando lágrimas con agua.
Vale, sí, lo sabía: había sido su culpa. Y no tenía excusa. Pero no podía explicarlo, no podía decir por que se había sentido así... Por que su cuerpo había reaccionado de aquella manera, cómo el Dark Lord lo había hecho enloquecer así...
Y es que había sido locura, pasión, deseo... Tom, Voldemort, era intoxicante, fascinantemente oscuro... un misterio sensual, que le había permitido acercarse a él hasta el extremo de unir sus cuerpos. Por probar esa prohibición, esa oscuridad que lo obsesionaba, le había sido infiel a Draco. Y sí, había sido algo diferente, embriagador, y como no, oscuro. Era chocante ver un pelo azabache igual que el tuyo, tener por un momento un flash de que ese al que veías eras tú... también era raro sentirte tan vulnerable, tan entregado, sabiendo que ese mago poseía tu cuerpo, y que no era nada más y nada menos que el renombrado Lord Voldemort: el mago oscuro que podría matarte con magia sin usar la varita, o con sus propias manos si se daba el caso.
Había sentido placer, mucho placer. Sería inútil decir lo contrario. Pero no era como con Draco. De eso se había dado cuenta luego. Había unión, pero solo de cuerpos. No de... almas, esencias... No sabía como explicarlo. Había sido una experiencia única en la que llevo su cuerpo al límite, pues mientras Malfoy era apasionado y brusco, rápido, Tom había sido lento y torturador, haciéndolo desear que el alivio llegara al fin. Pero no estaba esa sensación de sentirse completo, de sentirse acabado. Esa sensación que le invadía al oír a su pareja gritar su nombre y ver sus ojos grises, cálidos, clavados en los suyos. No había... no había habido amor.
Era la unión de dos seres parecidos, unidos por vínculos que los habían atraído irremediablemente hasta chocar. Quizás, con el tiempo, podría haber entregado al Dark Lord también su corazón. Quizás, si Draco no fuera ya su absoluto dueño.
"Genial. Ahora me pongo cursi" Harry abrazó sus rodillas "Soy patético. Parezco un adolescente con las hormonas a tope. Oh, vale, soy solo un poco mayor que un adolescente. Y mis hormonas siguen igual de activas que hace un par de años"
Ya que estaba con las cursiladas, podía confesárselo: si Draco no volvía, su vida no tenía sentido. Lo amaba, amaba a aquel sarcástico y frío Slytherin, a aquel que había empezado como aventura prohibida en el colegio. Maldita sea. ¿Tanto le atraía lo prohibido, que siempre acababa igual? Maldita manía Gryffindor de saltarse normas.
Un ruido lo sacó de sus pensamientos. Una figura negra entró en su campo de visión. Su corazón se aceleró, pero se obligó a rechazar las esperanzas. Hasta que la persona se acercó a él y se quitó la capucha: su brillante pelo rubio platino empezó a oscurecerse al mojarse.
-Draco... -mezcla sollozo, suspiro, súplica.
-Potter, que patético. Levántate, ya no eres un crío.
La rabia ardió dentro de Harry, que se levantó de un salto, para resbalar y tener que ser sujetado por Draco antes de que cayera de nuevo. El rubio suspiró y sin decir palabra lo llevó a un lugar más protegido, donde no se mojaban tanto.
-Draco, lo siento... por favor, de verdad, lo siento, yo...-Harry balbuceaba disculpas una detrás de otra, sin coherencia.
-Sshh, calla, no necesito que me des detalles de nada - sarcasmo.
Estuvieron en silencio un rato.
-Solo dime porqué, Harry. - dijo Draco de pronto. -Sólo eso
-Yo... yo... no lo sé. ¡No sé, Draco, no lo sé ni yo! Lo deseaba, deseaba entregarme a esa oscuridad, emborracharme de su sabor, de lo prohibido... pero no son motivos suficientes... no sé que me pasó, Draco, tienes que creerme...
-Te creo - dijo simplemente el rubio, sin cambiar la expresión vacía de su cara.
-¿Me crees? ¿Cómo...?
-Harry... se lo que quieres decir. Se lo que se siente, esa llamada de lo oscuro que solo sienten algunos, y menos aún son los que el Dark Lord acepta para dejárselo probar... es como saborear la noche, ¿cierto? - Draco susurró la última frase, con cara casi soñadora, recordando...
-¡Sí! Es exactamente es... ¡Draco! ¿¿Tú...y él??
-No te me escandalices ahora, eh- más sarcasmo - Sí, yo y él. Hace tiempo... Por eso te entiendo
Por la mente de Draco pasaron muchas escenas. Con él, el Dark Lord había sido brusco, ardiente, violento. Exactamente como era él, y exactamente diferente de cómo era su amante: Harry era apasionado pero tierno, dulce, demasiado suave para él incluso. Sí, cuando ocurrió ya estaba con Harry, pero eso el chico moreno no tenía porque saberlo. Recordó cómo Tom lo había tomado, con violencia, arañando su espalda, sus jadeos en su oreja, él sintiendo el dolor, tan poco acostumbrado al papel de poseído. Pero sobretodo la sensación enloquecedora de placer, de quemarse con la oscuridad, con el brillo de aquellos ojos casi rojos. Como él había dicho, era como saborear la noche... como dejarse arrastrar por la marea de oscuridad, que inundaba tus sentidos. Imposible de explicar mejor. Y había llegado a su límite, incapaz de aliviarse con las manos porque Tom se lo impedía, su sexo casi aplastado contra el escritorio, sintiéndose usado y amando la sensación. El orgasmo había sido salvaje, una liberación, sus sentidos desbordándose de sensaciones, hasta casi desvanecerse a los pies del Dark Lord, que también llegó al clímax, casi a la vez que él.
Por eso comprendía a Harry. Y por eso lo perdonaba. Era difícil sustraerse a la oscuridad, al poder de la noche.
-Harry.- su interlocutor lo miró con atención.- Lo que él dijo era mentira. Cuando... cuando os vi... no deseé ser tú. -capturó los verdes iris con los suyos de plata - Deseé ser él y poseerte de aquella manera. Solo le envidié a él... porque tu eres mío, Harry. Mío. Y mejor que te vayas haciendo a la idea, porque no te dejaré escapar.
-Draco...-Harry estaba sonrojado ante la vehemencia de su amante - No soportaría que me dejarás; no lo hagas nunca, no me iré de tu lado, nunca... Soy tuyo. Tuyo, Draco...- dijo esto casi de un tirón, ruborizado. Draco sonrió.
-Ooh, que bonito... No esperes que *yo* te regale rosas ni ninguna cursilada por el estilo. Creo que para cursi bastas y sobras tú...-Draco volvía a ser él, con su tono sarcástico y burlón, arrastrando las palabras.
-Espero algo mejor que un ramo de flores... y me lo puedes dar esta noche - susurró Harry, antes de besar a Draco apasionadamente.
Pero de golpe se separaron: Harry estornudó escandalosamente y sorbió por la nariz.
-Bueno... - puso su mejor cara de inocente - Quizás mañana, ¿sí?
-Oh, Harry...
*risita*
*estornudo*
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Wenas! Espero vuestors comentarios y criticas en los reviews! Y sip, esto es el final. Lo que se podria añadir seria un tieerno lemon o lime h/d, pero eso se puede imaginar ^_~ Prefiero escribirlo aparte si se me ocurre alguna idea...
Para los que pidieron el D/T, no lo puse despues... sino que ya habia pasado ;P Me parecio mas creible que perdonara a harry asi, porque tenia remordimientos de que el antes tambien y tal, sino con lo orgulloso que es Drakito...
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