¡¡¡¡¡HOLA!!!!! Espero que se hayan pasado una Navidad de especial magnifisencia, aquí su cuatacha la loca, transmitiendo desde la tercera roca del sol con mucho gusto para todos ustedes, con una emisión mas de nuestro programa "las locuras de Aethquenwen", quiero agradecerle a las personas que me dejan reviews, su punto de vista es muy importante para mí, ¿saben qué? los quiero mucho, un resto, y nada mas por eso, y por que es Año Nuevo les voy a mandar un abrazote y un besote a todos los fieles seguidores de esta página, gracias también por leer lo que les recomendé, ¡¿verdad que esta chido?! y preparense, por que esta semana subiré dos poemas nuevos, y para el próximo año, (osea pasado mañana)voy a ver si puedo crear otra página, pues tengo otro cuento que quiero subir, pero este es de risa, nada más chequense el título:¡¡¿Que hacen un Enano, un Elfo, y un Hombre en nuestras tierras?!! Así pues y ya estando bajo amenaza de una proxima comedia, proseguimos con lo que venimos a hacer, osea que dé comienzo el cuento de Aethquenwen y la Caída de Linquetnorë, porfa, ya saben ¡¡¡Dejen Reviews!!! solo así esta aventura puede continuar, aunque solo sea para mentarme la mother, ¡¡Annali len!! ¡¡Namarië!! ¡¡Felíz Año!!

CAPITULO III

AÑOS DIFICILES

Los años pasaron en Dor-Lomín, los Orientales no les hacían daño a las mujeres, aún así fueron tiempos duros para Alatafiniel, ya que se tuvo que ver rebajada a servir en casa de Morwen, como si fuera una mujer cualquiera, y pese a que siempre fue tratada con igualdad y respeto, las ansias de libertad que sentía fueron constantemente atacadas por su sentido de responsabilidad y el temor a sufrir algún daño por rebelarse, o incluso intentar escapar, sin embargo y sin querer, Alatafiniel había pasado parte de su espíritu y deseo a su hija, y con los años, Aethqwenwen creció y creció también en su corazón el deseo de libertad y poder digno de su Casa.

La hija de Morwen, Nienor, era apenas un poco mayor que Aethquenwen, así que practicamente crecieron juntas, jugaban y se divertían, pero, a veces, Nienor tenía miedo de Aethquenwen, un miedo inocente, pero al fin miedo, el motivo, era que siempre sucedían cosas extrañas alrededor de Aethquenwen, por ejemplo, en una ocación cuando miraban como un Oriental le gritaba a una mujer, la pequeña Athquenwen se acercó y tómandolo de la mano le preguntó por que lo hacía:

-¡Quítate de aquí, elfa! - le contestó él groseramente

-Me quitaré por que no deseo quemarme- dijo ella y el Oriental comenzó a incendiarse sin razón aparente alguna, además Aethquenwen podía encender fuego sin necesidad de otra cosa que sus manos, solo con tocar maderas secas. Aethquenwen también podía convertir rocas en pan, entre otras cosas, nadie le había enseñado nunca a pelear, sin embargo, salía siempre vencedora, cuando se veía en la necesidad de golpear aquellos que la molestaban, los Orientales tuvieron siempre cuidado de no dejar armas a su alcanse.

Lo Orientales comenzaron a llamarla Gûledhel, La Hechizera Elfa, evitaban su compañía y la temían, pues en su prescencia,la luz de sus ojos quemaba, y las armas se volvían en contra de sus dueños, evitando ser sacadas de sus fundas, y calentandose a tal grado que era imposible tocarlas sin quemarse.

Una tarde, Ainarwen les narraba una de tantas veces sobre la huida de Valinor, estas historias, junto con el deseo de libertad, crearon en Aethquenwen un nuevo proposito:

-En el Éxodo de los Noldor, después de la matanza de los hermanos, cuando sus naves fueron tomadas, cruzabamos el gran mar y escuchamos la voz de Manwë ofreciendonos el perdón, mi corazón quería volver, pero mi orgullo era mucho, y mi mente estaba contaminada, tu madre me rogó que regresáramos, que rectificara mi pensar, pero no la escuché, y en cambio volví la cara para ver por última vez las Tierras Bendecidas, y fue así que la luz de Valinor me cegó, castigándome por mi orgullo y rebeldía haciendome también envejecer prematuramente-

-El Orgullo es un arma poderosa, y no creré en un Dios que me diga que debo renunciar a él

-Pagarás caras esas palabras, Hija mía- dijo Ainarwen suavemente - ya que tus dones te fueron dados por ellos-

-A mí no se me ha dado nada, todo lo he hecho sola, y si ellos me dieron el don, entonces ¿por que mantenerme aquí sin permitirme usarlo? No, abuela, lo siento, pero no creré en tus dioses, yo no nací, como tu, de su canto,¿Acaso no soy yo la estrella que brilla sola?, he de ser yo quien forje mi destino, solo yo, y nadie lo alterará.

-Entonces te quedarás sola muy pronto, sin saber amar ni perdonar

-¿Quien necesita amor y perdón cuando se tiene sangre en las venas y aire en los pulmones?- Aethquenwen terminó la conversasión, como siempre, con la última palabra.

Un día, el último que ella recordaría de su vida en Dor-Lomín, Aethquenwen presenció como su madre recogía unos mendrugos del suelo mientras un Oriental le gritaba por no hacerlo correctamente, esto hizo que la sangre de Aethquenwen hirviera, de repente sus ojos se ensendieron, estaba ofendida, así que se acercó y tomando los mendrugos de las manos de sus madre los arrojó en la cara del Oriental y gritó:

-¡¡Que la bestias recojan lo que las bestias pruducen!!- y tomando un enorme cuchilo lo encajó en la cabeza del hombre, el cual calló al suelo muerto chillando,desangrandose y con el cuchillo a mitad del craneo.

Alatafiniel dió un grito de horror, e intentó sacar el cuhillo, con lo cual solo logró enpaparse de sangre, no tenía caso, estaba muerto, Aethquenwen lo había asesinado, Alatafiniel le ordenó esconderse, Aeth se metió entre unos barriles, los Orientales comenzaron a llegar, alertados por el grito, penetraron en la tienda y encontraron a Alatafiniel bañada en sangre y con el cuchillo en las manos, ella alegó inocencia, diciendo que había tratado de atacarla, pero no le creyeron y se la llevaron, esto llegó rapidamente a oidos de Morwen y de Ainarwen, que salieron para tratar de evitar el castigo, ambas rogaron por su vida, y Ainarwen trató de interponerse, pero los Orientales la golperon, y Alatafiniel se acercó y le dijo:

-Dejadme morir, madre, que lo he deseado desde que Moredhel durmiera bajo los túmulos de la Nirnaeth Arnoediad, y decid a mi hija que este es mi regalo para ella, su vida - dijo al momento que ponía en las manos de Ainarwen una cadena con la Mîr-Sûluin

Alatafiniel, descendiente de Ingwë, Princesa Élfica, la doncella de los cabellos dorados, la que llevaba la luz de Ilúvatar en el rostro,y la fuerza de su gente en el espíritu, fue colgada de uno de los árboles de las afueras de la aldea, y antes de que le fuera propinado el tercer azote ella ya había expirado, llevandose consigo a la última de la casa de Ingwë que naciera en Valinor y llevara a cabo el gran viaje, el día se vistió de luto, amortajándose el sol tras un manto de triztesa.

Mientras, en la tienda, donde aún yacía muerto el Oriental, Aethquenwen estaba escondida tras los barriles, y su pecho subía y bajaba con frenesí mientras pensaba y no cesaba de repetir "¡Debo huir! ¡Tengo que huir! ¡Tengo que irme! ¡Ya es hora!".....

¡¡¡¡¡¡TAN TAN!!!!!! Se acabó este capítulo, sí, aunque no lo crean Aethquenwen es una asesina, y lo seguirá siendo, sino espérense a ver lo que sigue, lo curioso es qúe aún no se si es mala o es buena, cero que está tan loca como su dueña, o sea yo, una pregunta, ¿quieren sexo explícito o solo insinuado? usen los reviews para votar, al final cuento los votos a ver que sale.

Y EN NUESTRO PROXIMO CAPÍTULO: Que triztesa, deberá dejar todo lo que "ama" para ir a donde no la aceptaron antaño, ¿ahora será diferente?¡como, ¿que Túrin no está muerto?!

Aethquenwen significa "doncella que habla interminablemente" al principio fue un nombre que me inventó una amiga para burlarse de mí, pues tengo la costumbre de hablar mucho (demasiado dicen algunos) pero luego se convirtió en mi seudónimo, y tiempo después la convertí en personaje para este cuento que debía entregar en la escuela, desgraciadamente y como nadie es "profeta en su tierra" en la escuela a nadie le gustó, por que solo unos cuantos conocen el trabajo de Tolkien, bueno como sea llegó aquí y me encanta que les guste, Los Quiero Mucho y espero que reciban el año nuevo de buen humor, ya saben "Año Nuevo,Vida Nueva" así que mis deseos son que se sacudan el polvo y sigan adelante, mientras haya vida hay esperanza, y mientras sean fieles a sus sueños nadie podrá derrumbarlos, aferrense a ellos, pues como alguien dijo alguna ves:

"Es mejor soñar y morir por tus sueños, que vivir sin haber soñado nunca, por que los sueños e ilusiones son la vida en su mas pura escencia" ;)

Finalizando transmición.......

conexión perdida........