¡HOLAAAAA!!!!!!!!!!!!!! Tres semanas después desde la última emición he logrado unirme a este cybermundo, ¡ay, Eru, por que eres tan cruel conmigo!, solo pongamoslo así, mi "Beleg" me dejó por mi mejor amiga y mi "Gil-Galad" resulta que tenía novia, ¡por que no mejor me avientan al vacío, junto con Melkor!, o dejen que Gollum me coma, ¡¡Auxilio!! ¡¡Aléjenme objetos punzocortantes!! ¡Escapar de los orcos, para ser atrapado por lobos! ¡¡Dejen reviews para consolarme, plis!!
CAPÍTULO VIII
EL PUEBLO DE LINQUETNORË
A la mañana siguiente, las mujeres estaban listas ya para partir, en la mente tenían aún presente la imagen de Aethquenwen frente al fuego, habian sentido temor, pero también respeto y admiración.
Abandonaron la tierra yerma e incendiada de Dor-Lomín, cruzaron la frontera y avanzaron a la orilla del Teiglín, y Aeth les otorgó el nombre de Linquetnorë, el pueblo de las palabras con sonido, ya que en ese, su pueblo, todas podían hablar y opinar, sucedió entonces que después de varios días de marcha, las mujeres se fatigaron y desearon quedarse en el cruce del Malduin, esto no agradó a Aeth que pensó que la seguirían hasta el fin del mundo de ser necesario, tuvo un altercado con Aerin, hasta que ella le dijo:
-Dijiste que este era tu pueblo, y que en tu pueblo todos podían hablar y decir lo que pensaban, por favor, no somos tan fuertes como tú, solo queremos reposar aquí unos días, si no lo comprendes, entonces creo que cometí un error al seguirte..-
-Quieren quedarse?- Aeth la miró fríamente- Quedense, jamás debí hacerme cargo de ustedes, son débiles e inferiores. - Aeth no dijo mas, pero montó en su caballo y se alejó del campamento, Aerin les dijo a las demás que había hido a cazar, con la esperanza de que volvería.
Aethquenwen anduvo errante, su orgullo estaba herido, y se dirigió hacia Amon Rûdh por alguna razón, desde lejos la Colina Calva la atrajo como un imán, pero aún así no apresuró el paso, se detuvo a pescar, y una noche mientras dormía, sintió que su alama se estremecía y que la llamaban por su nombre, al amanecer, llegó a las faldas de la montaña. el pico parecía teñido de sangre con la luz de la mañana, pues se iluminaba poco a poco la flor seregon que crecía en la cima, Aeth tomó impulso y comenzó a trepar la montaña con ligeros saltos, se ayudó de las salientes y en poco tiempo se hayó en mitad del ascenso, había algo extraño en el ambiente, era pesado y somnoliento, el aire era tibio, no fresco del amanecer, y había un silencio reinante ajeno a la mañana, entonces pisó algo, se agachó y se percató que era sangre real derramada recientemente, la probó, parecía ser de orco, pero también había allí sangre de hombre, de repente escuchó un sonido como de pisadas, puso una flecha en el arco con una velocidad sorprendente y se giró, vió a lo lejos que el sonido era un enano que corría colina abajo, la sangre, el silencio y el enano huyendo hicieron que Aeth recurriera a toda su cautela y sus sentidos, siguió el arroyuelo de sangre, sin soltar la flecha en el arco, y al penetrar en una cueva lateral tuvo la misma sensación de su sueño, entró, y entre la obscuridad pudo distinguir varios cuerpos de lo que parecían ser hombre, orcos y algún elfo, "Proscritos" pensó, y sonrió levemente, había señas de que había sido una batalla dispareja, y las marcas en el suelo, o al menos las que pudo distinguir entre la sangre, indicaban que había habido forsejeo,
-¡Que curioso, no hay ningún cuerpo de enano, los uniformes son de Melkor, y los orcos de Melkor no atacan sin razón suficiente para vencer su propio miedo!- pensó en voz alta y con sarcasmo, se acercó a un cuerpo de orco y se sorprendió al sacar la flecha encajada en su pecho, pues era dorada con la punta gris ....
-Doriath, una flecha de Doriath- susurró
-Nos tomaron por sorpresa- dijo una voz suave a su espalda, Aeth se dió la vuelta con lentitud, era Beleg, allí sentado en la obscuridad, tenía herido un hombro y el costado.
-El enano nos traicionó, pero me las pagará, ya lo vera, os lo juro- dijo con un quejido
-No me hagaís juramentos a mí, no es por mí por quién deberaís cumplirlos- Aeth se sentó junto a él y le revisó la herida -no es grave, al menos no para vos.
-Hay heridas que duelen mucho mas cuando se sufren solo- dijo él
-Vamos, mi señor, salgamos de aquí, alejémonos de tanta muerte,- Aethquenwen lo ayudó a levantarse y salieron de la cueva, al caer la tarde Aeth prendió fuego a los cadáveres y dejó que la cueva se purificara con el fuego, luego se acercó a Beleg:
-Que hacíais con ese grupo de proscritos, ¿acaso Thingol ha cumplido alguno de sus caprichos al echar a su mejor arquero y centinela?
-Me envió fuera, sí pero no por despecho, me envió a buscar a su protegido, lo busqué y me uní a él lo encontré aquí, los enanos eran sus amigos, o al menos eso creyó.....-
-Siempre ha habido enanos mezquinos en Amon Rûdh, recuerdo cuando atacaron a mi madre, la despojaron de todo, excepto las ropas que vestía-
-Así, es, nos traicionaron, pero no generalizo, solo Mîm nos traicionó, no todas la raza, en fin, se llevaron a Túrin, y ahora deberé buscarlo de nuevo........
-Por qué? por que debeis buscarlo, después de todo, no es mas que un hombre-
-Para empezar, mi bella señora, por que lo prometí, además, Túrin es mi amigo-
-Es imposible tener un hombre como amigo, son débiles, de vidas cortas y poco productivas, son cobardes y malagradecidos, traidores y fáciles de engañar-
-Hablaís con lengua bífeda, ¿Acaso no son también los Hijos de Ilúvatar? Vos misma crecisteis en un pueblo de hombres-
-Así es, por eso sé como son, son los Segundos Nacidos, los Atani, no están a nuestro nivel, seres perezosos, temerosos de la noche, el hombre será la ruina de la Tierra, en estos y en los años venideros-
-Hablas con mucho odio, pero aún así, os dijo que he de volver a Doriath, y buscaré a Túrin, pues lo amo como a un hermano-
-¡Pues vuestro hermano será vuestra perdición!- dijo Aeth sin poder contenerse mas - no entiendes señor, que vuestra lealtad es equivoicada, solo veo muerte en el futuro de ese hombre, muerte y perdición, ¡No lo sigais, por favor, quedaos aquí conmigo!
-No podeis pedirme eso, de buena gana me quedaría, pero no sería yo si faltara a mi palabra, no, lo buscaré, lo traeré a casa, y luego os buscaré, y me quedaré con vos, pero no me pidais eso, vos dijiste una ves que no era nuestro destino caminar juntos......- Beleg le acarició el rostro y Aeth comprendió que no lo haría cambiar de opinión
Esa noche durmieron bajo las estrellas y hablaron durante un buen rato, como si no lo volvieran a hacer, y Aeth sabía que sería la última vez, esa noche también se amaron por última ves, y durmieron abrazados esperando el día, Aeth sufría, no quería verlo morir. En la mañana, Aeth revisó los vendajes y le dijo:
-Si andáis con calma, durarán hasta Doriath, no puede haber mas de medio día de marcha hasta la Cintura de Melian, donde os ofrecerán ayuda-
-Lo sé, he recorrido esta tierra que amo muchas veces-
-Como lo haces, señor?como es que tienes amor para tanto, que es eso que siento cuando me besas, como lo pones en mí, quiero que te lo lleves por que no me gusta, me hace debil.....
-Es pasión, Aeth, pasión por vivir, por amar, y si no lo tienes en tí, entonces debes aprenderlo, pero no puedes vivir sin ella- dijo Beleg mientra tomaba su arco- Quieres saber porque aprecio a los hombres, por que ellos, con sus vidas cortas, valoran mas cada momento y tienen un fuego interno tan valeroso que me recuerda al que se desprende de tus ojos.
-Por favor señor- dijo Aeth en un último intento -Jamás he rogado por nada en mi vida, ni siquiera cuando me veía humillada o en peligro, pero ahora, os lo ruego, volved conmigo y mi pueblo, o volvamos a Doriath, soy capaz de pedirle perdón a Elwë por partir así, pero no sigaís a Túrin, pues he visto en sueños como vuestra búsqueda os llevará a vuestra muerte, aquel al que llamais amigo será vuestro verdugo-
Beleg se acercó a ella y la tomó en sus brazos:
-No, os amo, pero no- la besó en la frente- Hasta nuestro próximo encuentro amiga mía- bajópor la orilla de la colina.
Pero Aethquenwen se quedó allí, parada e inmovil viéndolo alejarse:
-No habrá un próximo encuentro- y sintió como las lágrimas resbalaban por su rostro, solo la luz matutina fue testigo de sus lágrimas......
¡¡¡Buuaaaaaaa!! Esto me llegó muy adentro, bu, bu, bu, despidanse de Beleg por que no lo volverán a ver.
Por favor, no deseperen si tardo un poco en actualizar, comprendan que entre la escuela, ser la "chacha" de mi casa, atender a mi perra, dibujar, escribir, además de estar leyendo tres libros de distinto tema a la vez y organizar mis cronologías, árboles genealógicos y ser la única en defender a Tolkien ante mis moradaces "amigos" (sin contar los resientes desaires amorosos) ¡Apenas tengo tiempo para respirar!!!
Y EN NUESTRO PRÓXIMO CAPÍTULO: ¡Él dragón, el dragón, el dragón se come a Aethquenwen!! ¡¡Glaurung, Glaurung!! Se le van atorar los huesos de esta chama.
Voy a ir por una galleta maría para cortarme las venas, compermiso.
¡¡Namarië!! ¡Tenn' enomentielva!! (hasta la próxima)
