¡¡¡¡¡¡HOLA!!!!!!! ¿Como están mis pequeños educandos? O educandas, por que al revisar mis reviews me doy cuenta que solo hay chavas ¿por que? jamás lo averiguaremos, como sea, quiero agradecerles y por supuesto felicitarlas, ya leí sus trabajos y son una belleza, no solo los escritos, también ustedes ¡ji, ji, ji,!
Voy a ocupar un par de parrafos para dar unos cuantos agradecimientos, en primer lugar, a Êlglîn, por su paciencia, y constantes golpes en la cabeza que me hacen volver a la realidad (aunque a veces yo no quiera), además de ocuparse de todos mis "bisnes" en internet y mantenerme informada de las nuevas noticias. A Lothluin, por ser tan puntual con los reviews, lo cual desmuestra un amable interés por mi trabajo, además de dibujar precioso, ¿Quieres hacerme un favor? Dibújame el rostro de Aethquenwen, tal como te lo imagines y con completa libertad, juro que me encantará.
A Anariel, por tus recomendaciones, las tomaré en cuenta, y por el bello poemita sobre Legolas incluido en tu fic, me inspiraste para uno que subiré esta semana.
Eso es todo, así que, chicas, este capítulo es para ustedes:
¡Hantalë!
CAPITULO IV
LA HUIDA
El cuerpo de Alatafiniel fue bajado del árbol, y la enterraron en la parte de atrás de la casa de Morwen, donde el pasto era verde, y flores blancas cubrían en rededor, sobre el túmulo, Nienor había grabado en carácteres élficos Haud-en-Ninartári El túmulo de las lágrimas por la Alta Señora.
Ainarwen y Morwen lloraron mucho por su partida, Nienor también, pero luego buscó a Aethquenwen y le dijo:
-Amiga, no sé ni quiero saber que pasó en la casa del Oriental, y se que tu dolor es profundo, pero ahora, mas que nunca corres peligro, sin la protección de tu madre, los hombres te temen, pero el temor no será suficiente para frenar su ira....- Aethquenwen la miró, estaba triste y sin embargo no lloraba, Nienor continuó - No te preocupes, ven con nosotras - y le contó como Aerin, había logrado, por medio de su esposo, que ellas escaparan hacia el sur, hacia Doriath.
-No gracias- contestó Aeth, para sorpresa de Nienor- me quedaré, para vengar y terminar lo que mi madre empezó, para liberar a este pueblo del yugo que lo sostiene-
-Tus ideas son ambiciosas, amiga mía, pero también son ilógicas e inalcanzables....-
-La libertad es inalcanzable?- interrumpió Aethquenwen - tal vez no pensemos del mismo modo, pero creí que desabas la libertad tanto como yo, tu puedes irte, a mi, dadme una espada y degollaré a nuestros verdugos-
-Deseo tanto la libertad como tú la deseas, es por eso que te pido que vengas conmigo, Aeth, si luchas y mueres, tu sacrificio será en vano...
-Prefiero morir peleando por mi libertad que vivir escondiéndome, sí, prefiero caer al final de una batalla gloriosa-
-Pero ¿por que no vivir para ver la gloria de tu batalla?Escucha, venid conmigo a Doriath, allí pediremos ayuda al Rey Thingol, que siendo amigo de mi madre, le ha dado refugio a mi hermano durante todos estos años, le pediras arqueros y combatientes para venir a liberar a los nuestros.....-
-Pensé que vuestro hermano había muerto- dijo Aethquenwen, que sintió como el frío recorría su espalda
-Eso fue un truco para protegerlo, Túrin ha vivido en Doriath y se ha criado como uno de los habitantes del palacio, pero eso no importa ahora, por favor, Aethquenwen, aquí solo hay unas pocas esperanzas, ven conmigo- Nienor le tocó una mano y Aeth respondió con un salto, nadie la tocaría después de eso, no en algún tiempo, pero aceptó, estaba triste, y entendió que se encontraba debil para librar una batalla así, no, no lo haría, al menos no por ahora.
-Atenderé a vuestro ofrecimiento, por ahora, necesito ver en los ojos del Rey, necesito saber lo que aún no sé sobre él, y también ansío ver en el futuro de vuestro hermano, algo me dice que su huella no pasará desapercibida para mí- Aeth cerró los ojos como tratando de evitar ver lo que no debía.
A la mañana siguiente, Aethquenwen despertó a su abuela muy temprano, para decirle que se iría a Doriath con Morwen y Nienor, y a pedirle que la acompañase:
-Aquí moriré hija,- le había dicho ella -lo he visto, me queda poco ya y solo seré una carga para tí, tu eres la estrella que brilla sola, no puedes tener retrasos, ni alguien que dependa de tí, por favor, vete, y ven a liberarme algún día- Ainarwen la besó en la frente.
-Adiós entonces, doncella sagrada- contestó Aethquenwen, -pero antes de irme, os daré un último regalo, la luz que antaño se fue de su vida - Aethquenwen sopló en los ojos de Ainarwen, que pestañeó un par de veces, sus ojos se vovieron claros, y entre lágrimas, miró por primera vez el rostro de su nieta.
-Justo eres como siempre te vi en mi mente.....- fueron las últimas palabras que Aethquenwen le oyera a su abuela.
Esa noche tres figuras a caballo, envueltas en niebla espesa abandonaron los lindes de Dor-Lomín, una de ellas se detuvo por un segundo, para mirar atrás, unos ojos azules dijeron adiós a la aldea, mientras de los labios nacía un suave "¡Namarië!" que se fué con el viento de la noche.....
¡¡¡Se acabó!!! Este capítulo está mas corto, por que no podía pasar a Doriath sin explicar como era que huían.
Aclaro, Aethquenwen se asustó al saber que Túrin estaba vivo, y no fue en valde, sin querer, le hizo la vida imposible, aunque no lo crean, Aeth no considera a Nienor su amiga, pues ha visto su oscuro futuro, solo le ha hecho el "favor" de no decirle lo que le espera.¡Que asco!
Y EN NUESTRO PRÓXIMO CAPÍTULO: Esta vieja no respeta a nadie, ¡ni siquiera a un rey! No hay duda, ¡¡Sangre, sangre, sangre orca para desayunar!!, Morwen y Nienor no verán muy bien la actitud "altanera" de Aethquenwen.
Bueno, eso es todo, si quieren la receta de la inspiración, hay les va:
250 grs de intelecto
200 mlt. de originalidad
1 kl. de el Silmarillion
7 u 8 noches de insomnio
1 lapiz y 1 cuaderno de mediano tamaño
Horas Libres de Escuela al gusto
Se mezcla en un cerebro vacío y se cocina a fuego lento durante el tiempo de duración de los dos soundtracks de las películas.
¡¡¡BYE!!! ¡¡¡¡ADIÓS!!!!! ¡¡¡¡¡¡NAMARIË!!!!!!
