CAPÍTULO 1

"Si necesitas, otra vez, que alguien llore por tu amor, otra vez, no me llames, no desgarres tu voz, porque yo, no lloraré... no lloraré..."

Ginny había comprobado que te levantas de mejor humor si tu despertador cumple su función mediante una buena canción que si lo hace con el típico "pipipi".

Eran las seis y media de la mañana y comenzaba un nuevo día en la vida de Ginny. Su calendario marcaba 11 de Septiembre y a las ocho tendría una entrevista de trabajo para ser secretaria (por algo debía empezar) de una empresa de inversiones llamada "Morgan Stanley", en una de las torres del World Trade Center.

Se duchó y maquilló y se puso un pantalón negro de raya diplomática y una camisa negra de media manga. Tomó un buen desayuno y a las siete y media salía de su apartamento para dirigirse con tiempo a su entrevista.

Mientras iba caminando (si cogía un taxi probablemente le pillaría un atasco) pensaba en lo mucho que le gustaba Nueva York: esa mezcla de razas y culturas y aquellos grandes y esplendorosos edificios la maravillaban, aunque no había nada como Central Park, su lugar neoyorquino favorito, donde le gustaba pasear siempre que su apretada agenda se lo permitía.

A las ocho menos diez estaba subiendo por el ascensor hasta el piso 56 de la Torre Sur del World Trade Center. Esperó en la sala de espera hasta que, a las ocho, pasó a la entrevista, que fue muy bien. Después de casi media hora hablando y haciéndole preguntas, el presidente de la empresa se despidió con un "le llamaremos lo más pronto posible". Salió del despacho muy satisfecha consigo misma, reviviendo cada momento de la entrevista para autocriticar su actuación y pensando que quizá tendría un poco de tiempo para pasear un rato por el parque antes de ir a clase, cuando divisó a un joven moreno, alto, guapo y con muy buen cuerpo, vestido con vaqueros y polo blanco de manga corta, que se paró frente a ella.

-¿Qué...?

Iba a decir "¿Qué quiere?", pero solo pudo pronunciar una palabra, porque la mirada del joven la dejó anonadada. Por mucho que ella quisiera, y lo sabía, jamás podría olvidar, ni si quiera en otra vida, a la persona a la que pertenecían esos ojos verdes, protagonistas de sus sueños y pesadillas. Harry sólo sonrió al ver la reacción de Ginny al verle.

-¡¿Se puede saber qué haces aquí?! -dijo Ginny histérica, a la que la presencia de Harry no le gustaba nada.

-Veo que te alegras de verme -Harry se puso más serio, aunque no tanto como Ginny.

-Aún no me has contestado.

-¿No le puedo hacer una visita a una amiga de la juventud a la que no veo desde hace cinco años?

-No, y menos sin avisar -dijo tajantemente Ginny y se dirigió hacia el ascensor dejando a Harry atrás, aunque él la alcanzó y se volvió a poner frente a ella impidiéndole el paso.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué has huido de mí estos años, igual que lo haces ahora mismo? -preguntó Harry.

-¿Si tanto te importa, por qué has esperado cinco años en venir y preguntármelo?

Ginny volvió a escaparse de Harry, aunque sólo le duró cinco segundos.

-¿Qué te he hecho?

-¿Y la embarazada señora Potter? ¿También la has traído para que la vea?

-Está a punto de dar a luz, así que no la he traído...

-¿Y si en estos momentos está dando a luz y su querido marido está perdiendo el tiempo con alguien que no quiere saber nada de él? Haznos a tu mujer, tu hijo y a mí un favor y vuelve a Inglaterra.

-¿Qué te he hecho yo? ¿Por qué eres así? Después de todo lo que hice por ti...

-Oh, sí, lo olvidaba, me salvaste varias veces de Voldemort, que gracias a ti ha caído definitivamente... en nombre mío y todos los ciudadanos de la tierra, gracias -Ginny se escapó de nuevo de Harry, y esta vez él no hizo nada para remediarlo.

-Tu sarcasmo me mata -dijo Harry.

-Y a mí tu paciencia -dijo Ginny sin volverse.

Eran las nueve menos cuarto y se oyó una gran explosión, que hizo que el edificio temblara levemente. Se escucharon varios gritos y mucha gente corría de un lado a otro. Ginny y Harry se acercaron a una ventana que daba hacia el lugar de donde parecía provenir la explosión para ver qué era lo que sucedía, y lo que vieron los dejó helados.





Hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Bueno, lo primero aclarar que, por mucho que lo desee, nunca he estado en Nueva York, por lo que en este fic retrato esa ciudad tal y como me la imagino.

Quiero dar las gracias a las personas que me dejaron review (y espero que lo vuelvan a hacer), y que no me molesta que me digan que está mal o que no están de acuerdo con que se escriba sobre este tema, porque están en su derecho y yo tampoco estoy muy convencida de que este fic sea muy correcto, la verdad, incluso me he planteado borrarlo...

Habrá quien piense que a Harry y a Ginny no les pasará nada malo en este fic, pero los que ya me conocen, saben que no tengo ningún reparo en cargarme a mis personajes principales si creo que tengo que hacerlo.

Dedico este fic a todos los afectados por el 11S y a los que están leyendo esto.

AIDA