Capítulo 5: Escamas de Cola de Sirena

Era tarde, Harry se había sentado en su cama, y sin encontrar nada

que hacer, se decidió a abrir los regalos que los Dursley le habían

dado por ser su cumpleaños; nunca le habían regalado nada, pero

Harry no pudo negarse a tomarlos.

Desenvolvió con cautela uno a uno empezando por el más grande,

hasta el más pequeño. El primero resultó ser un caldero viejísimo,

mohoso, claramente inservible. Harry se preguntaba el porque de el

regalo y sacudió un poco el polvo que lo cubría para revelar unas

palabras grabadas en el caldero. Decía Lily Evans; el nombre de su

madre estaba grabado en el caldero, lo que significaba que el caldero

enfrente de él, había pertenecido alguna vez a su madre.

Asombrado por el extraño regalo, se decidió a abrir el segundo,

que no lo asombró menos que el primero. Era una pequeña escoba,

al parecer de niños chiquitos. Harry tomó una foto mágica que había

dentro de la segunda caja y en la parte trasera de la foto Harry leyó.

Harry montado en su primera escoba.

En la foto se veía él tratando de alzar vuelo en su pequeña escobita

que solo podía volar a dos pies del suelo.

Ya en la noche, Harry había abierto todos los regalos, los demás

habían sido ropa muggle nueva. Por primera vez en su vida no le

daban ropa heredada de su primo. También uno de los regalos era

dinero, y un juego de sábanas nuevas para su cama; Eran de

Halloween, ya que tenían calabazas, espantapájaros, brujas en

escobas, y fantasmitas. Los muggles en realidad no tenían idea de lo

real que era el mundo mágico. Lo tenían ante sus narices y no se

daban cuenta. Todos los regalos le gustaron, pero muy en especial

los primeros dos habían llamado mucho su atención. Se preguntaba

como sus tíos habían adquirido el viejo caldero de su madre y la

primera escoba que él había poseído, que hasta ese día Harry creyó

que había sido la Nimbus 2000 que la Profesora McGonagall, su

maestra de transformaciones y ama de la casa Gryffindor le había

regalado. Entonces Harry se decidió a preguntarle a sus tíos de

donde habían sacado esos regalos, pero se encontró con que estaba

solo, nuevamente. Y en vez de ponerse a rebuscar por la casa,

decidió acostarse a dormir.

Al otro día, Harry fue levantado por su primo, Dudley traía en su

mano una carta; una carta de Hogwarts para Harry.

¡Despierta Harry!-

Harry se levantó y tomó su carta, no tardó en abrirla y darse

cuenta de que era su lista de libros para segundo año. Estaba muy

emocionado, súper feliz, más que contento.

-Dudley, ¡Prepárate, Hoy mismo nos vamos para Diagon Alley!-

Dudley salió a prisa del cuartoa avisarle a sus papás. Harry se

levantó, se bañó, vistió y desayunó la sexta galleta de Hagrid. Solo

le quedaba una más, pero ... ¿Qué rayos tenía que ver Snape en todo

este asunto?

Severus Snape

El profesor de pociones de Hogwarts había salido en la sexta

galleta. Harry ya estaba cansado de pensar acerca de ellas, así que se

olvidó de Snape, Lucius, Hermione y cuanta gente haya salido en las

galletas, para dedicarse a prepararse e ir a Diagon Alley. En su lista

de libros nuevos encontraba:

*** Defensa y Utilización de Magia Antigua Contra las Artes

Negras y Necromancia.*** escrito por Mr. Walter Belt.

***Ampliación y Conocimientos de la Defensa ante el Peligro***

escrito por Julie Welsh.

¿Quién sería el nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras?

Harry continuó leyendo la lista en donde había unos ocho libros

más.

Harry sabía como llegar a Diagon Alley, lo que no sabía era

utilizar el sistema de autobúses públicos, el cuál tuvo que utilizar

para llegar hasta la taberna en la que había conocido a Quirrel el año

anterior. A la vista de los muggles, al igual que Hogwarts, la taverna

era un edificio antiguo hecho cantos, que nadie se atrevía a destruir,

por los rumores de que el que la tocaba quedaba maldito.

¿Y ese Bar?- preguntó Dudley co una expresión de confusión en

su rostro. - ¡Eso no estaba ahí!-

¡Siempre lo ha estado!-

¡O No!-

Es una clase de hechizo, los muggles no lo pueden ver, solo los

magos podemos ver el bar.-

¡¡¡Pero yo soy un muggle!!!- dijo Dudley haciéndose el

importante.

¡¡¡Pronto serás otro mago!!!- Harry había puesto un tono de

crueldad en lo que había dicho e hizo que la importancia que Dudley

se había dado diese contra el suelo.

¡BUM!

Dudley estaba tirado en el suelo.

-¿Qué pasó?- preguntó Harry riéndose.

Dudley había chocado contra una maga muy bajita que salía del

bar. Luego de que Dudley imtentó muchas veces levantarse y

lograrlo entraron a la taverna. Dudley estaba asombrado, Miraba a

todos lados como si él fuera más importante que toda esa gente, que

mientras ellos pasaban, los miraban y hablaban sobre Harry.

-¿Harry Potter?- se oyó entre la multitud.

Al Harry voltearse para ver, notó que una señora gorda, alta, de

ojos grises y rubia se dirigía hacia ellos. Llevaba puesta una ridícula

mantilla en el cabello, parecía haber sido tejida mágicamente.

-Sr. Potter, ¿Cómo está Usted?-

-Muy bien Señorita- contestó confuso y dudoso, entonces preguntó

-¿Quién es Usted?-

-¡Me llamo Madeline; Madeline Packard! Soy profesora en

Hogwarts, soy nueva, no estaba el año anterior; por eso soy nueva-

La señora mareaba al hablar, decía algo y lo explicaba de una

forma tan lógica. Era simpática, pero extraña, Harry percibía algo de

hipocresía escondida bajo su profunda mirada.

-Veo que trajiste a tu primo contigo, ¿El hijo de tus tíos?- añadió

ella.

-¡Sí! Me llamo Dudley- contestó antes de que Harry dijera nada.

-¿Empiezas este año?-

-Sí- contestó Dudley cxuando Harry se adelantó a preguntar.

-Sra. Packard, ¿Qué clase usted nos estará ofreciendo?-

Ella, que Harry creía haberla visto y oído antes les contestó que

estaría ofreciendo el curso de Defensa Contra las Artes Oscuras,

luego se despidió de ellos, y cuando se despidió de Dudley, lo miró

por varios segundos al cuello. Luego simplemente se volteó y se fue.

Luego entraron a El Callejón Diagon, decidieron que ir a Gringotts

era lo primero que debían hacer. Dudley tenía cuatrocientos dólares

en dinero de Inglaterra, pero necesitaba conseguir dinero mágico, así

que fueron al banco, que a Dudley le estuvo muy curioso, se reía de

los duendes que en él trabajaban y cuando lo atendieron, Dudley le

tiró el dinero de una forma mal educada.

-¿Qué es?- preguntó desafiante el duende.

-¿Pués que va a ser?; dinero ¡Tonto!- contestó aún más desafiante.

-¡Sé lo que es!- le gritó el duende a Dudley molesto. - La pregunta

es, ¿Qué quieres hacer con él?-

Harry se interpuso entre Dudley y el duende y puso todo en claro,

cambió el dinero de Dudley por galeonesy buscó dinero en su

cámara.

Decididos a comprar todo, se dirigieron a Olivander's a comprar la

varita para Dudley. Probaron unas veinte varitas y ninguna le quizo

como dueño, hasta que al fin encontraron la correcta. Quince

centímetros, Escamas de Cola de Sirena. El señor Olivander se

sorprendió al ver la varita que había escogido a Dudley como dueño,

y Dudley no tardó en darse cuenta de que el Sr. Olivander tenía

ganas de reír.

¿Qué le pasa, de que se ríe, le parezco gracioso?- preguntó de

una forma arrogante y soberbia, a lo que el Sr. Olivander soltó una

risita.

¡Síí!... digo... ¡Noo!, pero... No me río de Usted.- dijo estallando a

carcajadas. Harry rió también.

-Entonces ¿De qué se ríen?- preguntó no menos irrespetuoso que

antes. Harry se encogió de hombros.

Lo único que recibía como respuesta era la risa incontrolable de

Harry y el Sr. Olivander.

-¿Qué pasa?- gritó furioso.

El Señor Olivander pasmó su risa, pero era obvio que en realidad

quería seguir riéndose y se dirigió donde Dudley.

-Bueno... ... ¿Quieres saber por qué me río? .... .... ¡Te lo diré! La

varita que te seleccionó como dueño, era la última que tenía para

probar en ti, pero me es curioso que una varita fabricada por una

compañía dedicada a hacer artículos mágicos de mujer, haya estada

destinada a usted.- dicho esto volvió a estallar en risas. Harry que

ahora estaba consciente de porque se reían hace un rato, comenzó a

reír también. Su primo, estaba destinado a una varita de mujer, eso sí

era gracioso.

Dudley pagó la varita y salió de la tienda dejando atrás a Sr.

Olivander que todavía a unos diez pies de la tienda se oía su burlona

risa a carcajadas.

-¿Qué se cree ese para estarse burlando, ehhh?-

Harry lo miró y no pudo aguantar la risa.

En la tienda de animales, Dudley se compró un murciélago al que

puso por nombre Olivander. Entonces al Harry preguntarle el por

qué del nombre, Dudley le dijo que porque era igual de feo y

antipático, era un murciélago blanco, proveniente de una selva

africana.

Fueron a la tienda de los libros, en donde Harry y Dudley

consiguieron todos los que necesitaban. Cuando fueron a pagar,

Dudley soltó a Olivander por un momento confiando que se

quedaría inmóvil, pero entonces el murciélago salió volando por

toda la librería.

-¡Olivander!- gritó Dudley luego que el pequeño chupa sangre

comenzara con su vuelo. Decidido a atraparlo empujó una mesa con

libros en ella. La bruja en la portada del libro emitió un chillido

múltiple(Uno de cada libro) al golpear contra el suelo. Los otros

magos que había en la tienda salieron de ella alarmados, mientras

que Olivander seguía volando en dirección a la parte más oscura de

la tienda.

Hacía un ruido agudo, un chillido muy fuerte e indescriptible y

volaba en círculos, Dudley seguía tumbando libros y cosas, Harry no

estaba de humor para bregar con el rajiero volador asqueroso, así

que dejó que Dudley se encargara, ó más bien que intentara

encargarse. La tienda era todo un reguero, los libros volaban en

todas direcciones, mientras Dudley seguía tratando de alcanzar su

nueva mascota.

Entonces la cajera sacó su varita y apuntó al murciélago.

-¡Inmovilus!- gritó, entonces Olivander no se movió más, quedó en

el aire suspendido, flotando. Dudley lo cogió y con cara de horror se

dirigió a la cajera.

-¿Qué le ha hecho?-

Harry se apresuró a contestarle mientras que la cajera nuevamente

apuntaba con la varita y volvía a gritar: -¡Reconstructo!- y todo

volvió a la normalidad. Harry le dijo a Dudley que solo lo había

inmobilizado para que se le hiciera más fácil agarrarlo.

-¡Exacto! Se recompondrá.- dijo ella algo furiosa. -Ahora, ¡Fuera de

aquí!-

A Dudley se le había caído la varita del bolsillo y entonces ella la

recogió.

-¡Oye Tú!- gritó a Dudley, quien se volteó a ver. -¿Es esta tu varita?-

preguntó notablemente confundida.

-¡Ahhh, Sí, Gracias!-

-¿Sabes una cosa?-

-¿Qué?- preguntó Dudley nervioso.

-¡Es igual a mi varita, escama de cola de sirena, quince centímetros!-

-Sí- afirmó Dudley.

La Señora estalló en carcajadas. -¡Es una varita de mujer,

JAJAJAJAJAJA!-

Todos en la tienda habían explotado en risas, inclusive Harry,

ahora Dudley era el hazme reír de todo el mundo mágico, y todo por

culpa de su varita.

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Hola Amigos, aquí acaba mi 5to Capítulo de Harry Potter y la Manzana Azul, por favor envíenme sus reviews para yo así saber que les gusta yq ue no, trataré de complacerlos lo más que pueda. Ahora aprovecho a responder mis reviews ya que se me olvidó hacerlo antes.

Fatima Gochi: Gracias por llamarme mente maestra, Pensamos igual, o sea, no soy único. ¡Te felicito por tu fic! Gracias por leer mi fic y encontrarlo original, claro que tienes mi apoyo, espero p oder seguir contándo con el tuyo. ¡Gracias! No creo que actualize rápido, un día escribo y al otro día publico en el internet. Te dejo. ¡Gracias nuevamente!

AngelinaJonhson:
Quizás ya sepas lo que planeo pero cállalo, no andes de soplona, ¡Please! Gracias, Se te quiere. Gracias por leer mi fic.

RECOMENDACIONES:

Piperfiction : MUNDO MUGGLE

Sorasaku-yolei*Hermi: Magia Inesperada.

Helsic: Sin titulo (Tal vez lo vean sin título y no les llame la atención, pero es buenísimo, si lo leen y y escriben review diganle que vieron su fic promocionado en mi fic.)

Fatima Gochi: Magical Secret

Star Crystal: Ahora que te vas.

Gracias por todo a todos, ¡no olviden dejarme sus reviews!

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