Summary:  Muerte... un viaje en el tiempo, algo que buscar... los destinos se cruzan y encuentros inesperados se llevan a cabo... cuando todo está perdido... ¿Puedes acaso pedir otra oportunidad?... Espoir...

Disclaimer:  Todos los personajes aquí mencionados son propiedad de Clamp, a excepción de los que no les suenen para nada que son míos ^_-  Todo esto es sin ánimo de lucro, sólo por diversión =P

VIAJE AL PASADO Por Annia

4

¿Quién era esa chica? ¿Y qué hacía en el cuarto de Sakura?, se preguntaba la pequeña Bestia del Sello.  Sintió la magia emanar como si el libro hubiera sido abierto, pero su ama no estaba allí y ella era la única que podía hacerlo aparte de él.  Con toda su fuerza había empujado su cajón para ver qué pasaba pero sólo pudo ver a una joven sostenida en el escritorio.  Debía ser la nueva huésped, Nishaki, pero eso no explicaba el que estuviera en la habitación de su ama. 

Vio como la joven bajaba su vista y se quedó quieto como una estatua. 

  - Qué lindo muñeco – dijo la chica con ternura tomándolo con sus manos.

¿Qué? Él no era ningún muñeco.  Pero... ¿Qué le pasaba? Estaba seguro de que si tuviera los ojos cerrados juraría que lo estaba cargando Sakura.  Esa chica tenía un aura extraña, no le inspiraba ninguna confianza, era como si le generara un rechazo inmediato.  No le gustaba esa sensación.

************

Kerberus, la Bestia del Sello.  Lo había olvidado por completo.  Con Kero en la casa sería más difícil pasar desapercibida.  La actuación del "lindo muñeco" le había caído como anillo al dedo.  Estaba segura de que Kerberus odiaba que le dijeran eso pero no tuvo remedio.

Ahora que lo sostenía en sus brazos era como si estuviera en su mundo.  Kerberus, su lindo Kerberus, fue una de sus más preciadas compañías, aparte de Yue.  Hacía ya 4 años que estaba sellado, extrañaba mucho a su pequeño amigo. 

Lo abrazó fuertemente no queriéndolo soltar.  Por su parte, el muñequito se estaba volviendo azul por la falta de respiración.  La joven pareció darse cuenta de este detalle porque aflojó sus brazos y se sentó en la cama.  Le acarició la pequeña cabecita a la criatura mágica y le tarareó lentamente un fragmento de una dulce canción que había aprendido de niña.

Madaminu sekai
soko de nani ga matteite mo
moshi mo risou to chigatte mo
osore wa shinai       

En un mundo desconocido,

allí algo me está esperando,

Por si acaso difiere de un ideal,

no sentiré miedo.

En un mundo desconocido... un momento ¿Qué estaba haciendo allí cantando? Otra vez perdiendo el tiempo.  No debía hacerlo, ahora que recordaba debía examinar la nave y tratar de comunicarse con Ryu, pero ¿Dónde y cómo?... Una idea cruzó rápido por su mente.  Podía hacerlo en el mismo lugar en donde había aterrizado...

Sayuri se incorporó de la cama en donde estaba sentada.  Miró por última vez a la Bestia del Sello y lo depositó en el cajón inferior del escritorio, cerrándolo.  De esta manera obtenía más tiempo si es que la criatura quería seguirla.  Fue hacia la puerta y salió de la habitación de Sakura.

************

Lo había dejado encerrado.  ¿Sería a propósito? Pero qué sandeces estaba diciendo, la chica no sabía que él era una criatura mágica. 

El pequeño animalito con alas salió con mucho trabajo del cajón donde lo habían dejado y voló rápidamente hacia la puerta.  Se dispuso a salir al pasillo pero se detuvo porque la joven estaba allí.  Retrocedió y esperó.  Después de unos segundos volvió a mirar al pasillo pero se encontraba vacío.  Dirigió su vista hacia la habitación de la chica y vio la puerta entreabierta.  Voló hacia allí.

************

Había entrado a su habitación apenas había salido del otro cuarto.  Si Kero la seguía no le iba a dar el gusto.  Cogió rápido su mochila y fue hacia la ventana.  Menos mal que se había puesto jeans y zapatos tenis ese día, así sería más fácil desplazarse. 

Subió al marco de la ventana y de un salto llegó a la calle trasera de la casa.  Vio por última vez a su cuarto y salió corriendo en dirección al Parque Central de Tomoeda.

************

Nadie.  Kerberus se había dirigido a la habitación de la joven Nishaki para ver por la puerta entreabierta y confirmó que estaba vacía.  Entonces ¿Dónde se había metido? O ¿En realidad había entrado a ese cuarto? Ahora que lo pensaba, no estaba seguro.

Probablemente la chica debía estar en el primer piso, era mejor que regresara al cuarto de Sakura para evitarse problemas.  Su ama no era nada recomendable si se enojaba con él.

************

El parque... ahora debía buscar un lugar apartado.  La joven se adentró en aquella gran extensión de árboles y prado lo más que pudo y encontró el sitio perfecto.  Confirmó que estaba sola, sacó de su mochila su cinturón y extrajo de un compartimiento de éste el pequeño estuche plateado con la forma de un encendedor.  Abrió la parte superior de la cápsula y oprimió un botón de color azul.  La depositó en el prado y se alejó un metro.

La gran máquina apareció delante de ella en toda su majestuosidad.  A la joven vinieron todos los recuerdos de esa noche en que llegó a esa época por primera vez.  La Máquina del Tiempo la había traído sana y salva, y ahora ésta estaba averiada al haberse estrellado con los árboles.

Comenzó por inspeccionar la nave.  Revisó cada circuito, cada parte, una por una.  ¡Rayos! Algunas se habían dañado y sobrecalentado.  No tenía repuestos ¿Qué iba a hacer? Bueno, por lo menos las partes que se necesitaba ya se habían creado en el 2007, sólo debía conseguirlas.  Iba a ser difícil pero ella tenía sus trucos.

Regresó la nave a su cápsula.  Por ahora debía tratar de comunicarse con alguien en el futuro, pero la única manera era usando magia y no debían notar su presencia... un momento, ahora recordaba que el bosque en donde se encontraba era residencia de miles de espíritus, quizás su aura se podría confundir con la de uno de ellos.

Nada perdía con intentar.  Llevó sus manos hacia delante dejando un espacio entre ellas como si estuviera sosteniendo el aire, cerró los ojos y se concentró.  Su energía se fue reuniendo en sus manos poco a poco.  A su alrededor las hojas de los árboles se movían impulsadas por el viento que tomaba fuerza.  Las gotas de rocío dejadas en la hojas por la fuerte lluvia de hacía 2 días aún se conservaban.  Se elevaron en el aire y se fueron aglutinando en la abertura entre las manos de la joven formando un espejo de agua en donde el rostro de ella se vio reflejado.  A continuación la chica abrió los ojos y pudo ver cómo extrañamente cambiaba su imagen...

************

Stronghold.  Ciudad de Tomoeda, año 2028.

Había entrado a su habitación.  Le dolía todo el cuerpo, el combate que había tenido hace poco lo dejó agotado.  Sólo quería darse una ducha y descansar un poco antes de tomar guardia.

El joven se dirigió hacia el cuarto de baño, entró y fue hacia una extraña y mediana pila que debería ser un lavamanos.  Cerró el obturador de éste y abrió la llave para que llenara.  Cuando el nivel del agua subió lo suficiente, hundió sus manos en el líquido y luego se las llevó a su rostro para refrescarlo.  Levantó la vista y la fijó en el espejo frente a él.  Ahora se podía apreciar a un chico apuesto de aproximadamente 17 años, de cabello azul oscuro y ojos grises con visos violetas que enmarcaban una mirada seria, misteriosa y muy observadora. 

Llevaba una ropa extraña también, toda de color negro.  Tenía botas muy modernas y de suela gruesa, pantalones holgados de horme masculino, una camiseta larga y de manga corta sin cuello, y un chaleco holgado manga sisa, el cual lo traía sin cerrar.  Además, cargaba con un cinturón ajustado con varios compartimientos, guantes, un comunicador en su oreja izquierda y en su cuello, escondido bajo su camiseta, portaba un colgante parecido a una llave dorada, que tenía en la punta un círculo cubierto por una estrella que asemejaban la forma de un sol.

Volvió a hundir sus manos en el agua y remojó su cara de nuevo.  Fijó ahora su mirada en la superficie cristalina como si estuviera meditando algo.  De repente su expresión seria cambió a una de sorpresa.  El agua no estaba reflejando su rostro sino el de una chica que le miraba también medio sorprendida pero con una chispa de alegría en sus ojos.  ¿Acaso era...?

************

¡Lo había conseguido! El conjuro salió justo como quería. 

  - Ryu... – murmuró con una sonrisa en sus labios.

El rostro del aludido le miraba con una expresión desconcertada por la pantalla de agua flotante entre sus manos, expresión que luego cambió a una de satisfacción.

  - Eres tú... – le dijo el joven a través del espejo de agua sonriéndole – sabía que lo conseguirías... Naomi... – la observó complacido.

La joven le miró detalladamente, sintiéndose extraña al ser llamada por su nombre.  Finalmente le dedicó una sonrisa.

  - Ya te lo había dicho, soy la única que podía hacerlo

  - Bien... – dudó un poco; de repente su expresión cambió – ya han pasado tres días desde que estás allí ¿Qué sabes de Eithar? – le dijo seriamente y no divagando más.

Ella desvió la vista.  En realidad no había averiguado nada, ni siquiera había intentado buscar la llave.

  - Ya veo... ¿Entonces qué has hecho? – preguntó Ryu adivinando los pensamientos de la joven.

  - Yo... perdóname... han pasado muchas cosas, no he tenido la oportunidad... – respondió ella.  Se sentía mal, sabía que le estaba fallando a su amigo y a todos en el futuro.

  - No tienes que disculparte, sé que no es fácil – Ryu la miró comprensivo.

  - ¿Han habido más ataques a la ciudad? ¿Cómo están las cosas en Stronghold? – indagó la chica tratando de desviar la conversación.

  - Hoy hubo una ofensiva, afortunadamente pudimos controlarla.  En cuanto a la Fortaleza, todos estamos bien, Koichi y la doctora te extrañan ¿Sabes? -

           - Sí, yo también a ellos – dijo riendo melancólicamente.

  - Y yo a ti... – Ryu le miró con una extraña expresión que la desconcertó un poco.

  - También yo – desvió la vista – pero, me inquietan esos ataques ¿Están seguros que pueden soportarlos mientras regrese?

  - No te preocupes, ya te lo dije, todo está bien, hemos sobrevivido antes – dijo en modo tranquilizador pero con expresión seria.

  - Bien... – no sabía cómo empezar.

  - Naomi – la llamó seriamente.

  - Dime -

  - Presiento que me ocultas algo – determinó él con mirada sospechosa - ¿Por qué no eres capaz de decírmelo?

Sabía que debía decírselo, Ryu la entendería, estaba segura.

  - Debes comprenderme, esto no es nada fácil para mí – dudó un poco pero continuó – los he visto... la he visto... – sus ojos se cristalizaron.

  - ¿A quienes? -

  - A mi familia... a mi madre – sus labios se curvaron levemente – ha sido todo muy extraño ¿Sabes?

  - ¿A tu madre? – el rostro de él mostró gran asombro – pero... Naomi, sabes lo que eso significa...

  - Sí, lo sé, pero, ¡No sabes todo lo que me he tenido que controlar! Apenas la vi tuve unas ganas inmensas de abrazarla y decirle que la extrañaba... ¡Es muy difícil! -

  - No puedes relacionarte – aclaró sensatamente.

  - Ya lo hice... – inclinó su cabeza culpable.

  - ¡¿Qué?! – exclamó consternado.

  - Es una larga historia... -

  - Dime qué ha pasado -

Ella lo miró con detenimiento.  Esos ojos grises la miraban inquisidoramente, nunca le podía ocultar nada a él.

  - Aquella noche aterricé en el parque de Tomoeda – comenzó – casi en los límites del bosque, afortunadamente no fui vista por nadie pero... -

  - ¿Pero? – indagó.

  - Estaba lastimada... sabía que no me dejarían viajar si lo sabían, por eso callé, creí que podría controlarme pero no pude, mis fuerzas fallaban y la herida que tenía en mi costado no dejaba de sangrar.  No pude continuar así que bebí una pequeña porción de suero que había cogido del laboratorio anteriormente, eso me daría tiempo, y decidí ir al hospital.  Descuida, tomé todas las precauciones – aclaró al ver la expresión de reclamo del chico – subí por la escalera interna de emergencia y busqué una habitación donde pudiera encontrar instrumentos con los cuales poder sanarme.

  - Sin embargo, supongo que no todo salió como lo habías planeado – dedujo el joven.

  - Así es – asintió ella con la cabeza – olvidé que mi tío ya trabajaba allí para este año – puso cara de resignación.

  - ¿Touya te descubrió? – su expresión fue de incredulidad – ¿Es mi imaginación o se te está olvidando todo primita?

  - ¡Ryu! – dijo ella en forma de reclamo – estando herida no tenía cabeza para pensar en eso – continuó – acababa de cogerme puntos, el efecto del suero se había terminado y Touya me descubrió en aquella habitación.  Quise huir pero él se interpuso.

  - La única solución era dejarlo inconsciente pero tú no tenías fuerzas... – adivinó él.  Ella hizo un gesto afirmativo.

  - Pero, supongo que las circunstancias me ayudaron -

  - ¿A qué te refieres? -

  - El doctor Kinomoto no midió sus fuerzas y me lanzó hacia la pared.  Me golpeé muy fuerte en la cabeza, según él.  Cuando desperté estaba en una habitación para pacientes y Touya se encontraba a mi lado.  Me pediría muchas explicaciones y no podía dárselas, así que opté por fingir amnesia, fue mi única opción. 

  - Es una buena excusa – admitió el joven.

  - Sí, pero creo que sospecha algo o por lo menos lo siente – dijo dubitativa – sin embargo decidió encargarse de mí, se cree en la obligación de ayudarme a recuperar mis recuerdos, fue por eso que me ofreció vivir en su antigua habitación, en la casa Kinomoto.  Ahora me llaman Sayuri Nishaki -

  - ¿Por qué aceptaste? – le preguntó él seriamente.

  - No pude evitarlo – su mirada era triste – sabía que ella estaría allí, al fin la vería de nuevo después de 4 años... es muy diferente ¿Sabes? Tiene mi edad pero aún así su espíritu es el mismo que conocía... – una gran sonrisa se le escapó.

  - ¿A quienes más has visto? -

  - Solamente a mi abuelo y a Kero – dijo con alegría.

  - ¿Y a... – se detuvo de repente.

  - No – negó con la cabeza sabiendo a quién se refería – a él no lo he visto, tampoco a mi padre, mas, cuando lo haga me contactaré contigo -  

  - Bien, pero ten mucho cuidado, no debes revelar nada -

  - Descuida, soy una buena actriz ¿Lo recuerdas? – afirmó ella guiñándole un ojo.

  - Ni que lo digas "Sayuri" – Ryu le sonrió acordándose de viejos tiempos – por cierto, ¿Cómo está la Máquina del Tiempo?

  - Tendré problemas con eso, algunas partes se averiaron y tengo que conseguir los repuestos, pero no te preocupes, podré hacerlo -

  - Eso espero – comentó intranquilo.

  - Entonces... creo que ya es hora de despedirnos – le dijo ella en forma sensata.

  - Sí, recuerda lo que te dije -

  - No lo olvidaré, y por favor, salúdame a Koi y a tu madre de mi parte -

  - Lo haré, cuídate – Ryu le regaló una sonrisa.

  - Tú también, nos vemos – dijo ella haciendo un gesto de despedida.  Iba a terminar con el conjuro cuando él la llamó de nuevo.

  - Naomi -

  - ¿Sí? – preguntó ella expectante.

  - Vuelve... – su voz ansiosa terminó en un eco mientras la conexión se rompía.  La pantalla de agua se dispersó y quedó nuevamente sola.

Las palabras que había dicho el joven aún retumbaban en su cabeza.  Una expresión de desconcierto surcó su rostro.  Él tenía razón pero una duda taladraba su conciencia:  ¿Acaso ella quería regresar?. 

************

  - Ese es mi caso, director Kiwutsu -

Fujitaka Kinomoto había salido temprano de la universidad y ahora estaba frente al director de la Preparatoria Yamen pidiéndole que aceptara a Sayuri Nishaki como su nueva estudiante.

  - Señor Kinomoto, debe saber que esta no es una fácil decisión, estamos hablando de una joven que sufre de amnesia, no sabemos nada de sus orígenes, ni dónde vivía, ni qué hacía, ni tampoco si es segura – determinó el director seriamente.

  - Lo sé, pero estoy seguro de que es una buena chica, pongo mi palabra en ello, lo único que le pido es que le de una oportunidad – le dijo Fujitaka sensatamente.

El señor Kiwutsu pareció dudar.  El respetable señor Kinomoto era una persona muy seria y no vendría a interceder por esa joven si no confiara totalmente en ella.

  - Está bien señor Kinomoto, aceptaré a la señorita Nishaki como alumna pero estará una semana en período de prueba, esa es mi condición ¿Le parece bien?

A Fujitaka se le iluminó el rostro con una gran sonrisa, estaba feliz de haber conseguido su cometido.

       - Le doy mil gracias, director, no se arrepentirá se lo aseguro -

************

  - ¿Estás segura de que puedes confiar en ella? No me opongo a que le brinden su ayuda pero piénsalo bien Sakura, no se sabe nada de esa chica – dijo el joven con sensatez y seriedad.

  - ¿Por qué siempre tienes que ser tan desconfiado? Oh vamos Shaoran, no me mires así porque sabes que es verdad – replicó la aludida ante el gesto de él – tienes razón, no sabemos nada de ella pero estoy segura de que es una buena persona, es segura, es que, si tan sólo la conocieras, entonces me comprenderías – continuó más calmada.

El muchacho la miró dubitativo durante unos segundos pero luego terminó dando su consentimiento.

  - Está bien, no te discuto más, es sólo que me da mala espina... bien, bien, por lo menos me gustaría conocerla – añadió ante la expresión que ella le había puesto – así estaría más tranquilo.

  - El joven Shaoran siempre te sobreprotege mucho Sakura, ya deberías estar acostumbrada amiga – intervino una chica con una sonrisa de triunfo y una mirada perpicaz.

  - Tomoyo ¿De qué hablas? – Li ya sabía qué significaban esas miradas.

  - No le hagas caso, Li siempre es así Sakura – comentó otro muchacho pero con lentes.

  - Eriol, se supone que eres mi mejor amigo, deberías apoyarme – reclamó un tanto molesto el pequeño lobo.

  - Sí, pero (...) – replicaba el joven inglés con su inconfundible sonrisa.

Sakura sólo los veía discutir.  Al mismo tiempo intercambiaba miradas con Tomoyo como diciendo "Siempre es lo mismo".  Había llegado esa mañana un poco presurosa por haberse levantado tarde, pero afortunadamente su titular no había llegado.  Quería contarles a sus amigos acerca de su nueva huésped, Sayuri Nishaki, pero no tuvo tiempo de hacerlo sino hasta el receso.  Shaoran, Tomoyo y Eriol se habían mostrado muy interesados en la chica con amnesia, sin embargo, Shaoran no evitó comentarle su desacuerdo.  Él era así, a veces era extremadamente receloso ¿Cuándo cambiaría?

  - Bueno ya, paren eso – determinó la menor de los Kinomoto para silenciar a sus 2 amigos – sigamos tu idea Shaoran, también me gustaría que todos conocieran a Sayuri, ¿Qué les parece si vienen después de clases a mi casa?

Ante esta sugerencia los tres jóvenes hicieron cara de impotencia.

  - Sakura, lo siento mucho, pero hoy tengo práctica coral, la presentación es muy pronto, no puedo faltar – dijo apenada la joven Daidouji.

  - Tampoco puedo, tengo clases de esgrima, ya sabes, esta niña está empeñada en que aprenda – comentó Eriol señalando con la cabeza a Tomoyo.

  - Yo no te obligué – se defendió la aludida sonriendo pícaramente – además sólo fue una sugerencia, tienes un talento natural, eres muy bueno en eso -

  - Siempre termino complaciéndote ¿No? – solucionó él alzándose de hombros y con cara juguetona.

  - Sakura, el Concilio necesita de ordenar unos cuantos asuntos aquí, en Japón, me llamaron hace poco, esa tarea me fue encomendada, lo siento pero estoy muy ocupado – dijo Li tratando de ignorar a sus otros dos amigos que ya parecían pareja.

  - Oh, ya veo, no se preocupen, los comprendo – Sakura estaba desilusionada, ahora resultaba que todos tenían mucho por hacer – será en otra ocasión, quizás pueda ella venir mañana, no lo sé.

  - De verdad que lo sentimos Sakura, pero nos alegraría que trajeras a esa chica a la escuela, puede ser una nueva amiga – terminó sonriente Tomoyo.

  - Una nueva amiga... sí, tienes razón – expresó la joven aludida un poco más animada.

************

  - Disculpe joven, ¿Puedo ayudarlo en algo? – el dependiente estaba un poco inquieto, aquel joven ya hacía unos minutos que había entrado a la tienda y sólo se había limitado a observar la mercancía sin hacer un solo pedido o preguntar por algo.

  - No, gracias – respondió cortantemente y con una voz algo ronca, para dar media vuelta y seguir observando.

El dependiente se desconcertó, pero luego decidió obviarlo y continuar con su labor.  Sin embargo, siguió examinando cada uno de sus movimientos, algo lo hacía desconfiar.

Se encontraban en un gran local situado en una concurrida calle, que se dedicaba a la ferretería y a vender repuestos y partes de todo tipo de medios de transporte.  El local era muy moderno, con una gran demanda y buenas referencias.

La tienda era grande y ahora el joven se dirigió a una sección apartada, en donde estaban expuestas diversas partes y repuestos, de número limitado, alta calidad y mayor precio. 

Él estaba vestido muy peculiarmente, con botas negras, pantalón deportivo del mismo color, una camiseta gris larga bien holgada, y una chaqueta también negra que le quedaba ligeramente grande.  Por último llevaba una mochila, guantes y en su cabeza una gorra de color oscuro con la que ocultaba parte de su rostro.

El joven paseaba su mirada castaña oscura con visos rojos por todos los escaparates, parecía no saber en realidad qué querer, pero por su observación detallada de cada cosa se podía entrever que sabía muy bien lo que buscaba.

Finalmente pareció decidirse y eligió un repuesto de tamaño mediano que parecía un generador.  Lo miró detenidamente y sonrió, para luego apretarlo en su mano durante unos segundos, en los cuales una chispa azul casi imperceptible iluminó el pequeño artefacto.  Hecho esto, el joven abrió su mochila, lo guardó allí y se dirigió a la salida.  Allí lo esperaba el mismo dependiente que hacía poco le había hablado.

  - ¿Encontró lo que deseaba señor? – le preguntó con una patética voz sumisa.

  - No, gracias – fue su única respuesta, dejando nuevamente al hombre desconcertado.

El muchacho ni lo miró y siguió su camino.  El dependiente miraba detenidamente la puerta de salida que pronto atravesaría el chico.  Algo lo hacía dudar, pero no tenía de qué preocuparse, todos los artefactos de la tienda contenían un dispositivo anti–robo que era desactivado cuando se cancelaba la cuenta, siendo imposible de quitar antes.  Si aquel joven robara algo, los detectores automáticos puestos en las puertas sonarían inmediatamente.  Algo en su interior le decía que los aparatos iban a sonar.  Estaba preparado.

El joven continuó caminando y pasó por las puertas de salida tranquilamente, los detectores no emitieron ningún ruido.

El dependiente no podía ocultar su incredulidad, el chico había pasado como si nada.  Bueno, era una nueva lección, quizás se estaba volviendo muy paranoico y veía robos en todas partes.  Sacudió su cabeza y se internó en la tienda para atender más clientes.

En la calle, un chico caminaba cuidadosamente pero a la vez con actitud serena.  Un brillo de astucia brilló en sus ojos oscuros con visos rojizos... Se acomodó la gorra, agarró bien su mochila y siguió andando.  En su rostro se perfilaba una media sonrisa complacida.  No había sido tan difícil después de todo.

************

Caminaba por la concurrida calle.  Tenía cosas del Concilio por hacer pero decidió que antes andaría un poco y despejaría su mente, luego tendría mucho trabajo.  ¿Por qué simplemente su madre no se encargaba de esos asuntos? Bien, era cierto que pronto sería el Jefe del Clan Li y uno de los posibles candidatos a Jefe del Concilio de Oriente, pero por lo menos deberían dejarlo libre un poco ahora que podía.

Shaoran seguía caminando metido en sus pensamientos, casi no prestaba atención a su alrededor.  El choque con alguien lo devolvió a la realidad.

  - Oh, lo siento – se disculpó. 

La persona con la que se había chocado era un joven, casi de su misma altura, vestido con ropa oscura y una gorra, llevando junto con sí una mochila.  El chico lo había mirado fugazmente y seguido con su camino, ni se molestó en aceptarle la disculpa o enojarse.

Shaoran encogió sus hombros y avanzó.  Una sensación lo recorrió por una milésima de segundo.  ¿Qué había sido eso? Sintió como si su energía se chocara contra sí mismo muy ligeramente.  Aquello era imposible.  Volteó rápidamente su vista hacia atrás buscando al posible responsable de ese sentimiento.  El joven ya no estaba. 

************

Nota de la Autora:  Hola¡ ¡Al fin un review! Este capítulo va en principal agradecimiento a Aristeo quien fue el único que me escribió ^^ Arigato por la crítica, me sirvió de mucho n_n, espero que te guste este chap.

¿Y qué piensan? ya por lo menos saben quién es la chica ¿verdad? ^_^ Ya sé que la conversación con el chico casi no reveló mucho pero tenía que dejar preguntas sin resolver jejeje.

Esta vez no voy a echar tanta labia así que sólo comento lo primordial =P

Sé que el fic está todo raro y enredado, pero tengan paciencia, pronto todo se aclarará n_n

En cuanto a la canción que canta Sayuri, casi todos la conocen, es el tercer opening de CCS "Platina", el que suena en el último capítulo, es muy bonito y la letra va un poco acorde con la protagonista ^_-  Cuando lean el fragmento traten de imaginárselo lento para que quede bien con la escena.

Y que ¿Quién es el joven que robó en la ferretería? Ya di pistas, creo que ya se dieron cuenta ^^ , pónganle cuidado porque aparecerá en el próximo capítulo y va a hacer otras cosas el pillo n_n

Bueno, ya me despido, así que gracias por leer y nos vemos¡ ^_^

¡¡¡Dejen reviews!!!! no sean malitos ni malitas =P 

Annia

"Volará quien le ponga alas a sus sueños..."