Capítulo 3: Un cambio, una nueva vida.

Un ser está creciendo dentro de mi. Se puede sentir como una chispa de paz corre por todo mi cuerpo, como si una oruga rompiera su capullo, y se transformara en una hermosa mariposa llena de vida.

TUM-TUM

TUM-TUM

TUM-TUM

Los latidos de mi corazón cada vez son más rítmicos. Mis células en cualquier momento cambiarán de forma y me transformarán en un nuevo ser, revitalizándose y haciéndose más fuertes.

Como si un retoño se abriera para transformarse en una rosa de color carmín o como si una almeja abriera sus valvas lentamente.

Mi único sueño: tocar el cielo con mis dedos y posarme sobre las nubes de terciopelo, volando por todo el mundo y durante toda mi vida.

Solo necesito un poco de esperanza, algo que reviva mis expectativas, volviendo a luchar por mis sueños. Pero no, estoy aquí inmóvil y sin hacer nada, mi cuerpo se ha endurecido y se ha transformado en un caparazón. Me siento tan inútil como una estatua a la intemperie.

 La brisa moja mi cara, empapándola totalmente, cubriendo mi cara con ese líquido transparente. Con esas gotas llenas de vida.

En los charcos que ahora ha formado el agua se puede ver mi cara, el rostro de alguien acabado y pobre de espíritu. Como se siente alguien cuando tiene demasiadas metas por realizar, pero no pudo cumplir ninguna de ellas.

Desde hace tres días que veo el atardecer, sin perderme un solo detalle, el cielo se muestra de un tono bello durante el proceso a pesar de que la luz me cegaba, yo seguía observando la esfera anaranjada.

Mis cuatro patas no son muy rápidas debido a que el peso de mi cuerpo ha aumentado, me canso rápidamente, es por eso que no he podido moverme, o cuando estoy apunto de hacerlo, tropiezo con algo y caigo, es una dura batalla el poder levantarme de nuevo. Por otra parte no he comido nada en dos días, mi estómago ya exige algo de alimento.

La noche ha llegado, el enorme marco de estrellas infinitas ha aparecido. El oscuro cielo se muestra muy tranquilo esta noche, como si en el universo todos durmieran, excepto yo.

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Ya ha amanecido, los rayos de un nuevo sol me golpean la cara. Tal parece que anoche llovió muy fuerte, porque algunas gotas caen desde los árboles, y yo aquí en mi refugio no me di cuenta de lo que pasó.

Recuerdo en un sueño una voz que me decía: "no te rindas". Luego de la voz, todo se iluminaba por un rayo de luz blanca.

—& ¿Qué clase de pokémon es ese?.

Escucho una voz extraña detrás de mi, mientras volteo lentamente. Un extraño pokémon (o al menos eso creo que es) aparece detrás de mi. Puede caminar en dos patas, mientras que las otras dos están colgadas a su torso. Su cabeza tiene un abundante pelaje de color negro y tiene una extraña piel de colores. Me han dicho que existen criaturas así, y que no son pokémon, que hay muchos  y que se llaman "humanos". Dicen que cazan a los pokémon y los encierran en unas esferas de color rojo y blanco, que esclavizan a los pokémon, obligándolos a hacer trabajos duros y que a veces los matan. Que usan una doble piel de colores que se llama "ropa".

El humano me ve con una mirada llena de ambición, y una sonrisa perversa.

—& ¡¡¡Ve Miltank!!! —grita.

Un pokémon sale de la esfera blanca y roja: Su piel es de color rosa.

—¡¡Miru miru!! —dice.

—¿Qué pretenden hacerme el humano y tú? —le pregunto preocupado.

—Queremos que te unas a nosotros, si aceptas no te atacaré.

—¿Atacarme?... —digo algo confundido, mientras la "vaca" me golpea con su cuerpo porque el humano se lo ordenó.

—vamos únete a nosotros —me dice mientras yo estoy en el suelo.

—¿Con qué propósito? —le pregunto levantándome.

—Ganaremos peleas contra otros pokémon, además ellos nos cuidan muy bien —dice el pokémon rosa.

—Eso no me beneficia en nada —le digo, mientras un certero puñetazo hace que mi cabeza se mueva con el impacto.

—& ¡¡¡Ataque de rodada!!! —grita el humano.

El pokémon se acerca a mi, luego de que forma una gran esfera con su cuerpo. Mis pupilas se contraen, la temperatura de mi boca y de mi garganta comienza a subir, luego una bola de fuego azul es creada y disparada hacia el Miltank, dejándolo inconsciente antes de que pudiera atacarme.

—& Eres fuerte —me dice el humano. Lanza otra esfera, y ahora sale un toro de allí, antes había visto uno, dicen que es mortal el ataque de sus cuernos.

Estoy algo cansado, ese pokémon rosa logró agotarme un poco.

—¿Tú también me atacarás? —le pregunto al inmenso toro.

—Así es... —dice a la vez que corre hacia mi, para embestirme con sus afilados cuernos.

Yo estoy listo para esquivar el ataque cuando... alguien detrás del pasto lanza seda, obstruyéndole el paso al toro.

Varios pokémon insecto salen de su escondite, entre ellos: Weedle, Caterpie, Spinarak, Venonat, y otro grupo más: Pidgey, Spearow, Sentret, Nidoran (h) y Nidoran (m).

—No dejaremos que le hagas daño —le dice uno de los Caterpie al toro, en eso, los insectos envuelven al toro en seda y lo cuelgan en un árbol, mientras que el pokémon mamífero trata de escapar de su prisión—. Nos has defendido muchas veces, es hora que te devolvamos el favor.

—& Patéticos pokémon —exclama el humano—. ¡¡Regresa Tauros!! ¡¡Ve Electabuzz!!.

El pokémon tigre crea chispas eléctricas, mientras las dispara contra los pequeños pokémon, cayendo muy heridos.

Un rugido sale de mi boca, causando algo de miedo ante el humano y el pokémon de las chispas eléctricas.

—& Nada evitará que seas mío Shelgon —dice.

Cuando el entrenador dice eso, el Electabuzz me da diez puñetazos eléctricos consecutivamente. Caigo al suelo y es ahí, donde mi respiración empieza a ser más rápida, mi agitación aumenta.

Me levanto con una mirada fiera, sin importarme el dolor producido por los golpes. Un rugido intenso es emitido por segunda vez.

—No dejaré que dañes a estos pequeños que son mis amigos, vienes aquí y acabas con nuestra tranquilidad, invades nuestro espacio —empiezo a decirle—. Eso jamás te lo perdonaré.

Con la respiración todavía más agitada, mi cuerpo comienza a crecer. El caparazón que cubría la mayor parte de mi cuerpo se fragmenta en millones de pedacitos, brillando igual que el cristal al caer al piso. El ruido que estos ocasionan al contacto con el suelo es totalmente inaudible para los humanos. Pero nosotros podemos escucharlo perfectamente.

Mi piel se torna un poco más clara, pareciéndose al color del firmamento en el día. Las cuatro extremidades adquieren garras: tan grandes como las de un Sandslash, tan duras como el acero, tan afiladas como una espada y tan brillantes como la luna.

Mi cuerpo aumenta de tamaño, al igual que los colmillos de mi boca.

—& ¡¡¡Has evolucionado!!! —grita el humano asustado.

—Sí, ahora soy un Salamance, y estás interfiriendo con mi sueño —le digo abriendo mi boca, al mismo tiempo en que un hiper rayo sale de esta mandando a volar al pokémon eléctrico y a su dueño. Por último, dos enormes alas color carmesí aparecen en mi espalda, dándome así, la habilidad de vuelo.

Los pequeños pokémon del bosque festejan que haya salido victorioso de todo eso.

Rápido comienzo a agitar mis alas, y una sensación de comodidad recorre mi cuerpo, ya que es la primera vez que hago eso. Me elevo por los aires, en busca de berries curativas para mis amigos. Ya una vez en el aire, observo los pequeños árboles, los cuales contienen las frutas de curación.

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—Es hora del viaje —anuncio. Vario pokémon, de los que salvé hace un día, trepan mi espalda, mientras nos preparamos para volar hacia las nubes, los Pidgey y Spearow me siguen volando.

Los bullicios no se hacen esperar, la emoción en todos nosotros es enorme, es la primera vez que intentamos hacer algo así.

—¡¡¡Hasta el infinito y más allá!!! —grito.

Sin rumbo fijo mis amigos y yo volamos admirando las maravillas de la tierra, sus paraísos, sus mares, sus atardeceres y amaneceres.

Yo soy Salamance, un pokémon normal, y quiero decirles que no se ante nada cuando quieran cumplir algún sueño. Como dicen por ahí: "soñar no cuesta nada". Y soñar es el primer paso que podemos dar en el camino del éxito. Piensen que sus amigos y las personas que los quieren, siempre estarán a su lado, apoyándolos.

Adiós!!!!!!

Fin de la historia.

By: Joe and Celebi the time travelers.

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Esta historia está dedicada a Lucy, una *amiga* que le gusta soñar (algo que tenemos en común), y que jamás le gusta fracasar, igual que a Bagon o Shelgon o Salamance (dejémoslo en Bagon). Muchas gracias por ser mi amiga. Recuérdame de darte un abrazototote después de que leas esto.