¡HOLAAAAAA! ¿Como están? Espero que bien, y si no lo están, pues espero que algún día lo estén, ¡ja ja ja! Me acabo de dar cuenta de que yo siempre estoy fregando con los reviews, y yo rara vez dejo, no es por que no lea, sino que como no tengo internet en casa, cuando puedo, tengo que leer los trabajos de a "volón" y dejó un review por los que puedo, pero si les pido que si ustedes tienen la oportunidad de dedicarme dos segundos de su vida (eso me sonó a infomercial) me dejen algo, otra cosa, no han visto en los cines un anuncio de una película que va salir, no estoy segura, pero creo que se llama,"La liga de los extraordinarios", o algo así, el caso es que creo que va a salir Orlando "Bombon" Bloom, si alguien sabe algo, ¡comuníquemelooooo!!!!, Bueno a lo que te truje chencha:
CAPÍTULO XIV
Detrás de la Obscuridad.
Aethquenwen abrió los ojos, lo primero que vió fue una manta, que parecía ser el techo de una tienda, le dolían los costados y el pecho, se enderezó, la cabeza le pesaba, cuando sus ojos se acostumbraron a la penumbra, miró con claridad, estaba en una improvisada tienda de paredes oscuras, ella estaba recostada en un camastro, había una mesa, y algunos bultos por allá, habían cambiado sus ropas de batalla, por una camisa holgada, la Mîr-Sûluin le colgaba del cuello, y tenía vendado el pecho y el hombro, bajó de la cama, y tuvo que guardar el equilibrio un momento, un haz de luz se dibujada en una de las paredes de la tienda, "La salida" pensó, se puso una bata que estaba a sus pies y salió, haciendo a un lado la cortina.
La luz matinal la cegó por un momento, entonces supo que la oscuridad se había hido, muchos hombres y elfos caminaban de un lado a otro, entre tiendas, algunos levantando otras, había agitación y actividad, pero todos estaban felices, en ese momento recordó, la Batalla, los Dragones, la sangre, su sabor agrio, sus ropas empapadas, las manos manchadas....Se miró las manos, se sorprendió que estuvieran limpias, esperaba verlas ensangrentadas y heridas, el viento sopló y le desacomodó el pelo:
-Veo que ya te sientes mejor- dijo un Elfo sentado en una silla a un lado de la entrada, Aeth se sorprendió de si misma, por no haber reparado antes en su presencia, cruzó los brazos sobre su pecho y le dijo:
-¿Que pasó exactamente?
-Cuando te encontré caída en el campo de batalla pensé que se habían cumplido tus palabras y no habías sobrevivido a la batalla, pero me acerqué y me dí cuenta de que solo te habías desmayado y estabas herida, así que ordené a mi gente que te trageran aquí y te cuidaran, te trajimos y has dormido durante los últimos dos días.- el Elfo se levantó, era de la misma estatura que Aeth, aunque mas viejo.
-Tu gente, bien Señor y quién eres que tienes gente a tu servicio-
-Soy Gil-Galad, ya te lo había dicho, soy el .....Rey,..Supremo de los Elfos- dijo esto último como un detalle sin importancia
-Eres el elfo al que casi le corto la cabeza.- dijo Aeth sin darle importancia tampoco.
-¡Así es! - dijo Gil-Galad riendo- y me alegra decir que aún tengo cabeza, si quieres, puedo llevarte a recorrer el campamento, mi gente está descansando, y no tengo nada que hacer, dentro hay algunos vestidos,...si no te molesta usarlos!- se apresuró a decir.
-El que sepa blandir una espada me hace menos una Dama?- Aeth lo miró
-No, claro que no, no quise decir eso...-
Gil-Galad la llevó a recorrer el campamento, le mostró los alrededores, las armas y los túmulos de los compañeros caídos, y que se recuperaron, mientras paseaban, Gil-Galad se ocupaba en decirle lo que pensaba hacer, que había pasado y que pasaría ahora, luego la llevó donde guardaban las armas sobrevivientes, y le permitió escoger, pero Aeth le dijo:
-Toda la sangre que se ha bebido Tintaluin es ahora mía, no podría cambiar de espada.-
Las semanas pasaron rápidamente, entonces una tarde, Gil-Galad le dijo Aethquenwen:
-Este campamento es cada vez mas pequeño-
-Si, lo sé, tu gente vuelve a Valinor- dijo Aeth con disimulada triztesa
-Pero yo no me voy, los Elfos que me son fieles irán conmigo a los Puertos, donde dejaron a sus familias, allí viviremos un tiempo mas en la Tierra Media, y tal vez luego volvamos a Valinor, pues el camino ha sido de nuevo abierto para los Elfos, gracias a. ...
-Eärendil- interrumpió Aeth - lo sé, lo ví en la batalla,, en el cielo, luchando a bordo de Vingilot, con el silmaril en la frente, ese silmaril, que fue la ruina de tantos.....-la mente de Aeth se transportó lejos, a otro sitio y en otro tiempo, hacia un niño que quiso ser hombre, su corazón se revolvió de nuevo y crispó los puños - La ruina de.....Thingol, se lo advertí, pero no escuchó, no escuchaba mas que a Melian y a su propio egoísmo.....
-Le advertiste? -preguntó Gil-Galad - ¿Lo conociste?
-Sí, viví en su casa siendo joven, salí de allí en el 86*, mucho antes de la caída.-
-Donde has estado desde entonces, de eso al menos han pasado 100 años o más-
-114- dijo Aeth sin emoción alguna
-Y donde estuviste todo ese tiempo? - dijo Gil-Galad perplejo, le extrñaba no haber escuchado antes de tal personaje.
-En el Reino de Linquetnorë, un pueblo escondido, bajo el manto de la niebla, oculto a los ojos del mundo, en el norte, junto al perdido Doriath, en el Paso del Teiglîn - Aeth no tuvo prevención en decirle, aunque lo encontraran, no podrían entrar, pero Gil-Galad se había quedado callado y pensativo, por fín, la miró y le dijo:
-¿Sabes por que nos alejamos de Anfauglith y venimos rápidamente al Sur?
-No
-Porque todo el norte ha caído, se ha desmoronado, bajo las aguas del mar, la fortaleza de Angband se derrumbó, llevándose la mayoría de las tierras bajo sí, hasta más allá de la colonia de Dimbar, lo siento, ....no creo que tu pueblo haya quedado en pie.......- Aeth lo miró como si no entendiera, se alejó de él, y no la volvió a ver por el resto de la tarde.
Al anochecer, Aeth montó en su caballo, se había puesto las ropas de viaje y su pesada y larga capa, con la espada al cinto, Gil-Galad la vió y la detuvo:
-¡No tiene caso que vayas! ¡quédate!-
-¡No me digas que hacer, aléjate de mí, aléjate de mi vida, creeme, no te conviene tenerme cerca!
Gil-Galad lo pensó unos segundos, luego dijo:
-Retrasaré la marcha al menos cuatro días, por si vuelves- soltó el caballo
-No será necesario, sigue tu camino- dijo ella.
-Al menos me dirás tu nombre antes de que no vuelva a verte?-
-Llámame Valcollomôr, el Poder del Manto Oscuro- Aeth espoleó al caballo, que arrancó a todo galope.
Gil-Galad la vió alejarse, bajo las luces nocturnas que habían colocado a ambos lados del sendero, como una sombra fugitiva que se deslizaba bajo los faroles........
* 486 PE
¡¡Ñaca ñaca!! Yo que ella no me iba, pero bueno, pa' locos nomás ella, sobre las andanzas de esta morra en la Segunda Edad, bueno, aún faltan muuuchas cosas, como fundaciones, peleas, guerras, islas, reinas, nuevos personajes, un hij....¡Ooops! Ya estoy hablando de más (como siempre).
Y EN NUESTRO SIGUIENTE CAPÍTULO: Preparen los "Klinex" ¡Buaaaaa! Justo cuando el corazoncito de Aeth estaba por sanar ¡¿Por queeee?!
Bueno, ¡Bye, bye!
PD. ¡dejen reviews!
