Disclaimer. Todos los personajes conocidos y lugares mencionados en este escrito pertenecen a J.R.R Tolkien, todos los demás desconocidos son inventos de mi imaginación.

CAPITULO 7

- Vamos Aragorn ¿por que no vienes a refresacrte un poco? – preguntó Pippin al montaraz que miraba desde la orilla del lago en que se habían detenido a acampar.

El sol estaba excelente al parecer de los  Sres. Tuk, Brandigamo y Baggins, los cuales ya nadaban en las aguas poco profundas del lago. Sam por su parte se mantenía alerta y seguro en las orillas del lago, mientras sus pies pudieran verse con claridad el no daría un paso mas adentro a menos de que su señor Bolsón sufriera algún inconveniente, y aun así lo pensaría dos veces por que de nada valdría ir en auxilio de alguien cuando el mismo lo necesitada. El señor Gamyi no sabía nadar.

Mientras Sam se mantenía seguro y de vez en vez mojaba un poco mas su cuerpo tomando asiento y remojando un poco su adolorido cuerpo, el hijo de Gondor regresaba con la leña suficiente para encender la fogata de la noche, Gimli se mantenía seco y a distancia, muy incomodo sería traer una barba húmeda y desarreglada. Una perdida de tiempo era esa parada, pero el enano tuvo que reconocer que sus pies ya estaban demasiado cansados para dar un paso mas, y cuando nadie le miraba libero dos pequeños pero gordos pies en las aguas frescas del lago.

Legolas sentado alejado del grupo miraba con alegría al grupo de medianos chapoteando en el agua y jugando a sumergirse uno a otro, "juego de niños" pensaba el elfo, ya que su habilidad le permitía permanecer mas tiempo debajo del agua y nadar con mas rapidez debido a su ligereza. Sus piernas flexionadas contra su pecho, sus brazos cruzados debajo de su mentón, sus ojos vivos al contemplar la chispa de alegría que había en cada uno de los hobbits, aun Frodo parecía haberse olvidado del peso del anillo que celosamente guardaba atado a su mano derecha por la cadena entregada por Lord Elrond.

Aragorn fumaba su pipa distraído en sus pensamientos, por mas que los medianos le llamaban, se había rehusado gentilmente a entrar, alegando el haber apenas encendido su pipa.

Su mirada se avivo al ver como Legolas retiraba su túnica así como su camisa mostrando ante todos su atlético pecho de porcelana, los hobbits aplaudieron con alegría esa decisión, y mas se avivaron sus rostros, al observar como se sumergía el elfo tal y como una flecha en las profundidades del mar.

Aragorn había abierto la boca pero nada salió de sus labios. Boromir vio esta mueca y sonrió desdeñosamente.

Unos cuantos segundos pasaron y el elfo no hacía su aparición, Merry y Pippin se sumergieron buscándole, nadie daba con el y empezaron a preocuparse, a penas acababa de entrar cuando ya había desaparecido.

Merry dio un abrupto grito cuando sintió que alguien le tomaba de pierna y le hundía, Pippin se asustó y tratando de ayudar a su amigo cayó en la misma trampa, Frodo quiso alejarse para ser el ultimo en caer, la boca de Sam se abrió a mas no poder, su señor desapareció de su vista tan rápido que no supo donde estaba un momento antes. Merry emergió de las profundidades tomando aire con desesperación, para despues reir al tiempo que veía como Pippin y Frodo salían de las aguas buscando el oxigeno que les faltaba a sus pulmones, el tiempo debajo no había sido mucho mas la brusquedad les hizo tragar un poco de agua.

Un elfo rubio emergió un poco mas lejano a ellos, con una risa picaresca en el rostro, ningún hobbit fue lo demasiado astuto para salvarse de su juego, Legolas mostraba su encantadora sonrisa mientras los medianos nadaban hacia el tratando de cercarle.

- ¡Ven acá Legolas! – grito el señor Brandigamo pues su orgullo de Hobbit le invadía, además la caza de un elfo pintaba como excelente ejercicio antes de la cena

- No te vas a escapar – amenazaba el Señor Tuk con una sonrisa en su bello rostro.

- Te aprovechas por que nadas mas rápido.. Pero no podrás con tres Hobbits decididos – aseguró el Señor Baggins con un resplandor de emoción en sus límpidos ojos azules - ¡Vamos!

Se veía como los tres se dirigían nadando lo mas rápido que podían hasta él, pero la ventaja para un elfo contra un mediano era mucha, su longitud de piernas, su ligereza, su cuerpo atlético y ágil, no era rival para un hobbit. Aun así la sonrisa en el rostro de Legolas no se borraba, todavía y les daba alguna ventaja pues nadaba hacia atrás, viendo como los tres hacían su mejor esfuerzo para atraparle, dando un rodeo por el Lago paso a un lado de Aragorn quien se deleito la mirada al ver como el cabellos húmedo de Legolas flotaba contra las pequeñas olas que hacia al bracear.

El rostro de Legolas se iluminaba con esa sonrisa de satisfacción y aún les animaba a los Hobbits a seguir. El hijo de Arathorn mostraba gran alivio al ver al elfo un poco mas relajado, dejaba su frialdad y tristeza atrás para recrearse un poco ante ese inofensivo juego.

Los sensuales labios del mortal se humedecieron ante la magnifica vista que tenía, y su hermosos ojos grises brillaban con entusiasmo ante el juego

- ¿Quieren que les ayude, pequeños Hobbits? Aun y puedo esperarlos un poco por aquí, vamos.. ¿ya se han cansado?

- Yo no. – dijo una gruesa voz a su espalda.

- ¡Boromir! – exclamó Legolas deteniendo su nado.

- ¿Crees que podrías escapar de mi? – preguntó Boromir sonriéndole, la camisa de su pecho había desaparecido y el hijo de Aragorn no pudo decir si llevaba algo mas consigo.

Un gesto de alarma mostró el elfo por un segundo, mas la idea era tentadora, nunca se había medido contra un mortal en aquel terreno, siempre en batallas y peleas sobre la tierra, el arco, la espada y los puños era lo único que había utilizado para vencer a un hombre sobre tierra, ahora en el agua, ¿podría acaso Boromir vencerle?

- ¿Trataras de alcanzarme? – preguntó el príncipe  alejándose solo un poco de él.

- Ya que los hobbits no lo hacen – dijo Boromir viendo como los medianos llegaban un poco a las orillas del lago para ponerse en pie - no sé si podría yo tomar su lugar.

- ¡Vamos Boromir tu puedes! – grito el señor Brandigamo al verlos retarse.

- ¡Si! – añadió el Sr. Tuk - ¡Nosotros estamos cansados y ese elfo se aprovecho de esa debilidad!.

Una risa cristalina salió de suaves labios de Legolas cuando escucho este comentario, tendía un poco su cabeza hacia atrás dejando admirar la tersura de su pecho y de su cuello, Boromir ya nadaba lentamente hasta Legolas fascinándole con la mirada, poco a poco se aproximaba y el elfo no se movía, ¿le querría dar ventaja o le retaba desde su lugar?

Aragorn se puso de pie, ¿por qué Legolas no se movía? ¿Por qué no avanzaba y seguía observando a Boromir acercarse?

- ¡Vamos Boromir! – exclamó Frodo acercándose a Sam que le esperaba en la orilla

- Si, hunde a Legolas – grito Merry junto a su mejor amigo

- ¡Hazle pagar...! – añadió Pippin un poco mas avanzado que Merry en el lago.

Boromir empezó a bracear un poco mas fuerte, Legolas sintió como las pequeñas olas le golpeaban suavemente en el pecho, así que giro y nada alejándose mas y mas de Boromir, ya no había que perder ventaja, no sabía que tan buen nadador sería el mortal y su orgullo de elfo no le permitiría perder, nunca se hallaría sumergido por mano de un mortal, no cuando el pudiera evitarlo.

- Nada Legolas, sigue nadando pero ya te tendré en mis manos..

- Eso esta por verse. – se escuchó a Legolas decir frente e el.

- ¡Ve Boromir, húndele!. – grito Pippin riendo acompañándose de sus compañeros, pero demasiado cansados estaban para seguirles de cerca.

Mucho se estaba alejando el par del grupo, la laguna era grande, aun y se podía ver la otra orilla desde su campamento pero les tomaría un buen tiempo en regresar al punto de partida, Legolas no parecía hacer esfuerzo alguno, mientras los grandes brazos de Boromir hacían mucho ruido al chapotear.

- ¿Te has cansado Boromir? ¿Necesitas que te revelen también? – pregunto Legolas retándole, volvió su cuerpo y vio como el mortal aun se hallaba a metros de el, con fuerte decisión en la mirada y una sonrisa apagada en su rostro.

- Nadie me va a revelar, yo solo me basto para atraparte.

- ¿En serio? – preguntó con duda el elfo ahora nadando de espaldas. Tanta confianza tenía en si mismo, que las distancias hasta la prxima orilla ya habían sido medidas y solo un juego de niños le parecía esta carrera.

Boromir se acercaba, para sorpresa del elfo con mas rapidez de la que le hubiera creído capaz, el elfo ya no podía arriesgarse, así que volvió a girar para alejarse un poco mas del hijo de Gondor, cuando estuvo a suficiente distancia, volvió a mirarle, Boromir había parado un momento para tomar nuevas fuerzas, su pecho se hinchaba al aspirar fuertemente y sus ojos se avivaban mas al ver el dorso desnudo de Legolas frente a el.

- Oh, Boromir, pensé que la carrera sería buena.. Pero veo que te has cansado

- Espera y veras..- advirtió Boromir al elfo mientras descansaba flotando

- Solo veré que yo seré el triunfador.. – respondió Legolas haciendo pequeñas ondas con sus febriles brazos – Ya que no has podido atraparme..

- ¿Qué ganare si triunfo? – se atrevió Boromir a preguntar

- ¿Qué ganaras? No entiendo.. nada se juega aquí..No hay premio

- ¿No podríamos hacerlo mas interesante?

El mortal se había separado del grupo, argumentando vigilar a ambos de algún posible peligro. Las aguas eran desconocidas y podían haber remolinos o vegetación y animales inesperados. Corrió lo mas rápido que pudo cercano a la orilla, pero no tanto que los dos le pudieran observar, no deseaba que Boromir ganara, confiaba en que Legolas sería mas rápido y ágil que el pero nada podría apostar.

- Vamos, ¿que me darás si gano?

- ¿Darte? ¿qué podría darte que tu quisieras?

- Tienes mucho que puedes ofrecerme

Aragorn se detuvo y escuchaba a la perfección la conversación.

- No traigo nada conmigo que pueda darte a mi parecer y respecto a mis pertenencias...

- No pediré imposibles.. no te preocupes por tu reino, raciones de comida, o pertenencias.. quiero algo mas.. sencillo..

¿Qué podría Boromir querer? Nada traía consigo de valor, a no ser su espadas, dagas y cuchillos, traídos desde su reino con mucho cariño, pues su mismo padre se los había regalado a su partida incrustado con finas piedras en sus empuñaduras, ni que decir del arco y flechas que la Dama Galadriel le había ofrecido. Pero no pensaba que Boromir trataría de desarmarle dejandole indefenso.

- Pero Boromir.. no entiendo..

Una risa burlona salió de los labios del mortal.

- ¿Tanto miedo tienes de perder? – preguntó Boromir acercándose un poco.

- ¡Claro que no! ... No perderé.

- Entonces ¿por que no apostamos? Así será un incentivo para los dos.

- Esta bien. Pide. Anda, di. Pero entiendo como tu dices que no será un imposible.

- Claro que no. Nada de eso.. es mas.. le llevas ahora contigo.

El rubor subió a las mejillas del elfo que le miraba con indignación. Boromir volvió a reír al ver su rostro abrumado.

- Tranquilo que no te dejare desnudo.. a menos que así lo desees..

Estas palabras hicieron temblar un poco al elfo y al mortal cercano a ellos.

- ¿Cuál será mi premio? Que desde mi punto de vista es lo mas probable. Fácilmente llegare a los hobbits desde esta orilla y ganare, pues no podrás atraparme. – aclaró Legolas con suficiente confianza en su raza elfica.

- ¿Tu premio? Pide lo que desees.

- ¿Lo que desee?

- TODO lo que desees.. por mi parte.. tu deseo será el mío..

Esas palabras se revolvían en la mente de Aragorn. Mas en Legolas este tenía un nuevo significado y una nueva oportunidad.

- Dejaras de molestar a Frodo con lo del anillo.

- ¿Molestar? Nunca le he  molestado.

- Mucho peso lleva sobre si, por favor, no le atormentes mas, ya con su carga es suficiente.

Boromir se encontró contrariado, no sabía que Legolas se había dado cuenta de su actitud hacia Frodo, del embelesamiento que constantemente le absorbía al imaginar el anillo en sus manos.

- Bien, a mi parecer me pides algo sencillo, mas no sé a que te refieres con eso...

- ¿Lo harás? – insistió Legolas

- Si, claro.. claro.. Ahora es mi turno.. si se da el caso en que yo ganara..

- ¿Si? ¿Que deseas? Si esta en mi te lo daré..

- Claro que esta en ti.. y nada perderás con ello..

- Di.

- Siempre me he preguntado que es lo extraordinario de ustedes los elfos, ese cabello, sus ojos, su piel.. su forma de cantar o su arte..

- Continua..

Boromir se acercó un poco mas a Legolas, mas este no dejaba que la distancia fuera tan estrecha entre ambos.

- Un beso

- ¿Un que? – preguntó el elfo sorprendido

- Si, deseo un beso tuyo.. nunca he sabido lo que se siente y la duda me esta matando.

- Creo que para eso mejor pruebas con una dama elfa por que yo.. – dijo Legolas alejándose lentamente

- Un beso.

- ¡Boromir! ¿Cómo pides eso? ¡Yo soy un varón!

Boromir sonrió con tristeza meneando un poco la cabeza mientras empezaba a dirigir su lento flotar hacia los Hobbits.

- Bien, esto me demuestra que tienes miedo de perder, seguramente yo habría ganado, le diré a los Hobbits que te has rendido..

¿Por qué el orgullo de Legolas era tanto? ¿Por qué se arriesgaba en una carrera que no tenía sentido ni significado?

- No.. Espera.. Yo nunca me he rendido y no será la primera vez...

- Bien, entonces queda resuelto. Pero nada de esto saldrá de entre nosotros, ¿entendido?

Legolas asintió con la cabeza y avanzo un poco mas que Boromir

- ¡Esperen!

- ¡Aragorn! – exclamó Legolas observándole echarse de un clavado junto a ellos para salir a un lado de Boromir.

Saliendo de entre las aguas, el pecho varonil de Aragorn se transfiguro, su hermoso rostro tan rudo y bravo se ilumino al salir,  y salpicándoles al sacudirse rápidamente tomo aire para luego decir:

- Yo también participo.

- Lo siento, Aragorn pero esta carrera esta cerrada. – dijo Boromir secamente, y volviéndose al elfo agregó - ¿Nos vamos Legolas?

- ¿Ahora el que tiene miedo eres tu Boromir? – preguntó Aragorn retándole

Lentamente volvió su cabeza el mortal a quien así le hablaba, el enojo de Boromir era mucho, su orgullo había sido puesto en duda.

- ¿No temo a nada?¿ Pero que podrías ofrecernos que fuera de aprecio para nosotros?

Aragorn metió la mano debajo de su camisa mojado a la Evenstar salió a relucir.

- Si Legolas escapa de mis manos, esto será de el, en cambio si cae en las tuyas pasara a tus manos Boromir.. supongo que es suficiente premio para ti.

- Aragorn, eso es un regalo de Arwen, no puedes ofrecerle a la ligera.

- Tranquilo Legolas, tengo mucha confianza en mi mismo. ¿Aceptas Boromir?

La sola idea de tener a la Evenstar en sus manos le fascinaba, podría poner en vergüenza al presentar una prenda tan intima del futuro rey de Gondor a sus amigos, un capricho que el solo podría darse y que Aragorn no podría negar haber perdido de buena ley. Además, el beso que Legolas le daría podría ser el comienzo de algo mas, las mismas damas le habían dicho cientos de veces que nadie podía menos que rendirse ante un amante beso del Señor de la Torre de la Guardia.

Pero aun quedaba la remota posibilidad de perder ante un medio elfo como era Aragorn, si el poder del anillo le animaba y le empujaba a seguir, ¿pero que era lo que al hijo de Arathorn le impulsaba a entrar en esa competencia? ¿Legolas? ¿qué ganaría el mortal si triunfaba?

- ¿Y cual será tu recompensa..en el remoto caso de que ganes.. Aragorn? –preguntó boromir con algo de miedo.

Dos pares de ojos se posaron en él, los de Legolas preocupados pues aun no sabía que es lo que el mortal quería probándose contra Boromir, sería un juego absurdo el medir sus fuerzas con esta carrera, además, aun no había hablado con él, ninguna palabra se había cruzado, mas sin embargo el mortal ya no era tan frío y seco como antes, pasaba mas tiempo solo y meditando desde aquel día, aquel día en que Frodo Bolsón habló con el.

¿Qué podría querer el mortal de el? ¿ Que podría querer de Boromir?

- De ti Boromir, el que dejes en paz a Legolas con esas ideas que asoman por tu cabeza. No pido mas

- No entiendo lo que dices, nunca he molestado al señor elfo. Pero así te parece, dejare de hacerlo.

Legolas no dijo mas. Se había dado cuenta de que las miradas y actitudes de Boromir tenían un fin aterrador, esta misma carrera era una de ellas, y si Aragorn ganaba, también ganaba Legolas en cierto modo, mas al príncipe le interesaba mas en ese momento la seguridad de Frodo que la de él mismo. Agradecía en su interior el interés del mortal por su persona, pero los mas de tres mil años que tenían le debían haber servido para saber protegerse a si mismo.

- ¿y que puedo yo ofrecerte Aragorn? – preguntó Legolas

- Deseo la misma recompensa que le has ofrecido a Boromir, mas cuando yo lo desee. No le avergonzare delante de los demás.

Estas fueron las palabras de Aragorn advirtiendo a Boromir de sus acciones si él era el vencedor, no había mas que aceptar las condiciones de Aragorn, pensaba Boromir, y aun así sería mejor, un beso a solas con Legolas sería mucho mejor que desperdiciarle ante los demás.

- Si esta bien por Legolas, por mi no hay ningún problema. – declaró Boromir.

Legolas dudo un instante, mas habiendo aceptado ya con Boromir, no veía cual era el problema de aceptar con alguien con quien ya había compartido

- No hay inconveniente para mi... Pero no podría aceptar la Evenstar sabiendo de que manos provienen.

- No te preocupes Legolas. Puedes pedirme alguna otra cosa en su lugar, si aun no le deseas.

- Bien. así esta mejor. Pero no sé que podría ser...

- ¡Basta de charlas! – exclamó Boromir impaciente – Ya se arreglaran entre ustedes.. en dado caso de que Legolas gane... Estoy seguro de que el señor elfo no abusara de la bondad de Aragorn.

- Claro que no.

- Bien, Vamos, a dos brazos de nosotros, Legolas. Boromir, da la señal después de que yo te diga.

- Pero...

Legolas avanzo a dos brazos de la pareja, mas como no deseaba perder ya no les presentaba mas que la espalda desnuda cubierta de una cascada de filamentos dorados. No habría consideraciones para con los mortaless, no se arriesgaría a soportar semejante humillación ante los dos. Todo su esfuerzo estaría en la carrera.

Boromir esperaba a que Legolas tomara su lugar delante de ellos, la fuerza del anillo la sentía dentro de él, latiendo, animándole, brindándole energías increíbles de contener. Seguramente el ganaría facilmente, el saborear aquellos exquisitos labios y estrechar ese delicado y esbelto cuerpo junto al suyo le inyectaban casi tanta fuerza como el anillo.

Aragorn no confiaba mas que en si mismo, en su voluntad y en el ferviente deseo de que Boromir no ganara, y de que Legolas perdiera ante el mismo brindándole tan mas caro presente. Un beso suyo podría reavivar las flamas que se apagaron ante el incidente de Haldir. Ese incidente que nunca paso y del cual se avergonzaba mucho al haber culpado al elfo, de una acción que pensándole bien no cometió. Tal vez.. tal vez ¿el amor le alentaría a ganar?

- Ahora Boromir, cuando gustes.

- ¡Vamos! – grito el hijo de Gondor lo suficientemente alto para que supieran que esa era una orden.

Legolas avanzo con rapidez y dos decididos hombres tras de él buscaban ganar la recompensa de sus labios.

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Gracias mis amigas por leerme! Me alientan con sus reviewcitos.. si? Y tu Irene cuando te animaras a dejarme uno?