Disclaimer. Todos los personajes conocidos y lugares mencionados en este escrito pertenecen al genio de J.R.R Tolkien, todos los demás desconocidos son inventos de mi imaginación. Contiene SLASH así que si no os gusta saber de eso, no lo leas, advertido estas...(´^-^`) Os la dedico mis bellas niñas, LG por apoyarme en momento bajos de mi animo, y Any por preocuparse por mi salud, Aranzazu por ser tan linda como siempre y todas las demas que me dan animo para seguir.

CAPITULO 4

La mañana había llegado a Legolas con un fuerte dolor de cabeza, la poción era fuerte y lo primero que hizo al ver los rayos del sol, fue mirarse en un espejo, al constatar  que todo en él se hallaba en su lugar, levantó al enano que ya empezaba a sentir las molestias de los rayos del sol sobre sus ojos cerrados. Aragorn ya no se encontraba allí, había visto como Legolas llegaba en la noche tratando de conservar el equilibrio, mucho debió de haber bebido para llegar en ese estado, el licor no afectaba tan rápidamente a un elfo y eso le hizo llegar a esa conclusión. ¿Qué mas podrían hacer dos elfos solos que anteriormente habían compartido caricias?

Aragorn se encontraba profundamente molesto con el elfo y hablaba con Boromir que aun seguía con las dudas rondándole en su cabeza, miró al príncipe de reojo y saludo secamente sin mencionar nada. Boromir se extraño de esta actitud.

- Creo que el elfo se ha pasado de copas, ayer le he visto subir con dificultad al flet, y eso debe significar que la fiesta fue buena.

Nada respondió Aragorn, miraba a Legolas alejarse hacia el río, quien sabe, tal vez se reuniría de nuevo con su amado Haldir para despedirse.

- Vayamos a almorzar con los medianos, Aragorn, que creo que no dejaran mucho si nos retrasamos.

- Iré en un momento, aparta algo para mi por favor.

- También lo haré para Legolas.

No le importó este ultimo comentario al mortal y como parecía ya su costumbre siguió los pasos del elfo para hablar de una vez por todas con el, habría de hacerle sentir el desprecio que sentía, la repugnancia que le daba su ser y le confesaría que sus sentimientos por él,  murieron en una noche al calor de las copas.

Legolas se encontraba refrescando su cuerpo y alma, limpiando cada marca que Haldir pudo dejar en él, como si le quemará, no sabía lo que estaría pasando el Loriende en ese momento mas al imaginárselo sonrió, esa sonrisa fue sorprendida por el mortal, quien la malentendió, el príncipe debía recordar con agrado las caricias del Loriende y por eso sonreía.

- ¿Disfrutaste de una nueva noche a su lado, Legolas? – preguntó Aragorn desde la orilla

- ¡Aragorn! ¿qué deseas?

- ¿Has pasado una buena noche?

- No entiendo lo que dices, mas mi cabeza me duele y no deseo discutir tan temprano.

- ¿Fue benevolente esta vez Haldir contigo?

- ¡Aragorn retírate! Estoy ocupado.

- ¿Y ayer no lo estabas para el?

- ¡Aragorn! Me molestas, ¿deseas discutir? Este no es el momento,... hijo de Arathorn

Este ultimo comentario, hirió mucho el orgullo del mortal, la forma en que lo había dicho no sonó bien a sus oídos y no importándole que el elfo estuviera a medio cubrir por el agua se dirigió a donde estaba, Legolas le miró con asombró, ¿en verdad quería pelear allí, en semejante situación? Debía estar loco este mortal para tal hecho, y Aragorn lo estaba, loco de rabia de pensar que elfo tenía tan poco honor al irse a ofrecer al Loriende quien le había mancillado su honor y su orgullo, loco de celos que alguien mas le hubiera tocado una vez que el había expuesto sus sentimientos.

- ¿Qué haces Aragorn?, retírate.

- Mírame.. elfo – ordenó Aragorn

Legolas le miro con desprecio pues había arrebatado su jabón y tela con un sencillo golpe.

- ¿Qué es lo que quieres? Este no es el momento

- Quiero que sepas el desprecio que siento por ti, te has convertido en una prostituta al ofrecerte de esta manera..

Un fuerte golpe cerró la boca al mortal para responder con el mismo en el abdomen desnudo del elfo. Legolas se enfureció y aprovechando su dolor se abalanzó sobre el mortal haciéndole caer, ambos golpes se repartían debajo del agua, mas sabía el príncipe en la desventaja que se encontraba al exponerse así, sin ropa alguna, sin proponérselo Aragorn  dio un fuerte golpe en la parte mas sensible de Legolas, quien estando debajo del agua dejó exclamar un grito de dolor, no pudo sostenerse mas y cayo de rodillas, el agua le empujó y en vano el príncipe podía ponerse en pie, su debilidad por la poción, el dolor de cabeza y ahora la pelea con Aragorn habían hecho mella en el, sus sentidos elficos aun no estaban del todo recuperados pues en otras circunstancias Aragorn no habría corrido con tanta suerte.

El mortal no había podido darse cuenta de lo sucedido pues el mismo luchaba con la corriente por ponerse en pie, avanzó unos metros mas movido por el agua hasta que logró emerger de pie. No veía a Legolas por ninguna parte, supo que el mismo habría propinado un golpe al elfo, mas no sabía en que parte había sido, su rostro dejaba ver algunas marcas de los puños certeros de Legolas, un poco de sangre salía de la comisura de su boca.

- ¡Legolas! – gritó el mortal buscándole

No hubo respuesta por ninguna parte, el agua corría con mas fuerza en la mañana, una silueta un poco mas lejos de el se advertía, trataba en vano de salir de aquel remolino que le volvía a hundir.

- ¡Legolas!

Se lanzó Aragorn preocupado, que hubieran salido esas palabras de su boca no significaba que odiara al elfo, no, su amor por el príncipe era tal que no moría tan fácilmente, el resentimiento le invadía, nado lo mas rápido que pudo, sujeto la mano del elfo mientras trataba de sacarle de aquel lugar, cuando al fin pudo sostenerse y nadar por si mismo Legolas soltó la mano del mortal y nado hasta el lugar donde había dejado sus pertenencias.

Furia había en los ojos del elfo como nunca antes había visto. Aún el dolor le invadía, una gran migraña en su cabeza, una molestia en su corazón y una dolencia que se sentía entre sus piernas haciéndole flaquear.

- ¿Te encuentras bien? – preguntó Aragorn preocupado al verlo arquearse para encerrarse un momento entre sus piernas.

- ¡Déjame!

- Legolas...

- Suficiente daño me has causado, hijo de Arathorn,  si no hubiera empeñado mi palabra en esta comunidad, desde este momento le dejaría, mas mi deber es para Frodo, y por el honor de mi país, seguiré hasta donde mi vida me lo permita.

No dijo nada el mortal, se alejó de allí confundido, había encendido la cólera en aquel en quien su corazón seguía y no sabía como proseguir al respecto. Mojado como estaba Aragorn pasó a un lado de la comunidad quien advirtieron la humedad y las marcas de pelea en el, nadie se atrevió a decir nada, si hubiera sido atacado por orcos o algún otro enemigo, no caminaría el mortal de esa manera, enojado y meditabundo, poco después paso Legolas cerca de ellos también húmedo, con marcas también en su bello rostro, ambos dirigiéndose al mismo lugar, uno a cambiar sus ropas y el otro por su bolsa de viaje para unirles a las demás.

Una pelea entre ellos debió de efectuarse, eso desanimó al grupo, muchos sabían de la amistad tan hermosa que compartían ambos y sentían mucho su enojo, tan solo Boromir y Gimli intuían la causa de esa pelea. La reciente perdida de Gandalf, había dañado el animo de la comunidad, no sabían ahora como lidiar con el disgusto de sus dos compañeros. A uno le habían tomado por líder, a otro por fiel centinela, excelente guerrero y gran amigo.

Todos se preparaban para la partida después del almuerzo, Legolas caminaba como siempre al lado de Gimli detrás de los hobbits, Aragorn y Boromir iban a la cabeza, perdido entre sus pensamientos pasaban una vez mas por el agua blanca a la luz del sol. Cuando una silueta envuelta en capa gris con capucha se les acercó cruzando el pasto del claro, Haldir habría de cumplir con el encargo de sus señores. Frodo le saludó con alegría, mas no entendía la mirada tan oscura y seria que mostraba el Loriende, su rostro que siempre tenía en orgullo en mostrar, le cubría casi por completo con la capucha de la capa elfica.

- He sido enviado para que les sirva de guía – declaró poniéndose frente al disfuncional grupo – Si alguno de ustedes ha pensado en regresar por el norte, no podría cruzar. ¡Pero adelante! Su camino va ahora hacia el sur.

Aragorn le miraba con cierto desprecio y celos, Gimli con total frialdad e indeferencia, Boromir tratando de averiguar por que el inesperado aspecto del guerrero, Legolas trataba de ocultar su dolor tanto físico como emocional, los cabellos del Loriende no asomaban por ninguna parte y en su nerviosismo por la situación, estuvo a punto de reír, mas la vista del mortal se lo impedía.

Todo eso era absurdo, una confusión de sentimientos presentaba el príncipe, enojo con Aragorn por su insulto y pelea, pena y risa por Haldir, le había dado una pócima que le hacía perder el cabello con rapidez para el anochecer de ese día no habría rastro del hermoso cabello rubio del Loriende, mas en ella también había mezclado algún tipo de somnífero para evitar que se sobrepasara y eso le afectó, había tomado el antídoto contra la calvicie mas no por el somnífero, muy difícil fue el camino de Legolas hasta su flet la noche anterior.

 Merry y Pippin intercambiaban opiniones, pues podían observar caminando detrás del elfo de Lorien, que de cuando en cuando metía una mano entre su capucha para sacar algunos mechones de cabello que guardaba en un saquito de terciopelo negro[Jun1] .

¿Debía el elfo haber pescado una enfermedad? ¿Sería contagiosa para los medianos? ¿No era cierto entonces que los elfos raramente se enfermaban? Todas estas dudas corrían entre los medianos quienes expresaban su opinión a espaldas del elfo, solo Frodo no opinaba nada, mucho le pesaba el anillo y la mirada de Boromir, como para encargarse de esos asuntos también.

Por fin dieron vuelta en el recodo del río, y encontraron a una embarcación en forma de cisne, que llevaba en su centro, a Galadriel de pie y a Celeborn sentado junto a ella. Una vez embarcado el bote celebraron una comida para despedirse de la comunidad que dejaba ya los límites de Lothlorien. La dama observó las marcas en Aragorn y en Legolas, vio el cambio tan radical que su capitán de guardias había sufrido e inspeccionó el corazón de los cuatro, Boromir incluido por presentar una duda en su corazón. 

Adivinó el sentimiento entre el elfo y el mortal, reprobándole al principio, la negación del príncipe a tal amor ofrecido, el abuso de Haldir a Legolas y el castigo que el joven elfo había hecho en su guardián agrado en mucho a Galadriel quien no hubiera sabido como proceder ante semejante violación, el exilio hubiera merecido el elfo a su parecer, mas la vergüenza que debía sufrir ante los demás le sería de mejor utilidad. Y al final, la pelea entre esos dos, Legolas debía de sufrir mucho, y le admiró en su fortaleza.

Una vez comprendido que algo oscuro se formaba encima de la comunidad por una traición, tuvo la certeza que no provenía de ellos, y que a través de su unidad podrían salir adelante. Trataban en vano de esconder sus sentimientos y emociones, mas todo eso era claro para la bruja del bosque.

Después de hablar sobre su viaje, y compartir la copa del adiós, procedió a dar a cada miembro de la compañía lo que complacía, según ellos mismos, a sus deseos, a Aragorn le tenía preparado una hermosa vaina para mantener protegida a Andúril, mas otro obsequio quiso hacer la dama, adivinaba cual era el deseo secreto del Elessar, mas no podía complacerle, ofreció en cambio la piedra verde al mortal, tratando con esto de borrar toda la inseguridad del mortal sobre sus sentimientos, recordándole la promesa y el amor que una vez sintió por su nieta Arwen, dama de Lorien.

A los hobbits Merry y Pippin les obsequio cinturones de plata con broches de flores hechas con oro, a Boromir un cinturón de oro, al elfo Legolas, le presento un arco como los que usaban los Galadrim, además de un carcaj de flechas, Sam recibió una pequeña caja con la letra G grabada en ella y tierra del jardín de la Dama. Gimli recibió los tres cabellos dorados de manos de Galadriel y por ultimo dio a Frodo la luz de su estrella mas amada Eärendil y la advertencia sobre lo que habría visto en el espejo.

El sol ya estaba en el cenit, era el momento, la compañía ocupo sus puestos en las barcas fueron empujados por los elfos de Lorién usando largas vargas de color gris.

Haldir les miró al despedirse, no les había mencionado palabra alguna, Legolas no pudo evitar volver la cabeza, sus miradas se cruzaron mas en la del príncipe no había rencor alguno, mientras que en los de Haldir se encontraban envueltos en llamas de furia, el sol le daba de frente, y no se miraba ya a su alrededor, vestigio alguno del hermoso cabello del elfo, una risa infantil se escuchó en el corazón de Legolas, su venganza había sido justa y le disfrutaba en absoluto.

Aragorn, Frodo y Sam ocupaban una barca elfica, ligera como ninguna, Frodo no había querido apartarse del montaraz, y Sam no quería apartarse de su señor.

Boromir viajaba con los otros dos medianos, aún desde esa distancia podía sentir la llamada del anillo, podía ver el oro brillar en sus manos, tan resplandeciente como.. como el cabello de Legolas que brillaba ya con la luz del sol.

Pippin y Merry aun discutían sobre la salud de los elfos e inspeccionaban de cuando en cuando sus espaldas para cerciorarse de que no hubiera rastros de cabello caído.

Legolas y Gimli, como buenos amigos compartían la misma barca donde llevaban la mayor cantidad de provisiones, el elfo remaba pues le ayudaba a pensar libremente, siguiendo las otras dos embarcaciones, sintiendo alguna vez la mirada del montaraz, cuidándole, y otra vez la mirada del hijo de Gondor inspeccionándole.

El camino que llevaban les separaba ya de los elfos de Lorien, la voz tan especial de Galadriel se apagaba con la distancia, el río siguió en una curva y las orillas se elevaban a sus lados impidiéndoles ver lo ultimo del bosque dorado, los viajeros volvieron la cabeza, tenían lágrimas en los ojos por diferentes motivos, Gimli sollozaba.

- Mi ultima mirada ha sido para aquello que era más hermoso.

- En verdad que la mía también, la he dedicado a lo que "era" mas hermoso. – agregó Legolas con una sonrisa enigmática en su rostro.

Y diciendo esto ambos remaron con mas fuerza para continuar detrás de sus compañeros.

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Gracias por los reviews, mas si ya no consigo mas pues no tiene caso seguir.. saludos! Asi que animadme un poco! ^_^

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'"  [Jun1]¡Soy Mala!