Cabello Azul y Rosado.
Jyn.EXE: ¡Hola! Este es un pequeño Fic Horo/Tamao. hay muy pocos de esos, así que decidí hacer uno. En fin. ojalá os guste. P.D.: Shaman King no me pertenece, sólo hice esto por entretenimiento.
Es de noche. El cielo está oscuro y nublado; las estrellas brillan intensamente en una noche fría y oscura. Y así de frío y oscuro estaba el corazón de un chico. -Hermano.- dija la voz de una chica con cabello azul. La voz provenía de la casa de los Asakura. - ¿hermano?- repitió la voz.
-Estoy afuera, hermanita.- dijo el chico con corazón solitario y cabello celeste. -Voy para allá.- dijo y quedó en la entrada de la casa. Ese chico era Horo-Horo. Hace tiempo que vencieron a Hao y todo volvió a la rutina de antes. Pero no todo era paz y tranquildad. Los sentimientos del chico de las regiones frías vagaban por su corazón sin camino alguno. Cada día era lo mismo: pensaba que faltaba en su vida, y no sabía qué era.
-J-joven Horo-Horo.- dijo una voz femenina.- si se queda aufera mucho tiempo se va a enfermar.- era Tamao; estaba algo sonrojada al hablarle a Horo-Horo.
-A.ah. T-tamao.- susurró él un poco ruborizado, al igual que ella.- N-no te preocupes por mí.- ¿por qué Horo-Horo se sentía nervioso.? Se puso a pensar en ese mismo instante. Acaso sentía algo por ella. no, claro que no. Ellos eran amigos, sólo amigos. ¿o no? Eso pensaba Horo-Horo. Pero quizá. ¿y si Tamao lo quería como algo más?
-¿Joven Horo-Horo?- murmuró la chica al ver que él no reaccionaba. No hubo respuesta. Ella se le acercó por si no le había oido. Ahora hubo reacción, pero no del todo concreta: Horo-Horo se sonrojó más. Al ver esto, Tamao sólo sonrío tiernamente, haciendo que el chico se ruborizara aún más. Ahora fue la chica de cabello rosado quién agregó color a sus mejillas. Está claro lo que sentían el uno por el otro; pero falta que lo expresen. Horo- Horo se acercó un poco más a Tamao.
-¡¡Alto ahí, chamacos!!- exclamó Chocolove a lo lejos. Este corrió apresuradamente, agarró a Horo de la camisa y se lo llevó a un par de metros de ahí. -Hey, tarugo, ¿sabes lo que haces?- preguntó el chico negro con su gracioso acento.
-S-si. sé lo que hago, chocolatito.- replicó Horo apartando al recién llegado. -Ah, y una cosa. qué picarón con Jun, ¿eh?- dijo él en un tono divertido.
-¿De qué estás hablando, pue'?- dijo Chocolove. A pesar de su oscura piel, se le veía lo rojo. El chico de cabello celeste sólo soltó unas carcajadas que hicieron que el negrito se pusiera más rojo. Horo no perdió más tiempo y se acercó a Tamao de nuevo. Esta estaba más que roja. Pero el chico se acercó más, lo suficiente como para sentir la respiración agitada y nerviosa de Tamao. Pero Horo sólo sonrió y le coloco sus labios en los de ella. Al principio la chica no sabía qué hacer, pero acertó al rodear el cuello de Horo con sus brazos uniéndo a los dos más que antes. Finalmente la chica empezó a responder a los besos de Horo-Horo. Con esto queda más que claro que ambos se gustan. Y a lo lejos, un sonriente Chocolove los miraba felizmente. Pero había alguien preocupado porque Horo no volvía. Pilika se asomó por la ventana y vio a la feliz pareja. A ella no le quedaba de otra que sonreír dulcemente y apartarse de donde estaba..
¿FIN.?
Jyn.EXE: ¡Hola! Este es un pequeño Fic Horo/Tamao. hay muy pocos de esos, así que decidí hacer uno. En fin. ojalá os guste. P.D.: Shaman King no me pertenece, sólo hice esto por entretenimiento.
Es de noche. El cielo está oscuro y nublado; las estrellas brillan intensamente en una noche fría y oscura. Y así de frío y oscuro estaba el corazón de un chico. -Hermano.- dija la voz de una chica con cabello azul. La voz provenía de la casa de los Asakura. - ¿hermano?- repitió la voz.
-Estoy afuera, hermanita.- dijo el chico con corazón solitario y cabello celeste. -Voy para allá.- dijo y quedó en la entrada de la casa. Ese chico era Horo-Horo. Hace tiempo que vencieron a Hao y todo volvió a la rutina de antes. Pero no todo era paz y tranquildad. Los sentimientos del chico de las regiones frías vagaban por su corazón sin camino alguno. Cada día era lo mismo: pensaba que faltaba en su vida, y no sabía qué era.
-J-joven Horo-Horo.- dijo una voz femenina.- si se queda aufera mucho tiempo se va a enfermar.- era Tamao; estaba algo sonrojada al hablarle a Horo-Horo.
-A.ah. T-tamao.- susurró él un poco ruborizado, al igual que ella.- N-no te preocupes por mí.- ¿por qué Horo-Horo se sentía nervioso.? Se puso a pensar en ese mismo instante. Acaso sentía algo por ella. no, claro que no. Ellos eran amigos, sólo amigos. ¿o no? Eso pensaba Horo-Horo. Pero quizá. ¿y si Tamao lo quería como algo más?
-¿Joven Horo-Horo?- murmuró la chica al ver que él no reaccionaba. No hubo respuesta. Ella se le acercó por si no le había oido. Ahora hubo reacción, pero no del todo concreta: Horo-Horo se sonrojó más. Al ver esto, Tamao sólo sonrío tiernamente, haciendo que el chico se ruborizara aún más. Ahora fue la chica de cabello rosado quién agregó color a sus mejillas. Está claro lo que sentían el uno por el otro; pero falta que lo expresen. Horo- Horo se acercó un poco más a Tamao.
-¡¡Alto ahí, chamacos!!- exclamó Chocolove a lo lejos. Este corrió apresuradamente, agarró a Horo de la camisa y se lo llevó a un par de metros de ahí. -Hey, tarugo, ¿sabes lo que haces?- preguntó el chico negro con su gracioso acento.
-S-si. sé lo que hago, chocolatito.- replicó Horo apartando al recién llegado. -Ah, y una cosa. qué picarón con Jun, ¿eh?- dijo él en un tono divertido.
-¿De qué estás hablando, pue'?- dijo Chocolove. A pesar de su oscura piel, se le veía lo rojo. El chico de cabello celeste sólo soltó unas carcajadas que hicieron que el negrito se pusiera más rojo. Horo no perdió más tiempo y se acercó a Tamao de nuevo. Esta estaba más que roja. Pero el chico se acercó más, lo suficiente como para sentir la respiración agitada y nerviosa de Tamao. Pero Horo sólo sonrió y le coloco sus labios en los de ella. Al principio la chica no sabía qué hacer, pero acertó al rodear el cuello de Horo con sus brazos uniéndo a los dos más que antes. Finalmente la chica empezó a responder a los besos de Horo-Horo. Con esto queda más que claro que ambos se gustan. Y a lo lejos, un sonriente Chocolove los miraba felizmente. Pero había alguien preocupado porque Horo no volvía. Pilika se asomó por la ventana y vio a la feliz pareja. A ella no le quedaba de otra que sonreír dulcemente y apartarse de donde estaba..
¿FIN.?
