Tokio 1869 (año en que finaliza la guerra y comienza la era Meiji)
¡Hannya! - la niña no dejaba de gritar. Era una pequeña de unos 6 años, con
un cabello negro muy largo y un par de ojos verdes que brillaban a cada
momento.
Misao ya te dije que tienes que quedarte aquí - el hombre ya estaba
cansado llevaba horas en el carro y la niña no se estaba quieta. No la
culpaba después de todo ¿quién no estaría así en su situación? De un día
para otros perder a tus padres, alejarte de tus amigos e ir a vivir con un
supuesto abuelo a quien no había visto nunca en su vida.
- No quiero, no quiere, ¿por qué no me dejaste en Kyoto?
- Por que es peligroso y tu abuelo te quiere tener cerca.
- Yo no quiero.
- Misao ¿ya te dije que hay otro niño allí?
- ¿Otro niño?
- Si, se llama Aoshi y solo tiene un par de años más que tu.
- ¿Va a jugar con migo?
- Eje... "lo dudo, ese muchacho ni se dará cuenta de que ella esta
allí. Kami ¿qué le digo? Una mentira piadosa" Si eso creo Misao,
además hay más gente de seguro te divertirás.
- Yo no lo sabía. Pero le escuche decir a Okon que allí eran muy
estrictos.
- Bueno... "¿que quieres que te diga? Un internado militar sería
más amable. Entrenan solados no niñas" no ni tanto, yo me crié ahí y
Okina también y ya ves lo alegre que es Okina "la excepción a la
regla"
- Ya, entonces no es tan malo. "¿me dirá la verdad? Es posible que
no"
-------------- En la ciudad de Tokio --------------------
- Señor nos informan que ya están por llegar.
- Bien. Tengan todo listo. Quiero que estén todos reunidos para
recibirla.
- Si señor. -------------- Nuevamente en el carro ------------------- Avanzaban a gran velocidad. Misao estaba impresionada por el paisaje que tenía ante sus ojos. Anochecía y tras terminar de cruzar el bosque el sendero conducía a un gran muro el cual solo se podía atravesar por la puerta enrejada que era custodiada por dos guardias. Pero para la sorpresa de Misao luego de este muro había dos más "ni que fuera una prisión" se dijo para si. Y tras unos tres o cuatro kilómetros llegaron ante las puertas de una gran mansión. Que no importaba cuan lujosa fuera, era triste e intimidante.
- Ya llegamos. El carro se detiene y de el descienden ambos pasajeros.
- Tu equipaje lo llevaran a tu habitación los sirvientes ¿deseas
algo?
- Pero Hannya ¿dónde es mi habitación? ¿me vas a dejar solita?-
poniendo cara de perrito asustado.
- No, no te dejare sola. Ven. Al entrar los recibió una mujer vestida de negro. Su pelo era canoso y en su rostro se notaba el paso de los años más a pesar de su seriedad parecía una persona amable que a Misao le inspiraba confianza.
- Misao, ella es la señora Nokuro.
- Es un placer Misao-chan. Yo seré la encargada de cuidar de ti,
todo lo que necesites puedes pedírmelo a mi o a cualquiera de los
sirvientes.
- Arigato... Gomen demo... ¿cuál es su nombre?
- Pues es Reiko si lo deseas puedes llamarme así.
- Arigato Reiko-san.
- Hannya puedes retirarte yo le mostrare su habitación a la
señorita Makimachi.
- De acuerdo. Cuídate Milla-chan, y no armes un lió - le guiña un
ojo y se va. Meterse en líos era la especialidad de Misao y el estaba
seguro de que causaría más de un dolor de cabeza.
- Sígueme. Misao siguió a Reiko por unas largas escaleras asta el segundo piso. Allí se encontró con un gran pasillo que a cada lado tenía unas cinco puertas y al fondo había una gran ventana cubierta por unas cortinas que no dejaban pasar la luz de la luna.
- Cada una de estas puertas conduce a los dormitorios particulares
de quienes viven aquí la tuya es la del fondo a la derecha. No lo
olvides, no debes entrar ni por error a alguna de las otras
habitaciones.
- Entiendo. Y ¿qué hay arriba?
- Oh, el tercer piso es del señor y el joven, tú no debes ir ahí.
- ¿El joven?
- Si, el alumno de tu abuelo. No te ofendas por la diferencia, es
que el lo quiere como un hijo y además el es muy reservado por eso es
mejor que este alejado.
- Entiendo, yo creí que era un niño como yo.
- Si el tiene unos años más que tu.
- ¡¿Qué?! ¿es broma? - para la activa de Misao aquello resultaba
lo más raro del mundo.
- Bien vamos a tu cuarto ¿si? Y cinchando de Misao se la llevo a su habitación. Misao no podía creerlo. Eso no era una habitación, eran cuatro. Al entrar se encontraba en una habitación con una cama occidental, una mesa y una cómoda. Junto a esta, había un baño, una habitación llena de ropa que ni usando una nueva cada día podría usarlas todas y en otro habitación una biblioteca, con mesas y un piano.
- ¿Qué es todo esto?
- Esta habitación era de su madre.
- Nunca había visto nada igual.
- No es común ver estas construcciones en Japón pero si en Inglaterra que es de
donde saco la idea tu bisabuelo. Veras que en esta casa hay una gran mezcla de
lo occidental con lo oriental.
- Ya entiendo... ¡Cuánto dinero!... Bien, arigato Reiko-san ahora yo puedo
arreglármelas sola "creo"
- Toma un baño y cámbiate. A las ocho en punto debes estar en el comedor
¿de acuerdo? Misao asintió y la mujer se fue. "que raro, todo aquí es tan raro. La casa, lo que me dicen de las personas, incluso Reiko-san es algo extraña. Lo mejor será portarme bien por un tiempo" Se dirigió al baño y lo encontró todo preparado y en la cama un Kimono rosa con pétalos de sakura blancos y un obi blanco "odio los kimonos y más los que son tan cargado como estos" Para las siete Misao ya estaba cambiada, vestida y aburrida. "bien, al diablo con las reglas no aguanto ni un minuto más. ¿Quiénes vivirán en las otras habitaciones? Seguro los conoceré en la cena y es probable que no tenga otra oportunidad como esta así que debo aprovecharla. A ellos ya los voy a conocer pero... ¿qué hay del piso de arriba? De seguro ahí nunca podré ir.¬¬ Ja,ja,ja dejarme a mi sola es un peligro" y con esto salio sigilosamente de la habitación asta llegar a las escaleras. Comenzó a subir y noto que de arriba venia una música que ella nuca había escuchado. Al llegar se encontró en una gran habitación, era una sala muy grande con sofá, chimenea, mesas, todo para estar cómodo "¿y para que quieren el salón comedor si aquí entran todos?" Luego Misao noto que a cada lado había una puerta. "¿con que si eh? Bien allí son sus habitaciones ¿cuál será la del niño y cual la de mi abuelo?" pero en ese momento se escucharon unos pasos en las escaleras "dios alguien viene ¿dónde me meto?" Desesperada entro a la habitación de su derecha y justo a tiempo logro cerrar la puerta.
- Me salve por poco.
- Ni por tan poco - Misao quedo paralizada ante esa vos de ultra
tumba, voltio y en el otro extremo de la habitación vio a un joven,
que la miraba de forma helada. Tenía el cabello negro, ojos azul hielo
y la verdad es que era muy guapo.
- Ah!!!!! Yo... bueno, este, yo...gomen...quiero decir...
- ¿No te avisaron que no puedes entrar a las habitaciones de los
demás?
- Bueno si pero...
- Pero no obedeciste - ya, eso si que la molesto. No importaba lo
guapo que fuera pero a ella la iba a respetar, ¡que malcriado! El
nenito prodigio.
- A mi me hablas bien, además ya te dije que lo siento. Aoshi
estaba sorprendido, era la primera vez en su vida que alguien que no
fuera el señor le levantaba la vos o le miraba a los ojos de esa forma
desafiante.
- Me disculpo por ser duro.
- Bueno y yo me disculpo por entrar a su habitación. Además no
quería entrar lo hice por que alguien subía.
- Ven.
- ¿qué?
- Que vengas. La estaba poniendo nerviosa ¿qué quería ese niño -
no te asustes solo quiero mostrarte mi habitación así no te quedan
ganas de seguir curioseando.
- Ah...gracias pero no es necesario con el susto me vasta.
- ¿Te doy miedo?
- Nunca, yo no le tengo miedo a nadie.
- Entonces ven por que desde aquí a oscuras no te veo. "eso es
verdad" pensó Misao "desde aquí yo puedo verlo por que la luz de la
luna lo ilumina pero el no me debe estar viendo y eso no es justo para
el"
- Bien - Misao se acerco a donde estaba el niño y dejo que la luz
de la luna le iluminara el rostro, le dedico una sonrisa - yo soy
Misao Makimachi ¿tu eres? - Aoshi estaba impresionado, aunque esta
claro que no lo demostraba, aquella niña era bonita. Nunca se había
fijado en las niñas, entonces ¿por qué se fijaba en esta?
- Yo soy Aoshi Shinomori, pero yo que tu no me molesto en aprender
el nombre mañana me voy a estudiar a Inglaterra.
- ¡¿Qué?! Pero si te acabo de conocer.
- Y fue un placer, pero ahora te tienes que ir.
- ¿Por qué?
- Por que dentro de un minuto son las ocho y el odia los retrasos.
- ¿las ocho? ¡Las ocho! ¡Reiko-san me va a matar! ¡Adiós Aoshi! No
te vallas sin despedirte - y mientras decía esto corría fuera de la
habitación. "Llamo a la señora Nokuro por su nombre. Es una niña muy extraña... me dijo que no me fuera sin despedirme. No, no puedo despedirme, además dentro de diez años volveré entonces podré verla. Entonces te conoceré...Misao" +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ N.D.A: N.D.A: Ja,ja,ja. Quedo muy en veremos ne?? Espero que les guste esta idea por que se me ocurrió así como así y la verdad no sé como va a continuar. Todos los tomatazos son bien recibidos. Es que soy nuevita y no sé mucho así que pueden darme duro. También estoy escribiendo otro fic pero es más... ¿cómo decirlo? Normal. Un Aoshi/Misao/Soujiro. Y si pueden: POE FAVOR ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! dejen review´s O mandenme un mail a: paucollazo@hotmail.com
- No quiero, no quiere, ¿por qué no me dejaste en Kyoto?
- Por que es peligroso y tu abuelo te quiere tener cerca.
- Yo no quiero.
- Misao ¿ya te dije que hay otro niño allí?
- ¿Otro niño?
- Si, se llama Aoshi y solo tiene un par de años más que tu.
- ¿Va a jugar con migo?
- Eje... "lo dudo, ese muchacho ni se dará cuenta de que ella esta
allí. Kami ¿qué le digo? Una mentira piadosa" Si eso creo Misao,
además hay más gente de seguro te divertirás.
- Yo no lo sabía. Pero le escuche decir a Okon que allí eran muy
estrictos.
- Bueno... "¿que quieres que te diga? Un internado militar sería
más amable. Entrenan solados no niñas" no ni tanto, yo me crié ahí y
Okina también y ya ves lo alegre que es Okina "la excepción a la
regla"
- Ya, entonces no es tan malo. "¿me dirá la verdad? Es posible que
no"
-------------- En la ciudad de Tokio --------------------
- Señor nos informan que ya están por llegar.
- Bien. Tengan todo listo. Quiero que estén todos reunidos para
recibirla.
- Si señor. -------------- Nuevamente en el carro ------------------- Avanzaban a gran velocidad. Misao estaba impresionada por el paisaje que tenía ante sus ojos. Anochecía y tras terminar de cruzar el bosque el sendero conducía a un gran muro el cual solo se podía atravesar por la puerta enrejada que era custodiada por dos guardias. Pero para la sorpresa de Misao luego de este muro había dos más "ni que fuera una prisión" se dijo para si. Y tras unos tres o cuatro kilómetros llegaron ante las puertas de una gran mansión. Que no importaba cuan lujosa fuera, era triste e intimidante.
- Ya llegamos. El carro se detiene y de el descienden ambos pasajeros.
- Tu equipaje lo llevaran a tu habitación los sirvientes ¿deseas
algo?
- Pero Hannya ¿dónde es mi habitación? ¿me vas a dejar solita?-
poniendo cara de perrito asustado.
- No, no te dejare sola. Ven. Al entrar los recibió una mujer vestida de negro. Su pelo era canoso y en su rostro se notaba el paso de los años más a pesar de su seriedad parecía una persona amable que a Misao le inspiraba confianza.
- Misao, ella es la señora Nokuro.
- Es un placer Misao-chan. Yo seré la encargada de cuidar de ti,
todo lo que necesites puedes pedírmelo a mi o a cualquiera de los
sirvientes.
- Arigato... Gomen demo... ¿cuál es su nombre?
- Pues es Reiko si lo deseas puedes llamarme así.
- Arigato Reiko-san.
- Hannya puedes retirarte yo le mostrare su habitación a la
señorita Makimachi.
- De acuerdo. Cuídate Milla-chan, y no armes un lió - le guiña un
ojo y se va. Meterse en líos era la especialidad de Misao y el estaba
seguro de que causaría más de un dolor de cabeza.
- Sígueme. Misao siguió a Reiko por unas largas escaleras asta el segundo piso. Allí se encontró con un gran pasillo que a cada lado tenía unas cinco puertas y al fondo había una gran ventana cubierta por unas cortinas que no dejaban pasar la luz de la luna.
- Cada una de estas puertas conduce a los dormitorios particulares
de quienes viven aquí la tuya es la del fondo a la derecha. No lo
olvides, no debes entrar ni por error a alguna de las otras
habitaciones.
- Entiendo. Y ¿qué hay arriba?
- Oh, el tercer piso es del señor y el joven, tú no debes ir ahí.
- ¿El joven?
- Si, el alumno de tu abuelo. No te ofendas por la diferencia, es
que el lo quiere como un hijo y además el es muy reservado por eso es
mejor que este alejado.
- Entiendo, yo creí que era un niño como yo.
- Si el tiene unos años más que tu.
- ¡¿Qué?! ¿es broma? - para la activa de Misao aquello resultaba
lo más raro del mundo.
- Bien vamos a tu cuarto ¿si? Y cinchando de Misao se la llevo a su habitación. Misao no podía creerlo. Eso no era una habitación, eran cuatro. Al entrar se encontraba en una habitación con una cama occidental, una mesa y una cómoda. Junto a esta, había un baño, una habitación llena de ropa que ni usando una nueva cada día podría usarlas todas y en otro habitación una biblioteca, con mesas y un piano.
- ¿Qué es todo esto?
- Esta habitación era de su madre.
- Nunca había visto nada igual.
- No es común ver estas construcciones en Japón pero si en Inglaterra que es de
donde saco la idea tu bisabuelo. Veras que en esta casa hay una gran mezcla de
lo occidental con lo oriental.
- Ya entiendo... ¡Cuánto dinero!... Bien, arigato Reiko-san ahora yo puedo
arreglármelas sola "creo"
- Toma un baño y cámbiate. A las ocho en punto debes estar en el comedor
¿de acuerdo? Misao asintió y la mujer se fue. "que raro, todo aquí es tan raro. La casa, lo que me dicen de las personas, incluso Reiko-san es algo extraña. Lo mejor será portarme bien por un tiempo" Se dirigió al baño y lo encontró todo preparado y en la cama un Kimono rosa con pétalos de sakura blancos y un obi blanco "odio los kimonos y más los que son tan cargado como estos" Para las siete Misao ya estaba cambiada, vestida y aburrida. "bien, al diablo con las reglas no aguanto ni un minuto más. ¿Quiénes vivirán en las otras habitaciones? Seguro los conoceré en la cena y es probable que no tenga otra oportunidad como esta así que debo aprovecharla. A ellos ya los voy a conocer pero... ¿qué hay del piso de arriba? De seguro ahí nunca podré ir.¬¬ Ja,ja,ja dejarme a mi sola es un peligro" y con esto salio sigilosamente de la habitación asta llegar a las escaleras. Comenzó a subir y noto que de arriba venia una música que ella nuca había escuchado. Al llegar se encontró en una gran habitación, era una sala muy grande con sofá, chimenea, mesas, todo para estar cómodo "¿y para que quieren el salón comedor si aquí entran todos?" Luego Misao noto que a cada lado había una puerta. "¿con que si eh? Bien allí son sus habitaciones ¿cuál será la del niño y cual la de mi abuelo?" pero en ese momento se escucharon unos pasos en las escaleras "dios alguien viene ¿dónde me meto?" Desesperada entro a la habitación de su derecha y justo a tiempo logro cerrar la puerta.
- Me salve por poco.
- Ni por tan poco - Misao quedo paralizada ante esa vos de ultra
tumba, voltio y en el otro extremo de la habitación vio a un joven,
que la miraba de forma helada. Tenía el cabello negro, ojos azul hielo
y la verdad es que era muy guapo.
- Ah!!!!! Yo... bueno, este, yo...gomen...quiero decir...
- ¿No te avisaron que no puedes entrar a las habitaciones de los
demás?
- Bueno si pero...
- Pero no obedeciste - ya, eso si que la molesto. No importaba lo
guapo que fuera pero a ella la iba a respetar, ¡que malcriado! El
nenito prodigio.
- A mi me hablas bien, además ya te dije que lo siento. Aoshi
estaba sorprendido, era la primera vez en su vida que alguien que no
fuera el señor le levantaba la vos o le miraba a los ojos de esa forma
desafiante.
- Me disculpo por ser duro.
- Bueno y yo me disculpo por entrar a su habitación. Además no
quería entrar lo hice por que alguien subía.
- Ven.
- ¿qué?
- Que vengas. La estaba poniendo nerviosa ¿qué quería ese niño -
no te asustes solo quiero mostrarte mi habitación así no te quedan
ganas de seguir curioseando.
- Ah...gracias pero no es necesario con el susto me vasta.
- ¿Te doy miedo?
- Nunca, yo no le tengo miedo a nadie.
- Entonces ven por que desde aquí a oscuras no te veo. "eso es
verdad" pensó Misao "desde aquí yo puedo verlo por que la luz de la
luna lo ilumina pero el no me debe estar viendo y eso no es justo para
el"
- Bien - Misao se acerco a donde estaba el niño y dejo que la luz
de la luna le iluminara el rostro, le dedico una sonrisa - yo soy
Misao Makimachi ¿tu eres? - Aoshi estaba impresionado, aunque esta
claro que no lo demostraba, aquella niña era bonita. Nunca se había
fijado en las niñas, entonces ¿por qué se fijaba en esta?
- Yo soy Aoshi Shinomori, pero yo que tu no me molesto en aprender
el nombre mañana me voy a estudiar a Inglaterra.
- ¡¿Qué?! Pero si te acabo de conocer.
- Y fue un placer, pero ahora te tienes que ir.
- ¿Por qué?
- Por que dentro de un minuto son las ocho y el odia los retrasos.
- ¿las ocho? ¡Las ocho! ¡Reiko-san me va a matar! ¡Adiós Aoshi! No
te vallas sin despedirte - y mientras decía esto corría fuera de la
habitación. "Llamo a la señora Nokuro por su nombre. Es una niña muy extraña... me dijo que no me fuera sin despedirme. No, no puedo despedirme, además dentro de diez años volveré entonces podré verla. Entonces te conoceré...Misao" +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ N.D.A: N.D.A: Ja,ja,ja. Quedo muy en veremos ne?? Espero que les guste esta idea por que se me ocurrió así como así y la verdad no sé como va a continuar. Todos los tomatazos son bien recibidos. Es que soy nuevita y no sé mucho así que pueden darme duro. También estoy escribiendo otro fic pero es más... ¿cómo decirlo? Normal. Un Aoshi/Misao/Soujiro. Y si pueden: POE FAVOR ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! dejen review´s O mandenme un mail a: paucollazo@hotmail.com
