* Varios años después del último capítulo *

 * Slash *

** Sirius POV **

La mañana, aunque fría, es soleada y clara. La tierra está cubierta de nieve, que empieza a perder su pureza al ser pisada por la gente.

Solo el sonido de sus risas rompe la tranquilidad del día. Entre las tres voces destaca, al menos para mí, la suya, tan alegre, opacando a las otras.

Esta vez he preferido quedarme sentado, observándolos, o mejor dicho, observándolo. Él, James y Peter corren tirándose bolas de nieve, o saltándose encima en plan placaje de rugby. Yo, con mi impulsivo carácter, suelo ser el primero en unirme a esos juegos... pero no se porque prefiero tan solo mirarlo en la distancia. Quizás estoy ligeramente melancólico; un poco abstraído, por lo menos.

Remus rueda por la nieve intentando escapar de un ataque conjunto de los otros dos, su pelo llenándose de blanco, sus gritos de alegre miedo en el aire. Su cuerpo, delgado pero fuerte y ágil, se levanta rápidamente y manteniéndose siempre a distancia de sus "enemigos", los provoca.

Creo que si supiese dibujar, solo le dibujaría a él: así de perfecto me parece. Y además podría dibujarlo de memoria, por que conozco cada parte de su cuerpo casi mejor que el mío.

Su cabello, castaño claro, que recoge los destellos de luz, ya sea reflejando las anaranjadas llamas o, como ahora, el brillo del pálido sol. Liso y casi siempre caído sobre la frente: ahora más que nunca, mas oscuro al estar húmedo, pegado a las sienes. Las finas líneas de su rostro, casi femeninas pero al mismo tiempo viriles, con la mandíbula firme, las cejas delicadas y expresivas. Y como no, sus ojos, esos preciosos ojos dorados, color miel. Ojos de lobo. Parecen ser señal de su maldición, igual que lo es ese mechón plateado que destaca sobre sus cabellos, pero él siempre dice que los ha heredado de su madre.

Lo miró mientras llena de nieve la cabeza de James, sujetándolo hábilmente contra el suelo. Es delgado, pero atractivo, aunque no tenga la musculatura de James. Sus músculos son fibrosos y resistentes. Excelentemente marcados en esa pálida piel. Para mí, Remus tendido en la sábanas rojo oscuro del dormitorio, sin ropa, es como una visión... como el más bello ángel que hubiera bajado a hacerme una visita. Verlo entregarse a mí, con confianza en sus ojos, ruborizado, jadeante... es algo que podría estar observando siempre, algo que guardaría en secreto para que nadie más pudiera ni siquiera atisbarlo.

Ya no recuerdo cuando lo empecé a ver como algo más que un compañero, cuando me empecé a enamorar de él, porque me sentía tan cómodo a su lado, como si fuera parte de mí. Poco a poco me di cuenta de que deseaba protegerlo, estar siempre a su lado velando por su felicidad.

Si que recuerdo el miedo que sentí cuando no pude aguantar más y lo confesé: como latía mi corazón, tanto que me parecía que retumbaba en todo el cuarto; mis manos húmedas de sudor frío, y ese malestar en el estómago. Tenía miedo, sí, de varias cosas, pero lo que más temía era perder su amistad. Podría haber soportado que no me amase, siempre que siguiera a mi lado, siempre que me dejara seguir cuidándolo. Pero la idea de que me rechazase y me apartara de su lado con asco, con desagrado, apretaba mi corazón como una garra de hielo.

Al final logré convencerme de que Remus no me haría eso: en el peor de los me diría que no sentía lo mismo que yo con amable palabras. En el mejor... no quería hacerme ilusiones. Cuando se lo dije, se ruborizó y apartó la vista. Yo temblé. Pero enseguida me miró a los ojos, como buscando la veracidad de mis palabras. Yo se lo repetí en susurro: "Te quiero, Remus, creo que te amo..." Cuando ya iba a empezar con disculpas y con el clásico acepto-que-me rechaces, se acercó y acarició mi mejilla lentamente, al parecer perdido en mis ojos azules. Puse mi mano sobre la suya, y me acerqué a sus labios, como pidiendo permiso. Él torció la cabeza ligeramente... y bueno, ya se puede imaginar. En cuanto nuestros labios se juntaron supe que lo que yo había dicho era cierto, que lo amaba. Me pareció una película de esas con final feliz: declaración, aceptación, beso y todos felices. Aún me lo parece... parece que vivo en un sueño. Quizás es lo que se siente al estar tan enamorado. Decididamente, estoy raro hoy. En fin... a lo mejor no es malo ponerse cursi/romanticón de vez en cuando. Pero sólo un poco.

Seguía perdido en mis pensamientos fortuitos, que ahora ya pasaban de un recuerdo a otro sin relación aparente, cuando vi que Remus corría hacia mí, sonriendo. Mi Remus.

Se agachó a mi lado y se sentó de golpe en la nieve. Si yo estaba raro, Remus tenía uno de esos momentos en los que olvidaba su seriedad habitual: normalmente era él el que nos miraba, o se cansaba enseguida al jugar. Pero estábamos a mitad de mes, se había recuperado de la transformación y aún le faltaba para la próxima: rebosaba energía. Si lo sabría yo...

Giró un poco la cabeza mirándome, y sonrió aún más. El flequillo casi le tapaba los ojos y se pegaba húmedo a su frente. Tenía un ligero rubor por el ejercicio en las mejillas, y con aquella sonrisa ingenua y confiada (fuera donde fuera, Remus siempre parecía ingenuo; aún en situaciones que habrían hecho enrojecer a un espectador). Sus ojos brillaban alegres. Así, con la cabeza ladeada, parecía un tierno cachorrito mirándome. Tierno y lindo, hay que decirlo. No pude evitar devolverle la sonrisa. Él se apartó el pelo de la cara con la mano.

–¿Vienes, Sirius? ¡Son dos contra uno!

–Claro – reí mientras me levantaba. ¿Cómo decirle que no?

Mientras íbamos al "campo de batalla" le abracé por detrás y susurré en su oreja:

–Te quiero, Remus. Te amo. – hice una pausa – Y no gastes demasiada energía que está noche te lo voy a demsotrar, y tienes que aguantar muucho...

Me aparté de él riendo: estaba sonrojado, mas que antes, pero se las alegró para sonreír con su deliciosa inocencia:

–¡A ver quien es el que tiene que reservar energía, eh!

Me alejé esquivando el ataque de nieve que Remus había empezado:

–¡Eh que estoy en tu equipo!

–¡Mira, un traidor! –James y Peter– ¡Al ataquee!

–¡Tres contra uno no! ¡Que esta friia! ¡¡Aaah!!

*Quejas*

*Risas*

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A ver, esto ocurre varios años después de los sucesos del resto del fic: podria ser su último año, o casi. Y es Sirius recordando lo que pasó ^^

Al fin, el prometido capitulo slash xD Aunque sea un flashback...

La verdad es que no pienso seguir el fic T_T, toy sin ideas. Este ultimo capitulo ha sido metido aquí un poco a la fuerza, en realidad era independiente -_-U

Bueno,esperoque os haya gustado, y revieew!!

Saludos,

Tam Alor