... El mero hecho de estar tumbado, hecho un ovillo junto al fuego, hizo que los ojos empezaran a cerrárseme. No tenía sueño, pero estaba mortalmente cansado. Mi mano tocó algo suave y lanoso; aún tenía la bufanda de Malfoy ceñida al cuello. No sé por qué pero al tocarla me sentí extrañamente tranquilo y seguro. Todo iría bien, me dijo la bufanda mientras me acariciaba...
Me desperté sobresaltado, el sudor frío perlando mi frente, y me quité de golpe la bufanda, casi asfixiándome por las prisas. Maldita, pues no había querido ahogarme después de prometerme seguridad? La miré de reojo allí donde la había lanzado, al los pies de la cama, y me pareció que se reía.
La bufanda se reía de mí. Cómo era posible que hasta una prenda de lana me perdiera el respeto? Tendría que hablar seriamente con su dueño antes de devolvérsela
No me di cuenta hasta entonces de que alguien estaba en mi cama, a mi lado. Giré la cabeza lentamente y vi pelo rubio largo y suave en mi almohada.
Pelo rubio??
"Lucius...??" Empecé a toser y la mano del death eater me palmeó la cabeza
"Por fin despiertas. Ya estaba pensando en dormir yo también... --dijo con sarcasmo girando hasta quedar de costado, apoyándose sobre un codo para poder mirarme a la cara – Qué te pasa con esa bufanda? La estabas mirando como si fuera lo peor del planeta…"
Parpadeé. QUÉ demonios estaba Lucius haciendo EN MI CUARTO????
Intenté preguntárselo, pero otro ataque de tos hizo que deseara fundirme con la cama y desaparecer. Desde cuándo uno se sentía tan mal estando enfermo?
"Duh. Desde luego estás en las últimas –le oí reír entre dientes, cosa que extrañamente hacía, y me arropó, tapándome hasta la boca con el edredón, cosa aún más extraña en él—Supongo que querrías preguntar qué estoy haciendo tumbado en tu cama verdad? Vine a ver a Draco y a hablar contigo"
D'oh. Problemas. Seguro. Intenté resbalar más abajo en la cama para desaparecer de su vista, pero no había caso. Por Dios, aquello era lo que menos me apetecía. Incluso prefería echar una partida al ajedrez mágico con Black...
"No te importa que esté comiendo polvorones sobre tu cama, verdad? El resto está muy humedecido para mi gusto…" Torció el gesto y me enseñó los polvorones empaquetados en su mano. Seguramente se los habría dado algún elfo doméstico, pero dejé de pensar en ello al instante, pues me vino una arcada de las que hacen q devuelvas hasta la primera papilla…sólo que yo tenía el estómago vacío y sólo eché bilis asomado al lateral de la cama.
A pesar del malestar general que el hecho de vomitar provoca, me quedé prácticamente helado al ver que había más de un palmo de agua en mi habitación. Me levanté de golpe lanzando maldiciones, pero el ver al rubio comiendo hizo que tuviera que replantearme el dejar las arcadas
"Se puede saber qué te pasa? Creo que no soy tan feo como para que vomites…"
"Deja… de… comer…" Murmuré intentando recuperar el aliento. Dios, qué sabor de boca más asqueroso….
"Por qué? Tengo hambre…!"
Cerré los ojos y respiré profundamente varias veces, esperando que mi estómago dejara gruñir y de agitarse antes de responder "Déjalos donde no pueda verlos o te tiro al agua"
"Duh… Qué barbaridad…" No le vi hacerlo, pero los dejó lejos de mí, gracias a Dios. El hecho de que obedeciera a la segunda fue una prueba más de que quería algo de mí… Suspiré y me senté en la cama
*Chop!*
Con una velocidad sorprendente para mi estado recogí las piernas sobre la cama mientras parpadeaba. Tenía los zapatos y los pantalones mojados hasta más arriba de los tobillos. Se me había olvidado por un momento que todo estaba inundado y, JODER con el agua, estaba helada!!!
Por qué demonios estaba todo inundado?? Quizá me hubiera podido parar a pensarlo un poco más, o podría haberle preguntado a Malfoy, pero cuando vi pergaminos flotando por todo el cuarto se me encogió el estómago. Más.
Mi despacho! Mis pergaminos, mis ingredientes, mis libros!!!!! De un salto me planté en el suelo, salpicando agua a mi alrededor. Tragué aire. Estaba muy fría! Pero mis cosas eran más importantes.
Me acerqué a la puerta entre chapoteos y escuché a Lucius decir "Severus, no creo que sea buena idea…"
Me entró por un oído y me salió por el otro. La abrí, lo cual fue un craso error puesto que el agua remansada tras ella se me vino encima de golpe, empapándome hasta las rodillas. Suspiré de nuevo, y el rubio se rió de mí. Agarré torpemente mi capa, que había aumentado de peso considerablemente y le miré malamente
"En vez de [tos] descojonarte de mí podrías [tos tos] ayudar"
"Creo que será mejor que me quede aquí, sabes? Podría caerse una pared o algo mientras lo intento" Se encogió de hombros, y le miré sin entender nada, parado en el agua helada
"Necesito ayuda con una maldición, por eso vine… Y casi ni llego. Me aparecí en el Bosque Prohibido, encima de un árbol, anduve hasta aquí, por el camino se puso a nevar copiosamente, casi me atropella un dinosaurio mientras llegaba –no preguntes—y la puerta del castillo no se me cayó encima de milagro. Iba buscando al director para que me dejara hablar contigo, un elfo me dijo que ahora lo eras tú y bajé a las mazmorras… Se debió romper una tubería mientras bajaba, pero decidí no moverme más de aquí" El hombre había ido enumerando desgracias con los dedos y se me había quedado mirando con sus ojos grises destellando inocencia
Gruñí y maldije por lo bajo y me iba a marchar cuando me volvió a llamar. Me giré y la bufanda me acertó en la cara
"Póntela, no vaya a ser que te resfríes. Cuando vuelvas te contaré con más detalle" Se rió de mí, igual que ella. No sé a quién de los dos miré peor, si a Lucius o a la bufanda rayada. Iba a devolvérsela, pero ella me miró con ojos tiernos y no tuve más remedio que volvérmela a poner al cuello, prometiéndole que si volvía a intentar algo contra mí lo lamentaría profundamente
De nuevo llegué hasta mi despacho y entonces pude escuchar con claridad golpes y voces que llegaban desde fuera. Me pasé una mano por el pelo desesperado cuando vi que varios de mis libros estaban bajo las gélidas aguas.
La bufanda se rió de nuevo pero la ignoré y me acerqué a la otra puerta. La abrí, pero esta vez poniéndome detrás para evitar la oleada y entonces me encontré con Malfoy junior, que parecía estar tan mojado como yo
"Profesor! Está todo inundado!!" Exclamó el rubio señalando el pasillo.
"Será una cañería... –murmuré encogiéndome cuando el fresco de las mazmorras enfrió mis pantalones mojados—Entre en mi despacho, Malfoy, y dele a su padre el libro que pone Maleficios y Gafes Tremebundos, está sentado en mi cama…"
De este modo nos separamos y fui chapoteando hasta llegar hasta las escaleras del nivel superior. No estaban secas, pero no caía agua por ellas. Subí lentamente, apoyándome en el muro y me paré una vez estuve arriba. Miré a mi alrededor y vi algo moverse a lo lejos, cerca de la entrada principal del castillo, así que me dirigí hacia los enormes portones y la entrada abovedada.
Una de las puertas estaba abierta y la otra sobre las escaleras de la entrada; tal y como había dicho Lucius, una de ellas se había desprendido de los goznes. El suelo estaba cubierto de nieve, con lo que me escurrí varias veces y no caí de milagro. Corría una helada brisilla que cortaba como un cuchillo, y di un respingo cuando algo impactó cerca de mí, en la pared
La siguiente fue directa a mi frente y acabé en el suelo que de suerte había evitado antes, dándome de cabeza con el frío suelo
"Oops" Escuché mientras me sentaba apartándome nieve y pelo de mi cara con una mano y con la otra en el golpe. Black se partía de risa junto a la entrada y Lupin hacía lo que podía para disimular la suya. Potter se acercó con cara de susto
"Pro-Profesor Snape.... Lo siento, no sabía que estaba ahí, no fue a propósito" Más risitas de fondo, esta vez también las de ciertos pelirrojos
Me levanté, frunciendo el ceño y con un gran puñado de nieve en mi mano que estampé en lo más alto de su cabeza "Lo siento Potter [tos tos] no sabía que estaba ahí, no fue a propósito[tos]"
"Severus!" Escuché en la distancia, con eco
Me di la vuelta para mirar y una lluvia de nieve aterrizó de golpe en mi cuerpo, llenándome de cristalitos de hielo. De nuevo me giré y vi a tres pelirrojos y dos adultos con las manos en los bolsillos silbando.
La profesora Sprout se rió desde detrás de mí, pero se sorprendió al ver al muchacho que me miraba en shock con grandes ojos verdes mientras la nieve le resbalaba por el pelo hasta la capa negra.
"No sabía que te gustara jugar a las guerras de nieve, Severus. Todos los años hacemos un campeonato, por qué no vienes cuando terminemos de decorar el Gran Salón para esta noche?"
La miré sin entender "No gracias. Ya tuve bastante con una guerra" Agité la cabeza y al ver q había blanco en ella también me agité el pelo con una mano. Iba a preguntarle si sabía por qué había dejado mis mazmorras secas –secas?—para deambular por el hall cuando la mujer me tomó de un brazo
"Bien, vamos al Salón. Como eres el Director, tienes que ayudarnos a decorar –dio un respingo—Severus, estás empapado!"
"Eh... sí..."
"Por qué?!"
Buena pregunta. Fruncí el ceño y me froté el golpe, dolorido.
Rose agitó la cabeza llena de rizos y sacó su varita. La ondeó un par de veces y me secó la ropa con un conjuro "Por Dios... no puedes andar así en pleno invierno...! –suspiró—Venga, vámonos"
"A dónde?"
La mujer sopló "A decorar el Salón. Es Nochebuena, recuerdas?"
"Estoy buscando a alguien... creo, y además tengo que hacerme cargo de esta bufanda malcriada antes de que intente algo, así que no tengo tiempo para ello" Le dije con total seriedad agarrando la bufanda por los flecos y agitándola levemente
Detrás de mí escuché carcajadas. Les miré de hito en hito, sin entender nada
Sprout me dio palmaditas en el brazo con una gran sonrisa "Yo misma te ayudaré más tarde con esa bufanda. Vamos"
Miré a la mujercilla de pelo rizado y la bufanda me susurró que tuviera cuidado con ella, puesto que todas las mujeres eran unas arpías y conseguían siempre lo que se proponían.
No me detuve a pensar en ello mucho puesto que ya estábamos andando hacia el Gran Salón. No entendía por qué Sprout llevaba esa sonrisa de oreja a oreja....
"Por mucho que sea el Director...... no entiendo por qué [tos tos] tengo que hacer esto..." Fruncí el ceño mirando el espumillón dorado en mi mano
"Porque es tradición, porque Albus siempre lo hace y porque así te distraerás un rato" Me contestó ella haciendo que un montón de bolas de colores flotaran sobre nuestras cabezas. Juraría que a la bufanda le hacía gracia ver todos aquellos colores en movimiento, porque se reía...
"Binss suele estar [tos] más aburrido que yo[tos]"
"Si quisiera un fantasma no le buscaría a él precisamente"
"Y Filch...[tos]?"
"Severus... –se giró hacia mí, supongo que para contestarme, pero se le debió olvidar lo que iba a decir porque cambió de tema—Qué se supone que es eso??!" Me recriminó la mujercilla señalando la preciosa poción que había dibujado en uno de los árboles con varias cintas de espumillón.
"Tienes acaso [tos] algo en contra de mis [tos] pociones?" Le pregunté frunciendo el ceño
"No me parece lo más adecuado para las Navidades, si me permites el comentario... Creo que los alumnos se asustarían si vieran 'eso' en un árbol, y no me extraña teniendo en cuenta que odian tu asignatura...." Arqueó las cejas. Realmente tenía un problema con mi trabajo, no me engañaba. La di la espalda y tomando mi capa me crucé de brazos.
La escuché suspirar " De acueeeeeeeeerdo. La dejaremos. Pero encárgate de decorar el resto del salón. Ya terminaré yo con los árboles.... "
Gruñí, y la bufanda me susurró un 'te lo dije' que no me gustó nada, así que le di un tirón a sus flecos y ella como represalia comenzó a estrangularme. Sprout no se debió dar cuenta de que me debatía contra la malvada lana, porque estaba elevando unas cuantas estrellas muy brillantes para colocarlas en la parte más alta del árbol principal
Cuando por fin conseguí que me soltara me dije a mí mismo que tenía que encontrar a su dueño cuanto antes mejor... Miré a mi alrededor con ojo crítico y decidí que quizás algo de verde oscuro no le sentaría mal. Eso sí, nada de ridículos adornos. Odio los adornos brillantes y los espumillones, y las bolitas de colores que tanta gracia le hacen a la bufanda de rayas. Hace tantos años que no me gusta la Navidad que ya ni recuerdo si alguna vez me llegó a gustar
"Rose, por qué no [tos] le pides a alguno de los [tos] Griffindor que te ayude....?"
"Porque tienes que hacerlo tú, Severus, es tu trabajo, recuerdas?"
"Pero odio la Navidad!" Me quejé, y seguramente hubiera seguido quejándome de no ser porque algo? se me agarró del brazo de pronto. Di un respingo y me giré para encontrar a Sibyll y sus extravagancias aferrada a mí como si se fuera a caer a un precipicio.
"Eso es porque eres demasiado serio e introvertido, my dear" Me dijo, y por unos instantes me quedé hasta sin respiración del espanto
"Sibyll?? Cómo has llegado hasta aquí?" Sprout parecía muy sorprendida porque no tenía la más remota idea de cómo no la había visto pasar por delante suya para llegar a mí... por la espalda.
"Supe que estarías en el Salón y que me ayudarías" Trewlaney me tiró del brazo, y pronto tuve a Rose frente a nosotros con el ceño fruncido
"Sibyll, Severus está ayudándome a mí"
"Pero vi cómo me ayudaba con las constelaciones del techo que me encargó Sinistra. Además, también vi que es la única manera en que los horrores no le ataquen...!" Protestó la mujercilla airadamente, sus pulseras tintineando en sus brazos. Sprout se puso las manos en las caderas y la miró con las cejas arqueadas de una manera que me recordó a McGonagall
"Siento decirte que habrás visto mal entonces, querida. Ve a pedirle ayuda a Sirius o a Remus, que están muy ociosos. Respecto a los horrores, ya me encargaré yo de echarles si veo alguno"
No entendía nada. Absolutamente nada. Nunca necesitaba nadie de mí y ahora me requerían por partida doble... Vi que se miraban de malas maneras y la bufanda, muy inteligentemente, me susurró que lo mejor que podía hacer es alejarme de las dos
"Tengo que [tos] irme... Cosas que hacer importantes..." Intenté que Sibyll me devolviera el brazo, pero no sólo no lo conseguí, sino que Rose me cogió del otro.
"De eso nada" Me dijeron a un tiempo
Y yo cada vez entendía menos....
El inconfundible grupito de Griffindor se personó en el Salón en aquél momento discutiendo airadamente con un empapado Malfoy, pero todos se quedaron sin habla al vernos en semejante escena. Creo que no me equivoco si digo que pocas veces he sentido tanta vergüenza.
Malfoy... empapado?! Por eso había salido de mis mazmorras! Se habían inundado! Ahora que ya lo sabía podría escapar de las garras de esas dos locas
"Malfoy..." Le llamé. El joven rubio se acercó a nosotros una vez superada la sorpresa y se cruzó de brazos con cara de enfado
"Profesor Snape, Director, esos Griffindor me lanzaron al agua en las mazmorras!! No puede mandarlos a fregar escaleras o algo?"
Vi a los gemelos Weasley hacerle burla aprovechando que el chico no los veía, pero se quedaron quietos cuando se dieron cuenta de que yo sí. Suspiré inconscientemente. Qué dolor de cabeza....
"Ayudad a Rose y [tos, tos] Sibyll en... esto... lo que sea... pero [tos tos] Lupin y Black bajaréis a las mazmorras a achicar agua"
"Te crees que estamos locos??" Black y Lupin me miraron con cara de susto, seguramente a causa de Sibyll.
" Vas a obedecer [tos, tos] Ridiculus, o te quedarás sin cenar. Lo mismo [tos] para el resto. Ustedes incluidos, Weasleys y Potter..."
Malfoy se giró a ver a sus enemigos con una sonrisa de triunfo en el rostro. Imagino que incluso le pareció peor castigo quedarse con la profesora de adivinación que fregar....
"Malfoy... Su bufanda..." Intenté mover uno de mis brazos, pero ellas seguían tan bien sujetas como antes y, lo que era peor, me miraban con los ojos entrecerrados
"Puede quedarse mi bufanda si quiere, profesor" Me dijo el muchacho, y antes de que pudiera negarme a seguir llevando a la maliciosa prenda en mi cuello, Rose dio un tirón a mi brazo que por poco hizo que perdiera el equilibrio.
"Tenías que ayudarme con la decoración!"
"Y yo vi que me ayudabas en mi bola, my dear..."
Creo que había empeorado la situación en vez de arreglarla. Ahora no se peleaban entre ellas, sino que peleaban conmigo! Desvié la mirada a los dos Marauders, que se miraban entre sí sin comprender nada. Era un alivio el saber que ya no era yo sólo...
"Creo que no [tos] puedo quedarme..." Murmuré, pensando que si el mundo se desenfocaba para mis ojos es que se quería ir y, evidentemente, yo no podía quedarme allí
"Ahora que dicen, el problema en nuestra sala común sólo lo puede resolver usted puesto que nadie que no sea Slytherin puede entrar... y es URGENTE" Malfoy se agarró a mi capa y por unos momentos me imaginé como uno de esos árboles que había estado ayudando a Sprout a decorar, con cosas colgando por todas partes. Creo que me hubiera puesto a reír de la desesperación si todavía me acordara de cómo se hace
"De acuerdo, en seguida bajamos" Dijo Lupin encogiéndose de hombros teatralmente. Black le miró como si se hubiera vuelto loco, y los chicos intercambiaron miradas de espanto. Las profesoras me soltaron con evidente disgusto y una vez más Malfoy salió ganando
Me soltó y se me quedó mirando unos momentos, preguntándome con la mirada si me iba a mover o si me quedaría allí a darles oportunidad de agarrarme de nuevo
"Pelota" Le dijo uno de los gemelos, no se cuál, y el rubio hinchó el pecho con orgullo y le ignoró
Lo último que escuché antes de salir del Salón fue a los Marauders hablar con las profesoras y echarse a reír a mandíbula batiente, pero no tenía ganas de analizar por qué lo hacían.
"Profesor podría mmm secarme un poco por favor?" Preguntó el chico tiritando a mi lado. Me detuve y rebusqué en mi capa la varita, intentando recordar las palabras del conjuro. Malfoy me miró con el ceño fruncido primero y después comenzó a reírse a mandíbula batiente
Le miré arqueando una ceja y luego posé mis ojos en mi.... Ack! Mi varita?? Tenía en la mano una barra de caramelo blanca a rayas rojas!! La bufanda comenzó a desternillarse también, y comprendí que ella debía haberme dado el cambiazo en el Gran Salón. Bufé totalmente indignado y me la quité del cuello, poniéndosela al muchacho de malas maneras sobre los hombros. Escuché tras nosotros a la pareja de Griffindor. Fuera lo que fuera, ya habían terminado de hablar con las profesoras y se habían acercado a nosotros agitando mi varita felizmente.
También comenzaron a reirse a carcajadas al verme con el dulce en la mano pero, después de que les mirara con odio, me dieron la varita y siguieron su camino... aún riéndose.
Draco y yo seguimos en silencio todo el camino hasta la escalera que llevaba a las mazmorras y entonces le tomé del hombro y le obligué a parar. A lo lejos escuché las voces de los dos hombres desvanecerse con eco por los pasillos
"Qué ocurre?" Me preguntó mirando a su alrededor
"Necesito sentarme..." Le respondí apoyándome en la pared y resbalando por ella hasta sentarme de lado en uno de los fríos escalones. Estornudé un par de veces y tuve que sacar el pañuelo de nuevo
"Me permite un consejo? No me parece buena idea, los escalones están muy fríos..."
"No puedo bajar..." Susurré y apoyé la cabeza en la pared tras de mí, apartando la mirada de los escalones que se movían como serpientes. La bufanda se rió de lo triste de mi situación desde sus hombros, pero no me encontré con fuerzas como para siquiera mirarla mal
"Desde luego no tiene buen aspecto. Quizá debería ir a ver a Madame Pomfrey..."
Miré al joven rubio que me había rescatado de las profesoras psicópatas y que de nuevo se mostraba preocupado por mi salud.
"Sién[tos]tate, Draco..." Iba a recompensarle. Lo haría. Después de todo soy justo con quien lo merece, aún y cuando hubiera malcriado a su bufanda
Dudó unos momentos pero recogió su túnica y se sentó junto a mí, mirándome extrañado. Curiosamente me encontré pensando en lo que había crecido el hijo de Lucius desde que le conocí y en lo mucho que se parecía a su padre. En las cosas buenas, quiero decir. En las otras gracias a algún tipo de hado no había caído, y no le dejaría hacerlo...
"Cuéntame otra vez[tos tos] lo de tu casa"
"Ah... em... –me miró bastante confundido—No me dejaron ir a casa por Navidades y en la lechuza que mandó mi madre no me explica por qué" Gruñó
"Yo no lo sé [tos tos] pero... es probable que tenga que ver con [tos] los negocios de tu padre" La expresión en su cara se ensombreció
"Algo peligroso?"
"Siempre lo es..."
Malfoy suspiró y sujetó la cabeza entre sus manos "Por qué quiere dejarme apartado?"
"Te aseguro que [tos] es mejor así...."
"De primera mano, verdad? Según mi padre—" Se cortó de golpe cuando vio que le miraba con el ceño fruncido. Al parecer Lucius le había hablado de mi... y eso no me gustaba nada. Me aparté el pelo de la cara y Draco bajó la cabeza, seguramente deseando no haber dicho nada
"Lucius... –cerré los ojos unos momentos, sintiendo que con su nombre se había hecho más fuerte mi dolor de cabeza—Hace muchos [tos] años que no vemos las [tos tos] cosas de la misma forma..."
"Yo a veces tampoco las veo como él... –murmuró, y cambió de tema-- Cree que podremos bajar ya? Si no arreglamos pronto la cañería...."
"Sí..." Asentí, y me puse en pie lentamente. Gracias a los dioses me sé el camino a mis mazmorras lo suficientemente bien como para poder bajar sin mirar al suelo....
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NdA: Duhh no tengáis miedo, Lucey no es taaaaaaaaan malo como en In the End... XDDD Qué va. Y respecto a qué a venido, tendréis que esperar al siguiente capítulo ^__^
