¡¡¡¡Hola a a a a a!!!! Definitivamente ahora sí me tardé en subir, pero que quieren, fueron vacaciones, luego puente, etc. En fin, aquí estamos listos para la acción, la aventura, la dulzura, la locura, y todo lo demás terminado en "ura".
Desde hace tiempo que quiero mandarle un agradecimiento a Tomih, y se me olvida y se me olvida, así que hay va, Hola Tomih, tu ser una Took, yo ser una Baggins, ¿estamos?¡estamos!, por cierto, Erlyn ¡te extrañooooo!, por fa si entras déjame noticias tuuuuyass! Loth: voy a extrañar tus reviews, pero mientras sigas leyendo no hay pex. Shioban: ¡¿Que pasó contigo chamaca?, escríbeme ya!, Rika, Mia, si no les gusta el buen sentido común, ¡no me lean! Anariel, creo que eres con la única con la que aún tengo contacto, espero te guste este cap...
CAPITULO XII
El Manto de Aethquenwen
Los años pasaron, y los errores se olvidaron, aunque la relación entre Aeth y Morêl no volvió a ser igual , en el año 509 PE, Aethquenwen vio en sueños, la muerte y caída de Thingol, así se lo dijo a su pueblo, quienes después recibieron la noticia de que el Silmaril era recuperado por Beren, lo que le valió a Aeth que su pueblo le diera el nombre de Palamarth, La que ve el destino.
Fue entonces cuando una ambiciosa idea se posesionó de la mente de Aethquenwen, una idea que fue subiendo desde la boca del estómago hasta su frente, y que en varias ocasiones la atormentaba por las noches, distrayéndola de otras actividades. Una mañana, reunió a las personas mas importantes de su pueblo, y les dijo así:
-Se avecinan guerras, guerra y muerte, presiento que la caída de grandes y poderosos reinos de Elfos y Hombres está cerca, hay una última misión que debe ser cumplida, pero será llevada a cabo solo por uno de nosotros, los demás, no temaís, pues en la obscuridad que caerá, seremos la única estrella brillante, pues estaremos ocultos a los ojos del mal- Aeth levantó las manos para enfatizar sus palabras - Revisen que sus hijos y gente se encuentren en el pueblo, pues en la tercera hora tras la puesta de sol del día de mañana, las puertas y senderos de Linquetnorë se cerrarán, y nos haremos herméticos al tiempo y la tempestad, todo aquel que quede fuera sufrirá de el frío de no estar bajo mi manto..... - Aeth guardó silencio y miró hacia el este, como si viera negras nubes con rostros furiosos, invisibles a los ojos de los demás.
La gente del pueblo, aunque no entendió del todo las palabras, comprendieron que debía estar allí cuando ella lo dijo, pero la inquietud se apoderó del corazón de Morêl, el sabía que Aethquenwen nunca hablaba en un solo sentido y detrás de sus palabras siempre había mas de lo que se podía escuchar, así que se acercó a Aeth y le preguntó:
-A mi no puedes engañarme, se que estas pensando en algo mas, ¿por que pretegernos hasta mañana?¿por que no ahora, y que tiene que ver la caida de los demás pueblos, acaso seremos atacados, o pelearemos en alguna de las guerras de las que hablaste!
-Ahora haces mas preguntas de las que esperas respuesta, no te importa por que ni cuando hago las cosas, pero en algo tienes razón, no dije todo, dije que queda una ultima misión, y que uno de nosotros deberá cumplirla.....--
-Que misión es esa?- preguntó Morêl un poco mas interesado
-Una que debo cumplir, una que ahora esta lejos, hacia el sureste, en una isla entre dos rios, sobre el cuello de la Dama mas Luminosa de la Tierra....- Aeth hablaba de nuevo en acertijos, pero Morêl pudo leer en sus ojos oscurecidos, leyó, y se aterrorizó al descubrir la verdad..
-¡¡Deseas el Silmaril de Fëanor para tí!! -dijo con triste sorpresa
-No lo deseo para mí, lo deseo para todos nosotros....- dijo Aeth a modo de excusa
-Acaso piensas atacar Tol-Galen, piensas arrebatarle del cuello el Nauglamir a Lúthien?
-Por supuesto que no, para empezar, el Silmaril ya esta de vuelta a manos de Dior, en el perdido Doriath, y cuando los hijos de Fëanor se enteren de lo suscedido, vendrán y habrá guerra en Doriath, guerra y confución, será entonces que iré, aprovecharé, y pondré mi mano sobre la joya...-
-Pero te quemarás con su fuego....-
-El fuego no quema al fuego, ni la luz altera la luz, acaso no lo comprendes?, con el poder de esa joya, mi pueblo, entre ellos tu, quedaríamos excentos de todo mal y daño, ocultos para siempre a los años y a la desesperanza....-
-No puedo permitirlo, no puedo permitir que te expongas de esa manera...-Morêl la miró fijamente y resistió la mirada de Aeth
-De que hablas, acaso te estas negando a mis designios?
-No, pero deseo que me permitas ir, entiende, mi Señora, si tu vas, los Hijos de Fëanor caerán sobre tí como aves de rapiña, eres grande entre los de tu raza y poderosa entre otras mas, facil de ubicar, y además eres inolvidable, su juramento caería sobre tí, pero si voy yo, ¿quién sospecharía de un muchacho, como podrían saber que te sirvo?, solo deberé acercarme y esperar el momento oportuno para tomarlo......
Doriath se caía a pedazos y gritos de deseperación inundaban el aire, la sangre y la muerte se filtraban a traves de los elfos que combatían y otra vez hubo matanza de hermanos por hermanos, pues los hijos de Fëanor atacaron con furia y bravura a los hijos de Dior, y fue una pelea injusta sin fundamentos, don de el dolor fue el protagonista, Dior cayó, y Nimloth también, pero no solo ellos sufrieron perdidas, Celegorm cayó a manos de Dior y los jovenes hijos de Dior fueron apresados, Morêl, adivinó que el collar no estaría en manos de los fuertes, que eran blancos fáciles, fue allí en medio de la batalla, miró a lo lejos una figura brillante, se acercó rápidamente, y miró por vez primera a Elwing, la del Rocío de Estrellas, y al momento se prendó de ella, pues llevaba en el rostro la belleza de Nimloth y la luz de Lúthien, se sintió conmocionado ,como solo se había sentido alguna vez al lado de Aethquenwen, pues Elwing era hermosa como Aeth, pero con semblante dulce en vez de terrible, fue entonces que reparó en los brazos de ésta, llevaba oculto, entre unos andrajos un objeto luminoso que apretaba contra su pecho, Morêl se acercó, pero en su corazón ya no habitaba la intención de arrebatarle aquel tesoro, y la vió, que se hayaba centrada entre dos flancos y la masa se acercaba, no tendría oportunidad de huir, Morêl escuchó un ruido a su espalda, se dió la vuelta, pero fue despedido por un elfo de cabellos negros que pasó corriendo a toda prisa a su lado, en dirección de Elwing, Morêl adivinó su pensamiento, le arrebataría el silmaril y la mataría, así que corrió tras él y lo atravesó con su espada justo en el momento en que éste levantaba su mano sobre Elwing y ella daba un grito de terror, Elwing lo vió caer a sus pies, era Caranthir, pero Morêl no lo sabía, la miró, y sin decir una palabra la tomó de la mano y se la llevó corriendo hacia el sur, atravesando Menegroth, la gente se agolpaba y los lamentos e injurias crecían, todos los elfos sobrevivientes se hiban hacia el sur huyendo de la muerte, Elwing tropezó y Morêl la levantó, así al fin salieron y una gran parte del pueblo pudo huir ante la confución y entupefacción de Maedhros y sus hermanos, al fin, cuando salieron, Elwing y Morêl respiraban agitadamente, Elwing ocultó el Silmaril entre sus ropas y se apoyó en Morêl:
-Muchas....gracias- dijo entre un jadeo y luego comenzó a llorar, entonces Morêl comprendió y se apiadó de ella, había perdido a toda su familia, y ahora se encontraba sola, Morêl quiso abrazarla, tan bella y fragil se veía, pero se detuvó, y un pensamiento volvió a su mente, el Silmaril, debía llevarselo a Aethquenwen, las ordenes habían sido claras, obtenerlo, matar al que lo tuviera y llevarselo, pero ahora, con Elwing en sus brazos, se sentía tan debil, no podía hacerlo, no.
-Debes huir- le dijo secando sus lágrimas- quisiera decirte que escaparás con bien, pero aunque lo lograras, el juramento te perseguiría, debes mantenerte con los demás, será mas facil para ti que si viajaras sola....- A Morêl se le quebró la voz, y Elwing leyó en sus ojos la verdad
-Ven conmigo, Señor- dijo esta a punto del llanto de nuevo
-No, tengo mis responsabilidades, ve hacia el mar, tal ves allí encuentres algún reposo, y cuando lo veas- dijo Morêl tomándole una mano - Salúdalo por mí.....- Morêl dió la media vuelta y se encaminó hacia el noroeste, al principio caminando, luego corrió con frenesí, miró al cielo, el sol se ocultaba, debía llegar a Linquetnorë antes de la tercera hora, y sin saber porque lloraba, pues dejaba a la mujer que por un segundo amó como había amado alguna vez a Aethquenwen.....
Cuando llegó a Linquetnorë, Aeth lo esperaba en su tienda, el manto había caido ya, y los arboles y senderos ya no existían, solo sombras en un mundo de sombras, Morêl entró, sabía que su destino estaba por decidirse...
-Donde está?, vamos muéstramelo ya!
-No lo he traido!-contestó Morêl con los ojos en el suelo
-No pudiste apoderarte de él, los hijos de Fëanor fueron demasiados fuertes para tí, sabía que no podrías hacerlo, no debí confiarte este cometido, debí ir yo misma,m pero en fin, levántate del suelo, tendremos que ir a conseguirlo, dime ¿quién de ellos te lo quitó?lo buscaremos.....- Aethquenwen cayó, Morêl estaba sollozando, de rodillas ante ella dejaba que sus lágrimas empaparan el suelo, se cubrió los ojos con una mano, y su mano se empapo también. Fué entonces cuando Aeth comprendió, no se lo habían arrebatado , lo había dejado escapar
-No...no pude hacerlo, no pude quitár.....selo, era tan....no pude- dijo entre sollozos y lágrimas -Perdóname, mi Señora, se... se que debí... hacerlo, pero ella.....era , yo solo quería que usted me amara, tanto como yo la amo, y por un momento, pero me di cuenta, usted nunca podrá.....
-Así es, Morêl, nunca te amaré como tu me amas, por que eres solo un niño tonto, y yo soy, bueno, soy algo que no está a tu alcanze, como fue que permitiste que la belleza de Elwing te cautivara, eres el hombre mas debil que conozco,...... y también el mas sensato, ¡retírate!- Aeth sintió que su pecho se inflamaba, ¿esta era la pasión de la que hablaba Beleg, o era una traición por la que se sentía herida?
A la mañana siguiente, Morêl amaneció muerto en su cama, atravesado por su propia espada, pensaron que sería el castigo de Aethquenwen, pero las viejas pensaron que fue por que él no resistió la idea de vivir a millas de distancia de la joven mujer a la que amaba ni la de vivir a siglos de distancia de la elfa que amaba, así que el día expiró y al atardecer un túmulo se elevaba y la tarde se llevaba la última escencia de Morêl, que fue adonde van los hombres y no hay regreso........
¡¡Oh, dios mío, creo que voy a llorar!! ¡¡Buaaaa!!Mi hermana me amenazó que si hacía que Aeth matara Morêl me hiba a odiar por el resto de sus días, así que lo dejé en suicidio, o ¡quién sabe! Tal vez entró en su casa por la noche y con lo silenciosa que es, bueno pues lo mató con su propia espada y parecía un suicidio pero..... ¡jejeje! ¡usen su imaginación!
Y EN NUESTRO PRÓXIMO CAPÍTULO: ¡¡La venida de los Valar!!! Se ha desatado la Guerra de la Cólera!! Después de 89 años de letargo, a ver si no le da un calambre.
¡¡Bueno pequeñas dejen reviews (quién entre)!! ¡¡Porfa cuídense mucho poque la situachión en la calle echtá para temblar!!
¡¡Bye!! ¡¡Namarië!!
