Hola Amigos:
Aquí los dejo con mi sexto capítulo de Harry Potter y La Manzana Azul, titulado VISITAS FUNERARIAS. Una persona que lo leyó dijo que era buenísimo, espero que les guste y antes quiero contestar a un review que me enviaron:
Fatima Gochi.
Bueno, creo que fue algo de último momento la ocurrencia de la varita, me complace que te haya gustado, y me emociono mucho al saber que te has reído
mucho. Aquí te dejo mi 6to capítulo, ¡para que veas lo que sucede!
Y quiero que sepas que es un honor para mí promocionar sus historias. (Espero tu hagas lo mismo con la mía) ¡JAJA! Es solo relajándo. Yo también
espero que seamos buenos amigos.
¡Cuídate!
SE LES QUIERE A TODOS.
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Ahora si los dejo con el sexto capítulo de mi fic, diviertanse y ¡no
olviden dejar reviews!
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Capítulo 6: Visitas Funerarias
Después de todo el lío y de que Dudley se convirtiera en la nueva
estrella de Diagon Alley, ya en casa de los Dursley, Dudley intentó
comportarse como si nada hubiese ocurrido. Restaban dos días para
que pudieran irse a Hogwarts y descubrir todo lo que le ofrecía ese
nuevo mundo.
Pasados esos dos días, Harry pudo comerse la última galleta de
Hagrid.
Lord Voldemort
Su más temeroso enemigo, al que él había quitado todo poder
ahora estaba en la galleta número siete de Hagrid. Harry entonces
tomó los siete papeles y los unió. Lucius, Snape y Voldemort podían
tener mucho en común; pero Hermione y Dumbledore, ¿Qué tenían
que ver con ellos? ¿Estarían en peligro por culpa de ellos?, y sus
tíos ¿Qué papel jugaban en el asunto?
Bueno, ya era la mañana en que debían partir a Hogwarts, ambos,
Harry y Dudley estaban muy emocionados, pero por una extraña
razón, aunque Harry se había empezado a llevar biencon sus tíos,
estaba ansioso de volver a Hogwarts, el lugar que él había logrado
considerar como su hogar.
Tío Vernon y tía Petunia se vistieron para llevarlos a la estación
King Cross ese día, tendrían que pasar por el andén nueve y tres
cuartos. Harry había traído en su baúl el caldero viejo de su madre,
su caldero original, todos sus libros, sus guantes, sus uniformes y su
Nimbus 2000. Llevaba también a Hedwig y luego de revisar que
nada se le quedara, se montó en el auto de sus tíos y espero porque
Dudley y sus tíos llegaran al auto. Pero... ... Algo se le quedaba... ...
Los papelitos con los nombres de Hagrid y el Libro de Quidditch
que le había dado Ron como regalo, además de la mini-escoba que
sus tíos le habían dado.
Ya habían salido, cuando voltearon la la esquina para abandonar
Privet Drive, una señora mayor de edad, que Harry reconoció como
su vecina, la Señora Figg les hacía señales para que se detuvieran, lo
que Vernon no hizo.
-¡Esa Señora! ¡Está más loca que sus gatos!- dijo riéndose.
Harry se quedó mirando muy curioso como la Señora Figg
desaparecía a lo lejos, quedando atrás en la acera y como luego de
unos segundos la habían dejado muy atrás y se había perdido de
vista.
Pasaron cinco minutos cuando Harry notó que un carro venía a
toda velocidad en la carretera, un taxi los alcanzaba y no frenaba, si
seguía así, seguro los chocaría fuertemente por la parte de atrás.
Harry avisó a sus tíos para que así evitaran el peligro ellos, y
entonces Vernon cambió del carril. El taxi venía por la carretera a
una velocidad descontrolada y cuando iba pasando por al lado del
carro de su tío, frenó tan de repente que el chillido fue espantoso. El
taxista estaba tocando bocina, al lado de los Dursley, y en la parte de
atrás del taxi, en el asiento trasero iba nada más y nada menos que...
... .... La Sra. Figg.
Harry no se lo creía, esa señora en realidad necesitaba decirles
algo, pero Vernon en vez de alinearse para ver así que deseaba,
apretó el acelerador y el carro salió disparado aún mucho más rápido
dejando al taxi atrás, pero no por mucho tiempo, el taxista había
acelerado también, y seguían tocando bocina mientras la Señora
Figg gritaba.
-¡Deténganse! ¡Deténganse! No quiero Obligarles a hacerlo.-
Harry deseaba detenerse, Dudley parecía disfrutar la escena y reía
como un loco, su tío que aceleraba cada vez más y ya habían
excedido las ciento veinte millas por hora. Cuando salieron de la
carretera principal, se toparon con un semáforo con la luz roja y una
fila de carros enfrente, al parecer el taxista no se había dado cuenta.
Vernon tuvo tiempo para frenar logrando que una goma se
explotara., pero él taxista no tuvo la misma suerte.
-¡¡¡BOOOOOOOOM!!!-
El sonido de el taxi chocando fuertemente contra uno de los carros
había sido espantoso, La Sra. Figg había salido disparada del taxi a
unos veinte pies de distancia, siendo atropellada luego por dos autos
y un autobús. Seguramente estaba muerta y ya no podrían oír lo que
ella tenía que decirles.
El susto del frenaso de repente había sido tal que Hedwig
revoloteaba en su jaula y chillando deseperadamente. Dudley estaba
gritando nervioso, al igual que su tía Petunia y Vernon estaba
horrorizado, espantado ante la escena que habían presenciado.
Harry sabía que moralmente era lógico que se bajaran a ayudar a
la vecina, pero personalmente, Harry solo deseaba que cambiaran la
goma( llanta) dañada y así poder llegar a King Cross, antes de
perder el tren expresso a Hogwarts. Tío Vernon estacionó como
pudo el auto a un lado de la carretera, Petunia parecía una loca
desquisiada, gritaba frenética e histéricamente, habían visto a
alguien morir.
Harry sabía que los Dursley no se paraban realmente porque les
importara, sino porque no querían habladurías y chismes sobre ellos
en boca de ningún vecino. Cuando Vernon se acercó a donde la Sra.
Figg, que estaba en el suelo, con su rostro totalmente desfigurado y
sin pulso, manchada casi entera sus ropas, ensangrentada; el taxista
se acercó a él gritándole.
-¡Ella estuvo media hora gritándoles y gritándoles para que se
detuvieran, y ahora... ... ahora que está muerta usted viene a
preocuparse... ... ahora... ahora que ya ella no les puede decir
absolutamente nada.- Parecía muy nervioso, debía esperar que
viniesen los policías y vieran la escena del choque que debía
permanecer intacta hasta que llegaran. -¡Usted es un maldito canalla
desquisiado!- terminó añadiendo el taxista, que ardía en furia, y
dicho esto se volteó y se sentó en la acera más cercana al choque.
Por primera vez, Harry creyó que Vernon sintió compasión por la
Sra. Figg, Vernon la miraba con pena. Vernon tenía complejo de
culpa.
Pasaba y pasaba el tiempo. Sí, ya Dudley y Harry habían perdido
el tren, ¿Qué podrían hacer? Harry sacó un pergamino de su baúl y
le escribió una carta a Dumbledore.
Estimado Dumbledore:
Mi primo Dudley y yo, hemos perdido el tren a
Hogwarts, ya que tuvimos un accidenteautomovilístico y en el murió
una vecina nuestra. No podíamos movernos de aquí hasta que
llegaran los guardias, los cuales aún no han llegado. Llevamos
esperando una hora y media. ¿Qué podemos hacer? Espero su
respuesta.
Harry
Ahora solo restaba esperar la contestación de Dumbledore para
saber que debían hacer para poder llegar a Hogwarts. Unos minutos
después llegaron los guardias, El cadáver de la Señora Figg fue
recogido por una agencia funeraria, cambiaron la goma que había
estallado y pudieron volver a Privet Drive, en la noche, muy tarde y
cansados. Todos se dieron un baño y se acostaron a dormir.
En la mañana siguiente los Dursley decidieron ir al funeral de la
Sra. Figg, ya que allí estarían todos los vecinos, y no querían que
nadie levantara acusaciones ni chismes falsos en contra de ellos.
Cuando llegaron a Bonny's Memorial, se dirijeron a la capilla 2ª,
en la cuál se encontraba la Sra. Figg, dentro del ataúd cerrado, para
no mostrar el cuerpo de ella. La gente se encontraba en la salita
fuera de la capilla hablando sobre la forma en que había sucedido
todo el accidente. Y cuando la gente se percató de la presencia de los
Dursley, comenzaron a hacerles preguntas sobre la muerte de la
Señora Figg y todo lo que había ocurrido allí. La única hija que la
Señora Figg había tenido, Anastecia Figg lloraba desconsoladamen-
te. Ella tenía 25 años, era de piel morena, ojos verdes, pelo lacio
negro, súper hermosa.
La capilla estaba vacía, entonces Harry entró, se encontraba solo,
con las tenues luces encendidas haciéndo que el lugar se viera
lúgubre, las coronas de flores, el ataúd de caoba color cobrizo y ese
olor característico de las funerarias a flores secas y humedad.
-¡Tuc, tuc, tuc!-
Harry se asustó levemente por el sonido, se sobresaltó. Miró
alrededor buscando el motivo y de donde provenía el sonido.
-¡Tuc, tuc, tuc!-
Al parecer el sonido provenía del ataúd. Harry estaba nervioso,
con un sentimiento de horror mezclado. Miró hacia el ataúd con
duda.
-¡Tuc, tuc, tuc!-
No se podía negar, el sonido provenía de donde él tenía temor que
proviniera. Harry se acercó al ataúd, y luchó con la cerradura para
poder abrirlo. Cuando logró conseguirlo, ahí estaba el cuerpo de la
Sra. Figg, algo mejorado, pero como quiera demacrado. Harry sintió
un escalofrío que recorrió todo su cuerpo. Su piel se le había puesto
de gallina y oyó una voz idéntica a la de la Señora Figg.
-¡Harry!- el cuerpo de ella seguía inmóvil dentro del ataúd. Harry
brincó del susto.
-No te asustes querido, soy yo, la Señora Figg.-
Harry se ruborizó.
-Pero ... ¿Cómo?- inquirió él.
Del cuerpo de la Señora Figg salió una silueta fantásmica idéntica
a ella.
-Soy un fantasma ahora, ¡Harry! Tengo na misión y antes de morir,
o sea, pasar a mi futura vida debo realizarla, me imagino que será en
Hogwarts.-
-Pero entonces... ¿Es usted una maga?- inquirió nuevamente
confundido.
-¡Sí Harry!, pero eso no viene al caso ahora.- añadió ella con
preocupación. - Debo decirte algo, algo antes de que el Fantasmador
de el Ministerio de Magia me succione.-
Un fantasmador es como un radar que encuentra a los magos
registrados muertos y si se convertían en fantasmas, los succionaba
hasta el ministerio para registrarse en el Departamento de Misterios,
donde se encontraba la lista de Fantasmas registrados. Y luego de
que le explicó sobre eso continuó hablando.
Bueno, Harry ¿Te acuerdas el día en que pasé caminando con
dos gatos por donde estaban tu y tu primo hablando? -
Harry afirmó con la cabeza.
-Ese día, yo acababa de hablar con Dumbledore, quién me encargó
que custiodara algo que ahora no te puedo decir lo que es, pero
lamentablemente fallé y lo perdí, ahora lo tiene.... ... ... ....
En ese momento, la voz de la Sra. Figg se perdió en el aire y ella
desapareció, simplemente se desvaneció. La habían succionado al
parecer y no le había explicado completamente que era lo que había
sucedido.
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Espero que les haya gustado, envíenme reviews porfavor, porque en realidad necesito saber lo que piensan, Gracias a ustedes poquitos que leen mi fic, son en verdad grandiosos.
¡Gracias!
¡Dejen Reviews!
Aquí los dejo con mi sexto capítulo de Harry Potter y La Manzana Azul, titulado VISITAS FUNERARIAS. Una persona que lo leyó dijo que era buenísimo, espero que les guste y antes quiero contestar a un review que me enviaron:
Fatima Gochi.
Bueno, creo que fue algo de último momento la ocurrencia de la varita, me complace que te haya gustado, y me emociono mucho al saber que te has reído
mucho. Aquí te dejo mi 6to capítulo, ¡para que veas lo que sucede!
Y quiero que sepas que es un honor para mí promocionar sus historias. (Espero tu hagas lo mismo con la mía) ¡JAJA! Es solo relajándo. Yo también
espero que seamos buenos amigos.
¡Cuídate!
SE LES QUIERE A TODOS.
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Ahora si los dejo con el sexto capítulo de mi fic, diviertanse y ¡no
olviden dejar reviews!
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Capítulo 6: Visitas Funerarias
Después de todo el lío y de que Dudley se convirtiera en la nueva
estrella de Diagon Alley, ya en casa de los Dursley, Dudley intentó
comportarse como si nada hubiese ocurrido. Restaban dos días para
que pudieran irse a Hogwarts y descubrir todo lo que le ofrecía ese
nuevo mundo.
Pasados esos dos días, Harry pudo comerse la última galleta de
Hagrid.
Lord Voldemort
Su más temeroso enemigo, al que él había quitado todo poder
ahora estaba en la galleta número siete de Hagrid. Harry entonces
tomó los siete papeles y los unió. Lucius, Snape y Voldemort podían
tener mucho en común; pero Hermione y Dumbledore, ¿Qué tenían
que ver con ellos? ¿Estarían en peligro por culpa de ellos?, y sus
tíos ¿Qué papel jugaban en el asunto?
Bueno, ya era la mañana en que debían partir a Hogwarts, ambos,
Harry y Dudley estaban muy emocionados, pero por una extraña
razón, aunque Harry se había empezado a llevar biencon sus tíos,
estaba ansioso de volver a Hogwarts, el lugar que él había logrado
considerar como su hogar.
Tío Vernon y tía Petunia se vistieron para llevarlos a la estación
King Cross ese día, tendrían que pasar por el andén nueve y tres
cuartos. Harry había traído en su baúl el caldero viejo de su madre,
su caldero original, todos sus libros, sus guantes, sus uniformes y su
Nimbus 2000. Llevaba también a Hedwig y luego de revisar que
nada se le quedara, se montó en el auto de sus tíos y espero porque
Dudley y sus tíos llegaran al auto. Pero... ... Algo se le quedaba... ...
Los papelitos con los nombres de Hagrid y el Libro de Quidditch
que le había dado Ron como regalo, además de la mini-escoba que
sus tíos le habían dado.
Ya habían salido, cuando voltearon la la esquina para abandonar
Privet Drive, una señora mayor de edad, que Harry reconoció como
su vecina, la Señora Figg les hacía señales para que se detuvieran, lo
que Vernon no hizo.
-¡Esa Señora! ¡Está más loca que sus gatos!- dijo riéndose.
Harry se quedó mirando muy curioso como la Señora Figg
desaparecía a lo lejos, quedando atrás en la acera y como luego de
unos segundos la habían dejado muy atrás y se había perdido de
vista.
Pasaron cinco minutos cuando Harry notó que un carro venía a
toda velocidad en la carretera, un taxi los alcanzaba y no frenaba, si
seguía así, seguro los chocaría fuertemente por la parte de atrás.
Harry avisó a sus tíos para que así evitaran el peligro ellos, y
entonces Vernon cambió del carril. El taxi venía por la carretera a
una velocidad descontrolada y cuando iba pasando por al lado del
carro de su tío, frenó tan de repente que el chillido fue espantoso. El
taxista estaba tocando bocina, al lado de los Dursley, y en la parte de
atrás del taxi, en el asiento trasero iba nada más y nada menos que...
... .... La Sra. Figg.
Harry no se lo creía, esa señora en realidad necesitaba decirles
algo, pero Vernon en vez de alinearse para ver así que deseaba,
apretó el acelerador y el carro salió disparado aún mucho más rápido
dejando al taxi atrás, pero no por mucho tiempo, el taxista había
acelerado también, y seguían tocando bocina mientras la Señora
Figg gritaba.
-¡Deténganse! ¡Deténganse! No quiero Obligarles a hacerlo.-
Harry deseaba detenerse, Dudley parecía disfrutar la escena y reía
como un loco, su tío que aceleraba cada vez más y ya habían
excedido las ciento veinte millas por hora. Cuando salieron de la
carretera principal, se toparon con un semáforo con la luz roja y una
fila de carros enfrente, al parecer el taxista no se había dado cuenta.
Vernon tuvo tiempo para frenar logrando que una goma se
explotara., pero él taxista no tuvo la misma suerte.
-¡¡¡BOOOOOOOOM!!!-
El sonido de el taxi chocando fuertemente contra uno de los carros
había sido espantoso, La Sra. Figg había salido disparada del taxi a
unos veinte pies de distancia, siendo atropellada luego por dos autos
y un autobús. Seguramente estaba muerta y ya no podrían oír lo que
ella tenía que decirles.
El susto del frenaso de repente había sido tal que Hedwig
revoloteaba en su jaula y chillando deseperadamente. Dudley estaba
gritando nervioso, al igual que su tía Petunia y Vernon estaba
horrorizado, espantado ante la escena que habían presenciado.
Harry sabía que moralmente era lógico que se bajaran a ayudar a
la vecina, pero personalmente, Harry solo deseaba que cambiaran la
goma( llanta) dañada y así poder llegar a King Cross, antes de
perder el tren expresso a Hogwarts. Tío Vernon estacionó como
pudo el auto a un lado de la carretera, Petunia parecía una loca
desquisiada, gritaba frenética e histéricamente, habían visto a
alguien morir.
Harry sabía que los Dursley no se paraban realmente porque les
importara, sino porque no querían habladurías y chismes sobre ellos
en boca de ningún vecino. Cuando Vernon se acercó a donde la Sra.
Figg, que estaba en el suelo, con su rostro totalmente desfigurado y
sin pulso, manchada casi entera sus ropas, ensangrentada; el taxista
se acercó a él gritándole.
-¡Ella estuvo media hora gritándoles y gritándoles para que se
detuvieran, y ahora... ... ahora que está muerta usted viene a
preocuparse... ... ahora... ahora que ya ella no les puede decir
absolutamente nada.- Parecía muy nervioso, debía esperar que
viniesen los policías y vieran la escena del choque que debía
permanecer intacta hasta que llegaran. -¡Usted es un maldito canalla
desquisiado!- terminó añadiendo el taxista, que ardía en furia, y
dicho esto se volteó y se sentó en la acera más cercana al choque.
Por primera vez, Harry creyó que Vernon sintió compasión por la
Sra. Figg, Vernon la miraba con pena. Vernon tenía complejo de
culpa.
Pasaba y pasaba el tiempo. Sí, ya Dudley y Harry habían perdido
el tren, ¿Qué podrían hacer? Harry sacó un pergamino de su baúl y
le escribió una carta a Dumbledore.
Estimado Dumbledore:
Mi primo Dudley y yo, hemos perdido el tren a
Hogwarts, ya que tuvimos un accidenteautomovilístico y en el murió
una vecina nuestra. No podíamos movernos de aquí hasta que
llegaran los guardias, los cuales aún no han llegado. Llevamos
esperando una hora y media. ¿Qué podemos hacer? Espero su
respuesta.
Harry
Ahora solo restaba esperar la contestación de Dumbledore para
saber que debían hacer para poder llegar a Hogwarts. Unos minutos
después llegaron los guardias, El cadáver de la Señora Figg fue
recogido por una agencia funeraria, cambiaron la goma que había
estallado y pudieron volver a Privet Drive, en la noche, muy tarde y
cansados. Todos se dieron un baño y se acostaron a dormir.
En la mañana siguiente los Dursley decidieron ir al funeral de la
Sra. Figg, ya que allí estarían todos los vecinos, y no querían que
nadie levantara acusaciones ni chismes falsos en contra de ellos.
Cuando llegaron a Bonny's Memorial, se dirijeron a la capilla 2ª,
en la cuál se encontraba la Sra. Figg, dentro del ataúd cerrado, para
no mostrar el cuerpo de ella. La gente se encontraba en la salita
fuera de la capilla hablando sobre la forma en que había sucedido
todo el accidente. Y cuando la gente se percató de la presencia de los
Dursley, comenzaron a hacerles preguntas sobre la muerte de la
Señora Figg y todo lo que había ocurrido allí. La única hija que la
Señora Figg había tenido, Anastecia Figg lloraba desconsoladamen-
te. Ella tenía 25 años, era de piel morena, ojos verdes, pelo lacio
negro, súper hermosa.
La capilla estaba vacía, entonces Harry entró, se encontraba solo,
con las tenues luces encendidas haciéndo que el lugar se viera
lúgubre, las coronas de flores, el ataúd de caoba color cobrizo y ese
olor característico de las funerarias a flores secas y humedad.
-¡Tuc, tuc, tuc!-
Harry se asustó levemente por el sonido, se sobresaltó. Miró
alrededor buscando el motivo y de donde provenía el sonido.
-¡Tuc, tuc, tuc!-
Al parecer el sonido provenía del ataúd. Harry estaba nervioso,
con un sentimiento de horror mezclado. Miró hacia el ataúd con
duda.
-¡Tuc, tuc, tuc!-
No se podía negar, el sonido provenía de donde él tenía temor que
proviniera. Harry se acercó al ataúd, y luchó con la cerradura para
poder abrirlo. Cuando logró conseguirlo, ahí estaba el cuerpo de la
Sra. Figg, algo mejorado, pero como quiera demacrado. Harry sintió
un escalofrío que recorrió todo su cuerpo. Su piel se le había puesto
de gallina y oyó una voz idéntica a la de la Señora Figg.
-¡Harry!- el cuerpo de ella seguía inmóvil dentro del ataúd. Harry
brincó del susto.
-No te asustes querido, soy yo, la Señora Figg.-
Harry se ruborizó.
-Pero ... ¿Cómo?- inquirió él.
Del cuerpo de la Señora Figg salió una silueta fantásmica idéntica
a ella.
-Soy un fantasma ahora, ¡Harry! Tengo na misión y antes de morir,
o sea, pasar a mi futura vida debo realizarla, me imagino que será en
Hogwarts.-
-Pero entonces... ¿Es usted una maga?- inquirió nuevamente
confundido.
-¡Sí Harry!, pero eso no viene al caso ahora.- añadió ella con
preocupación. - Debo decirte algo, algo antes de que el Fantasmador
de el Ministerio de Magia me succione.-
Un fantasmador es como un radar que encuentra a los magos
registrados muertos y si se convertían en fantasmas, los succionaba
hasta el ministerio para registrarse en el Departamento de Misterios,
donde se encontraba la lista de Fantasmas registrados. Y luego de
que le explicó sobre eso continuó hablando.
Bueno, Harry ¿Te acuerdas el día en que pasé caminando con
dos gatos por donde estaban tu y tu primo hablando? -
Harry afirmó con la cabeza.
-Ese día, yo acababa de hablar con Dumbledore, quién me encargó
que custiodara algo que ahora no te puedo decir lo que es, pero
lamentablemente fallé y lo perdí, ahora lo tiene.... ... ... ....
En ese momento, la voz de la Sra. Figg se perdió en el aire y ella
desapareció, simplemente se desvaneció. La habían succionado al
parecer y no le había explicado completamente que era lo que había
sucedido.
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Espero que les haya gustado, envíenme reviews porfavor, porque en realidad necesito saber lo que piensan, Gracias a ustedes poquitos que leen mi fic, son en verdad grandiosos.
¡Gracias!
¡Dejen Reviews!
