Capítulo 3: Dentro de la esfera.

Después de mucho tiempo he vuelto, para bien o para mal, a terminar esta historia que quedó inconclusa, pero esta vez me voy a poner un poco más serio con mi trabajo y evitar las estupideces de los fics anteriores. Por favor poner reviews para saber si mis historias son de vuestro agrado. Reviews!!!

El SANTO ha vuelto una vez más!!!

El dolor empezó lo obligó a revivir, a renacer, a abrir los ojos, a pararse, a asimilar el dolor que recorría su destrozado cuerpo, lleno de llagas cometidas por quien sabe quien. El primer pie bien puesto sobre el suelo representó un esfuerzo máximo, una lágrima corrió por su mejilla a sentir su pierna fracturada hacer presión contra el suelo, los severos astillamientos y quiebres les hicieron experimentar un estado sublime y perfecto de dolor, tanto que abrumaba su ser y su conciencia, el segundo pie fue tanto más difícil. Poco a poco se fue vislumbrando la imagen de poseedor de ese cuerpo, una persona que fue hace muy poco severamente dañada que ahora se reincorporaba para afrontar su destino y todo lo que se le cruzara, el peso de su cabeza aún no le permitía levantar la cabeza para ver a su alrededor, sus vértebras luxadas, adoloridas, destrozadas lo obligaban a tomarse esta empresa de levantarse con mucha calma y dolor. Con una mano sobre su hombro y miles de cicatrices levantó repentinamente su cabeza al escuchar a alguien hablándole:

-Yamato...

Eso fue todo, sus ojos no reaccionaban aún pero lentamente la silueta del emisor de esa sencilla palabra fue aclarándose pera que él pudiera ver quien le hablaba. Intentó decirle, intentó preguntarle quien era pero todo se resumió en un bufido de dolor y sufrimiento, su garganta se encontraba despedazada por dentro, llena de coágulos.

-...¿Por qué sufres?

¡Qué pregunta más ridícula! Parece que su interlocutor no podía ver ni comprender el deteriorado estado en que se encontraba, se estaba muriendo frente a sus ojos y el le preguntaba el por qué de su sufrimiento. Intentó reírse pero no encontró suficiente fuerza para hacerlo, todas estas reacciones eran motivadas por el dolor y por eso no se podía demostrar algo distinto, a su pregunta logró articular dolorosamente algo:

-No sé - Respondió Yamato.- Nunca había experimentado tanto dolor...

-¿Dolor?¿Yo no te veo adolorido?

Yamato con una irónica risa intentó mostrar que estaba en un pésimo estado, no podía comprender que esa persona no se diera cuenta de su estado.

-Me duele mucho - una lágrima se le escurrió-, ¡Demasiado!

Con ese grito el hombre que tenía lo miró con ternura, pero no se veía convencido de que él estaba en mal estado.

-¿Por qué te quedas ahí y no me ayudas?

-Por que no necesitas ayuda - respondió, con una voz muy comprensiva -, solo debes avanzar un poco y llegar hasta mi y verás que tus heridas son una efímera y mera ilusión.

Yamato sin saber por que le hacía caso a ese sujeto se aproximó a él. A medio camino chocó contra algo, su cara se estrelló contra una pared invisible, el efecto retardado de todas sus heridas reaccionaron en una erupción de dolor que lo botó y lo dejó inmovilizado en el frío suelo. Con su puño golpeó el suelo y pensó: "Debo pasar, pero no puedo"

-Que raro que choques contra algo que no existe - le dijo el sujeto -, confía en mi, no hay pared.

¿No hay pared? Esa pequeña oración se quedó grabada en su mente y con sus codos intentó seguir avanzando, pero el muro invisible lo seguía reteniendo. Esto lo enfureció y con un acceso de furia y dolor se levantó en un abrir y cerrar de ojos y gritando atravesó el muro invisible.

-He visto rayos más lento - le dijo el sujeto al ver que Yamato estaba a sus pies -. Ahora levántate y dime si sigues sintiendo dolor.

Yamato se levantó con mucho dolor, efectivamente sentía mucho más dolor que antes pero con una extraña facilidad logró levantarse. Asombrado por esto le dijo a este extraño sujeto:

-Aún siento dolor, y más que antes.

En ese preciso instante el sujeto le sonrió y desapareciendo en una nube oscura que se desparramó por el vacío lugar, ahora que se percataba se encontraba en un lugar blanco, pero muy vació, no se alcanzaban a ver paredes, luego se dio la vuelta y vio un vidrio gigantesco convexo y detrás de eso mucha oscuridad, incluso, ese vidrio asemejaba un tubo que se extendía hasta donde se perdía la vista.

Un extraño sonido lo hizo darse vuelta, con el dolor que acarreaba lo hizo con quejumbrosos sollozos; para su asombro, estaba rodeado de espejos y al verse se dio cuenta que no tenía heridas, hematomas o cualquier signo de una agresión, ¿Todo ese dolor había sido un invento de su imaginación? No estaba seguro pero si de algo estaba más que seguro el dolor se había ido. Estaba libre de esa extraña sensación, fue entonces cuando vio en su reflejo, detrás suyo, al que lo había salvado, los espejos se esfumaron y pudo hablar con él:

-¿Quién eres?

El aludido se rió disimuladamente un poco, era una pregunta tan obvia para él, aparentaba que nunca se la hubieran hecho.

-¿Yo? - Dijo - Aunque no es muy importante te diré que me llaman Dego, pero la verdadera pregunta es ¿Quién eres tú? Y tan importante es ¿Por qué estás aquí?

¿Dego? Que extraño nombre, ahora que lo podía analizar bien era un tipo un poco más bajo que él, de consistencia maciza, con una ropa muy parecida a El Santo, ¿El Santo?, ¿Quién era él? No podía recordarlo, de pronto un flujo de ideas le respondieron su pregunta, era quien lo había herido y había suplantado a su hermano, un sentimiento de rabia se apoderó pero pronto sus furiosos sentimientos fueron extinguidos... Agitó su cabeza y terminó de examinar a Dego; tenía pelo corto y oscuro, tenía una notoria papada, extraño para ser de una edad tan cercana a él, o eso él creía, pero lo que le llamó la atención fue una espada que asemejaba la forma de una garra, de unos cincuenta centímetros seguida de un mango de un metro, esto lo tenía sujeto en su espalda.

Volvió en si y pensó la pregunta formulada por Dego, estuvo un rato meditabundo y luego respondió:

-Yo soy Yamato, uno de los niños elegidos - hizo una pausa -, y realmente no tengo idea que hago acá.

La respuesta no pareció satisfacer a Dego, este entonces le dijo:

-Efectivamente, eres Yamato - dijo con voz profunda -, pero, déjame ver, a ti te mataron y te

robaron el alma, no hay otra razón para que estuvieras ahí.

Indicó el tubo de vidrio.

-Supongo que fue El Santo, ¿Estoy en lo correcto?

Yamato se sentía abrumado, ¿Le habían robado el alma? Y si fuera así por que estaba aquí, se sentía confundido.

-Te explicaré - dijo Dego -, Es algo bastante simple, los seres humanos como todos nosotros necesitan un alma para poder funcionar apropiadamente, si la pierden bruscamente pueden desde quedar con graves secuelas hasta morir, o sea, lo que te sucedió a ti. Tu amiga Sora está en la secta de El Santo, ¿O me equivoco?

-Algo me había dicho Sora - le respondió Yamato con su puño apretado -, pero debo decirte que nunca esperé que ese tipo fuera tan malo...

-Te equivocas - le cortó Dego -, El Santo hace honor a su nombre, es un santo, profesa su secta con el fin de hacer feliz a la gente, él perfectamente sería capaz de abandonar todo lo que tiene y morir con tal de salvar una vida importante, y para él importante es un concepto bien pequeño.

-Entonces ¿Por qué me mató? - dijo Yamato con una furia increíble.

-Es que esta siendo manipulado, también afectó a T.K. y a Kari, él entre sus líneas tiene un subordinado que tiene grandes poderes, es más es el tercero al mando, él junto con el segundo al mando y la mano derecha de El Santo lo atacaron mientras él dormía, para este sujeto fue pan comido controlar la mente de El Santo estando ese grado de inconciencia y además teniendo la colaboración de estos otros sujetos - Se encogió de hombros -, ¿Qué se puede hacer?

Dego suspiró profundamente. Yamato se había percatado que durante este tiempo había estado avanzando y estaban aproximándose a una puerta muy pequeña.

-¿Y tú que tienes que ver aquí?

Degu sonrió mientras abría dificultosamente la puerta.

-Yo soy de otra secta, contraria a la de El Santo, pero de todos modos lucho por liberarlo con mis compañeros y mis superiores, él era un rival digno ahora se ha corrompido y deseamos que si es necesario pelear sea contra el antiguo El Santo, que siendo igual de poderoso era tanto más honorable. Ahora entrarás a la ciudad de mi secta, aquí serás instruido para volver a pelear contra El Santo y salvar a tus amigos del peligro.

-Una última pregunta - dijo Yamato-: Que era ese tubo del que salí.

-Es un tubo donde van todas las almas robadas por El Santo, él las necesita para volverse más poderoso y controlar su temperatura corporal. - se dio la vuelta y me dijo - te saqué desde el interior de El Santo. - Sonrió y abrió la puerta...

Frente a Yamato apareció la mitad de una populosa ciudad, junto en su mercado donde se vendían en un colosal griterío los productos. Y sobre los tejados vislumbró un gran castillo, Yamato no pudo dejar de mirarlo por mucho tiempo, era blanco como la nieve, pero colosal como..., nunca había visto algo tan grande, se apresuraron a llegara al portón que siempre se encontraba abierto, de unos diez metros de altura y muchos más de ancho fluía ardorosamente un río de gente, con dificultad pasaron y pudieron contemplar el interior del castillo. A penas habían cruzado una muralla externa del castillo. El castillo tenía por base el fondo de una excavación de fácilmente un kilómetro de profundidad que a su alrededor habían carpas, o eso parecían desde esta altura, también aparentaba un kilómetro de altura sobre la excavación, pero, ¿Cómo la gente entraba al castillo? No habían puentes y llegar a la base era muy largo, vio unos puentes, increíble pensó, pero solo conducían a asesores para llegar al fondo.

-¿Cómo se entra al castillo? - preguntó Yamato.

Dego indicó con su dedo un inicio de puente que era de unos dos metros que no alcanzaba a abarcar los trescientos metros que había entre ellos y el otro pedazo de puente.

-¿Estás loco? - respondió Yamato perturbado - ¿Pretendes matarnos?

-No - respondió Dego -, estos son puentes especiales, son puentes de fe, solo alguien que tenga fe en lo que crea puede cruzar este puente sin caer.

-¿Y que pueden hacer los que no creen en algo?

-Ellos también creen -respondió categóricamente Dego -, ellos creen en la inexistencia de algo superior, eso es suficiente, la fe se puede expresar de distintas formas. - Dego se dio la vuelta y empezó a caminar sobre el puente de fe.

Yamato lo miró asombrado, cerró los ojos, luego el se armó de valor y se aferró a sus creencias, sueños y deseos y cruzó el puente corriendo. Al estrellarse contra una pared seguido de caer en el suelo comprendió que había cruzado el puente, una gran sensación de alivio se apoderó de él y abrió los ojos.

Continuando el camino hacía el salón imperial vio cosas que nunca se había imaginado, seres extraños y toda clase de objetos y personas. Al llegar quedo fascinado con la opulencia del lugar, en el fondo un personaje muy extraño cubierto con una blanca, brillante y gigantesca armadura, sentado en su trono conversando con otros funcionarios del castillo, al verlos llegar se levantó del trono y se acercó a ellos y dijo con una voz muy tranquila:

-Bien hecho Dego - miró a Yamato y continuó -, tu has sido traído hasta aquí con un propósito muy bien definido; ayudarnos a liberar a El Santo del control mental en el que está inmerso. No será fácil, por eso mismo serás entrenado con mis mejores profesores, tal vez te preguntes por qué no vamos nosotros mismos a salvarlo, - Yamato se sintió asombrado al este personaje saber la pregunta que le iba a formular -, la respuesta es sencilla; él es un poderoso enemigo, así también su ejército, y un enfrentamiento armado en la mitad de la ciudad, o en el digimundo; serían miles de miles de soldados caminando por las calles lanzando todo tipo de saetas, flechas, disparos, hechizos y mucho, mucho más.

-¿Y que puedo hacer yo?

-Tú puedes sutilmente entrar en las líneas enemigas atacar al problema desde la raíz, si usáramos otro de nuestros agentes sería rápidamente descubierto, ellos pueden sentir nuestra presencia, pero la tuya la considerarán como la de una persona cualquiera. No se darían cuenta hasta que ya todo su sistema esté colapsando.

Yamato sintió un extraño fervor pasando por su cuerpo, El Santo había jugado con él yo con su hermano, y..., y... ¡Había atrapado a Sora entre sus garras! Ese pensamiento lo perturbó y llenó todos sus pensamientos, no podía comprender porque El Santo había elegido a Sora, a la que él amaba desde lo más profundo de su ser. Un apasionado sentimiento de furia lo recorrió la venganza se incrustó en su mente y cayó en un estado de ira tan grande que solo después de un tiempo, y con la voz de Dego, pudo frenar:

-Alb desea decirte algo - dijo Dego apuntando al caballero de blanca armadura.

Yamato dirigió su mirada a Alb, un aura de misericordia, tranquilidad y serenidad lo bañaban irradiando esas sensaciones a los cercanos, pronto Yamato se tranquilizó y pudo escuchar a Alb:

-Matt - dijo Alb poniendo su mano sobre su hombro - Es hora de que empieces tu entrenamiento.

Con estas palabras Dego golpeó el suelo con su extraña arma y desapareció, instantes después una nube blanca cubrió a Yamato y a Alb y fueron llevados instantáneamente donde se encontraba Dego.

Este nuevo lugar se asemejaba a los dojos que hay en Japón, pero la diferencia que esta presentaba era su decorado; armaduras, arcos, espadas, escudos y muchos instrumentos extraños, además de poseer grandes dimensiones en si el dojo.

Por una de las puertas corredizas entró un adolescente muy parecido a Yamato, solo que con el pelo un poco más largo, se saludaron.

-Él es que verá tu nivel de pelea y si no eres muy bueno para esto lo tendrás de maestro primero.

Yamato aunque extrañado por lo que le pedían accedió, se dispuso a pelear, mientras su adversario se encontraba con mucha tranquilidad parado frente a él con los brazos cruzados detrás de su espalda.

Yamato tomó la iniciativa y corriendo lo golpeó en pleno de su cara, su adversario ni se inmutó. Yamato asombrado por la resistencia de su adversario recogió su puño para un segundo ataque, pensaba hacerlo más técnico, tal vez le serviría un golpe al riñón. Pero en el lapso en que Yamato sacaba su mano del rostro de su oponente, ese ágilmente le tomó su mano de la muñeca y con un grácil pero violento movimiento le retorció la mano seguido por un leve levantamiento de su ser proseguido de un golpe devastador en la axila de Yamato, esto luxó con asombrosa facilidad la clavícula de Yamato, luego con su adolorido brazo lo levantó por sobre su cabeza y lo azotó contra el suelo.

-Peleas como una niña - le dijo su rival - pero ese golpe de todos modos me dolió.

Un hilo de sangre empezó ha manar de la nariz del sujeto.

Alb al ver esto dijo:

-¡Muy bien! - dijo con cierta ironía a un Yamato derrotado y destrozado en el suelo - no es TAN fácil para un aprendiz de tu nivel dejar sangrando a este estudiante. Con esto quiero decir que no nos demoraremos mucho tiempo en dejarte listo para la gran batalla que se avecina.

Mientras tanto...

Una persona encapuchada se dirigía sin rumbo en la media noche de este agitado día, hablaba consigo, asemejando a un péndulo se balanceaba, no como ebrio, sino como queriendo hacerlo intencionalmente, tal vez recitaba algo, ¿Quién sabe?

Subió por un edificio tranquilamente, la gente dentro del edificio empezó a tener miedo sin razón, un silencio sobrecogedor acompañaba a El Santo por su pequeño viaje.

Al llegar frente a la puerta prevista dejó escabullirse un sobre por debajo de esta. Luego se alejo bajando las escaleras, repentinamente se tropezó con su capa y calló estruendosamente por un costado del edificio sobre unos contenedores de basura. Con este ruido todos los habitantes abrieron las puertas todos a ver que nada pasaba entraron de nuevo y volvieron al tan anhelado sueño, todos menos Koushiro, el que se quedó con una carta en sus manos. La abrió lentamente, extrajo de esta una pequeña carta, la abrió, al verla su cara palideció, un frío corrió toda su espalda y lo dejó atónito, no podía creer lo que leía...

Bueno eso ha sido mi regreso :P Espero que les haya gustado, dejen Reviews!!!!!!!

Esta dedicado a mi prima/hermana y a todas sus compañeras, JAJAJAJAJAJA

Master, the Gambler