Capítulo II:
La casa de Sirius.
Harry nunca imaginó salir de Privet Drive, excepto para ir a casa de Ron o
a Hogwarts, pero era una sensación maravillosa; Harry sentía que flotaba
entre las llamas verdes y al detenerse se encontró en una chimenea que daba
a una sala de estar muy arreglada y se veía que pertenecía a alguien
extremadamente adinerado.
-¿Te gusta tu nuevo hogar?-preguntó Sirius a Harry-¡Claro que si!-respondió
él con una sonrisa que le abarcaba casi toda la cara, dejó de sonreír un
momento y preguntó-¿Cómo conseguiste esto?-Sirius muy calmado respondió a
la pregunta como si fuera una cualquiera -Te dije que cuando limpiara mi
nombre te invitaría a vivir conmigo, ¿cierto?; pues aquí está tu respuesta,
y si te preguntas de donde salió el dinero, pues, antes de entrar a Azkaban
era rico y cuando se dieron cuenta de que era inocente tuvieron que pagarme-
Sirius y Harry se quedaron mirando un rato y después Sirius dirigió a Harry
a lo que sería su nueva habitación.
Era casi un departamento completo, tenía sala, comedor, cocina, baño,
recámara y tenía una pequeña terraza que a su vez tenía una pequeña
piscina, Harry se quedó sin habla.
- ¿Que, no te gusta?-preguntó Sirius-lo decoré lo mejor que pude-aclaró a
Harry que seguía pasmado pero feliz.
-No es eso, sólo que es demasiado perfecto que parecería que estoy soñando-
dijo Harry intentando tranquilizar a Sirius.
Harry recorrió su nuevo departamento que era muy lujoso, casi todo era
blanco, cuando llegó a su recámara se quedó impactado de lo novedosamente
que estaba decorada, era muy alta y tenía unas escaleras de caracol que se
dirigían a una cama que estaba volando en el techo, tenía pegadas por todas
partes fotos que se movían del equipo de Gryffindor y de él jugando al
Quidditch.
-¿Te gusta lo de la cama voladora?- preguntó Sirius-¡¡¡Claro que me
gusta!!!-respondió Harry muy feliz.
-Te enseñaré las recámaras de Ron y Hermione-le dijo a Harry.
-¿Vendrán?-preguntó Harry que parecía que no podía haber más felicidad en
su vida que en ese momento-Claro, ¿pensabas que te iba a alejar de tus
amigos ahora que pueden visitarte?-preguntó Sirius con una cara de padre
amoroso.
Al llegar a las recámaras de Ron y Hermione, Harry se quedó con la misma
expresión que cuando vio su departamento, las dos recámaras eran iguales a
la suya, pero cada una con diferente decoración, la de Hermione era de
varios tonos de rosa, se veía muy linda y estaba ordenada que iba con la
personalidad de ella.
La recámara de Ron era igual a la de Harry con la diferencia de que en las
paredes tenía fotos de los Chudley Cannons que igualmente se movían.
-¿A qué hora llegarán?-preguntó Harry con una inmensa sonrisa-llegarán a
las ocho en punto, justo a la hora de cenar-contestó Sirius devolviéndole
la sonrisa.
-Iré a tomar un baño y a arreglarme para recibirlos y después te ayudo con
la cena, ¿está bien?-preguntó Harry- claro que si, tu refréscate y
desempaca, yo te esperaré-le respondió Sirius.
Harry subió las escaleras hasta llegar a su cama y notó que era muy cómoda
y se puso a pensar que sería bueno ponerse a pensar en una novia que lo
quisiera y no solo dejarse llevar por su apariencia, a Harry le vinieron
varias chicas a la cabeza entre ellas: Cho, Parvati y Hermione, pero
ninguna lo convenció.
Harry escuchó que la tina ya estaba lista y se levantó, se desvistió, notó
que el baño se parecía al de los prefectos porque tenía diferentes llaves
de los que salían aceites y burbujas de diferentes colores. Harry estaba
tan relajado que perdió la noción del tiempo y se quedó una hora
aproximadamente, cuando se dio cuenta se levantó y abrió su armario que
estaba lleno de ropa muy a la moda, escogió una playera sin mangas y con
gorra y unos pantalones que eran aguados, pero por alguna razón no se le
caían.
Bajó corriendo y se apresuró a preguntarle a Sirius que en que le podía
ayudar pero Sirius muy tranquilo le respondió que todo estaba listo y que
en cualquier momento podían llegar, en ese momento sonó el timbre y en
efecto, eran Ron y Hermione, Harry pensó que nunca había visto a Hermione
tan linda, tenía el cabello muy liso, llevaba una blusa muy pegada que
resaltaba la esbelta figura de ella y unos jeans rectos a la cadera. Por su
parte Ron llevaba una playera y unos jeans.
-Les mostraré donde dormirán, pero espero les guste- dijo Harry guiñándole
un ojo a Sirius-es algo pequeño, pero espero estén cómodos-dijo sonriendo
pícaramente.
Al llegar a la recámara de Hermione se quedó tan impactada que soltó sus
maletas y casi se desmaya, lo mismo sucedió con Ron pero no al grado de
tirar sus maletas, sino que solo fue difícil cerrarle la boca, ya que
estaba a punto de babear.
-Dejen su maletas, ya que es hora de cenar-les dijo Harry intentando poner
una cara seria, lo cual no pudo lograr-Si-respondieron Hermione y Ron al
unísono.
La cena que preparó Sirius era un manjar, preparó pavo y patatas al horno
bañados en salsa agridulce, unos tallarines de colores a la boloñesa y de
tomar un vino de fresa con mango que quedó exquisito.
-Es la cena mas deliciosa que he probado en toda mi vida-exclamó Ron y
Hermione lo apoyó.
-Hora de dormir-dijo Sirius sonriéndoles y señalándoles las escaleras.
-Está bien- respondieron todos al mismo tiempo.
Subieron pero iban comentando que divertido sería tener su propio
departamento y cuando llegaron a las puertas de sus respectivos
departamentos abrieron la puerta y entraron, dándose las buenas noches.
Harry estaba tan feliz que no pudo cerrar los ojos en la mayor parte de la
noche, entonces salió a la terraza y pensó en que compraría al otro día en
el callejón Diagon.
La casa de Sirius.
Harry nunca imaginó salir de Privet Drive, excepto para ir a casa de Ron o
a Hogwarts, pero era una sensación maravillosa; Harry sentía que flotaba
entre las llamas verdes y al detenerse se encontró en una chimenea que daba
a una sala de estar muy arreglada y se veía que pertenecía a alguien
extremadamente adinerado.
-¿Te gusta tu nuevo hogar?-preguntó Sirius a Harry-¡Claro que si!-respondió
él con una sonrisa que le abarcaba casi toda la cara, dejó de sonreír un
momento y preguntó-¿Cómo conseguiste esto?-Sirius muy calmado respondió a
la pregunta como si fuera una cualquiera -Te dije que cuando limpiara mi
nombre te invitaría a vivir conmigo, ¿cierto?; pues aquí está tu respuesta,
y si te preguntas de donde salió el dinero, pues, antes de entrar a Azkaban
era rico y cuando se dieron cuenta de que era inocente tuvieron que pagarme-
Sirius y Harry se quedaron mirando un rato y después Sirius dirigió a Harry
a lo que sería su nueva habitación.
Era casi un departamento completo, tenía sala, comedor, cocina, baño,
recámara y tenía una pequeña terraza que a su vez tenía una pequeña
piscina, Harry se quedó sin habla.
- ¿Que, no te gusta?-preguntó Sirius-lo decoré lo mejor que pude-aclaró a
Harry que seguía pasmado pero feliz.
-No es eso, sólo que es demasiado perfecto que parecería que estoy soñando-
dijo Harry intentando tranquilizar a Sirius.
Harry recorrió su nuevo departamento que era muy lujoso, casi todo era
blanco, cuando llegó a su recámara se quedó impactado de lo novedosamente
que estaba decorada, era muy alta y tenía unas escaleras de caracol que se
dirigían a una cama que estaba volando en el techo, tenía pegadas por todas
partes fotos que se movían del equipo de Gryffindor y de él jugando al
Quidditch.
-¿Te gusta lo de la cama voladora?- preguntó Sirius-¡¡¡Claro que me
gusta!!!-respondió Harry muy feliz.
-Te enseñaré las recámaras de Ron y Hermione-le dijo a Harry.
-¿Vendrán?-preguntó Harry que parecía que no podía haber más felicidad en
su vida que en ese momento-Claro, ¿pensabas que te iba a alejar de tus
amigos ahora que pueden visitarte?-preguntó Sirius con una cara de padre
amoroso.
Al llegar a las recámaras de Ron y Hermione, Harry se quedó con la misma
expresión que cuando vio su departamento, las dos recámaras eran iguales a
la suya, pero cada una con diferente decoración, la de Hermione era de
varios tonos de rosa, se veía muy linda y estaba ordenada que iba con la
personalidad de ella.
La recámara de Ron era igual a la de Harry con la diferencia de que en las
paredes tenía fotos de los Chudley Cannons que igualmente se movían.
-¿A qué hora llegarán?-preguntó Harry con una inmensa sonrisa-llegarán a
las ocho en punto, justo a la hora de cenar-contestó Sirius devolviéndole
la sonrisa.
-Iré a tomar un baño y a arreglarme para recibirlos y después te ayudo con
la cena, ¿está bien?-preguntó Harry- claro que si, tu refréscate y
desempaca, yo te esperaré-le respondió Sirius.
Harry subió las escaleras hasta llegar a su cama y notó que era muy cómoda
y se puso a pensar que sería bueno ponerse a pensar en una novia que lo
quisiera y no solo dejarse llevar por su apariencia, a Harry le vinieron
varias chicas a la cabeza entre ellas: Cho, Parvati y Hermione, pero
ninguna lo convenció.
Harry escuchó que la tina ya estaba lista y se levantó, se desvistió, notó
que el baño se parecía al de los prefectos porque tenía diferentes llaves
de los que salían aceites y burbujas de diferentes colores. Harry estaba
tan relajado que perdió la noción del tiempo y se quedó una hora
aproximadamente, cuando se dio cuenta se levantó y abrió su armario que
estaba lleno de ropa muy a la moda, escogió una playera sin mangas y con
gorra y unos pantalones que eran aguados, pero por alguna razón no se le
caían.
Bajó corriendo y se apresuró a preguntarle a Sirius que en que le podía
ayudar pero Sirius muy tranquilo le respondió que todo estaba listo y que
en cualquier momento podían llegar, en ese momento sonó el timbre y en
efecto, eran Ron y Hermione, Harry pensó que nunca había visto a Hermione
tan linda, tenía el cabello muy liso, llevaba una blusa muy pegada que
resaltaba la esbelta figura de ella y unos jeans rectos a la cadera. Por su
parte Ron llevaba una playera y unos jeans.
-Les mostraré donde dormirán, pero espero les guste- dijo Harry guiñándole
un ojo a Sirius-es algo pequeño, pero espero estén cómodos-dijo sonriendo
pícaramente.
Al llegar a la recámara de Hermione se quedó tan impactada que soltó sus
maletas y casi se desmaya, lo mismo sucedió con Ron pero no al grado de
tirar sus maletas, sino que solo fue difícil cerrarle la boca, ya que
estaba a punto de babear.
-Dejen su maletas, ya que es hora de cenar-les dijo Harry intentando poner
una cara seria, lo cual no pudo lograr-Si-respondieron Hermione y Ron al
unísono.
La cena que preparó Sirius era un manjar, preparó pavo y patatas al horno
bañados en salsa agridulce, unos tallarines de colores a la boloñesa y de
tomar un vino de fresa con mango que quedó exquisito.
-Es la cena mas deliciosa que he probado en toda mi vida-exclamó Ron y
Hermione lo apoyó.
-Hora de dormir-dijo Sirius sonriéndoles y señalándoles las escaleras.
-Está bien- respondieron todos al mismo tiempo.
Subieron pero iban comentando que divertido sería tener su propio
departamento y cuando llegaron a las puertas de sus respectivos
departamentos abrieron la puerta y entraron, dándose las buenas noches.
Harry estaba tan feliz que no pudo cerrar los ojos en la mayor parte de la
noche, entonces salió a la terraza y pensó en que compraría al otro día en
el callejón Diagon.
